Ven por mí

Los personajes no me pertenecen, son de la gran Rumiko Takahashi esto es sin fines de lucro solo diversión por y para los fans.

Esta obra se reserva en su totalidad los derechos de autor, prohibida su copia o uso.

Una historia AU (universo alterno) solo tomo prestado los personajes, no necesariamente deben apegarse a sus personalidades.

Advertencia: está clasificada para mayores de edad, puede contener violencia física o emocional así como escenas eróticas y lenguaje soez.

—O—

Unos largos minutos pasaron antes de que Ranma se alejara de mi cuerpo, nos vimos a los ojos otro minuto más, era como si las palabras sobraran…

—¿Dejarás de beber? —pregunté.

—Está bien —respondió muy sumiso.

—Beber unas copas no es malo, pero no así, eres un tipo fuerte y saludable no lo vuelvas hacer —advertí claramente, este bajó la mirada un poco avergonzado.

—¿Te importo Akane? —preguntó sin más.

—Ya lo dije, soy solidaria contigo —respondí rápidamente.

—Insistes con eso… bueno si ser solidaria sirve para que estés conmigo lo acepto —concluyó confundiéndome.

—Ya deja de decir tonteras, vamos a la cama —repuse poniéndome de pie, tomé su mano y este levantó una ceja muy serio— ¿Qué sucede? —pregunté al notar que no se movía ni un milímetro.

—¿Así nada más? —cuestionó.

—¡Pues claro!

—Dices que por solidaridad iremos a la ¿cama? —cuestionó haciendo que subieran los colores a mis mejillas.

—¡Eres un pervertido! Me refiero a que vayas a dormir —repliqué molesta.

—Pero hablaste en plural, sé que bebí pero no estoy tan borracho Akane —refunfuñó decepcionado.

—Veo que estás mejor, me voy —finalicé soltando su mano, el silencio por parte de él me hizo mirar atrás, su rostro estaba cabizbajo —Podría… —alzó sus ojos a mí ipso facto— si no te pasas de listo podría quedarme un momento más —finalicé.

La sonrisa que se dibujó en su rostro iluminó la fría y solitaria habitación, me acerqué hasta él y fuimos hasta su habitación.

Parecía que nunca usara la cama, aunque todo estaba impecable; él se recostó del lado derecho y yo al izquierdo. Observábamos el blanco cielo de su alcoba en absoluto silencio hasta que oí un susurro…

—Gracias —salía de sus labios y solo entonces lo miré de reojo.

—Puedes ser muy agradable cuando no estás empecinado en salir conmigo ¿sabías?

—Pero me gustas Akane, que tú no tomes en serio lo que digo es otra cosa.

—No es así, creo que fuiste demasiado rápido, pero ser… —me interrumpió.

—No lo digas, no menciones esa palaba, prefiero seguir siendo tu compañero.

—¡Eres testarudo, tampoco es que estés enamorado! —exclamé.

—¿No puedo acaso? —preguntó acomodándose de lado, apoyó su cabeza en el cojín sin dejar de verme colocándome evidentemente nerviosa.

—No bromees Ranma, el licor está haciendo efecto mejor duerme ¿sí?

—Está bien, no quiero que salgas corriendo, solo deseo cerrar los ojos un momento —esbozó tomando mi mano para finalmente dormir.

Y así nos quedamos un buen rato, cuando su respiración fue más pesada y acompasada me levanté para cubrirlo con una cobija.

Se veía tan tranquilo mientras dormía, me acerqué un poco y acaricié su espesa melena negra, entonces mi celular comenzaba a vibrar lo tomé entre las manos algo nerviosa y la pantalla decía Tofu, ignoré la llamada y salí de la habitación en dirección a la cocina; abrí la puerta de la nevera solo encontré varias botellas de agua. No duerme en la cama, no come ¿qué más ocultas Saotome? Me pregunté llena de curiosidad y entonces entendí que ese "chico acomodado" no le gustaba pasar en casa y que ahogaba sus tristezas en alcohol porque vi varias botellas a medias en el pequeño bar en la sala principal.

Tomé el celular y pedí algo de comida a domicilio, cuarenta minutos después nos traían dos tazones de ramen y panes al vapor. Mientras cancelaba la compra Ranma apareció detrás de mí por sorpresa.

—¡Tengo hambre! —exclamó gustoso cogiendo las bolsas.

—Debes comer, nunca se bebe con el estómago vacío —repliqué frunciendo el ceño.

—Ok, ok ya entendí —alzó los brazos.

Nos acomodamos en la cocina estilo americana y comenzamos a comer…

—Debo irme en unos minutos —mencioné.

