Demon Slayer: Kimetsu no Yaiba no me pertenece. La historia si.


I

El camino de entre las montañas que separaban a las propiedades de los Pilares, era un largo recorrido de piedra, con plantas y árboles adornando cada centímetro, habian remodelado después de que se unieran nuevos pilares hacía ya tres años atrás. Los dos kilómetros que separaban las dos residencias se volvieron 2 metros a su paso, firme pero seguro. No iba a correr, no había necesidad, llegaría a su destino a tiempo.

La hermosa entrada que él mismo había ayudado a construir lo recibió como un viejo amigo, las grandes puertas de madera y piedra, los arbustos y flores que se habían plantado que decoraban las paredes y las dos aldabas que adornaba las puertas en forma de cabeza de jabalí, un chiste personal que había entre ellos.

Dos suaves toques le indicaron a la persona encargada de recibir a la gente, que era Zenitsu, quien esperaba para ser bienvenido en la propiedad; Tenían su propio código secreto, dos toques suaves a la aldaba de la puerta izquierda. Un minuto después un jovencito de tal vez doce años abrió la puerta, ya lo conocía, se llama Jundien, no medía más de metro y medio, cabello y mirada café, siempre con la misma voz de nerviosa.

-Buenas noches, mi Señor- le saludó el jovencito, tratando de ocultar el bostezo que peleaba por salir.

-Buenas noches, por favor, llama a tu señor y dile que estoy aquí para verlo. Es urgente, lo espero en el patio- y como si fuera su propia casa entro a la propiedad.

-Mi Señor, disculpe, pero el amo acaba de llegar de una misión, pidió que no se le despertara- no le importó, sabía que el Señor de la casa estaba despierto; así que ignoró al jovencito y siguió caminando por el camino de piedra que rodeaba la entrada.

Era la segunda vivienda más grande, después de la mansión principal donde vivían los Ubuyashiki, la diferencia era que en esta casa, había muchas personas viviendo ahí. Era prácticamente la casa de todos, como en su momento lo fue la Mansión Mariposa, gente entrando y saliendo de lugar, siempre se podía escuchar risas y entrenamientos, lecturas y reuniones.

El día de hoy, la Mansión Mariposa era un centro de estudio y rehabilitación. Había estudiantes que querían aprender a curar y pelear como la señora de la casa, pero más que nada, aprendieron la ciencia, el lado científico de todo en el mundo. Entraban y salían estudiantes que querían aprender y ayudar, gracias a Yushiro, quien había tomado la invitación de unirse a los Cazadores de Demonios, tenía su espacio especial, en el exterior, donde en cuanto bajaba el sol, todos los estudiantes acudían para tomar la leccion del dia.

Pero en esta casa, era diferente, en esta casa al llegar sentías como si volvieras a un hogar, con una familia, siempre con ruido y movimiento, aún ahora a media noche podía escuchar en el patio exterior las prácticas nocturnas de varios de los aprendices que a escondidas salían a practicar.

Había tanto potencial en la nueva generación que todos los pilares aceptaron tomar discípulos, pero en especial el amo de esa casa le aseguró a Kiriya que tomaría de 4 discípulos, diferentes edades, diferentes pasados. Era quien más discípulos tenía de entre todos los pilates, ¿cómo lo lograba? Nadie lo sabía. Ni Giyuu, que con mucho esfuerzo e insistencia por parte de Kiriya, solo tomo a una, entendía cómo él podía con 4, más misiones y más entrenamientos, más los campos de entrenamiento de pilares, ni ser el asesor de el joven Ubuyashiki, más las misiones especiales que en veces duraban semanas.

