Los personajes no me pertenecen, son de Rumiko Takashasi,


1ª. Unos días pésimos.


Había sido un día para olvidar. Nada más levantarse, Nabiki lo intentó chantajear con una foto donde Shampoo lo abrazaba, se salvó por poco… Akane reconoció el momento en que se hizo la foto y el chico también, ese día le había costado una pelea con su prometida. Y ahora la pelea se repitió.

Estaba harto, que le riñesen sin culpa, que su prometida le pegase primero y preguntarse después, que lo persiguiesen tres locas en busca de cita y tres imbéciles para mandarlo al otro barrio.

Antes de acabar el desayuno se levantó y se fue en dirección al Furinkan. Tenía que aclarar todo, no podía seguir por el mismo camino.

-Hoy el señor Ranma tiene prisa se va sin esperar. -dijo Akane indignada, cuando lo alcanzó.

El chico la miró y no le contestó.

- ¿Te has quedado mudo? - dijo ella irritada.

Pero el chico siguió andando, aparentemente sin prestar atención.

- ¿Qué te pasa hoy? Estás muy extraño- preguntó ella enfadada.

-Estoy cansado… estoy muy, muy cansado.

-Pues bien, que has dormido hoy…-dijo ella irónica.

-No me has entendido -aclaró él- estoy cansado que me pegues sin motivo cada vez que una de esas… locas se me lanza encima. Estoy cansado de que malinterpretes las cosas, y sufra yo las consecuencias. Estoy cansado que tres brujas me persigan y me abracen sin yo quererlo. Estoy cansado de que tres idiotas me quieran liquidar para tenerte a ti o a Shampoo. Estoy cansado que uno de esos idiotas no le venza a una de las brujas y se larguen a su aldea con viento fresco y me dejen en paz. Estoy cansado de que tu padre y el mío quieran manejar tu vida y la mía como quieran. Ya estoy harto de no tener control sobre mi vida. Y cualquier idiota me quiera manejar como él o ella quiera. ¡Necesito tener un poco de control sobre mi vida!

Ella lo miró extrañada. El chico había empezado a hablar muy bajo… y conforme fue hablando fue subiendo el tono hasta gritar.

-Pues yo también estoy cansada… ¡de que tú me insultes!, ¡cansada de tus estúpidos celos!, que me persigan tus tres brujas para liquidarme para quedarse contigo, estoy cansada de que me persiga un loco diciéndome que se casará conmigo y con cierta chica pelirroja, cansada de que me metas en tu pelea…

-Tú también me metes en las tuyas-contestó el chico furioso.

-Tú me metes en más…. Y no había acabado, cansada de que mi padre busque cualquier excusa para casarnos, cansada de…

-Airen se pelea con Akane para quedarse conmigo- dijo una voz.

-No trates así a Akane-dijo Ryoga.

Los dos prometidos miraron a su alrededor, habían aparecido los seis rivales. Los dos chicos cerraron los ojos y soltaron un bufido de cansancio y de furia, negaron con la cabeza y al abrir los ojos estaban mucho más furiosos que antes.

- ¿No os han dicho que es de mala educación meterse en las peleas de otras personas? -dijo Ranma-Estábamos disfrutando de una amena discusión ¿porque no os largáis con viento fresco? Y nos dejáis descurtir en paz a Akane y a mí.

- ¿Por qué siempre os estáis metiendo por medio? Estamos cansados de que os metáis en todo, que nos presionéis para que rompamos, que nos ataquéis continuamente, cansados que no nos dejéis ni pelearnos en paz, que metáis vuestros hocicos donde no os llaman. Hemos llegado al límite. Hoy os enseñaremos a dejarnos en paz.

- Esta vez no tendremos piedad- dijo Ranma.

-Akane esta rabiosa… Airen no querer.

-Cierto, no quiero a Akane-Akane se quedó helada y miró al chico desconcertada. Los otros chicos se alegraron, se hicieron ilusiones, que se rompieron cuando Ranma sonrió con maldad- no la quiero poco…. Pero la quiero mucho, mucho, mucho más que a vosotras juntas. Por ella daría la vida, por vosotros como mucho un pelo, incluso menos.

Los dos prometidos estaban muy furiosos, se sentían muy presionados y perseguidos, y los seis que tenían delante tenían mucha de la culpa de la frustración y malestar que sentían ahora los dos jóvenes. Y ellos descargarían esa frustración sobre los seis irritantes jóvenes que tenían delante.

-Akane Tendo, yo Tatewaki Kuno, te libraré de…

Kuno salió volando. Ranma le pegó un puñetazo en la cara y Akane una patada en el estómago. La fuerza resultante, no fue la suma de ambas fuerzas, tampoco se multiplicó. Subió exponencialmente, Kuno viajó muy lejos, cuando aterrizó tuvo que hablar con la embajada japonesa en ese país, para poder volver a su país.

-Yo liberaré a mi Ranma- empezó Kodachi. Pero Akane se abalanzó sobre ella. La gimnasta le lanzó la cinta… y Akane la atrapó con una mano, y lanzó a Kodachi hacía arriba y lejos… la chica cayó en el rio. Y se torció la pierna.

-Ranma no trates así a Akane- dijo Ryoga. - ¿Cómo puedes engañarla con tres chicas más?

- ¡Ya me has cansado! -gritó furioso Ranma- Sales con Akari, cada vez que puedes intentas quitarme a Akane… incluso has estado con Ukyo. Pienso contarle tu maldición a Akane, cerdito, te aprovechas de ella… y la utilizas para atacarme a mí. Eres un completo pervertido.

Ukyo se giró asustada.

- ¡No es verdad! - dijo la chica, pero Ranma sacó un sobre de un bolsillo, y de él sacó unas fotos en la que estaba Ukyo con Ryoga mirándose de una forma muy cariñosa. Y en otra estaban besándose. -Shampoo utilizó con ella y conmigo un afrodisiaco…- miró al resto con timidez y vergüenza- Ryoga cayó en nuestras redes y usamos el afrodisiaco también con él… no tuvo reparo en aprovechar la situación.

Ranma y Akane la miraron asombrados. El chico sacó más fotos y se las enseñó a Shampoo, aparecía ella con el chico de la cinta.