—¿En serio? —Preguntó viendo el reloj en la pared— apenas son las nueve —agregó.

—Es tarde, ya te acompañé y te alimenté ¿qué más deseas?

—Tengo una lista de las cosas que quiero de ti —musitó dejándome con los fideos a medio tragar — ¿No me crees?

—Ranma…

—¿Qué?

—No sigas por favor.

—¿Por él? —cuestionó.

—Hoy tuvimos nuestra primera cita, nos…

—¡No quiero oírlo! —Exclamó— de solo pensarlo me dará indigestión, estoy comiendo Akane no seas cruel ¿quieres? —tomó los panes al vapor y se atiborró de ellos muy enojado.

Me puse de pie y limpié la mesa en silencio…

—Akane —me llamó— una última cosa, no quiero detalles solo confírmame si están saliendo —asentí firme pero incómoda.

Tomé mi bolsa y me fui sin decir adiós, si volvía a verle era probable que me pasara la noche allí, caminé hasta la parada y esperé, tan solo tres minutos después aparecía en el fondo las luces del autobús. Fue entonces que oí mi nombre a viva voz, eran pasadas las nueve de la noche y alguien gritaba en forma enérgica ¡Akane! voltee a mirar y Ranma corría a toda prisa hacia mí, cómo si su vida dependiera de ello…

Llegó a mi encuentro mucho antes que el mismo autobús, tomó mi rostro entre sus grandes manos y sin previo aviso estampó un beso en mis labios dejándome atónita, no logré reaccionar, no sé cuánto duró pero cuando me soltó la calidez embriagante de sus carnosos labios me dejaron sumamente embelesada. Mi transporte llegaba y torpemente subí, este me veía desde abajo con una sonrisa de oreja a oreja y mientras más me alejaba, un deseo inapropiado se alojaba en mi corazón.

Esa noche no dejaba de pensar en él… ¡era una locura! Acababa de darme una oportunidad con mi primer amor y estaba soñando despierta con Ranma. Ni siquiera fui capaz de contestar la llamada de Tofu y mucho menos el mensaje que dejó dos horas después deseándome una "buena noche" ¡soy un desastre! Abracé la almohada hasta que por fin podía dormir.

Al día siguiente…

Era domingo y no tocaba trabajar así es que podía descansar a gusto, sin embargo Akari llegó a las ocho de la mañana en punto a mi nuevo departamento. Venía muy entonada y alegre luego de una noche de fiesta con unos compañeros de facultad, ella dormía plácidamente mientras yo rogaba porque mi nuevo roommate no se hubiese dado cuenta de la intromisión de mi amiga.

Cuando al fin logré conciliar el sueño un grito ensordecedor me despertó de exabrupto, me incorporo rápidamente con el corazón en la mano veo que Akari no está durmiendo a mi lado y corro al pasillo encontrándome con ella justo fuera del baño, sus mejillas evidentemente coloreadas no eran resultado de su embriaguez se escucha la ducha dando como resultado lo que tanto evité.

—¡Pero cómo no tocas la maldita puerta! —chillé enojada.

—No lo sé, aún estaba media dormida —respondió tocando sus mejillas.

—¿Qué te dijo? —pregunté empujándola de regreso a la habitación.

—Nada, qué me iba a decir —replicó muy animada.

—Akari, es mi primera noche aquí y Ryoga me echará a patadas ¿no me quieres acaso? —hice un mohín muy preocupada.

—Ya sabes que cuando bebo no regreso a casa.

—¡Estás loca! ¿Por qué gritaste? ¿Te asustó?

—¿Asustarme? —rodó los ojos acomodándose entre la colcha— grité de emoción, ese tipo tiene un cuerpazo y le vi más allá de la conciencia ¿comprendes?

En ese momento quería morir y estar bajo tres metros…

—Lo viste desnudo —concluí.

—Sí y no me vas a creer pero estaba a punto de entrar a la ducha con una tremenda e…

—¡Ya basta! Invadiste su privacidad, por Kami ahora cómo lo veré a los ojos —me tapaba la cara de vergüenza.

—Ah… qué más da, fui yo la que lo vio —musitaba despreocupada.

Tan solo quince minutos después tocaron a la puerta, me escondí bajo las sábanas pero volvió a insistir…

—Iré a ver qué quiere —dijo Akari muy envalentonada, la detuve en el acto.

—¡Me ayudarás a empacar y tendrás que buscarme donde vivir! —chillé dirigiéndome hacia la puerta, en cuanto abrí Ryoga me esperaba.

