Lunes 1 de Abril de 2013.
La primavera florecía.
Iba tan distraída que se había pasado una estación de la escuela en la que estaba inscrita.
Aquel inicio de semana ella percibía que el tiempo corría más lento de lo habitual; y que los meses no hubiesen avanzado desde aquel fatídico momento.
Esa chica, de 15 años, veía cómo los jóvenes ingresaban a aquella escuela con energía y grandes expectativas. Entre ellos parecían conversar sobre una buena "racha" en un deporte que no alcanzaba a entender, sumado al hecho de que ese equipo había llegado a una buena posición en un torneo Nacional.
Definitivamente, su mente no estaba concentrada. Estaba tratando de asimilar que hace unos meses atrás un accidente automovilístico marcó su vida al igual que la de su familia iniciando el año 2013; aquel paseo de Fin de Año iban a ser el último en su país para mudarse a Japón en el segundo semestre del año, producto de una contraoferta laboral que hacía recibido su madre.
A pesar de lo ocurrido, la madre de aquella estudiante que iba a cursar primer grado de preparatoria continuó con la migración y el traslado al igual que su padre. Era un cambio muy importante para su progenitora ya que implicaba el fruto de su esfuerzo y constancia durante casi una década en aquel emporio empresarial. Unas semanas después de que la única hija de esa familia pasara por las terapias de movilidad, aprendieron el idioma en tiempo record y se mudaron a un apartamento muy bonito en una zona de estrato medio-alto en la prefectura de Miyagi.
Estar ingresando a aquella escuela le generaba cierta nostalgia. Obviamente la fachada era muy distinta a su anterior escuela, pero la energía que veía en aquellos alumnos la transportaban a la felicidad de compartir con aquellas amistades que dejaba atrás.
La estudiante suspiró hondo, y avanzó con recelo al Instituto Karasuno.
Aquel documento formal le daba instrucciones sobre cuál sería su casillero ese primer año, su salón y el puesto que debía ocupar en la ceremonia de ingreso. Con ligera precaución se sentó en una de las bancas de aquellos casilleros femeninos y calzó sus uwabakis; le pareció curioso que aquellos zapatos blancos tan cómodos vayan a ser su calzado al interior de aquel instituto y que debía dejar guardados los zapatos de color negro. Aquel país le seguía pareciendo interesante.
Ubicó la silla de aquel gimnasio y se sentó en una de las primeras filas: todo estaba tan milimétricamente organizado que los alumnos de primer grado estarían en las cinco primeras filas, los de segundo año en las filas siguientes hasta culminar con los de tercer año. Las dos chicas a sus costados la saludaron afablemente y la extranjera respondió a aquel tímido saludo. Unos minutos más tarde, a las 8:00 am iniciaba la ceremonia de ingreso del año 2013.
Un profesor de lentes daba las primeras palabras de bienvenida, y siguiendo el orden del día, después del canto al himno nacional y el himno del instituto, un joven de tercer año les daba la bienvenida a los estudiantes de primer año: para aquella anualidad, habían escogido al actual capitán del equipo de voleibol masculino: un joven llamado Chikara Ennoshita.
El chico se había inspirado con sus palabras, puntualizando en la escogencia de los bukatsus al finalizar la jornada escolar ese día después de mediodía. La estudiante extranjera se sorprendió de la facilidad con la que había podido entender aquel idioma y las palabras que decían cada uno de los que hablaban en la ceremonía, y se levantó en el orden en el que los habían llamado para que se dirigieran a su salón de clases.
La chica subía aquellas escaleras con parsimonia para dirigirse a su aula: Primer Grado Número 4. Ubicó un pupitre cerca de la ventana y notó como los otros alumnos de la fila ingresaban con familiaridad y conocimiento; se notaba que se conocían desde el grado pasado y se les veía alegres por haber ingresado a aquella escuela.
No era fácil para ella pasar en cierta medida desapercibida. Muchos de sus rasgos físicos eran totalmente diferentes a aquellas chicas asiáticas: el cabello castaño claro natural, de textura lisa pero algo ondulado en las puntas, ojos no rasgados, tez entre blanca y trigueña. Además, tenía otra "particularidad": detalle que no se notaba a simple vista. Cuando la presentaron ante el grupo con una estudiante extranjera, causó una gran impresión ya que no era común recibir estudiantes de otros países puesto que por lo general las academias de mayor prestigio eran las que tenían esos "privilegios", como la Academia Shiratorizawa. Los docentes le brindaron apoyo si por alguna eventualidad no entendía algún concepto cambiando a traducción en inglés.
Ese día después del mediodía inició la jornada para que los estudiantes de primer grado escogieran su bukatsu. Fue una de las recomendaciones que le dió el docente de la lengua nipona a la chica cuando aparte de enseñarle el idioma le enseñaba la cultura y las normas de cortesía; era "obligatorio" que se escogiera la actividad curricular, por lo que desde antes de su ingreso debía tener presente el club donde se registraría.
La chica tuvo en mente una alternativa pero no la consideró viable; porque debido a su "limitación" preferiría mantener el perfil bajo y solo asistir al club de canto si es que había alguno registrado o conformado. Y cómo el docente de lenguas llegó a conocer los gustos y preferencias de aquella jovencita, le recomendó a sus padres que escogieran una academia donde dicha actividad existiera y en la que nuevamente pudiera encontrar nuevas amistades y enfoque, obviamente ligada al presupuesto familiar.
¡Y ahí estaba! ¡Y ella sin saber ese detalle hasta unas horas más adelante!
La elección de un bukatsu es un tema que llama mucho la atención en los adolescentes japoneses. Hay bastante interés en pertenecer a un club extracurricular, en especial al del equipo de voleibol masculino porque la chica notó un "desorden" en ese pequeño stand en el que sólo estaba una chica en sudadera deportiva de color negro y un gran aviso de color muy bien elaborado que mostraba a un chico saltando en busqueda de una colocación.
Que por cierto, era la misma joven que estaba en el ascensor con ella esa misma mañana.
La extranjera recordaba que esa estudiante llevaba un gran pendón enrollado y dos maletas adicionales y parecía algo afanada. Recordó que le brindó los "buenos días" y cuando llegaron al lobby del edificio una mujer muy hermosa y de cabello castaño le llamó desde afuera de la edificación para que se apurara. La chica daba traspiés y le pedía perdón por la tardanza. En ese momento, la otra chica -más alta que aquella jovencita- supuso que era la madre.
Y por su mente no se le dio por asociar que llevaban el mismo uniforme de primavera; por obvias razones, aquella estudiante del Karasuno tampoco se dio cuenta del uniforme que la extranjera llevaba en vista de que se le veía algo retrasada.
Vió cómo la joven de cabello corto hasta los hombros y rubio parecía no estar preparada para la gran fila y el abordaje de preguntas que los interesados le hacían. Se veía desconcertada y confundida. La chica extranjera sonrió divertida ante la situación y decidió acercarse a ella para ayudarla. No perdía nada con hacerlo. ¡Al contrario! Ganaba una amiga en ese lugar y en un deporte que me gustaba mucho, además de una vecina.
-¡Por favor!- exclamó a los presentes, rezando al cielo para que su japonés no se escuchara extraño -¡Agradecemos que hagan una fila para poder recibir los respectivos formularios de preinscripción! ¡Sabemos qué están muy interesados en pertenecer al club de Voleibol Masculino, pero si nos colaboran con su orden y paciencia los atenderemos de forma oportuna!
La chica se acomodó al lado de la otra estudiante quien la veía con una mirada de agradecimiento, tratando de no sollozar.
-Gracias- le susurró apenada y al observarla detenidamente se sorprendió –Eres la misma chica de esta mañana en el ascensor.
-Yo te ayudo- le indicó la extranjera –Después conversamos sobre eso.
Gracias a aquella intervención, la jornada pudo ser más fácil para la manager del equipo de voleibol del Karasuno. Cuando se cerró la jornada, la estudiante de primer año la ayudó a clasificar los formularios y a validar que estuvieran diligenciados en los espacios que ella me había indicado.
-No me he presentado contigo- se avergonzó la estudiante –Soy Yachi… Yachi Hitako. Estoy en segundo grado.
-Mucho gusto, Yachi-san- le saludó la chica extranjera con una sonrisa –Soy Taracena Zoe. Voy en primer grado.
-Taracena- repitió Hitako –No es muy común ese apellido.
-Es Español.
-¡Oh!- se sorprendió más la chica -Eres la alumna extranjera, la que ingresó al primer año.
-Si. Correcto- contestó la chica algo apenada.
-Tu japonés es bueno- le halago Yachi y Taracena se ruborizó
-Gracias. Temía no poder aprenderlo bien.
-¿Por qué?
-Tuve solo un mes para poder aprenderlo.
-Seguirás aprendiendo, y yo te ayudaré- le dijo Yachi -Por cierto, quiero excusarme contigo: por ayudarme no pudiste inscribirte a un club.
-No te preocupes- le tranquilizó –Ya lo escogí.
-¿En serio? ¿Y en qué momento?
-Te lo puedo contestar con una pregunta algo directa.
Hitako pestañeo dos veces.
-¿Necesitas ayuda, "sempai"?
La joven asintió con firmeza y se le salió una lágrima.
-Llevo la responsabilidad de la anterior manager del equipo que se graduó- le comentó Hitako y se secó una lágrima -Y siento que no estoy lo suficientemente preparada para ese rol.
-Lo estarás si cuentas con mi apoyo- le dije con ternura –Debes confiar en lo que ella te ha enseñado para que el grupo te vea como una buena líder.
-¿Sabes de voleibol?
-Jugué voleibol playa en secundaria.
-Que interesante.
-Lo que se debe decidir ahora es cómo vamos a escoger a los estudiantes si recibimos muchos interesados.
-Se debe consultar con el capital actual del equipo.
-¿Te reunirás con ellos el día de hoy?
-Si.
En ese momento, su estómago gruñó. Y más avergonzada se sintió.
-¿No almorzaste?- le preguntó Taracena y Yachi negó, coloreándosele las mejillas –Yo te invito a comer.
En ese momento a la manager del Karasuno se le iluminó la mirada.
-Pero me debes orientar, ya que es mi primer día y no conozco la ciudad.
-Listo.
Las dos chicas recogieron la publicidad del stand para guardarla en el cuarto asignado al club y solo se llevaron los formularios en un bolso. De camino al restaurante Yachi le fue contando a Taracena un poco sobre su vida y su experiencia en el equipo, y el motivo por el cual ninguno de los miembros estuvo presente con ella en el stand ya que habían acordado entre todos una reunión extraordinaria para definir los criterios para el fortalecimientos del equipo ante los futuros juegos y competencias programados.
Taracena seguía sorprendida de la claridad con la que entendía el idioma. Fue en ese momento cuando supo que tenía un "don" para el aprendizaje de las lenguas.
Durante el almuerzo, Yachi Hitako le contó sobre el trabajo de su madre en la empresa de diseño y que le se daba fácil el diseño gráfico. Zoe también empezó a contarle un poco de su vida.
Taracena le contó que el voleibol ha sido parte de su vida desde la escuela primaria: pero el deporte le abrumaba porque se frustraba al no poder hacer saques de remate y que el balón pasara la malla, y le mencionó que llegó a cogerle fastidio. Pero, en una de sus tantas visitas a la playa siendo niña observó el juego de dos jugadores en aquel año soleado de verano en su país y como si fuese una revelación algo la motivó para darle una segunda oportunidad al voleibol. Le pidió nuevamente a la entrenadora que jugara con ella pero no en el grupo de seis personas sino en parejas, y fue ahí donde la profesora se dió cuenta que la chica tenía una "experticia" en el dominio del juego pero jugando de esa manera.
La recomendó a un equipo de voleibol playa de niñas y desde ahí ella empezó a destacar más en el juego y en sus entrenamientos. Le relató que para aquellos años, ingresando en la escuela secundaria, conoció a un muchacho que estaba en el equipo de voleibol masculino de su escuela y ambos formaron una amistad muy cercana y de camaradería, tanto así que a veces los estudiantes más cercanos y los docentes pensaban que eran novios a tan temprana edad.
-¿Y si tenían algo?- le preguntó Hitako.
-No- negó Zoe -Somos muy buenos amigos.
-Que envidia tener una amistad así de cercana con un chico- le comentó la estudiante de segundo año -Acá lo verían muy "extraño"
-Leí algo sobre eso- agregó Taracena -Pero está bien.
Taracena continuaba su relato.
Mencionaba que un año después de conocerse con aquel muchacho, el entrenador del equipo se dió cuenta que el joven era un "prodigio del juego" y contactó a un viejo amigo para que conociera al adolescente; aquel hombre era uno de los integrantes del equipo nacional de la sub19. Cuando llegó el momento de conocerse, ambos hombres se entendieron tan bien que entrenaban todos los días en indoor de lunes a viernes, y los fines de semana entrenaban en la playa.
Obviamente, el chico se llevaba a Taracena a los entrenamientos en playa, previa autorización de sus padres, y fue ahí donde aquel entrenador vió el potencial de la joven y le tomó un gran cariño, tanto para que ambos participaran en juegos intercolegiales de voleibol playa modalidad mixta.
-¿Modalidad mixta?- preguntó Yachi llevándose una porción de arroz a la boca con sus palillos.
-Si. No es común por el tema del género pero es interesante.
-¿Y el alto de la malla?
-Se promedia.
-Que interesante. A los chicos les gustaría entrenar en voleibol playa…- se detuvo la manager del equipo de voleibol masculino y pensó en los dos alumnos de tercer grado –En especial Tanaka-san y Nishinoya-san.
-Deberían intentarlo- le comentó Taracena -Les cambiarían la perspectiva del juego y entrenarian en otro tipo de terreno- finalizó probando un trozo de cerdo asado.
-También se van a poner contentos cuando sepan que hay otra chica en el equipo- agregó la estudiante de segundo año -Y que es la estudiante extranjera.
Taracena sonrió. De repente, Yachi le quedó observando detenidamente a los ojos y su mirada se exorbitó.
-Taracena-san… ¡tienes los ojos de diferente color!
-Si- le dijo la aludida tomando una porción de arroz –Se llama heterocromía del iris: el tono negro es de mi padre y el tono castaño es de mi madre.
-¡Oh!
En ese momento, a Yachi Hitoka le sonó su teléfono móvil. Recibió la llamada del capital donde le indicaba que la esperaban a las 4:00 pm. Taracena aprovechó para llamar a su madre y explicarle el motivo del retraso, agregándole que llegaría un poco más tarde de lo habitual.
-Me alegra que hayas hecho una amiga, Zoe- le dijo su madre del otro lado del teléfono –Y qué coincidencia que viva en el mismo edificio que nosotros. Así será mucho más fácil para ti ir conociendo el camino. Por favor, avísame cuando vayas a salir de esa reunión para recogerte. Ya pudimos legalizar los documentos para rentar el vehículo por mensualidades.