-Yo no controlar bien la dosis… querer utilizar con chica violenta-dijo Shampoo. Y se giró enfadada contra la chica de la espátula- tú prometer no decir a nadie, y chico imbécil también.

-Soy un joven con las hormonas revolucionadas. Os presentasteis las dos muy insinuadoras… no pude controlarme. Y vosotras tampoco pudis...

- ¡Ryoga! Te mataré- dijo un furioso Mousse- ¿Qué le hicisteis a Shampoo?

-Eres joven. ¡Ten imaginación! - dijo Ranma y le dio unas fotos… clasificadas para mayores.

- ¡Te mataré Ryoga… ¡y cuando acabe… iré a por ti Ranma.

Y los dos chicos empezaron a pelear.

Ranma se giró, las otras dos chicas se peleaban entre ellas, ignorando a Akane.

- ¿De dónde has sacado esas fotos? -dijo Akane curiosa.

-Nabiki, se le cayeron al suelo. Creo que le he estropeado un buen negocio. - y le enseñó más fotos, en ellas se veía a ellos dos. En algunas estaban solo él en otras ella, Ranma aparecía tanto de chico como de chica. Pero las que estaban juntos eran muy comprometedoras, se lo veía abrazados, cogidos de la mano. - estas fotos deben desaparecer- dijo el chico, cogió todas que aparecía él o su prometida o los dos, las rompió, metió los trozos en el sobre y las quemó.

- ¡Ranma te mataré! -dijo Ryoga- me has humillado delante de Akane.

-No has necesitado a nadie para humillarte- contestó Ranma- Esta vez te has bastado tu solo.

-Realmente ese afrodisiaco solo tener efecto con persona que desear, aunque solo un poco sea… sacar los deseos ocultos de quien tomar. - decía Shampoo.

- ¿Estás diciendo que unos de los deseos ocultos de Ryoga era tener relaciones contigo y conmigo? - preguntó Ukyo. - ¿y que los míos y los tuyos eran estar con él?

Todos miraron a Ryoga, que se puso blanco.

- ¡No es verdad!, ¡Akane debes creerme, es mentira…!

-Pues bien, que decías que nos quería y que éramos más guapas que Akane, mejores cocineras y más femeninas. Aunque también dijiste que lo querías hacer con ella- Ryoga se giró hacía Akane, la chica estaba furiosa, desprendía un aura negra. El chico-cerdo se empezó a asustar-y con la versión femenina de Ranma también querías hacerlo, dijiste que era mucho más guapa que Akane… y nosotras.

Ryoga se giró hacía Ranma que también estaba furioso, su aura también era negra.

- ¡Te voy a matar Ryoga!, nos sólo te lías con Shampoo y Ukyo, sino lo quieres hacer con Akane y conmigo transformado en chica... eres un pervertido. Encima insultas a mi prometida.

- ¡Te odio! - dijo una furiosa Akane- ¡me has insultado!, no esperaba esto de ti.

Akane fue atracar… pero Ranma se adelantó, la chica de pelo corto nunca supo de dónde sacó el cubo que el chico de la trenza tenía cogido. Ranma mojó a Ryoga y este se convirtió en cerdito. El chico lanzó al animal al aire y cuando caía le dio con el cubo. Y el cerdito salió volando hasta perderse en la lejanía.

Akane miró la escena asombrada. Se empezó a enfurecer con Ryoga y con su prometido… él lo sabia y no le dijo nada… pero antes de hablar con él debían deshacerse de tres personas más.

Mousse fue el siguiente en desaparecer, Ranma utilizó la misma técnica que con Ryoga.

Mientras muy lejos. Kuno iba en dirección a la embajada japonesa. Hacía mucho calor.

Se secaba el sudor con un pañuelo… cuando recibió el impacto de un cuerpo que cayó del cielo y que empezó a gruñir.

- ¡Maldito cerdo! Has atacado al gran Tatewaki Kuno… yo te castigaré con mi… un segundo objeto impacto en él, era un pato. - Primero un cerdo y ahora un pato… ya tengo cena para esta noche.

Y los tres se empezaron a pelear.

Ranma estaba asustado, Akane estaba muy enfadada, iba a tener problemas… y graves.

La chica se acercó furiosa a su prometido.

- ¡TÚ!... ¡Tú lo sabias! - dijo ella enfadada.

- ¡Te lo intente decir miles de veces! ¿Me hiciste caso?... ¡NO! ¡La señora Akane Tendo jamás me hace caso! Cada vez que intenté que no se metiese en tu habitación, me trataste de pervertido y me golpeabas.

- ¡Me has traicionado! No quiero saber nada más de ti. - dijo Akane llorando. Nadie supo de dónde sacó el cubo con agua, mojó al chico y salió corriendo hacía el Furinkan.

-Akane. Yo…- dijo Ranma a forma de disculpa, pero su prometida no le escuchó.

-Ahora que no está Akane por medio me tienes a mi- dijo Ukyo.

-Airen no coger a chica de la espátula, coger a mí. -dijo Shampoo.

Oyeron un ruido y vieron a Ranma acercarse a ellas, se crujía las manos, las miraba con odio y rabia.

-Jamás he estado tan furioso… me habéis utilizado cuando y como habéis querido. Os pensáis que soy de vuestra propiedad. ¡No soy ni un objeto, ni un premio! ¡No soy ni seré vuestro! Hoy os enseñaré educación. No volveréis a jugar conmigo. Nunca habéis tenido en cuenta mis sentimientos. Yo elegiré con quien salir o quien será mi prometida. No me forzareis a quereos, ni ahora no nunca. Si lo intentáis saldréis muy mal paradas.

Las dos chicas se asustaron, no lograrían calmarlo, hoy no. El chico ya estaba cansado que lo agobiasen, que lo quisieran comprometer contra su voluntad, desde hoy cogería las riendas de su vida… no dejaría que volviesen a imponerle nada, él elegiría de ahora en adelante su destino, él y nadie más que él. No sentía odio ni rabia… sentía lo siguiente a eso. Ranma chica se acercaba a las dos jóvenes con cara perversa… un minuto después una chica pelirroja corría en dirección al Furinkan.

