¡Buenas!
¡Nueva historia, nueva vida!
El tercer capítulo de Una flor de cerezo en llamas, está casi listo, falta algo de inspiración y corrección, pero estará pronto.
Esta historia fue algo que me persiguió y tuve que sacármelo de la cabeza, no sé a dónde se dirige, pero tendrá de todo. Es Itasaku, No Masacre.
Espero les guste.
Pd: Corrijo mis propias historias, me disculpo de antemano si hay faltas de ortografía y redacción.
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- Haruno-san. Tenemos un Jounin en emergencia. Neumotórax por aplastamiento torácico y un shuriken en el cuello.- anunció una de las enfermeras de turno en la sala de emergencias.
Sakura la observó unos segundos, antes de ponerse de pie y rodear la mesa. Tomó un sorbo de su café tibio. Y haciéndole un gesto a la enfermera, le indicó que guiará el camino y salieron de la oficina.
- ¿Signos? -
- Estables, pese a su condición. - respondió la chica menuda y de melena castaña desordenada, bajo la cofia.
- ¿Hemorragia? - preguntó esta vez Sakura, deteniéndose unos segundos para mirar a la chica a su lado.
- No. - contestó.
Entrando a la habitación, se ajustó la bata blanca, pasó a un rincón, se lavó las manos concienzudamente, se las secó con papel, y procedió a tomar unos guantes estériles de una bandeja metálica. Tomó una mascarilla y se lo ajusto en el rostro.
Oyó sus signos vitales con el fonendoscopio que tenía rodeado al cuello.
Cuando lo retiró, se sacó un guante, metiéndolo en un bolsillo, un brillo verde iluminó la palma de su mano.
Hizo un escaneo de su tórax y garganta.
El brillo en su mano, cambió de forma y afilando el extremo distal, procedió a realizar una incisión pequeña en el costado izquierdo del shinobi en la camilla.
- Necesito un tubo metálico. - pidió, acercándose a la misma bandeja anterior y tomando otro de los guantes. Ni siquiera se lo puso, sólo recibió el tubo que le ofreció la enfermera.
Volvió a la camilla y lo insertó en la incisión hecha. Se escuchó un silbido audible, precipitándose hacia afuera, y los músculos del pecho del hombre, parecieron relajarse visiblemente.
- Necesito un alicate. Shun, ayúdame aquí. - entregándole un alicate quirúrgica, la chica nombrada se instaló junto a Sakura. - Presiona y sostén su mandíbula.
Tiene la punta del arma incrustada en el hueso Hioides, y necesito que lo sostengas para que no mueva la cabeza.
Tuvo una suerte impresionante. - acotó Sakura, mientras realizaba el procedimiento.
Tiro rápido y seguro, apenas salió sangre de la herida.
Se alejó de la cama, tiro el shuriken a la bandeja, y los guantes a la basura junto con la mascarilla.
- Le dejaré antibióticos y analgésicos. - comentó mientras anotaba en la ficha médica del shinobi. Y se retiró de la habitación, despidiéndose.
Al salir, se topó con otra chica que entró a la habitación, le hizo un gesto con la cabeza, y salió. Ellas se quedaron murmurando dentro, mientras Sakura se dirigió nuevamente a su oficina.
Sopeso si ir por un café, segura que el otro estaba frío.
'Odio el turno de noche.' Se dijo. 'Sólo 3 horas más, y puedo ir a dormir' murmuró.
Se dirigió hacia la estación de enfermería cerca de la entrada del hospital.
Rodeo el mesón y revisó unas fichas.
Estaba de pie, anotando detalles, cuando la puerta principal del recinto se abrió de par en par.
Apareció un Anbu con máscara de comadreja, sosteniendo a su compañero.
Tenía una raja en el muslo, y un tercio de hueso sobresaliendo de la pantorrilla, estaba sangrado profusamente.
Sakura lo miró, y fue a su encuentro.
- ¿Qué sucedió? - preguntó observando al sujeto herido. -
- No lo sé. - respondió el sujeto. Voz grave y plana.
Sakura se volvió hacia la mesa y dio un golpe fuerte con la mano sobre él, haciendo que este temblara.