-Listo, mamá- Se despidió de ella y le colgó.
OOOOOOOOOO
La reunión era al interior del coliseo de deportes del instituto. Hitako le pidió a Taracena que se quedara fuera para poder darles la sorpresa a los muchachos. La chica ingresó y la extranjera sintió como el grupo la recibió con calidez y afabilidad; Yachi balbuceó unas palabras sobre la jornada e interrumpió para darles la noticia.
-¡Adelante!- le indicó desde el interior del gimnasio.
Zoe abrió lentamente la puerta y se acercó a su lado, haciendo la reverencia formal de presentación.
Los chicos quedaron como a la expectativa.
-Muchachos: ella es Taracena Zoe- me presentó la chica –Y se ha unido al club de voleibol masculino. Desde hoy hace parte del equipo.
La mirada y el ánimo de muchos fue de alegría y euforia.
-Es la estudiante extranjera- comentó Kinoshita apoyando una mano sobre su cintura.
-¿Es ella?- intervino Narita -¡Qué afortunados!
-¡Otra chica!- exclamó Tanaka y observó a Nishinoya forma circunspecta.
-¡Excelente!- le contestó el muchacho a su interlocutor, controlando la euforia -¡Esto va mejorando!
-Bienvenida al equipo, Zoe Taracena- le saludó un hombre mayor –Soy Ukai Keishin. Soy el entrenador del equipo.
-Encantada, profesor- se presentó la aludida.
-Mucho gusto, Taracena-kun- dijo uno de los chicos siendo el primero en tomar la palabra –Soy Yamaguchi Tadashi y voy en segundo año.
-Hola, Yamaguchi-kun- le respondió.
-Soy Tsukishima Kei- se presentó uno de los chicos más altos y todos sus compañeros quedaron sorprendidos –Bienvenida. También estoy en segundo año.
-Gracias, Tsukishima-san.
-Bienvenida al equipo, Taracena-san- le saludó otro muchacho –Me llamo Ennoshita Chikara y soy el capitán del equipo Karasuno. Voy en tercer año.
Zoe reconoció al chico de tercer año que había dado las palabras de bienvenida en la ceremonia de inauguración de ese día.
-Mucho gusto, Capitan.
-¡Yo soy Nishinoya Yu!- se presentó el chico del mechón naranja -¡Soy el líbero del equipo y estoy en tercer año también!
-¡Hola!- le saludé –Me gusta la posición del libero en el equipo.
-¿En serio? ¿Sólo eso?
-¡YU!- le increpó Hitako sonrojada -¡Qué pena, Zoe-san! ¡Nishinoya se pasa de atrevido!
-Yo me llamo Tanaka Ryonosuke, Taracena-san- me saludó otro chico y le jaló la oreja a su compañero –Estoy en tercer año.
-Yo soy Narita Kazuhito. Voy en tercer grado.
-Me llamo Kinoshita Hisashi, Taracena-san. También estoy en tercer grado.
-Mucho gusto- les dijo la chica.
De repente, uno de los miembros de menor estatura y cabello naranja también le quedaba observando con detalle y aprovechó su momento para presentarse y acercarse a ella.
-¡Yo soy Hinata Shoyo!- se presentó de forma alegre -¡Y me gustan tus ojos!
Zoe rió divertida.
-¡Gracias, Hinata-san! Eres buen observador- le halago.
-¿Tienes lentes de contacto?
-No, Hinata- intervinó Ennoshita -Taracena tiene heterocromía del iris.
-¿Qué es?
-Que por genética o por algún diagnóstico el tono de uno de sus ojos tiene un color diferente- le explicó Tsukishima -Ya me di cuenta que prestaste bastante atención a la clase de Biología Humana.
Hinata Shoyo le miró con ironía.
-Es genético- aclaró la chica -El color negro es de mi padre y el tono castaño es de mi madre.
-¡Genial!- exclamó el pelirrojo.
-Gracias, Hinata-san.
-¡Me puedes llamar Hinata "a secas"- se justificó.
-Listo.
En ese momento, se dieron la vuelta porque faltaba un muchacho dentro del equipo y el joven se acercaba desde la distancia al darse cuenta de la reunión y la presencia de Yachi.
-¡Kageyama! ¡Ven!- le llamó el capitán del equipo -Tenemos una nueva integrante.
El muchacho se sorprendió y se acercó para saludarla.
-Mucho gusto- se presentó con una ligera reverencia –Kageyama Tobio.
-Mucho gusto, Kageyama -san-se presentó la extranjera –Taracena Zoe.
El chico agudizó su mirada.
-El tono de tus ojos es diferente- comentó dubitativo.
-¿Tú también?- se quejó Tsukishima.
-Es heterocromía del iris, Kageyama- le contestó el rematador central del equipo con seriedad.
-Lo acabas de recordar, Hinata- intervinó Yamaguchi.
Todos rieron en aquel momento.
-Los muchachos son los miembros titulares del equipo de voleibol masculino- continuó Hitako.
-Es un placer conocerlos a todos- generalizó Taracena e hizo una pequeña reverencia.
En ese momento, todos se ubicaron en las graderías y la joven manager les explicó cómo había transcurrido la jornada para la escogencia de bukatsus y la forma cómo Taracena la ayudó para que la situación no se descontrolara. Yachi aprovechó para entregarle los formularios al Capitán Ennoshita y quedaba atenta a cuando se hacía la primera convocatoria para conocer a los estudiantes de primer año interesados en pertenecer al equipo.
Ambas mujeres se despidieron, y Hitoka dió la última instrucción de que cerraran bajo llave aquel recinto y que no se demoraran mucho tiempo. Lo decía por Hinata y Kageyama que siempre eran los últimos en salir de aquel lugar, porque les gustaba "practicar" colocaciones y remates.
-¿Qué te pareció la nueva integrante?- le preguntó el pelirrojo al armador del equipo.
-¿En qué sentido?
-¿Qué te parece?- le volvió a enfatizar.
Kageyama la recordó y se ruborizó levemente.
-¿Cierto que es hermosa?
Su interlocutor no le contestó.
-Me parece genial que la estudiante extranjera esté en nuestro club- le comentó Hinata -Conversaré mucho con ella.
-Bien por ti.
-¿No quieres conocerla?
Kageyama se volvió a ruborizar. No podía negar que aquella chica le había llamado la atención: pudo disimularlo durante la presentación y parte de la jornada, pero recordar su apariencia física lo descolocaba cuando su compañero de equipo hacía esas preguntas.
-No sé por qué tengo la ligera impresión de que este será un año escolar interesante- comentó Hinata Shoyo y llevó el balón hasta el canasto negro.
Y en efecto, así lo sería.
OOOOOOOOOO
Uno de los alumnos que se habían inscrito se llama Tokita Keitaro, y estaba en el mismo salón que Taracena. El joven se acordó de ella y en el receso conversaron sobre la inscripción, en la que la joven le solicitó que en la primera reunión que se convocara le llevara su autoevaluación del hexagrama de habilidad (fuerza, resistencia, estrategía, velocidad, técnica y salto) para así poder enfocar los entrenamientos en la brecha más representativa. Al muchacho le pareció interesante el ejercicio y dijo que así lo haría.
Cuando se finalizó la jornada escolar, Hitako esperó a su nueva "amiga" a la salida para regresar juntas. Entre ellas habían conciliado que se harían compañía. Nuevamente, la joven extranjera le invitó a almorzar pero en esta oportunidad fue a su apartamento. Terminado el almuerzo, desplegaron sobre la mesa del comedor los formularios previamente revisados por el capitán Ennoshita en los que clasificaba cómo serían los entrenamientos para cada subdivisión de candidatos, teniendo en cuenta la gran aceptación que tuvo el club con la buena racha del Karasuno en el Torneo Nacional de Primavera.
-¿Hasta qué etapa llegaron, Yachi-san?
-Cuartos de final.
-Les fue bien.
-Si. Pero el rival fue mejor que ellos.
-¿Cómo se llama el equipo que les venció?
-Kamomedai.
-¿Por casualidad tienes los hexagrama de Bellendier de su equipo titular?
-¿Hexagramas de Bellendier?- preguntó Yachi confundida.
-¿No lo conoces?
-No… no lo he escuchado.
-George Bellendier es un erudito de la FIVB (Federación Internacional de Voleibol) y en sus estudios él determinó que las habilidades determinantes para medir el rendimiento en el deporte se enfocaban en seis aspectos: fuerza, resistencia, velocidad, salto-flexibilidad, inteligencia y técnica.
-Qué interesante.
En ese momento, Zoe buscó algo en su dispositivo móvil y se lo mostró a su nueva amiga.
-Mira: este es mi actual Hexagrama de Bellendier.
Hitako observó aquel hexágono en el que se punteaba las siguientes estadísticas: Fuerza 2, Velocidad 1, Salto 1, Estamina 5, Inteligencia 5 y Técnica 4.
-¡Oh! Que interesante- dijo la chica de cabello corto sorprendida -Pero hay algo que no entiendo, Taracena-san: me comentaste que juegas voleibol… ¿Por qué tu estadística de salto y velocidad se encuentra en calificación inferior?
La chica suspiró resignada y buscó otra imagen en donde los puntajes cambiaban: Fuerza 2, Velocidad 4, Salto 3, Estamina 4, Inteligencia 5 y Técnica 4.
-Este era mi primer hexagrama.
Hitako lo observó con detenimiento y la diferencia era abrumadora.
-Es una larga historia- le aclaró la extranjera -Pero bueno: el primer paso entonces es pedirle a cada uno de los chicos que hagan su propio hexagrama de habilidades. Así si podremos determinar cual sería el mejor entrenamiento para cada equipo de trabajo. En la convocatoria del próximo año incluimos el aspecto del hexagrama de Bellendier.
-Gracias, Taracena-san.
-Por nada. Quiero hacerte otra consulta.
Hitako le observó con detenimiento
-Desde tu perspectiva, ¿cuáles fueron las fallas que tuvieron en ese Torneo Nacional de Primavera?
Hitako recordó la tensión de la barra brava del Inarizaki, la estrategía del Nekoma donde los saques solo iban hacia Hinata para que él no tuviera tiempo de reaccionar a los saltos de remate, y la fiebre del chico y el calambre de Tsukishima en el partido contra el Kamomedai. A la vez, tuvo varios flashback del cansancio general del equipo.
-Son varios aspectos, pero el partido que más les afectó fue en el que los eliminaron: se fueron a tres sets, y desde el inicio de este último ya se veían agotados.
-¿Qué equipo ganó el segundo set?
-El Kamomedai.
-Iniciaron perdiendo y se "sobreexigieron" en el segundo tiempo para dar la lucha.
-Si… así fue. Parece que hubieses estado ahí presente.
-La presión psicológica fue grande a pesar de que hay que tener cabeza fría. ¿Alguno se enfermó en pleno partido?
Hitako se volvió a sorprender.
-Era invierno,: si era la primera vez que algunos iban a jugar en esa estación del año la exigencia del juego a baja temperatura puede generar cambios a nivel metabólico.
Ahora entendía por qué la calificación de Taracena del rango "inteligencia" era alto en su hexagrama de Bellendier.
-¿Quién se enfermó, Yachi-san?
-Hinata Shoyo.
-Es el chico pelirrojo.
-Si.
-¿Le dió fiebre?
-Si.
-¿En qué posición suele jugar?
-Bloqueador central.
-Eso explica que no hayan podido "sostener" el set. ¿En qué momento se dieron cuenta de que tenía fiebre?
-Ya finalizando el tercer set cerca de un "match point".
Taracena suspiró hondo.
-¿Alguien más no pudo aguantar esos últimos momentos?
-Tsukishima Kei.
-¿Es el chico de los lentes deportivos?
-Si.
-¿No me digas que es un bloqueador central también?
-Si.
-Oh, que mal- le dijo lamentándolo con toda sinceridad -¿Habían en los refuerzos algún compañero que pudieran reemplazar otras posiciones y que los titulares cubrieran esos huecos a pesar del cansancio?
-Eso hicieron pero no se pudo.
-Definitivamente hay que trabajar en cambios este año- puntualizó la joven de cabello largo -Mañana mismo les pedimos su autoevaluación del hexagrama de Bellendier. Es posible que el entrenador Ukkai tenga esas estadísticas. Se lo preguntaremos.
-Listo.
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Las chicas conversaron con el entrenador, y Ukkai no pudo estar más que agradecido por la presencia de Taracena en el equipo. Sus ideas serían claves para mejorar el desempeño general en los próximos años. El hombre halagó sus propuestas y estuvo de acuerdo en ponerlas en práctica.
Ese día en la tarde el entrenador le dió la bienvenida a los nuevos miembros. Manifestó que ellos estarían bajo la supervisión de Kinoshita y Narita de acuerdo a unos lineamientos generales por ser primeros ingresos, mientras Hitako tomaba registro de unos aspectos puntuales de sus diagramas de Bellendier. Antes de dicho anuncio, Ukkai le preguntó a la estudiante de segundo año si estaba de acuerdo con dicha decisión en vista de que Taracena tenía un poco más de conocimiento del juego que ella y quería que la joven de primer grado los acompañara para los casos puntuales de las propuestas que habían mencionado. Yachi accedió.
-Que bueno verlo otra vez, sempai- le dijo Yaotome a Nishinoya.
-Bienvenido al Karasuno, Renzo- le comentó el líbero.
Yaotome venía de la escuela secundaria Chidoriyama, la misma en la que estaba Yu Nishinoya. Ambos se conocieron en el equipo de voleibol masculino y Yaotome fue el reemplazo de Yu en la posición de líbero en los dos años siguientes a la salida del integrante de menor estatura de Karasuno de dicha escuela.
-¿Se conocen, Noya?- le preguntó Hinata.
-Si. Estudiamos en la misma escuela secundaria- contestó el líbero al señuelo.
-¿Tu eres Hinata Shoyo?- preguntó Yaotome sorprendido, y el aludido ubicó sus manos en la cintura, hinchando su pecho en señal de orgullo.
-¡El mismo!
-Es verdad lo que dicen- comentó Renzo.
-¿Qué? ¿Que soy el mejor?
-No… que eres bajito.
En sentido figurativo, Hinata sintió que le caía una piedra encima. Tsukishima que estaba cerca de ellos, aguantó la risa.
-Ya me caes bien- le comentó al chico de primer año.
Nishinoya rió divertido.
-Las apariencias engañan, Renzo- le dijo su sempai -Ahí donde lo ves, Hinata vuela.
-Sigues siendo uno de los de mejor estatura, Hinata- le ironizó Tanaka.
-Será un gusto compartir con ustedes- agregó Yaotome.
