Déjame amar

Los personajes no me pertenecen, son de la gran Rumiko Takahashi esto es sin fines de lucro solo diversión por y para los fans.

Esta obra se reserva en su totalidad los derechos de autor, prohibida su copia o uso.

Una historia AU (universo alterno) solo tomo prestado los personajes, no necesariamente deben apegarse a sus personalidades.

Advertencia: está clasificada para mayores de edad, puede contener violencia física o emocional así como escenas eróticas y lenguaje soez.

O—

A veces pienso que no nací en el tiempo correcto, desde muy pequeña te conocí, maravillándome con esa sonrisa encantadora. Eras el mejor amigo de mi hermana mayor, aunque eras un año más grande que ella y cuatro más que yo, me acostumbré a recibir esa sacudida en mi melena "pequeña Akane" supongo que esa era tu forma de expresar cariño. Guapo e inteligente y con un futuro brillante, así decían las niñas en la escuela cuando te nombraban y aunque estaba de acuerdo yo veía mucho más…

A mis dieciséis años estaba perdidamente enamorada de ti, buscando la excusa perfecta para poder verte aunque fuese cinco minutos. Kasumi me entregaba un día unos libros, otro un obento para ir a dejarte en ese pequeño apartamento que rentabas con mucho esfuerzo. Eras todo un universitario independiente, mientras que yo… aún iba a la escuela y vivía bajo la tutela de mi padre, no es que eso fuese malo, más bien yo quería una oportunidad contigo y sabía que nunca me verías con otros ojos que no fuera "la hermana menor de su mejor amiga"

Mis últimos años en la escuela fueron de total populismo, tenía a la mayoría de los chicos interesados en mí pero solo me interesabas tú. Mis sentimientos eran un sube y baja de emociones y es que la adolescencia y las hormonas son una mezcla explosiva que no supe manejar bien. No soy ni seré una dulce taza de leche, mi carácter fuerte e impulsivo siempre terminaba alejando incluso "amistades" hoy en día es difícil ser honesto.

No era nada fácil estar enamorada del mejor amigo de mi hermana, y no fue nada fácil darme cuenta que ella te interesaba mucho más que yo… quería morir cuando vi esos hermosos ojos marrones brillar por Kasumi; más habilidosa, más hermosa e inteligente ella era el paquete completo ¿cómo no iba a gustarte? Resignada decidí mantenerme al margen, ya no iba a tu casa como antes y evitaba hacerlo ¿por qué? pues, dolías.

Caí rendida ante un amor unilateral…

Sin embargo con el tiempo ese insipiente amor no prosperó, Kasumi no renunció a su amistad ya que estaba interesada en alguien más y lentamente también fuiste desapareciendo de su vida.

Los años pasaron y esa estrecha amistad se redujo a una llamada cada dos meses, pronto no vi más tu rostro en casa y tampoco supe si preguntabas por mí… eras mi primer amor, ese que nunca llegó hacer, del cual nadie se enteró más que mi almohada al llorarte a veces por las noches.

Hoy tengo veintiún años, sigo en Nerima junto a mi familia pero estoy a punto de tomar una enorme decisión, independizarme. Con el trabajo que tengo más la beca de la universidad podría costearme un pequeño apartamento que me daría esa ansiada libertad.

¿Por qué estoy contando esto? Pues, cada vez que visito a un doctor me acuerdo de ti. Y justamente hoy tengo una consulta médica…

—¿Señorita Akane Tendo? — es la voz de la recepcionista que me llama.

—Dígame— contesto acercándome hasta el mesón.

—Su médico ha tenido una urgencia— comienza a decir mientras hago un mohín de disgusto— pero si usted desea puede entrar a la consulta de al lado, son colegas y le ha pedido que tome su hora siempre y cuando usted esté de acuerdo— termina de decir muy gentilmente.

—Me urge ver un médico, no tengo problema — respondo aliviada de no haber venido a perder el tiempo.

—Muy bien, tome asiento y la llamaré en cuanto el doctor termine con la paciente que atiende en estos momentos— responde la secretaria.

Me acomodo en mi lugar y noto estar rodeada de mujeres con enormes panzas redondas, quizás estén es su último mes, pienso. Tomo mi celular y ojeo aburrida las redes sociales, la verdad es que me da igual qué medico sea, vine aquí por recomendación de una amiga así es que tampoco conocía al que no podía atenderme, sigo mirando la pantalla un tanto aburrida hasta que de pronto vuelvo a escuchar mi nombre, esta vez me dice que pase a la consulta.