Pero esa casa nunca estaba vacía, eso era lo que él quería, quería ver su mansion del mismo modo, llena de personas, con ruido por el dia y la noche, quería tener más discípulos y una familia, Claro que su mansión le gustaba, pero nunca había sido alguien que se fijara más en lo material, que le gustaba claro, apreciaba los detalles que habían construido en la mansión especialmente para él, como el piso especial de bamboo para evitar que sus discípulos se electrocutaran a cada rato, le gustaba las puertas que siempre estaban abiertas, le gustaba el lago que habían creado solo para él donde ya tenía una familia de patos, peces y varias tortugas, el camino de piedra fina, los árboles especiales para que Chuntaro pudiera tener su propia familia, le gustaba cuando había entrenamientos en su propiedad, había tanto movimiento, le encantaba escuchar las risas lejanas de sus discípulos, dos niños de 14 años que tenían el potencial de aprender sus técnicas.

Los había encontrado en una misión cuando estaba cerca de Hamamatsu, en el invierno de hace un año y medio, con los pies descalzos caminaban las calles vacías de la ciudad, a las pocas personas que pasaban les pedían dinero para comer, no habían comido nada en cuatro días, no llevaban nada abrigador puesto, tenían las uñas rotas y las manos cortadas del frío, ellos mismo se había encontrado viviendo en las calles, por meses antes, Ena se encontró con Numa mientras ambos trataban de robarle a la misma persona, desde entonces no se separaban nunca; por eso cuando los conoció, supo lo que estaba pasado, uno trata de pedir dinero mientras otro le roba, viejo truco, pero cuando Numa casi retiraba su mano de su haori con su dinero, quedó impresionado.

-Vengan con migo- les ofreció. Los niños se miraron entre sí y asintieron. Les compró su primera comida calientes en años es misma noche, les compro ropas nuevas y zapatos, ambos niños durmieron calientes esa noche y en adelante el se encargaría de que así fuera siempre. En cuanto regresó al complejo con dos niños a cuestas, todos se sorprendieron, Kiriya había sonreído con la mirada vacía y aprobó la bienvenida de los niños. Aoi los había atendido de manera especial, ambos mostraban severos problemas de salud, y desafortunadamente Numa perdió varios dedos de su mano izquierda debido a una infección y Ena perdió un ojo. Les tomó meses tener un estado de salud estable, lo más estable posible para que les pudiera empezar a enseñar. Los dejo escoger sus habitaciones en su propiedad. Los niños querían estar juntos, él se negó, cada quien necesitaba privacidad, fuera de las habitaciones podrían estar juntos todo lo que quisieran.

Y el día de hoy sus discípulos eran quien creaban el más sonido en su mansión, en la Mansión del Trueno.

Por eso, cuando se sentó en el patio central de la Mansión del Sol, tan familiar y tan lejana en ese momento, deseo tener lo mismo, por eso estaba ahí, por quería tener más.

Jundien había salido corriendo a buscar a su amo, quien explícitamente había pedido que no lo despertaran, a menos que alguien estuviera muriendo, dos semanas en una misión que llevaba trabajando desde meses atrás, una pelea de días, habían dejado a Tanjiro casi muerto, lo único que quería, era dormir, les explico a todos cuando lo recibieron aquella misma tarde de verano. Nada de ruido nada de peleas nada de nada.

Pero cuando Jundien regresó solo, Zenitsu sabía que ni siquiera se había atrevido a acercarse a la ala de la casa donde estaban las habitaciones del Pilar de Sol.

-Dile que es urgente- le dijo al jovencito antes de que le dijera algo, él solo asintió y salió corriendo nuevamente pero esta vez sí corrió (en silencio, no quería despertar a quien si dormía) hacia las habitaciones de su amo.

Espero cinco minutos después para ver a Kamado Tanjiro caminando a prisa, amarrando su propio haori con el largo cabello suelto, con la mirada dormida pero preocupada que solo Tanjiro podía tener. Pero Zenitsu sabía que no había estado dormido, somnoliento claro, pero dormido no, porque tampoco venía solo, entre las sombras le acompañaba su fiel seguidor y su propia sombra.

-Zenitsu, ¿Que sucede? ¿Ha pasado algo?- el joven movió la cabeza en forma negativa, su propio cabello moviéndose de lado a lado con la coleta baja que lo sostenía.

