CAPÍTULO 5. Algo que contarte


Comentarios de los reviews:

Ozanai: Bueno, te has metido en un fandom donde el 90% de los escritores son fuyoshis XD. Así que el porcentaje de fics heteros de por sí es más bajo de lo que debiera teniendo en cuenta que este manga es un shonen, no yaoi (y que implica que la gente se cargue a la pareja canon u_uº). Así que me alegra que me digáis que os gusta el fic *o*, porque ya sé que no es lo que quiere leer la gente u_uº

En fin, gracias por los reviews ;-D. Espero que os guste el capítulo final ;-D


CAPÍTULO 5. Algo que contarte

Por su expresión, no sabría decir si iba a ser algo bueno o malo. Se había quedado ahí, tenso, esperando una respuesta por su parte. Ochaco se limitó a asentir y Deku se despidió igual de tenso que como había empezado.

No iba a ser bueno, concluyó. Le había dado tantas vueltas en las clases que quedaban por la tarde, que era a la única alternativa que podía llegar. Deku era una persona risueña, pero se había mostrado tan serio, que parecía que iban a invadir el planeta.

Ochaco le observó recoger sus cosas con una premeditada lentitud. Revisaba a su alrededor como contando cuántos compañeros iban saliendo del aula hasta que finalmente se quedaron solos. Pero, a pesar de eso, Deku no dijo nada en todo el tiempo que tardaron en salir del recinto.

—Vamos por allí —le propuso él.

Ochaco miró la bifurcación: uno de los caminos era la ruta más corta a su residencia y, por lo tanto, la que siempre usaban; la otra... también les llevaría porque la UA estaba cercada, pero darían un gran rodeo.

—¿Adónde quieres ir?

—Me gustaría ir a un sitio tranquilo para hablar, pero que no sea lo suficientemente lejos como para que la vuelta se haga violenta.

¿Qué demonios iba a decirle?, pensó con aprensión. Era algo malo, de eso ya no tenía dudas. De lo contrario, no estaría pensando en la reacción que tendrían ambos a la vuelta de esa supuesta revelación.

Quizás llevaba demasiado tiempo obsesionándose con el rumor de Deku y Tokage, pero fue lo primero que se le pasó por la cabeza. ¿Qué otra cosa podría resultarle violento?

Lo mismo Deku estaba al corriente de lo que sentía por él. Lo sabían las chicas, le constaba que lo sabían algunos chicos e intuía que otros tantos lo sospechaban. ¿Por qué no iba a saberlo él también? De modo que Deku estaba en la tesitura de —en pos de su amistad— romperle el corazón él mismo y que no lo hiciera un tercero cuando se enterara por él.

—Deku... —susurró.

Prefería lo segundo... Prefería con mucho lo segundo para así evitarse la humillación de echarse a llorar delante de él.

—¿Qué querías contarme?

Deku se salió del camino y se apoyó en la barandilla de protección del alto que estaban subiendo. Se habían alejado bastante por el arbolado que rodeaba las residencias, aunque en un inicio le había mencionado que había preferido algo más cercano.

—Endeavor nos ha hecho un contrato de trabajo a los cuatro —soltó sin más—. Os lo vamos a comentar a todos por la noche.

No todos iban a conseguir un contrato cuando se graduaran; mucho menos en una buena agencia. Lo habitual en la profesión de héroes era que cada uno fuese autónomo, como seguramente le iba a suceder a ella. Ryukyu no iba a contratar a ninguna de las internas que había entrenado. Pero ellos iban a ser héroes profesionales de la mejor agencia del país. Iban a seguir subiendo alto, mucho más alto.

Y ella se quedaría como una simple espectadora de ello.

—Vaya... qué buena noticia —se alegró de forma contenida, pero no por la buena fortuna de su amigo, sino porque sabía que no estaban allí por eso—. ¿Y por qué os han reunido con el director?

—Endeavor le ha pedido aumentar nuestros días de prácticas para mejorar el rastreo de esa nueva banda organizada que ha aparecido —le explicó—. Y como nuestras notas son buenas y prácticamente hemos terminado los temarios, nos han dado permiso. Así que, en vez de tener los mismos días que vosotros, haremos nuestras prácticas de miércoles a domingo.