En cuanto entro veo la espalda del médico, su cabello corto y brilloso de color castaño almendrado y unos hombros bastante anchos, algo busca en un librero que se encuentra detrás de su escritorio…

—Buenas tardes— saludo cerrando la puerta.

—Tome asiento por favor— responde sin mirarme, hago un mueca de enfado al notar que ni siquiera me saluda.

Miro incómoda la camilla a un lado derecho y ya me veo allí con las piernas abiertas, qué fastidio pienso rodando los ojos y entonces oigo…

—¿Akane? —alzo los ojos y eres tú, mi primer amor… mi bien amado Tofu.

Quedo paralizada, mis ojos parpadean incrédula y también siento mis mejillas arder. De todas las situaciones posibles por qué debía ser aquí, maldecía mi mala suerte mientras el hombre me sonreía tan divino como siempre.

—Akane ¿no me recuerdas? — preguntabas caminando directo hacia mí, te pusiste de cuclillas y sentí que los años no habían hecho nada con este sentimiento, sentía que la voz se atoraba como un maldito cereal en la garganta.

Mi corazón latía a mil mientras la punta de tu nariz asomaba por sobre mis rodillas…

—Sí, soy yo— atiné a responder antes de que sintiera tu aliento de lleno en mi boca.

—¡Qué gusto me da verte! — exclamaste tan amistosamente que eso ayudó a que pusiera los pies sobre la tierra.

—Qué coincidencia ¿no? — dije intentando apartar la vista, menos mal no iba hecha un desastre, había tenido tiempo de elegir el vestuario adecuado.

—Claro que sí, tantos años ¿cómo está tu familia? — preguntó muy casual.

—Todos bien, gracias— contesté.

—Me encantaría invitarte un café, pero tengo la agenda copada hoy día— dijo incorporándose.

—No importa, mejor me voy— dije poniéndome de pie muy nerviosa.

—Espera un momento, viniste por una cita médica ¿ya cancelaste no? — Solo asentí— bien, ahora soy un profesional de la salud y tú eres mi paciente cuéntame en qué te puedo ayudar— solicitó muy cordial.

—Este…— maldición, maldición, maldición ¿ahora que invento?

—No te sientes cómoda ¿verdad? — preguntaste.

—No es eso… es que— cómo le decía que venía a cambiar el método anticonceptivo, por un demonio esto es vergonzoso.

—Déjame ayudarte— dijo— ¿tienes sospechas de embarazo? — abrí los ojos impactada por su pregunta.

—Claro que no— respondí contundentemente.

—Bueno… alguna ¿infección? — negué con la cabeza, él miraba el computador y algo tecleaba muy rápido.

Seguirá pensando que soy la misma tonta Akane de antes, la de los mandados, la sombra de Kasumi… si supiera que ella se casó y es bien feliz con su marido.

—Necesito cambiar mis pastillas— dije fuerte y sonante. Tofú me vio con profundidad y eso me estremeció por completo.

—¿Hace cuánto que las tomas? — preguntó al notar la caja que le mostraba, la cual saqué de mi bolsa.

—Un año aproximadamente— respondí.

—Bien, antes que nada necesito unos análisis y además sería bueno examinarte físicamente— sugirió serio.

—Está bien— respondí.

—Dejaré todo escrito y le enviaré esta información a tu doctor, mi colega seguirá tu caso con especial cuidado— se apresuró a decir.

Eso me hiso pensar que me estaba desechando a buenas y primeras, ¡ay Akane! cuando aprenderás que no eres ni serás deseable para semejante hombre, seguramente tiene novia o incluso varias…

Tofú tecleaba mirando la pantalla de su computadora y hablaba dando algunas recomendaciones, sin embargo no le prestaba atención. Sentía mi ego quebrantado y aunque no fuese directo, estaba rechazando examinarme ¿quién se cree que es? Ya no soy una niña, nada de pecho plano ni mucho menos.

—¿Por qué no lo haces tú? — cuestioné dejándolo en silencio, detuvo sus dedos rápidos sobre el teclado y tardó cinco segundos exactos en voltear a verme.

—Lo siento Akane, pensé que verte expuesta te incomodaría es por ello que…

—Eres un profesional, confío en ti— arremetí interrumpiéndolo.

