Disclaimer: The Owl House no es mío.
Little girl terrified, she'd leave her room if only bruises would heal. A home is no place to hide. Her heart is breaking from the pain that she feels, every day's the same, she fights to find her way. She hurts, she breaks, she hides, and tries to pray, she wonders why.
—When she crie, Britt Nicole.
Para Luz:
Hola, ¿cómo estás?
Aunque suene tonto, me alivia que estemos una vez más en la misma clase.
Con el pasar del tiempo me he acostumbrado al olor del tabaco sobre ti, pero que sorpresivamente huele bien.
¿Por qué será?
A veces me lo pregunto.
De Amity.
Mientras corría con sus cenizas abrazadas a mi pecho, recordé con nostalgia las cartas que solía escribir Amity.
Mientras sentía el concreto en la planta de mis pies —no tenía ni idea de en qué momento había perdido mis zapatos— podía sentir como me lastimaba a cada paso, pero a pesar de que mis pies y mis pulmones parecían no dar más, yo no podía detenerme. Apretaba los dientes, obligándome a continuar. Recordando como Amity y yo nos habíamos saludado superficialmente aquel primer día de nuevo curso cuando sorpresivamente volvimos a ser compañeras de clase. Ella tenía un incomodo intento de sonrisa en su rostro, y yo simplemente moví mi mano con inercia.
En ese entonces no quería ser descubierta por los profesores por el olor a tabaco, así que siempre tenía un desodorante en aerosol de baño conmigo. Cuando Amity se enteró, ella soltó una pequeña risa ante lo tonta de mi respuesta.
Para cuando por fin había llegado a mi apartamento, el sudor había empapado toda mi ropa y se sentía un poco asqueroso el tenerla pegada a mi piel, pero entonces mis pensamientos ignoraron ese hecho al observar la urna entre mis manos.
En esta urna están las cenizas de lo que alguna vez fue el cuerpo de Amity. Y por un segundo, sentí que podía relajarme al fin. Mis piernas entonces cedieron al cansancio y terminé acostada en el suelo del departamento aferrándome a los restos de Amity con miedo a perderla una vez más.
Desperté pocas horas después, cuando la oscuridad de la noche se había apoderado del cielo y las estrellas apenas visibles se reflejaban en la ventana. Pense para mi misma que para estos momentos la policía seguro que sabría que yo tenía los restos de mi amiga muerta secuestrados en mi apartamento barato. Conocía lo suficiente sobre la familia de Amity como para saber que al menos su madre era rica, tenía cierta influencia y le sería fácil encontrarme de forma rápida. Lo más probable es que incluso sepan en qué compañía trabajo para este momento.
Lo más seguro es que ya tenga mi dirección.
Así que no me quedaba más que irme, no es como si estuviera huyendo para siempre, no podía darme ese lujo. Simplemente tenía la sensación de que este lugar no era donde Amity merecía descansar, por lo tanto la llevaría lejos. No importa donde.
Lejos, sólo eso.
—Hey, Luz. ¿Irás a algún lugar durante las vacaciones?
El sonido de las cigarras pareció esfumarse en el momento en que Amity me hizo la pregunta.
—Solía ir a casa de mi abuela cada año, pero desde que papá se fue... realmente no se que hare.
Nos habíamos saltado las clases del tercer periodo y nos ocultamos en las escaleras más alejadas del edificio principal, ambas apoyadas en el barandal del segundo piso con la mirada fija en nada en particular. No había rencores en nuestras voces más que resignación ante nuestras respectivas situaciones familiares.
—Hey, Luz. —su voz me susurro—. Deberíamos ir al mar, sólo nosotras dos.
Inconcientemente mi cabeza giro para ver a Amity. El tinte verde casí había desaparecido y su cabello castaño se notaba más y más en cada ocasión, su piel palida parecía como papel y en su rostro, justo en su ojo derecho, como algo antinatural en su apariencia se encontraba la mancha morada del golpe de la paliza del día anterior. Su padre, la misma historia de siempre, y yo, una niña que no sabía nada sobre consuelo emocional fingía que todo estaba bien. Como siempre.
—Realmente quiero ir. —continuo, Amity—. El mar...
Su voz se escuchaba como un susurro lleno de esperanza y a la vez resignación.
—Pero supongo que no puedo. —continuo—. Porque papá se enfadaría.
Querida, Luz:
¿Cómo ha ido tu verano?
