¡Hola a todo el mundo!

Quizá estén notando (quienes hace mucho comenzaron este fic), que todos los demás capítulos han desaparecido. Al igual que este, he decidido trabajarlos bien y re subirlos.

Al principio creí que solo sería cosa de pulir detalles, que cuando terminase de revisar y corregir nadie tendría que volver a leer pero terminé dándome cuenta que lo había hecho mal. Los puntos importantes seguirán ahí, pero muchas cosas van a desarrollarse de manera diferente o explicarse mejor. Ojalá esta versión (que considero mejorada), sea de su agrado.

Recomiendo: Baby can I hold you - Tracy Chapman.


Disclaimer: ninguno de los personajes de Teen Titans me pertenece.


Capítulo 1

Desasosiego

Habían pasado años desde su última visita al parque de diversiones. Nada parecía haber cambiado en su nostálgica memoria, pero a decir verdad los colores eran más vibrantes y algunas atracciones fueron reemplazadas por otras de mayor interés. Aún así, el entusiasmo se iba pasando de generación en generación; ella misma se sentía tan joven como la primera vez que estuvo ahí y no es que hubiesen pasado muchos años. Recordó las preocupaciones sentimentales que llegó a tener por aquel entonces, y que ahora le parecían triviales. Quizá solo había cambiado de perspectiva ahora que era más maduro su pensar. El bullicio la devolvía a la realidad y sus ojos se fijaron en el puesto de algodón de azúcar, y de solo recordar el artificial y dulce sabor se le hizo agua la boca por probar uno, pero se dijo que ya llegaría el momento para hincharse de esa golosina. Con el correr de los minutos pasó de sentirse segura e ilusionada a nerviosa y expectante y en lugar de estar formada en la fila para la rueda de la fortuna como había hecho desde que llegó, poco antes de comenzar a funcionar las atracciones, ahora se hallaba sentada en una banca. Y espero ahí, antes de que se terminara de ocultar el sol hasta que las luces brillantes de los juegos mecánicos alcanzarán su esplendor por la oscuridad. Él no llegaba.

— ¿Por qué tan sola nena? – Pregunto un joven simpático más bajo que ella, y al no obtener respuesta continuó —. ¿Sabes?, Estás de suerte, podría ganar un peluche para tí. - la diversión y coquetería en esa voz solo agravó su mal humor.

— Espero a alguien. – respondió secamente sin molestarse en levantar la mirada del pantalón azul oscuro y los zapatos negros frente a ella.

Se dio cuenta que desde hacía un tiempo empleaba mucho esas tres palabras y estaban perdiendo el efecto deseado, más para ella que para "los conquistadores ocasionales". Ese era el segundo de la tarde-noche, ya que el primero había captado la indirecta de su silencio. Continuó ignorándolo sin siquiera echarle un vistazo, después de todo él se cansaría de estar de pie y se iría airado o aburrido como hacían todos desde algunas últimas citas. Y si no ocurría de esa manera, pasaría a la acción verbal de dar cátedra sobre el respeto al espacio personal.

— Está bien, ya entendí. Puedes seguir aquí muriendo de aburrimiento o puedes disfrutar la noche conmigo. – Insistió con tono jocoso.

Kory levanto la vista irritada, y su expresión cambio por la sorpresa, sus ojos no la engañaban cuando se toparon esos ojos color verde oscuro tan conocidos. Vestía una playera negra, un pantalón de mezclilla oscuro y zapatos de tela también negros, se veía como cualquier muchacho, de no ser por su verde piel. Sintiéndose apenada por su comportamiento, pero emocionada, se levantó casi de un brinco con los brazos abiertos y en un instante ya abraza a quien consideraba un hermano.

— ¡Beast bo..!

— Garfield. Solo llámame Garfield. – Corrigió rápidamente, atrapado aún en el abrazo de su antigua compañera.

Él le correspondió y sonrió. Si Starfire le hubiera prestado atención en el momento, habría encontrado un dejo de tristeza.

