Una Nueva Profecía
Nada parecía salirse de lo ordinario la mañana de Hallowe'en. Los corredores y pasillos del colegio fueron decorados durante la noche con calabazas y telarañas flotantes. Murciélagos mágicos estaban volando por ahí, y ocasionalmente uno estallaba en una ducha de confeti naranja y negro si golpeada el muro por accidente.
A pesar del hecho de que era domingo, ni los estudiantes ni los miembros del personal se atrevieron a salir. Había una fuerte tormenta rugiendo. La lluvia restallaba sonoramente contra el techo mágico del Gran Comedor, haciendo casi imposible tener una conversación adecuada sin tener que gritar.
Para mediodía, la biblioteca estaba abarrotada de estudiantes poniéndose al día con los deberes, proclamando el Hallowe'en de este año como el más aburrido en más de cien años. Hacía frío. Aún más frío que el día anterior, y por una vez incluso Severus tuvo que admitir que el calor de la sala común Gryffindor parecía mucho más atractivo que las mazmorras Slytherin. No tenía recuerdo de que este Hallowe'en en particular fuera tan frío durante su primera vida, pero reflexionando sobre ello probablemente no había sentido lo suficiente para que le importara.
Todos acurrucados en un rincón polvoriento de la biblioteca, Severus y Lily se ponían al día con algunos fragmentos de deberes que les quedaban, junto a casi todos los demás miembros de la Joven Orden. '¿Creéis que parará alguna vez?' murmuró Remus perezoso mientras miraba por la ventana. '¿O la lluvia está volviéndose lentamente una tormenta de granizo?'
'Eso definitivamente es una tormenta de granizo,' dijo Mary con sequedad, las piedras de hielo ahora haciendo que las ventanas traquetearan. 'Éste es realmente el peor Hallowe'en que nunca he vivido.'
'Pero no tiene que ser el peor,' dijo Sirius en voz alta con un ceño en el rostro. 'Sé que hay algo que todavía podríamos hacer – ya que no podemos ir a Hogsmeade.'
El centelleo en los ojos de Sirius revelaba que tenía un plan en la manga que sólo un Merodeador sería capaz de lograr. 'No es nada grande, en realidad,' añadió encogiéndose de hombros. 'Sólo que el pasadizo subterráneo a Honeydukes sigue abierto. Siempre podríamos hacer una visita allí… y quizá algunos pubs estarán abiertos.'
El énfasis en "pubs" fue una clara indicación de que la escapada por dulces no era la principal intención de la excursión subterránea a Hogsmeade. A pesar de que la mayoría de las tiendas estaban cerradas, los pubs y casas de té debían estar abiertos.
'¡Me apunto!' dijo Lily con entusiasmo. 'Me iría bien un poco de aventura. Cualquier cosa es mejor que esto.'
'Todos sabemos cómo fue pasar Hallowe'en en Hogsmeade el año pasado,' dijo Severus, su mente recordando ver la Marca Tenebrosa flotando en el cielo. '¿Estáis seguros de que es buena idea?'
'Si no es buena siempre podemos simplemente regresar,' dijo Remus mientras de repente comenzaba a recoger sus libros. 'Lily tiene razón. Cualquier cosa es mejor que esto.'
. . . . . . . . .
Dividido entre el acontecimiento del año pasado y la idea de Lily saliendo a Hogsmeade sin él, Severus empujó a un lado su enfermiza sensación de presentimiento y siguió al grupo por el pasadizo que estaba oculto por la estatua de la bruja tuerta.
Los merodeadores debían tener algún tipo de acuerdo con el propietario de la tienda de dulces, porque cogieron algunas tabletas de chocolate y dejaron algo de dinero sobre el mostrador como si lo hubieran hecho antes una docena de veces. Con los encantamientos resistentes al clima más fuertes que pudieron reunir, se enfrentaron a la tormenta de granizo y se dirigieron directamente a las Tres Escobas.
El calor de la chimenea fue bienvenido por todo el grupo. Madame Rosmerta les lanzó a todos una única mirada fulminante y luego se encogió de hombros, muy probablemente decidiendo que no era problema suyo que algunos estudiantes se las hubieran arreglado para escaparse del castillo.
