Día 0
Mi nombre es Luna Loud, tengo 16 años, nací y vivo en Royal Woods
Era apenas las 11 de una noche clara y estrellada, en una linda casa de una sola planta con un amplio jardín, con fachada de madera clara y techo con tejas color naranja, dos chicas llegaron al porche principal de la casa, una en peor estado que la otra.
-Te amo, te amo, te amo – balbuce la rubia con el mechón azulado, siendo sostenida por una castaña de caballo corto, en un movimiento torpe beso los labios de la castaña para soltarla rápidamente, la de pecas que se relamió los labios.
-También te amo Sam, mucho – le respondió la de blusa morada, aprovechando la banca en el pórtico para dejar a la rubia. – pásame tus llaves Sam.
Umm, te amo – dijo la rubia más desplomada en el sillón que antes.
La castaña sonrió y busco en su chámara las llaves, lográndolas ubicar- las encontré – aprovecho de estar cerca de la rubia para mover su flequillo y darle un beso en la gente - Te amo.
Abrió la puerta tras un rato y logro acomodarse a la rubia en su espalda, de nuevo agradecía que la casa fuera de un solo piso y que estuviera acostumbrada a mover toda su utilería para los conciertos. Paso a la casa reconociendo fácilmente el camino al cuarto de la chica, los padres de ella habían salido y su hermano se encontraba ya dormido, ya habían tenido planes para esa noche, pero por la condición de la chica no era lo adecuado.
La castaña recostó a la rubia en su cama y le cubrió con una cobija.
-Quédate – exclamo la rubia con los ojos cerrados – Hoy íbamos... habíamos quedado...
-Lo sé, pero ya será en otra ocasión, ¿podríamos quedar mañana? – la rubia responde con un quejido quedando completamente dormida.
Tal vez sería buena idea quedarse ahí y ya enfrentar a sus padres en la mañana, pero únicamente eran seis cuadras de la casa de Sam a la loca casa Loud, aún con un ligero tambaleo pues si había tomado alcohol, pero muy poco la castaña salió de la casa.
Soy hija de Rita y Lynn Loud, unos buenos y amorosos padres
Tengo diez hermanos a quienes amo intensamente.
- ¿Mamá? ¿Papá? – menciono el joven extrañado de ver a sus padres recostados en el sillón.
-Luna Loud, estás castigada hasta nuevo aviso – se despertó la mujer para darse cuenta de que no era su tercera hija si no su hijo quien se encontraba frente a ella – Lo siento hijo.
-Esa niña nos volvió a atrapar dormidos, habíamos quedado 11:30- dijo el hombre despertando con enojo.
- ¿Qué pasa? – pregunto el joven ya imaginándose el posible motivo de ese ajetreo.
-Hoy sí nos va a oír – comento el castaño con cólera –
Ambos padres se levantaron del sofá y se abrieron paso hacia la única habitación con literas. En la parte baja se podía visualizar una castaña con su pijama amarilla mientras que en la parte superior solo se notaba un bulto tapado por la sabana morada.
-Luna Loud, ¿A qué hora llegaste ayer jovencita?
-Bonita forma de despertar- se quejó la amarilla mirando el escándalo que se estaba formando en su cuarto y como cada vez había más cabezas en el umbral de su puerta.
-Con que no quieres responder he – dijo el hombre jalando las sábanas.
Lori y Leni son las mayores, tienen pasión por el golf y la moda.
A todos los de la casa les sorprendido que lo único que se cayó fueron un par de tambores, Luna no era así, si llegaba tarde a casa, pero siempre llegaba.
-No contesta – comento el padre volviendo a remarcar al celular de la tercera de la casa.
-Luan, cariño, ¿Tiene contacto con los amigos de Luna, con su banda?
-Si mamá – comento la joven buscando su celular para ponerse manaos a la obra.
- ¿Qué eta pasando? – pregunto la menor de la casa sin entender que les preocupaba a los padres.
-Espero que nada malo, hijita – intento tranquilizar a la beba.
-Marcaré a la policía – dijo la mujer ya alarmando a la mayoría de sus hijos.
Luan y Lynn son menores que yo, son unas grandes comediantes y deportista.
Luan había conseguido los contactos de su hermana como un trato para evitar problemas, lógicamente con la promesa de no utilizarlos para chantaje o en contra de ella.
Chunk fue el primero en venirse a la mente, era el que siempre le apoyaba a cargar su amplificador y cosas para la banda.
-Hola Chunk, has visto a Luna, soy Luan, su hermana.
-Hola Luan, ayer la deje en su vecindario en la casa de Sam ¿Qué pasa?