— Lo siento. - Sonrió mientras se separaban, sin entender muy bien qué había de malo con su nombre de héroe. Pero las dudas al respecto eran opacadas por la alegría de su encuentro.

Habían vivido tantas cosas como grupo, y cada uno se ensimismo un momento para darle cabida a la emoción de esa inesperada reunión. Sostuvieron la mirada, casi como si pensarán lo mismo. Kory la aparto primero.

La joven titan se sentó en un extremo de la banca para que su amigo pudiera ocupar el espacio disponible.

— Hace tanto…– Comenzó al mismo tiempo que ella.

— Creí que segui…– Ambos callaron para dejar hablar al otro.

— ¿Decías? - dijeron ambos al mismo tiempo.

La joven soltó una risita, y supo que su amigo esperaba escucharla. Él se acomodó bien en el asiento con las piernas ligeramente separadas, luciendo relajado.

— Tú misión con la Patrulla concluyó antes de lo esperado. – Dijo con empatía pero casi al instante se arrepintió cuando el semblante de su interlocutor se volvía serio.

Garfield desvió la mirada. — Yo… - Se contuvo. — Prefiero no hablar de eso. – Aviso con voz tranquila, que de cierto modo parecía advertencia.

Se borro la sonrisa de la alienígena y no supo como continuar.

— Lo siento, Star. Las cosas no fueron muy bien.– se disculpo arrepentido, colocando los brazos sobre sus piernas, encorvado.

Ninguno de sus amigos estaba enterado de los sucesos de aquella misión y prefería que así fuera, al menos por un tiempo.

— Sí. No, por favor, acepta mis disculpas, amigo Garfield. - Respondió con amabilidad, tratando de ocultar la preocupación que su reacción había generado.

— Y, ¿viniste a recordar viejos tiempos? – Pregunto mostrando media sonrisa, imaginando a quién estaba esperando.

Ella la correspondió, pero no parecía muy feliz.

— Sí, de alguna forma así es.

— Estaba casi seguro que Nightwing no volvería antes que yo. - Decía rascándose la nuca.

— En realidad su participación no ha concluido. - Respondió con un poco de pena, con las manos juntas.

Sentía que tal vez ella podía ser una distracción para el objetivo de Richard, a pesar de las constantes negativas de este cuando se lo comentó. Además era él quién insistía en verse.

— Bueno, son las ventajas de no salir del país. -Le restó importancia y le dedicó media sonrisa a su amiga.

— No has dado aviso sobre tu regreso. - Recordó en voz alta. — Sin embargo estás aquí. ¿Cuál es el motivo que..? - No pudo acabar la pregunta.

— Amm, yo tengo una cita. – Hablo rápido, abochornado y encogiéndose de hombros, rascándose la nuca producto del nerviosismo.

— Eso es… – ¿Cómo debía actuar? Ni ella misma lo sabía con certeza—. Maravilloso. – Fingió alegría juntando sus manos como hacía normalmente cuando algo le daba alegría pero su sonrisa era tensa. Garfield no llegó a darse cuenta.

— ¡Lo sé!– Respondió entusiasmado—. No pensé tener una oportunidad como esta.

Starfire lo escuchaba pero una parte de su mente comenzaba rápidamente a trabajar. Quería ir en contra de las probabilidades y pensar que Raven había adelantado su regreso y no le había avisado para escaparse con su compañero.

— Además, nadie me espera aún. - Comenzó a hablar más en confianza.

Que su amiga, después de todo ese tiempo meditando, había decidido hacer algo tan inusual como confesar sus sentimientos o llevar a cabo una escapada al parque de diversiones. Después de todo, antes de que ella marchase comenzaba a mostrarse bastante interés ella y Garfield, y a él parecía gustarle mucho su atención.

— Planeaba llegar volando, pero una vez en la ciudad quise ver si había cambios importantes. Caminaba por las calles cuando tropezamos. Cuando me vio, puso una cara de horror. Me disculpe, e iba a marcharme...