En el rio dos chicas y una gata se pelaban entre ellas.

-Kodachi utiliza tu cinta para que sacarnos de aquí-dijo Ukyo.

-Se me ha escapado al caer- dijo la aludida. - esta maldita gata me está arañando, ¡la voy a matar y cocinarla! -Shampoo transformada en gata estaba arañado a sus rivales.

-Si no cooperamos no podemos salir- dijo Ukyo.

-No cooperaré contigo nunca, eres de clase baja.

Y siguieron peleándose en el rio durante horas.

Ranma llegó al colegio por los pelos, la puerta se cerró justo detrás de él. Subió a clase furioso.

Akane nunca supo donde se había vuelto chico, mantuvo furiosa la mirada del chico y al sentarse él, los dos desviaron la vista.

Durante las clases los compañeros de los chicos sintieron el malestar entre los dos chicos, sentían en todo el cuerpo la proximidad de la tormenta que se avecinaba y estallaría dentro del aula, hubo momentos que parecía que se produciría el chispazo, pero por alguna razón no se produjo.

Akane no quería olvidar la humillación recibida por parte de P-chan y que su prometido lo supiera y no dijese nada. Y él no olvidaba todos los golpes recibidos cuando intentaba protegerla de P-chan.

A la tercera hora llegó Ukyo, iba herida y ensangrentada. Miró a Akane con rabia y a Ranma con cariño. Recibió de ambos una mirada fría y furiosa. Tuvo miedo sabía si desafía a Akane recibiría una lección de esta. Y en ese caso Ranma también se enfadaría. Y si se acercaba a Ranma… este no la recibiría con buenos términos. El chico había cambiado en horas, ya no era el mismo que el día anterior. No quería saber nada de los compromisos adquiridos. Al menos el suyo y el de Shampoo.

A la hora de la comida Ranma desapareció. Su prometida lo trató de cobarde, hasta que aparecieron las tres prometidas postizas. Akane se dio cuenta que las quería esquivar, que él no estaba de humor para aguantar las tonterías de las tres chicas. Pero no por eso perdonaría al chico.

Ukyo se unió a la persecución de Ranma, sabía que el chico estaba furioso…pero no lo dejaría en manos de sus rivales, ahora que los dos prometidos estaban enfadados, tenía vía libre para quedarse con el chico.

Desde su escondite, el chico veía como las chicas lo buscaban, no lo encontrarían. Notó el enfado de su prometida. Miró hacía donde estaba ella y se puso rígido, ella sabía dónde se escondía.

Se arrepentía de haber desvelado el secreto de Ryoga… pero a la vez se sentía liberado, estaba cansado de que el pervertido de Ryoga se colase en la habitación de Akane y se aprovecharse de ella. Pero también se arrepentía de no haber actuado antes. Ryoga había utilizado a Akane para atacarlo a él. Ahora estaba peleado con Akane, pero sabía que haría las paces con la chica, dejaría pasar el tiempo necesario para rebajar la tensión.

Akane estaba comiendo con sus amigas, de repente se sintió observada, miró hacía un punto… era allí donde se escondía la rata cobarde de su prometido. Estuvo tentada buscar a sus rivales y decirles donde se ocultaba Ranma. Pero se dio cuenta que no podía fiarse de esas tres, podían atacarla, y no quería que Ranma fuese a salvarla.

Volvieron a clase y los dos chicos se miraron con rabia, no se perdonaban. Sus compañeros y profesores se sentían incomodos y asustados, pronto estallaría la guerra entre los dos y ellos serían víctimas colaterales.

Una semana después, los dos chicos seguían enfadados. Ni se hablaban, ni se peleaban… pero la tensión entre ellos aún existía. Los dos culpaban al otro, aunque sabían que ellos también tenían mucha de la culpa. Pero el enorme orgullo de ambos les impedía pedirse perdón.

- ¡Que terco que es! - pensaba la chica- si me pide perdón lo perdonaré, sé que él no tiene toda la culpa. Pero yo no pienso pedirle perdón, no soy yo la culpable... de todo.

Él pensaba exactamente lo mismo que ella, pero ninguno quería ser el primero en dirigirse al otro, ni pedir perdón… lo tenía que hacer el otro.

Pocos días después iban en dirección al dojo, habían acabado las clases, Akane iba delante y su prometido iba un poco detrás y ligeramente a la izquierda de ella. no se hablaban, pero se miraban por el rabillo del ojo. Cada uno metido en sus pensamientos, que no se diferenciaban mucho. Estaban cansados de esa absurda pelea. Los dos pensaban en pedir perdón, y si el otro lo pedía no insultarlo ni se ponerse insolente, ya no aguantaban no hablarse, se necesitaban el uno al otro. Los dos pensaban pedir al otro que entrenasen juntos y así hacer las paces. Iban completamente distraídos.

Al principio no se dieron cuenta que un coche iba por la misma calle que ellos. De repente el coche aceleró, Akane se giró y vio como el coche se dirigía directamente hacía ella, la chica se quedó petrificada, al ir sumida en sus pensamientos no pudo reaccionar. Cuando el coche estaba encima de ella, alguien la cogió en brazos y saltó al tejado. No tuvo que mirar para saber quién era. El coche siguió su ruta y en una esquina giró.

Ya a salvó, la chica recordó que seguía enfadada con su salvador.

-Ranma, ya me puedes bajar, o ¿Me quiere abrazar? -dijo la chica enfadada- eres un pervertido y un…- la chica se calló, notó que su prometido temblaba. Lo conocía lo bastante para saber que provocaba ese temblor, sabía que él chico temblaba de rabia. Le dio miedo mirarle la cara, y cuando lo hizo se asustó.

El chico miraba furioso la calle, ella se giró y vio lo que lo puso furioso, el coche debió pasar por una zona de barro porque dejó en toda la calle la marca de los neumáticos, estos iban por el lado izquierdo de la calle, al llegar a cierto punto se fue al lado derecho de la calle, su intención era clara… atropellar a Akane. No había sido un error, fue totalmente intencionado.