- Dejen de perder el tiempo, y vayan por una camilla. ¡Ahora!._ Exigió a las dos chicas que habían estado detrás, ignorando por completo la situación, conversando entre ellas y riendo.
Ambas saltaron del susto, y salieron corriendo.
- ¿ Tú estás herido también? - preguntó mientras con su palma con chakra sondeaba las heridas del sujeto inconsistente, y revisaba superficialmente su pulso y temperatura.
- Ha perdido mucha sangre y tiene taquicardia. -
- No. - respondió.
En ese momento se acercaron con la camilla.
El Anbu iba a levantar al herido para ponerlo sobre ella, pero Sakura fue mucho más rápida.
Enviando chakra concentrado a sus brazos, envió un pulso y alzó a sujeto herido sobre la cama con cuidado.
Y dándole la espalda, la empujó con rapidez hacia la sala de emergencia. El Anbu permaneció de pie en medio del pasillo.
Mientras tanto, Sakura, repitió el procedimiento anterior. Pero esta vez se puso una bata estéril de papel, sobre la blanca. Se lavó las manos, ajusto su mascarilla y un nuevo par de guantes estériles.
Las chicas que habían estado en el mesón, estaban instalando maquinaria junto al paciente, cuando escucharon.
- Esto irá a disciplinario. Vienen a trabajar, no a chismear. -
Ambas mujeres temblaron ante la amenaza del doctor. Pero permanecieron en silencio, y siguieron haciendo su trabajo.
Sakura volvió a revisar los signos vitales otra vez. El tipo seguía perdiendo sangre de la pierna rota, y no tenía tiempo de hacer exámenes, así que uso su chakra para sondear hematocritos, y acelerar el proceso.
Llevaba 33 horas en el hospital, sin dormir y comiendo la basura que allí vendían. Hacer esto sólo la iba a agotar aún más, pero de ello dependía una vida.
- Tú, revisa la placa pegada a la chaqueta y dime que tipo de sangre posee. - le ordenó a una de las chicas que estaba ajustando el tubo del respirador, y tenía el cabello negro y atado.
- Hai. - contestó, mientras desataba rápidamente el abrigo gris estándar de los operativos Anbu. - B+ - informó dejando caer la chaqueta al piso. La otra chica, de cabello rubio ceniza, la recogió.
- Necesito dos unidades de sangre B+. Para ayer. - acotó, Sakura, mientras rasgaba la camisa negra y la de malla que llevaba puesta el paciente y cortaba los pantalones por el costado. La otra chica salió corriendo de la habitación.
Los desechó a un lado, y con los guantes fuera, regresó a la pierna, y presionó el hueso.
El sujeto se quejó, dentro de su inconsciencia, pero no despertó.
- Sube la dosis de anestesia en un 35%. - le indico a la enfermera junto a la camilla.
- Tuvo suerte de que fuera una fractura limpia. Así puedo usar chakra para unir el hueso y no hay que operar. Eso lo sacaría mínimo 4 meses del servicio activo. - habló más para ella, que para alguien más.
La chica llegó con las unidades de sangre y procedió a admistrarla, mientras Sakura comenzaba el sellado del hueso y la carne lacerada. Tardó 2 horas en realizar el procedimiento, sanando también el corte profundo que tenía en el muslo, agotando sus reservas de chakra considerablemente.
Cuando terminó, casi no quedaba rastro del accidente, excepto la sangre, manchando la cama y al sujeto.
Curó una herida menor en su frente que había desplazado para el final. Realizó un último escaneo superficial al cuerpo, por si había extraviado alguna lesión importante.
Se alejó de la cama y sacándose la mascarilla detrás del separador, dijo, mientras se secaba el sudor del rostro.
- Llamen a limpieza, por favor. Permanecerá en observación durante 2 días, por si me perdí algo. - Tomó una carpeta que estaba a los pies de la camilla y comenzó a anotar. - Administren suero con Gentamicina por un día, dosis al 50%.-
- Dentro de la chaqueta, también está el número de registro del Anbu. Sólo anoten su número. No está permitido anotar nombres, lo saben.
Les dejo el resto a ustedes. Estoy exhausta. - acotó. - Cualquier cosa estaré en mi oficina. - salió.