Este se puso de pie caminó hasta una puerta, la abrió y dijo…

—Dentro encontrarás una bata, te espero— sentenció con voz grave.

Caminé pisando huevos y una vez entré quería gritar ¡pero qué has hecho! Observé la bata y era esa típica de clínicas en donde se te ve toda la espalda y las nalgas. Lento pero seguro me desnudé, no había nada de qué arrepentirse quizás no lo volvería a ver… al menos que note lo que se perdió por idiota ¿no?

Tomo una gran bocanada de aire y giro el pomo de la puerta, salgo y me encuentro con él dándome la espalda otra vez…

—Por favor sube a la camilla— dice sin mirarme, casi creo que lo hace a propósito.

Me apresuro y torpemente tropiezo a un lado de él, me sujeta tan rápido que siento sus enormes manos sobre la piel de mi espalda desnuda, sí, la bata se abrió. Me queda viendo con un brillo peculiar en los ojos, veo sus masculinas facciones y un deseo lujurioso crece en mí, muero por morderle los labios y algo más…

—Ten más cuidado— dice incorporándome.

—Lo siento, ando algo distraída hoy— me siento a un borde de la camilla y este vuelve a hablar…

—Sube tus piernas— pide acomodando el apoya pies, está tan frío que ayuda a que me baje la calentura, digo la temperatura.

Poco a poco voy abriendo mis piernas y veo como se pone los guantes en las manos, esto era demasiado, quizás había llegado muy lejos pero ni en mis mejores sueños eróticos había ocurrido algo así.

Entonces, volteó bajó la vista y dijo…

—Esto será rápido— sus dedos palparon el inicio de mis labios más sensibles y con su cabeza entre mis piernas sus dedos se hicieron paso en ese recoveco tan placentero.

—¡Ah! — jadee por su intromisión, este asomó sus ojos por sobre mi monte de venus.

—Lo siento, tengo los dedos ¿muy fríos? — preguntó sin dejar de verme, podía notar mi vientre subir y bajar rápido por la tensión.

—Están perfectos, ya sabes… es algo delicado— me apresuré a decir cuando volvió a arremeter haciendo que apretara las nalgas, si continuaba así me tendría delirando por un orgasmo y debía mantener el juicio.

—Usaré esta máquina, sacaré una muestra ¿ok? — No respondí, no podía— de pronto sentí el objeto frío cuando sus dedos mágicos salieron de mi interior, no lo podía creer, que cruel era el destino conmigo — solo relájate, ya casi— dijo mientras mordisqueaba mi labio inferior— ¡Listo! — Exclamó— puedes incorporarte— agregó al tiempo que bajaba mis piernas, la sensación era excitante y ahora ¿cómo me enfriaba?

Fui directo a cambiarme de ropa, unos leves espasmos en mi centro me advertían que no había sido saciada. Y cómo no, si apenas fue una muestra… quizás lo más cerca que lo tendría de mi zona erógena, me sonreí malvadamente ¡sucia Akane! me repetía mientras subía mis bragas.

Cuando salí del cuarto de cambio Tofu estaba de regreso en su computador…

—Akane, se ve todo perfecto sin embargo es bueno realizarse un chequeo.

—Gracias por tu delicadeza— dije muy campante, que descaro de mi parte.

—En una semana más puedes regresar— replicó.

—¿Entonces me darás los resultados y me ayudarás con las pastillas?

—Ah… como gustes, creí que querrías ver a mi colega.

—Me siento más a gusto contigo— dije sin decoro alguno.

—Bien, dile a la secretaria que reserve una hora.

—Ok, nos vemos la próxima semana— dije caminando hacia la puerta.

—Adiós Akane— dijo él acomodando sus gafas y entonces me fui.

Solté un enorme suspiro, caminé directo hasta la recepción y luego de reservar una hora me retiré de la clínica.

Caminé con una sonrisa de oreja a oreja, mi corazón aun palpitaba por la emoción… ya quería contarle a Akari lo que me tocó vivir, pero entonces el móvil en mi cartera sonaba.

Era el chico con el que tendría una cita, rodé los ojos algo fastidiada… la verdad es que ya me estaba arrepintiendo de acceder. De hecho había sido la propia Akari quien me instó a salir con él, el sujeto no estaba nada mal la verdad.

—¿Sí? — contesto.

—Akane ¿tienes clases hoy?