La chica se agarró al cuello de su prometido asustada, alguien intentó matarla, empezó a temblar y llorar. Solo consiguió que Ranma se enfureciese más.

-Calma Akane, estas bien. No permitiré que nadie te haga daño. Iremos a casa y después iremos a poner una denuncia a la policía.

- ¿No te has dado cuenta que no hay pruebas? -dijo la chica exaltada. La chica seguía muy asustada, la habían intentado atropellar intencionadamente - ¡ha huido sin dejar nada!

-Te equivocas, ha dejado muchas pruebas. - dijo el chico, dejó a su amiga en el tejado. - primero la marca de los neumáticos, era un coche extranjero y no debe haber muchos en Tokyo de esa marca, usa ruedas especiales, difíciles de encontrar en este país. Al huir le ha dado un golpe a este poste del tendido eléctrico- dijo el chico señalando el objeto -lo ha roto, se apoya en la pared. Debe haber dejado marcas de la pintura del coche en el poste. Y se le ha roto el retrovisor- señaló el objeto en el suelo- pasa igual que con las ruedas, es un modelo extranjero y será difícil encontrar un recambio. Deberá reparar el coche, debe estar abollado. Será relativamente fácil encontrarlo.

Akane estaba asombrada, cuando quería Ranma usaba el celebro y era muy perspicaz. A parte, ella era la única que sabía que al chico le apasionaban tanto las historias de detectives, como los coches. Si el padre del chico supiera eso lo castigaría, para Genma Saotome su hijo sólo debía tener una diversión, las artes marciales. Era uno de los secretos de los chicos.

Ranma la volvió a coger en brazos y bajaron a la calle de un salto. El chico la dejó con suavidad en el suelo. Como siempre, que la cogía en brazos, no le gustó dejarla. Pocas eran las veces que la tenía tan cerca. Le gustaba sentir a su prometida cerca. Para él era la excusa perfecta para abrazarla, o al menos era lo más cercano a abrazarla.

Estaban hablando, cuando al lado suyo paró un coche de la policía y bajaron de él dos mujeres policías, eran conocidas de los dos prometidos.

- ¡Hola!, ¡buenas tardes! ¡Señor Saotome, señorita Tendo!

- ¡Buenas tarde! - contestaron los dos chicos.

- ¿Qué les trae por Nerima? No es el barrio de Tokyo que suelen patrullar. - dijo Ranma.

-Lamentamos molestarles… pero estamos en una investigación. Estamos siguiendo a un coche de fabricación extranjera, es un deportivo negro, parece ser de fabricación europea. Con el volante a la izquierda. Va circulando a gran velocidad. - dijo una de ellas.

-Diversos peatones han tenido que huir, los han intentado atropellar, por suerte no ha habido ninguna desgracia. -comentó la otra- le hemos seguido el rastro hasta aquí… pero se nos ha escapado. Si ven un coche sospechoso pónganse en contacto con nosotros.

-Lo hemos visto y ha intentado atropellar a Akane, no ha sido por error, iba por ella, la tenido que salvar. Le ha dado un golpe a ese poste y se le ha roto el retrovisor derecho- dijo Ranma y señaló el objeto en el suelo.

Las dos policías recogieron las pruebas y marcas de pintura y agradecieron a los dos chicos su ayuda.

-Si vuelven a ver el vehículo infórmenos. Y señor Saotome, vigile a su amiga. Creo que van a por ella. - y le entregó una tarjeta con su número.

Ranma miró a la policía, no necesitaba ese consejo para cuidar de ella, lo llevaba haciendo desde que la conoció. El coche de la policía se fue y los dos chicos siguieron su camino. Su enfado ya no existía, pero seguían furiosos… contra quien había atentado contra ella.

Ranma caminaba preocupado. No sabía quién podía haber querido atropellar a su amiga. No eran ninguna de sus rivales, no era el estilo de ninguna, jugaban sucio… pero siempre daban la cara. Si lograba averiguar quién era… ese idiota iba a tener un mal día… muy, muy mal día.

La chica iba cerca de su prometido, notaba el mal humor del chico. Estaba muy asustada, la habían intentado matar. Si Ranma pillaba al imbécil que lo intentó, lo mataría y ella… le ayudaría a matarlo.

De golpe Akane no aguantó más, cayó de rodilla al suelo y se puso a llorar. Estaba muy asustada, tenía un mal presentimiento, se sentía espantada. El chico se giró y se acercó a ella, se arrodilló a su lado. Se quedaron mirando, él chico le acarició la cara. Le limpió las lágrimas.

-No llores Akane, nadie te dañará, yo estaré a tu lado para que defenderte. Lo he estado desde que nos conocimos y los estaré siempre. Hemos tenido rivales fuertes, y no he dejado que nadie te dañase sin vengarme. - le habló con cariño y con una voz que logró tranquilizarla… un poco.

Ella lo miró y lo abrazó y siguió llorando desconsolada, Ranma se quedó estático, pero cogió valor al ver a su amiga tan hundida, le acarició la cabeza para animarla. No era momento de burlase de ella, y tampoco estaba de humor para hacerlo.

-Vamos a casa- dijo él sonriéndole- límpiate las lágrimas, que preocuparas a Kasumi y a mi madre. - Ranma se levantó y le tendió la mano, ella lo miró y la cogió y se levantó.

Ranma la llevó a un parque cercano, donde la chica se limpió la cara en una fuente. Volvieron a casa cogidos por la mano. A la chica ya se le había pasado parte del susto, ella se sentía protegida, como siempre que estaba al lado de su prometido. Ya habían dejado atrás la pelea que tuvieron.

En ese momento no sabían que sus vidas se iban a complicar mucho.

Estaban llegando al dojo, cuando vieron aparcado a la puerta un coche. La chica se asustó al verlo. Se parecía mucho al que intentó atropellarla. El chico notó la tensión en su prometida.

- ¡Calma! Será otro coche. No debe ser el mismo. - dijo el chico intentando calmarla, aunque sentía que él mismo que se iba enfureciendo.

-Tú has dicho que era un coche extranjero, que es muy raro de ver por aquí. Ese coche es él que…

Se fueron acercando a la puerta del dojo. Y al llegar giraron en torno al coche.

