Little witch academia, es propiedad de Trigger y sus respectivos creadores.
El siguiente fanfic esta escrito sin fines lucrativos.
Cualquier parecido con la realidad es mera ficción...
Los campeones le dicen NO a las drogas.
Prólogo.
-Hasta mañana nerd.
La voz principal se escucho al fondo de los sanitarios en que se encontraba y a ella se le unieron otras dos voces más; un cuchicheo entre las tres voces ambientó el solitario lugar antes de que el sonido fuera diluyéndose hasta perderse por completo. El trío había salido del lugar.
Ella sin embargo no presto atención a la conversación después de que la primera voz se despidiera de ella, no había necesidad de atender una conversación en la que no tenía protagonismo, en cambio observaba su reflejo en el sucia agua del excusado sobre el que estaba hincada; gotas de esa misma agua resbalaban desde su cabello para volver a la taza del wáter. Su semblante era triste y sereno en el reflejo del calmo cuerpo acuoso que minutos atrás había sido turbulento por un constante e involuntario hundir de su cabeza dentro y en la calma de las aguas residuales que tenía enfrente avisto sus propias gafas descansando en el fondo de la taza de baño.
"¿Qué hice para merecer esto? " se pregunto a sí misma mientras metía sin dudar sus manos dentro para rescatar sus lentes.
Otro día de mierda.
Despertador.
El despertador marcó las cinco horas de la mañana activando su alarma en el proceso e inundando con su estridente ruido la tranquila habitación.
La respuesta no se hizo esperar.
Un gruñido bajo se escuchó en respuesta a la estrepitosa alarma y a este se le unió otro más bajo, gruñidos que buscaban argumentar inútilmente con el molesto ruido de la alarma…
La chica de cabello lila extendió su brazo para apagar con un fuerte golpe el despertador volviendo a dejar el cuarto en silencio.
Al fin una respuesta que el reloj había comprendido.
-Descansa un rato más Lotte...
la mencionada soltó un quejido bajo en tono de afirmación y volvió a conciliar el sueño mientas Croix empezaba a espabilar para iniciar su día a pesar de no querer hacerlo. Desde hacía poco más de dos meses su vida como estudiante había dado un vuelco horrible en un camino distinto al que había visionado desde su llegada. Sus ganas de seguir estudiando en Luna Nova ahora eran casi nulas y la emoción de estudiar en el lugar que tanto había deseado estaba a nada de esfumarse.
Era algo irónico, su vida como estudiante la ensalzaba como tal vez la mejor alumna que jamás hubiera tenido Luna Nova, era una chica excelente en todo lo que el instituto ofrecía, la mejor velocista del grupo de atletismo, erudito en todas las asignaturas que se impartían en su carrera lo que la había llevado a ganar toda clase de galardones que el instituto ofrecía, todos y cada uno de ellos con el nombre de las estudiantes más destacadas egresadas de la academia; eran tantos sus distintivos que al momento de superar cada nuevo distintivo la misma academia empezaba a pensar en otorgar en adelante toda serie de distinciones con el nombre de la chica italiana en cuanto está egresará...
Y ahí se encontraba la ironía ¿Cómo alguien tan capaz y distinguida podía perder el interés en estudiar en una institución tan excelente como lo era Luna Nova? La respuesta se encontraría justamente en todas esas distinciones, que si bien fungían para resaltarla como una estudiante de excelencia terminaron por convertirse en una especie de objetivo en su espalda por culpa de la envidia y de un orgullo destruido de otra estudiante, un orgullo lastimado que no conocía barreras –y tampoco parecía tenerlas–, finalmente el destino de esta mala sangre desemboco en un horrible caso de acoso escolar, uno en el que tristemente Croix comenzaba a quedarse sin salida.
Salió de bañarse y se enlistó vistiéndose con el uniforme de la universidad, encontrándose con Lotte apenas espabilando.
