Menciones de los episodios del anime 75, 76, 80, 81.
Cuando Karin volvió a su época un sábado, se llevó la sorpresa de encontrarse a Kagome que hacía pocos días que había vuelto a casa. No esperaba coincidir con su hermanita. Sin embargo, la bienvenida que tuvo fue un desastre cuando su familia vio la mordida de lobo que tenía en el brazo y que se curaba lentamente.
Ante el aspecto de la herida, su familia la llevo al hospital; claro que, en el trascurso del viaje, su madre y abuelo se encontraba preocupados a su vez que Sota la miraba con admiración esperando escuchar la historia de la herida mientras le preguntaba si iba a perder el brazo. Por otro lado, Kagome golpeo levemente a su hermano en el brazo mientras regañaba a Karin por ser descuidada.
El médico al revisarle la mordedura en el brazo y saber qué hacía días que estaba así sin el tratamiento adecuado estaba sorprendido de que Karin se encontrara sana. Una mordedura de animal podía provocar infecciones o incluso el mismo animal pudo haber tenido rabia.
Karin sabía todo lo que le comentaba el médico y se quiso golpear mentalmente por haber sido descuidada ese momento. Estaba preocupada más por Rin que había vuelto a la vida que de ella misma. Luego se había desinfectado la herida como pudo en un arroyo y se vendo con un trozo de su ropa. El error que había cometido no podía repetirse de nuevo si ella quería convertirse en médica. Sin embargo, ella estaba igual de confundida como su médico ante la mención de que estuviera sana; cuando tendría que estar un poco más agonizando por una posible infección en su brazo.
Su visita al médico termino con ella estando en observación por una semana.
—¡No puedo quedarme por una semana! Prometí volver en dos días —se quejó Karin saliendo del hospital junto a su familia.
—Te lo mereces por ser descuidada —la regaño Kagome.
—No te admires mucho, Kag —advirtió Karin burlona recibiendo una mirada fulminante de su hermana menor.
—No puedes irte así, cariño —dijo Naomi a su hija mayor—. Hasta que el médico autorice que estas bien y que tu herida no está infectada, no puedes irte a la Era Feudal.
Karin se cruzó de brazo haciendo puchero al escuchar a su madre mientras Sota festejaba por tener por más tiempo su hermana mayor.
—¡Genial! Podremos estar más tiempo juntos, hermana —declaro Sota entusiasta mientras Kagome se sentía ofendida que su hermanito mostrara más favoritismo por Karin—. En estos días podrás ayudarme a estudiar para mi examen de matemáticas mientras me cuentas como es el hermano de amigo orejas de perro.
—Esto no estaba en mis planes —susurro Karin—. Y supongo que sabes del hermano de Inuyasha porque alguien no pudo quedarse callada —fulmino con la mirada a Kagome mientras que esta se hacia la desentendida.
—¿Desde cuándo viajas con él? —pregunto Naomi curiosa por las acciones de su hija mayor.
—Kagome, nos dijo que estas acompañando a un demonio poderoso —menciono Kyoshi con el ceño fruncido no gustándole que sus nietas estuviesen deambulando con demonios—. Tal vez, tenga algunos pergaminos de protección.
—Semanas —respondió la joven de ojos azules a su madre y luego miro a su abuelo—. ¡Y esos pergaminos no funcionan, abuelo, mucho menos con Sesshomaru! Mejor tráeme palo santo escuche que atrae la energía positiva porque siento que lo voy a necesitar.
Tanto Kagome como Sota estallaron en carcajadas, su hermana mayor a veces se comportaba como una anciana; por esa misma razón se llevaba bien con las personas mayores y tenía la paciencia de escuchar a su abuelo relatar las historias del templo.
Ese sábado, Karin, fue a trabajar cuando su madre y abuelo preferirían que no fuera por miedo a que repentinamente se enfermara. Sin embargo, esta aseguro que estaba bien y que no podía faltar.