-Si Akane, tienes razón. Es el maldito coche. Esta abollado y le falta el retrovisor.

-Ahora lo destrozaré- dijo Akane con rabia. Y se lanzó sobre el coche para reducirlo a chatarra, pero Ranma la cogió por la cintura para evitar que lo golpease. Le costaba retenerla, la chica estaba furiosa y tenía mucha fuerza. - ¡Déjame destrozarlo! Reducirlo a chatarra. Y cuando salga el conductor mandarlo al cementerio.

-No puedes hacerlo, sé que tienes muchas ganas de retozarlo… yo también las tengo… pero este maldito coche es una prueba. Debemos dejarlo entero para que la policía investigue en él, después de eso… -y con los ojos llenos de maldad y una sonrisa no menos perversa-te ayudaré a reducirlo a… chatarra. Ahorra avisaremos a la policía.

La chica asintió, pero le pegó una patada a una de las ruedas del coche reventándola.

Cuando fueron a entrar al dojo, los dos jóvenes tuvieron un escalofrío y se miraron… algo había roto la "normalidad" del dojo Tendo. Tuvieron un presentimiento muy malo, algo no agradable les iba a pasar.

-No me gusta Akane, noto que hay algo malo en el dojo, no te separes de mí. Tengo una sensación muy desagradable.

-Yo también la noto. Es una sensación que no tenía desde hace muchos años. Es algo conocido…y muy desagradable. ¡Ranma!, no me dejes sola, por favor, o me pasará algo malo- suplicó la chica con lágrimas en los ojos y muy asustada.

-No lo haré, nunca te dejaré en la estacada. No tengas miedo, yo siempre estaré para ayudarte.

Los dos chicos entraron al dojo, los dominaba una inquietud que iba en aumento, sentían la presencia de un enemigo formidable, alguien a quien le costaría vencer, porque no lo atacaría de frente, si no utilizando pequeños ataques, pero muy dañinos, cuando estuviesen distraídos.

-Vez y llama a la policía- dijo el chico. Y su prometida asintió.

La chica fue al teléfono y lo descolgó. Cuando se lo llevó a la oreja se sorprendió, el aparato no daba señal. Lo examinó.

- ¡Ranma! -llamó la chica a su prometido. Le enseñó el teléfono… el cable estaba cortado.

El chico se acercó y lo miró.

-No se ha roto… lo han cortado. Hay alguien que no quiere que llamemos a nadie. Nos quiere incomunicados. Pero Nabiki siempre tiene uno de reserva. A veces lo hemos roto en nuestras peleas- lo buscaron en un almario, pero no lo encontraron- que raro Nabiki siempre lo guarda aquí.

Ranma vio el miedo en los ojos de la chica. Y se acercó a ella, era su prometida poco femenina y marimacho… pero era su amiga, y estaba muy asustada. Ahora no era momento de reírse de ella, tenía que ayudarla y apoyarla.

-No te preocupes, no te pasará nada, estoy aquí para protegerte, pobre del que te toque un solo pelo-dijo el chico intentándola animar- parece que hay alguien en el dojo- y se dirigieron a él.

-No deberías haber hecho eso...- decía Kasumi exaltada- hace tiempo que no la ves.

-Solo fue una broma...- respondió una voz masculina.

-No sabes lo que has hecho… esto lo vas a pagar muy, muy caro- dijo Nabiki. - va haber alguien que no le va gustar. No te deberías haber metido…

En ese momento entraron los dos prometidos y vieron a toda la familia y a un chico de la edad de Kasumi.

- ¡Hola! Mira Akane… quien nos ha visitado… nuestro primo. -Nabiki aparentando alegría y con una risa falsa, pero tenía miedo, allí iba a pasar algo terrible.

Kasumi no estaba de acuerdo con la visita, las últimas veces que los había visitado, Akane había salido muy mal parada. Ahora era distinto, tenía mucho miedo de la reacción de Ranma, este no toleraría que su prometida sufriese ningún daño. Se dio cuenta que el chico estaba furioso, y sospechaba cual era el motivo.

Akane miró a su primo y…

-Yu… Yu… Yuta- dijo al fin. La mirada de Akane iba del miedo a la furia. Odiaba a su primo, eso fue claro para Ranma. A la chica no le caía bien ese chico. Ella recordaba sus visitas, le habían hecho la vida imposible. Se olvidó que tenía a Ranma al lado.

-Mira, a quien tenemos a aquí… si es la pequeña Akane, ¡cómo has cambiado! Sigues siendo la candidata para ser mi prometida, aunque tus hermanas también lo son. - dijo el chico. Las tres hermanas Tendo bufaron designadas. No querían a ese tipo como prometido- has crecido un poco… no mucho… sigues siendo muy plana de pecho- Akane se estaba enfadando- Estas más gordita, aunque no debes tener mucho culo- el chico se movía de un lado para otro parloteando como un político en un discurso. No veía el peligro en que se metía.

Ranma nada más entrar vio al chico, le calló mal al instante, como a su prometida. Le recordaba en algo a Kuno. El desconocido se estaba buscando una paliza y él estaría gustoso en propínasela.

- ¿Qué haces aquí? - dijo Akane- no quiero que te acerques a mí… si lo haces te mato.

-Akane Tendo siempre tan enfadada. Pues antes me he acercado a ti y te has quedado paralizada, debías esperar que te cogiese en brazos. Lo debes estar deseando-Akane miró a su primo sorprendida. ¿Cuándo se había acercado? Pero también se enfadó.

-No te dejaría que te me acerques y menos cogerme. - dijo ella furiosa- ¿Cuándo te me has acercado? No te he visto.

-Ibas distraída, yo iba en el coche que esta aparcado fuera. Un poco más y te pillo- dijo el chico y se rió, lo veía como una broma, las hermanas Tendo se giraron, no querían ver lo que pasaría a continuación, el chico iba a tener problemas y muy grandes.- Suerte que te ha salvado un chico, que si no…- y entonces reparó en Ranma- ¡has sido tú el que salvó a mi prima!, te doy las gracias… y te las vuelvo a dar por traer la a casa, has sido una buena persona… pero en tu casa ya te deben estar esperando.- se metió la mano en el bolsillo y sacó una billetera y le dio un billete de cinco mil Yens a Ranma, este miró al billete, y torció la cara en un gesto de disgusto, su rabia era enorme.

