💜 Como siempre... ¡Muchas gracias a todos por sus comentarios, follows/votos!. No miento cuando digo que un solo comentario puede motivarme a continuar escribiendo.
Me disculpo por el atraso, pero realmente no pude hacerlo antes.
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❗ Aviso: el próximo capítulo será publicado el jueves 27 de Enero, debido a vacaciones y espero subir el que sigue tras ese el viernes como tengo planeado, pero avisaré por instagram.
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Capítulo 10:
Egoísta.
LEONSábado 27 de Agosto, 2005
Había logrado tener un par de días libres para poder estar en el cumpleaños de su padre. Lo sucedido en Pittsburg y la siguiente misión habían logrado agotarlo, por lo que serían días para descansar y disfrutar, por lo que definitivamente estar en casa de sus padres era el mejor panorama.
Sin embargo, no pudo evitar chequear su celular una vez más antes de bajarse de su auto, no había mensajes ni llamadas, ningún rastro de Ada.
No podía negar que se sentía… ¿decepcionado? Realmente no sabía si esa era la palabra, pero había esperado alguna señal de ella, aunque sus planes tal vez no cambiarían porque tenía planeado ir a ver a sus padres tras perderse el cumpleaños de su madre semanas atrás debido a una misión, pero verla una noche lo hacía revivir.
Sabía que quizás cualquiera que lo conociera diría que estaba exagerando, pero era verdad, desde España que aquella sensación se había intensificado y era algo que no creía que otros entenderían, pero estaba ahí.
Era ese momento de claridad que había sentido cuando la había vuelto a ver en España, siempre presente cuando la volvía a ver.
Soltó un suspiro antes de bajar del auto, sacando su bolso del maletero y dirigiéndose a la entrada de la casa, su madre no tardó en abrir la puerta, recibiéndolo con un abrazo que él repitió cuando fue hasta la cocina a saludar a su padre.
—Eres el cumpleañero, yo me encargo de cocinar hoy— dijo a la par que tomaba uno de los delantales de cocina, dando una palmada en la espalda del hombre para insistir en que se retirara, aunque no logró que se fueran muy lejos ni él ni su madre, Patrick se sentó junto a la isla de la cocina, su madre decidida lo ayudó a preparar las cosas.
—¿No has visto a ninguna de tus amigas?
—Vi a Claire hace poco, en el incidente del aeropuerto en Harvardville— respondió sin apartar la mirada de la carne que estaba cortando, una parrillada al atardecer eran los planes.
—¿No la invitaste?— preguntó su madre, siempre sonaba esperanzada de tener gente visitando su hogar, algo que no había cambiado incluso tras la mudanza de Chicago hasta Jamestown, Virginia.
—No, fui llevado a otra misión, regresé anoche solamente, además tenía planes— explicó, intentando que su respuesta fuera suficiente para que ella no insistiera, no porque le desagradaba o algo parecido, sino que era difícil simplemente coordinar su vida con la del resto. —Además su trabajo en TerraSave es tan exigente como el mío.
—Es una lástima, cuando tenga libre deberías invitarla— su madre sonrió, la sonrisa de Kathleen siempre amable. Leon asintió. —¿No has pensado en traer a nadie? Sabes que no nos molestan las visitas.
Si, pensó en responder, a Ada.
Sin embargo, se mordió la lengua y negó, girándose para darles la espalda con la excusa de lavar un cuchillo y así no tener que enfrentar a sus padres cuando su conciencia le decía que podría mencionarles su cercanía con una espía, aunque era obvio que no se trataba de la mejor idea.
Era un secreto que pensaba cargar solo.
—Es obvio que no, mamá— respondió, buscando entre las especias algo para acompañar la carne.
— RESIDENT EVIL: SECRETO —
Sus padres no insistieron en hablar sobre su trabajo o lo que hacía en su tiempo libre, pero una de las vecinas, la señora Mulligan si no recordaba mal, no dudó en preguntarle cuando su madre lo obligó a saludar.
Debes compartir con otros, le había dicho Kathleen horas antes.
—Entonces, Leon, ¿no tienes novia?— preguntó la mujer, suponía que tenía la misma edad que su madre, aunque obviamente era mucho más chismosa que la mujer de cabello negro que sonrió con sus labios apretados, su mirada atenta sobre él.
—No, demasiado trabajo.
—¿Tener una novia?
—Eso también— bebió de su cerveza para evitar la mirada de su madre de desaprobación por sus palabras.
—Estoy segura de que no sería difícil para ti conocer a alguien.
—Supongo que no— no estoy interesado, completó en su mente, pero no se atrevió a decirlo, ni siquiera a insinuarlo. —pero no está en mi lista de prioridades.
—A este ritmo no tendré nietos— le sonrió a su madre, encogiéndose de hombros y escapando antes de que ella pudiera darle una palmada en el brazo, la suerte de su lado cuando su celular sonó en el bolsillo de su jeans.
—Debo contestar.
Se apartó antes de que pudieran detenerlo, sacando su teléfono antes de ir a la entrada, una última mirada para asegurarse de que sus padres y los invitados estaban bien. Pensó en la posibilidad de que fuera Ada, tal vez recordando su existencia, pero se trataba de Hunnigan y contestó antes de que la mujer se molestara.
—¿Sí?
—Sé que tienes días libres, pero creo que querrás saber del último incidente, demasiado similar a Raccoon City— le hizo una señal a su padre para que estuviera tranquilo, no quería que pensara que se iría en medio del cumpleaños, por lo que esperaba que fuera solamente leer un par de páginas.
—¿Quieres que esté atento?— preguntó, realmente no muy entusiasmado por la idea, aunque no era como si tuviera otra alternativa. La casa de sus padres era enorme en comparación a su departamento, por lo que tendría privacidad en el segundo piso.
