N/A Rollo fluff
. . . . . . . . .
Antes de Hallowe'en
La única ventaja de perderse su viaje a Skye, fue que no tuvo que posponerse una reunión con la Joven Orden. Le dieron a todo durante su siguiente lección el domingo, repasando todo lo que habían aprendido desde su fundación.
Después de su reunión, Remus le había preguntado a Severus qué le había sucedido al Señor Scamander exactamente, y Severus decidió que sería mejor ser honesto si consideraba cualquier cosa relacionada con licántropos. Remus se marchó a escribir a los Belby enseguida, a pesar de que Severus tenía la sensación de que Dumbledore podía haberles informado ya, ya que también eran miembros de la Orden del Fénix.
Había una atmósfera permanente dentro del castillo que cortaba el corazón de Severus como un cuchillo. La presencia de Umbridge, los Dementores, y el aroma de nevadas tempranas en el aire hacían que el lugar se sintiera más frío que nunca. Más y más estudiantes se acurrucaban juntos en los pasillos y llevaban los abrigos sobre las túnicas mientras estaban en clase. No es que el aire frío le hubiera molestado nunca antes, pero había algo que hacía que el extraño frío le congelara los huesos. Como si un fantasma estuviera flotando a través de él una y otra vez, dejando un desagradable escalofrío corriendo por su espina dorsal.
Los nombres de los McKinnon estaban plasmados por todo El Profeta. Las imágenes de sus rostros llorosos infundieron más temor que nunca entre la comunidad mágica. Se tomaron aún más medidas de seguridad, y en el momento que llegó el Profeta Nocturno, los dedos habían señalado al principal sospechoso. La mayoría apuntaban a un Mortífago llamado Travers, y Severus no estaría ni remotamente sorprendido si fuera cierto, recordando haber trabajado codo a codo con Travers antes y estando familiarizado con sus métodos y filosofía.
Lily y Severus volvieron a encontrarse en la Sala de Menesteres después de cenar. Principalmente caminaron por ahí buscando objetos anormales o potenciales ingredientes de pociones, pero no llevó mucho antes de que se encontraran sentados en el borde de la cama donde habían hecho el amor antes.
Severus se dio cuenta de que Lily estaba angustiada, ya que no estaba hablando tanto como normalmente, y sabía que era capaz de sentir la misma angustia en él. Los días previos a hallowe'en siempre habían sido los peores días del año. El recuerdo de su muerte, y los muchos años que siguieron, cada hallowe'en había sido desastroso.
Podía sentir las yemas de los dedos de ella pasando arriba y abajo por la parte interna de su muslo, y supo exactamente lo que estaba insinuando. Una parte de él no estaba segura de si estaba de humor o no. Su mente demasiado ocupada con la desaparición de Scamander. El hecho de que Umbridge siguiera en Hogwarts. Potter poniéndose celoso… pero se rindió en cuanto sintió sus suaves labios conectar con su nuca.
'Todavía tenemos que ir a la fiesta pre-hallowe'en de Slughorn,' dijo Severus mientras cerraba los ojos y se tumbaba de espaldas.
'Puede esperar un ratito,' dijo Lily mientras las yemas de sus dedos encontraban su camino debajo de su camisa. 'Por ahora, sólo quiero estar cerca de ti.'
Una ola de dulce deseo cubrió a Severus mientras las manos de Lily trazaban la piel sensible por encima de la línea de su cinturón. Una sensación cálida, palpitante, surgió de sus pantalones, no queriendo nada más que sentir su calidez encima de él.
No llevó mucho antes de sentir las piernas de ella cerrándose alrededor de sus muslos. Su rojo cabello danzando en torno a ella mientras liberaba su deseo sexual encima de él. Él le tocó los pechos y provocó sus pezones entre húmedos pulgares y dedos mientras la sentía apretándose más y más a su alrededor. Sus gemidos se volvían más fuertes con cada movimiento.