Ranma se sintió humillado, ese imbécil lo trató como a un sirviente. No lo perdonaría que lo tratase como a un idiota.

-Akane si quieres podemos salir a tomar algo- empezó a decir Yuta. Pero sintió que alguien le tocaba con dos dedos. Se giró y vio a Ranma, al no conocerlo no supo captar la furia que dominaba al chico. - ¿aún no te has ido? No tienes mucha educación, esto es una propiedad privada. Si no te vas enseguida….

No pudo seguir, Ranma lo cogió por el gaznate con la mano izquierda, el chico abrió la boca, lo que aprovechó el chico de la trenza para meterle el billete en la boca y hacérselo tragar.

- ¿Estás diciendo que inténtate atropellar a Akane intencionadamente? - preguntó el chico de la trenza furioso.

-Fue una broma, veo que no tienes sentido del humor- dijo el primo de Akane, asustado.

-Tengo mucho, -ironizó Ranma- pero cuando alguien intenta hacerle daño a Akane desaparece por completo. Reza porque te voy a matar- dijo Ranma con una voz muy sádica.

-Veo que tratas a mi prima de forma poco respetuosa, para ser alguien que la acaba de conocer la trata con demasiada familiaridad. - dijo Yuta-debes llamarla Akane- chan.

- ¡Cállate! - le ordenó Akane, la chica estaba furiosa, su primo lo iba a pasar mal, muy mal-Conozco a Ranma desde hace más de dos años. Somos… algo así como amigos.

-Ya lo veo, tú tampoco eres muy respetuosa con él. ¿Dónde te has dejado el Ranma-kun?

-Tal vez no lo utilizamos porque somos muy buenos amigos- dijo Ranma.

-O… Tal vez porque somos… prometidos- dijo Akane- ¡Ranma es mi prometido y vive aquí en el dojo con su familia! Y entre nosotros dos no usamos ni el chan o el kun desde hace tiempo, tanto para él como para mi ese formulismo es innecesario.

Yuta miró a los dos chicos espantado. No podía ser, su Akane no podía estar prometida con… con… ese imbécil. Y encima que entre los dos hubiera tanta confianza.

-No puede ser, mi Akane no puede estar prometida y menos con un…- dijo Yuta.

- ¿Insinúas algo? Aun no has recibido tu castigo por intentar atropellar a mi prometida- dijo Ranma de forma siniestra, crujiéndose los dedos.

-No lo vas a pasar nada bien. No tenías que desafíanos, somos las dos personas con más mal genio de Nerima. -Akane estaba no menos enfadada que su prometido.

Los dos chicos se abalanzaron sobre Yuta que recibió una merecida paliza.

-Creo que no volverá a repetir esto- dijo un creído Ranma.

-Ahora buscaremos el teléfono de repuesto y llamaremos a la policía. Él lo habrá hecho desaparecer…-le contestó su prometida. Y poniendo un tono siniestro- podemos convérsele que nos diga donde lo escondido.

Yuta miró a los dos jóvenes, las intenciones de los dos prometidos eran claras. Lo volverían a torturar… pero él no sabía nada.

-No sé dónde está el teléfono…- dijo el chico- no he sido yo…

-Entonces ¿Quién ha sido? - preguntó furiosa Akane.

Un objeto golpeó el suelo y rebrotó, una… dos… tres veces. Todos se giraron y vieron un teléfono destrozado.

-He sido yo- dijo una voz.

Se giraron hacía la puerta y vieron a una chica. A Ranma al principio pensó que era Kasumi, se parecían y debían tener la misma edad.… pero después se dio cuenta que no había tanto parecido. Kasumi era dulce y amable… y esta chica era… desagradable, le cayó mal. Sintió, ¿odio?, ¿rabia?, hacía esa chica. No lo entendía no la conocía y sintió que le irritaba, se sintió dominado por una rabia inmensa, si esa chica intentaba algo en su contra o de su prometida… la mataría… sin dudarlo.

-Ma… Mana- dijo Akane.

Akane retrocedía asustada. Ranma miró a su prometida espantado. Esa chica asustada no era su prometida, no era la Akane que conocía. Akane siguió retrocediendo hasta que chocó con algo se giró espantada y vio que había topado con Ranma, lo miró espantada y pidiéndole con los ojos ayuda y protección. Ranma la cogió por los brazos muy cerca de los hombros.

-No te preocupes yo estoy aquí…- dijo el chico con suavidad- como siempre he estado… como siempre estaré.

La recién llegada miró a Yuta.

-Mi hermano siempre tan débil, cuando Akane está cerca no te controlas. Me avergüenzas hermano. - dijo la chica.

Se acercó más a Akane y esta se soltó del agarre de su prometido y siguió retrocediendo, la chica estaba aterrada, Akane cayó al suelo y siguió retrocediendo. Su prima se aprovechaba de ese miedo y Ranma al darse cuenta se empezó a enfurecer. Kasumi miró al prometido de su hermana, si su prima le hiciera algo a Akane, el chico intervendría y Mana saldría muy mal parada.

-Mira la ratita asustada de Akane, aún le inspiro miedo. No lo entiendo, no debía estar aquí. La última vez ya le dejé entrever lo que esperaba de ella. ¡Debía acompañar a su madre en el cementerio! -gritó Mana con un deje siniestro.

- ¡Déjame!, ¡aléjate de mí! - dijo Akane asustada y llorando.

Mana la ignoró y se acercó a Ranma.

- ¿Así que tú eres el prometido de Akane? - dijo Mana tentadora- déjala y ven conmigo lo pasaremos bien. - le pasó un dedo por el pecho de forma sugerente.

Akane miró a Ranma asustada, la bruja de su prima se lo intentaba quitar, pero…lo que vio la dejó perpleja, nada notar el contacto del dedo de la chica, Ranma saltó hacía atrás y se puso en posición de lucha. El chico miraba a la chica como a un rival, si Mana intentaba algo Ranma atracaría… y la destrozaría...