—Si, aunque más que nada porque la B.S.A.A. fue asignada, pero sabes que a veces las cosas se salen de control— se dirigió al final del pasillo, su habitación se encontraba al lado este de la casa, justo del lado opuesto de dónde se encontraba la fiesta por lo que tuvo silencio en cuanto cerró su puerta. —Sé que es el cumpleaños de tu padre, pero es una orden de arriba.
—Bien, pero déjame de último recurso, ¿si?
—Está bien, pero me deberás una.
Leon revisó el informe en cuanto Hunnigan cortó, realmente tenía dedicación por su trabajo, pero llevaba días sin parar y hace tiempo que no había visto a sus padres, por lo que realmente esperaba tener esa oportunidad.
Aunque no era como si aquello fuera seguro, siempre.
Mientras tanto aprovechó de bajar de nuevo cuando terminó de leer, al parecer era realmente un incidente demasiado parecido, pero se tranquilizó al no leer sobre alguna mujer que calzara con la descripción de Ada, pero no descartaba la posibilidad de que estuviera usando prótesis o algún disfraz simple que despistara a los agentes.
Pero realmente esperaba que no fuera así.
Volvió a guardar el celular, asegurándose de que tuviera sonido en caso de emergencias y regresó para unirse a su padres, todos hablaban del trabajo y los viejos tiempos, él solamente escuchaba atento, realmente sin poder hablar demasiado sobre su trabajo cuando había demasiada información delicada y que podría ser peligrosa que supieran, más que nada por la seguridad de ellos, pero se volvió a sentir como un niño que escuchaba historias sobre los que por años consideró sus héroes.
Y, aunque sonara cliché, su padre era el mayor de ellos.
— RESIDENT EVIL: ARCANO —
Fue el último en ir a acostarse, incluso si su madre insistió en que ayudaría, él se encargó de recoger todo, sus padres merecían un descanso y no le molestaba hacer algo tan mundano.
Se cambió de ropa cuando finalmente había vuelto a su habitación, había asegurado todas las puertas y ventanas, además de apagado las luces a su paso, su pieza era la última que restaba con la luz encendida, aunque no fue por mucho cuando finalmente se acostó.
La casa ubicada en un lugar tan apartado hacía que no hubiese sonido alguno de la ciudad ahogando sus pensamientos o interrumpiéndolos, era tranquilo, mucho más de lo que estaba acostumbrado y pensaba quedarse dormido y disfrutar de lo que restaba de noche para dormir.
Bip, bip, bip.
Estiró su brazo para alcanzar el celular antes de que continuara sonando, no pensaba despertar a sus padres por aquello y aunque no le agradó la idea, supuso que era una misión, contestando de inmediato.
—¿Qué pasa ahora?
—¿Así saludas siempre, guapo?
Leon se quedó callado, reconociendo la voz de inmediato y sin problemas, moviéndose sobre la cama por inercia para acomodarse.
—¿Ada?—¿Ada? ¿Estás en mi-?
—Sé que no estás en tu departamento, así que es obvio que no intenté visitarte— interrumpió ella, su voz suave siendo el único sonido que podía escuchar del otro lado de la línea,
—¿Cómo lo sabes?
—Mencionaste el cumpleaños de tu padre, ¿no? Mientras cenábamos.
Si era honesto, realmente habían hablado tantas cosas, que no recordaba todo en detalle, pero debió hacerlo en un momento y se sorprendió que ella prestara atención a algo como eso, especialmente cuando era tan mundano. Dudaba que tuviera interés alguno en el cumpleaños de otra persona, a menos de que se tratara de alguna misión u otra razón, pero ella simplemente no dejaba de sorprenderlo.
—Es obvio que no habrá una visita ahora, pero llamaba para saber que seguías con vida— acotó, el sonido de llaves fue distinguible del otro lado de la línea y Leon se movió, acomodándose, más atento.
—Que considerada de tu parte— no pudo evitar la sonrisa que se formó en sus labios, el que demostrara interés y preocupación por él era algo que llenaba su pecho con una sensación que no estaba seguro de querer ponerle un nombre, no cuando simplemente quería evitar ilusiones.
—No te acostumbres— tras tanto tiempo e interacciones, estaba seguro que poco a poco comenzaba a descifrar el enigma que era Ada, al menos podía distinguir algunas cosas que podía confirmar que no eran más que bromas, como aquello, cuando era algo serio, ya comenzaba a distinguirlo de su común coqueteo, esa interacción única entre ellos.
Aunque sabía que todavía le quedaba mucho por descubrir.
—¿Supongo que debo esperar una visita cuando regrese?— intentó saber si existía la posibilidad de volver a verla, realmente acostumbrado ya a su presencia ocasional, pero frecuente.
—No, tengo un trabajo, aunque podríamos arreglar algo.
—¿Algo?
—Solamente espera mi mensaje, te daré los detalles después, al menos con tiempo suficiente para que pidas un par de días libres.
Si ella sentía que era seguro verse en otro lugar, entonces no tendría problemas, después de todo le debían muchos días libres y aprovecharía estos en cuanto ella se lo pidiera.
—Bien, ¿algo en mente?
—Otra sorpresa, nos vemos, guapo.
—Nos vemos.
No alcanzó a decir nada más antes de que ella cortara la llamada, había aprendido que no serviría de nada llamarla de vuelta ya que el número no estaría disponible en segundos, pero ahora solamente le quedaba esperar.
Sintió ansiedad por saber que tendría planeado y que sería lo que él tendría que hacer, pero para eso quizás quedaban días y no servía de nada. Aunque bloqueó la pantalla de su celular, recordó dónde se encontraba.
Sabía que aquel era un secreto peligroso y delicado, que quizás no cualquiera entendería, especialmente sus padres, pero realmente parecía ser lo único que estaba haciendo por decisión propia, fuera del deber y su obligación.*
Había sido obligado a unirse al gobierno, por el bien de Sherry, además del suyo, y aunque sabía que hacía algo bueno y podía tener la oportunidad de salvar a otros, no era como si aquello fuera lo que esperaba de su vida. A veces sentía que era algo que el resto de los que lo rodeaban olvidaban, aunque tampoco había sido muy honesto en su razón para trabajar para el gobierno, a veces era obvio.