-Kamada Tanjiro estoy aquí para pedir algo de ti- lo dijo tan serio que Tanjiro se preocupó más, se sentó frente a él en el hermoso patio que el abuelo Urokodaki había diseñado poco tiempo después de que se había mudado ahí, le había tomado mucho tiempo a Tanjiro para convencerlo, pero el viejo aceptó solo con que pudiera ir y venía a gusto, y ahí se encontraba viviendo desde entonces.

-¿Que puede ser tan urgente para que vengas a media noche a hablar tan serio?- le preguntó el joven.

-En efecto es media noche, eso significa, que Nezuko es ya mayor de edad- estando de rodillas inclinó la cabeza y continuó con la frase que había practicado mil vez en soledad- Estoy aquí para pedir la mano de tu hermana en matrimonio.

-…- Tanjiro no podía creerlo. ¡Lo había sacado de la cama para esto!¡Regresaba a casa después de dos horribles semanas de estar fuera!

-…- El tampoco dijo nada, él ya había dicho que debía y esperaría lo que fuera para escuchar la respuesta.

-… Podías haber esperado para el desayuno- dijo cansado pasando una mano por su largo cabello, tenía el cabello casi del mismo largo que él, había comenzado a dejarlo crecer desde la batalla contra Muzan y desde que se convirtieron en Pilares.

Representaba el honor en cada batalla que habían ganado, pero por otro lado, Inosuke había decidido llevarlo corto, más corto de que lo usaba de joven, según él, le estorbaba en las peleas, eso no importaba, pues el nuevo estilo le adornaba el rostro de modo perfecto y eso creaba que cientas de jovencitas se volvieran locas por el.

Cuando Inozuke iba a la montaña para entrenar con sus patitos (como los llamaba Zenitsu) 3 jovencitos de 12, 13 y 15 años, la única niña del trío, la de trece era la más parecida a su Maestro. Aoi solía regañarla por andar por ahí solo con unas vendas en el pecho y unos pantalones cortos, con el cabello larguísimo de color verde, siempre dando brincos al caminar, los otros dos eran más tranquilos, el de 12 se estaba dedicando a ser estudioso y el de 15 era ya un Kanoto, y el más sensato de esa extraña familia.

-Llevo esperando cuatro años- fue lo único que contestó Zenitsu. Y era cierto, Netsuko había dejado de envejecer cuando se convirtió en demonio y permaneció de catorce años por varios años, por eso, para cuando ella se volvió completamente humana otra vez, el ya estaba en los 17 años, hoy en dia, el tenia 21 años y demasiadas propuestas indecorosas a la mano, el no quería a nadie más.

Había esperado ya cuatro años, donde solo podía verla cuando asistía a la casa, cuando la podía acompañar a la ciudad o a dar paseos rápidos, nunca espero que siendo pilar no tendría mucho tiempo para dedicarle, era horrible salir de viaje y volver tres semanas después y no poder ir directamente a verla pues tenía obligaciones y debía de atenderlas si quería en unos años tener un ritmo de vida más tranquilo.

Por eso mismo no quería esperar más, quería tenerla siempre a su lado, viajar con ella y verla vivir a su lado. No pedia mas que eso.

-Lo sé, lo sé, pero de verdad estoy cansado y …-

-No estabas dormido- le contestó, parecía casi como si quisiera evitar esa conversación.- No me quieras ver la cara.

-…- Tanjiro se quedó sin palabras. Por la orilla del ojo busco entre las sombras y suspiro. - Si lo sabes por qué no dijiste nada.

-Por que no es mi lugar exigir nada, ustedes me lo dirían cuando estuvieran listos- contesto, inclinó un poco los hombros y miró a la misma sombra que había llegado con Tanjiro. - Pero me ofende que me lo ocultaran, se supone que somos unidos, ¿no?

-No es eso, no no …- pobre Tanjiro no sabia que decir.