—Akane…

—Lo sé, lo siento tanto… no pude negarle la entrada ella es mi mejor amiga y —no me dejó continuar.

—No me incomoda eso, hoy haré un turno extra solo quería decirte que no estaré en casa en todo el día ¿podrías regar mi planta? —preguntó muy normal.

—Oh… la planta, sí claro que puedo.

—Gracias — se dio la vuelta pero antes de avanzar más giró a mirarme —tu amiga… ¿le puedes dar mi número? —mis ojos se abrieron como dos platos, sorprendida solo asentí.

Regresé a la habitación y Akari me esperaba muy animada…

—Creo que flechaste a mi nuevo compañero —comenté.

—¿En serio?

—Sí, dime una cosa pequeña pervertida ¿además de gritar emocionada, viste o hiciste algo más?

Akari se colgó de mi cuello y me susurró al oído…

—Iba con el brasier en la mano ¿eso cuenta?

—¡Estoy segura de que si no llego, te embaucas a Ryoga!

Akari soltó una gran risotada…

—Pobre Ryoga caerá en mi garras, soy una puta bruja —reíamos sin parar hasta que se puso seria y agregó —Necesito su número.

—Ok, te lo daré —respondí— pero ahora quiero dormir y luego tú preparas el desayuno —agregué.

Las dos nos acomodamos bajo las colchas y volvimos a dormir un poco más.

Unas horas después…

Ya era más de medio día cuando despertamos con el estómago rugiendo, nos duchamos y fuimos a cocinar, mientras comíamos le comentaba a mi buena amiga lo sucedido con Tofú y Ranma el día anterior.

—¿Entonces el doctorcito quiere contigo pero además este sexy bombón del campus universitario te anda robando besos? —Asentí — ¡Esto es magnífico! —chilló.

—Cómo dices eso, siempre he querido esto con Tofú y…

—¡Para un momento! ¿"Esto"? no tienes nada Akane, un beso no significa nada, te dije que la mejor forma de conocer a un hombre es en la cama, acaso ha querido ir más ¿allá? —enarcó una ceja esperando mi respuesta.

—No, claro que no —dije tajante.

—¡¿Pero por qué no?! —Gritó a viva voz —no te vas a casar con él, no tendrás un hijo, solo es un poco de sexo. Si no es capaz de complacerte, un insípido beso es pura mierda —sentenció dejándome en ascuas.

—Me gustaría ir más lento —agregué.

—Por favor Akane, no eres virgen no me vengas con esa basura de puritanismo no conmigo.

—No te enfades conmigo —mencioné.

—No me enojo amiga, escucha, Tofú es mayor que tú ¿crees que no tiene sexo entre semana? ¿Crees acaso que no se auto complace?

—El mencionó que está soltero…

—¡Claro que está soltero, pero es un puto ginecólogo heterosexual que pasa cinco días a la semana viendo labios y no son los de la cara precisamente, el hombre tiene necesidades! —exclamó un tanto exaltada.

—Ahora que lo mencionas… recuerdo haberme encontrado con él en el edificio de Ranma hace unas semanas.

—¿Dónde vive Saotome? —Preguntó curiosa y moví la cabeza enérgicamente — y dices que él no vive allí sino que al otro lado de la ¿ciudad? —las dos nos vimos serias.

—Debería…

—Es obvio ¿no? Ahí está tu respuesta, el hombre tiene encuentros con alguna mujer allí. Y piensas que se conformará ¿con ese besito? Estás muy equivocada si crees que Tofú es un príncipe azul Akane.

—Bueno, que tenga sexo no lo hace inmoral, tampoco soy "inocente"

—Entonces amiga, si lo sabes y eres tan inteligente deja ya de idealizarlo ¡maldita sea! —golpeó la mesa con los palillos.

La palabra de mi amiga me cayó como un balde de agua fría porque tenía razón, eso era lo que estaba haciendo y Tofú ya no es ni será el chiquillo del que me enamoré.

—Escucha Akane, me encanta que estos dos estén de babosos por ti, en serio creo que es genial ese triángulo amoroso. Quiero que lo disfrutes, haz lo que se te dé la gana, ¿quieres solo citas románticas con el ginecólogo? Está bien, hazlo. ¿Quieres esos besos que te dejan sin aire con Saotome? ¡Pues bésalo! Pero no te enamores —advirtió seriamente.

—¿Qué quieres decir?

—No te hagas la tonta, sabes lo que quiero decir… si te enamoras vas a sufrir. Solo piénsalo ¿crees que Tofú te pedirá matrimonio? El idiota siempre estuvo enamorado de tu hermana mayor, un poco de sexo contigo no cambiará eso.