Estaba cansado y sentía angustia cuando las cosas salían mal, habían noches en que sentía que cada ataque se volvía peor y no estaba seguro de cuánto tiempo más todo eso seguiría, pero era el camino que tenía frente a él y era algo bueno para el resto.
Por su sacrificio creía, tras pensarlo durante unas noches de insomnio, que se merecía ser egoísta en un par de ocasiones, no era la primera vez que mentía sobre la existencia de Ada o como ella estaba involucrada en todo eso, incluso Ashley había guardado el secreto.
Antes de España había leído reportes de la división de inteligencia de una espía que se parecía a Ada y él no había querido creer que eso era verdad, había llorado por ella aunque no lo reconociera y estaba seguro que gran parte de su tristeza era por haber creído que había muerto esa noche en Raccoon City, algo que no le había dicho a nadie, aunque no era como si le hubiese dicho a alguien más sobre Ada, solamente Claire sabía sobre ella y era suficiente.
No había querido creer que estaba viva porque el rumor incluía que trabajaba para Umbrella -o lo que quedaba de esta-, aunque ella sí estaba viva y si trabajaba para alguien que no estaba exactamente del lado de él, pero sabía en su interior que ella no era lo que todos podrían esperar.
Lo había puesto a prueba en Raccon City y lo había comprobado cuando bajó el arma y no le disparó, y lo había confirmado cuando era obvio que ella lo ayudó en España, quizás más de una vez, aunque no era algo que ella confirmara, siempre diciendo que no era necesario saber eso, no cuando estaban compartiendo un momento entre ellos.
Verla realmente llenaba seis años y más de vacío, todo en un solo aliento. Incluso si muchos podrían sentirse intimidados por la mirada penetrante de Ada, él simplemente veía mucho más allá y era algo absurdo que a su edad se sintiera como un adolescente incapaz de apartar su mirada, pero era inevitable y ambos eran adultos, sabían que era lo correcto y que no, por lo que estaban conscientes de que tenían, incluso si no lo expresaban.
Al menos él lo sabía, incluso si se negaba a darle un nombre o a llevarse por ilusiones, era inevitable.
La realidad de que ella no estaba ahí lo golpeaba cuando las noches volvían a sentirse solitarias y vacías, no le había mentido a Ashley cuando había dicho que Ada realmente era una parte de él que no podía dejar ir, cada vez que se volvían a reunir, esa parte regresaba y él revivía.
Todo en el mundo parecía nuevo y vivo, todo lo que sufría simplemente no importaba cuando volvían a encontrarse.
— RESIDENT EVIL: ARCANO —
ADA
Suspiró tras cerrar la puerta tras ella, había llegado recién a casa tras una misión que había tomado semanas y unas horas de compras por cosas necesarias. Dejó las cosas sobre la mesa del comedor y se dirigió primero a guardar el celular nuevamente, alejado de todo contacto con el resto y revisando que todo estuviera en orden.
Se suponía que su siguiente misión sería dentro de dos días, los suficientes para recuperarse de una herida a la altura de sus costillas que ya se había vuelto morada y de aprender los detalles de su nueva identidad, pero mientras tanto quería comer y darse una ducha antes de acostarse para dormir por algunas horas, intentando recuperar su energía.
Sin embargo, cuando se acostó, no pudo apartar la conversación con Leon, incluso cuando intentó ignorar aquello mientras cocinaba, comía e incluso cuando se duchó, en el momento en que su cuerpo se relajó sobre el colchón y el silencio inundó la habitación con la televisión apagada, la idea de ver a Leon se hizo presente de nuevo.
Intentaba no pensar en él durante misiones, principalmente porque solía enfocarse por completo en lo que debía hacer y no pensaba arriesgarse o poner en peligro la misión por algo como eso, pero cuando era un momento como ese o algo detonaba algún recuerdo sobre él, no podía evitarlo.
Después de todo parecía ser lo único bueno que había en su vida, especialmente tras lo sucedido años atrás en Raccoon City, era realmente extraño aferrarse tanto a algo y especialmente a alguien, pero no era algo que se repitiera y no estaba segura de que volviera a suceder.
Después de todo, él había cambiado gran parte de su percepción en tan solo una noche y la frialdad del mundo era algo que desaparecía a su lado, aquello le recordaba que seguía siendo humana, no era un arma o un 'recurso' solamente, no era lo que sus empleadores esperaban, no debía serlo todo el tiempo y eso solamente ocurría cuando se daba la oportunidad de ser egoísta, de permitirse una normalidad que no iba con su trabajo y estilo de vida junto a un agente estadounidense que simplemente la había aceptado, incluso cuando era arriesgado para ambos.
Sin embargo, él jamás la había delatado o entregado, ella siempre le salvaba el trasero y dudaba que esa dinámica fuera a cambiar, al menos no cuando todo estaba bien, todo eso estaba funcionando y así quería que fuera, eso era lo que esperaba.
Incluso -casi- parecía una vida normal, una rutina que esperaba sostener, pero también sabía que al primer indicio de problemas no dudaría en terminar todo eso, no pensaba poner a Leon en peligro, incluso si no quería hacerlo, había tomado la decisión al mismo tiempo que supo que quería volver a verlo y fue hasta ese hotel en dónde lo encontró bebiendo tras una misión.
No pensaba arriesgarse, incluso si era egoísta al verlo, no era una tonta para dejar que algo peor sucediera.
— RESIDENT EVIL: ARCANO —
LEON Domingo 28 de Agosto, 2005
Aunque estaba de invitado en la casa de sus padres, no dudó en preparar el desayuno, no solo era su prioridad cada día, sino que también era lo mínimo que podía hacer cuando no lo veía en semanas y, a veces, hasta meses.
