Disclaimer: Los personajes, lugares y hechizos, son propiedad de J.K Rowling, a menos de que se especifique lo contrario. No hay retribución monetaria con la traducción y publicación de esta historia.

Traducción autorizada de A Forward Path por umbrellaless22 en AO3


CAPÍTULO I


La única razón por la que Harry encontró a Malfoy esa mañana fue porque se tropezó con él en el pasillo.

Necesitaba un respiro, un espacio lejos de las miradas fijas de los estudiantes de primeros años que parecían seguirlo a donde quiera que fuera. Había cambiado de rumbo por un pasillo abandonado y ahora estaba tendido sobre el suelo, jadeando y mirando boquiabierto a la forma borrosa de Draco Malfoy.

Malfoy estaba más pálido que de costumbre, con el labio superior y la barbilla cubiertos de sangre, y un ojo cerrado con un párpado enrojecido e hinchado.

El rubio le miró desde arriba, claramente molesto:

—Por supuesto que serías tú —suspiró—. ¿Buscando la oportunidad de otro rescate, Potter? ¿Ansioso de raspar lo que queda de mi dignidad?

—Merlín, Malfoy —dijo Harry, poniéndose de pie—. ¿Estás bien?

—Claro que sí, sólo quería dormir un poco en el pasillo más sucio de Hogwarts. —el ojo bueno que le quedaba a Malfoy se cerró, como si permanecer abierto fuera una tarea demasiado agotadora.

— ¿Qué te pasó? —Harry preguntó cuidadosamente. Quiso extender la mano para evaluar los daños, pero no se atrevió.

—Me caí —contestó Malfoy con delicadeza—, tonto de mí.

—Malfoy, ¿qué te pasó? —Harry repitió, con más autoridad en su voz esta vez. Lo enervaba ver a Malfoy así. A pesar de la destrucción de la reputación de su familia después de la guerra, había regresado al octavo año con la cabeza en alto, una suave máscara de superioridad en su lugar y suficientes amigos para darle algo de protección, aparentemente no la suficiente.

Malfoy se burló.

—Diablos, Potter, ¿tú qué crees? Otro grupo de tus seguidores queriendo jugar a capturar al Mortífago.

El tono casual de Malfoy contradecía su condición. Harry sabía que el otro chico no estaría tan desamparado si tuviera otra opción. Una rabia helada se apoderó de él. Había oído fragmentos de conversaciones, comentarios sarcásticos, crecientes sentimientos anti-Slytherin. Los había dejado pasar; la mayoría de la gente estaba herida, tenían derecho a estar enojados. Pero no tenían derecho a esto.

—Quiénes. —exigió.

—Me da por pensar que si te lo digo, no va a solucionar nada —respondió Malfoy—. Ahora si no vas a ayudarme, por favor vete para que así el próximo justiciero pueda encontrarme.

—Bien —respondió Harry, sintiéndose culpable—, sí, por supuesto. ¿Qué ha pasado? ¿No te puedes parar?

—Me he fastidiado la rodilla —respondió Draco—, algún gilipollas me ha dado una buena patada. Intenté ponerme de pie y, bueno, no pude.

—Bien —dijo Harry, inclinándose—. Rodéame el hombro y usa tu pierna buena para ponerte de pie, ¿vale?

Draco hizo lo que se le pidió, sólo refunfuñando un poco, hasta que los dos estuvieron de pie.

— ¿Así estás mejor? —preguntó Harry.

—Apenas. —resopló Draco.

— ¿Quieres ir así o debería hacerte levitar?

—Así —dijo Malfoy—. Prefiero no estar a tu merced más de lo necesario.

—Tu gratitud es realmente abrumadora. —murmuró Harry mientras caminaban y saltaban hacia la enfermería. Harry se sintió aliviado de que la siguiente clase hubiera comenzado y los pasillos se hubieran vaciado. Sabía que el orgullo de Malfoy no podía soportar mucho. Harry llegaría tarde, pero dudaba que el profesor Flitwick comentara su tardanza. Sintió otra punzada de culpa por cómo parecía haberse convertido en un rebelde en estos días. Estaba seguro de que no era algo bueno.

