Beinn na Caillich

Severus no pudo dormir esa noche. Docenas de escenarios estaban desarrollándose dentro de su mente sobre por qué los Mortífagos estaban allí. La razón más plausible era que estuvieran allí para el partido de Qidditch y nada más, pero lo encontraba difícil de creer. Otra razón era que supieran que él estaba allí. No era exactamente un secreto que fuera a un viaje escolar, y con Avery durmiendo en el mismo dormitorio que él, y por no mencionar la cuestionable lealtad de Regulus, los Mortífagos habrían averiguado fácilmente su paradero. Podría haber otra razón detrás de todo esto, sin embargo. El Señor Tenebroso era conocido por querer reclutar más que sólo brujas y magos leales. Quizá el grupo de Mortífagos fue enviado aquí en busca de dragones con el fin de averiguar si podían emplearse en la guerra. Si era así, el clan MacFusty debería ser advertido enseguida. Pero, ¿cómo aceptarían la presunción de un estudiante menor de edad sin reírse de él? Ahora mismo desearía haber traído a Leo consigo. De ese modo habría sido capaz de enviarle un mensaje a Dumbledore directamente. Pero en cambio, estaba encerrado en una isla sin nada más que una varita que no podía usar.

Puede que se hubiera quedado dormido en algún momento porque no tenía recuerdo del sol saliendo. Lo primero que le vino a la mente fue la conversación que había tenido con Lily detrás de los árboles anoche. Ella había intentado convencerlo de que podía ser buena idea contarles al resto de miembros de la Joven Orden lo que estaba pasando, pero Severus no quiso oírlo. Por mucho que comprendiera que el grupo que habían formado estaba preparándose para situaciones como ésta, la mayoría eran todavía menores de edad. Si fueran atrapados empleando magia fuera del colegio, por no mencionar en una zona Muggle, las consecuencias serían demasiadas para manejarlas.

No había nada más que hacer que dejarlo descansar y esperar que no se tropezara con ninguno de los Mortífagos mientras estuviera en la isla. Lily tampoco parecía haber descansado mucho. Severus sólo fue capaz de comer una pequeña ración de huevos y beicon, compensada con gran cantidad de café. Cuando Lily le pasó perezosamente un termo de café que había sacado de su mochila al azar, Severus recordó una vez más por qué se había enamorado de ella en primer lugar.

Fergus y Eachann ya estaban presentes con los caballos y esperando a que llegara el grupo. Lilith y Ernie se alegraron de volver a ver a Severus y Lily, y trotaron hacia la pareja para saludarlos.

Con su termo de café seguro dentro del bolsillo interior de su chaqueta de cuero, Severus saltó sobre el lomo de Lilith. Hagrid volvió a utilizar su paraguas rosa para agrandar la moto de Sirius, y se formó una fila con los MacFusty al frente.

Iban a volar a la parte sur de la isla. Les dijeron que iban a un valle llamado Swordale. En él, una gran formación de colinas llamada Beinn na Caillich albergaba a varios dragones Negros de las Hébridas.

El calor del termo de café estaba presionado cómodamente contra su cuerpo mientras volaban en el frío aire de la mañana. Había un cielo sin nubes, y el grupo se vio obligado a volar más alto para evitar ser vistos por los Muggles desde abajo.

El grupo estaba a mitad de camino cuando pasaron el viejo puente de Sligachan, que conecta la parte norte de la isla con la parte sur, divididas por el río Sligachan. Desde ese punto siguieron río abajo hasta que pasaron las colinas de Marsco, y giraron ligeramente al este hasta que finalmente llegaron al Beinn na Caillich.

Fergus dio la señal de que iban a descender hasta la orilla de un pequeño lago, localizado al mismo borde del beinn. Cuanto más se acercaban a terreno sólido, más quedaba claro que habían entrado en un lugar mágico. Varios establos aparecieron de repente a la vista, así como varias personas que estaban volando en escobas. A juzgar por sus atuendos de tartán y cabello rojo similar al de Fergus y Eachann, tenían que ser miembros del clan MacFusty.

