Capitulo ambientado en el episodio 35 del anime.
«¡No puedo creer que estemos haciendo esto!». Pensó histérica Karin cuando a duras penas entendió que Rin quería cuidar de ese demonio y lo peor de todo no puedo negarse cuando la niña deba una mirada tan pura e inocente.
No había pasado mucho tiempo cuando Karin acompaño a Rin a dejarle agua a aquel ser sobrenatural y ahora con el cielo oscurecido se encontraban dejándole comida. Los nervios de está estaban al borde del colapso, no entendiendo de donde la niña sacaba coraje para ir a dejarle comida a ese tipo. Sin embargo, nunca se despegó de ella.
—No es necesario que hagas esto —hablo por primera vez el demonio mientras a Karin se le ponía la piel de gallina con solo escucharlo, al mismo tiempo, que su corazón latía rápidamente que se diagnosticó una taquicardia en el momento—. Algo que detesto en la comida que ingieren los humanos.
Karin frunció el ceño ante lo grosero que era con la muestra amabilidad de una niña.
—Mejor más para nosotras —dijo ella no pudiendo evitar quedarse callada para luego arrepentirse cuando los ojos ámbar del demonio la miraron—. Vamos, Rin —agarro la mano de la niña y se detuvo abruptamente—. Espera un segundo, ojos ámbar, envidiable cabello plateado —murmuro viendo al demonio fijamente y por alguna extraña razón recordó la detallada descripción que hizo Kagome sobre el hermano de Inuyasha—. Malédiction (Maldición), eres el hermano mayor de Inuyasha.
Escucho un gruñido por parte de este y por instinto coloco a Rin detrás de ella.
—Bien me retracto, eres Sesshomaru, la misma persona que por poco asesina a mi hermana —recalcó Karin la última palabra para que entendiera la razón por la que lo conocía—. Bueno… Inuyasha ahora es mi hermano también, lo tengo bajo mi ala, ya que alguien no quiere hacerse cargo.
«¡¿Por qué no puedo callarme?! Al parecer estoy buscando la muerte y aun no manejo bien mis poderes.»
—Si no quieres morir mejor vete —amenazó Sesshomaru viendo como aquella humana tenía la osadía de provocarlo siendo un ser tan inferior.
—Te tomo la palabra, porque no es como siquiera estar cerca de ti —dijo Karin y se alejó rápidamente del lugar junto con Rin.
Al siguiente cuando Karin se despertó, noto que Rin no estaba a su lado y se levantó de su lugar. Estaba por entrar en pánico y luego se calmó, suponiendo que ya sabía dónde se encontraba cuando la noche anterior le había advertido de no ir a ese lugar sola.
—¡No otra vez! —dijo ella saliendo del refugio corriendo mientras se adentraba nuevamente al bosque.
Cuando llego al lugar donde se encontraba Sesshomaru, Karin se horrorizo al ver que Rin estaba muy cerca de este y sobre todo estaba muy golpeada.
—¡Rin! ¿Qué te paso? —exclamó ella acercándose a la niña mientras la revisaba sobre todo porque un ojo no podía abrirlo. —No me digas que fuiste tú —acuso enojada sin percatarse de lo cerca que se encontraba de Sesshomaru.
—No mantengo a mi presa con vida —fue la respuesta de este.
La azabache ahogo un grito de indignación mientras abraza a Rin con intensión de protegerla. Sin embargo, Rin se separó de Karin he hizo varias señas a esta para llamar su atención.
—¿Qué pasa? —Karin miro con atención las señas que hacia Rin viendo que ella señalaba al demonio—. Sabía que fue Sess… Espera, ¿no fue él? —Rin negó—. ¿Quién fue el maldito que te lastimó? —pregunto conteniendo su furia, al ver que Rin no la miraba a los ojos, noto que al lado de esta había comida y misteriosamente no había pescado—. Fueron esos aldeanos que no quieren que te robes los peces, ¿no? —fue más una afirmación que una pregunta y más al ver la reacción de Rin.
En la aldea había un arroyo donde los aldeanos crearon un pequeño dique para retener los peces y al parecer no cualquiera puede pescar ahí. Ya había visto a esos hombres golpear a varias personas que no pertenecieran a la aldea por intentar llevarse algunos peces.
—Esos malditos —masculló Karin levantándose con intensión de hablar con esos hombres—. Tú —señalo a Sesshomaru que permaneció en silencio en todo momento—, cuídala, sino la mataste antes no lo harás ahora —indicó ella—, y tu Rin, si llegas a irte de aquí mejor ve al refugio.
Ella no se consideraba una persona violenta, pero cuando gritó en el medio de la aldea buscando a los culpables de haber lastimado a Rin; fue ahí que se puso peor. El grupo de aldeanos que golpearon a la niña se justificaron de una forma patética y lo peor de todo que también la habían insultado. Su furia fue tanta que agarro una flecha y la lanzo a uno de esos cuatros hombres; la flecha rozo su rostro y el hombre quedo pálido. Claramente el resto del grupo tenía intensión de golpearla también y ella aprovecho para huir.