-No llego a noche y ya nos empezamos a preocupar, me avisas si sabes algo de ella ¿Sí?
-Claro, ¿necesitan algo?
-Por lo pronto vamos a empezar a buscarla.
-Voy con ustedes.
El hombre colgó y Luan marco rápidamente el número de la rubia.
-Hola Sam, soy Luan – se presentó la castaña - ¿Sabes algo de Luna?
- ¿Qué? Mmm no, ayer me trajo a mi casa, pero se regresó a la de ustedes – dedujo la rubia debido a su estado de anoche. ¿Qué pasa? ¿Necesitan algo?
-No la encontramos, no responde a su celular – empezó a sonar preocupada Luan.
-Voy a buscarla, te marco si la encuentro, tal vez se le descargó el cel.
-Gracias.
Para desgracia de Luan el resto de los amigos de Luna sabía menos que los de estos dos; algunos dijeron que Sam y ella habían tomado, otros no decían nada, otros decían que no habían tomado tanto para terminar en ese estado, que Luna estaba bastante consciente, cada llamada preocupaba más a la castaña, había muchas historias, pero ninguna que diera una pista.
Lincoln es el hombre del plan con patente pendiente, y Lucy es una gran fan de vampiros y terror.
Los hermanos ni habían desayunado cuando ya se encontraban a lo largo de la ciudad buscando a la castaña hasta debajo de las piedras, a lo que, entra más tiempo pasaba, más amigos de Luna se unían a la búsqueda. Por su parte los padres marcaban a todos los hospitales y hoteles del área, ya no sabiendo qué respuesta querían.
Así paso toda la mañana y la tarde, por más que querían buscar, incluso aunque había oscurecido, Lynn y Rita Loud los reunieron en la casa con un rápido aperitivo y la promesa de que al día siguiente seguirían la búsqueda; ellos también querían encontrar a su tercera hija, pero tampoco podrían exponer a sus otros hijos o los de sus amigos.
Lola y Lana son las gemelas de la casa, muy diferentes la una de la otra.
Era entrada la noche en ese fatídico día, los más menores ya se encontraban dormidos, pero el resto de la familia seguían despiertos, Sam y Chunk preparaban unos bocadillos para la familia sintiéndose responsables de una buena parte de la situación. La tención de la casa se rompió con un par de golpeteos, Lincoln fue el primero en abrir en espera de que fuera la tercera hermana, pero grande fue su sorpresa a no ver a la chica rockera, sino en su lugar a un par de oficiales con una cara que no parecía dar buenas noticias.
-Buenas noches ¿Se encuentran tus padres? – interrogo uno de los oficiales a lo que pronto siete miembros más los dos invitados se encontraban detrás del peliblanco.
Las últimas dos son Lisa, que es un gran genio, y Lili, que será una gran artista.
Los padres hablaban en el comedor, el señor Lynn les había preparado un café a ambos oficiales mientras que Rita y él intentaban calmarse con unas infusiones, las cuales no eran lo suficientemente fuerte para cómo se encontraban. Sam y Chunk se habían ido con la promesa de ser avisados cuando supieran algo y desde Lori hasta Lucy se encontraban escondidos espiando la conversación.
-Buenas noches, oficial ¿Qué pasa? ¿Tienen alguna noticia sobre nuestra Luna?
-No sé cómo decirles esto Sra. Y Sr. Loud... – inicio el hombre, estos casos eran tan raros en la ciudad que había pasado más de diez años desde el anterior, pero a diferencia la niña únicamente había ido al parque cercano –... Encontramos las pertenencias de su hija en la calle en pésimo estado – dijo sacando un teléfono en funda morada estrellado junto con unas llaves de la casa, estos artículos se encontraban en una bolsa sorprendiendo a ambos.
-También encontramos una grabación en una casa de la zona – menciono el otro – es de mala calidad, pero se ve como su hija peleaba contra un hombre que se la llevaba y la subía a un vehículo.
-Oh Dios, mi bebe – menciono la mujer mientras el padre se desmallaba al pensar lo peor que pudo pasar.
-Activamos la alerta Amber, intentaremos encontrar a su hija.
También tengo una banda que es genial, con grandes amigos y colegas.
Las hermanas se taparon la boca intentando ocultar su tristeza y cualquier chillido que pudiera salir de sus labios, varios empezaron a lagrimear y otros se abrazaron entre sí, Lisa escuchaba desde su cuarto maldiciéndose de haber quitado los rastreadores de sus familiares por "respeto a la intimidad".
Y también tengo el amor de mi vida, Samantha. Tengo que pelear por ellos, buscar la forma de regresar, él no me detendrá.
Los Amo