Pero si no era así, tendría que encargase de darle las "buenas nuevas".

— y ella tomó mi mano. ¿Puedes creerlo? Y me pidió vernos...

Su amigo dejó de hablar, pero lo notó hasta unos segundos después, cuando él se puso en pie y volteaba en otra dirección totalmente embelesado. Y al ver aquella figura menuda, ahora con cabello corto pero aún rubio, supo que las conclusiones que trató de ignorar eran las correctas. Lamentablemente. Al verlo, noto aquel brillo en lo ojos que solo le había visto un par de veces.

Al fin de cuentas, era su amigo y nunca desearía que algo le saliera mal.

~ o ~ o ~

Plantada. Con todas las letras.

Otra vez.

El ofrecimiento que le hizo la acompañante de Garfield para pasear los tres, con una tensa sonrisa esperando la negativa, solo le hizo más amargo el trago.

Entro en el departamento que compartía con Dick desde hacía dos años, pero que cada vez le parecía más y más solo.

Los primeros días después de que su novio se fuera los pasó ahí, en mayor parte. Conforme empezaron a pasar las semanas supo que no tenía sentido: nadie con quien compartir la cena o el desayuno. Charlar con la ausencia tampoco sonaba tentador y terminaba yendo a la torre la mayor parte del día. Su habitación en aquel edificio con forma de T seguía disponible, por lo que comenzó a dormir ahí un par de días a la semana, hasta que terminó regresando. Iba a su departamento solo cuando Dick volvía. Esa noche fue directo a su piso y no estaba segura del por qué. Sabía que si él volvía lo haría hasta la mañana, igual que las últimas dos citas. En la torre por lo menos hallaría rostros familiares y charlas amistosas...

Fue entonces que suspiro derrotada, su subconsciente la había llevado ahí precisamente para evitar las miradas interrogativas, o peor aún, las miradas compasivas y lastimeras de sus compañeros. Siempre había sido transparente con sus sentimientos y opiniones, sin embargo, ahí estaba ella, ocultándose de sus amigos con unas insoportables ganas de echarse a llorar. La tercera era la vencida. Recordó la segunda vez que regresó a la torre y al igual que la primera respondió que él tuvo que cancelar cuando le preguntaron cómo estaba, o como les había ido, o si lo habían pasado bien. Aunque sabía que era la excusa mas tonta. Nadie cancela hasta varias horas después. Todo comenzó cuando empezó a llegar un poco tarde hasta que ese poco fue demorando más.

Algunas lágrimas comenzaron a salir después de observar detenidamente el lugar y darse cuenta que ahí solo habitaba la desesperanza. Ella misma se sentía vacía y ese era el tipo de soledad que más le dolía.

No podía permitirlo más, hablaría con su novio y las cosas iban a quedar claras. Si volvía a citarla en algún sitio, era porque iba a aparecer e iba a dejar de disculparlo o excusarlo siempre, porque ella también era una heroína y lograba hacerle tiempo. Y si tenía que quedarse más de un mes para poder otorgarle un día, lo aceptaría. Decidida y más animada por la resolución, fue por algo para mitigar el hambre de la que acababa de ser consciente, lo único que había a la vista eran zorcabayas provocándole un tremendo desagrado. Era el único comestible que mantenía ahí porque se conservaba en buen estado por largos períodos, y no tenía caso comprar comida ya que no frecuentaba el lugar. Refunfuñando busco en la alacena algún no perecedero conformándose con una sopa instantánea y una lata de ensalada de atún.

Vagó por el apartamento sin saber muy bien que hacer, pues estaba claro que el disgusto no le dejaría dormir pronto. Y para su mala suerte llegó a la conclusión que hasta el crimen parecía estar descansando, tras media hora observando con esperanza el comunicador titan. Frustrada guardo el aparato e inconscientemente salió al pequeño balcón de su cuarto y recargo los brazos en el parapeto dirigiendo su mirada a la luna. Aquella era una muy vieja costumbre que siempre le ayudaba a despejar la mente.