Su madre fue la primera en aparecer, una sonrisa que él no dudó en imitar cuando tomó asiento frente a ella, la mesa servida y un café en su mano que tomó, mirando con atención su celular, aunque sabía que no debía esperar que Ada lo llamara de nuevo, pero a veces no podía evitar tener esa pequeña esperanza de una simple llamada o intercambio de mensajes.
Aunque le agradaba saber sobre ella, incluso si solamente era por un rato y escasos detalles, saber que estaba con vida era suficiente para relajarlo y motivarlo a continuar con su trabajo para poder tener algunos días libres para verla.
—¿Algo que me quieras contar?— preguntó su madre de pronto, Leon la miró con confusión, especialmente cuando ella lo miraba con atención, incluso cuando untaba mantequilla en las tostadas.
—¿Qué?
—Estás más feliz— él arqueó una ceja cuando ella mencionó aquello y Kathleen sonrió. —Estabas sonriendo.
—No lo hacía.
—Lo hacías, te estaba mirando— insistió la mujer, demasiado decidida como para intentar contradecirla, especialmente porque, tal vez, estaba sonriendo de manera inconsciente. —¿Entonces?
—No es nada.
Aunque intentó sonar tan seguro como Kathleen, Leon no podía simplemente escapar de su madre, no cuando ella lo conocía muy bien y era obvio que había algo más. A pesar de aquello, no respondió de inmediato, consideró lo que diría, intentando simplemente no arruinar nada.
—¿Tienes una novia?
—No realmente— respondió cuando fue obvio que su madre no tendría demasiada paciencia, lo suficientemente curiosa como para resistir más.
—¿No? ¿A qué te refieres?
—No estamos saliendo… es complicado.
—¿La conocemos?
—No, no creo.
—¿Trabaja contigo?— supo de inmediato que su madre había comenzado el interrogatorio y que no se detendría hasta que lo acorralara, por lo que intentó no mentir, pero tampoco delatar nada, no cuando su madre era inteligente y demasiado perspicaz como para no estar analizando cada respuesta y su reacción.
—No.
—¿En tu área?
—Algo parecido.
—¿Te gusta?
—Sí— fue rápido cuando respondió aquello, incluso él mismo se sorprendió, pero era verdad, era lo más honesto que podía decir sobre lo que respectaba a Ada.
—Supongo que lo suficiente para tenerte sonriendo como un tonto.
—¿Quién es un tonto?— su padre evitó que cuestionara la elección de palabras de su madre.
—Tu hijo— respondió con la mujer y de todas formas Leon soltó un quejido ante su trato, aunque la sonrisa de diversión de su madre valía la pena la vergüenza.
—Por qué lo es ahora— definitivamente sus padres disfrutaban molestándolo, aunque no había mucho que pudiera hacer en contra de aquello.
—Nada, solamente que parece muy feliz.
—Un tonto feliz— bebió de su café para evitar decir algo de lo cual se podía arrepentir y le rogó con la mirada a su madre que no continuaran hablando sobre aquello. —Quizás está feliz por la llamada que recibió anoche.
—¿Llamada?— Leon se preguntó en que momento el hombre lo escuchó, estaba seguro de que ambos estaban durmiendo cuando él fue hasta la habitación, pero era obvio que no cuando el ex-policía sonrió.
—No me mires así, me levanté al baño y te escuché, aunque nada más, no sé que hablaste.
—¿Hablabas con ella?
—¿Ella?— sus padres continuaban hablando, realmente sin dejarlo responder, pero agradecía eso para poder continuar llenando su boca con café para evitar hablar sobre aquello. —¿Si tienes una novia?
—No, es complicado— Kathleen respondió por él, era literalmente lo que él iba a decir, pero solamente los observó mientras continuaban conversando.
—¿Complicado?
—No es nada, todavía, nos estamos conociendo y no, no la invitaré, solamente… necesitamos tiempo— habló tan rápido como pudo para evitar que lo interrumpieran con preguntas, notando de inmediato como Kathleen iba a decir lo de siempre sobre invitar gente a la casa.
—Espero que la conozcamos en algún momento, no como tus otras citas.
—Espero lo mismo.
— RESIDENT EVIL: ARCANO —
ADA Lunes, 5 de Septiembre, 2005
Envió el mensaje cuando estaba segura de que la misión había sido completada con éxito, ahora solamente le quedaba huir, pero eso no se trataba de nada difícil y estaba solamente esperando conseguir un taxi para salir camino al aeropuerto, dejaría su identidad atrás en cuanto subiera al avión y volvería a ser Ada para cuando aterrizara.
"Bien, estaré ahí"
Su respuesta fue rápida y no pudo evitar sonreír, había logrado que coincidiera con su camino, cosas del destino y un reporte compartido por la agencia sobre el movimiento de algunos agentes estadounidenses que se encontraban apoyando a una división Griega.
Cuando se encontró finalmente en su asiento en el avión, sacó su celular y buscó destinos que podrían ser llamativos, pero a la vez discretos, no necesitaban llamar la atención y serían tan solo un par de días, él debía volver a su deber y ella a resolver algunos problemas.
Nada grave, nada urgente.
Para cuando llegó al aeropuerto griego ya se había desecho de la peluca y los documentos falsos, todo de manera eficiente e imposible de rastrear, se dirigió a unas tiendas para comprar algunas cosas y entonces otro taxi con la dirección que había señalado en su mensaje a Leon y sonrió cuando lo vio sentado en la banca, su mirada celeste observando a su alrededor, obviamente buscándola a ella.
Relajó su expresión y se acercó a él, el sonido provocado por sus tacones llamaron su atención y no podía negar que ver su expresión pasar rápidamente de sorpresa a algo dulce llenó su pecho de una sensación cálida, pero lo disimuló muy bien, como siempre.
—Hola— saludó él, poniéndose de pie rápido y obviamente dudando en como saludarla, pero todavía resultaba peligroso saludarlo con tranquilidad en un espacio público, aunque había sido su idea juntarse en aquel parque.