Cuando volvió de nuevo al bosque, se encontró con que Sesshomaru estaba solo y como no tenía que hablar nada con él se fue de ahí, ya que aparte también había tentado mucho su suerte en provocarlo y seguir viva.
Al volver al refugio que se encontraba cerca del arroyo de la aldea, Karin se encontró con una escena desagradable. Las personas de la aldea estaban siendo atacadas por los lobos y no encontraban a Rin por ningún lado.
Corrió por todo el lugar buscando a la niña entre todo el disturbio.
De pronto, un lobo salto y le mordió el brazo; Karin ahogo un grito y golpeo al lobo en la cara para que la soltara, mientras a duras penas agarraba una flecha, al mismo tiempo, que preparaba su arco. La flecha se clavó en uno de los ojos del lobo, por lo que aprovecho para correr y no atraer a toda la manada.
Mientras la joven de cabellos azabaches corría, se sostenía su brazo derecho que sangraba y se adentró al bosque esperando encontrarse a Rin sana y salva. Camino por el sendero del bosque, ya que por ahora no había lobos siguiéndolas y repentinamente dejo de respirar.
Había un cuerpo por inerte a metros de ella y mientras más se acercaba más su respiración acelerada hasta reconocer que ese cuerpo era Rin.
—No, no, no… —Karin se arrodillo mientras su cuerpo temblaba, a esa inocente y buena niña le había prometido protegerla y no estuvo allí para hacerlo. Sus ojos se humedecieron mientras cerraba sus manos en puño.
En ese momento, la joven de cabellos azabache se encontraba con la mirada perdida intentado procesar la muerte de la niña que no noto la presencia de dos demonios en frente de ella.
—Está bien muerta, los lobos hicieron todo esto —dijo Jaken inspeccionando el cuerpo de la niña, para luego notar que la otra chica humana se encontraba silenciosa y sin reacción.
Por otro lado, Sesshomaru observaba indiferente a la niña muerta y el comportamiento patético de la otra humana. No hacía mucho esta última estaba dispuesta a enfrentarlo y ahora por la muerte de esa niña débilmente se había derrumbado mientras su brazo sangraba; con la guardia baja era una presa fácil para los lobos como para cualquiera demonio. Era una imagen patética de ver.
—Amo bonito —exclamó Jaken con nerviosismo al ver como su amo desenfundaba Colmillo Sagrado.
En las manos de Sesshomaru, Colmillo Sagrado palpito.
—Ya entiendo, puedo ver a los sirvientes del otro mundo —revelo él mientras entrecerraba los ojos viendo los pequeños sirvientes intentando llevarse el alma de la niña—. Vamos a poner a prueba el poder de Colmillo Sagrado.
—¿Una prueba? Amo Sesshomaru, ¿eso es lo que dijo? —pregunto Jaken con asombro.
Sesshomaru corto con su espada a los sirvientes del otro mundo y luego sostuvo a la niña escuchado como su corazón volvía a latir mientras abría sus ojos.
—Disculpe, Amo Sesshomaru, ¿usted fue capaz de revivir a esta chiquilla usando el poder del Colmillo Sagrado? —inquirió el pequeño demonio sapo que no salía de asombro.
Cuando Karin noto la presencia de Sesshomaru junto a otro demonio desconocido, no tuvo el valor de hacerle frente y solo escondió su rostro entre sus cabellos. Había fallado dos veces en proteger a Rin y ahora tenía en frente de ella a alguien despreciable sin ningún amor por la vida como Sesshomaru. No entendía las incoherencias que hablaba este cuando mencionaba un "Colmillo", solo esperaba a que se fuera.
Sin embargo, al escuchar lo que había dicho el pequeño demonio hizo que levantara la vista. Lo que estaba viendo parecía irreal, Rin, estaba viva, ella respiraba. No entendía lo que Sesshomaru había hecho, pero un breve segundo sintió gratitud hacia este.
—R-Rin —tartamudeo ella.
Rin al ver a Karin noto que sus ojos se encontraban humedecido se preocupó y se acercó a esta.
Karin abrazo la niña.
—Me alegra que ahora estés bien.
En ese momento, Rin se separó del abrazo y al notar que Sesshomaru se estaba alejando, agarro el brazo de Karin con intención de levantarla del suelo. Ante la acción de la niña, Karin la miro como está apuntaba en la dirección en la que Sesshomaru caminaba.
—¿Quieres ir con él? —pregunto ella.
Rin asintió.
Y Karin se mordió el labio no gustándole esa idea, sin embargo, no iba a dejar a Rin sola con ese demonio.
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¡Hasta el próximo capitulo!
