Ondas en el agua
Una propuesta de momentos perdidos durante y entre episodios. Situaciones que no aparecen en la serie pero podrían haber ocurrido entre Jubal e Isobel. Sencillamente, cómo se afectan el uno al otro con sus palabras y sus actos. Y cómo su relación se transformaría debido a ello.
Nota del autor: Intento mantenerlos en personaje y ceñirme al canon (con tags a los episodios y referencias en cada relato para dar contexto) pero obviamente mucho nace de mi propia imaginación. He escrito más fanfics de otros fandons en el pasado, pero éste es el primero que publico. Tal vez porque no hay mucho fandom de FBI en general ni tampoco mucho shipping por Isobel y Jubal en particular, por primera vez, me ha apetecido compartirlo. No sé si habrá muchos lectores potenciales ahí fuera, pero quizás a los que haya les agrade encontrar y leer este relato. Aquí va. Disclaimer: la serie de TV "FBI" no me pertenece, y todas esas cosas.
Capítulo 1. Asperezas
=Tras FBI S02E12 "Hard decisions" y durante FBI S02E13 "Payback"=
La alta silueta de Jubal se recortaba contra el luminoso cielo nocturno de la ciudad. Miraba a la lejanía. Envuelto en su grueso abrigo oscuro, los hombros encogidos y las manos profundamente metidas en los bolsillos, parecía taciturno.
Al verlo allí, Isobel valoró irse por donde había venido. Había subido a la azotea para poder reflexionar, no para volver a discutir con Valentine... Pero entonces lo pensó mejor.
El encontronazo que habían tenido antes apropósito de Dan Osborne había acabado casi de la peor manera. Él la había acusado de tapar un delito. Ella lo había echado de su despacho. A punto había estado de abofetearlo. La expresión de Jubal antes de irse había sido casi como si lo hubiera hecho.
Los pocos intercambios que tuvieron después de aquello no habían perdido profesionalidad, pero fueron incómodos y distantes. No podía dejar las cosas así.
Caminó hasta que estuvo su lado.
—Te ha gustado el sitio, por lo que veo —comentó con tono casual.
Él apenas la miró de reojo. Siguió contemplando el horizonte.
—Ya lo conocía —contestó con sequedad—. No eres la única que viene aquí buscando un poco de paz.
Nubes de vaho subrayaron sus palabras. Hacía un frío duro, como la expresión de su rostro. Isobel se subió más las solapas de su propio abrigo.
Cuando aquella mañana Jubal había sabido encontrarla allí, a Isobel le sorprendió. Se había sentido un tanto... vigilada. Él había mencionado un satélite espía. Obviamente bromeaba, pero a Isobel no dejó de extrañarle la evasiva respuesta.
Misterio resuelto, pensó entonces.
—Por eso antes supiste donde encontrarme: me habías visto aquí otras veces.
Isobel se preguntó por qué Jubal nunca había saludado al coincidir con ella allí. Sabiendo lo considerado que era, probablemente había supuesto que prefería estar sola, y decidido siempre respetar su privacidad, dejándola tranquila.
—Sí, señora —contestó él sin mirarla, su actitud neutra fue profundamente irritante—. Bien, te lo cedo —añadió, y se volvió para irse.
Isobel seguía enfadada con él, pero tenía que reconocer que se sentía culpable.
Jake, el chico secuestrado y que intentaban rescatar, era hijo de su compañero y amigo Dan Osborne. Lo conocía desde que era un niño de salud frágil. El secuestro del chaval, la posterior desaparición de su padre y que éste hubiera terminado recibiendo un balazo, le habían pasado una cara factura a Isobel. Y no habían logrado encontrar a Jake todavía. La descorazonadora sospecha de que Dan había escamoteado dinero hacía años en una redada lo exacerbó todo aún más.
Aunque Jubal se había excedido con sus insinuaciones, ella había permitido que sus emociones la arrastraran.
—Te debo una disculpa —consiguió decir antes de que él se marchara.
Por desgracia, su tono le sonó insoportablemente altivo incluso a ella.