—Pensaría que has tenido suficiente gratitud para toda una vida. —fue la respuesta trabajosa que le llegó.

Harry no cayó en su provocación, estaba más distraído por la forma en que Malfoy se sostenía el abdomen, apretando los dientes y haciendo una mueca de dolor cada vez que tambaleaban. Al parecer, sus heridas eran más graves de lo que Harry había imaginado. Sintió que la ola de rabia volvía a crecer y la reprimió.

El brazo de Malfoy estaba apretado a su alrededor y el sudor le salpicaba la línea del cabello cuando llegaron a la enfermería. Madame Pomfrey levantó la vista de su escritorio y su boca se apretó mientras evaluaba al chico herido.

—Señor Malfoy, esto simplemente no puede continuar —regañó, lanzando un eficiente hechizo transportando a Malfoy del lado de Harry a las crujientes sábanas de la cama de la enfermería—, tendrá que dar nombres, eventualmente. No está siendo un héroe, ¿sabe?

Malfoy no respondió cuando la enfermera presionó sus dedos contra su muñeca.

—Gracias, señor Potter, eso es todo. —dijo ella despidiendo a Harry enfáticamente.

—Malfoy —Harry se encontró diciendo—. Yo me encargaré de esto. Lo haré.

—Déjalo, Potter. —respondió Malfoy. Sus palabras se acortaron con un gemido mientras Madame Pomfrey presionaba su abdomen.

La enfermera miró nuevamente a Harry y este se disculpó, dejando a Malfoy a su cuidado.


—Una regañina en la próxima reunión del E.D debería bastar —teorizó Harry—. Sólo es una estupidez, en realidad. No hay lugar para estas tonterías de justicieros. —estaba con Ron y Hermione en un rincón de la sala común de octavo año, explicando el encuentro de la mañana. Se frotó las palmas de las manos en las perneras de sus pantalones, nervioso.

Hermione sacudió la cabeza, lentamente.

—No estoy segura de que una reprimenda sea la mejor estrategia, Harry. Podría poner a la gente a la defensiva, aferrarse más a sus creencias.

— ¿Qué les tiene tan pensativos, chicos? —llegó la voz de Ginny desde detrás de la silla de Harry.

Harry saltó, mirando hacia arriba para ver a Ginny y Neville, tomados de la mano y sonriéndole. Harry, como era obvio, todavía se estaba adaptando a verlos juntos. No le había dolido tanto como había pensado; después de la guerra, Ginny le había apartado para explicarle suavemente cómo ella y Neville se habían enamorado mientras Harry estaba fuera. Ella había llorado y él de alguna manera se encontró consolándola. Todo eso había dolido un poco, sí, pero no fue del todo insoportable.

—No es nada. —respondió Harry abruptamente, y una nube cayó sobre los bonitos rasgos de Ginny.

—Oh, sí, eso es encantador, Harry, quien nos deja por fuera de las cosas, quien no nos deja ayudar. —respondió ella fríamente.

Harry se frotó la cara con cansancio.

—Lo siento —suspiró—, lo siento, Gin, tienes razón. Probablemente tengas alguna idea de esto. Toma asiento.

El brote de ira se desvaneció de la cara de Ginny mientras se acurrucaba al lado de Ron y Hermione, Neville se sentó en el brazo del sofá a su lado.

—Pensamos... —Harry empezó con cuidado— que algunos miembros del E.D se están volviendo agresivos físicamente con algunos Slytherin. Ustedes dos que están más cerca de la mayoría de ellos ahora, ¿saben algo al respecto?

Neville parecía serio mientras él y Ginny absorbían la información.

—Bueno, eso es una mierda —anunció Ginny—. ¡Ese no es el objetivo del E.D! Si no van a usar sus poderes para el bien común, entonces tal vez deberíamos disolvernos por completo. Sólo lo mantuvimos en marcha porque muchos estudiantes todavía estaban interesados en el aspecto práctico del mismo.

Hermione sacudió la cabeza.

—No creo que las medidas punitivas sean efectivas, creo que tenemos que dar el ejemplo.