Potter decidió invitar a todos a una ronda de Cervezas de Mantequilla y comenzó a partir las tabletas de chocolate que había cogido de Honeydukes. Mientras el grupo charlaba alegremente, el fuerte granizo se convirtió en grandes gotas de lluvia, y el viento de repente se volvió más cálido y bajos retumbares pudieron oírse en la distancia.
'Un poco extraño oír truenos en esta época del año,' dijo Emma mientras limpiaba el vaho de la ventana. 'También está cayendo un poco de nieve.'
'Parece que el invierno llega temprano,' dijo Mary, no sonando complacida en lo más mínimo. 'Aun así, es mejor la nieve que una tormenta de granizo.'
Severus se asomó por la pequeña sección de vidrio que Emma había limpiado. Era bizarro ver caer la nieve tan temprano en el año, pero bueno, estaban bastante al norte y la mayor parte del tiempo la primera nieve habría caído en cuestión de algunas semanas. Era más el bajo retumbar y el súbito cambio en el viento lo que lo inquietaba. Casi se sentía antinatural, aunque sabía que la rara ocurrencia de nevada y truenos definitivamente era plausible. 'Lily,' dijo mientras se volvía hacia ella, 'quizá deberíamos hacerle una visita al Señor Aberforth antes de regresar al castillo.'
'¿Crees que podría querer hablar de Marlene?' preguntó Lily.
Severus asintió, sabiendo que probablemente Aberforth no conocía a Marlene lo suficientemente bien para que le importara su muerte a un nivel personal. 'Quizá Dumbledore también esté allí. Sería el momento perfecto para hablar de lo que sucedió el año pasado – y a ella.'
'Entonces mejor vamos yendo antes de que se ponga el sol,' dijo Lily, ya echándose la capa mientras hablaba. 'O antes de que se desate otra tormenta de granizo.'
Apurando su cerveza de mantequilla, Severus siguió a Lily fuera de las Tres Escobas y siguieron el camino que conducía a la posada de Aberforth. Comparada con el pub que acababan de abandonar, el aire estaba mucho más frío y las pocas personas presentes estaban cubiertas de gruesas capas de ropa con el fin de permanecer calientes.
A Aberforth, que estaba ocupado con un trapo sucio tras el mostrador, no parecía molestarle el frío lo más mínimo. 'Señor Snape, Señorita Evans,' murmuró con un asentimiento en su dirección. '¿Qué los trae por aquí en este Hallowe'en particularmente sombrío y lúgubre?'
'Sólo imaginamos que le haríamos una visita,' dijo Lily mientras limpiaba algo de polvo de un taburete de la barra y se sentaba. 'No hemos estado aquí desde el ataque de Mortífagos el año pasado.'
'No puedo decir que les culpe,' respondió Aberforth. 'Oí de los McKinnon de mi hermano. Trágico. Muy trágico.'
Con una triste mirada en el rostro, Lily asintió en acuerdo. '¿Cómo ha estado, Señor Dumbledore?' preguntó.
'Igual de viejo, igual de viejo,' murmuró Aberforth mientras servía tanto a Lily como a Severus un generoso trago de whisky de fuego, y dejaba la botella sobre el mostrador. 'Siéntanse libres de servirse más si quieren.'
Lily tomó un sorbo con cautela y murmuró que necesitaba hacer uso del servicio. Mientras se marchaba contoneándose, Severus se quedó mirando fijamente su vaso de whisky de fuego, observando las llamas dentro del líquido girar suavemente, hipnóticas, y por un fugaz momento se preguntó si a su padre le habría gustado este tipo de whisky de no haber estado tan aterrado por la magia.
No fue hasta que casi hubo terminado su segundo vaso que se dio cuenta de que Lily estaba tardando una terrible cantidad de tiempo en regresar. Torció el cuello hacia los baños y esperó verla aparecer en cualquier segundo, pero por el rabillo del ojo su inconfundible cabello rojo estaba casi eclipsado por el salvaje pelo rubio de otra mujer. Estaba sentada con una señora a una mesa junto a la ventana, manteniendo lo que parecía ser una conversación profunda. Los ojos de Lily captaron los suyos, y su ceja se alzó en un ceño de disculpa, como si de algún modo se hubiera visto atrapada en una conversación que no quería entablar especialmente en primer lugar.