—Hola, Leon ¿vamos?— preguntó y él tan rápido como se paró antes, asintió, tomando su mochila y colocando la cinta sobre su hombro, aunque no tardó en ser el caballero de siempre y se movió para tomar el bolso de ella.
—Déjame ayudarte.
—Puedo hacerlo sola, soy una chica grande, ¿recuerdas?— preguntó, sabía que no era el momento adecuado para comenzar a coquetear, pero su sonrojo era simplemente cautivador y él no dudó en mirarla de pies a cabeza, sin tapujos, tragando saliva, impaciente.
—Sólo te intento ayudar— respondió, de todas formas tomando el bolso y caminando a su lado cuando ella comenzó a moverse. —¿A dónde vamos?
—No sueles preguntar, ¿nervioso?— estaba jugando con él, coqueteando tan disimuladamente como podía mientras presionaba cada botón que pudiera hacerlo reaccionar ya que no quería perder tiempo esos días.
—Por supuesto que no, sólo pienso que es justo saber a dónde vamos— Ada sonrió sutilmente, era su turno para mirarlo de pies a cabeza, parecía ser su nuevo uniforme usar camisas de compresión y pantalones cargo, pero tenía un plan que requería al menos un traje baño y debían hacer una parada antes de decirle exactamente a dónde iban.
—De compras— él arqueó una ceja y la miró con confusión, pero ella no tardó en indicarle una tienda que estaba cerca.
— RESIDENT EVIL: ARCANO —
Sentados en el taxi notó como la mano de él se posó sobre su muslo, aunque lo ignoró cuando le indicó al taxista la dirección y solamente lo miró con una sutil sonrisa en sus labios antes de sacar de su bolso su billetera.
—Puedo pagar— se apresuró a decir Leon, pero Ada negó. —Pagaste lo que compraste, es lo mínimo.
—Pagarás de otra forma— respondió, un tono sugestivo que provocó un sonrojo en él, pero Ada quería simplemente quería ponerlo nervioso, de notar lo lindo que era a veces, sacar al policía novato que todavía vivía en su interior. —¿Por qué tan sonrojado, guapo?— preguntó, tomando el mentón de él entre su índice y pulgar, una ceja arqueada. —Cocinarás, ¿Qué pensabas? ¿Sabes otra forma de pagarme?
Sabía que había logrado ponerlo nervioso, era imposible no notarlo cuando se quedó claramente sin palabras, pero aquel no era el asiento trasero del auto de él y tenía planeado primero llegar a su destino antes de cualquier otra cosa.
Leon pareció resistirse también, aunque no se relajó como ella cuando Ada fingió como si nada hubiese sucedido durante el resto del viaje en taxi. Aunque disimuladamente también miró con atención el lugar cuando el chofer le dijo que estaban llegando.
Sabía que había gastado bien su dinero cuando vio la casa de dos pisos junto a la playa, pequeña y de color blanco, pero era lo que quería, nada de lugares lleno de personas.
Se bajaron del auto cuando el taxista se estacionó en la entrada, Ada pagó mientras Leon sacaba los bolsos y ella agradeció en griego, saber idiomas era parte de su trabajo, después de todo no sabía cuando alguna identidad necesitaría un poco más de trabajo que otras.
Ada se acercó hasta la entrada, golpeando la puerta mientras Leon estaba junto a ella, mirando con atención a su alrededor, obviamente había notado que los vecinos estaban lejos, al menos lo suficiente para darles privacidad.
Una mujer mayor los recibió, Ada de inmediato utilizó su mejor expresión para saludar, esperando que la mujer le entregara las llaves rápidamente y se retirara. La mujer se presentó, Lydia, ella y Leon también se presentaron, pero entonces la mujer le explicó que era la encargada de la mantención de aquel lugar.
Ada entendió las instrucciones sobre algunas cosas de la casa y notó a Leon confundido cuando las siguió al interior, aunque Ada solamente le señaló que dejara los bolsos sobre el sofá, él lo hizo, esperando todavía confundido.
—¿Ada?— ella asintió ante la mención de su nombre y entonces la mujer continuó hablando en griego. —Él debe ser tu pareja, ¿necesitará algo? Parece confundido.
Ada volteó a ver a Leon, no era la única que lo había notado, pero ella sonrió. No había entendido que le había dicho que eran pareja y no se preocupó en corregirla, negando ante la oferta y asegurándole que se encontrarían bien. La mujer asintió, despidiéndose unos momentos después y Ada la despidió en la puerta, cerrando tras ella y viendo a un Leon todavía confundido.
—No sabía que hablabas griego— dijo todavía estupefacto y Ada sonrió, soltando algunos botones del chaleco de color rojo que llevaba puesto, dejando ver la polera de tirantes blanca bajo esta y que agradeció llevar puesta ante el calor que hacía.
—Hay muchas cosas que no sabes sobre mí— se encogió de hombros, acercándose mientras lo miraba con atención.
—¿Sabes más idiomas?
—Por supuesto— Leon realmente se sorprendía a veces demasiado, pensaba que eso era tierno, pero otras veces simplemente deseaba poder decirle más sobre ella, aunque eso estaba descartado por el momento. —Ahora, si no te molesta, quiero cambiarme. Ve lo que está en la bolsa y cámbiate también.
—¿Dando órdenes ahora?— de pronto Leon formó esa sonrisa coqueta y su actitud cambió, obviamente intentando tomar un poco más de control sobre la situación, pero ella solamente sonrió y volvió a tomar su mentón, acercándolo lo suficiente para sentir su aliento contra sus labios, pero evitando el beso cuando lo detuvo de acercarse.
—Se un buen chico y muévete— había aprovechado la cercanía para alcanzar su bolso y se movió rápido para tomarlo y alejarse de él, dirigiéndose a la habitación en el segundo piso.