Dobló el pasillo, y pasando por la sala de espera, vio al sujeto que había traído al herido. Tenía un vaso de espuma con café entre las manos.
Permanecía sentado y encorvado, mirando a la nada, aún con la máscara puesta.
Sakura dudo si acercarse, pero no pudo decidir, el tipo lo hizo por ella.
- ¿Cómo está? - preguntó, poniéndose de pie, y acercándose. Voz apagada y grave, distorsionada bajo la máscara.
- Está fuera de peligro. La fractura era limpia, así que pude sellarla sólo con chakra, pero estará fuera del servicio activo, al menos unas 3 semanas, ya que mis reservas eran escasas. Puede que antes, si se realizan curaciones diarias, pero eso lo decidiremos mañana. -
- Se le administraron dos unidades de sangre, ya que tenía los hematocritos bajos.
Ve si puedes conseguir un donante, para reponer la sangre usada. Nos haría un enorme favor. - habló siempre con la vista fija sobre el cuello del tipo, porque se sentía algo incomoda mirando a un pedazo de cerámica.
El sujeto pareció darse cuenta de eso, e hizo lo que no estaba permitido, se levantó la máscara revelando la mitad del rostro.
Sakura se detuvo en su explicación, y contuvo el aliento unos segundos, con los labios entreabiertos. El legendario Uchiha Itachi, estaba frente a ella, mostrándole el rostro.
Ojos cansados y negros la miraron sin expresión, pero su boca estirada en una mueca, y frente arrugada, contaron otra historia. Había preocupación allí. Líneas graves atravesaban sus mejillas.
Cerrando la boca de golpe, se recuperó rápido del shock inicial y siguió hablando como si no hubiera pasado nada.
- Ehr, la sangre. Se le dejó una dosis de antibióticos por el momento, para evitar infecciones. Permanecerá dos días en observación y luego será trasladado a una habitación común, y podrá recibir visitas normales. - alejó unos mechones rebeldes que cayeron sobre sus ojos.
- ¿Alguna pregunta? - terminó mirándolo directamente a los ojos. Unos ojos hermosos por cierto.
- No. Pero... - fue interrumpido por la puerta principal abriéndose nuevamente.
Como eran pasadas las 5 de la mañana, había poco personal y el hospital estaba bastante desocupado, pero se ajustó rápidamente la máscara Anbu ocultando nuevamente su rostro.
Divisó a otro Anbu cargando un cuerpo sobre el hombro. - Eso. - contestó el Uchiha.
Sakura ya no estaba mirando a Itachi, se había acercado a los que acababan de entrar.
El tipo jadeaba fuertemente, pero no soltó al hombre sobre su hombro
- Está muerto. - sentenció.
- ¿Quién es? - preguntó ella, aprensión en la voz. El temor de que fuera un conocido siempre presente.
- Hayate Gekkō. - respondió el tipo con una máscara de ave. - Hay que realizar una autopista. No hay heridas visibles. Sólo se desplomó en el suelo y su corazón dejó de latir. -
La expresión de Sakura se agrio, labios en una línea firme, frente ceñuda, claro dolor en sus ojos.
- ¿El operativo Anbu que llegó hace unas horas, estaba con ustedes? - cuestionó ella.
- Si. - respondió el Anbu ave, ajustando sobre su hombro el peso.
- ¿Quién era su capitán? - cuestionó preocupada. - ¿Por qué tardaste tanto en llegar?
Esta vez fue el Uchiha quien contestó acercándose.
- El capitán de la unidad lo acabas de atender tú. - se detuvo a un lado de Sakura, mirando al sujeto frente a ambos.
- ¿Cómo es que llegó antes? - preguntó a Itachi, y luego se dirigió al otro. - Y ¿Por qué tardaste tanto? Quizás podría haberlo salvado... -
El Anbu comadreja guardo silencio.
- Fue una muerte fulminante. Mi capitán, Cuervo-san, estaba muy mal herido. De la nada apareció él para ayudarnos. - haciendo un gesto con la cabeza hacia el Uchiha. - Revisó los signos de Hayate, y lo declaró muerto. Con Cuervo-san inhabilitado, el siguiente en rango, es él. Me ordenó quedarme y limpiar, luego debía volver con el cuerpo. -
- Se priorizó la vida del sujeto lesionado. - respondió Itachi, mirando a Sakura a la cara. La vio restregarse la mano por el rostro, de una manera muy poco femenina.
