Hola :3

No sé cómo explicar éste fanfic, simplemente diré que es algo que ya tenía ganas de escribir, empleando el género familiar con humor. Y como se aproxima el Día del Padre, se me ocurrió esto XD :D No soy buena en la comedia, así que deberán perdonarme si no es demasiado divertido lo que leerán :3

Es un semi Universo Alternativo que se desprende de las historias "Anna y el Grifo" y "El Juez y la Monja", las cuales se basaron el especial dibujado por Shiori Teshirogi, llamado "La Marioneta y el Rey". Se desarrolla después de los eventos de TLC en el siglo XVIII, específicamente en la Isla de los Curanderos, en un hipotético escenario donde los espectros tienen la oportunidad de vivir nuevamente, pero en tiempos de paz.

¿Cómo es que Anna y Minos son pareja?

No tengo la historia de eso todavía XP :P pero no es necesario conocerla para leer esto. Sí, suena muy raro, pero no hay que pensarlo demasiado, simplemente serán capítulos cortos y auto conclusivos para reírse un rato. No tienen que leer los otros fanfics para entender a los personajes, yo les daré los pormenores (pueden hacerlo si gustan, pero les advierto que la temática es para adultos, muy alejada de lo que verán aquí).

Minos de Grifo: El mismo juez que vimos en el anime de TLC, con su largo cabello lacio plateado, ojos violáceos y personalidad cínica. Pero como esto es familiar/humor me tomo la licencia de usar mucho OoC para darle un lado más paterno.

Anna: La monja oscura que sale en el especial jugando con una marioneta junto a Minos. Ella es su pareja oficial en mi mundo personal de fanfics, además es la madre de Ariadna. Mujer griega de tez clara, ojos marrones y cabello negro lacio a los hombros.

Ariadna: La hija de Minos y Anna. Sí, el juez tiene una hija con la monja y utilizo el mismo nombre de la mitología griega para ella. Es una niña de unos 5 años, ojos violáceos como los de su padre, cabello lacio negro, de personalidad tranquila y a veces traviesa, como cualquier infante.

Elina: Es una señora mayor originaria de la isla de los curanderos. Ayuda a Anna en las labores de la casa y en la cocina, básicamente es la ama de llaves y niñera ocasional de la niña.

Gracias por darle una oportunidad al fanfic, ojalá sea de su agrado y me regalen un pequeño comentario :D


Atención: Todos los personajes de Saint Seiya y Saint Seiya: The Lost Canvas, pertenecen a Masami Kurumada y Shiori Teshirogi respectivamente. La historia es de mi autoría personal, la cual solamente escribí por diversión :3


PAPÁ GRIFO

Capítulo 1: Pelota

Inframundo, Corte del Silencio.

Minos escribía algunas notas en un pergamino, sentado tranquilamente en su área de trabajo. De pronto, una pequeña pelota amarilla pasó rebotando por enfrente de su escritorio, después la dueña del juguete, persiguiéndola.

—Ariadna, te dije que no puedes jugar aquí arriba— habló sin levantar los ojos del papel.

El balón volvió a rebotar por detrás de su trono, pegando contra las puertas del almacén de libros. La mencionada corrió para atraparlo y posteriormente se acercó al juez.

—Papá, vamos a jugar— dijo con una sonrisita.

Minos dirigió su atención a la chiquilla. Tenía cinco años y era todo un torbellino de energía, queriendo correr de un lado a otro, jugando todo el tiempo sin apenas cansarse. Con razón Anna le pidió que la llevara con él a su trabajo por ese día, era comprensible que su mujer quisiera un poco de tranquilidad.

—Papá está ocupado— entintó la pluma y continuó escribiendo. —¿Por qué no vas molestar a Lune?, acaba de llegar en éste preciso momento. —

Las grandes puertas del vestíbulo rechinaron cuando el subordinado ingresó al edificio.

—Pero él no sabe jugar con la pelota, es muy tonto— se quejó la niña.

El juez soltó una risita burlona ante el comentario de su hija. Era cierto, el Balrog no era muy hábil en tareas que implicaran actividad física. Pero como ese día estaba todo tranquilo en el Tribunal y no había almas para juzgar, decidió que el interino entretendría un rato a su pequeña, en lo que él terminaba el reporte del mes.

—Entonces enséñale— contestó Minos, para luego observar al otro espectro subiendo la escalera. —Lune, quiero que juegues con mi hija, el día de hoy te va a enseñar cómo patear correctamente la pelota. —

El Balrog abrió los ojos con gran desconcierto y luego miró a la chiquilla. Su rostro reflejó un fastidio inmediato, ya que no era la primera vez que su jefe lo agarraba de niñera temporal.

—Pero señor Minos, yo debo trabajar y… —

—No hay almas en éste momento, ya me encargué de todas— lo interrumpió. —Así que no creo que tengas inconveniente de jugar con mi nena un rato, ¿Verdad? — sus palabras finales tuvieron un matiz grave, casi amenazante.