Siempre intentaba tomarse unos días libres y estaba segura que podría haberse tomado la semana completa si no fuera por un pequeño problema, pero ahora a no era el momento para pensar en eso, se cambió la ropa por un traje de baño rojo, sabía que Leon comentaría el color, pero esperaba que simplemente se acostumbrara a su gusto.
La parte inferior del traje baño de tiro alto y el sostén lo suficiente para cubrir su busto, la herida de semanas atrás ya solamente una pequeña cicatriz que sabía que él notaría, pero que al menos ya no era morada y que cubrió con un tapado estilo kimono, de color blanco al igual que las sandalias.
Sabía que unas pequeñas vacaciones parecía algo sacado de una película o serie romántica, pero tenía que aprovechar sus propios días libres y no pensaba hacerlo escondida en un hotel, especialmente si tenía la compañía de Leon.
Cuando bajó Leon ya estaba esperándola, el short de traje de baño le quedaba perfecto como imaginó, el azul marino era un buen tono para alguien que solía usar ese color siempre en sus vestimentas o tonos oscuros, aunque fue la mirada celeste la que captó su atención, como la miró nuevamente de pies a cabeza.
—No sabía que íbamos a la playa o que te gustara si quiera.
—Ya te dije, hay muchas cosas que no sabes de mí— lamentó que usara su polera todavía, pero no era como si no fuera a quitársela tarde o temprano, en la playa o en la habitación, de cualquier forma lo vería. —No es una playa privada, pero está tan alejada que nadie nos verá.
De eso se había asegurado cuando había arrendado el lugar, que estuviera lo más lejos posible de cualquier curioso, la casa se encontraba a unos minutos a pie de la playa, solamente debían cruzar el jardín trasero y un par de dunas para llegar.
Había agradecido que dejaran toallas para ambos con antelación y había hecho un pago extra por una sombrilla incluso. Leon no dudó en cargar todo, siempre tan caballero y Ada lo recompensó ayudándolo a aplicarse el bloqueador cuando se instalaron.
Sus dedos fueron ágiles para ayudarlo a quitarse la polera y ella se mantuvo tranquila cuando aplicó la loción sobre su piel. Notó como Leon claramente se aguantó algún comentario por la sonrisa y como mordió su labio inferior, pero estaba segura de que no tardaría en saber que pensaba.
—¿Me piensas ayudar?
Leon por supuesto no tardó en hacerlo, aunque notó que la mirada que parecía simplemente absorber cada parte de ella se detuvo un momento sobre la cicatriz, era sutil, pero ella sabía que él la notaría tarde o temprano y su mirada endurecida lo confirmó.
—¿Algo importante?
—Solamente gajes del oficio— respondió, aplicando ella misma sobre esa zona el bloqueador, haciéndolo reaccionar.
Ada no pensaba broncearse demasiado para no delatarse que estuvo en una playa, pero siempre era refrescante cambiar de escenario cuando se vivía ahogada en una vida falsa, incluso si era solamente por unos días, no se quejaba. Por lo tanto se recostó, disfrutando la brisa y el calor, no sofocante ni molesto, solamente cálido como la mano que pasó por sobre la herida.
—No es nada— aseguró cuando sintió los dedos de Leon repasar la figura.
—¿No tienes otras?— preguntó y Ada lo miró, sus ojos todavía atentos a esa porción de su cuerpo, casi como si no quisiera comprobar la respuesta de su pregunta él mismo.
—No, pero después si quieres puedes revisarme— sabía que bromear en esos momentos no era lo mejor, pero realmente quería calmar la tensión, calmarlo a él definitivamente.
—Ada-.
—Leon— él suspiró ante su respuesta rápida de decir su nombre. —No es nada, no vine a un chequeo médico, vine a disfrutar de unos días libres con mi agente estadounidense favorito, ¿me concedes eso?
Notó la mueca y como claramente él estaba pensando demasiado, era algo que ya reconocía porque su mirada se volvía más dura, pero a pesar de que parecía concentrado, realmente estaba ausente y ella quería que estuviera viviendo ese momento, era todo lo que tenían.
Eran sus momentos para ser egoístas.
Ada se levantó, dejando a un sorprendido Leon atrás cuando caminó hacia el mar, pero antes de que sus pies tocaran el agua giró a mirarlo. Una pregunta silenciosa en sus ojos y él la entendió de inmediato, levantándose y dirigiéndose hacia ella como respuesta.
Tres días, era todo el tiempo que tenía hasta nuevo aviso y no pensaba desperdiciarlo con preocupaciones, sabía que todavía faltaba para que Leon confiara en ella ciegamente cuando se trataba de que se encontraba bien, al menos físicamente, pero por el momento le bastaba con toda la confianza que habían formado hasta ese momento.
Disfrutó del agua tanto como pudo, el agua tan tranquila que simplemente reafirmó su pensamiento sobre que había elegido bien el lugar y no fue hasta que Leon la alcanzó que se relajó por completo. Se permitió reír cuando Leon intentó perseguirla e incluso que le hiciera cosquillas, aunque no fue nada comparado a permitirle que se acercara hasta besarla.
— RESIDENT EVIL: ARCANO —
Leon estaba preparando la cena para cuando ella salió de la ducha, finalmente había quitado toda la arena que cubría sus pies y parte de su cabello, el agua salada finalmente reemplazada por su shampoo y bálsamo que junto al agua de la regadera regresaron su cabello a su estado común.
Leon había tardado mucho menos que ella en bañarse, aunque aquello la sorprendía con lo bien que siempre parecía estar su cabello, pero no dijo nada, solamente se acercó por atrás y besó su espalda, rodeando el torso de él con sus brazos, impidiendo que se girara cuando apoyó su cabeza contra esta.
—Espero que no te moleste esperar un poco más.
—No, en absoluto— respondió, su cuerpo relajado por el agua tibia y especialmente por el calor que emitía la piel de Leon.
—Debería tener más poleras conmigo para la próxima.