Jubal se detuvo y se giró, pero siguió sin mirarla a la cara.
—No tienes por qué hacerlo —replicó, inexpresivo.
Que no la mirara resultaba especialmente áspero por su parte, sobre todo porque normalmente, cuando Isobel le hablaba, Jubal le prestaba siempre de manera manifiesta toda su atención. No quiso reconocer ante sí misma que disfrutaba de aquella consideración tal vez un poco más de la cuenta.
Intentando controlarse, Isobel exhaló por la nariz su irritación.
—Debo insistir —dijo tajante.
—De acuerdo. Estás disculpada —contestó él llanamente—. Tengo que volver abajo. El equipo de asalto debe estar ya llegando a la casa de McNair.
Se volvió de nuevo para irse.
—Maldita sea, no podemos trabajar así —se lamentó Isobel.
El rostro de Jubal se ensombreció. Se detuvo en seco.
—¿Quieres mi dimisión? —preguntó con la voz enronquecida.
—¿Qué? ¡No! —replicó ella alarmada— No, no quiero tu dimisión. —Vio a Jubal parpadear y suspirar aliviado. Y ceñudo. Isobel se sintió mal por el susto que le acababa de dar. Se tragó su orgullo como pudo—. Echarte de mi despacho ha sido una grosería, Jubal. Lo siento.
Esta vez sí logró que la inflexión de su voz se pareciera en algo a la de una disculpa.
Sonó un suave doble zumbido y Jubal se llevó el dedo a su auricular inalámbrico.
—Valentine —dijo, antes de escuchar brevemente y después volverse hacia ella—. Ya están allí. Se están preparando.
Juntos, los dos se apresuraron en bajar al JOC. Ya en el ascensor, la fachada de frialdad de él flaqueó un poco.
—Yo... no pretendía faltarte el respeto —explicó, tenso—. Estuve fuera de lugar.
¿Lo había estado realmente? Isobel vaciló.
Jubal le había demostrado a menudo que podía confiar en su criterio, y que iba a buscar el medio de velar por los intereses de Isobel aun cuando ella misma antepusiera otras cuestiones, como había ocurrido hacía poco con la amenaza de bomba en el caso Sentinel.
—No exactamente. Aunque la verdad, podrías haber sido menos brusco.
Él inclinó la cabeza, reflexionando.
—A veces soy bastante terco —admitió—. Entiendo que puedo haber llegado a ser ofensivo. No nos conocemos tan bien, pero créeme, no quise decir que estuvieras dispuesta a encubrir a tu amigo. Solo que-
—Que no quería enfrentarme a la realidad, lo sé. No ibas desencaminado —reconoció Isobel.
Jubal la miró por fin. Sus ojos volvían a ser amables. La contemplaron con una empatía que resultó francamente reconfortante.
—Quien esté libre de pecado... Aun así me pasé de la raya.
—Lo cierto es que prefiero que sigas así y no te calles lo que creas que debas decirme —Isobel buscó los ojos de Jubal parar dar más énfasis a sus palabras —, por espinoso que sea.
La mirada y la sonrisa que Jubal le dirigió entonces fueron profundamente apreciativas. Y le produjeron a Isobel una agitación decididamente inquietante.
—Puedes contar con ello —le aseguró él con aire satisfecho justo cuando se abrían las puertas.
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Nota del autor: Viendo el episodio FBI S02E13 "Payback" me pareció que hubo un salto evidente entre la escena en la que Isobel y Jubal discuten sobre Dan Osborne, y después, tras el rescate de Jake, cuando vuelven a hablar y parecen llevarse bien de nuevo. Con esto he querido rellenar ese curioso salto. La escena en la azotea del propio episodio me gustó tanto (con Isobel mostrándose vulnerable y Jubal saltando a por la oportunidad de ayudar) que me pareció un punto de apoyo ideal. La referencia a FBI S02E12 "Hard decisions" y lo ocurrido con Sentinel la he incluido porque me parece significativo que ya entonces Jubal se sienta protector hacia ella.