A la hora de explicarle a Hanako del porque tenía el brazo vendado, está la miro con una ceja arqueada mientras soltaba un "aja" no creyendo su mentira, pero tampoco indago en el tema para su alivio porque se estaba quedando sin excusas.
En ese momento, Karin se encontraba en la barra secando algunos vasos mientras varios clientes pedían varias bebidas alcohólicas a Hanako.
—Nos vemos de nuevo —dijo aquel hombre misterioso sentándose en frente de ella mientras apoyaba sus brazos en la barra.
Karin arqueo una ceja.
—¿Perdón? ¿Te conozco?
—¿Tan rápido te olvidaste de mí? —inquirió el hombre divertido—. Tú fuiste la que me diagnostico un posible coma alcohólico.
Ante lo dicho, la azabache recordó al hombre y se sorprendió que este la recordara mientras que ella había olvidado su mera existencia. Lo escudriño rápidamente notando que se encontraba mucho más sobrio que la última vez y su mirada mostraba tranquilidad, parecía en paz.
—Ahora lo recuerdo —admitió ella—, el cliente de aspecto deprimente.
—Lo único que sé es que te llamas Karin y dejaste temporalmente de estudiar medicina —mencionó el hombre—. ¿No quieres saber de mí, ya que un extraño sabe de ti?
La joven de ojos azules dejo de secar el vaso que tenía en la mano y miro con el ceño fruncido, intentando saber a dónde iba a llegar esta charla. Inspecciono nuevamente aquel hombre tenía cabello castaño, ojos marrones, una mirada relajada con un brillo triste de sus ojos debido a la muerte su prometida. ¿Edad? Suponía que estaba a finales de los veinte o treinta exactos. No podía negar que era malditamente atractivo, pero ella no estaba para una relación y suponía que él tampoco.
—Escucha no sé a dónde quieres llegar, pero tengo a un guardia vigilando la puerta que felizmente puede sacarte a patadas —señalo ella al guardia que se encontraba posicionado al lado de la puerta principal del bar.
—Tranquila, leona, vengo en paz —El hombre levanto las manos mostrando de que venía en señal de paz—. Me llamo Ren, soy abogado y solo quiero ser tu amigo.
—¿Amigo? —Karin arqueo una ceja—. ¿No estas algo grande para eso?
—¿Me llamaste viejo? —Ren frunció el ceño.
—No —negó la azabache sonriendo de forma ladina—, tú mismo te llamaste así.
—No intentes evadir el tema —dijo Ren—. ¿Aceptas o no?
—No —contestó Karin de forma seca.
«Lo que faltaba, no tengo tiempo para lidiar con esto». Se quejó ella internamente. «Aún estoy pensado que excusa poner cuando vea a Sesshomaru por no volver en dos días.»
Tres días después.
—¿Cómo es que tu cuerpo aún tiene elasticidad? —pregunto Kane mientras esquivaba varios golpes consecutivos de Karin.
—¿Me creerías si te dijera que cuando era niña hice ballet? —insinuó la azabache aun intentado propinarle un golpe a su amigo—. Me enseñaron a hacer varios tipos de estiramientos y lo sigo haciendo como una rutina.
Kane estallo en carcajadas.
—¿Tú? ¿Ballet? Eso sí que no me lo creo —dijo mientras detenía el golpe de su amiga y usaba su cuerpo para lanzarlo hacia adelante.
Karin cayo de espalda contra el suelo.
—Ahora... ¿Explícame porque repentinamente quieres aprender aikido solo por esta semana? —pregunto Kane mirando con una ceja arqueada a la chica que se encontraba en el suelo.
—Necesito una motivación en esta semana y mi familia no tiene que saber de esto, ya que piensan que mi herida es grave cuando les digo que estoy perfecta —advirtió Karin levantándose del suelo mientras se ponía en posición de pelea para enfrentarse a su mejor amigo.