—No necesitas mucha ropa, tranquilo— lo sintió tensarse y supuso que estaba sonrojado, por lo que lo soltó para mirarlo, notando como sus ojos volvieron a mirarla una vez más ese día de pies a cabeza.
—Bonito vestido, aunque no es como si nunca estuvieras bien vestida.
—¿Inseguro de su atuendo, agente Kennedy?— lo molestó, tirando del elástico de su buzo negro, un gesto sugerente, pero él solamente sonrió.
—Siempre te vistes demasiado bien— ella sabía que se refería a sus atuendos a veces demasiado elaborados para las misiones de campo, pero era su marca frente a los clientes y le permitía tener una buena reputación, la suficiente para cobrar más ceros de lo común en la cuenta total de sus trabajos y era algo que le agradaba.
No había crecido con demasiado, disfrutaría de los resultados de su trabajo sin dudarlo en ningún momento.
—Lo más elegante que tengo es el reloj que me diste.
—No necesitas cosas caras para verte bien, a mí me gusta tu uniforme, incluso me gustaba el de policía— Leon sonrió de manera más amplia aún y ella se permitió besarlo cuando volvió a tomar el mentón de él y que Leon parecía ya tener como señal para inclinarse hacia ella.
— RESIDENT EVIL: ARCANO —
Ada encendió la chimenea sin problemas, ambos sentados en el gran sofá frente a este mientras comían uno junto al otro, Leon ahora llevando puesta una polera negra, la única que no era de comprensión.
Comieron mientras Leon le contaba cómo había sido el cumpleaños de su padre, apartando la mirada como si estuviera avergonzado cuando mencionó que su madre había mencionado lo de sentar cabeza o encontrar una novia, pero ella simplemente no lo presionó a continuar con el tema.
No era algo que pensaba hablar en esos momentos, no cuando tenían un trato. ¿No?
Cuando terminaron solamente dejaron las cosas en la mesa de centro y se acomodaron con una copa de vino cada uno, sus cuerpos acomodados de tal manera que se miraban frente a frente, la mano de él sobre su muslo nuevamente.
—¿Qué dijiste para que te dejaran venir?— preguntó tras beber un poco de su vino, logrando captar la atención de él.
—Qué había terminado mi misión y merecía pasar mis días libres en dónde yo quisiera— Ada arqueó una ceja ante lo simple que sonaba aquello. —Si no es nada grave, dejo de interesarles.
—Eso es curioso cuando eres el chico dorado del gobierno.
—Si soy sincero, no es como si hubiese sido tomado en serio esto desde un comienzo— Ada notó que él pareció arrepentirse de decir aquello, pero ya había escuchado y volteó a verlo, toda su atención en Leon, sin tener que decir que esperaba que elaborara en sus palabras. —No es nada, solamente una estupidez.
—Leon Scott Kennedy— dijo cada nombre y su apellido remarcando cada uno de estos para que le prestara atención. —Dime.
—No es nada, de verdad— insistió él, realmente sin mucho más que decir para justificar evitar decir más.
—Hagamos algo, me dices eso y te diré algo equivalente a lo mismo— sabía que no era lo más sabio cuando estaba intentando marcar y recordar límites para no volver todo eso más complicado, pero algo le decía que debía saber aquello, no por entrometida, sino que por la misma sensación de preocupación que sentía cómo cuando lo veía herido o en peligro.
—Ada— él murmuró su nombre antes de respirar hondo, bebió de su vino una vez más y dejó de lado la copa, su mirada celeste apartándose para fijarse sobre el fuego de la chimenea. —Me uní a ellos, no por mi voluntad realmente.
Ada frunció el ceño ante sus palabras, moviéndose para acercarse más, pero sin hablar para que él continuara.
—No me dejaron muchas opciones cuando nos encontraron. Claire se fue antes de que ellos supieran que estaba involucrada, después de todo tenía que encontrar a su hermano todavía, pero cuando ellos supieron sobre Sherry… no nos dejaron ir tan fácil. Fue un… trato… algo injusto, pero era para que dejaran a Sherry fuera de todo esto.
—Pensé que te habías unido voluntariamente, es decir, eras un policía novato, pero demasiado decidido en cuanto al deber.
—Lo sé, mis padres creen lo mismo, pero no fue así. Ellos no me dejaron muchas alternativas y aquí estoy. Sigo con ellos porque sé que estoy haciendo algo bueno, ayudando a muchas personas, pero no dejo de olvidar que así empezó todo. Tampoco quería más problemas para los demás. No mencioné a Claire y encontré una forma de ayudar a Sherry, tampoco saben sobre ti.
—Incluso cuando te traicioné.
—Estoy seguro de que es obvio que no te he delatado, ni siquiera tras lo sucedido en España, en parte te lo debo por la ayuda, por otro lado… no lo sé— lo observó encogerse de hombros, girando para mirarse frente a frente de nuevo. —Es la única decisión que he tomado sin que otros me presionaran.
Ada intentó no demostrar mucho, realmente sentía rabia al saber que le habían quitado las opciones a alguien tan joven y bueno como Leon cuando claramente había sido inocente de lo ocurrido en aquel lugar, y tristeza por ver cómo en parte se había resignado a esa vida.
Pensó que tal vez él podría haber seguido una vida más normal, alejado de todos los peligros bioterroristas y los locos que se hacían llamar científicos, quizás una vida tranquila, con una esposa, una mujer buena y que quizás trabajara en algo que se ajustara a la vida de un policía, quizás ya tendrían un hijo o dos, aunque veintiocho años no era mucho, Leon podría haber tenido esa vida tranquila.
Y ella era egoísta por sentir celos de una mujer que no existía, esa vida quizás sucedió en otra línea de tiempo, pero era la vida que él merecía y ella sentía celos por esa mujer, porque ella no podría darle eso y sentía tristeza porque era lo que él no había obtenido.
Y ya estaba divagando lo suficiente como para mejor buscar otra manera para distraerse y borrar aquel pensamiento absurdo, por lo que sostuvo el rostro de él entre con su mano libre y lo acercó para besarlo.