Mientras tanto, Shoji permanecía en silencio con los brazos cruzados.
-Bienvenido, Shoji Kano- le saludó el capitán Ennoshita.
-Un gusto, capitán- le contestó el muchacho permaneciendo en la misma posición.
-Vienes de la misma escuela de Kageyama, el Kitagawa Daiichi.
-Correcto.
-Pareces no conocerlo- intervino Kinoshita.
-Me inscribí a dicha escuela el año pasado cuando cursaba tercer año de secundaria. Por obvias razones, al momento de unirme al club de voleibol no llegué a conocerlo.
-¿Te inscribiste en tercer año?- le preguntó Ennoshita.
-Si: mi madre y yo nos mudamos a la ciudad el año pasado. Vengo de la prefectura de Okinawa.
-¡Genial!- exclamó Kinoshita -Siempre he querido conocer Okinawa.
-Es muy bella.
-¿En qué provincia vivías?- le preguntó Ennoshita
-En Motobu.
-Ahí está el Ocean Expo Park y el Acuario Churaumi.
-Si.
-¡Qué envidia!- exclamó Hisashi nuevamente.
-¿Podemos saber por qué se mudaron?- le preguntó el capitán al nuevo miembro.
-Mi madre trabaja para Euglena en el área comercial. La empresa desea expandir el mercado de los biocombustibles al norte de Japón y la escogieron a ella para abarcar esta zona del país.
-Ya veo.
Por otro lado, Tokita conversaba con las dos managers cuando escuchó que conversaban sobre la isla de Okinawa.
-Ojalá pudiera decir lo mismo que Kinoshita-sempai con relación a Okinawa.
-¿Por qué lo dices?- le preguntó Yachi.
-No me gusta el mar.
-¿Es algún trauma de la niñez?- preguntó Taracena.
-No precisamente.
-¿También vienes de otra prefectura?- le consultó Yachi.
-Si- le respondió -Yo vivía en Okuma, en la prefectura de Fukushima.
-¿Fukushima?- preguntó Zoe -¿Ese no es el lugar donde ocurrió el accidente nuclear hace ya dos años producto del tsunami?
-Si, Zoe-san- le dijo Yachi y recordó aquel año -Fue un año difícil para todas las provincias cercanas. Okuma fue declarado una región "muerta" y muchas familias tuvieron que salir evacuadas de ahí para que la radiación no les afectara.
El chico pareció entristecerse.
-Lo lamento, Tokita- se disculpó la estudiante de segundo año -Sé que no es fácil volver a recordar aquel día de marzo. ¿Tu familia está bien?
-Si. Ninguno de ellos trabajaba en la central nuclear Fukushima I, pero los padres de varios amigos de la escuela si.
-Disculpame- se excusó Taracena bastante avergonzada -No quería tocar un tema sensible.
-No te preocupes- le tranquilizó su compañero de clase -No lo sabías.
-Estás en el mismo salón que Taracena-san- le mencionó Hitako cambiando de tema.
-Si.
-¿Cómo fue esa primera impresión del salón con la estudiante extranjera?
Taracena elevó su mirada al techo. Tokita sonrió.
-La gran mayoría de los chicos no le quitaban la vista de encima- recordó divertido -Y a varias chicas no les simpatizo eso.
-¿En serio?- le preguntó Yachi a la chica y ella asintió.
-Supongo que no es común tener a personas no asiáticas en las escuelas y por eso generan interés y a la vez desconfianza.
-Pero tu no te sorprendiste como los demás ese día- recordó la chica de cabello castaño claro.
-¿Cómo lo sabes?
-Estás sentado frente a mi y me pude dar cuenta.
-En Okuma era muy "común" ver extranjeros; por eso estaba familiarizado.
-Ya veo.
En eso, Yamaguchi llamó a la segunda manager. La chica obedeció al llamado.
-Dime, Yamaguchi-chan.
-El equipo tiene buen potencial este año- le comentó, ya que él había conversado con otros cinco jóvenes que también se habían inscrito -¿Están seguras que quieren trabajarlos de esa manera?
-Es una forma de "distribuir" los espacios para que todos los miembros puedan entrenar sin restricciones- le dijo Taracena -Por indicación de Yachi, solo tienen asignado el gimnasio 1 para la práctica ya que el club de baloncesto usa el gimnasio 2.
En ese momento, Tadashi observó a su manager en la distancia viendo que sonreía en la conversación con el alumno de primer año. Yamaguchi agudizó su mirada.
-¿Qué sucede?
El chico reaccionó.
-No… no es nada. ¿Cómo van a iniciar?
-Iniciaremos con un partido de práctica para que vean el nivel que tienen; luego los siguientes días se planea una rutina cardiovascular durante las dos primeras semanas; y finalmente volverán a hacer otro partido entre ellos para que vean el cambio en sus niveles de estamina.
-¿Y Yachi va a estar con los de primer año?
-Si… así lo mencionó el entrenador Ukkai.
Taracena notó el gesto del estudiante de segundo año.
-No te veo muy convencido, Yamaguchi-san.
-No es eso- dijo vacilando.
-¿Lo dices por que no los va a acompañar durante unos días?
El joven de cabello verde oscuro no respondió.
-Ella va a estar en los entrenamientos de los titulares también, Yamaguchi- le explicó la estudiante de primer año -Es solo que va a empezar una hora más temprano; pero no va a estar como tal en el entrenamiento ni haciendo soporte porque debe diligenciar datos del primer entrenamiento.
-Ya veo…. Taracena-san.
-¿Si?
-¿Tú sabes de voleibol?
La chica sonrió.
-Si, Yamaguchi. Yo jugaba voleibol playa.
-¿Jugabas?
-S- le afirmó -Ya no puedo hacerlo.
-¿Por qué?- le preguntó inquieto.
-Tengo una limitación que no me permite jugar- contestó Taracena.
En ese instante, la chica notó que Hinata molestaba a Kageyama con algo y el chico parecía responderle de forma incómoda.
-¿Ellos siempre son así?- le preguntó Zoe al estudiante de segundo año.
Yamaguchi volteó a ver a los dos alumnos de primer grado a los que ella hacía mención.
-Si. Es una amistad muy extraña.
-Hinata es muy extrovertido- le comentó la chica acomodándose un mechón de su cabello -En cambio Kageyama es más reservado.
-A Tobio le ha costado relacionarse con el grupo.
Taracena agudizó su mirada.
-¿Y eso?- le preguntó con interés.
-Tuvo una mala experiencia en su escuela secundaria estando en el equipo de voleibol masculino.
-¿Qué le pasó?
-A Kageyama le llaman "El Rey sin Corona"
-Qué apodo tan raro. ¿Por qué le decían así?
-Kageyama es un jugador muy bueno; pero le costaba trabajar en equipo.
Taracena recordó su vivencia en la escuela primaria cuando la rechazaban por no hacer un buen saque inicial.
-En el voleibol es fundamental la comunicación no verbal y el trabajo en equipo para armar bien la técnica de juego- agregó la estudiante de primer año -Siendo así, ¿cómo le fue el año pasado?
-Relativamente terrible- intervinó Tsukishima en aquella conversación.
Tadashi sonrió despreocupado.
-¿Tan mal les fue?- le preguntó Zoe al chico de alta estatura que se había acercado a ellos.
-Unos meses después de un colapso mental fue que pudo entender el trabajo en equipo.
Taracena se inquietó.
-¿Colapso mental?
-En un entrenamiento expresó lo que sentía a manera de desahogo- le contestó Yamaguchi -Pero el equipo lo tomó de buena manera.
-Vaya- dijo la chica.
Zoe siguió observando en la distancia la relación del duo del Karasuno. Cómo dos personas tan diferentes se "complementaban" entre si. Tal vez eso mismo pasaba con su amigo de secundaria y ella.
OOOOOOOOOO
Al día siguiente, el equipo titular practicó remates para recepción por parte de Nishinoya.
Cada uno de los integrantes de segundo y tercer grado pasaban en turnos. Cuando pasó Tanaka para hacer su saque, el remate fue tan fuerte que tomo a Nishinoya desprevenido… si no fuese por la reacción de la joven estudiante que alcanzó el remate haciendo una recepción en un ángulo de 90 grados.
Todos miraron ese momento sorprendidos, pero los segundos corrían en cámara lenta.
-¡Remata!- le indicó al libero quien reaccionó algo sorprendido pero obedeció aquella orden.
La chica tomó el balón nuevamente para colocarlo a aquel pequeño muchacho, y el aludido saltó para pasar el balón a la cancha contraria.
A Hinata no se le iluminaron los ojos porque no se podía.
-Que buenos reflejos- murmuró Yamaguchi.
En eso Taracena reaccionó y se sintió avergonzada.
-Lo siento…
-¡Taracena-san!- exclamó el libero sorprendido -¡Que genial!¡Otra vez!
-¿En serio?
-El líbero también debe dar sorpresas de vez en cuando.
-Mientras no invadas las posiciones de los bloqueadores- le recordó Tsukishima.
-¿Estás bien, Taracena?- le preguntó Tanaka, porque sabía que el saque iba con bastante fuerza. Y no es lo mismo jugar entre ellos como varones ya que al momento de jugar en forma mixta deben mermar un poco la fuerza bruta de los saques.
-Si, Tanaka-sempai- le dijo la chica y el chico suspiró aliviado.
-¡Practica conmigo, Taracena-san!- se le acercó Hinata bastante animado.
Kageyama se mantenía en la distancia.
-Entrenador: ¿Puede Taracena practicar conmigo?- le consultó a su maestro muy emocionado.
-¿Qué piensas?- le preguntó el hombre a la estudiante.
-No hay problema- contestó la chica y Hinata la empujó de forma amable hacia un costado del aquel gimnasio.
-¿Por qué está tan emocionado?- Se preguntó Yamaguchi.
-Algo ha notado en ella- le respondió Kei -Desde que estuvo de "colado" en el campamento su agudeza visual mejoró. Es posible que en la recepción repentina de Taracena él haya notado algo que quiere corroborar.
El entrenador dio la orden de seguir mientras la pareja se acomodaba.
-¿Qué tienes pensado hacer?- le consultó la chica, que para los entrenamientos se recogía su cabello en una coleta.
-Sólo recibe mis pases.
-Esta bien.
Estuvieron así por unos largos minutos, y ninguno de los dos cedía. Lo sorprendente del caso era que la práctica había culminado y los dos seguían en aquel juego. En efecto, el pelirrojo notó algo en los movimientos.
-Gracias, Taracena-san- le dijo el muchacho despidiéndose de ella, una vez terminaron de pasarse el balón de un lado a otro.
La chica se despidió con un saludo en la distancia, saliendo con Hitoka.
-No se demoren mucho, Hinata- le mencionó la chica -Fue lo primero que me recomendó Sawamura-san al graduarse.
-Esta bien- le dijo.
Kageyama le había esperado.
-¿Y eso?- le preguntó -¿Por qué tanto interés en Taracena-san?
-Hay "algo" que ralentiza sus movimientos- dijo con incredulidad el pelirrojo.
-¿Que los ralentiza? ¿Y tu desde cuando usas palabras tan técnicas para referirte al sinónimo de "lento"?
Hinata le miró con ironía.
-Yo no noté nada en particular.
-Tú estabas en la práctica con el grupo, pero yo que estuve con ella si vi algo… es que no sé como explicarlo… sus movimientos son precisos pero hay algo en ellos que no me dejan tranquilo.
-¿Y qué piensas hacer?
-Voy a averiguarlo.
OOOOOOOOOO
Una semana había pasado desde el inicio de las prácticas. Como forma de agradecimiento por el almuerzo de hace ocho días, Hitako invitó a Taracena a un sento. Y tal parece, Hinata Shoyo se dió cuenta del plan, y estuvo atento a la hora en la que asistirían para él estar presente.
La chica extranjera acomodó su bata y aquella pieza de metal de hermoso acabado en un pequeño taburete. Se sentó en una esquina para sentir el vapor de aquellas aguas relajantes y Hitako se sentó a su lado, y noté que chistó.
-Esos muchachos no tienen remedio- murmuró molesta.
-¿Qué sucedió?
-Me acabo de encontrar a varios de los chicos aquí.
-No le des tanta importancia, Hitako- le indico Taracena con los ojos cerrados -¿O es que es la primera vez que quieren observar el cuerpo desnudo de una chica?
-¡Zoe!- exclamó la jovencita algo apenada.
-Lo siento, "sempai"- le dijo la chica de cabello largo recogido en un moño alto -Se me olvida que somos de diferentes culturas.
Hitako se escondió entre las aguas.
-Cómo me gustaría ser así de desinhibida como tú.
-Después de jugar voleibol playa ya el concepto de "pudor" se te pierde un poco- dijo Taracena de forma divertida.
En eso, la estudiante de segundo grado notó la pieza de metal al lado del pequeño taburete. Zoe Taracena ya le había contado unos días a su sempai aquella "condición" que tenía.
-¿Necesitas mi ayuda?- le pregunto Yachi a la estudiante de primer año, mirando la pieza extensora.
-En su momento, "sempai"- le murmuró Taracena.
Unos minutos después, Hitako salió del baño y la dejó sola en aquel balneario. Era un día de semana y no estaba muy concurrido, por lo que el silencio reinaba en ese momento. De repente, sintió que alguien la observaba en la distancia y trataba de esconderse para pasar desapercibido, cuando sonrió y se incorporó para acomodarse.
-¿Qué haces ahí, Hinata?- le preguntó Zoe sin darse la vuelta.
El aludido se sintió avergonzado.
-¿Quieres conversar conmigo?- le preguntó tranquilamente –Acércate.
El muchacho no supo cómo reaccionar y la joven le volvió a indicar que se sentara a su lado. Hinata Shoyo tomó valor y vió como se metió al balneario rápidamente, sumergiendo su rostro hasta la nariz con un rubor que lo hacía ver más de tonalidad cálida, siempre manteniendo su distancia.
Hinata le observaba de reojo y la chica le devolvió la mirada.
-¿No estás molesto conmigo por estar en el espacio de las mujeres?- le preguntó balbuceando entre las aguas.
-Hinata Shoyo- le dije –He estado en playas nudistas.
El chico se puso como un tomate de pies a cabeza.
-Ahora mismo no estoy viendo nada de tí y tu no estás viendo nada de mí. Creo que eso responde a esa pregunta en especial.
El chico desvió la mirada. ¿Realmente eran así de descomplicadas las mujeres extranjeras?
-Ahora dime, en realidad ¿qué deseas preguntarme?
-Zoe-san- se detuvo un momento –Es que yo quiero consultarte algo que me tiene intrigado desde que has estado con nosotros en el club.
La chica se volvió a acomodar.