Kane miro con negación a su amiga, prácticamente lo había arrastrado para que se inscribiera a aikido junto con ella. Su comportamiento era sospechoso y parecía no querer explicar de sus desapariciones y de la repentina herida en el brazo.
—¿No piensas decirme porque tienes una mordedura de perro? —Kane se puso en posición de pelea y comenzó a esquivar los golpes que Karin intentaba propinarle.
—De repente quise ser adiestradora de perros —Ahora Karin comenzó a esquivar los rápidos golpes de Kane. Lo que había dicho no era del todo mentira porque intentaba adiestrar el comportamiento de Sesshomaru, quien era un demonio perro. El otro tema es que su mordedura era de lobo, no de perro.
—Eres rara.
—Lo sé.
—¿Y piensas que me voy a creer esa mentira?
—Por supuesto, eres Kane, eso no se cuestiona.
—A veces te odio.
—Esa es mi especialidad.
—¿Aun no hablas con Akane y Natsu? —preguntó Kane mientras lanzaba otro golpe.
—No, no quieren escucharme y me maldijeron con que me partiera un rayo. Lo cual no tiene sentido porque el universo me ama, sé que tarde o temprano ellas vendrán a mí —declaró Karin con cierta arrogancia mientras agarraba el brazo de Kane y con la ayuda de su cuerpo, lo lanzo hacia adelante haciendo que este cayera al suelo—. ¡Gane!
—No por mucho —dijo el chico con cierto dolor y aun estando en el suelo, uso su pie para hacer una barrida golpeando los pies de Karin haciendo que esta cayera nuevamente de espalda.
—Fils de ta mère! (¡Hijo de tu madre!).
El miércoles, Karin escuchaba todas las cosas que había pasado Kagome en la Era Feudal junto a su grupo. Sentía pena por Sango de tener que enfrentarse a su hermano siendo manipulado por Naraku, era muy joven para tener que pasar por situaciones como esas. Ya había perdido a toda su familia y su hermano a quien consideraba muerto, estaba vivo con ayuda de un fragmento, al mismo tiempo, que estaba siendo manipulado.
Otras cosas que le conto su hermana menor que la hizo envejecer unos veinte años más fue cuando esta fue secuestrada por una tribu de gatos leopardos. Escucharla relatar por los peligros que había pasado le daba la sensación que en cualquier momento sufriría un ataque cardíaco.
Aun no conocía a ese demonio lobo, Koga, que mencionaba Kagome, pero por lo que contaba esta parecía estar enamorado de ella. Al parecer su hermana prefería ignorar los sentimientos que ese demonio tenía por ella y usarlo para molestar a Inuyasha. Claro que ella no podía regañarla por eso, porque cuando tuvo quince hizo estupideces como esa e incluso peor.
Ella nunca se perdonaría haber perdido la virginidad a los diecisiete por venganza. Por eso, preferiría proteger a Kagome y no aconsejarla, no quería influenciarla para peor. Su hermana menor era inteligente y con mucho más sentido común que ella.
Por último, escuchar que Inuyasha y Sesshomaru habían trabajado "indirectamente" en equipo para derrotar el líder de los gatos leopardo, la hizo sentirse un poco orgullosa de ellos y la vez molesta por habérselo perdido. Cuando todo eso paso, ella se encontraba cuidando de Rin y no sabía nada de los asuntos personales de Sesshomaru, claro, que tampoco preguntaba. Su alianza solamente era para eliminar a Naraku y a la perla de Shikon, nada más.
Por otro lado, Kagome se encontraba desconcertada aun le costaba procesar que su hermana mayor viajara con Sesshomaru y con una niña de la edad de Sota. La sorpresa de saber que esta había hecho un trato con el medio hermano mayor de Inuyasha y que este simplemente aceptara era insólito. Y, sin embargo, Karin lo estaba haciendo bien para un encontrarse viva al lado de Sesshomaru.