Yo no tengo mucho que contar, sabes que casi siempre es lo mismo en casa.
Anoche papá no tenía alcohol, así que me llamó estúpida y me despertó a media noche. Tuve que intentar comprar alcohol en algún lugar cercano si no quería ser golpeada.
Estaba un poco asustada, pero recordé que tu dijiste que a veces salías a caminar, así que tenía la esperanza de encontrarte.
Es algo tonto, pero si tu estas conmigo, Luz, no estoy tan asustada como suelo estarlo.
De Amity.
Sin quererlo, había una sonrisa en mi cara. Sostenía entre mis manos todas las cartas que Amity alguna vez me envió a lo largo de los años. Era seguro decir que ella amaba escribir cartas, decía que tenía un alma vieja y las cartas se sentían más personales que los mensajes de texto.
Suspire antes de guardar las cartas en mi lugar secreto, eran mi preciado recuerdo de mi amiga. No me quedaba mucho por hacer. Había empacado lo necesario para escapar a cualquier lugar por unos cuantos días.
Al final, no quedaba más que tomar la caja en la cual había metido la urna con las cenizas de Amity. Pero simplemente me quedé observándola a un metro de distancia, sentía que debía hablarle, porque de alguna manera ella seguía a mi lado. Queriendo decirle que todo estaba bien ahora.
—Está bien, Amity. —murmuró, abrazándola contra mí—. Ya no puede enojarse contigo nunca más.
Estaba fría, pero de alguna forma, se sentía cálida en mi corazón.
—Así que, Amity, vamos al mar.
Ah, por un momento casi puedo verte.
Observando con tu cara golpeada a un lado mio apoyada en ese barandal. Tu rostro parece sorprendido, pero no te preocupes, es una promesa.
—Solo nosotras dos.
Al final, terminé llevando las cartas de Amity conmigo. Las leía mientras el humo del cigarrillo escapaba entre mis labios. Había una sonrisa de resignación en mi rostro, aun no sabía a qué playa se supone que debería llevarla. No era como si simplemente fuera a un lugar cualquiera. Aunque bueno, Hawai sería genial pero no tengo la posibilidad de hacerlo ahora.
Sería más fácil si pudiera preguntarle directamente a ella, pero incluso si le enviará un mensaje de texto preguntando: Amity, ¿a dónde quieres ir? Ella no respondería.
Ah, realmente sería todo más fácil si ella estuviera frente a mi y girara a verme con esa sonrisa de siempre.
Amity, ha pesar de que éramos amigas desde hace mucho tiempo, yo realmente no sabía nada de ti. Solo te tenia a ti y aun así, ¿por qué? ¿realmente me dejaste sin una carta al final? Yo no se donde se supone que tengo que ir ahora, con tus cenizas, mis brazos, no puedo ir a Hawai.
Una risa escapa de mi garganta, pero no estoy para nada divertida. Las lágrimas siguen escurriendo cada vez que te pienso, eres tan lúcida, caminando delante de mí pronunciando mi nombre.
"Luz"
Te escucho con claridad.
"Luz"
Volteas y me sonríes apuntando a un cartel pegado al escaparate de una tienda
—Kill Devil Hills. —dices emocionada—. Está en Carolina del Norte, dan ganas de ir, ¿verdad?
Ah, es cierto. Tu una vez ya lo habías dicho.
—Quiero ir.
Amity, a Kill Devil Hills, si es ese lugar yo definitivamente te llevaré.
Así que me fui a la estación de autobuses más cercana, comprando el primer boleto de salida a Carolina del Norte. Me senté con tus restos en mi regazo, abrazando a mi cuerpo mientras sostenía una de las cartas que me enviaste hace tiempo.
La lei y te extrañe, ultimamente te extraño lei y pense en ti y todas esas veces que creí que todo siempre sería igual entre nosotras. Lei tu carta y me abrace a tus restos, pensando en lo profundo de mi que nunca antes te había abrazado como te he abrazado ahora.
Amity, te sientes tan pequeña.
Para Luz:
Anoche apareciste en mis sueños, nada raro, no te preocupes.
En mi sueño tu y yo caminábamos tomadas de la mano a casa de tu abuela, tu dijiste: Mi abuela vive en Hawai por alguna razón, así que tendremos que tomar un avión en algún lugar.
Pero yo sabía que estabas mintiendo, aunque estaba feliz de que caminamos hacia cualquier lugar en ese momento.
De Amity.