En el momento que los pies de Severus tocaron el suelo, sacó el termo de café y le dio un gran trago. 'Guárdame un poco, por favor,' dijo Lily mientras le arrebataba el termo de las manos. 'Mis huesos están congelados del vuelo.' Después de saborear el café, ella dio una buena mirada alrededor. 'Es realmente hermoso aquí afuera.'

Severus asintió en acuerdo. La habitual desolación de Escocia se iluminaba en el sol ascendente. Beinn na Caillich proyectaba una magnífica sombra sobre el paisaje, y la superficie del algo relucía como diamantes. El púrpura de las flores de la hierba de luna y las espesas hebras verdes de la hierba de canilla asomaban a través del musgo y el pasto de ciervo.

'¿La hierba de luna no es mágica?' preguntó Lily, como si de algún modo hubiera leído la mente de Severus.

'Lo es,' dijo él mientras se arrodillaba ante una planta. Las flores púrpura eran bonitas, pero eran las vainas planas y ovales lo que llamaron su atención. 'Quizá deberíamos llevarnos un poco–'

'–No, no puedes,' dijo una señora del clan MacFusty estrictamente. 'Estas flores están aquí por una razón, sabes.'

'¿Y qué razón sería?' preguntó Severus educadamente. 'Como pocionista, tengo curiosidad genuina.'

'Sí, ya sé quién eres,' dijo la señora. 'Eres el joven muchacho que consiguió una Orden de Merlín, ¿no? Pensaba haber reconocido tu cara.'

'El primero y único,' dijo Severus aburrido. '¿Para qué usan estas plantas?'

La señora sonrió y también se arrodilló. 'Es más bien una historia popular, en realidad. Son flores de luna, como ya sabes, sólo pueden ser recolectadas a media noche. Aunque la razón por la que hay tantas por aquí, es porque protegen de los dragones.'

Severus de inmediato apartó las manos de la flor. '¿Estas flores protegen de los dragones?' preguntó con el ojo torcido.

'Sí,' dijo la señora. 'Bien porque las flores son mágicas, o porque simplemente no les gusta el olor de ellas. De cualquier modo, funciona. Eso es por lo que plantamos tantas por aquí. Evitan que los Muggles los vean. Parece que tenéis que montar el campamento.'

Severus miró por encima del hombro y vio que Hagrid había dejado una pequeña bolsa Mokeskin. Permitía a cada estudiante sacar una tienda de la bolsa y formar un campamento alrededor de la orilla del lago.

Los estudiantes de séptimo año habían formado en cierto modo su propio círculo, así que los estudiantes de sexto año decidieron hacer lo mismo de modo que se hicieron dos campamentos separados. Mientras Severus se ocupaba de montar su propia tienda, recordó la última vez que él y Lily habían intentado acampar en Dartmoor.

Para el momento que todas las tiendas se hubieron montado, el familiar sonido de alguien Apareciéndose llenó el campamento, y el Profesor Kettleburn hizo el anuncio de que había llegado un nuevo invitado.

Severus de inmediato reconoció quien era. Newt Scamander; el hombre que lo había defendido en su ordenación como caballero de la Orden de Merlín, y Autor de Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos.

'A todos, os presento al señor Newt Scamander,' dijo el Profesor Kettleburn orgulloso. 'Se unirá a nosotros durante un par de días mientras salimos a buscar al dragón Negro de las Hébridas.'

Todos saltaron sobre sus pies y formaron una fila para estrechar la mano al famoso hombre frente a ellos. Para el momento que el Señor Scamander terminó finalmente de saludar a todos, se volvió hacia Severus. 'Me alegro de volver a verlo, Señor Snape,' dijo.