-Eres el chico más observador del grupo, Hinata- le halagó –Supongo que ya debes tener una ligera sospecha.
El aludido observó a su alrededor, y observó la pieza de metal.
La prótesis de una de sus piernas.
-Antes de mudarnos para la prefectura tuvimos un accidente de tránsito cuatro meses atrás.
La chica le dió la fecha del accidente, y coincidencialmente, fue el día en que ellos perdieron contra el Kamomedai en Cuartos de Final del Torneo Nacional de Primavera.
-A mis padres nos les pasó nada grave- continuó la chica con su relato -la única que tuvo secuelas de ese accidente fui yo ya que mi pierna izquierda se vio comprometida. Los médicos no pudieron salvar mi extremidad inferior ya que empezó a gangrenarse y la decisión unánime de todos los médicos que me valoraron fue amputarme de la rodilla hacia abajo. Ese momento marcó mi vida- relató su historia para eliminar un poco la barrera defensiva.
Hinata escuchaba con atención sin quitarle la mirada.
-Pero hubo alguien que me dijo que aquella pérdida debía ser la lección más importante de mi existencia, y que gracias a ella entendería mejor el propósito que tengo en esta vida.
-Lo lamento, Taracena- le dijo el muchacho -Supongo que debe ser complicado caminar con ella.
-Al principio si- le contestó –Una vez te acostumbras a las terapias y a sus cuidados es como si no la tuvieras puesta.
-¡HINATA SHOYO!- le gritó Yachi desde la distancia y el muchacho se alertó, levantándose de la tina y dejando su cuerpo al descubierto.
Ambas mujeres se sonrojaron de la verguenza: la chica extranjera desvió la mirada mientras Hitako buscaba fuerzas para sacarlo de aquel lugar.
-¡Yo te lo puedo explicar, Yachi-chan!- se disculpaba el chico y buscó inmediatamente la toalla.
-¡TE SALES INMEDIATAMENTE DE AQUÍ ANTES DE QUE PONGA LA QUEJA CON EL ADMINISTRADOR DEL SENTO!
El pobre muchacho corrió despavorido antes de que la manager le castigara de forma más severa.
-¿Estás bien, Zoe-san?- le preguntó Hitako preocupada.
-Si, Hitako- le aseguró.
-¿Qué hacía aquí? ¿Cómo se atrevió a entrar?
-Ya sabe lo de la prótesis- le murmuró Taracena y la joven cambió su semblante.
-Así que eso era lo que tenía en mente- refutó la chica de cabello rubio –Hinata como que lo presentía quiso confirmlo con la visita a los baños termales. ¡Vaya chico!
-¿Y es que estos baños no son compartidos?- le preguntó la extranjera a la estudiante de segundo año.
-Esta área no- le aclaró Yachi.
-Lo siento. Pensé que lo era.
-Me va a escuchar cuando lo vea mañana.
-No vayas a hacer el reclamo- le sugirió Taracena -Yo permití que se quedara. No sabía que esta área era de acceso solo femenino. Yo me hago responsable.
-Zoe-san.
-¿Me ayudas a levantarme?- le preguntó la chica ya queriendo salir de aquella tina de agua templada.
La hija de Yachi Madoka asintió.
OOOOOOOOOO
Al día siguiente, Hinata y Kageyama entrenaban temprano esa tarde. Yachi fue llamada por el profesor Takeda para la recepción de un formulario de último minuto y Zoe ingresó a aquel coliseo, notando que ambos muchachos entrenaban el saque y del lado contrario estaba una botella de agua.
-Buenas tardes- les saludó Taracena acercándose a los dos estudiantes de segundo año -Así que eran ustedes los que tenían las llaves del gimnasio.
Tobio le saludó pero Hinata desvió la mirada; aún se sentía avergonzado. Su compañero se dio cuenta y le observó con sigilo y seriedad.
-Buenas tardes, Zoe-san- le contestó el pelirrojo.
-¿Te sucede algo, Hinata?- le preguntó la aludida, como si lo de anoche no hubiese ocurrido.
El chico reaccionó y desvió su mirada al balón.
-No… no me pasa nada.
-Que bien- le dijo para que no se sintiera incómodo con lo ocurrido la noche pasada –Veo que están practicando saques
-Hinata no es bueno con los saques saltados- me explicó Kageyama.
-¿En serio?- le dirigió la mirada –No lo parece.
-No se me da bien. Algunos compañeros no me ayudan- comentó de forma sarcástica.
Ambos muchachos se miraron irónicamente.
-A mi no me salen los saques bajos- le comentó la chica empatizando con la debilidad del pelirrojo -Se me desvían hacia un lado.
-Yo ese tampoco lo intento.
-Por eso te cambian por Yamaguchi o Kinoshita- le arguyó Kageyama con los brazos cruzados.
-¡Oye!
-¿Quieres practicar conmigo?- le aventuró Zoe decirle y Shoyo se sorprendió.
-¿Si puedes?- le preguntó Hinata; Kageyama no captó el mensaje de aquella pregunto y miró a su compañero.
–Si, si puedo- le dijo y tomó el balón para ubicarse en la línea de saque -¿Los estan direccionando a a las botellas de agua?
-Si, a la de la esquina izquierda- le contestó Tobio.
-Esta bien- le dijo la chica.
Taracena suspiró hondo, y rotó el balón entre sus manos. Aquel movimiento era parecido a la forma como lo hacía el colocador del equipo, y el chico se dió cuenta. Extendió su mano izquierda hacia el frente con el balón y posó su mano derecha sobre su antebrazo: lanzó el balón por los aires, dió dos pasos al frente y golpeó con fuerza, haciendo un chasquido en su boca.
-Va a la malla- pensó en milésimas de segundo y el balón en efecto golpeó la malla, para caer del otro lado de la misma, pero en la rotación de la caída libre tumbó la botella a la que se estaba apuntando.
Taracena cayó del salto correctamente; había comprobado que su prótesis también podía soportar saltos de mediano impacto contra el suelo.
-Que bien- le felicitó Kageyama -No era la forma, pero la golpeaste.
-Si: no le di con toda la palma- le contestó mirando su extremidad, regresando hacian donde estaban los chicos.
-Qué genial- le halagó Hinata.
-Los saques saltados son el movimiento visual más bonito del juego, Hinata- le dijo la chica -Aprender a hacerlos refleja el campo de experiencia del jugador.
-Lo voy a intentar- le aseguró el pelirrojo
-Por cierto, ¿dónde está Hitako-san?- le preguntó Tobio a la chica –Pensé que estaba contigo.
-Recibimos un formulario de último minuto. Parece ser que alguien decidió ingresar al equipo a última hora.
En ese momento, Zoe escuchó su nombre en un grito en la distancia; era una voz que se le hacía muy familiar. Los tres chicos se paralizaron ante el llamado y se giraron al mismo tiempo.
taracena volteó a ver al interlocutor que la llamó en la distancia y sintió como la abrazaban de repente, provocando en los dos chicos japoneses un sonrojo por el gesto de afecto descomplicado que estaban viendo.
-¡Zoe!- exclamó aquel muchacho de 1,90 cm -¡Que alegria ver você! (qué alegría volver a verte)- exclamó en perfecto portugués.
-¿Jasper?- preguntó dubitativa y se separó un poco de él -¿O que faz aqui? (¿Qué haces aquí?)
-Papai também foi transferido para o Japão (Papá también fue transferido a Japón)- le contestó sin dejar su semblante de alegría -Agora se eu vou poder cuidar de você (Ahora si voy a poder cuidar de ti)
Hinata carraspeó incómodo, cortando el momento entre la pareja y el chico visitante les observó colocando sus manos en la cintura.
-Lo siento- se disculpó en japonés con una mano levantada -¿você vai me apresentar? (¿me presentas?- le dijo a su amiga para conocer a sus nuevos compañeros, y la mujer asintió.
-Hinata, Kageyama- intervino Zoe –Él es Rivan Jasper. Estudiamos juntos en la secundaria. Jasper: eles são Tobio Kageyama e Shoyo Hinata. Eles são membros da equipe masculina de vôlei. Eles estão no segundo ano do ensino médio (Son miembros del equipo de voleibol masculino. Van en segundo año de preparatoria)
-Hola- les saludó Jasper en japonés –Mucho gusto.
En ese momento Jasper miró a Hinata.
-¡Oh! você é baixo (eres muy bajito)- le indicó colocando su mano sobre la cabeza del pelirrojo y el aludido pareció entender su comentario –mas você deve ser muito rápido (pero debes ser muy veloz)- agregó.
Hinata miró a Zoe buscando la traducción.
-Dice que aunque eres de estatura baja debes ser rápido.
Al chico se le iluminaron los ojos.
-¡Al fin alguien reconoce mis habilidades!- expresó emocionado -¿Quieres practicar, Rivan-san?
Jasper observó a la chica para que le tradujera lo que le había dicho aquel estudiante.
-Pergunte se você quer treinar com ele- le tradujo y Jasper asintió para acompañarlo hasta la línea de saque del lado contrario.
-Se entendieron muy bien- le comentó Tobio y Taracena se cruzó de brazos.
-Ambos tienen la misma energía cuando se trata de voleibol.
-¿Qué idioma era ese?- preguntó el pelinegro confundido. Taracena abrió los ojos sorprendida.
-Es portugues, Kageyama- le contestó extrañada -¿No lo habías escuchado antes?
-No- se excusó -Es muy raro.
-Más raro es el japonés- se defendió la chica.
-Así que estudiaron juntos.
-Si.
-¿Le gusta el voleibol?
-Lo adora. Conmigo solo jugaba voleibol playa.
-¿Voleibol de playa?- confirmó el muchacho y la chica asintió; Kageyama se ruborizó y la segunda manager se dió cuenta.
-¿¡Tú también!?- le preguntó divertida –Ustedes tienen un serio problema para tolerar el pudor.
Se cruzó de brazos y desvió la mirada, notando como su compañero y el nuevo muchacho jugaban entre ellos.
-¿En qué posición juega?
-Suele ser zaguero lateral; pero cuando empezó a jugar voleibol playa se adaptó a las tres posiciones- le contestó la chica -Recepción, colocación y remate.
Tobio agudizó su mirada.
–Me parece haberlo visto en otro lugar- murmuró el chico.
-Es posible- le contestó Zoe al estudiante de segundo grado –En las revista deportiva de suscripción mensual que tienen en el aula de club. No recuerdo la edición.
Kageyama intentó recordar.
-Jasper hace parte del equipo que va a representar a Brasil en la Liga Mundial de Voleibol Masculino a finales de Mayo de este año.
-¡¿Liga Mundial de Voleibol Masculino?!- exclamó Kageyama sorprendido -¿La que se va a realizar en Mar de Plata, Argentina?
-Esa misma.
Ahora el estudiante de segundo año entendía el nivel de jugador que había llegado al equipo.
-También está fichado para jugar en el Campeonato Mundial de Voleibol Masculino el próximo año en Polonia- agregó la chica.
Kageyama volteó a ver a aquel chico de cabello castaño oscuro y peinado similar a que tenía Tetsuro Kuroo, que le había atinado a con el balón a una botella de agua en un saque alto.
-Ustedes tienen una gran misión con la Copa Mundial de Voleibol en Tokio para el año 2015- le dijo Taracena siguiendo con el tema de los campeonatos internacionales -Japón debe ganar uno de los dos cupos para participar en los Juegos Olímpicos de Verano de Rio en 2016.
La estudiante notó cómo al muchacho le brillaron los ojos.
-Debes prepararte bien- finalizó la chica, por primera vez quitándole el apelativo -Yo te veo jugando esos partidos.
La pareja se observó con una sonrisa compartida. Eran pocas las veces que Kageyama sonreía con las personas, y con aquella chica hacía una excepción: se sentía bien conversando con ella porque compartían gustos similares.
En ese momento, Hinata y Jasper hicieron una pausa para descansar; mientras el joven de cabello naranja tomaba su botella de agua en la gradería, miraba como Jasper se acercaba nuevamente a Zoe para seguir conversando con ella, notando una cercanía y una alegría en la pareja.
En eso se le acercó Tobio al pelirrojo.
-¿Qué tal?- le preguntó de forma circunspecta.
-¡Es muy bueno!- exclamó Hinata -¡Tenemos a un excelente compañero en el equipo!- e hizo una pausa para cambiar el tono de su voz –Y a la vez un enemigo en temas del corazón.
El chico pelinegro se ruborizó.
-¿Por qué dices eso?
-No soy tonto, Kageyama- le increpó su amigo –Conmigo no tienes por qué mentir.
El aludido se volvió a ruborizar.
-Tu no sueles sonreír… y desde que Zoe está en el club eres muy espontáneo y sonríes con ella- le explicó su amigo de baja estatura.
El muchacho no supo qué responder.
-¡Ah! ¿Estoy en lo cierto?
Kageyama se prendió en humareda y Hinata tomó un sorbo de agua para incorporarse.
-Te está empezando a gustar Zoe- le dijo con malicia.
-¡Callate!- le exclamó ofuscado.
–Natsu se va a poner celosa de ella- le dijo Shoyo en tono cómico recordando a su pequeña hermana.
-¿Se nota demasiado?- preguntó algo avergonzado.
-¡Nah! ¡Eres una piedra!- le dijo jocosamente –Lo que pienso es que tienes un reto bastante grande, amigo- le indicó a su colega, recordando la frase que le dijo Zoe en el sento.
"-…hubo alguien que me dijo que aquella pérdida debía ser la lección más importante de mi existencia"
-Es posible que esa persona que le dio motivos para seguir adelante sea él- pensó el muchacho mientras ubicaba la botella en la que tomaba agua en la esquina derecha del coliseo y regresó con Kageyama.
-Por cierto- le dijo Tobio –No me has contado sobre tu visita al sento.
Hinata se congeló, recordando su encuentro con Taracena. Kageyama entendió su reacción.
-¿Hinata?
-Este… ¿qué te puedo decir?
-No me digas que…
En ese instante, la joven los llamó en la distancia y el joven de cabello naranja se escabulló de la conversación adelantándose al llamado. Kageyama hizo un puchero de molestia ante la evasión que le hacía su compañero de grado.
OOOOOOOOOO
En efecto, el formulario que llegó era la inclusión de Jasper al equipo. El muchacho se presentó formalmente con todo los miembros del equipo de voleibol masculino y dijo que como su traslado fue repentino, no tuvo oportunidad de aprender el japonés de forma intensiva, por lo que agradecia que sus nuevos compañeros le tuvieran paciencia y le enseñaran el idioma poco a poco.
Aunque en el idioma del deporte las expresiones son las mismas.
Rivan es un joven carismático y amistoso. Taracena sabía que iba a generar una buena energía en el grupo porque de entrada le cayó muy bien a Hinata y a Nishinoya, que suelen ser más abiertos que los demás para conocer personas. También tuvo buena aceptación por parte del resto de los integrantes.