Para su fortuna había sido asignada en la misma habitación que Lotte, una chica finlandesa bastante tierna que resaltaba por rechazar cualquier situación problemática, y vaya que agradecía estar en la misma habitación que ella, de otra forma no sabía cómo hubiera sobrevivido durante el tiempo que llevaba en ese infierno.
- ¿Te espero o me adelanto?
-Adelántate y nos vemos en la cafetería para desayunar antes de clases ¿sí?
El nerviosismo y fatiga de Croix aumento al escuchar aquellas palabras de su amiga y compañera; no era como si la compañía de Lotte la hiciera sentirse cien por ciento segura ahí afuera con la hiena y su manada que se encargaban de acosarla, pero era una compañía que al menos la hacía sentirse un poco cómoda y sin tantos problemas en la escuela.
- ¿Te pido pan francés y jugo de toronja?
La mirada tierna de Lotte se posó en sus ojos al escuchar aquello dándole la impresión que esa simple pregunta la había terminado de espabilar por completo.
- ¡Por supuesto, ya sabes que es la combinación perfecta!
Croix sonrió sinceramente al escuchar la animosidad de su compañera.
» Solo espero que aún puedas encontrarlos...
- ¿Ya viste que hora es? –interrumpió Croix– No debe de haber ni un alma en la cafetería; no te preocupes por eso, las voy a conseguir.
- ¿Qué haría sin ti?
-Llorar.
Una risa al unísono invadió la habitación antes de que Croix se despidiera momentáneamente de su compañera al salir.
» Entonces nos vemos en un rato más. No tardes mucho Lotte…
-Ahí estaré.
La joven de cabello lila cerró la puerta detrás de si y se encamino hacía la cafetería esperando que las probabilidades al salir de su habitación no jugaran en su contra para encontrarse afuera y en el resto de su camino a la hiena mayor o a sus hampones.
Para su fortuna las probabilidades jugaron a su favor evitando cualquier fatídico encuentro. Por el momento podía respirar tranquilamente.
Su llegada a la cafetería fue exactamente como lo había pronosticado con Lotte; el lugar estaba vacío, mas no en silencio. Las encargadas de la cafetería a esas horas empezaban a ponerse en marcha para atender a las estudiantes que llegarían entre el cuarto para las seis y las seis de la mañana; como no podía ser más el sonido de las cocineras trabajando era el único que a esas horas invadía y resonaba en toda la cafetería.
Ver las mesas y sillas vacías a esas horas era costumbre para Croix, sabía que no había necesidad de apresurarse a la barra de la cafetería a pedir su desayuno y el de su compañera.
Antes de que pudiera llegar a la barra una figura robusta salió de las entrañas de la cocina de la cafetería y al avistar a la joven de cabello lila le regalo una amplia sonrisa.
Era la encargada en jefe de la cafetería.
-Buenos días, señorita Croix.
-Buen día, señora Jasminka.
-Como siempre es la primera en llegar ¿Qué le sirvo?
-Para no perder la costumbre eh –respondió la italiana con una suave risa antes de comenzar su orden- Una malteada de fresa sin azúcar, un sándwich de pechuga de pavo un poco de Kiwi, y…
- ¿Jugo de toronja con pan francés? –preguntó la cocinera adelantándose a la orden que estaban a punto de pedirle–
Croix asintió a la pregunta mientras sonreía.
- ¡Ya escucharon malditas holgazanas! No me hagan ir allá atrás a separarlas, trío de perras.
Jasminka era la cocinera en jefe de la cafetería, una señora rusa quien a pesar de su complexión fornida para nada aparentaba su edad y que tenía la fama entre las otras estudiantes de ser una mujer mal encarada que parecía hacer las cosas más a fuerza que por gusto, pese a ello Croix no podía corroborar eso, la señora Jasminka siempre había sido amable con ella e incluso sentía que la procuraba bastante, algo que era recíproco en medida de lo posible; en ocasiones tenía tiempo de conversar con ella, y gracias a las breves platicas que llegaban a tener supo que la señora era veterana de guerra y que aquel puesto como cocinera lo había tomado como terapia ocupacional para olvidarse de todo lo que había sucedido en esos años tan oscuros para ella, una maniobra que había sido positivo para ambas partes, para Luna Nova y para Jasminka; y es que al final podían hablar lo que quisieran de lo mal encarada que podía parecer la Señora, pero nadie podía negar el sazón tan Perfecto y la calidad que pedía a todas sus ayudantes en la cocina en las comidas que se servían a las estudiantes.