No era buena con las palabras, no a menos de que se tratara de alguna mentira o algún papel que tendría que interpretar con una identidad desechable, y por lo tanto no sabía que era lo correcto para decir en esa situación, ¿Qué se podía decir para consolarlo?
No lo sabía.
Y a él no pareció importarle cuando le quitó la copa de vino y la atrajo a él, dejando todo fuera de peligro de ser derramado o roto, él la movió para que ella se sentara a horcajadas sobre él y la continuó besando mientras sus manos repasaban su silueta, moviéndolas para tocar otras partes, pero ella se concentró en no apartar sus labios.
— RESIDENT EVIL: ARCANO —
Estaba cansada, pero simplemente no podía dormir.
Quizás había logrado que Leon olvidara lo que habían conversado, pero ella no lo había hecho y se mantenía despierta mientras escuchaba a Leon roncar ligeramente tras ella, sus brazos rodeándola, era casi como si estuviera conteniéndola cuando sentía que las cosas de nuevo eran injustas.
Ada sabía que lo había manipulado en un momento durante lo sucedido en Raccoon City, pero ella realmente había intentado alejarlo, hacer que él abandonara aquella ciudad condenada.
—Deja de hacer preguntas y lárgate de aquí— le había dicho intentando que no continuara con aquello y se fuera, molesta por la idea de alguien que podría arruinar su misión, recalcando aquello cuando tuvo que salvarlo de ese monstruo con gorro fedora. —Te dije que te fueras de aquí.
Ella se había criado en un mundo lleno de personas malas, egoístas e interesada por sus propios objetivos, pero eso no significaba que ella fuera así y siempre evitaba bajas innecesarias, que alguna persona muriera frente a ella cuando podía evitarlo y lo había intentado cuando salvó a Leon e intentó que se fuera.
Emocionalmente desapegada a todo, intentó tratar a Leon solamente como una ayuda en su misión, engañándolo y dándole solamente la información necesaria para ayudarlo a ayudarla, pero sabía y había reconocido el momento en que supo que era diferente cuando se encontraban en esa tienda de armas.
Podía ver en él todavía a ese joven que tenía esa voluntad de ayudar al resto, incluso si parte del mundo lo había decepcionado, y era aquello lo que la seguía atrayendo a él. Especialmente cuando había arriesgado tanto al recibir una bala que iba dirigida a ella, salvándola.
Tras eso, dejó mucho de su verdadero yo simplemente asomarse y mostrando más de lo que quería, pero realmente todo había cambiado y ya no era una actuación. Había llegado hasta incluso cubrirlo con su abrigo tras ayudarlo con la bala y la herida, eso significaba más, ¿no?
Leon se movió, interrumpiendo sus pensamientos un momento cuando él la abrazó, atrayéndola aún más contra su cuerpo, acomodándose para demostrar que encajaban perfectamente.
Estaba siendo egoísta al querer tenerlo para ella solamente, esas escapadas y sus visitas eran egoístas y el pensamiento de la posibilidad de pedirle que no estuviera con nadie más era simplemente egoísta.
Sin embargo, no podía evitarlo.
Había intentado alejarlo, la primera vez en Raccoon City, más veces de las que podía recordar realmente, y después en cada ocasión que le pidió que siguiera adelante si encontraba la oportunidad de una vida normal, pero él simplemente volvía a ella o simplemente ella era atraída a él como si se tratara de una gravedad imposible de evitar.
—Sal de aquí mientras pueda— le había dicho cuando él la ayudó en aquel basurero, ya no era la molestia de la posibilidad de que él interfiriera en su trabajo, sino que se trataba de una preocupación genuina por su seguridad.*
No estaba segura de que él hubiese notado que cada vez que lo manipulaba o utilizaba, ella levantaba una barrera, una protección disfrazada de profesionalismo e incluso seriedad con tal de no delatar sus verdaderos sentimientos y pensamientos.
—Una vez que tengamos el virus G, volveré a estar sola— su último esfuerzo aquella noche de 1998 había sido durante el teleférico, lo había intentado alejar para evitar que se involucrara aún más en ese mundo.
No sabía si confesaría abiertamente que aquel beso no había sido para manipularlo, después de todo él ya estaba decidido a conseguir la muestra, no quería darle más cosas para que aquello fuera más complicado.
Sin embargo, para ese momento estaba cansada y abatida, su pierna dolía y la misión que le habían dicho que sería fácil estuvo llena de obstáculos, y lo único bueno de todo ese día fue Leon, por lo que se permitió a ser egoísta por primera vez en cuanto a él y a muchas cosas.
No pensó que sería la primera de muchas ocasiones que sería egoísta, realmente no pensó en volver a tener otra oportunidad, pero ese día, en ese preciso momento, se permitió actuar según sus propios deseos en lugar de lo que necesitaba para completar una misión.*
Se había permitido bajar los muros que siempre alzaba para protegerse a sí misma, se había dado un momento de ser simplemente una mujer que le atraía un hombre, uno bueno además. Había vuelto a ponerse esa máscara de profesionalismo cuando él la descubrió, pero al final no la pudo mantener cuando colgaba siendo sostenida solamente por Leon.
La siguiente vez que reaccionó fue cuando sintió un beso sobre su hombro.
—Descansa, son días libres, ¿no?
Se giró cuando lo escuchó hablar, él no tuvo problemas en mover sus brazos para permitírselo y cuando estuvo frente a frente tomó su rostro, esta vez entre sus manos y se acercó hasta besarlo, sintiendo como después, todavía sin alejarse, Leon sonrió contra sus labios.
Un día más siendo egoísta no era nada si eso significaba sentirse así de bien y tranquila.
— RESIDENT EVIL: ARCANO —
📄 Siguiente capítulo: Origen
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❗ Recuerden: el próximo capítulo será publicado el jueves 27 de Enero.
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