¡Hola! Perdón, abandone esta historia por ya demasiado tiempo. No tengo excusa, puse muchas veces que la iba a seguir y seguir, pero nada que lo hacia. Soy un maldito mentiroso.

Bueno, no del todo, verán, cada vez que decía aquello, era verdad y lo pesaba hacer. Pero las ideas que tenía, se desvanecían, no me convencían, no parecían buenas y hasta me bloquee. Creo que le perdí el rumbo a esta historia, no sentí que vaya ab algún sitio. Es por eso que he tomado una decisión..

Reiniciar este fic y seguirlo a como de lugar.

Nueva trama, aunque la "traición" (nótese las comillas) seguirá. Pero no voy a hacerlo de golpe, sino poco a poco y este capitulo será una prueba. Espero les guste, además, hay un anuncio que debo hacer. Pero estará al final de este capítulo.

En fin, no esperemos más tiempo. Comencemos.

-[●]-

La soledad, todos la hemos sufrido alguna vez. Nadie se salva de ella, una seductora amante que nunca te falla. Siempre estará ahí para ti.

Es como el amor, un arma de doble filo, puede hacerte feliz, así como volverte el ser más desafortunado del mundo. No puedes confirmar que has amado, sin decir que te han decepcionado. Pero eso no viene al caso ahora, o talvez si, nadie lo sabe en realidad. Unos disfrutan de ello, otros aborrecen su existencia, aquellos que solo han visto el lado malo de tener un buen corazón. Pero ¿estamos hablado de soledad o amor?

Pues de ambos.

Aquel que alguna vez tuvo mujeres que lo amaron, ya no estaban, personas que lo apoyaron, se esfumaron y abandonaron como las cenizas al viento. Su leal compañero, ya no estaba con el, había abandonado este mundo sacrificándose para que viviera. Curioso, su lealtad le costo la vida, una que el tanto apreciaba. Lo extrañaba bastante, era su voz de la razón, su mentor y hasta su mejor amigo, su hermano. Era raro que ya no estuviera hablándole en su mente, extrañaba eso. Su sarcasmo, como lo regañaba o hasta lo aconsejaba, claro, cuando no estaba de holgazán dormido. Eso le saco una carcajada.

"Cuida de los tuyos, se fuerte. Se feliz compañero".

Esas fueron sus últimas palabras, un deseo que le transmitió con toda honestidad y anhelo. Pues quería que su portador alcance la felicidad después de todo el sufrimiento que ha pasado.

—Lo siento mucho Ddraig—mencionaba cabizbajo por no haber cumplido su promesa—ese deseo tuyo, ahora me es imposible de cumplir. Ya no existe lo que alguna vez fue.

Estaba solo, nadie estaba a su alrededor. Solo la oscuridad y tranquilidad de su despacho. Su casa era grande, espaciosa y bien amueblada, eso lo admitía. Al menos eso le dieron como "compensación" y hasta un auto de gran tamaño y una moto, eso si fue considerado. Al menos por aquella ocasión hicieron las cosas bien por última vez.

Suspiro, estaba decepcionado de no poder cumplir su palabra, pero era algo imposible actualmente. Ya no tenía poder, había vuelto a ser solo un humano. Ellos lo habían devuelto a su vida antes de las facciones, no sabia como sentirse realmente. Agradecido o traicionado, talvez ambos. Pero no todo era malo, sus padres aun Vivian. Ellos no recordaban nada y así era mejor, vivir tranquilos en su casa tras retirarse de sus trabajos. Ellos merecía este descanso.

Reía ligeramente aliviado y agraciado, pues sus padres sabían como divertirse. Lo viejo no les quito ni un poco sus ganas de vivir al extremo.

Pero en eso tomo su teléfono, el cual estaba encima de su escritorio, casi cubierto por una pila de aechivos. Lo tomo y cuando contesto, su mirada se afilo. Colgando se levanto de su silla, tomo una placa policiaca y un arma de su cajón. Antes de salir, tomos sus llaves y una chaqueta de cuero negro. Pues hacía mucho frio esa noche, pero sentía que algo no andaba bien. Podía sentirlo, pero no le tomo mucha importancia, esta noche debía trabajar. Por lo que se subió al auto y de fue de ahí.