Y puesto que ellos lo hacían el fin de semana y el lunes, eso acababa de acortar drásticamente el tiempo que le vería. Se acercó a la barandilla y se apoyó en ella cuando empezó a notar que temblaba.

—¿Os iréis mañana? —preguntó con el corazón encogido.

—Sí.

De modo que esas casi tres semanas que aún tenía de margen se iban a convertir en dos días. Inspiró profundo para intentar controlar la sensación agobiante de ese nudo en el pecho que se le formó al instante. Sabía desde hacía unos días que no estaba preparada para la separación, pero mucho menos para sólo verle dos días.

—¿Era eso lo que querías contarme? —Porque, en realidad, se lo podría haber dicho con los demás.

—No... Es algo que me he guardado por dos años —la corrigió—. Me prometí hacerlo cuando estuviéramos a punto de graduarnos. No quería que nuestra amistad se complicara mientras estuviéramos juntos en la UA. Pero como ahora estaré poco por aquí, no me queda mucho más tiempo para hacerlo.

Sin embargo, durante varios minutos no dijo nada y Ochaco comenzó a impacientarse. Vio cómo Deku desviaba la mirada hacia el horizonte, concentrado en algo.

—¿Recuerdas cuándo tuve que marcharme de la UA porque All for One me perseguía?

—Claro. —Era imposible de olvidar. Aquel momento había constituido un antes y un después en la sociedad.

—Estuve durante días dando vueltas sin parar, salvando a la gente que se encontraba en apuros y peleando contra los asesinos que me enviaba. Todos los días igual: uno detrás de otro...

—Deku... —dijo cuando se detuvo por varios segundos y de nuevo se abstrajo en su cabeza.

—Ni siquiera fui consciente de los días que pasaron hasta que pude dormir en la UA... —continuó con una sonrisa afectada—. ¡Dios, estaba tan cansado! Nunca lo había estado tanto y ni siquiera me daba cuenta. En lo único que podía pensar era en que tenía que seguir y hacer que All for One saliera de su escondrijo para apresarle.

—No debiste ir solo. —Deku la observó por unos instantes y después miró de nuevo el punto de la lejanía que llevaba rato mirando.

—Me dijeron que fue cosa tuya... lo de instar a los profesores a dejaros venir por mí. —Ochaco se irguió ante lo que le pareció un reproche—. No me lo podía creer cuando os vi allí. Llevaba días sin parar de pelear, moviéndome por todos lados para atraer la atención de los villanos hacia a mí. ¡Dejé la UA para manteneros a salvo! Y ahí estabais de pronto: exponiéndoos al peligro del que intentaba protegeros. Me dio tanta rabia... No creo que puedas entender la rabia que me dio. Todos mis esfuerzos de días y días vagando por ahí tirados en un minuto.

—Lo siento... —se disculpó con voz contenida.

Porque, al parecer, habían llegado a la raíz de esa conversación. Y no tenía claro qué era peor: si que le hubiera confirmado su relación con Tokage o que le dijera que durante dos años había arrastrado ese rencor contra ella. Se lo había dicho al inicio: había esperado hasta que estuvieran a punto de separarse para no enrarecer su amistad. Desde luego, habría sido muy incómodo haber pasado los dos años que les quedaban por delante sabiendo que Deku se sentía así con ella.

—El que debería disculparse por ello soy yo: no debí haber luchado contra vosotros... —replicó, en cambio, él—. Pero no podía ver la realidad. No lo pude hacer con claridad hasta que por fin me desperté en mi cama. Me dolía todo el cuerpo; y mi madre estaba muy alterada. Pero no había podido verlo hasta que me trajisteis de vuelta. Y luego Iida me dijo que fue cosa tuya... y no pude parar de llorar por todo lo que sentí en ese momento.

—Lo siento... lo siento mucho —le dijo con sus lágrimas desbordándose de sus ojos.

Deku le cogió las manos y ella se las miró con cierta sorpresa. No sólo por el contacto, sino porque le temblaban bastante.