— ¡Ya lo estamos haciendo! —Ron habló— Por lo menos yo ignoro a Malfoy y no me meto con él, por mucho que quiera hacerlo a veces. Porque sigue siendo un mierdecilla, ¿saben?

—Creo que lo que Hermione quiere decir es que la ausencia de acción no es exactamente acción. —dijo Neville pensativo, con los brazos cruzados. Harry todavía no estaba acostumbrado a la tranquila confianza de Neville. Ya casi no reconocía al chico.

—Gracias, Neville —acordó Hermione—, no podemos decir simplemente que dejen a los Slytherin en paz. Tenemos que tender la mano, para mostrar activamente que creemos en la unidad entre las casas. Que somos más fuertes juntos, todas las casas, no sólo tres de ellas.

Ron hizo una mueca que Ginny imitó, pero Hermione continuó:

—Si queremos protegerlos, tenemos que hacernos amigos de ellos. Especialmente nosotros. Nos guste o no, otros estudiantes nos admiran. Y nos llevamos bastante bien con los de octavo año, incluso con la sala común compartida.

—Sí —refunfuñó Ron—, porque con Zabini en Beauxbatons y Crabbe muerto, sólo quedan como cinco de ellos.

—Qué conveniente entonces, que seamos cinco —bromeó Hermione—. Pansy y yo ya somos amigas, hemos estudiado Aritmancia juntas —continuó, ignorando las sorprendidas expresiones de todos—. Ginny, tú tomas a Daphne, Neville, estarás con Millicent, Ron con Goyle y Harry, con Malfoy, obviamente.

Después de un momento de aturdido silencio, Hermione entrecerró los ojos y les miró expectante.

— ¿Qué? —preguntó.

— ¿Con ellos? —Ron preguntó— ¿Con ellos para hacer qué?

—Te estoy pidiendo que te acerques a los estudiantes que conocemos y con los que hemos ido a clase durante años —regañó Hermione—. Te estoy pidiendo que lideres con el ejemplo, que muestres a otros estudiantes que los Slytherin no son parias. Así animaremos gentilmente a los estudiantes del E.D a hacer lo mismo.

Ginny y Ron parecían tener dudas todavía, pero Harry vio a Neville asintiendo con la cabeza.

—No me importa Millie, de verdad —dijo pensativo—. Y a Tarts le gusta que le mimen algunas noches.

— ¿Tarts? —Ginny preguntó, con una expresión de disgusto.

—Sí, ya sabes, el gato de Millie, Tartarus, la pequeña bola de pelos negra que anda por aquí algunos días.

—Creo que sé de quién hablas. —comentó Ron con forzada ligereza, él y Harry echándole a Hermione una mirada conocedora, sonriendo mientras el rubor subía por las mejillas de la chica.

Tarts… —repitió Ginny, perpleja— bien.

—Bien —concluyó Hermione—. Entonces estamos de acuerdo. Ahora, tengo que seguir adelante con-

— ¿De acuerdo? —Harry le cortó— ¿De verdad crees que puedo acercarme a Malfoy con una rama de olivo y una cerveza de mantequilla y dar por terminado el día?

—Si crees que a él le gustaría una cerveza de mantequilla —respondió Hermione—, entonces por supuesto.

— ¡No es eso lo que quise decir! —Harry estalló, apenas logrando mantener la voz baja— Hay demasiada mala sangre entre nosotros, lo sabes. ¿Por qué no puede Ron hablar con Malfoy, o Neville?

—Porque es Malfoy, Harry —Hermione suspiró, exasperada—, y porque eres .

— ¿Qué significa eso, en el nombre de Merlín? —Harry exigió, sólo para encontrar a Ron inclinado hacia adelante, con una mano en su hombro.

—Ella tiene razón, amigo —confirmó Ron—. Si quieres protegerlo, y quieres proteger a los Slytherin más jóvenes, si es que tenemos alguna garantía con este descabellado plan -lo siento, Mione, pero en realidad, es descabellado-, tienes que ser tú.


...


Nota:

¡Hola hola!

Regreso con una nueva traducción, gracias a la amable disposición de lx autorx original, umbrellaless22. Espero me acompañen en esta historia, y que disfruten de ella como yo.

¡Gracias por leer!