Pero aun con su perspicacia, no pudo comprobar que tenía razón. Alguien más estaba ahí esa noche.

..

Luces rojas y azules, varios agentes de policías rodeando el lugar y curiosos que los agentes del orden trataban de dispersar y retirar. Era una escena del crimen.

Si todo eso no bastaba para convencerlos, los cuerpos tirados en el suelo, con charcos de sangre y cubiertos por una manta, eso debía ser suficiente. Además no solo eran ellos, pues escuadrones especiales estaban ahí, cubiertos tras autos policiacos y donde podían, además de francotiradores en algunos techos. Todos apuntando a un edificio.

De pronto llego aquel enorme auto negro, del cual bajo en castaño con su placa y arma en mano. Se cubría en donde pudiera, pues estaba al tanto de la situación. Corrió agachado y observando las alturas con su arma lista para la pelea, estaba atento por si un ataque sorpresa llegara a caerle encima. Pues ahora si podía morir mediante métodos humanos.

Llego hasta una barricada, donde estaba otra persona armada. Era una castaña que conocía perfectamente bien.

—Hola Aika—saludaba como si nada el castaño, mientras le daba un beso sorpresa a la chica, asustándola un poco. Esto le dio gracia.

—¡Hyoudo! Maldito idiota ¡podía haberte dado un tiro! —recriminaba la castaña molesta y sonrojada, para luego suspirar calmada. Volvió a centrarse en el edificio—pero es bueno que estés aquí.

Aquel castaño, era Issei Hyoudo. Ex Sekiryuutei, ex pilar de las facciones, ex prometido de las Gremory y el resto de su harem. Ahora siendo un humano al 100% ya que Ophis y Gran rojo por alguna razón, le quitaron sus partes. Pero tuvieron la suficiente clemencia como para crearle un cuerpo humano con el adn de sus padres y asi sobrevivir.

No cayó en el dolor, la ira ni el odio, sabía que eso era inútil para vivir. Así que se supero así mismo y se volvió un detective de la policía bastante bueno en su trabajo.

—¿Cuál es la situación? —preguntaba ahora serio y observando al edificio.

—Son la banda de los dragones negros—mencionaba Aika con odio e Issei se sorprendió por esto—están ahí Hyoudo, esos bastardos frente a nosotros. Como si fuéramos sus burlas—en su voz se escuchaba el odio casi descontrolado que tenía por esos bastardos.

Issei estaba preocupado por esto, puesto que apretaba con fuerza su arma y dientes, su cuerpo temblaba. Debía tranquilizarla o podría cometer un terrible error que no solo afecte la gran carrera que logro hasta ahora, sino también su vida de forma permanente. Era su deber el mantenerla centrada en todo momento.

Por lo que coloco una mano en su hombro, ella lo volteó a ver sin dejar su mirada furiosa. Pero eso no le afectaba para nada.

—Cálmate un poco Aika—mencionaba sereno el castaño, viendo su mirada incrédula—en este momento te necesitamos centrada y no fuera de ti.

—Issei…—siseaba molesta—no te metas en esto.

—Lo hare aun cuando no quieras, estas bajo mis ordenes. Así que cálmate o te sacare del caso y sabes que puedo hacerlo—mencionaba serio, viendo como ella lo miraba furiosa. Pero siguió sin importarle—debes calmarte y recordar tus prioridades.

Aika desvió la mirada furiosa al suelo, además de afianzar el agarre de su arma. Lagrimas de impotencia e ira empezaban a formarse en sus ojos, el motivo por el cuál decidió seguir a Issei en su carrera policiaca, eran los sujetos de adentro. Los dragones negros son una banda criminal, culpables del tráfico de armas, estupefacientes e incluso algunas veces, trata de blancas. Siendo que también mataron a sus padres al ser estos policías y murieron en la línea del deber contra estos tipos.

Por eso siguió a Issei en su labor, pues ella no podía llegar a ellos siendo solo una joven sin nada que hacer o recursos a su disposición. Su vengativo corazón le exigía matarlos.

—Ellos mataron a mis padres, Hyoudo—mencionaba adolorida y furiosa ante esa amenaza de su compañero—¡¿Cómo pides que me calme?!