Preparado para salvar a Lily de tener que lidiar con una conversación incómoda, Severus sacó pecho y caminó con confianza hacia Lily, sólo para sentir que su corazón se enfriaba en cuanto vio con quién estaba hablando.
Su abrigo de piel de escarbato había estado oculto del todo por sus muchas capas de joyería reluciente. Chales de cuentas de diferentes colores cubrían su rostro hasta las orejas, y quizá el rasgo más característico de todos, sus gafas hacían que sus ojos asomaran como los de un gran insecto.
'¡Oh, hola, querido!' dijo Trelawney alegremente antes de que Severus fuera capaz de abrir la boca. 'Tú debes ser Severus. Soy Sybill Trelawney.' Ella extendió la mano sólo para volver a retirarla, como si de algún modo hubiera detectado una energía negativa flotando alrededor de él que la repeliera. 'Justo estaba contándole a tu encantadora novia que tiene por delante un brillante futuro. Por favor, toma asiento.'
'Preferiría no hacerlo,' dijo Severus rígidamente. 'Lily, es hora de marcharnos.'
'¿Qué – por qué?' preguntó Lily. '¿Qué–?'
'Ahora.'
Trelawney le echó un vistazo a Lily como si estuviera intentando decirle telepáticamente que debería buscarse un novio menos exigente. 'No antes de que me digas lo que está pasando, Sev,' dijo Lily obstinada. '¿Qué te ha entrado–?'
Imaginando que una disculpa adecuada podría llegar más tarde, Severus agarró a Lily por los hombros y la sacó de su silla. 'Sígueme,' dijo mientras la obligaba a regresar a la barra. 'Te lo explicaré luego.'
'¿Qué está mal en que hable con ella?' le espetó Lily al oído. 'Sólo es una hippie, Sev. Dijo que podía predecir mi futuro si quería. Sólo tómalo con un poco de–'
'No es sólo una hippie cualquiera,' espetó Severus en respuesta. 'Necesitamos regresar al castillo. Ahora.'
'¡Es mejor que tengas una maldita buena explicación de por qué estás haciendo esto!', dijo Lily, enfureciéndose, y apuró el resto de su whisky de un gran trago. 'Me niego a meterme en esa tormenta de nieve a menos que–'
'¡No me hagas obligarte!' gritó Severus. '¡Éste no es el lugar adecuado para comenzar una discusión así!'
Severus respiró hondo para calmarse y bajó la voz. 'Por favor, Lily, no tienes idea de lo serio que es esto.'
'Sé que lo es,' dijo Lily mientras imitaba su respiración. 'Tus ojos se han vuelto fríos.'
'Regresemos a las Tres Escobas,' dijo Severus. 'Te lo explicaré más tarde. Te prom–'
' – Las almas se diseminan a través del tiempo. Los cuatro grandes magos que desafiaron a la muerte se realinean. La oscuridad llega cuando se entromete con el tiempo. Tres deben fracasar en realinearse antes de que llegue la oscuridad – las almas se diseminan a través del tiempo. Los cuatro grandes magos–'
'Está teniendo un ataque o algo así,' dijo Lily antes de llegar a la conclusión de que algo iba terriblemente mal.
'No,' fue todo lo que Severus pudo murmurar. 'No. Esto no puede estar ocurriendo. Esto–'
'¡Sev! ¡Ayúdame, creo que está teniendo un ataque!' gritó Lily, que había corrido junto a las mesas para ir en ayuda de Trelawney. 'Tres deben fracasar–' '¡No comprendo de qué está hablando! ¿Señorita Trelawney? ¿Sybill? ¡Por favor, despierte!'
Esforzándose por salir de su propio trance, Severus ordenó a Aberforth que reclamara la ayuda de su hermano. Aberforth envió enseguida su Patronus en dirección al castillo. Su mayor temor se había hecho verdad. Todo este tiempo tuvo una enfermiza sensación de presentimiento. Que debería haberse encerrado en los dormitorios Slytherin y esperar que pasara Hallowe'en. 'La oscuridad llega–'
'¡No comprendo qué está pasando, Sev!' gritó Lily a través de sus lágrimas. '¿Qué le está ocurriendo?'