Severus no terminó, ni tenía deseo de hacerlo. Mientras Lily estuviera satisfecha, también lo estaba él. Se quedaron un rato acostados en brazos del otro, dormitando en la cómoda cama hasta que de repente lo despertó un codo metiéndose en sus costillas.
'¡Llegamos tarde a la fiesta de Slughorn!' chilló Lily mientras lo sacudía bruscamente por los hombros. '¡Tenemos que irnos, Sev!'
'No es que nos estemos perdiendo gran cosa,' gruñó Severus, ligeramente irritado por el brusco despertar. '¿Por qué tienes tantas ganas de ir?'
'Porque siento que se lo debemos al Profesor Slughorn,' dijo Lily mientras rodaba fuera de la cama. 'Siempre está ahí para nosotros cuando lo necesitamos. Estuvo ahí para ti cuando tu mamá murió. Cuando recibiste tu Orden de Merlín. Cuando tu padre murió. Nos dio un nuevo laboratorio de pociones para trabajar… no veo razón para no ir.'
'Porque estará abarrotado,' murmuró Severus mientras se alisaba el cabello. 'Pero tienes razón. Se lo debemos. Mejor nos cambiamos y vamos.'
. . . . . . . . .
Fue la primera vez que Severus tenía una razón para ponerse la túnica negra que Augusta Longbottom le había regalado el verano pasado. Por mucho que temiera la fiesta, se sintió bien volviendo a llevar su antigua ropa. Y aun así estaba sin estrenar al tacto. El negro todavía no se había desteñido a gris durante los años por venir. Los botones todavía brillaban, y el tejido aún olía débilmente a tinte.
Con una leve sonrisa burlona en el rostro, Severus salió de la sala común Slytherin y se encontró con Lily para continuar caminando por el corredor de la mazmorra. Débiles voces podían oírse antes de que doblaran la esquina que llevaba al despacho del Profesor Slughorn. Allí, se encontraron con gran parte de la Joven Orden, algunas personas que debían ser famosas por una u otra cosa, varios maestros, y – para la agradable sorpresa de Severus – la familia Belby.
Sabiendo que estaba rodeado de gente en la que podía confiar, Severus se sintió un poco más a gusto en la fiesta de lo que lo había hecho la primera vez. Moviéndose como una araña por el borde de la pared, se abrió camino hasta los Belby y los saludó con un firme apretón de manos. 'Me sorprende veros a ambos aquí,' dijo. 'Especialmente con Dolores Umbridge merodeando por el castillo. ¿Dónde está Bronwyn?'
'No podíamos dejar pasar una invitación del Profesor Slughorn, ¿verdad?' dijo Catriona con una sonrisa. 'Y Bronwyn está justo allí, en brazos de Lily.'
Severus torció el hombro para ver dónde estaba señalando Catriona, y una ola de celos lo cubrió cuando vio no solo a Lily, sino también a Potter canturreando al pequeño. El hecho de que Potter fuera capaz de hacer reír a Bronwyn no estaba mejorando la situación. 'Me alegra ver que está sano,' dijo rígidamente. '¿Alguna razón especial por la que estéis aquí?'
'Pareces un poco irritado, Severus,' dijo Damocles en tono preocupado. '¿Algo va mal?'
'Simplemente no soy aficionado a las multitudes,' dijo Severus, las palabras cayendo de su boca como una débil excusa.
Desde detrás de él, Damocles cogió tres botellas de cerveza de mantequilla y las descorchó con la punta de su varita. 'Toma,' dijo mientras empujaba una botella en las manos de Severus. 'Eso debería calmarte los nervios un poco.'
'¿Algún plan para Hallowe'en, Severus?' preguntó Catriona después de tomar un sorbo de su cerveza de mantequilla. 'Una lástima que caiga en domingo. Dudo que haya algo abierto en Hogsmeade mañana.'
'¿Aparte del tradicional festín de Hallowe'en?' dijo Severus en respuesta, 'no mucho. No puedo evitar sentir esta extraña sensación de terror persistente en el aire.'