—Si te volviste oficial de policía, fue por justicia. No venganza—recriminaba el castaño para tratar de hacerla entrar en razón—eres más inteligente que esto, piensa bien las cosas. Tus padres no querrían que botaras tu vida y logros a la basura por una venganza.

Aika no aguanto, por lo que golpeo al castaño de sorpresa, eso le hizo girar el rostro, además de caerse al suelo por perder el equilibrio. Mientras que Issei, le bajo una línea de sangre por el borde de sus labios, además de un moretón en su mejilla. Eso no lo molesto y solo veía con pena a la castaña.

Esta solo jadeaba con fuerza en el suelo, ese golpe tenía una fracción de su odio hacia esos bastardos. Pero no era suficiente.

Quería eliminar a todos esos infelices, arrancarles las cabezas en un frenesí de violencia y venganza. Pero también sabía que Issei tenía razón a sus padres no les gustaría aquello. Había sido una gran pervertida en la secundaria (e incluso ahora) junto a Issei, pero era una buena chica en realidad, inteligente y aplicada. Tenía un buen futuro, uno que estaba disfrutando ahora gracias a sus esfuerzos. Podría botar todo eso por la borda si llegara a impartir justicia por su propia mano.

Eso sin duda decepcionaría a sus padres ¿valdría la pena?

—¿Ya estás mejor? —pregunto preocupado sin importarle el golpe en su mejilla, pues la línea de sangre se la había limpiado con un brazo. La verdad no le dolía tanto—Aika…—dijo tenso al verla reincorporarse sin decir nada.

—Solo vamos Hyoudo—respondió la castaña con una mirada muerta y afilada, caminaba hacia el grupo de oficiales. Donde estos estaban preparándose.

Issei solo suspiro, por lo que se reincorporo también para empezar a seguirla. Aunque luego paro en seco, pues sintió como su cuerpo fue atravesado por un fuerte escalofrió. Tanto así, que podría salir vapor gélido de su boca y no era por el frio exactamente. Era un sentimiento de miedo y un poco de nervios, algo muy familiar para el. Siendo que no es la primera vez que sentía lo mismo.

Cuanto volteo a ver, no había nada en el sitio, solo la oscuridad de la noche siendo iluminada por los postes de la calle y las patrullas policiales. Era algo demasiado raro en realidad, así que con una mirada dudosa siguió a su compañera sin voltear.

Pero tenía razón, ahí había alguien, oculta a plena vista encima de los techos de un edificio cercano. Observaba al castaño de forma fija y sin prestarle atención a los demás ni la tragedia que estaba sucediendo. Un quejido salió de su boca, pues dio un paso al frente y su brazo izquierdo empezó a arder. Así como sentir una descarga eléctrica rodeando dentro de su cuerpo, eso no le dejo más opción que retroceder la misma cantidad de pasos. Solo así fue que su dolor ceso.

A un lado de su cuello, había una marca que brillaba de azul. Eso fue lo que provocaba su dolor, por lo que suspiro cuando este se disipo. Pero chisto su lengua en molestia por no poder acercarse más al castaño.

—Bien, entraremos en cinco minutos. Así que prepa…¿Qué carajos te paso Hyoudo? —preguntaba el que parecía ser el líder del lugar, viendo curioso el hematoma en la mejilla de Issei. Pues no se entero de lo que paso—tienes un pronunciado golpe ahí—señalado su mejilla.

—Me lastime con la puerta de mi auto—respondía el castaño con una mentira para cubrir a su compañera, pero con la seriedad que lo menciono, parecía que decía la verdad. Aika no decía nada—no es nada importante, es un golpe leve. No me impedirá hacer mi trabajo.

—Bien, tampoco es importante. Solo era curiosidad—respondía el jefe, haciendo que a los castaños les bajara una gota de sudor por sus cabezas. Pues no le tomo importancia alguna—dentro de ese edificio se encuentran miembros de los dragones negros, esos malditos se han confiado. Por eso ahora pudimos acorralarlos—informaba y ponía un enorme mapa en la mesa y este era del edificio—una ayuda de la alcaldía, están abarrotados en las dos últimos pisos. Pero podremos tomarlos por sorpresa si entramos por aquí—señalando un sitio en el mapa.