-¿Quieres que lo golpee?- Inozuke desde las sombras.

-No empiecen, no quiero que despierten a los niños- dijo suspirando, por que si sus discípulos despertaron a esa hora por escuchar una pelea entre pilares no volverían a dormir de la emoción. Y él no quería lidiar con eso ahora mismo, no quería lidiar con Zenitsu, ni con Inozuke, el solo quería dormir. - Si, Zenitsu, planteamos en decirte en el momento adecuado, pero llevamos teniendo misiones seguidas que no hemos tenido tiempo de estar los tres juntos. Somos una familia recuerdas, no nos ocultamos cosas y lo hablamos.

-Entonces cuál es tu respuesta- Tanjiro suspiro con más fuerza. Le dolía la cabeza, tenía demasiado en que pensar y demasiado en que decidir, estaba cansado y solo quería dormir.

-Mi respuesta es, somos una familia, pero yo no puedo simplemente "darte" a mi hermana, ella tiene que estar de acuerdo..-

-Estoy de acuerdo- la dulce voz de de Nezuko llenó el patio. Parecía un ángel, con el cabello flotando a su alrededor, con el Haori naranja con rosa que había comenzó a usar desde hace tiempo, Nezuko era hermosa y todos lo sabían, había sucedido ya muchas peleas de pretendientes y muchas más desconocidos, pero ella era fuerte, sabía defenderse, pues Inosuke personalmente le había enseñado.

Una vez, antes de que empezaran a estar más ocupados y tuvieran discípulos que acaparan su atención, los cuatro había ido a una misión, Nezuko no estaba obligada a asistir pero ella se les unió, justificando que quería visitar a Yushiro en el camino para tratar nuevos temas sobre medicina; entre ellos dos y nuevos médicos que se estaban formando en la Mansión Mariposa, trataban casos especiales de infecciones de sangre demoníaca.

Yushiro los había recibido en su casa, pero ellos decidieron pasear por la ciudad, entre las luces y la gente, alguien intentó tocar de más a Nezuko, para cuando los tres jóvenes y demonio, se dieron cuenta, Nezuko tenía a la persona en el suelo, doblando su brazo con fuerza. El tipo gritaba de dolor, pero ella como ángel solo sonreía amablemente, lo dejó ir con una pequeña amenaza y dos dedos quebrados.

Zenitsu se había enamorado aún más de ella en ese instante.

Pero cuando ella habló, diciendo que estaba de acuerdo, que lo quería como esposo ante su hermano, su corazón explotó de felicidad y en ese momento no me importaría lo que diga Tanjiro, él se casaría con Nezuko.

- Si se quieren casar, ¿Entonces para que me ponen en medio?- preguntó cansado.

- Por que eres el pilar de esta familia, tú nos uniste y no puedo ensuciar la memoria de tu padre y tu madre si no lo hago como debería- le contestó el Pilar del Trueno.- Por eso te pido que me escuches, prometo cuidar de ella. Nada le faltará, todo lo que quiera se lo daré y la amaré por siempre.

- …- Tanjiro río por lo bajo, suspiro y pensó en que no debería de ser el, debería ser su padre que estuviera escuchando eso, quien les dé la bendición, pero su padre estaba muerto y solo estaban Nezuko y el.- Yo lo sé, así que, apruebo tu petición. Pero regresa en la mañana al desayuno, ya no quiero hablar más quiero dormir.

Y así de simple, se puso de pie al mismo tiempo que Zinetsu, se dieron un abrazo corto y juntaron sus frentes por un segundo.

-Hermano-

-Hermano-

Nezuko corrió a abrazar a ambos con lágrimas en los ojos y una risita boba de nervios.

-Nos casamos en dos semanas- anunció ella.

-Claro que no- Ambos contestaron al mismo tiempo.

-Sera en dos meses-

-Sera mañana- Inosuke reía a carcajadas a lo lejos viendo el caos que comenzaba.