Lily estaba agarrando con fuerza el abrigo de Trelawney, como si esperara que se viniera abajo si no la mantenía en su sitio.
'Es una Vidente, Lily,' dijo Severus con un ligero temblor en la voz mientras le ponía una mano en el hombro. 'Pronuncia profecías. Eso es lo que hace.'
'–los cuatro grandes magos–'
El patrón repetitivo en la extraña voz de Trelawney comenzó a desvanecerse, y Lily se sintió lo suficientemente cómoda para soltar su abrigo. '¿Cómo puedes estar tan seguro, Sev?' preguntó mientras se secaba una lágrima con la manga. '¿La has conocido antes?'
'Lo he hecho,' dijo Severus, sabiendo que la honestidad era la mejor política. 'Sabes que tengo muchos secretos, y cada uno comienza con ella.'
La puerta de la posada se abrió de golpe, y entró un Dumbledore de aspecto bastante furioso. Sus ojos azules buscaron por la posada hasta que encontró a su hermano tras la barra, que ya había regresado a limpiar con un trapo sucio. 'En el nombre de Merlín, ¿qué está pasando, Aberforth?'
'Esa señora de allí tuvo un ataque,' dijo Aberforth casualmente. 'Severus quiso que te convocara.'
'No tuvo un ataque,' dijo Severus en voz alta. 'Es una Vidente. Acaba de pronunciar una nueva profecía.'
'Estoy bastante segura de que debo haberme quedado dormida, querido,' dijo Trelawney detrás de él, sonando un poco molesta. 'Si hubiera predicho algo lo habría sabido. Ahora si todos me disculpan, mejor voy a tumbarme un rato.'
Lily estuvo a punto de detener a Trelawney mientras se encaminaba escaleras arriba, pero Severus la obligó a quedarse quieta. 'Es hora de que te cuente todo lo que sé,' le susurró al oído. 'Aberforth,' dijo mientras levantaba la mirada, 'si es posible, necesito que lleves a Lily de regreso al castillo. Necesito hablar con Albus en privado, por favor.'
Con un suspiro y un asentimiento de comprensión, Aberforth guio a Lily fuera del pub, y Severus le signó que se encontraría con ella en la Torre de Astronomía en cuanto regresara al castillo.
Sin andarse por las ramas, Severus le repitió toda la profecía a Albus mientras caminaban lentamente de regreso al castillo. Tenía una vaga comprensión de lo que significaba, pero su mente no asimilaba las capas más profundas. Todo lo que pudo sacar en claro era que era hora de hablarle a Lily sobre el futuro de su pasado, sabiendo que su respuesta sería tan impredecible como una implacable tormenta.
'Quizá lo mejor sería que continuemos esta discusión después de clase mañana,' dijo Albus. 'Especialmente porque no es la primera vez que has lidiado con una profecía que habla de la muerte.'
'Aunque la diferencia es que Trelawney hizo una profecía en su presencia aquella vez,' añadió Severus. 'Yo sólo oí parte de ella entonces, lo que causó un desastre mayor de todo lo que me importa admitir.'
'Ve a hablar con Lily,' dijo Albus mientras entraban en el castillo. 'Si alguien merece tener una mejor comprensión de todo ello, es ella. Como dije, continuaremos con esto mañana.'
Severus asintió y siguió a Albus en silencio escaleras arriba hasta que fue el momento de separarse y girar hacia la Torre de Astronomía. Con un gran deseo de fumarse un paquete entero de cigarrillos y los zapatos pesándole como plomo, encontró a Lily sentada en el centro de la torre, rodeada de llamas para mantenerse caliente.
Ella se dio la vuelta, con aspecto confundido pero sonriendo de todos modos. Todo su universo pelirrojo estaba sentado allí, sin saber que el mundo tal como lo conocía estaba a punto de volverse infinitamente mayor.
Severus le cogió la mano y se sentó a su lado, y la miró directamente a los ojos para asegurarse de que estaba preparada para oír todo lo que merecía saber. 'Antes de tenerte despierta toda la noche con mi charla interminable, por favor, recuerda que lo hice todo por amor a ti.'
Con un grácil movimiento de muñeca, ella arrojó un paquete de cigarrillos directamente a su regazo. 'Entonces comienza a hablar. Tengo toda la noche.'