—¿Por el techo? —preguntaba curioso el castaño—pero señor, seremos blanco fácil. Podrán vernos desde lejos.

—Es lo mejor que podemos hacer, puesto que podrán colarse por los sistemas de ventilación del lugar. Además otro grupo bajaran por los ascensores—respondía mientras señalaba los puntos mencionados—se que podrían ser descubiertos, pero eso ya lo tengo solucionado. Deberemos distraerlos—mencionaba sacando su arma.

—¿Un tiroteo? Eso suena demasiado extremo—mencionaba Aika dudosa, ya estaba mas calmada. No estaba muy seguro de su plan—podríamos poner en riesgo a civiles inocentes.

—No habrá ese tipo de riesgos, ya hemos hecho evacuar toda la cuadra alrededor. Así que no será un peligro para nadie—respondía el jefe determinado en su plan—de esa forma los helicópteros podrán dejar al grupo de asalto en el techo—respondía y empezaba a ponerse un chaleco antibalas—ahora prepárense.

Todos asintieron y empezaron a prepararse, Issei revisaba el estado de su arma, el ya tenía puesto un chaleco antibalas. Además de un micrófono miniatura en uno de sus oídos, todos tenían uno igual. En eso volteo a ver a su compañera, cosa que le preocupo al verla en un estado muy pensativo. Esta solo apuntaba concentrada cada vez que lo hacía.

En la mente de ella, imaginaba que apuntaba a las cabezas de esos bastardos (quienes mataron a sus padres) sonrientes y despreocupados por lo que hicieron. Apretaba los dientes en furia, pero trataba de controlarse. Puesto que ella era parte del equipo de asalto.

—Bien—el jefe se alzaba frente a todos bien preparado y armado—hagamos esto.

-[●]-

Cuando tienes un amor y sabes que es único, lo aprecias, proteges, incluso haces los más grandes sacrificios para mantenerlo. Todos lo hacían si es el amor verdadero.

Entonces ¿Por qué le dolía tanto?

Lloraba, estaba triste, decaída, furiosa, sentía que le arrancaban el alma y corazón. Había hecho cosas que nunca creyó hacer, cosas impensables que nunca pensó tener la valentía de siquiera considerar. Pero al final lo hizo, cometió aquellos actos y genero todos eventos que llevaron a esta situación actual, no solo ella. Todas quienes participaron en esto, estaban igual que ella, incluso algunas estaban peor. Pero ella debía ser fuerte, todas debían serlo. No tenían mas opción.

Solo esperaban que todos estos sacrificios, sufrimiento, dolor, lagrimas y agonía emocional, valieran la pena. Debía ser así al ser demasiado lo que estaban sufriendo.

—Rías—un hombre entraba a la habitación donde la mencionada estaba sentada—¿estas lista querida?

Observo quien había entrado, era un hombre maduro, de buena apariencia, porte y se notaba que tenía mucha clase. Su traje se veía de mucha clase y por supuesto, de muchos ceros en su precio. Un sujeto que podría ser su padre o incluso su abuelo, pues era demasiado mayor para ella. Pero no, aquello no era lo que parecía. Era algo mas complicado y difícil de creer.

Era su actual esposo.

Un hombre de apariencia buena y de personalidad muy noble, honorable y bien portado. Al menos eso era lo que parecía.

—Ya voy querido—respondía la pelirroja con una sonrisa delicada—solo estoy preparándome, esto es demasiado para mi. Quiero relajarme un poco.

—De acuerdo querida—en eso saco un reloj de bolsillo para ver la hora—pero no demores tanto, pues todos nos están esperando. Seria una descortesía hacerlos esperar.

—No te preocupes, iré pronto. Solo dame unos minutos—respondió la pelirroja volviendo a ver la luna artificial del inframundo—llevare a las chicas también.