Lo que no causó mucha gracia a Zoe Taracena fue el grado escolar en el que quedó su amigo una vez enterada de su calificación en el examen de admisión.
-¿Cómo así que estás en primer grado, Jasper?- le preguntó Zoe a regañadientes en portugues -¡Debes estar en tercer año junto con Kinoshita, Narita, Tanaka, Nishinoya y el Capitán Ennoshita!
-Este instituto infravaloró mis cualidades- se defendió el muchacho y la interlocutora lo miró con ironía.
Jasper tenía su cabeza tumbada al frente del escrito de su amiga de secundaria.
-No te fue bien en el examen de admisión, ¿cierto?
El chico silenció.
-¡Jasper!
-¡Qué!- exclamó ofuscado incorporándose -¡Colocaron ejercicios de integrales y cálculo de leyes físicas y químicas que no me acordaba!
-Eso es temario de ciencias exactas de segundo año- le refutó -Deberías recordarlas.
El chico se avergonzó.
-Todo un prodigio del voleibol, representante de su país en torneos de talla internacional… Y perdiendo un simple examen de admisión para ubicación de grado escolar.
Un gran peso tumbó al muchacho sobre aquel pupitre de madera en pleno receso de descanso.
-¡Qué desastre!- exclamó Taracena resignada.
-Pero sigo siendo "sempai", ¿no?
-Pues si estás en primer grado, dudo mucho que te pongan de "sempai": a menos claro que converses con el entrenador Ukkai.
-Verá mis fortalezas y decidirá ponerme de titular "inmediatamente".
-Si claro- le comentó irónicamente Zoe.
En ese momento, se les acercó Tokita trayendo una bebida para su compañera de salón.
-Gracias- le dijo la chica.
Keitaro observó la actitud de Jasper.
-¿Qué le sucede?- le preguntó el chico a su compañera.
-Le llamé la atención por no quedar en tercer año- le contestó Zoe.
-¿Tercer año?- preguntó Tokita confundido y se sentó en el puesto de al lado derecho de Taracena, que estaba desocupado.
-Jasper debe estar en tercer año, y su examen de admisión lo dejó en el primer grado.
-¿Tan mal le fue?- le preguntó el chico reconfirmando aquella información -Pero si ese examen de admisión no es gran cosa.
-Para los que somos disciplinados con el estudio- le recalcó la chica -Jasper es un estudiante promedio: no suele tener buenas calificaciones.
-¿Você está tirando sarro de mim, certo? (Te estás burlando de mi, verdad?)- le preguntó Rivan mientras sollozaba con resignación.
-¡É sua culpa por não saber estudar! (¡Es tu culpa por no saber estudiar)!- le regañó la chica.
-¿En qué curso está?- preguntó Keitaro a su compañera de clase, cruzando sus brazos.
-Está en el curso 1-2. Creo que ahí está Shoji y Yaotome- le contestó Zoe.
En eso, la pareja se dió cuenta que había un ligero alboroto en los pasillos: habían algunas estudiantes que observaban desde la entrada hacia donde estaban ellos. Taracena entendió aquel contexto de forma inmediata.
-Jasper- le comentó en tono irónico -¿Por quem você se apaixonou agora? (¿A quien enamoraste ahora?)
El chico reaccionó a aquella pregunta y nuevamente se reincorporó.
-A ninguém (A nadie)- se defendió -Acabei de dar um beijo na mão de uma garota que ia me mostrar as instalações (Solo le di un beso en la mano a una chica que me iba a mostrar las instalaciones)
Zoe y Keitaro se miraron circunspectos.
-¿Qué le preguntaste?- le dijo Tokita.
-Que si enamoró a alguien… y dijo que le dió un beso a la delegada del curso.
El nuevo integrante del equipo de voleibol se ruborizó. Taracena suspiró resignada.
-Não seja de casanova, Jasper (No estés de casanova)- le volvió a regañar -Você deve controlar essas demonstrações de afeto aqui (Esas demostraciones de afecto acá las debes controlar)
-Eu só queria ser cavalheiresco (Solo quise ser caballeroso)- se volvió a defender el muchacho.
En ese instante, sonó la sirena que indicaba el final del receso.
-É melhor você resolver o mal-entendido (Más te vale que resuelvas el malentendido)- le dijo Taracena -Volte para a sua aula (Regresa a tu curso)
-Está bien, está bien- le dijo en japonés y se levantó del asiento que era de Tokita -Nos vemos.
El chico salió de aquel salón, seguido del grupo de chicas que estaban en los pasillos.
-Ese amigo tuyo va a ser todo un personaje- le comentó Tokita y se sentó de lado en su pupitre.
Taracena se acordó que aún tenía la bebida en sus manos, y reaccionó para beberla en los minutos que daban de gracia mientras llegaba el profesor de la clase. Al saborearla, hizo una mueca extraña.
-Sabe a soya.
-Es de harina de soya tostada- le indicó Keitaro -Se llama Kinako.
La chica leyó el título de aquel envase: Kinako Mochi, y al escuchar el saludo del maestro guardó rápidamente la bebida.
OOOOOOOOOO
22 de Junio de 2013. Inicio del Verano en Hemisferio Norte.
A mediados de junio, el profesor Takeda y el entrenador Ukai decidieron organizar para el equipo de voleibol masculino una salida al mar. El docente hizo la sugerencia aprovechando que iniciaba el verano y que sería una buena idea que el equipo practicara la modalidad de voleibol de playa con el ya experimentado Jasper Rivan en los pocos días que estaba de regreso en Japón.
Además, era una forma de celebrar el cumpleaños de Hinata Shoyo de otra manera. No obstante, Taracena se sintió algo inquieta con aquella sugerencia de fin de semana en la playa.
Pasó todo el trayecto con el semblante pálido, mirando por la ventana de su asiento. Ella, junto con Hitako, el entrenador Ukai y el profesor Takeda eran los únicos que estaban despiertos en el trayecto de ida hacia la zona playera.
Sería la primera vez que sus compañeros verían la prótesis y no sabía que impresión podría causar en ellos. Hitako se dió cuenta de su nerviosismo y trató de tranquilizarla.
-Lo aceptaran bien- le murmuró serena -Apenas lo sepan te tendrán aún más respeto y admiración.
La chica tomó aire y exhaló lentamente, para después colocarse sus gafas de sol. Ya estaban llegando.
El ambiente cambió completamente una vez tocaron la arena del mar. Se les notaba que les gustaba esa estación del año para disfrutar el calor del mar… y otras cosas.
-¿Estás lista?- le preguntó Yachi a su amiga y la aludida asintió -Les dije que nos esperaban de espaldas. Jasper me aseguró que vigilaría que todos cumplieran la instrucción y que Hinata no dijera nada.
Taracena se acomodó su traje de baño de dos piezas y su amplio sombrero de paja, y las dos jóvenes salieron del vestidor.
Efectivamente todos los muchachos estaban de espaldas, murmurando entre ellos cual sería la sorpresa, cuando las chicas llegaron y Yachi les indicó que se dieran vuelta.
El asombro no pudo ser más mutuo.
-¿Y así podías entrenar con algunos de nosotros "a la par"?- le preguntó sorprendido Tsukishima y le regaló una sonrisa -¡Eres una mujer de admirar!
-Oh, vaya- murmuró Tanaka agachándose para observar detenidamente la prótesis -No es cualquier tipo de prótesis- y la tocó con su dedo índice suavemente.
-Es una pieza transtibial deportiva - le indicó la chica.
-Y para ir al Instituto usas encima de ella la funda termoplástica- agregó Ennoshita y la joven asintió.
-Supongo que no fue fácil para tí tomar la decisión de que conociéramos ese aspecto de ti- intervino Yamaguchi -Me siento halagado de que hayas confiado en nosotros.
En eso, Nishinoya observó a Hinata.
-Tu no te ves muy sorprendido que digamos, Shoyo- le comentó su compañero.
-¡Ya lo sabía!- exclamó divertido -¡Me di cuenta un tiempo atrás!
-No me sorprendería. Eres el más observador de todos en el equipo.
El que estaba observando más allá de aquella sorpresa para todos era Kageyama.
No podía disimular el gusto que sentía ver a aquella chica con la convicción de mostrar su "discapacidad" ante ellos, y notar que efectivamente debajo del uniforme escolar había un cuerpo atlético que no perdía su gracia y femineidad.
-Kageyama…- le murmuró Hinata -Disimula un poco.
El chico se ruborizó y desvió la mirada.
-Esta era la sorpresa que les quería mostrar Zoe-san- intervino Yachi luciendo un traje de baño también de dos piezas -Estaba muy nerviosa de contarles sobre su amputación porque no sabía cómo lo iban a tomar.
-Muchos jóvenes en la actualidad no saben asimilar la pérdida de una extremidad y menos cuando son promesas de algún deporte- agregó Jasper cruzándose de brazos -Taracena ha sido ejemplo de resiliencia.
-Gracias por su apoyo, muchachos- les agradeció la joven y se sentó en una banca playera mientras la formación del grupo se desorganizaba para ponerse de acuerdo en las jugadas de voleibol playa.
-Taracena-san- le dijo Yamaguchi acercándose a ella -¿Con la prótesis puedes ingresar al mar?
-No es recomendable- le contestó la joven -La salinidad afectaría la pieza flexible de la rodilla.
-Nos avisas si quieres darte un baño para ayudarte con el desplazamiento.
-Gracias, Yamaguchi- le dijo la joven y observó en la distancia a Yachi organizando la mesa de los bocadillos -¿Te puedo pedir un favor? Ayuda a Hitako: siempre se vuelve un ocho cuando le toca organizar y está sola.
El muchacho observó a su manager y el rubor en sus mejillas se le notó inmediatamente.
-Ese sonrojo no es por el sol- le dijo la chica de cabello largo y el aludido se avergonzó -¿Te gusta Hitako?
-¡Taracena-san!
-No tienes que disimular conmigo, Yamaguchi- le murmuró la chica, y acomodó su forma de sentarse -Tiendes a ser el más cercano a ella en los entrenamientos. A pesar de que Shoji, Yaotome y Tokita son los que deben estar en las tareas "básicas" por ser de primer año, tu estás ahí con ellos porque es Hitako quien los orienta para algunas responsabilidades.
El chicó suspiró con resignación.
-No puedo discutir eso.
-Supongo que Tsukishima lo sabe, ¿cierto?
En ese momento, el aludido se sentó en la banca playera de al lado, trayendo para sus dos compañeros una bebida de coco frío en la misma fruta.
-¿Saber qué?- preguntó con curiosidad y notó el sonrojo de su amigo de infancia, entendiendo inmediatamente el contexto de la situación -¿Lo de Yachi?
Yamaguchi se sintió más acomplejado. Taracena recibió el dátil de Kei y le agradeció, tomando un sorbo.
-Tadashi no es capaz de confesárselo todavía- le dijo el joven de alta estatura a la chica a su lado -Conociéndolo, no creo que lo haga por ahora.
-Por cierto, Tsukishima. ¿No vas a jugar con los muchachos?- le preguntó la chica y el aludido negó.
-No tan temprano- repuso -Quiero descansar un rato del deporte y de los estudios.
-Buen punto. ¿Y tú Yamaguchi? ¿Vas a ir a jugar o vas con Yachi?
-No. La ayudaré con la comida.
-¡Eso! ¡Vamos bien!- le exclamó Tsukishima ya acomodado en la silla con los brazos cruzados en la cabeza.
Taracena no pudo sonreír divertida y el muchacho chistó.
-No ayudas, Tsukki- le dijo con cierto desdén, para retirarse del lugar.
-¡Zoe!- se acercó Jasper -¡Necesitamos un réferi!
-¿Y el capitán?- le contestó la chica.
-Se fue con los maestros a confirmar el alojamiento del fin de semana y a ubicar los maletines- continuó el muchacho en su idioma nativo.
-Esta bien- le indicó la chica y se levantó de la silla.
-¿No vienes, Tsukishima?- le preguntó Rivan a Kei este negó con su dedo.
-Más luego- le respondió -Gracias.
-OK- contestó para dirigir su mirada a la chica -¿Crees poder caminar sobre la arena?- le preguntó, ya que desde que ha estado con esa pieza de metal no ha vuelto a caminar sobre terreno "inestable"
-Vamos a ver- le indicó -Dáme tu mano.
Y como quién le enseña a un niño pequeño a patinar sobre el hielo, Rivan avanzaba de espaldas mientras su amiga caminaba con paso firme sobre la arena.
Desde la esquina superior derecha de la cancha de aquella playa, Kageyama veía la escena con algo de receló, rotando el balón de voleibol entre sus manos con más fuerza de lo habitual.
-El balón no tiene la culpa de tus celos, Kageyama- le molestó Hinata y Tobio chistó hacia un lado -¿Por qué tienes qué estar molesto? Solo la está ayudando a que se acerque a la cancha.
-Me incomoda lo cercano que son.
-¿Y tú haz hecho algo por estar cerca a Taracena?
El muchacho quedó de una sola pieza, deteniendo el balón de volea marca Molten.
-Hasta Tsukishima que no es muy sociable estaba conversando con ella- le agregó como detalle cuando Tanaka le llamó para iniciar el partido desde el otro lado -Ahi te la dejo.
El pelirrojo avanzó en la cancha, formando pareja con Tanaka para jugar contra Nishinoya y Kageyama en el extremo contrario. Mientras tanto, Jasper ayudaba a la chica a subirse al altar del árbitro, para dar inicio al partido.
En varias oportunidades, Zoe le tocó discutir con Hinata por la invasión del terreno contrario sobre la red; se acercaba tanto a la malla que descuidaba de forma espacial la división de la cancha. De la misma manera, les llamaba la atención por la forma en que debían responder a las fintas con la forma "pokey", y tenía que controlarles los ánimos cuando cambiaban de lado cada 7 puntos, porque se daban cuenta de la importancia de la dirección del viento.
De repente, y con 20 minutos de juego, suspendieron la jugada al notar que estaban llegando más personas a aquellas playas, en especial chicas de todas las edades y los jugadores se pusieron en modo "conquistadores", motivados por el pelirrojo.
-¡Qué remedio!- dijo la chica notando que la habían dejado "sola".
Y Kageyama se le acercó.
-¿Te ayudo a bajar?- le preguntó y Zoe le observó con serenidad.
Por primera vez se tomaron de la mano, y ambos no pudieron evitar el sonrojo de aquel instante. En ese momento Zoe apoyó su mano izquierda en el hombro derecho del muchacho para bajar con seguridad, pero el chico tiró de ella para poderla bajar en brazos y sentir su cercanía.
¿Era en serio lo que pasaba entre ellos? ¡Y no había nadie observando aquel momento!