Ese mismo día, Inuyasha vino a buscar a la Kagome quien salía de la escuela para llevarla nuevamente al pasado.
—¿No quieres llevarte también la casa, hermanita? —se burló Karin viendo que la mochila amarilla era más grande que su hermana menor.
—¡Cállate! —dijo Kagome irritada por las burlas de su hermana.
—No tiene que llevar todo eso —acoto Inuyasha.
Kagome fulmino al hibrido con la mirada.
Nuevamente el sábado después de haber cumplido una semana de observación y tomar sus medicamentos que el médico le había recetado, todo salió bien. Al haberse hecho varios estudios, resulto que no tenía ninguna infección en su brazo y estaba perfecta.
Karin suspiro aliviada, aunque aún no podía volver a la Era Feudal, porque tenía un trabajo al que ir. Por lo que se iría al día siguiente, tenía muchas ganas de ver a Rin y saber si esta se encontraba sana.
Por suerte, esa noche en el trabajo estuvo todo tranquilo y el tipo abogado llamado Ren no se había aparecido después de haber rechazado su amistad para su alivio.
Ahora su dilema era enfrentarse a Sesshomaru.
Había dos opciones. O no la consideraba importante para la búsqueda de Naraku y se estaba preocupando innecesariamente. O la mataría por ser una estafadora como Naraku.
El domingo después de haberse despedido de su familia. La azabache se encontraba escalando las enredaderas del pozo, esta vez, no solo tenía su arco y flechas sino también una pequeña mochila con los elementos necesario para su sobrevivencia; no era como la exagerada de Kagome.
Al salir del pozo, la joven de ojos azules respiro hondo recuperando el aire y cuando se dio media vuelta se encontró con unos ojos ámbar muy familiar.
—Sesshomaru —dijo Karin sorprendida y luego miro el pozo como su reciente compañía—. No es lo que parece.
—Dijiste dos días.
Al escuchar la voz fría e indiferente de Sesshomaru, la azabache no puedo evitar retroceder un poco; era difícil detectar si estaba enojado.
—Sucedieron cosas que hicieron que no pudiera volver antes, pero no volverá a pasar —se justificó ella rápidamente—. ¿Cómo llegaste hasta aquí? —pregunto frunciendo el ceño, el demonio obviamente no contesto, pero no hizo falta cuando detecto la presencia de Ah-Un detrás de este—. Olvida lo que pregunte, ya me respondió Ah-Un —dijo ella sarcástica mientras veía como los ojos ámbar de Sesshomaru no se despegaban de ella y eso la ponía más nerviosa—. ¿Por qué viniste? ¿Acaso me extrañaste? —se burló queriendo aligerar el ambiente, pero después de arrepintió; Sesshomaru no era como sus hermanos menores, Kane o Inuyasha para decirles esas cosas. El con una burla inofensiva podía tomarlo como ofensa.
—Rin.
—Bueno, eso tiene más sentido —Karin asintió con aceptación—. ¡Espera! ¿Le paso algo, Rin? ¿Esta lastimada? —pregunto con preocupación mientras se acercaba al demonio esperando una respuesta olvidando su instinto de sobrevivencia.
Sesshomaru se dio media vuelta y comenzó a caminar.
—Vámonos.
—¡Al menos dime que paso con Rin!
—Cállate o te matare por molesta.
Karin enmudeció el tipo nunca bromeaba con eso.
«Paciencia ven a mí.»
—¡Señorita Karin!
La azabache al bajar del dragón sintió los bracitos de Rin abrazándola con fuerza, ante la acción de la niña se conmovió y correspondió el abrazo. Luego a lo lejos diviso a Jaken mascullando con enojo por su llegada y prefirió ignorarlo por el momento.
—Dijiste que volverías pronto —reclamó Rin con lágrimas acumuladas en sus ojos.
«No, Rin, no llores».
—No, no, no llores cariño —Karin se arrodillo quedando a la misma altura de Rin—. Lo que paso fue que me enferme —explicó lo más simple para que la niña entendiera.