Un rato después hallando un poco de consuelo en el cielo terricola, decidió escribir una carta a su amiga. Cuanto más pronto le hiciera saber la situación de Beast boy, mejor. No perdía la esperanza de que volviera pronto, de un modo tan abrupto como su partida.

Habían ocurrido tantas cosas desde hacía un tiempo con el equipo de los Titanes. Tres de sus integrantes originales habían marchado. Tanto Robin (ahora bajo el nombre de Nightwing), como Beast boy, se habían visto en la necesidad de socorrer a sus antiguos mentores. Su primera familia. Raven era un tema aparte, siendo la primera en irse, dejando una explicación general a sus amigos sobre necesitar aislarse. Unas semanas después le llegó una carta solo a ella, y desde entonces le contaba lo que sucedía en el equipo con regularidad aunque no recibiera una respuesta continúa.

En su momento le informo sobre escape de Blackfire y la infructuosa búsqueda para atraparla. Compartió sus tribulaciones por la incertidumbre que le provocaba pensar en las futuras maquinaciones de su hermana, alimentadas por su irracional odio. Dos meses más tarde obtuvo una respuesta breve y concisa pero reconfortante, tan propia de Raven. Cyborg finalmente había terminado su relación con Sarah, y por un tiempo se le vio deprimido. Después Silkie pereció, y algunas semanas más tarde Kid Flash y Jinx se unieron al equipo por requerimiento de Robin, poco antes de que él y Beast boy partieran, casi un año después de que Raven se fuera. La dupla era poderosa, aunque al principio solo llegaban justo en el momento de la acción en las misiones, y al verse desorganizados comenzaron dedicar tiempo de entrenamiento y poco a poco se habrían vuelto más cercanos gracias a la convivencia. Aquellos sucesos y progresos también formaron parte de la bitácora por correspondencia.

Entre borrador y borrador se le fue el tiempo buscando las palabras adecuadas para sonar trivial y amena, evitando parecer demasiado condescendiente o peor aún, compasiva. Que Raven se pensara que sentía lástima por ella, era lo último que quería. Desde antes de mudarse con Dick, Starfire notó una inusual cercanía entre la hechicera y el metamorfo. Habría comenzado con pequeñas sonrisas tras los chistes del verde, algunos tés e invitaciones a ver películas. Su amiga admitió la evolución de la relación pero fue algo que dejó pendiente. Beast Boy resintió mucho su marcha, y como todos, deseaba su regreso.

Pensativa, bajó a dejar la carta en el hueco de correo designado a su apartamento. No sabía cuándo llegaría a sus manos, o si llegaría a leerla. No sabía siquiera si ya habían sido leídas las otras cartas que envió con anterioridad. Hacía varios meses que tuvo una última respuesta de ella, y decía muy poco. Hasta Galfore que no era de muchas palabras era más elocuente que aquella respuesta.

Se detuvo en seco al darse cuenta que no había hablado con su K'norfka en mucho tiempo. Se sintió avergonzada ante su falta de comunicación, porque a Galfore podía contarle lo que fuera aunque las cosas estuviesen mal, y nunca recibiría una mirada compasiva de su parte. De pronto se renovó su energía. ¡Tenía tantas ganas de saber de Tamaran! Cuando entró fue directo al vídeo-comunicador que el propio Cyborg le había instalado en la pantalla de la sala, y sonrió para si misma pensando en la reacción que tendría el cibernético al reencontrarse con "bestita".

No se demoró en hallar la frecuencia, y con una gran sonrisa espero la imagen en la pantalla. Lo que le mostró la lleno de sorpresa y alegría, pero después de intercambiar unas palabras se le descompuso la expresión.