El estudiante reaccionó enseguida y le bajó con cuidado.
-Gracias, Kageyama- le agradeció la chica.
-Era lo menos que podía hacer- respondió tratando de recuperar la cordura.
-Me gustaría jugar un poco- le dijo la joven y se quitó su sombrero de paja para dejarla a un costado de la cancha con una piedra encima -¿Juegas conmigo?
Era el momento indicado para que pudieran interactuar juntos. El muchacho sonrió y recordó lo que hizo Rivan con ella al adentrarse a la arena.
-¿Necesitas ayuda?-le preguntó y le volvió a ofrecer la mano.
La mujer se aferró con fuerza a aquel gesto de cuidado. Hitako observó desde la distancia lo que ocurría entre ellos y esbozó una sonrisa.
-Hacen linda pareja- pensó para si misma cuando Yamaguchi le interrumpió para preguntarle por la cocción de un alimento.
Zoe volvió a sentir aquella nostalgia del pasado al ingresar a una cancha de voleibol playa. Cuando su compañero le soltó las manos para buscar el balón, ella aprovechó para amarrarse el cabello en una coleta.
¡No podía verse más hermosa con ese estilo de peinado! Y nuevamente el chico tuvo que reaccionar para no parecer indiscreto y disimular nuevamente su sonrojo. Le encantaba tanto que trataba de no parecer interesado por el mismo hecho de no perder su seriedad ante las circunstancias.
-¿Deseas quedarte en la posición de colocador?- le preguntó y la chica asintió.
Inició el juego… y ambos hubiese preferido que no acabara nunca.
Unos minutos más tarde, los maestros llegaron junto con Ennoshita, y se dieron cuenta de lo que la chica tenía en su pierna izquierda.
-¿Esa era la sorpresa que le tenía Taracena al equipo?- le preguntó Ukkai a Ennoshita y el aludido asintió.
-Si, entrenador- contestó el chico -Quería compartir con nosotros que ella tiene una prótesis por una discapacidad leve.
-¿Tú sabías de la condición de Taracena, Takeda?- le preguntó el entrenador al maestro y el joven se acomodó sus lentes.
-Si, pero como sabes, eso es tratamiento de datos sensibles. No se puede estar divulgando- contestó el docente y observó a Yachi y a Yamaguchi -¡Chicos! Les llamó para que se acercaran -Nosotros nos encargamos de los alimentos: ¡disfruten el día!
La pareja agradeció y en ese momento se acercaron a quienes estaban jugando para jugar entre ellos.
Mientras Tanaka y Nishinoya distraían su mente con otras bellezas del lugar, Hinata se pudo dar cuenta de que al fin su amigo pudo acercarse a aquella chica y estar a su lado para conocerla mejor.
-Sería genial que Taracena sintiera lo mismo por Kageyama- pensó con alegría.
-¡Hinata!- le gritó Hitako en la distancia y lo sacó de sus pensamientos para que se acercara con ellos.
OOOOOOOOOO
Esa noche hicieron una fogata a la luz de la luna.
El profesor Takeda les comunicó que para el mes siguiente habían inscripciones para torneos de voleibol playa intercolegiales; el detalle, era que aquel torneo se cruzaba con los campamentos de verano de la prefectura.
Todos miraron enseguida a Jasper para que se inscribiera pero negó la invitación; mencionó que para esa fecha tenía que viajar para reunirse con el equipo nacional y prepararse para el Campeonato Mundial de Voleibol Masculino de Polonia entre Agosto y Septiembre, por lo que su retorno de las vacaciones de verano se postergaba hasta finales de Septiembre.
Ambas oportunidades no se podían perder, por lo que la decisión de participar en el Torneo de Voleibol Playa implicaba que dos miembros y una de las managers estuvieran ausentes en el campamento.
Horas más tarde, todos se fueron a descansar. A excepción de Taracena que quedó cerca de la fogata. Aún no tenía sueño y quería seguir observando el firmamento de aquella noche. Le parecía increíble cómo tres meses habían pasado tan rápido .
En ese momento se le acercó Hinata, trayendo dos porciones de sandía para compartir.
-¿Se durmieron?
-Si- le contestó el muchacho en un murmullo y mordió un trozo de pulpa -Es una pena que Jasper no pueda participar ni en el campamento de verano ni en el torneo de voleibol playa por la Liga Mundial.
-No es precisamente por eso, Hinata- le murmuró su interlocutora.
El aludido le miró con detenimiento.
-Jasper no suele comprometerse con asuntos externos en Julio- le explicó la chica -Está haciendo una excepción este año con la Liga porque están clasificados a la Fase Final.
-¿Por qué?
-Es una promesa que le hizo a su hermana mayor.
-¿Jasper tiene hermanos?
-Tenía.
Hubo un silencio entre los dos.
-¿Falleció?
-Hace ya seis años.
-Qué pena… debió ser algo muy fuerte para él.
-Si, si lo fue.
-¿De qué falleció?
-Cáncer.
-Que mal.
En Hinata Shoyo Taracena encontró el primer amigo en la distancia después de Jasper. Por eso, ella se sentía libre de conversar temas delicados con él y muy profundos porque a pesar de su personalidad en el deporte, Hinata era un chico que estaba madurando y ya veía el mundo desde otra perspectiva.
-Su hermana falleció a mediados del mes de Julio de hace seis años. En su lecho de muerte, ella le dijo que nunca la olvidara y que estuviera donde estuviera le visitara el día en que partiera de ese mundo. Y así lo ha hecho desde entonces. Es una cita con la vida y con la promesa a un ser fallecido.
-Ya veo.
-¿Quieres participar en el torneo de voleibol de playa, Hinata?- le preguntó al muchacho, cambiando de tema.
-Si. Quiero aprender esa modalidad de juego.
-Tienes que corregir lo que te mencionaba esta tarde- le recordó la chica, rememorando las veces que el pelirrojo se equivocaba con reglas básicas.
-¿Nos acompañas, Taracena?
La chica se sorprendió.
-¿De verdad quieres que vaya como manager?
-Si. Yachi puede acompañar al equipo nuevamente al campamento de verano: sabe cómo es la agenda de esos días y tiene la compañía de otras managers que ya conoce. En cambio, para el Torneo de Verano de Voleibol Playa si sería conveniente que nos acompañaras porque tu eres "experta" en el juego.
Taracena vió cómo los ojos de color castaño de aquel estudiante se le iluminaban con la idea de participar en algo "fuera de su zona de confort"
-¿Entonces?
-Listo- le aseguró -Yo voy contigo.
Hinata se emocionó y mantuvieron un silencio por un rato mientras terminaban su porción de fruta.
-¿Le mencionaste de tu interés a Kageyama?
-Si. Pero lo está pensando.
-Les sentaría bien ese campeonato local de verano. Así pueden pulir su técnica.
-¿Quieres que también venga con nosotros?
La chica se sonrojo.
-¡No lo digo por eso!
-¿Segura?
-¡Hinata! ¡No es por nada malo!
-Kageyama es un pelmazo- le dijo -Si no acepta venir es un idiota.
-¿Por qué lo dices?
Hinata cayó para dar una respuesta. Ya sentía que estaba dando mucha información que no debía dar.
-Porque si participa se va a encontrar con otros compañeros y a él le gusta todo ese tipo de competiciones; aunque no necesariamente sea voleibol indoor.
-En eso sí tienes razón: muchos deportistas también practican voleibol playa porque les ayuda a manejar los saques "inestables". Además de que aprenden a conocer todas las posiciones para tener mayor sincronía.
-Intentaré convencerlo de que nos acompañe- aseguró el muchacho -No vamos a perder semejante oportunidad.
OOOOOOOOOO
20 de Julio de 2013.
Hinata logró convencer a Kageyama de que participaran en el torneo de voleibol playa, y Zoe les acompañó como manager encargada. Luego entonces, Hitako nuevamente acompañó al equipo al campamento de verano con el resto del equipo, extendiendo la invitación a los tres miembros "prometedores" del primer año: Tokita, Shoji y Yaotome.
Hinata, Kageyama y Taracena volvieron a asistir a aquel lugar un mes después. Y como bien era sabido, los chicos se encontraron con varios conocidos de otras prefecturas. Y era más que lógico que los chicos de otros equipos observaran a la manager del Karasuno con interés, ya que su belleza era diferente a la que estaban acostumbrados.
-Zoe-san- le murmuró Hinata acomodando sus pertenencias en el closet de la habitación compartida que les habían otorgado -¿Te diste cuenta cómo te miraban?
-Si me di cuenta, Hinata- le dijo la chica sentada sobre la cama, mientras buscaba un paquete -El Karasuno es un equipo afortunado por tener a una chica tan bella este año como su segunda manager- agregó con modestia.
El pelirrojo se animó.
-¡Envidiosos!- exclamó triunfante.
En ese instante el chico observó lo que hacía la estudiante.
-¿Qué estás buscando?
-Tu uniforme de voleibol playa.
-¿Nos dieron uniforme?- preguntó el pelirrojo y la chica asintió.
-Nos dieron uniforme, Hinata- le enfatizó -Yo también tengo uno.
-¿No vamos a utilizar los mismos que usamos para los campeonatos indoor?
-No, Hinata. Para voleibol playa el uniforme debe ser diferente.
En ese momento, Kageyama salió de otra habitación con el nuevo uniforme que les habían asignado: pantaloneta negra, camiseta blanca ajustada al cuerpo, con el número en la espalda de color naranja y su apellido en romaji sobre el número en color negro.
-¿Y tú por qué ya lo traes puesto?
-Porque tú te quedaste conversando cuando Taracena me lo entregó- se defendió el chico de cabello negro y mostrándole el semblante serio de sus discusiones casuales.
Hinata quedó emocionado con el uniforme; Taracena se ruborizó levemente al ver cómo le quedaba aquel conjunto a su compañero de equipo, usando una prenda adicional como el boxer largo deportivo. El pelirrojo le pidió a la manager su uniforme para cambiarse y ella también aprovechó para cambiarse.
Hinata salió primero, emocionado con aquel uniforme, y al contrario que su compañero, se puso bajo la camiseta blanca una prenda manga larga de color negro.
-¡Genial!- exclamó emocionado.
En eso, salió Taracena. Y los dos muchachos no pudieron ocultar su sonrojo, a pesar de que hace un mes ya la habían visto en traje de dos piezas.
El conjunto de Taracena era "idéntico" al de sus compañeros: la parte de abajo era negra, el top era blanco y el número y su nombre estaban en la parte trasera.
-¿Mostrarás tu prótesis a todos, Taracena?- le preguntó Kageyama a su compañera.
La chica se les acercó para ponerles unas viceras de color blanco con la palabra "Karasuno" bordada en negro.
-Claro- le dijo con firmeza -Soy el cuervo de la zona costera. Debo presentarme formalmente.
Los muchachos sonrieron ante la respuesta de la miembro del equipo, y salieron de su habitación para la ceremonia de inauguración.
El duo se volvió a encontrar con los gemelos Miya del Inarizaki en aquel torneo; de la misma manera se encontraron con dos miembros de Johzenji, expertos el juego de "dobles" y con aquellos que los eliminaron en el Nacional: Korai Hoshiumi y Sachiro Hirugami del Kamomedai.
Una vez finalizaron la ceremonia de apertura, Taracena se encontró con sus compañeros para mostrarles el itinerario, y fue ahi donde la joven llamó poderosamente la atención ya que el Karasuno había sido el único equipo que había llevado una "manager", y que estaba vestida con uniforme de voleibol playa.
-Estás llamando mucho la atención, Taracena- le murmuró el armador del equipo, algo incómodo.
-Envidia: mejor despertarla que sentirla- mencionó la chica a manera de que se tranquilizara.
-¿Nos acompañaras en los partidos?- le preguntó Hinata.
-Si. Debo anotar estadísticas- le respondió la chica -Vayan a la cancha número dos. En 10 minutos inicia su primer partido.
Ambos asintieron, y la chica posó sus manos en los hombros de los muchachos.
-El voleibol playa es un juego de empatía y coordinación. Ustedes son la mejor pareja del Karasuno. ¡Demuestrenlo!
Cuando los chicos se alejaron de su manager, la chica camino por un sendero que la conducía hacia unos tableros de información general para anotar un detalle de los equipos participantes; y fue ahí en ese instante, cuando ella cruzó miradas con Atsumu Miya.
El chico se dió cuenta de la figura de la chica, reconociendo en aquel traje de dos piezas los colores del uniforme del Karasuno. Hinata Shoyo y Tobio Kageyama iban acompañados por una manager diferente: una chica de figura esbelta, cabello recogido en una coleta, y con una prótesis deportiva en tono gris metálico que contrastaba aquella belleza.
Taracena, de la misma forma, se dio cuenta que aquel muchacho le observaba con interés, y ella se avergonzó un poco, mordiéndose los labios. También le había parecido atractivo.
-Vamos, Atsumu- le llamó su hermano empujándolo -Nuestro encuentro inicia en 10 minutos.
Osamu se dio cuenta del motivo por el cual su hermano mayor aún se encontraba en aquel lugar, mirando a la chica que veía el tablero de información. El chico agudizó su mirada.
-No viniste a hacer conquistas, Atsumu- le recordó incómodo -¡Vamos!
-¡Ya voy!- le exclamó y le regaló a Taracena una sonrisa.
Zoe se dio cuenta que el hombre que empujaba a aquel chico que le observaba era "idéntico" al muchacho.
-Gemelos- pensó divertida.
Y se acordó de que tenía que regresar con sus dos compañeros para el encuentro en la cancha de arena complementaria.
Ese primer partido lo ganó el Karasuno, pero fue todo un reto para aquellos deportistas "amateurs": la inestabilidad de la arena y el viento en contra en algunas rotaciones de set los hacían pasar "malos ratos". Ahí sí se veían con frecuencia las discusiones entre ambos compañeros de segundo año.
Taracena le dió un leve golpe en la cabeza a Hinata.
-Te dije que así no se reciben las fintas- le regañó levemente -Tienes que cerrar las manos y tocar el balón con los nudillos- le explicó la chica mostrando el ejemplo con su mano derecha.
-Yo lo hacía- se defendía el chico.
-¡No!- le negó Taracena.
-Hay dos formas de hacerlo, Hinata: estilo "viper" y estilo "bear"- le mencionó Kageyama -No hacías ninguna de las dos.
-Ten más cuidado para la próxima- le recomendó Zoe.
-Esta bien.
-La temperatura está buena y ahora no está haciendo mucha brisa- les dijo la chica y revisó las condiciones climáticas en su teléfono móvil -Pero en la tarde parece que hay lloviznas.
-¿Se puede jugar con lluvia?- le preguntó el pelirrojo.