Y esa calidad en los alimentos era otra de las razones por la que Croix tenía tan buena relación con ella.
» Lo que sea para nuestro orgullo de Luna Nova.
-Gracias, señora, no sabe cómo se lo agradezco.
- ¿dieta de entrenamiento?
-Bueno, siempre estoy en dieta.
-Deberías de incorporar un poco más de carbohidratos para aguantar los entrenamientos, se lo digo por experiencia.
-Lo tendré en cuenta… estás –Croix pauso y golpeó con la palma de sus manos sus piernas– por el momento funcionan bien.
-Bueno, igual es solo una recomendación, pulguita –la rusa hizo una breve pausa antes de dar la vuelta al escuchar una charola metálica golpear la mesa que tenía detrás y volver su cuerpo nuevamente a la dirección de la italiana– Mira, aquí tienes, malteada de fresa sin azúcar, sándwich de pechuga de pavo, kiwi y jugo de toronja con pan francés con dos porciones extras para tu amiga.
-Lotte se lo va a agradecer como no tiene idea.
-Oh, no tienen nada que agradecer, pequeñas; agradézcanles a las malparidas de allá atrás por saltarse mis órdenes y agregar extras –respondió con una mal actuada molestia en su voz la rusa– ¿vas a querer algo especial en la comida?
-Pechuga de pollo en ensalada de lechuga y un poco de puré de patatas... ¿podría?
La risotada de Jasminka inundó la vacía cafetería ante la propuesta de menú especial de Croix.
- ¿Alguna vez te he quedado mal? Si pidieras caviar beluga tal vez tendría un poco de problema, pero por pollo nunca hay problema. Aquí estará tu comida especial en la tarde, cariño.
-No sabe cómo se lo agradezco, señora Jasminka…
-Ya te dije que no agradezcas querida, lo que sea para verte corriendo tan feliz como siempre. Ten buen inicio de día, campeona.
-Ustedes igual, espero que terminen pronto. Nos vemos.
Dio la vuelta y fue en busca de un asiento en la cafetería, cómo era costumbre podía escoger cualquiera, pero escogió su lugar favorito.
Encima de todas las mesas estaba ya la gaceta de la universidad, así que mientras desayunaba leía las noticias escolares. Los reportes de Wangari, una chica africana encargada de la gaceta, no decían gran cosa sobre la escuela, y desde hacía un buen rato –y también por un problema que había tenido con ella– sentía que solo plasmaba en sus notas el vox populi de varias estudiantes. No había nada relevante en la gaceta que en realidad le importara más que perder su tiempo leyendo la cantidad de historias estúpidas y "reportajes" que casi podía confirmar eran inventados en lo que llegaba Lotte.
Solo esperaba que su amiga no tardara tanto en llegar…
¡Hola! es un placer volver a escribir para ustedes, como pueden ver en esta ocasión les traigo una historia totalmente distinta de lo acostumbrado en los fanfics de LWA, hablamos de un AU en toda la expresión de la palabra, y personalmente del mejor AU de LWA –que obviamente es una percepción personal ya que soy el escritor de la misma xd– ¿lo es? me gustaría que pudieran decírmelo ya sea con un review, con un follow de historia y si se sienten muy generosos tal vez con un follow de autor.
¿Qué nos espera en los siguientes capítulos de esta historia? creo que ya nos vamos dando una idea de lo que esta por venirse, aún así, acompáñenme en esta historia Cruda como su título lo indica, que apenas vamos comenzando.
Nos vemos en el próximo capítulo.
¡FELICES FIESTAS!