Ranma al sentir el contacto con la chica tuvo un escalofrío. No tenía delante una bella señorita, él vio a un animal preparado para saltar encima suyo, en su imaginación la vio como una serpiente. Fue una sensación rara, nunca le había pasado. La prima de Akane era un rival formidable, no por su fuerza, que era más débil que Akane, si no por su inteligencia, notaba que era más retorcida que Nabiki y que Shampoo. Saltó hacía atrás, lo hizo por instinto, todos sus sentidos le decían que debía estar alerta contra esa chica, que era peligrosa.

-No vuelvas a tocarme- advirtió el chico de la trenza- no te vuelvas a acercarte a mi… o a mi prometida. Hazlo y serás tú la que iras al cementerio. Toca a Akane y…- puso un tono de lo más siniestro-… Te… ma…to… y a cualquiera que se meta por medio. -Toda la familia miró al chico asustada. No lo conocían así. El chico estaba fuera de sí.

-Ranma, no puedes hacer nada. Hay una promesa, estamos todos atados… incluso tú. Deberás quedarte quieto y no hacer nada. - dijo su madre- No nos gusta, no estamos de acuerdo. Tu padre, él de Akane y él de esos dos…- tampoco le caían bien esos dos chicos-…firmaron esa promesa, y nos metieron a todos... debemos cumplirla, aunque no queramos.

-No cumpliré una promesa que no sé qué dice, y cuando lo sepa tampoco si significa que Akane sufra. Pero cumpliré una que haré ahora… No dejaré que nadie haga daño a mi prometida… quien la dañé lo mataré… sea hombre o mujer- y miró muy mal a Mana, la estaba advirtiendo- si alguien se interpone o no evita que Akane sufra daño… también sufrirá mi cólera… sea quién sea- y miró a su familia… todos se sintieron amenazados, el chico estaba furioso y cumpliría su amenaza.

-Veo que no has cumplido el consejo que te di-alguien entró y todo lo miraron.

-Padre- dijo Yuta.

-No he podido- dijo Soun llorando- es mi hija. Es la misma imagen de su madre. No puedo hacerlo.

-Te dije… te ordené deshacerte de esa basura- y miró a Akane. - tienes razón se parece a mi hermana, por eso debe desaparecer. - se acercó a la chica, que seguía de rodillas en el suelo. Y levantó la mano para abofetearla y… cuando bajaba la mano algo la detuvo. Ranma se antepuso y usó su brazo para detener el bofetón del hombre.

-No pegaras a mi prometida… no te dejaré. Hazlo y te mató… no serás el primero que liquido por salvarla a ella. Tú no resucitaras como Saffron. - el chico no bromeaba, acabaría con el hombre.

- ¡Genma! Ordena tu hijo que me deje actuar como debo o…- amenazó el padre de Mana.

Genma agarró a su hijo y lo separó del hombre.

-Dejarlo, debes obedecerme- dijo Genma- Akane ha dejado de ser tu prometida. Podrás escoger entre Kasumi y Nabiki…, la que tú quieras, pero no a Akane.

- ¡Te has vuelto loco…! ¡todo os habéis vuelto locos.! ¿Qué pasa con Akane? ¿Por qué no puedo seguir prometido a ella? - el chico forcejaba con su padre, pero no podía zafarse del agarrón.

-Por qué es una asesina. Porque mató a su madre. - dijo Kyosuke, el padre de Mana- mató a mi hermana- y abofeteó a Akane, Soun hizo un amago de atacar al agresor de su hija, pero no hizo nada. Las hermanas Tendo se giraron enrabiadas. Nodoka echó la mano a su Katana, dispuesta a acabar con Kyosuke, pero nadie podía hacer nada… Akane se quedó quieta, como aceptando el castigo, llorando con desesperación.

Ranma se quedó congelado. No era cierto… no podía serlo.

- ¡No es cierto! No puede serlo- gritó Ranma- no me lo creo. -el chico estaba fuera de sí, era una mentira, lo que decían no era verdad. Estaban calumniando a su prometida. Su deseo de matar a Kyosuke se incrementó. No le perdonaría el bofetón que le dio a Akane. Se lo devolvería multiplicado por diez.

-Es… es verdad… yo maté… yo maté a mi madre. Ella murió por mi culpa- dijo Akane llorando. Ranma la miró. No se lo podía creer, pero la chica parecía sincera. Ella no le mentiría en algo así. - yo fui quien provocó que mi madre muriese.

La chica se levantó del suelo y abandonó corriendo el dojo.

-Mejor que se haya ido esa ramera. A ver si llega la policía con la noticia de su…- dijo Kyosuke. Notó un estremecimiento. Sintió frio y miró a su alrededor. Lo que vio lo dejó helado. Un chico joven lo miraba, en esa mirada había odio y una amenaza. Ese chico era muy peligroso. Si Akane moría… su prometido iría por él y sus hijos… no sobrevivirían… pero hablaría con los padres del chico para que este entrara en razón.

- ¡SUELTAME, MALDITO VIEJO DE LOS…! - gritó Ranma furioso. Todo lo miraron asustados. Ranma estaba furioso. No lo habían visto nunca así. Aunque lo negase apreciaba a su prometida. No se dejaría convencer para que no la ayudase. Ranma estaría al lado de su prometida… siempre.

Genma lo soltó y cometió la imprudencia de no alejarse.

-Akane está condenada… debes elegir entre sus hermanas… yo de ti elegiría a…- Genma parloteaba cosas sin sentido y no vio la furia de su hijo, no pudo seguir, su hijo saltó sobre él y le dio una soberana y merecida paliza.

-No elegiré a nadie… mi puesto esta junto a Akane. Me necesita… y a vosotros también- miró a su familia con desprecio- no la abandonaré… como habréis hecho vosotros. No volváis a hablarme. Os habréis olvidado que Akane es de la familia, ¡ES UNA TENDO! y será una Saotome. La habréis traicionado por una promesa… ¡POR UNA PUTA PROMESA DE MIERDA!, yo no lo haré. Rezad que no le pasé nada… porque yo no os olvidaré e iré por cada uno de vosotros. - se giró a Kyosuke y con toda la rabia que pudo destilar- te mataré, acabaré contigo, no debiste tocar a mi prometida, nadie que la toca sale muy sana, yo hago que se arrepientan. Te lo prometo, no descansaré hasta acabar contigo. Considérate muerto.