-Si, mientras sea llovizna ligera- le explicó Taracena -Cuando es así se debe jugar con lentes deportivos.
-¿Cómo los que usa Tsukishima?
-No exactamente. Se suelen usar los que usan en ciclismo.
-¿Y si llueve?- le preguntó Kageyama -Si no tenemos los lentes va a nublar la visibilidad cuando miremos la dirección del balón.
Taracena sonrió.
-Eso ya lo tengo calculado, "capitán"- le dijo la chica a su compañero.
-¿Tenemos gafas deportivas?- le preguntó Hinata.
Zoe asintió.
-Una manager debe estar preparada para todos los escenarios.
-Hay otra dificultad en el momento de jugar con lluvia y es que el balón va a recibir más peso por el contacto con el agua- comentó Tobio.
Hinata se preocupó.
-Entonces el balón va a pesar más- dedujo contrariado.
-Si- dijo Taracena -En ese caso las recepciones deben ser con el antebrazo y la colocación debe ser corta para el remate: es vital en ese caso que los dos jugadores estén más cerca.
-¿Y las fintas?
-No son recomendables.
Hinata empezaba a entender un poco más aquella forma de juego.
OOOOOOOOOO
Kageyama y Hinata se habían quedado observando uno de los partidos que iniciaba en la tarde, mientras su manager los había dejado solos unos instantes mientras iba a los baños.
Una vez que ella salió de aquel sitio, Zoe yacía en aquel pasillo sola, acomodando su cabello en una coleta. De repente, sintió que alguien le abordaba por detrás, pero mantuvo su recelo para no reaccionar de forma violenta. Algo dentro de ella le decía que no debía hacerlo… pero su instinto le indicaba que pasaba algo más allá.
-¿Eres la manager del Karasuno, cierto?- le preguntó una voz masculina con un dialecto que ella antes no había escuchado.
Zoe se volteó para ver a su interlocutor. Y se encontró con el chico que había llamado su atención en aquel cruce de información.
El estudiante de tercer año de preparatoria le miraba con ligera persuasión, mientras mantenía su distancia y los brazos cruzados.
-Si- contestó de forma serena -Mucho gusto: Taracena Zoe.
-El gusto es mío- le dijo el muchacho -Miya Atsumu.
-Saludaste a Hinata Shoyo hace unas horas- recordó la chica -¿Se conocen de algún torneo anterior?
-Del Torneo Nacional de Primavera- contestó el hermano mayor de Osamu Miya -Nos enfrentamos en segunda ronda.
-¡Oh!- exclamó Taracena y chocó su puño derecho cerrado contra su mano izquierda -Eres del Inarizaki.
Atsumu se sorprendió.
-¿Nos conoces?
-No- reiteró Taracena -Pero me mostraron el video de su juego. Por eso lo recuerdo.
En ese instante, al muchacho le dió un fuerte dolor de cabeza y se llevó la mano derecha a su rostro. Taracena se preocupó.
-¿Estás bien?
-No- le comentó cambiando el tono de su voz -No estoy bien.
En ese momento, Atsumu Miya abordó a Taracena acorralandola en una pared. La actitud del muchacho había cambiado completamente en ese instante, y la extranjera pareció entender qué conllevaba aquel proceder.
No obstante, trató de mantenerse serena y no demostrarle temor.
-Ayúdame, Lili- pensó para si misma recordando a su amiga -Regálame de tu osadía.
-Eres una chica que está perdiendo el tiempo en un equipo como el Karasuno- le murmuraba con interés -En el Inarizaki te iría mejor.
-¿De verdad?- le preguntó Zoe, tratando de mantener la seriedad.
-Si. Tendrías mejores "sempais"
-¿Sempais en qué?- le preguntó Taracena en doble sentido.
Miya sonrió divertido.
-Para ser extranjera eres bastante directa.
-Para ser japonés eres bastante atrevido- le contestó la chica en el mismo tono.
-Me gusta esa osadía- le halagó el muchacho -¿Será que eres capaz de ser una buena alumna?
En eso, Taracena percibió algo en particular… sus sentidos no le estaban mintiendo.
Hinata y Kageyama llegaron en ese momento, y se quedaron absortos ante lo que estaba pasando. Se habían preocupado porque su compañera se estaba tardando más de la cuenta y decidieron ir a buscarla.
La chica posó su mano derecha en su cintura y bajó lentamente sus dedos hasta la parte inferior de su prenda de vestir, mostrando un poco de piel en esa zona.
-Tengo que averiguarlo- le intimidó la chica.
Ambos se miraron de forma maliciosa.
-Si eres capaz de derrotar a mis compañeros, conversaremos al respecto- le intimidó.
Sus compañeros quedaron de una pieza ante lo que estaban escuchando y observando, y el acosador bajó la mirada con una sonrisa divertida.
-¿Estás segura de cumplirlo?
-Estoy segura de hacerlo- le dijo la chica y el muchacho dejó de apoyarse en la pared.
-Bueno, Karasuno… quiero ver de qué están hechos está vez- les dijo Atsumu, notando que estaban los dos estudiantes de segundo grado en aquel espacio con ellos, y se retiró de aquel lugar -Nos vemos en la cancha en una hora.
Hinata se acercó rápidamente a su compañera.
-¡Zoe! ¿Estás bien?- le preguntó colocándose al frente -¿Te hizo algo?
-No- le tranquilizó -Espero haberlo manejado bien.
-¡No lo creo!- le espetó Kageyama muy molesto por lo que había sucedido -Haberlo provocado de esa manera no fue la forma correcta de romper la situación.
La chica se terminó de acomodar su cabello en una coleta, y lo miró de reojo.
-Sé lo que hago, Kageyama- le indicó la chica.
-¡No lo creo, Taracena!- le aseveró con rudeza para acercarse a ella -Provocarlo de esa forma no fue lo mejor.
-¡El hecho de que haya una situación de por medio no va a cambiar en absoluto su participación!- se defendió la chica mientras se acomodaba su gorra playera.
-¡Van a pensar que viniste fue a hacer otra cosa!
-Él que vino a buscar otra cosa fue él- se defendió la chica -Y encontró lo que estaba buscando.
Hinata observó la situación entre los dos permaneciendo en silencio. Era obvio que su amigo estaba molesto por lo que había visto: la chica que le estaba empezando a gustar se le había insinuado a un jugador de otro equipo, y no era cualquier equipo. Eran celos mezclados con impotencia e incomodidad.
-¡Yo confió en ustedes!- exclamó la mujer, mirándolos detenidamente -¡Sé que van a ganar!
OOOOOOOOOO
Infortunadamente, el partido de segunda ronda entre el Karasuno y el Inarizaki fue tan reñido, que Hinata y Kageyama lo perdieron por una mala recepción de parte del pelirrojo; el viento les había jugado en contra y el balón se le había zafado de las manos. Además, como lo había pronosticado el tiempo, hubo una llovizna ligera.
Taracena observaba desde el asiento del capitán todo los movimientos de aquel partido, en especial del gemelo Miya, y cada momento y cada minuto parecían "confirmar" sus sospechas.
Una vez finalizado el saludo protocolario de despedida entre los jugadores, Atsumu Miya extendió la mano a la manager del Karasuno y la chica, observando con agudeza, respondió aquel gesto estrechando sus manos. El hermano mayor de Osamu Miya, una vez finalizado aquel apretón de manos, se colocó a su lado izquierdo.
-Te espero esta noche- le murmuró de forma amenazante y se alejó de la cancha.
Hinata se acercó a su futura "manager" con desilusión y enfado, una vez vio que el chico se acercó a su compañera de escuela.
-Taracena…- le balbuceó apenado -Lo lamento…
La chica posó sus manos sobre el chico, dándole ánimos.
-Lo hicieron bien, Hinata- le halagó -Para ser su primera vez en un torneo de voleibol playa hicieron un buen trabajo.
La joven mencionaba aquellas palabras sólo enfocándose en el desempeño del partido, obviando el trasfondo del reto que había en aquel encuentro.
Kageyama miraba hacia un lado, apretando con fuerza sus labios en señal de enfado.
-No debiste prometer eso- le murmuró Tobio a su manager.
En eso, sintió que le tomaron su rostro con delicadeza y con algo de fuerza, quien lo había hecho le giró la cabeza para que observara de frente.
-Sé lo que hago- le volvió a enfatizar la chica.
-No sabía que eras de ese tipo de personas- le quejó el muchacho y le retiró sus manos, marchándose de aquel sitio.
Hinata no supo qué decir. Taracena bajó sus brazos y respiró hondo.
-Disculpalo, Zoe- le excusó el muchacho por su amigo -No asimila lo que está pasando… aunque yo tampoco asimilo lo que va a pasar. Me siento culpable.
-No te sientas así- le dijo la chica.
-¿De verdad vas a estar con Atsumu Miya?- le preguntó impotente.
Taracena sonrió.
-¡Confía en mí!
OOOOOOOOOO
La joven se encontró con el muchacho aquella noche.
Zoe preguntó por la habitación de aquel participante y subió las escaleras con mucho sigilo; eran alrededor de las 10 de la noche cuando de forma tímida, tocó aquella puerta dos veces y notó que el cerrojo estaba sin seguridad.
Aquel muchacho ya se había preparado.
Taracena tomó una bocanada de aire y lo exhaló con fuerza. Ingresó a aquella habitación colocando el pestillo a la puerta y notó que había luz tenue. Observó a su alrededor tratando de buscar a quien se hospedaba en aquella habitación de camas sencillas estilo occidental, y cerró los ojos.
-Por favor, ayúdame- se dijo para sí misma.
Y en ese momento sintió un susurro en su oído derecho.
-Bienvenida.
La joven se sobresaltó y aquel chico de mayor estatura la atrajo hacia él, tomándole el mentón y levantando el rostro de la chica.
-Vamos a comprobar los rumores.
-¿Cuáles son los rumores?- le dijo Zoe, tratando de no oponer resistencia.
-Que las extranjeras son buenas para el sexo.
-Eso queda a criterio personal- respondió la chica.
Y ambos se besaron.
Taracena abrazó el cuello de aquel estudiante de tercer grado y el chico se aferró a la cintura de aquella jovencita de primer año; la joven trató de que el pudor y la vergüenza no se apoderaran de ella en ese instante, con tal de poder llegar al fondo de su sospecha.
Zoe no pudo evitar el juego previo: aquel chico de 17 años buscó los botones del vestido corto que ella llevaba puesto y se los fue quitando con cierto temor, pero con seguridad. Una vez que Atsumu desabotonó aquella prenda, la chica le acarició su brazo izquierdo con la mano derecha, y con sutileza su dedo pasó por la parte interna del codo, presionando con fuerza sobre los puntos que se utilizan para punción intravenosa.
Atusmu hizo un pequeño gesto de molestia, pero continuó besando a aquella chica.
-Eureka- pensó la chica.
Había confirmado la sospecha principal. Ahora, debía encontrar la evidencia.
Pero estaba perdiendo la razón; aquel momento de intimidad le estaba gustando. Estar con ese chico le estaba gustando. Pero tenía que detenerse, o podía "contagiarse", o en su defecto, que su cuerpo se dejara llevar por la líbido y las hormonas hicieran su magia.
-Es cierto- le susurró enardecido -Tienes una prótesis- mencionó para volverla a besar apasionadamente -Toca de otra manera.
La levantó con delicadeza para subirla a un escritorio que estaba en aquella habitación, y le fue quitando lentamente el vestido de tirantes. Zoe trataba de contener su respiración agitada, entre cada beso que aquel muchacho le ofrecía, y de vez en cuando trataba de buscar entre la oscuridad de la noche aquel recipiente.
Aquel vial quebrado.
Y lo encontró, "oculto" entre varios pequeños objetos que estaban en aquella mesita de noche.
-Quiero complacerte- le alcanzó a decir Taracena entre besos, y le susurró algo al oído. Tenía que convencerlo de que la llevara a su cama, para que pudiera coger el recipiente que confirmaba su sospecha.
El chico obedeció aquella petición, y cambiaron de lugar y de posición.
Taracena tuvo que armarse de valor para poder hacer aquella felación, tratando de que un viejo recuerdo no le causara una conmoción. Una vez que su pareja estuvo ensimismado en aquel gesto de complacencia, hizo un movimiento repentino para tomar entre sus manos lo que había visto, y también tomó un bolígrafo que estaba justo en esa misma mesita.
La escena era sacada de una película de acción: Taracena le "apuñalaba" el cuello con aquel objeto para escribir sin llegar a herirlo, mientras que con su brazo izquierdo le apretaba su garganta. El hombre sintió que de repente, aquella mujer había obtenido una fuerza descomunal oculta, a pesar de tener una limitación.
Atsumu Miya... había jugado el partido contra el Karasuno bajo el efecto de la diamorfina.
Taracena pudo encontrar la prueba encima de un pequeño nochero de esa habitación. El muchacho no se aseguró de guardar la evidencia de su falta.
-Jugaste el partido dopado, Miya Atsumu- le murmuró, cambiando su tono de voz.
Aquel muchacho no pudo negar aquella circunstancia.
-¿Cómo te diste cuenta si es intravenosa?- le preguntó Atsumu consternado mientras ella seguía en la misma posición.
Taracena agudizó su mirada en la oscuridad de aquella habitación.
-Dejaste la evidencia a la vista- le comentó, y le mostró el vial que había movido a sus dedos de la mano izquierda.
-Se puede confundir con otra cosa- se defendió el chico.
Y en eso… abrió sus ojos sorprendido ante lo que estaba pensando.
-... No me digas que tu… tú eres un "sabueso".
Taracena dejó de intimidarlo, para tirar hacia un lado el bolígrafo y levantarse de aquella cama. Aún mantenía su torso descubierto, y se acomodó su cabello hacia el frente para ocultar sus senos.
-Preferimos llamarnos "Hound", señor Miya- le indicó la joven -Y me sorprende que sepas de nosotros.
-Sakuza me lo dijo.
Taracena levantó la vista al techo.
-Sakuza Kiyoomi- Zoe completó el nombre -El punta receptor del Itachiyama, diagnosticado con TOC por su misofobia. No me sorprende que lo pueda saber: son dignos miembros para ser candidatos a la sub 19.
El comportamiento de Taracena en ese momento, distaba del que mostraba con los miembros del equipo y del instituto Karasuno.
En el mundo del deporte, corría el rumor de que la Agencia Mundial Antidopaje WADA-AMA había "entrenado" infiltrados alrededor del mundo para identificar con precisión los casos de dopaje. Taracena era justamente una de esas deportistas que se unieron a aquel proyecto de la Agencia.
-Es una pena no poder continuar nuestro encuentro, señor Miya- le indicó la chica mientras se vestía nuevamente.
-¿Qué pretendes?- le preguntó con preocupación, levantandose de aquella cama para buscarla.
