LA NAVIDAD SIGUIENTE
La nieve caía suavemente esa noche y en la casa Loud todo estaba en silencio, ya no había niños corriendo por todos lados, alborotando la paz navideña y solo una persona estaba sentada en la sala frente al hogar de la chimenea encendida.
Una sonrisa se dibujó en sus labios al recordar la infancia que viviera en esa casa, siempre atestada de niños liosos y alegres, pero afortunadamente eso se había terminado, todos se habían ido ya y solo él vivía ahí ahora, bueno, él y la menor de sus hermanas,pero ella era buena, callada, tranquila y pocas veces alborotaba, algo que lo hacía muy feliz.
También fue una navidad cuando todos se fueron, hace un año para ser exactos; no habían sido las mejores vísperas: Lori molestando incesantemente con su celular y su mal humor; Leni, perdida haciendo vestidos navideños, Luna y su horrible canción navideña de cada año; Luan y sus doce bromas de navidad, cada vez peores y más subidas de tono; Lynn y Lucy, empeñadas no solo en encontrar los regalos de navidad de todos, sino también en robarlos; las gemelas peleando por lo que fuera y Lisa presentando máquinas y robots que solo echarían a perder las festividades y la cena.
Por eso hizo que todos se fueran, aun mamá y papá; todo habría ido bien, pero ellos trataron de defender a sus hermanas, así que no tuvo más remedio.
Un escalofrío le recorrió la espalda mientras escuchaba un click dentro de su cabeza, era algo molesto, pero nada que el whisky no le ayudara a borrar; recordó que Lily no había cenado aún y fue a la cocina. Subió las escaleras despacio, llevando en las manos la charola de comida para la pequeña: tres rebanadas de pechuga de pavo, humeantes y bañadas en gravy, puré de calabaza, una rebanada de pay de nuez y ponche de huevo, también llevaba pan y una gaseosa por si acaso, no quería que se quedara con hambre o sed. Al llegar a su habitación, tocó antes de entrar, un ruido sordo fue la señal de permiso y él entró cerrando la puerta detrás de sí.
la habitación lucía muy diferente a como fuera un año antes, todos los artículos de laboratorio de Lisa habían desaparecido y fueron reemplazados por diversos muebles y objetos que ella escogió de las otras habitaciones ahora abandonadas: la cama de Lola, algunos instrumentos de Luna, el féretro de Lucy, el terrario de Lana, la máquina de coser de Leni, revistas de Lori, películas cómicas de Luan y algunos aparatos de ejercicios de Lynn.
Él se aproximó a la mesa bajo la ventana para colocar la charola de comida y se volvió buscándola con la mirada, se tardó un momento en recordar dónde estaba y luego se dirigió al féretro; abrió la pesada tapa y la vio por unos instantes: amarrada con los arneses, la máscara de cuero que le impedía ver, la mordaza de la que ya escurría saliva, las pinzas que le mordían los pezones ya rojos por la presión, y el vibrador encajado hasta el fondo en su pequeño coño.
Él negó con la cabeza mientras quitaba la mordaza de su boca y ella soltó un jadeo
— ¡FUUAAAAHHHH...! gr-gra... gracias Linky... —
en silencio comenzó la tarea de soltarla y una vez libre, ella misma sacó al gran invasor de su sexo chorreante, luego se estiró felina mientras le decía a su hermano
— !HHUUUUUMMMMMMMM...!, ¡feliz navidad, Linky!, ¡mmmm! ¡qué bien huele la cena!, ¿no olvidaste nada, verdad?, ya veo que no, muchas gracias mi amor... —y se acercó para darle un beso en los labios, el cual fue recibió tímidamente, ella se sentó a la mesa y comenzó a comer en tanto continuaba hablando —... espero que hayas comido lo suficiente querido, porque después de este encierro estoy que me subo a las paredes de ganas, esta va a ser una muy feliz noche buena JAJAJAJAJAJAJAJA... —
El miembro dormido comenzó a palpitar, creciendo poco a poco mientras Lincoln sonreía de nuevo, ¿había valido la pena deshacerse de todos? ¡Vaya que sí!, ya mañana iría a poner flores en las tumbas.
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Espero que les haya gustado este mini relato navideño.
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