~ o ~

Ya no importaba que Richard no hubiera llegado en toda la noche. Ya no importaba si le había dejado plantada en el parque de diversiones ni las otras veces, ni tampoco importaba que sus visitas fueran tan escasas y cortas. Porque ahora prefería que esas fueran sus únicas preocupaciones. Trivialidades de héroes a las que había concedido demasiada importancia.

Aquella larga llamada que comenzó con la mejor de las sorpresas, le había dejado una tristeza incontenible, aunque ninguna lágrima salió de sus ojos. La madrugada paso con una tortuosa lentitud y cuando finalizó la charla aún después de apagarse el monitor, se quedó ahí, mirando a la nada. Asimilando la difícil resolución que había tomado.

No reacciono al sonido de la manija girando, ni al chirrido de la puerta. Tampoco lo miro cuando le llamo por primera vez, o la segunda. Cuando noto su presencia murmuro que se hallaba bien, y se levantó del suelo ignorando el dolor y cosquilleo de las extremidades entumecidas por la incómoda posición. Lo vio sin mirarlo y pasó junto a él sin saludarlo o discutir. Entró a la habitación que compartían y después al cuarto de baño y ya en la ducha esperó el momento de explotar de rabia, enojo y reclamos, pero no podía.

A Richard le preocupó más aquel recibimiento que cualquier pelea que hubieran tenido. La conocía muy bien, pero nunca la había visto así. No le pregunto nada cuando paso a su lado ignorando su intento beso de buenos días, no recordaba haberle visto esa expresión nunca, lo que lo desánimo a interponerse entre ella y la puerta de la ducha (o del lugar al que quisiera escapar), como hacía normalmente para sonsacarle el motivo de su molestia. Ni siquiera se veía así de afectada cuando Sedita murió definitivamente.

Decidió esperar, no solo a que saliera de la ducha, sino a que ella misma quisiera hablar. Justo cuando el sonido del agua paro, el posible motivo de la actitud de su novia le golpeo la consciencia. Tanto que había repetido que no lo olvidaría, que estaría ahí, y que no llegaría tarde (al día siguiente), como le había estado sucediendo. Ya era el día siguiente. Se golpeó la frente con la palma.

"¿Cómo pude ser tan idiota? ¡Qué otra cosa podía ser!"

Koryand'r salió del baño, y esta vez, un poco más despejada sí le devolvió la mirada. Dick se acercó a ella y la abrazo por la cintura, sin importarle que su ropa se empapara.

— Kory, lo siento. No me di cuent… - comenzó a disculparse.

— No tiene importancia. – Le interrumpió con una voz inusualmente apagada.

— Sé que para ti importa. - Insistió acariciándole el rostro.

Pero se equivocaba.

— Ya no es relevante. - Insistió, tomándole las manos para deshacer el abrazo, pero sin soltarlo, quedando frente a frente.

Ella tenía que hablarle de ese nuevo otro asunto y de la decisión tomada que sabía que no le iba a gustar. Pero sin darle tiempo a nada Richard acerco sus labios a los de ella, y la beso. Ella le correspondió más lento de lo normal, casi como un primer beso indeciso que rápidamente evolucionó a ser apasionado.

La joven de cabello rojo se apartó suavemente mirándolo a los ojos, decidida a informarle que iba a marcharse del planeta por un tiempo. Pero sentir el calor de su abrazo, el contacto de sus manos, la necesidad de besar sus labios...

Hasta ese momento no sabían con cuánta urgencia necesitaban estar juntos. Y entonces él volvió a la carga, olvidándose de su extraño comportamiento. Dick la atrajo hacía él, Kory le rodeo el cuello con sus brazos y sintió su mano recorrer su espalda. De los besos pasaron a las caricias y terminaron tumbados en la cama, entregándose a sus ganas de amar. Así, el día dio paso a la tarde.

Estaban despiertos, entre las sábanas y sin decir nada. Generalmente, se miraban mutuamente por un rato, pero cada uno estaba absorto en sus asuntos. Kory tomó aire, finalmente dispuesta a hablar con su pareja sobre la decisión que había tomado y la situación que la obligaba. No iba a discutir ni a negociar, sólo quería hacérselo saber.