—Eres dura Akari…

—Lo sé, pero siento que debo recordarte las reglas del juego. Y en cuánto a Ranma, pues no sé qué rayos le pasó aunque es obvio que la relación padre e hijo es una mierda. Sin embargo, creo que él ha sido más sincero contigo que el doctorcito.

—¿Entonces?

—¡Que tú no estás para curarle traumas a nadie! Debes vivir, estás en el último periodo de tu carrera, eres muy sobresaliente e inteligente, hermosa y vas directo al éxito. No tienes por qué lidiar con nadie ni con nada. Tú quieres un hombre que te haga vibrar, no que te mantenga preocupada porque se está revolcando con otras o porque bebe cada vez que ve al papá.

—¡Tienes toda la razón! —exclamé fuerte.

—Excelente, esa es la actitud. Ahora iremos de compras y olvídate de ese par, a partir de este momento dejarás tus dudas y temores. Si quieren estar contigo que se comporten como hombres maduros y si no, pues que se vayan al carajo.

—Gracias —susurré tomando sus manos.

—¿Por qué?

—Porque siempre estás para traerme de regreso y recordarme lo valiosa que soy.

Nos dimos un fuerte abrazo, creo que a las dos se nos arrancaron un par de lágrimas. Akari era demasiado sincera y eso lo apreciaba mucho. Mi mejor amiga era capaz de jalarle las greñas a la odiosa que me moleste e incluso recibir amonestaciones por ello, ver a mi nuevo compañero de departamento desnudo y pedirme su teléfono porque ella es así, como un libro abierto pero por sobre todo tiene la capacidad de sermonearme cuando lo necesito y dejarme en claro que puedo salir y comerme el mundo.

Esa tarde de domingo apagué el móvil y nos fuimos de compras, comimos helado, nos reímos y platicamos como siempre.

Lunes por la mañana, universidad…

Me dirigía a la biblioteca por unos libros y en cuánto llegué vi a Ranma sentado tomando apuntes, continué mi camino pero este me divisó y fue hasta el pasillo en donde buscaba el material que necesitaba.

—Hola Tendo —saludó amistoso.

—¿Qué tal Saotome? —respondí muy normal sin dejar de ver los títulos en la repisa.

—Tu móvil está ¿descompuesto? Ayer te llamé y…

—Se murió la pila, y estuve ocupada.

—Ah… ya veo. ¿Te sucede algo hoy?

—No, solo busco un libro —mencioné.

—Solo quería que…

—No es necesario Ranma, tus asuntos personales debes solucionarlos tú —insistí.

—Sí, de todas formas gracias por hacerme compañía ese día. Me gustaría invitarte a almorzar pero como tienes novio…

—No tengo novio —respondí firmemente.

El rostro de Ranma se sorprendió sin recato alguno.

—Ese día mencionaste una cita…

—¿Y qué? eso no significa nada.

La sonrisa que se dibujó me dejó un poco embobada no podía negarlo, el chico era lindo cuando lo hacía.

—Entonces…

—Eso quiere decir que podemos almorzar, pero no me interesan los restaurantes caros y esa porción insípida de comida que me deja con hambre ¿comprendes?

—Anotado —respondió provocándome una sonrisa.

—Ahora ¿me permites buscar el libro? —este se movió.

—¿Akane?

—Mmm…

—No sé qué sucedió pero me gusta tu actitud ¿te apetecen unas hamburguesas? —sonreí ante su comentario.

—Eso sería perfecto —respondí encontrando el material.

Quedamos de vernos a las trece horas en punto, frente a la universidad había un local de hamburguesas muy bueno. Y mientras leía la enciclopedia, este continuó en sus apuntes sentado enfrente, cada tanto lo observaba por sobre el borde de mi libro.

El móvil en mi bolsillo no paraba de sonar, sabía perfectamente quién era, pero esta vez no le contestaría. Si realmente le intereso que venga por mí.

Continuará…

Estimado lector, espero les haya gustado este capítulo. Gracias a todos quienes esperaban y dejaban sus mensajes para que "no olvidara" esta historia. Nunca me ha pasado y espero seguir cumpliendo y finalizando mis fic.

Como leyeron Akane comienza a dudar de su "eterno amor" hay varios factores negativos en ambos prospectos y creo que Akari se lo dijo sin preámbulos.

¿Con quién se quedará Akane? no coman ansias que aún queda un poco de desarrollo…

Si te gustó déjame tu preciado review, amo leerlos.

Desde Chile una fanática más de Ranma.

Sweetsimphony._