El subordinado palideció momentáneamente. Ya sabía que su jefe era naturalmente sádico, así que no era buena idea hacerlo enojar. Y si quería que jugara a la pelota con su hija, él lo haría sin rechistar, no se arriesgaría a que lo asfixiara con sus hilos o que le rompiera un par de huesos.

—Ningún inconveniente, señor— exhaló resignado, mirando a la niña otra vez. —Será mejor jugar en el vestíbulo, hay más espacio. —

La chiquilla hizo un gesto burlón, mientras bajaba por las escaleras.

—Espero que ahora si puedas patear bien la pelota, mi papá dice que eres un poco lento para aprender. —

El Balrog solamente rodó los ojos y rezó a Hades por paciencia. Esa pequeña mocosa era muy parecida a su padre, en especial con sus gestos socarrones.

Veinte minutos después.

—¡No!, lo estás haciendo mal, tienes que patearla así— reclamó la niña, tomando la esfera de piel y dándole un puntapié que la mandó a rebotar contra las grandes puertas de acceso. —¡Hazlo otra vez! —

Lune solamente resoplaba por lo bajo y obedecía sin decir nada. No le gustaba el ruido que generaba el juguete al chocar contra las superficies, pero como ésta era una situación especial, no le quedaba más remedio que aguantarse.

Fue por la pelota e hizo otro intento de patearla hacia el otro lado de la estancia. El balón botó un par de veces y rodó rápidamente por en medio de dos pilares, perdiéndose en un pasillo cercano.

—¡Muy bien!, por fin le atinaste— celebró Ariadna. —No eres tan tonto. —

—Gracias, supongo— rodó los ojos con aburrición, mientras iba por el objeto.

Tan pronto regresó, la niña le pidió que ahora intercambiaran la pelota con las manos, es decir, aventándola por turnos, atrapándola y repitiendo la acción. La actividad fue tranquila por varios minutos y algo relajante para el Balrog, que poco a poco iba haciéndolo mejor. Quizás no era tan malo en actividades físicas.

No obstante, la chiquilla comenzó a aburrirse y decidió cambiar la jugada.

—Ya no quiero hacer esto— comentó, dejando caer el esférico para que rebotara. —Veamos qué tan alto llega— dio una fuerte patada.

Lamentablemente, la hija de Minos tampoco era experta controlando el balón. Éste se elevó con potencia hacia arriba, pero con una inclinación errónea, que tomó dirección hacia el estrado, donde estaba el área de trabajo de su padre. La chiquilla se tapó la boca con sus manitas cuando vio lo que iba a suceder.

La pelota alcanzó el escritorio.

El frasco de tinta se derramó.

Minos vociferó.

—¡Lune! —

El juez se puso de pie, sacudiéndose parte de la tinta salpicada, mientras el enojo se hacía evidente en su rostro. El Balrog tragó saliva nerviosamente, a pesar de que no era el responsable de dicho incidente.

—¡Yo no fui, señor! — señaló a la chiquilla. —¡Su hija lo hizo! —

La mirada violácea del juez se clavó en su primogénita.

—Lo… lo siento papá… — dijo la niña, bajando momentáneamente la vista para luego retorcer la tela de su falda con las manos —¡Es que Lune, no la atrapó rápido! — intentó culpar al espectro.

Minos alzó una ceja al escuchar la mentirilla, era evidente que quería evadir su responsabilidad. Entonces, tenía que ser más estricto con ella, no por ser su hija, quedaría exenta de una sanción.

—Estás castigada. —

Algunas horas después, en casa.

Anna estaba recostada en un diván leyendo un almanaque, cuando oyó la puerta. Bajó el libro y vio que Minos y su hija entraban a la estancia. La chiquilla tenía un gesto serio y sostenía su pelota amarilla, la cual ahora tenía una gran mancha de tinta negra, así como todos los dedos de sus manitas.

—¿Por qué tienes las manos pintadas, Ariadna? —

—Papá me castigó— dijo, haciendo un puchero con sus ojitos. —Tuve que limpiar su escritorio. —

La mujer levantó la mirada hacia su esposo en busca de una explicación.

—La pequeña diablilla tiró el tintero sobre mi reporte del mes y otros documentos, tuve que volver a redactar más de la mitad de las hojas, así que la puse a limpiar como parte de su sentencia, además, no habrá pastel de manzana para ella por una semana. —

Anna parpadeó desconcertada, hizo una media sonrisa y luego rodó los ojos, comprendía que la sanción era un poco exagerada, pero ni modo. No tenía caso intentar apelar la sentencia del juez, ya conocía de sobra lo traviesa que era su hija y lo maniático que era su marido respecto al papeleo del inframundo.


Continuará...

Bien, tal vez no pueda escribir algo más gracioso, pero espero que esta escena típica de una travesura infantil les haya hecho sonreír un poquito XD

Gracias por leer :3

1/Junio/2021