El hombre se rio. Ranma se enfureció, dejó ver su aura...y la lanzó sobre el hombre, este fue lanzado contra una pared. Ranma mantenía con su aura al hombre contra la pared y a cada momento su presión aumentaba. Acabaría reventándolo.

-Dejarlo, lo vas a matar- dijo Kasumi asustada, la chica lloraba, ese no era el Ranma que conocía.

-Se lo merece, y cuando acabe con él pasaré cuentas con sus dos putos hijos.

- ¿Te has escuchado? - preguntó Kasumi-No eres tú… no eres el Ranma de siempre.

-Cuando volvimos de China me propuse que no volvería a pasar por lo que paso allí. Que no volvería a consentir que ella volviese a estar a punto de morir… por un tipo loco, ahora hay tres locos… y vosotros los secundáis… ella no volverá a pasar por eso… yo no volveré a pasar por eso. ¡Es mi prometida! - gritó- ¡Soy su prometido! No volverá a estar en peligro, yo cuidaré de ella, ya que vosotros no lo hacéis.

- ¡Dejarlo! No te vuelvas un asesino, a Akane no le gustará que la salves así, ella no quera ser salvada de esta forma- suplicó Kasumi- no seas como mi tío… por favor… Ranma.

El chico dejó la presión sobre el tío de su prometida. Y se relajó…un poco, seguía furioso… muy furioso. Nadie se atrevió a criticarle por lo que hizo. Kyosuke se levantó, sin demostrar arrepentimiento. Y miró a las personas allí reunirás. Todos miraban al chico con terror… todos menos Kyosuke y sus hijos. No lo conocían… no sabían hasta donde podía llegar el chico… por Akane. Ranma se giró y se dirigió a la puerta.

- ¿A dónde vas? – preguntó la madre del chico- no puedes hacer nada. -y añadió con pena- Nadie puede hacer nada, aunque queramos.

-Te equivocas, yo puedo… y lo haré-y advirtió- espero que nadie se meta en mi camino.

Se encaminó a la puerta del dojo. Sus ojos resplandecían por la furia que sentía.

- ¡Yuta! Evita que abandone el dojo- exigió Kyosuke a su hijo. Este se interpuso en el camino de Ranma. El chico no vio venir el ataque, nadie lo vio, ni supo que paso. Ranma paso por su lado.

-No te dejaré pasar…- dijo Yuta y cayó al suelo desmayado. Nadie vio que Ranma lo tocase.

Ranma salió del dojo y no volvió… hasta pasado mucho tiempo.

Kyosuke se acercó a su hijo. Y se asustó, tanto él como sus hijos eran maestros de arte marciales… pero el hijo de Genma había usado una técnica desconocida.

- ¿Qué le pasa a mi hijo? ¡Genma! ¿Qué le ha hecho tu hijo al mío? -preguntó Kyosuke furioso y asustado.

-Yo… no- empezó Genma. Él tampoco lo sabía.

-Miedo… el chico se ha desmayado de terror. Ranma tiene un nuevo ataque. Ha mirado al chico a los ojos y le ha transmitido todo el odio que siente. Ese chico no ha podido asimilarlo y se ha desmayado- Cologne había aparecido de la nada, había visto todo - no ataquéis a Akane, ahora Ranma no es él que conocíais. Yo advertiré a mi nieta que no se acerque a ellos, ni ella ni ninguno de los otros cinco chicos. Si uno de ellos o vosotros hace sufrir a Akane, la ira de Ranma no tendrá límites. Mi nieta y Mousse me dijeron lo que le hizo a Saffron. si alguien ataca ahora a su prometida, será muchas veces más violento.

-Abuela ¿desde cuándo está aquí? - dijo Kasumi.

-Desde el principio. He notado una energía negativa aquí, no era la de Happosai, y he venido a ver que era. Podéis haber creado un monstruo. No tendrá piedad de vosotros… creo que os lo mereceréis. - y abandonó el dojo.

-Señor Tendo, yo vuelvo a mi casa, no permaneceré más aquí, no debí hacer caso a Genma. No dejaré a Akane en la estacada. Creo como mi hijo que Akane ha sido traicionada. - dijo Nodoka, todos la miraron espantados- recogeré a mi hijo, él tampoco se quera quedar aquí mucho tiempo, él también se siente traicionado. ¡Genma! mañana hablaré con mi abogado, te mandaré los papeles del divorcio, no quiero volver a verte nunca más. Ranma no consentirá que su prometida se quede aquí, no se fía de vosotros. Si la lleva a mi casa… la acogeré como si ya estuviera casada con mi hijo, para mi será una hija.

-Este aquí o en tu casa, actuaremos en su contra… nada lo impedirá.

-Podéis hacerlo… y os denunciaré por allanamiento de morada. Y si tenéis un accidente… - y puso un a cara siniestra- resultáis heridos o morís declararemos que fue en defensa propia. No os quiero ver por mi casa. No seréis bienvenidos. Se os recibirá como los que sois… como ladrones.

Todos los presentes la miraron asombrados.

-No podrás detenernos- dijo Mana con prepotencia. Y se carcajeó. - nadie podrá impedir que Akane sufra su castigo

-Puede que yo no… pero mi hijo sí. Y si le haces daño a su prometida o a mí, no tendrá piedad por que seas una mujer. Ya has visto de que es capaz. Yo de ti tendría miedo, cuando acabe esto… tú y tu familia os arrepentiréis de haber desafiado a mi hijo- y aunque no lo dijo en alto y sólo la oyó Kasumi, añadió- Ranma no ha desplegado todo su poder, si lo hubiera hecho… esos tres estarían muertos.

Minutos después Nodoka salía del dojo Tendo, fue despedida tan sólo por Kasumi, la hermana mayor de Akane tampoco estaba de acuerdo con el trato que recibía en esos momentos su hermana… pero no podía salir en su ayuda… aún no, pero pronto lo haría.

Continuará...