—No estoy seguro de que estés entendiendo lo que te estoy diciendo.

—Traicioné tu confianza... —dijo afligida.

—No —replicó con vehemencia y, acto seguido, le vio ponerse muy rojo—. Lo que intento decirte es que siempre te he querido.

A Ochaco se le cortó la respiración... y también sus sollozos. Le miró como si tuviera ante sí una anomalía de la naturaleza porque, ¿no se suponía que le estaba recriminando lo que hizo?

—¿Qué? —susurró.

—No puedes hacerte una idea de lo que significó para mí que me defendieras de esa manera cuando no podía ni tenerme en pie. Ni lo que sentí cuando supe que contra todo obstáculo te empeñaste en venir por mí...

—Deku... —murmuró conmovida.

—Ese día no sólo hiciste que me enamorara más de ti, sino que me hiciste ver que te necesito en mi vida. Sé que el otro día no lo dijiste muy convencida, pero realmente deseo seguir viéndote una vez nos graduemos. Necesito que me protejas de mí mismo... Necesito que me detengas cuando mi síndrome del héroe me consuma y deje de ver la realidad.

Ochaco se quedó literalmente de piedra, a excepción de sus lágrimas silenciosas que caían sin poderlas contener. Ni en sus más alocados sueños había esperado que Deku le dijera algo así. Y había tenido muchos con él en esos años...

Para ella, Deku era inalcanzable, y lo había sido desde mitad del primer curso. De ahí que todos los escenarios que se imaginaba con él siempre fuesen una derivación de una amistad que se convirtió en algo más. Pero jamás se le había ocurrido que Deku la sintiera tan necesaria para estabilizarle, igual que el faro en la niebla para un barco sin rumbo. Todos sabían de la tenacidad que mostraba por ser un héroe; todos sabían que él era en el último en quien pensaba. Pero lo que no sabía era que él mismo fuese consciente de ello.

Se echó a llorar sin control por el torrente de emociones que la invadió. Había renunciado a él, y se había autoconvencido de que era lo correcto. Pero en el fondo sabía que se mentía y de ahí que hubiera dejado todas sus esperanzas puestas en algo tan aleatorio como su inminente distanciamiento.

Estaba tan aliviada... y tan feliz de que algún ente superior se hubiera compadecido de su error y arreglarlo, que no podía dejar de llorar.

Lo cual puso a Deku tan nervioso que terminó por soltar sus manos.

—Ochaco, lo siento... —se disculpó con un titubeo—. ¡Mierda! Debí hacerle caso a Tokage —se lamentó.

Ochaco se quitó las lágrimas de la cara y le miró con desconcierto.

—¿Hacerle caso con qué?

—Con decirte lo que siento de forma más suave y no que suene tan...

—¿Tan «para toda la vida»? —terminó por él cuando no continuó.

—¿De verdad suena así? —se horrorizó Deku al tiempo que se ponía de un rojo furioso—. Dios, es lo que me dijo ella.

Esta vez, fue Ochaco la que le cogió de las manos. Le sudaban un montón, por lo que pudo hacerse una idea de lo nervioso que estaba.

—¿Y no es así? —le preguntó con la respiración contenida.

Deku miró sus manos unidas con un claro semblante de incertidumbre. Le temblaban a pesar de sujetárselas y a ella le picaban los pulmones por el aire que estaba tardando en expulsar a la espera de su respuesta. Entonces, le apretó las manos con firmeza y la miró determinado.

—Lo es... pero no quería asustarte.

Ochaco expulsó el aire con alivio y sonrió como una estúpida... o, al menos, lo que ella entendía como tal. Porque sentía las comisuras de sus labios tan alto que no sabía ni que sus músculos faciales podían llegar hasta ahí.

Se abrazó a él feliz y notó que Deku suspiraba más relajado mientras correspondía el gesto.

—No lo haces —respondió risueña al tiempo que se recreaba en ese ansiado momento. Casi no podía creérselo; le había dado por perdido—. Eres idiota... —protestó—. ¿Sabes lo mal que me sentí cuando te oí decir en televisión que nadie tenía posibilidades contigo?