El sujeto solo asintió y salió de la habitación, dejando nuevamente a la pelirroja sola. O eso pensaba, pues no estaba sola, porque ahí estaban el resto de su grupo, además de otras que no, se encontraban sentadas en un gran sofá. Pues aquella sala, era enorme en realidad, una habitación matrimonial donde normalmente, un rey deja de aposentos a sus concubinas. Y eso es lo que todas ellas era, aquel sujeto era el esposo de todas. Así que seria algo acertada esa comparación.

Estaban vestidas con finos y caros ropajes, brillantes y hermosas joyas. Indumentarias que incluso princesas de los más grandes clanes demoniacos, envidiarían y desearían tener para si mismas. Oportunidades como esa, no todas tenían y por eso las envidiaban, puesto que ¿Qué importaba que fuera un viejo? Se veía mas bueno y fresco que fruta recién cosechada. Además, los mejores vinos, siempre son los que se añejan por más tiempo. La Gremory y las demás tuvieron demasiada buena suerte.

Pero de ser así ¿Por qué no se notaba nada feliz?

Todas tenían la mirada baja, siendo cubiertas por las sombras del lugar. Sus ojos eran cubiertos por sus cabellos, de estos bajaban ligeras líneas de lagrimas. No parecían mujeres felices y satisfechas, todo lo contrario. Se veían devastadas, como si sus mundos hubieran sido destruidos. Casi fue así, pues no estaban con su verdadera felicidad. Tenían fama mas allá de lo alguna vez soñado, fortuna que los magnates humanos desearían, bienes más allá del horizonte que entraban en los ojos de cualquier ser. Todo eso podría hacer feliz a seres de cualquier mundo, pero eso no les importaba en absoluto a ellas. No eran felices.

Rias suspiro, ella también estaba muy afectada por todo esto, pero no tenía muchas opciones, aun cuando no le gustara. Debía seguir con esto hasta el final.

—¿Qué estarás haciendo ahora?—se preguntaba melancólica mientras suspiraba.

Saco de un cajón cercano, una especie de sello un poco viejo. Con cuidado lo dejo en la mesa, momentos después, esta comenzó a brillar. Eso llamo la atención de las demás mujeres ahí, el brillo de sus ojos volvió ligeramente. Algunas se pararon y comenzaron a caminar hacia ahí, luego las demás siguieron. Rías no hizo nada, pues sabía que esta era la única forma de elevarles el animo. Por lo que las dejaría ser feliz de esta forma efímera aunque sea.

Cuando el brillo ceso, se pudo ver una pantalla. Y de ahí, se pudo ver a alguien que les devolvió por completo el brillo de sus ojos. E incluso volvieron a sonreír de forma real y cariñosa.

—Ise-kun…—menciono una hermosa ex sacerdotisa del trueno.

-[●]-

Y eso es todo….

Este es el REBOOT de esta historia, no se si les vaya a gustar, de eso dependerá si la sigo o no. Ahora se me ha ocurrido esta versión.

Solo les diré esto:

"No todo es lo que parece"

"No saquen conclusiones apresuradas"

Con eso espero darme a entender, puesto que una historia nunca es lo que parece y siempre podría sacar una sorpresa que los impacte. Espero que puedan entender mis motivos, puesto que intento crear un estilo de escritura y lectura algo complicado. Me gusta esto de jugar con la mente de los lectores.

Ahora el anuncio.

DARE EN ADOPCIÓN LA MAYORIA DE MIS HISTORIAS, las cuales les perdí fe, bloquee o que ya no se como seguir, pueden elegir las historias que deseen, pero no todas. La cuales VOY A SEGUIR son:

Tamashī no gisei [Sacrificios del alma(Reboot de Ascenso de los dragones) [Sacrificios del alma(Reboot de Ascenso de los dragones)

Yuuki Rito agente de S.H.I.E.L.D.

Un cambio de vida.

Sekiryuutei Xenoverse.

El amanecer del Sekiriuutei.

Saiyajin Legacy.

Kof: World of Dead.

Sekiryuutei destrucción.

Mas allá de titanes y humanos.

R.E: Operación dragón.

Esas son las historias que NO ESTAN EN ADOPCIÓN, pueden escoger cualquiera, menos las mencionadas con anterioridad. Todos los demás pueden ser adoptados sin problema. Solo quiero quedarme con 10 historias nada más.

Avísenme por medio de PM para confirmar las adopciones.