— Tengo algo importante que decirte, - Richard le ganó la palabra y la joven decidió escucharlo. — este asunto de Gotham tomará unas semanas más. - Cuando lo vio partir, se ausentó por unas semanas, y por aquel entonces había dicho "unos pocos días". — Sé que acabo de volver y te prometí dos días, - Para ese momento ya se había incorporado, quedándose sentado en la cama, luchando por dentro con su nerviosismo por la consiguiente pelea que traería la noticia. Ella cerró los ojos —pero Gotham me necesita.

"Pero Gotham me necesita". Pensó al mismo tiempo que él lo decía. Y era cierto, la ciudad que le había visto crecer (al menos más tiempo que cualquier otra ciudad), parecía hallarse en un círculo vicioso de problemas. Más que en otras ocasiones y por X'Hal que entendía a la perfección, y a pesar de ello, la alienígena no pudo evitar sentir una punzada de celos o resentimiento; no estaba segura cuál era exactamente la sensación. Suspiro resignada y abrió los ojos. No era el momento. Tamaran también la necesitaba a ella, Galfore la necesitaba y sobretodo, Ryand'r.

Con la vista puesta en su novia, Richard espero no solo una reacción, sino una reclamación entera y no la culparía si ya hubiera hecho un pliego petitorio. Pero parecía más bien pensativa, o preocupada.

— Kory, - llamó su atención con tono dulce, a punto de acariciar su mejilla. — muy pronto terminará lo peor, y cuando eso suceda, te compensare con creces...

— La situación en tu ciudad estaría más próxima a resolverse sí hubieras aceptado ayuda. Nuestra ayuda. - Reclamo al fin alejando su rostro, cansada de escuchar por segunda vez ese discurso de consuelo y haciendo énfasis en lo último.

— No. Eso no. - Dijo tajante, cambiando totalmente su postura y tono de voz de cariñoso a tenso. — Es casi una guerra, si algo les pasará... Si algo te ocurriera a tí, jamás me lo perdonaría.

— Tienes pleno conocimiento de la fuerza y resistencia que poseo. - La recriminación salió de su boca sin pensar, no tenía intenciones de volver a tener esa discusión.

— ¡No se trata solo de volar y lanzar unos cuantos rayos esperando la rendición de los villanos! - Se arrepintió apenas lo dijo, pero no pudo detenerse como la última vez. — Estoy hablando de la peor escoria que no se detendrá hasta hacer mierda tus creencias y acabar con lo que te importa.

Koriand'r le dedico la mirada más dura y Dick no la pudo sostener. Sabía que antes de unirse a los Titanes la joven había sufrido a manos de otra raza extraterrestre (de la cuál escapó gracias a él y sus amigos), y que jamás quiso hablarle de ello. Pero su intención no era menospreciarla. Solo quería que estuviera a salvo, en un terreno conocido y con mentes criminales no tan retorcidas.

— Te recuerdo, Richard, que juntos nos hemos enfrentado a malhechores que no usan armas de juguete, precisamente. - Apuntó con la mayor seriedad posible, pensando el modo de abordar el tema de su planeta.

— Entiendeme. Te prefiero aquí, a salvo. - Le pidió con un tono más suave pero enfático, mientras frotaba su entrecejo con sus dedos índice y medio para calmarse a sí mismo.

No hubo ningún comentario en respuesta. Starfire se quedó reflexionando en sus últimas palabras, porque aquella declaración le estaba dejando en claro que él no estaría de acuerdo con su partida (una vez que le explicará lo mal que estaba la situación), y ella no quería irse enojada y en malos términos. Tampoco podría acompañarla, claro estaba. Entonces llegó a una sola conclusión, y era que él no se enteraría. Probablemente tardaría más de un mes en Gotham y ella necesitaba menos que ese tiempo. Cuando volviera tras solucionar sus asuntos, le diría del viaje realizado y aceptaría las consecuencias. Pero también habría otro tema a discutir, y ese era el rumbo que estaba tomando su relación. Últimamente se sentía como otro mueble, esperando ser de utilidad a su llegada, y a pesar de comprender el estrés y que solo podían verse por poco tiempo, no había escuchado un "te amo" desde la última visita. Porque comenzaron a discutir.