—¿Te enfermaste?
—Así es —contestó la azabache—. Tenía una herida en el brazo que no se curó correctamente —señalo su brazo derecho—. Mi familia pidió que me quedara por miedo que mi salud empeorara.
—¿Ahora estas mejor? —pregunto Rin y Karin asintió afirmativo, luego miro al demonio que estaba lejos de ellas—. ¡Gracias, señor Sesshomaru por traer a la señorita Karin!
Ante lo dicho por la niña, Karin no sabía si reírse o sorprenderse. Sesshomaru nunca había especificado porque la había buscado, solo menciono a Rin y lo único que pensó es que le había pasado algo a la niña, nunca espero que hiciera caso a las peticiones de esta.
—Asique le pediste a Sesshomaru que me buscara, ¿eh? —dijo Karin sonriendo divertida mientras veía a Sesshomaru, se estaba contiendo las ganas de molestarlo.
—Si —contestó Rin animada.
—Ahora cuéntame. ¿Qué hiciste en estos días que no estuve? —pregunto Karin con curiosidad queriendo saber cómo habían cuidado a la niña mientras no estaba.
—Intentamos con el señor Jaken robarle la espada al señor Inuyasha —respondió Rin de forma inocente.
—¡¿Qué?! ¡¿Cuándo paso eso?! —Karin fulmino a Jaken mientras este se hacia el desentendido.
—Pero no funciono, luego la señorita Kagura me secuestro y me dejo en una cabaña con un niño llamado Kohaku.
—¡¿Kagura?! ¡¿Kohaku?! ¡Se supone que tenías que cuidarla sapo y luego me dices débil a mí! —reclamó Karin furiosa, luego se calló cuando Rin siguió hablando.
—Luego, Kohaku, se comportó de una forma extraña e intento lastimarme, me desmayé y cuando desperté me encontré con el Señor Sesshomaru y el Señor Inuyasha junto con una chica.
«Kagome». Pensó la azabache. «Esta niña va a matarme por la forma normal en que lo dice». Luego se preocupó por lo que hizo Kohaku. Sabía que el pobre niño estaba siendo controlado por Naraku y que Sango intentaba de recuperarlo. Solo esperaba que Sesshomaru no hubiera hecho nada.
Antes de hablar, Karin tapo los oídos de Rin para que no escuchara mientras esta soltó una pequeña risa de diversión.
—Por favor, Sesshomaru, dime que no mataste a Kohaku —pidió Karin mirando al demonio esperando tener una respuesta positiva.
—El humano ya está muerto, su patética vida está siendo retenida por un fragmento —comentó el despectivo.
—Ya se eso —Karin frunció el ceño—. ¿Le hiciste algo? ¿Sí o no?
—¡Humana tonta! Mi amo no tiene por qué darte explicaciones —intervino Jaken encontrándose indignado que aquella sacerdotisa extraña le faltara el respeto a su amo.
Por otro lado, un par de ojos azules miraban desafiante a los ojos ámbar de Sesshomaru. Al parecer ya se había hecho costumbre de no recibir ninguna respuesta de ese maldito demonio, solo hablaba cuando lo consideraba conveniente.
—Por último, señorita Karin, la chica que acompañaba al señor Inuyasha le agradeció al señor Sesshomaru por haber perdonado a Kohaku —mencionó Rin con un tono de voz un poco alto, ya que aún tenía los oídos tapados por Karin y era ignorante por lo que estaba pasando.
Karin suspiro de alivio al saber que el hermano de Sango se encontraba bien, pero seguro aun este estaba en mano de Naraku. Al deja de tapar los oídos de Rin, la abrazo.
—Tranquila, Rin, ya no voy a dejarte por tantos días —aseguro ella mientras fulminaba a Jaken y Sesshomaru.
¿Y que les pareció? ¿Algún Reviews?
¡Hasta el próximo capitulo!