—Es la verdad... Yo ya estoy ocupado —contestó con suavidad.

—Pero yo pensaba que estaba incluida ahí.

—Ah... bueno... pues no lo estás —repuso contrito.

—Ya me he dado cuenta —comentó divertida.

Deku la abrazó con más firmeza y apoyó la barbilla en su cabeza, soltando en el proceso un largo, pero suave suspiro. El hecho de estar a primeros de marzo y en un alto donde estaban más expuestos al frío, pasó desapercibido ante ese cálido abrazo. Se habría quedado todo el día ahí, pero era evidente que Deku no pensaba lo mismo.

—Al final me he desviado bastante —dijo apenado—. Menos mal que la vuelta no será la que me había temido.

Ochaco le miró y acarició con cuidado su mejilla mientras negaba con una sonrisa. Deku se sonrojó por el gesto, en cambio, ella, se maravilló ante el hecho de que a partir de entonces pudiera tocarle así. Se había pasado los últimos dos años y medio convenciéndose de que no necesitaba eso, pero ahora estaba tan feliz, que no sabía a quién tenía que agradecérselo.

—Se nos va a hacer tarde; deberíamos volver —continuó Deku aferrando la mano que tenía en su mejilla.

Sin embargo, para Ochaco ésa era la menor de sus preocupaciones. Apenas podía creerse que aquello estuviese sucediendo, ¡y Deku pretendía terminar con ello!

—Espera... ¿y ya está? —se quejó.

—¿Como que ya está?

—Después de dos años me dices lo que sientes, ¿y te quieres ir sin más?

—No entiendo...

Se cruzó de brazos y le miró con un semblante pícaro que no concordaba con su tono de voz.

—La has besado a ella y a mí no —recriminó con falsa indignación.

—¿Qué? —replicó desconcertado—. Yo nunca he besado a nadie.

—¿Te enseño la foto?

Deku se puso muy rojo cuando le soltó su «incidente» con Tokage.

—¡Eso no era un beso!

—Eso no es lo que dicen en Internet —protestó—. No pienso ser tu novia y que haya por ahí alguien que pueda alegar ser la única que te ha besado.

—Pero que no...

Ochaco le pasó las manos por los hombros y se acercó a él, hasta apenas dejar espacio entre ellos. Deku se puso tan rojo que pensó que le estallaría la cabeza. Pero en cuanto hizo el intento de juntar sus labios, sintió cómo la cogía por los brazos y la separaba en extremo avergonzado.

—No estoy mentalizado para besar a una chica —dijo mirando al suelo—. Ni siquiera esperaba que me correspondieses. Por eso lo he retrasado hasta ahora.

Ochaco suspiró a medias entre divertida y resignada por su reacción. Tampoco era como si no se esperase que se avergonzara de esa forma. Todos eran bien conscientes del problema que tenía Deku en sus interacciones con las chicas.

—Yo tampoco lo esperaba —le confesó con una sonrisa afectada—. Renuncié a ti hace dos años: cuando sentí que eras inalcanzable para mí.

—¿Qué?

—De hecho, pensaba que estabas al tanto de mis sentimientos hacia ti y que, por eso, me estabas trayendo a un sitio más tranquilo para decirme que ibais a hacer público que Tokage y tú estabais juntos.

—¿En serio te has creído eso? —se sorprendió mucho él.

—No soy la única: todos especulan sobre lo vuestro —le recriminó un poco ofendida.

—No es más que una actuación mediática por su parte —desechó él.

—O puede que no lo sea... Quizás tiene verdaderas intenciones...

Deku se echó a reír e interrumpió la argumentación de Ochaco, la cual se tensó en cuanto vio cómo él negaba divertido.

—Tokage está saliendo con Awase —reveló sin más—. Llevan en un tira y afloja desde hace meses y, de hecho, creo que empezó su actuación conmigo para darle celos. Pero vio la repercusión mediática de ello y ha seguido así.

Ochaco no pudo evitar que se le abrieran los ojos y la boca por la sorpresa. Eso no se lo esperaba. No podía creerse la cantidad de disgustos que esos días estaba descubriendo que se había estado llevando sin necesidad.