Inseguro de por qué siquiera estaba siendo tan honesto sobre su mal estado mental, decidió apurar toda la botella de cerveza de mantequilla de un trago y se disculpó para unirse a Lily. Por el rabillo del ojo pudo ver que Remus había tomado su lugar, y se sintió ligeramente aliviado por no tener que participar en la presión social de conversar con los Belby.
Bronwyn había crecido significativamente desde la última vez que lo había cogido en el Caldero Chorreante. Todavía un bebé, había un poco más de personalidad que leer en su diminuto rostro. Aunque Severus dudaba que Bronwyn lo recordara, los ojos del pequeño cambiaron su enfoque de la cara de Potter a la suya, y sonrió.
'Buen amiguito, ¿no?' dijo Slughorn de repente desde detrás de ellos. 'Me alegra verte aquí, Severus. No esperaba que aparecieras.'
'Para ser honesto con usted, Profesor,' dijo Severus, 'no estaba seguro del todo de si quería estar aquí o no.'
'Y aun así, viniste,' dijo Slughorn mientras palmeaba el hombro de Severus un poco demasiado fuerte, y llevó la voz a un susurro. 'Me alegra ver que lo llevas mucho mejor que antes.'
Severus asintió rígidamente comprendiendo y se concentró en el pequeño en brazos de Lily, que estaba durmiéndose lentamente por el suave balanceo. Aunque no era aficionado a los niños de ninguna forma o manera, todavía había algo encantador en ver al amor de su vida arrullando a un niño. Un recuerdo destelló ante sus ojos, cuando le había suplicado al Señor Tenebroso que le perdonara la vida, y vagó a lo que habría sucedido si hubiera vivido, y su hijo hubiera muerto en cambio. Pensando en ello, de haber muerto su hijo aquella noche, ella probablemente habría muerto con el corazón roto poco después. Nadie habría ganado en esa situación.
Potter se había marchado para reunirse con sus amigos después de que Bronwyn se hubo quedado dormido. Entonces Lily se lo devolvió a Damocles donde siguió durmiendo, y se acercó a la mesa que estaba cubierta de canapés y dulces. 'Qué bebé tan encantador,' dijo ella mientras apilaba algunas rodajas de manzana caramelizada en un plato. '¿Lo llevas bien, Sev?'
Severus se encogió de hombros. 'No puedo decidir del todo si estoy aburrido o sólo cansado,' dijo mientras observaba al Profesor Slughorn hablar con Remus y Sirius por encima del hombro de Lily.
'Si prefieres irte a dormir, no voy a retenerte,' dijo Lily con una sonrisa. 'Estoy segura de que Slughorn lo entenderá.'
Con un barrido del brazo Severus atrajo a Lily por la nuca y la besó en los labios. 'Volveré a verte en el desayuno. Probablemente sólo necesito dormir un poco.'
Lily le devolvió el beso y le apretó el hombro. 'Simplemente habla conmigo a través del espejo si no puedes dormir.'
Después de un cortés saludo con la mano a todos los que conocía en la sala, regresó a los dormitorios Slyhterin. Paul ya estaba esperándolo en la cama, como si de algún modo supiera que Severus no estaría fuera mucho tiempo.
Echando su túnica a un lado, Severus se arrastró dentro de la cama y sintió a Paul acurrucándose en su nuca. Estar rodeado de oscuridad no lo reconfortó tanto como habitualmente. Todavía permanecía la enfermiza sensación de presentimiento que ni el sueño ni la presencia de Lily podían calmar.
Tanto en su corazón como en su mente, Severus sabía que las cosas estaban a punto de cambiar. Levantó su espejo de doble sentido, sólo para llegar a la conclusión de que Lily probablemente seguía en la fiesta de Slughorn, y se preguntó si estaba sintiendo lo mismo que él estaba sintiendo.
Mientras derivaba lentamente hacia el sueño, la tormenta de su mente se ennegreció en nubes de truenos. Una nueva amenaza estaba acechando justo a la vuelta de la esquina.