- Supongo que eso no tiene nada que ver con que sean primos, ¿no? - Cuestionó en modo doctor Sakura. Desafío claro en la pregunta.
- No voy a discutir eso contigo. - contestó contundente.
Sakura casi se atraganto con su propia saliva, al escucharlo tan grosero. Se quedó sin palabras. Si, se había sobrepasado. Él estaba por sobre ella en rango, cuando se trataba de misiones.
Guardó silencio unos segundos.
Se sentía horrible por Hayate. No eran grandes amigos, pero lo conocía, y sabía que Kakashi estaría devastado, otra vez. Eran bastante cercanos.
Miró entre uno y el otro, y está vez, ajustando su tono, solicitó.
- Estamos cortos de personal en este momento, necesito que uno de los dos me ayude a llevarlo a la morgue. Yo me encargaré de realizar la autopsia, pero será mañana. - les informó.
Itachi se acercó al cuerpo y con un gesto, le pidió al otro tipo que se lo entregará.
- Has el informe correspondiente. Yo completaré lo que falte con el mío. Se lo entregarás al Hokage por la tarde. Retírate. - ajustando el cuerpo sobre su hombro, le dio la espalda a ambos.
La chica rosada, no supo que hacer durante unos segundos, hasta que reaccionó.
- Espera. - ambos se detuvieron. - ¿Estás herido Anbu-san? - preguntó, volviendo a su conciencia médica.
- No. Nada que unas horas de descanso no curen. - le dio una media reverencia y dándole la espalda, se retiró. Ella se quedó mirándolo.
- Guías el camino, por favor. - escuchó detrás de ella. Y se dio la vuelta rápidamente, apresurándose y adelantando al Uchiha. Mantuvo una expresión neutra. El Anbu la siguió.
Le había dicho 'por favor', pero saliendo de su boca sonó vacío. "Por favor, un cuerno" maldijo ella en su mente
Bajaron por las escaleras, dos pisos más abajo.
Se detuvieron frente a una puerta de metal alta y gruesa. Empujando con ambas manos, entraron. Abrió un cubículo de 60x60, y estirando el brazo dentro, deslizó una bandeja de metal larga.
El Uchiha dejó el cuerpo sobre la bandeja y espero.
Ella se alejó, tomando una etiqueta, anotó el nombre, fecha y la hora de llegada. Luego lo ató al cuerpo. Empujó la bandeja y cerró la puerta.
Le dio la espalda al Anbu, hizo una serie de sellos con las manos, y sobre la puerta apareció un símbolo de sellado.
Luego, en silencio, salieron y volvieron a subir las escaleras. Esta vez, ella decidió terminarlo.
- ¿Tú...estás herido? - preguntó con duda.
Había conocido a Itachi en casa de Sasuke, hace muchos años, cuando aún eran un equipo.
Se lo presentaron por educación, pero jamás habían cruzado más que saludos corteses.
Todos sabían quién era el Uchiha, la leyenda y el prodigio. Y el tipo con un enorme palo en el trasero.
Estaba segura, jamás lo había oído hablar tanto.
- Ya me preguntaste. - con eso dio por zanjado el tema. Ella se encogió de hombros y se dijo 'él se lo pierde'
Cuando llegaron arriba, ella no pudo evitar un bostezo. Estaba demasiado cansada y estresada.
El tipo a su lado pareció ignorarla.
Ella se detuvo a mitad del camino y le informó.
- Bueno. Tengo que llenar informes. Mañana puedes visitar a tu primo, durante la tarde, si está despierto. Buenas noches. - se despidió.
El Uchiha dándole la espalda, hizo un gesto con la cabeza y se fue sin una palabra.
- Grosero. - murmuró bajó Sakura, dándose la vuelta en dirección a su oficina.
A las 6 en punto de la mañana, estaba saliendo del hospital, y despidiéndose de Shizune.
Tardó 20 minutos en llegar a casa. Una vez dentro de su departamento, se dejó caer sobre su cama, en volviéndose en un edredón grueso y peludo.
De durmió casi al instante.