Atsumu no se atrevía a tocarla; su cuerpo le temblaba.
-No voy a mencionar a los organizadores del evento el hecho de que te encontré Diamorfina y que tienes aproximadamente 12 horas de haberla inyectado. Eso pondría en tela de juicio la reputación del Inarizaki y de uno de sus miembros que es reconocido a nivel nacional.
El hermano mayor de Osamu Miya se tumbó en una pared, respirando con agitación. Aquella situación lo estaba asustando.
-No quiero ni pensar cómo la obtuviste- le mencionó Taracena en aquella oscuridad y se agachó frente al chico.
Atsumu sudaba frío.
-Toma mucha agua y descansa- le dijo Zoe, notando los efectos colaterales en aquel muchacho -Mañana pide un batido desintoxicante de hojas verdes. Te sentará mejor.
El chico no la veía del nervio que presentaba.
-Te voy a pedir el favor de que no le vayas a decir a alguien que soy un "sabueso". Por tu reputación… no te conviene hacerlo.
La chica se levantó, terminó de vestirse y se llevó la ampolleta vacía de la droga.
Fuera de aquella habitación, suspiró hondo y apretó con fuerza el vial, tratando de no romperlo. Le costaba dejar a aquel muchacho en aquella situación, pero él mismo se lo había buscado.
En una esquina de aquel pasillo de habitaciones, esperaba con sigilo el hermano gemelo de aquel muchacho.
-Eso fue rápido- le mencionó el chico.
Taracena exhaló resignación.
-Cuída a tu hermano, Osamu Miya- le recomendó Taracena, acomodándose el cabello -No lo dejes que se pierda.
Osamu agudizó su mirada.
-¿A qué te refieres?- le preguntó confundido.
-Él te lo dirá- puntualizó Taracena, pasándole por el lado y bajando las escaleras -Que descanses.
Y la chica aceleró el paso.
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Al día siguiente, los tres compañeros del Karasuno no entablaron conversación alguna. Viajaron de regreso muy temprano en la mañana sin dirigirse la palabra. No sabían cómo abordar entre ellos lo que había pasado esa noche.
Al llegar a la estación para tomar el metro que los llevaría hasta sus destinos, el primero en irse fue Kageyama, pero Hinata no tuvo la valentía para no despedirse de su compañera y parecer irrespetuoso.
-Taracena-san- le dijo algo incómodo.
-¿Dime, Hinata?
-¿Estás bien?
La chica sonrió.
-Si- le tranquilizó la chica -¿Te cuento algo?
Al chico le cambió el semblante.
-Decidió no hacerlo.
Al pelirrojo se le aguaron los ojos de felicidad.
-¿De verdad?
-Yo les dije que confiaran en mí.
-Pero llegaste a entrar en la habitación con él, ¿cierto?
La chica no pudo ocultar el sonrojo.
-Si… pero hubo cambio de planes.
-Kageyama se alegrará cuando lo sepa, Taracena.
-Él se fue muy disgustado conmigo, Hinata. No creo que lo vaya a entender.
-Lo entenderá. Mañana conversaremos con él.
Ambos se despidieron a la salida del metro.
Una hora más tarde, la chica llegó a su hogar bastante cansada. Después de un baño relajante, la chica se acostó en su cama… y se aferró a su cama recordando la actitud de Kageyama.
-Eres un tonto- se dijo para si misma.
Taracena se puso boca arriba mirando hacia el techo, y recordó el encuentro con Atsumu Miya. Se mordió los labios y cerró los ojos visualizando lo que sucedió esa noche.
-Si le contara a Lili no me lo creería- murmuró muy bajito -¿Cómo puede tolerar el miembro viril en la boca?
Zoe recordó ese instante y se puso la almohada en su cara.
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26 de Julio de 2013.
Jasper Rivan había regresado de su viaje en Mar de Plata el jueves 25 de Julio en horas de la mañana, y había decidido no ir a la escuela ese día para poder adaptarse al cambio de horario. Brasil había perdido contra Rusia en la Liga Mundial de Voleibol Masculino con un contundente set 3-0. Asistió a la preparatoria ese viernes 26 de Julio y fue bien recibido por sus compañeros de salón, quienes habían visto su participación en la final por internet.
El chico aprovechó para entregarles unos pequeños souvenires a sus compañeros de clase, y guardo otros para los miembros del equipo de voleibol masculino. De la misma forma, había aprovechado para recoger los autógrafos de todos sus compañeros en un poster para regalarlo al equipo marcado con el nombre del Karasuno, en donde les dejaban mensajes motivadores; al igual que hizo un video-selfie para enseñarlo a todos.
Esa mañana, aprovechando el receso, Jasper hizo su visita acostumbrada al puesto de Zoe para saludarla.
-Bienvenido, Jas- le saludó Taracena.
-¿Me extrañaste?
Zoe le miró con ironía
-No de esa manera- se defendió y el chico le entregó una cajita.
-Casi no me la dejan pasar por migración- le comentó algo apenado -Pero pude traerla.
Taracena abrió aquel paquete, y sus ojos se iluminaron.
-¡Jas! ¡Es pastafrola!- exclamó emocionada y sin dudarlo le dió un mordisco a aquel postre típico Argentino -¡Que delicia!- dijo extasiada.
El chico le sonrió con ternura. Le gustaba ver a su amiga comer dulces.
-¿Cómo estuvo el viaje?
-Agotador… pero ya me estoy acostumbrando.
-¿Cuando regresaste?
-Ayer por la mañana. Por cierto, ¿cómo les fue?- le preguntó el chico, recordando el Torneo de Voleibol Playa.
-Hinata y Kageyama perdieron en la tercera ronda contra el Inarizaki.
-¿Estaban jugando los gemelos Miya?
-Si. ¿Cómo lo sabes?
-Me llevé una edición especial de la revista deportiva a la que tienen suscripción del Torneo Nacional de Primavera de inicios de este año- le respondió -Ahí está la reseña de todos los equipos participantes y sus jugadores.
-Con razón no la encontraba- se dijo la chica.
En ese momento, se acordó de la novedad del dopaje y le hizo una señal extralinguística. El chico la entendió inmediatamente.
La chica buscó en su morral el frasquito de vidrio, para ponerlo sobre el escritorio de su pupitre de madera. Lo había traido expresamente para mostrárselo.
-¿Diamorfina?
La chica asintió.
-¿Quien?- le preguntó en portugués, siguiendo la conversación en aquel idioma para que los otros estudiantes no entendieran aquella conversación.
-Sabes que no puedo decirlo, Jasper. Es el Código de Confidencialidad.
-Cierto.
Y enseguida Zoe tomó el pequeño vial de vidrio para volverlo a guardar.
-¿Cómo obtuviste la información?
-No fue fácil…- le dijo sonrojándose -Me tocó ser Lili- le contestó, dándole a entender que tuvo que utilizar las tretas de una dama de compañía para acceder a lo que ella necesitaba.
El chicó rió estrepitosamente.
-¿En serio?
-¡Jasper!- exclamó la chica bastante apenada.
-No te imagino en ese contexto, Zoe. Discúlpame.
-No es agradable.
-Lo sé… entiendo que debió ser difícil para tí.
-Ni tanto- pensó la chica, recordando a aquel muchacho de cabello rubio y negro.
A pesar de aquella presentación extraña y encontrarse juntos para supuestamente tener sexo y que al final todo haya salido de acuerdo a lo que ella presentía, Taracena quedó flechada con la presencia de Atsumu Miya; aquel chico le pareció cautivador y simpático, y conocerlo bajo el efecto de la droga todo desorientado y confundido le generó inquietud, pero no podía salir del esquema de su estado de "sabueso": involucrarse sentimentalmente con los consumidores no estaba dentro del cánon que le habían inculcado.
No obstante, el leve sonrojo al recordarlo le indicaba que traerlo a su mente le producía interés. Ellos habían cruzado miradas en aquel fin de semana y ella percibió que -aunque el chico se encontraba bajo el efecto de una droga- a él le pareció interesarle como persona. Es como si el mismo destino los estuviera llamando para que "concretaran" el afecto que se iban a manifestar.
-¿Vas a reportarlo a la Agencia?- le preguntó Jasper, sacando a Taracena de su divagación por el chico de Kansai.
-No, pero comentaré que fui veedora- le contestó, tomando un poco de alimento -Tengo el soporte de asistencia con mi registro del Karasuno.
-¡Excelente! ¡Tenemos dinero!- festejó Rivan como si él pudiera disponer de aquellos fondos -¿Qué haremos con él?
Taracena le observó con ironía.
-Voy a invitarlos a comer, como agradecimiento por su participación- le confirmó decidida.
-Por cierto, ¿Cómo jugaron?
-Lo hicieron bien- dijo la chica -Me sorprendió que se hayan podido adaptar a la inestabilidad de la arena.
-El viaje de hace un mes les ayudó a entrenar.
-Si. Correcto; pero lo que si les falló fue no interpretar la dirección del viento cuando el balón iba arriba.
-Eso no se logra enseguida- le recordó Jasper -Por cierto, ¿y habían chicas interesantes?
-¿Cómo me vas a preguntar eso, Jasper?
-¿Y es que acaso no tienes criterio para decir si una chica es guapa o no?
-No es eso.
-¿Entonces?
Taracena le observó con detenimiento.
-No estaba al pendiente del torneo femenino.
-Que mal- se quejó el muchacho -Me hubiese gustado ver algunas chicas japonesas jugando voleibol playa.
-Definitivamente no entiendo tus gustos.
-¿Y los tuyos?
La mujer quedó extrañada ante el comentario.
-En todo este tiempo no he visto que te haya interesado alguien.
-Porque tú mismo has dicho que eres el que me "espanta los pretendientes"- se defendió Taracena.
-Pero no te los puedo alejar del corazón- le recordó con sinceridad.
En eso sí tenía razón.
-Zoe… ¿te gusta alguien?
La chica lo miró con firmeza, y mordió el postre que le habían regalado.
-No- le mintió, con el bocado en la boca.
En ese momento Jasper se levantó del asiento.
-Voy a buscar al capitán Ennoshita- le indicó -Debe estar preguntando por mí.
-Desde ayer- le enfatizó Taracena.
Rivan se despidió de Zoe, saliendo de aquella aula de clase. Unos minutos más tarde, ingresaba Tokita para sentarse en su puesto.
-¿Cómo te fue?- le preguntó Taracena y el chico le extendió la bebida.
-Ya no había- le recalcó -Te traje esta a ver si te gusta.
Zoe observó aquella botella, tratando de leer la etiqueta.
-¿Bebida lactea estilo Calpis?- preguntó extrañada y abrió la tapa de aquel envase.
Tokita observó la caja que su compañera tenía sobre el escritorio.
-¿Qué es eso?
-Es pastafrola. Un postre argentino- dijo la chica y tomó el primer sorbo de aquella bebida -¡Um! Sabe bien- le comentó a Tokita, probando aquella bebida.
-Confía en mis gustos- le dijo Keitaro orgulloso -¿Puedo probarla?- le preguntó, haciendo alusión a la tarta fraccionada en seis porciones.
-¡Claro!- le dijo Taracena y le pasó una porción.
-¿De qué es el relleno?
-Guayaba- le indicó la chica y su compañero de clase probó aquel postre.
-Esta bastante dulce- le comentó haciendo una mueca divertida -Muy dulce para mi gusto.
Taracena sonrió.
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Esa tarde en el entrenamiento, Jasper le entregó a cada uno de los miembros y al entrenador una pequeña taza de mate como souvenir de su visita a Argentina. Les comentó sobre su experiencia en la liga y prácticamente aquellos chicos no entrenaron esa tarde por escuchar los relatos de su compañero de primer grado.
De la misma forma, Rivan entregó de forma oficial el póster del equipo de voleibol masculino de Brasil a Ennoshita, firmado por cada uno de los jugadores titulares como recuerdo para decorar el espacio del club. De la misma forma, les llevó un detalle adicional. Rivan le había pedido a Yachi en el receso de la jornada escolar que por favor consiguiera un videobeam para proyectar un video que les quería enseñar a los miembros del club en horas de la tarde.
Hitoka y Zoe acomodaron aquel proyector frente a una pared del gimnasio, y Jasper colocó su memoria USB para proyectar aquel video informar: estaba él conversando con cada uno de los miembros del equipo de Brasil, y les pedía a sus compañeros que le mandaran un mensaje a cada uno de los miembros del Karasuno.
Jasper había hablado con sus compañeros extranjeros sobre sus amigos en el club de voleibol masculino de su preparatoria y les había mencionado sus fortalezas y su estilo de personalidad, por lo que quería sorprenderlos con un mensaje motivador de parte de aquellos jugadores que formaban parte de un equipo profesional.
Cada uno de ellos, Ennoshita, Kinoshita, Narita, Tanaka, Nishinoya, Kageyama, Hinata, Tsukishima, Yamaguchi y a manera general todos los alumnos de primer año, recibieron un mensaje individual de su par en el equipo de Brasil.
Aquel mensaje fue muy bien recibido por los integrantes del Karasuno, y el entrenador Ukkai dejó escapar una lágrima ante aquel gesto de Rivan con sus compañeros de equipo.
-Es una pena que no hayan ganado la final ante Rusia, Rivan- le dijo el entrenador -Pero esa experiencia es la que te va a orientar para mejorar lo que no pudieron lograr en la final.
El chico asintió con firmeza.
El entrenador dio la orden para que iniciaran el calentamiento, ya que faltaba solo media hora y el itinerario programado de ese día no lo iban a llevar a cabo.
Por cierto, Kageyama- le dijo Rivan llamando al colocador del equipo, y sacó un sobre cerrado de su bolsillo -Esto es para ti.
El chico se extrañó con aquella entrega y volteó el sobre para ver quien enviaba aquella misiva. No tenía escrito remitente.
-¿Es para mí?
-Si: me la entregó un chico en la firma de autógrafos de la final de la Liga- le comentó -Parecía conocerme y saber que estaba estudiando en Japón y en la preparatoria Karasuno, y me dijo que te hiciera llegar ese mensaje.
Tobio se sentó en las gradas para abrir aquel sobre blanco cerrado, y desdobló el papel que estaba en su interior para leerlo con detenimiento.
ooooo
Tobio-kun!
No es fácil entrenar fuera de Japón, pero estoy haciendo mi mejor esfuerzo.
¿Sigues sin colocarle los pases que necesita Shoyo?
Te espero en un partido de grandes ligas. ¡No me decepciones!
Oikawa Tooru.
ooooo
Kageyama esbozó una sonrisa seria, reconociendo al remitente de aquella nota.
-Gracias, Rivan- le agradeció a su compañero, y este le extendió el balón.
-¿Entrenas conmigo?
El chico asintió.
OOOOOOOOOO