—De hecho voy camino a la universidad— contesté.

—Perfecto, te veo en el campus— finaliza cortando la llamada, frunzo el ceño y no entiendo para qué diablos me llamó.

Bajo del autobús y Akari me espera ansiosa, ya le había enviado un mensaje de SOS y me ve expectante… apenas termino de contarle mi sesión con el ginecólogo ella chilla histérica.

—¡Ay por Kami! ¡No lo puedo creer, es decir es el mismo hombre que aún te mueve el tapete!

—Baja la voz que todos nos ven— digo incómoda.

—Ya quisiera tener a un ginecólogo así de osado— reflexiona ella no prestándome atención.

El murmullo de las féminas alrededor se escucha fuerte cuando el ronroneo de una motocicleta se acerca a toda velocidad, con Akari volteamos a mirar qué ocurre.

"Pero que guapo" "Es él" "No lo puedo creer" "Regresó"

De la hermosa motocicleta se bajaba un chico, en botas de cuero negras junto a unos jeans azules clásicos. La chaqueta de mezclilla en color negro llevaba un estampado enorme que cubría toda su espalda, una especie de serpiente con cara de dragón y de sus colmillos chorreaba sangre.

—¡Qué asco! —dije en voz alta.

—Mira nada más que trasero— susurró mi amiga cubriéndose la boca.

—¿Lo conoces? — pregunté observándolo mejor, de pronto retiró el casco de su cabeza y una cabellera negra se liberó… ¡wow! exclamé internamente, el hombre era bellísimo.

Este miró alrededor y sonrió haciendo una mueca, sabía muy bien el efecto que provocaba.

—Es él… ya sabes— decía Akari babeando por él— ¿no lo recuerdas?

—Ah… él— contesté.

Ese chico había desaparecido hace dos años, la verdad es que cuando llegué a la universidad era una maldita nerd que no miraba a nadie. Recién cuando conocí a Akari comencé a enterarme del chisme de pasillo y de los nombres más aclamados de la universidad de Nerima, este era precisamente uno de ellos.

El típico chico rudo y malo, ese era él… aunque muy inteligente pues tenía el mejor promedio de toda la universidad, pese a que era conocido por sus fiestas estilo "Sodoma y Gomorra" abundante en sexo, drogas y alcohol. Aunque nada de eso me consta…

—Ranma se ve potente ¿no crees? — preguntó mi amiga sin dejar de verlo.

—Creo que sí…— respondí justo en el momento en que sus ojos chocaban con los míos, caminó directo hacia mí colocándome incómoda.

Me vio de pies a cabeza y solo atiné a correr un mechón rebelde que tapaba uno de mis ojos, de pronto se agachó y quedó viendo mis largas piernas. Ese día había optado por unos short y una blusa holgada, entonces noté las hermosas y espesas pestañas del muy condenado.

—¿Esto es tuyo? — preguntó con un bolígrafo en la mano, ante mi nula respuesta Akari me codeó.

—Sí— respondí— entregó el lápiz en mis manos y me sonrió tan seductor que creí derretir…

Pasó por mi lado y continuó su camino, entonces me fijé que tenía un redondo y bien ponderado trasero. Akari tenía razón, mis mejillas se colorearon e intentaba bajar el calor que revoloteaba en mi vientre.

Definitivamente este año sería diferente, rodeada de hombres apuestos y un tanto misteriosos, esperaba que el amor esta vez sí me diera una oportunidad ¡méndigo corazón! esta vez déjame amar.

Continuara…

Estimado lector, he aquí mi nuevo fic. Hace tiempo que quería escribir un triángulo amoroso que incluyera a Tofu y Ranma. Dos hombres que se enfrentarán a esta Akane más libertina y casual, hambrienta de buenas experiencias y de explorar su sexualidad.

Espero les haya gustado o al menos entusiasmado, de ser así déjenme sus preciados review amo leerlos.

Además me encuentro muy contenta ya que la talentosa heatheruwuran en Instagram realizó mi hermosa portada a través de comisión. Por favor los invito a visitar sus trabajos, son hermosos.

Pd: no confirmo actualizaciones semanales debido al tiempo que manejo en estos momentos. Además de que estoy posteando Shoot me in the heart sin falta cada sábado, por lo que haré un esfuerzo porque sea cada dos semanas.

Desde Chile una fanática más de Ranma ½

Sweetsimphony._