Negó con la cabeza ante la incredulidad, pero resolvió que, accidente o no, no se iba a quedar por detrás de Tokage.

Así que tiró de su mano para agacharle un poco y le dio un espontáneo beso. Un simple roce de labios porque, en el fondo, por mucho que estuviera mostrándose algo más lanzada, tampoco se atrevía a mucho más. Pero consiguió que a Deku se le volara la cabeza y empezara a murmurar incongruencias cuando se separó de ella.

Ochaco sonrió, muy sonrojada por su impulsividad, pero consciente de que, si tenía que esperar a que él diera los pasos, tardaría otros dos años en verlos.

—De momento, me conformaré con esto —añadió risueña.

Deku se puso a murmurar todavía más rápido hasta el punto de acabar riéndose por su reacción. No entendía nada de lo que decía, sólo que estaba muy nervioso y avergonzado, lo que a resultas hacía que ella sosegara su propio estado. Era tranquilizador saber que podía alterar tanto a aquél a quien consideraba inalcanzable.

—Deku, ¿nos vamos? —le propuso al fin.

Le vio dejar de murmurar y, acto seguido, tomar una gran bocanada de aire para finalmente asentir. Esta vez, fue Ochaco la que se puso colorada cuando Deku le cogió de la mano y se mantuvo así todo el camino hasta la residencia. ¿Acaso pretendía que los vieran así?, pensó con alarma. ¡Les iban a acosar a preguntas!

De modo que intentó soltarse cuando estuvieron ante la puerta, pero Deku se opuso a ello: «voy a estar poco por aquí», le dijo, «no quiero que comenten rumores a tu alrededor que te puedan incomodar».

Que Deku estuviera preocupado de la situación que podría tener ante las habladurías de la gente mientras él estaba ausente, le dejó una reconfortante sensación por todo el cuerpo. Pero, por otro lado, estaba segura de que, si él no estaba mentalizado para besar a una chica, ella lo estaba menos para aguantar las preguntas quisquillosas de toda la clase.

Sin embargo, cuando se adentraron en el salón, allí sólo se encontraba media docena de compañeros charlando. Y ni uno de ellos los miró con asombro cuando aparecieron ante ellos. De hecho, lejos de acosarles a preguntas, lo único que vieron fue a Mina levantarse del sofá con los brazos en alto y exclamar:

—¡Por fin!


— * —


Fin del Capítulo 5

Fin de «Algo que contarte»

23 Enero 2022


Notas finales:

Y se acabó ^_^º. Sí que ha sido cortito XD, pero suficiente para quitar mi cargo de conciencia. Ahora ya puedo decirme que tengo un fic de esta pareja aunque después pueda hacer una docena de otros personajes... (no llegaremos a eso, pero se entiende XD).

En fin, espero que os haya gustado esta minihistoria. En realidad, poco se me ocurre para ellos porque son tan tímidos los dos que, sinceramente, me cuesta mucho imaginármelos haciendo dramas y cosas raras. Pero cuando llegamos a esta parte del manga, me dio a pensar que Izuku tiene que haberse dado cuenta de su situación: casi se mata por cabezón ¬_¬º y si no llega a ser por Ochaco, así habría sido.

Y luego se dio la circunstancia que preveía y así ha quedado esto. Porque, cuando empecé el fic habíamos llegado al punto en que Izuku estaba recuperado y preguntó por Ochaco (pero ella se había ido a dormir y no la vio). Y mientras pasaban los capítulos de la tipa de EEUU, tenía la mala espina de que no iban a retomar lo que demonios Izuku le fuese a decir (como finalmente fue). Así que este fic que escribí durante esas semanas, resultaría de ese momento en que Izuku podría haberle dicho algo, pero que, al final, decidió dejarlo para cuando se graduaran.

Por supuesto, aquí el amigo Kohei todavía puede sorprendernos y darnos un final para esta pareja cuando termine el manga, pero no sé por qué me da que eso no va a ocurrir T_T. Así que, bueno, ya le he hecho mi propio final XD

¡Hasta otra!