'Estaba preguntándome si iba a aparecer,' dijo Severus, notando cómo varios estudiantes estaban mirándolos a los dos maravillados. 'Me alegro de volver a verlo.'

'La familia Belby le envía sus saludos,' dijo Scamander. 'Y también a ustedes, Señorita Evans y Señor Lupin. De hecho, Señor Lupin, me gustaría hablar con usted un momento. En privado, preferiblemente.'

Remus asintió comprendiendo y siguió a Scamander para caminar alrededor del lago. Severus no necesitaba oír para saber de qué iban a hablar. Llevaba noticias para Remus sobre el progreso del reclutamiento de licántropos, y sólo podía esperar que el mensaje fuera positivo.

'Casi olvidé que se suponía que se uniría a nosotros,' dijo Lily mientras observaba a Remus y Scamander alejarse. 'Deberías comprobar el interior de tu tienda, Sev. Es más grande por dentro.'

Severus arrojó su mochila a un lado y gateó a través de las solapas delanteras de la tienda. Tenía que darles crédito a Hagrid y el Profesor Kettleburn por la cantidad de preparación que habían puesto en este viaje. Cuando se enderezó, vio una cama de aspecto confortable en el rincón de la tienda. Una zona de cocina diminuta y una mesa con dos sillas estaban en el lado opuesto. Oculta detrás de una cortina había una cabina de ducha, y un farol Muggle estaba colgando de un gancho del techo. Tenía que admitir, el interior de esta tienda tenía mucho mejor aspecto que el que tuvo nunca su lugar en Spinner's End.

Después de haber dejado sus cosas sobre la cama, Severus volvió a gatear fuera de la tienda. El grupo había comenzado a recoger madera seca para encender un fuego en el centro del campamento. Eachann llegó para decirles que el mejor momento para ver dragones era tarde por la noche, y que tendrían otro aliciente también. Se predecía que el cielo permanecería sin nubes hasta bien entrado el día siguiente, lo que significaba que era más que probable que fueran capaces de ver la aurora boreal.

'La aurora boreal, Sev,' dijo Lily mientras intentaba encender el fuego con un chasquido de los dedos. 'Nunca antes he visto la aurora boreal.'

'Yo tampoco,' dijo Severus mientras añadía algunas hojas secas al montón de leña, y chasqueaba los dedos para encender una chispa. 'La aurora boreal… me pregunto si contiene energía mágica.'

'Probablemente la tenga,' dijo Lily, que ahora estaba agitando las manos con el fin de extender el pequeño fuego que había creado.

'Es una pena que no podamos usar nuestras varitas, podríamos–'

'¿–Quién dijo que necesitábamos nuestras varitas para averiguarlo?' dijo Lily, sacudiendo la cabeza con incredulidad. 'Entre todas las personas pensaba que tú comprenderías que la magia es algo que tiene que sentirse. Algo que fluye a través de ti… a menos por supuesto que quieras intentar atrapar la luz dentro de un tarro de albañil.'

Severus sonrió, se volvió a su tienda para sacar las dos sillas que había encontrado antes, y se sentó frente al fuego. Lily se sentó en la silla a su lado, y puso las manos entre las de él para calentárselas. '¿Qué crees que se traen entre manos los Mortífagos?' preguntó ella con cautela.

A través del fuego, al otro lado del lago, Severus podía ver dos pequeños puntos moviéndose. 'No estoy seguro,' murmuró en respuesta mientras fijaba los ojos en Scamander. 'Pero sólo puedo esperar que estén aquí por el partido de Quidditch, y nada más.'

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N/A Beinn significa montaña.

N/A En la alquimia, la hierba de luna se considera una planta mágica que protege de los monstruos. Una de las cosas más geniales sobre esta planta de aspecto insólito es que el aceite de las semillas contiene un ácido graso que ayuda contra la esclerosis múltiple.

N/A Octubre es el mejor momento del año para ver la Aurora Boreal en la isla de Skye.