- Pudrete - escupió
- Parece que el miedo al ver mi rostro ya desapareció pequeña perra- sonrió mientras relamia sus labios
- No me hagas reír - exclamó mientras trataba de quitarse las esposas - Eres un maldito enfermo - gritó - ¡suéltate hijo de puta!
- Tu madre no pensaba lo mismo - soltó mientras deslizaba una mano en su entrepierna
- ¡No me toques maldito cerdo!
Ver a Kagome atada a un poste, con el labio partido y magulladuras por los golpes que Naraku habia propinado en ella durante los dias de cautiverio movió algo en él, ella se estaba defendiendo, ella estaba peleando, aún en su posición de vulnerabilidad ¿donde quedó su Kagome?
Quiso decir algo pero aún no lograba asimilar que ella albergase una nueva vida en su interior, dolía tanto que la hija que compartieron ahora fuera un simple recuerdo, que hubiera quedado en el pasado y se sintió tan herido , que dolió en el alma.
- ¡Te he dicho que me sueltes maldito cerdo!
La voz de Kagome lo hizo aterrizar de nuevo a la realidad
- Sueltala - pidió mientras presionaba fuertemente algo dentro de su pantalón
Ambos giraron en su dirección.
- ¿Ahora tienes los huevos para defenderla? - escupió mientras la golpeaba- Cuando esta perra carga a la bastarda de otro
Sintió el cuerpo arder ante esas palabras, no mentía, todo lo que una vez lo ató a ella ya había sido reemplazado, ya había sido olvidado y aun así... aun asi no dejaria que ella sea una victima más
- La hija que perdimos ... - su voz se hizo un hilo de angustia - ... a esa hija yo la amé y aunque falle en protegerla... aunque falle en protegerla incluso de mi, voy a proteger a esta niña
Los ojos azabaches se abrieron de par en par
Quizás era ilógico buscar una manera de redimirse pero aún así lo intentaría. No creía que fuera capaz de albergar en él tantos recuerdos efímeros, tantos hubiera que tan solo al imaginarlos dolieron como una puñalada.
Se imaginó siendo el padre de Sasha, se imaginó llegando del trabajo y besando a Kagome muy lentamente, como si el mundo se fuera acabar, disfrutó de esos instantes que la gente da por sentado muchas veces, esos que no aprecias, que crees que volverás a ver una y otra vez sin importar que y que al final te das cuenta que son los unicos que hacen que vivir sea realmente bueno.
El rostro pálido de Naraku a escasos centímetros lo llenó de adrenalina, ya no era aquel Bankotsu temeroso, el que se escondía detrás de las faldas de su nana cuando su padre lo abusaba, ya no era aquel niño que no hizo nada por su madre, él que no se movió ni impidió por miedo la muerte de su nana, el que no estuvo a su lado cuando dió su último aliento.
Sintió el puño encajar en la mandíbula de Naraku, no desistiriá esta vez, sin importar la cojera que su propio hermano le ocasionó, no lo haría. Sintió la vida irse en cada golpe, sentir la sangre de ese monstruo salpicando su rostro lo alentó aún más
No fue hasta el grito enardecido de Kagome que notó el puñal clavado en el estómago ¿cuando lo hizo? cuando qur no sintió la hoja afiliada clavarse en él
- ¡Bankotsu! - gritó entre lágrimas- ¡Bankotsu!
El cuerpo ardió, sabía que moriría a manos de él y no temía a la muerte, temía no haber alcanzado a librarla del infierno, aún con todo el esfuerzo no lo logró
Naraku fue levantado por Onigumo ñara luego ser quien lo tomó por los cabellos y le propinó feroces golpes, sentía como sus dientes estaban a punto de partirse a cada golpe proferido por el secuaz de su hermano.
La risa de Naraku inundó el ambiente, era tan tétrica que dio un ligero respingo mientras sentía la sangre acumularse en su garganta, le parecía tan difícil respirar que dolía intentarlo tan frenéticamente
Cerró los ojos cuando Onigumo lo trasladó hacia el rincón al lado de Kagome, pudo sentir las cadenas apresar sus muñecas mientras escuchaba los gritos desesperados de Kagome pidiendo que la masacre cesará.
¿Cómo podía ser tan buena? ¿Cómo? Sentía su impotencia y desesperación a viva voz. Se obligó a abrir los ojos, ver aquellos ojos chocolates envueltos en lágrimas por el lo acongojó , seguía siendo el causante de tanto dolor a pesar de los intentos por evitar que así fuera
- Resiste - pidió entre sollozos
Naraku rio a duras penas mientras Onigumo se dirigía a brindarle su apoyo para mantenerse en pie , verlos desaparecer de ese tétrico lugar lo alivio por ella.
Ver como Kagome intentaba acercarse a él lo lastimó en lo mas profundo
- No lo hagas- pidió- Estas esposada, no arriesgues a tu hija, no te esfuerces por alguien como yo
Abrió los ojos chocolates y dejó escapar un gemido y apabullarlo con lo que salio de sus labios
- ¿Porqué?
La pregunta retumbó por todo el lugar y lo golpeó muy dentro de él ¿que decía? ¿Cómo se lo explicaba?
Verla derramando aún más lagrimas lo empujó, le soltó todo, sin pensarlo, sin quererlo, le dijo todo. Le contó lo de su madre, su muerte a manos de un hombre enviado por su padre, le contó los abusos a los que fue sometido, le contó lo de Naraku y su madre y no paró... no paró a pesar de que Kagome lloró desconsoladamente al recordar al hombre que intentó abusar de ella en su juventud, a pesar de que Kagome lloró con más fuerza saber que su madre en un momento de lucidez la eligió a ella .
Y aún así , aún viéndola destrozada no se detuvo... Habló de las drogas, de nana... de Shippo, le dijo todo lo que sufrió a manos de Naraku, le dijo que intentó detenerlo, se lo juró mil veces.
Cuando los ojos chocolates se fijaron en los suyos le pidió perdón entre lágrimas, le rogó que lo perdonara y le juró que amó a su hija y que la amó a ella, le dijo que si no lo hacía, si no iba a por ellas, hubieran terminado peor, que Sasha hubiera sido una víctima más.
El llanto desgarrador de la azabache inundó el tétrico ambiente
- Soy el monstruo aquí- hablo a duras penas- Y no tengo perdón Kagome, pero te prometo que tu hija no pasará por lo que nuestra hija pasó, te lo juró por mi vida Kagome
La azabache lloró con más intensidad.
Bankotsu sabía que no podian seguir así, Kagome estaba golpeada y bajo mucho estres, se podria inducir un parto prematuro en cualquier momento, por más que trato de llevarle comida y agua durante los 13 días que estuvo esposada en ese lugar no habia servido de mucho.
Recordar como Kagome se le fue encima a Naraku al encontrarse con el cuando lo tuvo en frente por primera vez lo motivó, a pesar de que se comportó como una rata al no hacer nada cuando todo empezó... ahora sería diferente, si Kagome asustada y embarazada pudo hacerle frente... él tambien lo haría, nadie más moriría
- Kagome - llamó mientras la azabache intentaba controlar el llanto
- Kagome - volvió a llamar
La azabache lo miró entre lágrimas
- Naraku vendrá en unos segundos, necesito que resistas por favor, la ayuda ya esta en camino
- ¿La ayuda?
Bankotsu sonrió, para esos instantes toda la familia Taisho y la policia tenian la ubicación exacta donde ambos se encontraban, seria cuestion de unos minutos, solo debia esperar unos minutos para morir
-¡Hijo de perra! - el grito fue ensordecedor
- Resiste Kagome - pidió mientras veía la puerta abrirse- Veas lo que veas resiste
Naraku fue directo hacia él cubierto de ira, sabía que no tendría miramientos.
Sintió el cuchillo clavarse una y otra vez en su carne, lo apuñalada frenéticamente mientras lo maldecía, lo apuñalada sin piedad alguna.
Giró a ver a Kagome quien no paraba de gritar aterrorizada y suplicando que se detuviera, ver que estaba fuera de peligro lo tranquilizo. Solo necesitaba ser el centro de atención de Naraku unos cuantos más
- ¡Bankotsu! - gritó desesperada- ¡ Por el amor de dios detente! - gritó desesperada
En un momento vio las cosas suceder en cámara lenta, veía el brazo de su hermano ir y venir dentro de su cuerpo pero ya no sentía dolor, por alguna razón todo fue calmo.
Oía los gritos de Naraku y Kagome pero ya parecían tan lejanos.
No supo como lo hizo pero el cuchillo pareció atorarse en su cuerpo, exactamente en su pecho, Naraku no pudo moverlo más. Fue como si su cuerpo lo retuvierq para evitar que este sea clavado en ella.
Cuando dirigió su vista nublada a Onigumo este pareció entenderlo y a duras penas separó a Naraku de su ya maltratado y casi inerte cuerpo
- Jefe ya esta muerto - gritó
- ¡No me toques hijo de puta! - lo empujó- ¡Este mal nacido dio nuestra ubicación, la policía estará aquí en instantes
- ¡Por eso jefe! - lo zarandeo- ¡Larguemonos!
Naraku torció el labio mientras maldecía
- Jefe es su hermano - dijo corriendo hasta él para desatarle las esposas
Cuando los brazos de Bankotsu cayeron en el suelo sintió el dolor volver a su cuerpo, ni las sirenas ni estar medio muerto evitó lo agonizante de su momento final
- ¿Creíste que no la mataría a pesar de tu estúpido sacrificio?
Los ojos de Bankotsu se abrieron, vio el arma apuntar a Kagome y oyó el ruido del disparo, el impacto de la bala destruyó sus pulmones de eso estaba seguro, sintió la bala atravesar su cuerpo al interponerse entre ella y Kagome.
Lo siguiente que sintió fue la sangre escalar por su garganta, giró el rostro ya no tenía oxígeno, moriría. Y aunque irónico o no lo único que quería ver antes de morir era su rostro, el rostro de la mujer que amó
- Estas a salvo - masculló antes de exhalar su último suspiro
- ¡Bankotsu! - gritó desesperada
Lo siguiente que sucedió lo vio en cámara lenta , Naraku le disparó antes de salir huyendo , sintió el impacto de la bala adentrarse en ella y temió por su hija, sabía que necesitaba hacer presión pero seguía esposada pero por alguna razón sentía una ligera tranquilidad.
Vio como la policía ingresaba al lugar donde estaba cautiva, sabía que perdía sangre y que perdería el conocimiento rápidamente pero no pudo evitar perderse en los detalles del cuerpo que yacia a su lado, Bankotsu habia sido salvajemente asesinado, no habia parte de su cuerpo sin puñaladas ¿como logro atravesarse entre ella y la primera bala?
Tragó duró y dentro del miedo, las lagrimas y el dolor que inundaban cada milímetro de su ser... lo perdonó, aunque no sirviera de nada, aunque él ya no la escuchara... su corazón se lleno de una sensación tan cálida que la emocionó.
Cuando alzó el rostro nublado por lágrimas y en medió de las sirenas y los policias se eencontró a la distancia con las orbes doradas que más amaba en el mundo, sonrió.
- Estoy a salvo - susurró viendo el rostro del hombre que yacia a su lado.