Quizá le ayudaría alejarse, y una vez que resolviera los asuntos de Tamaran, podría pensar más claramente.

Mientras ella cavilaba él se había levantado, luciendo varios cardenales y algunas heridas nuevas y a medio cicatrizar, se fue a la ducha dando por finalizada la discusión y eso molestó a su novia. Nuevamente, sacudiendo la cabeza, decidió lidiar después con ese sentimiento. Ella también tenía que salir pronto hacía su planeta natal. Se levantó de la cama para dirigirse al closet y calcular cuanta ropa llevaría, mientras tomaba la que se pondría. Sus medidas habían cambiado desde la última vez que fue de visita, y no tendrían ropa de su talla a la mano. Estaría cuando menos cuatro o cinco días terrestres, quizá una semana.

Mientras se daba un baño rápido, Dick se sintió como un patán. Esos momentos fuera de aquella ciudad era lo que lo mantenía cuerdo, y tenía que irse discutiendo. Sabía que al final del día su novia comprendería que nunca haría de menos su ayuda o habilidad, pero temía estar llegando al límite de su paciencia. Sobre todo porque últimamente perdía la noción del tiempo de último momento, y aunque pareciera increíble, avergonzado, llevaba la cuenta de sus retrasos.

Al salir observó a Starfire ya vestida e inusualmente tranquila y sin comentarios sobre su actual desacuerdo. Por un momento, un mal presentimiento lo paralizó, pero al verla ella le indicó con un movimiento de cabeza que había dejado un cambio de ropa para él sobre la cama. En ese momento deseaba haber llegado a su cita, o quedarse y preparar la cena, pero las horas que tenía para verla eran pocas y casi prestadas. Termino de cambiarse y salió a la sala justo en el momento que sonaba el timbre y Kory iba presta a atender, volvió con una enorme pizza entre las manos.

Comieron en un silencio tranquilo, y Richard pudo notar que ahora el aderezo favorito de su novia era la salsa de manzana y salsa de queso amarillo revueltos. Le parecía un poco más delgada y aunque durmieron algunas horas, tenía ojeras. Sabía que de momento nada pesado se desenvolvía en la ciudad, por lo que dedujo que lo había esperado despierta toda la noche. Suspiró sin darse cuenta. Cuándo volviera definitivamente a Jump City, haría cualquier cosa que ella le pidiera.

Casi una hora más tarde Starfire lo acompañó a su motocicleta.

— ¡Espera..! - No te vayas. Pensó con urgencia.

— ¿Si? - Se detuvo a punto de subir a su vehículo y se quitó el casco prestando atención.

Quiso contárselo todo antes de verlo partir. Lo miró por un momento a sus interrogantes ojos azules. Entonces él echó un vistazo rápido al reloj de su muñeca, y Starfire sintió que era tarde para hablarle del asunto. Iba a retrasarlo aún más.

— Te amo. - Era lo único que en realidad le importaba que supiera.

—Yo también te amo. - Respondió con media sonrisa en el rostro, dedicando un momento más a contemplarla.

Ella mostró una leve sonrisa que terminó de apaciguar el nerviosismo y la culpabilidad del muchacho. El alivio sepultó totalmente esa sensación extraña y la preocupación. La compensaría con creces. Era una promesa.

Se colocó de nuevo el casco y subió a la motocicleta.

— Adiós, Dick. – Lo dijo poco antes que él arrancará.

Ninguno de los dos sabía que esa podría ser una despedida permanente.


Obviamente me inventé la revoltura de queso y salsa de manzana, por favor no lo intenten en casa.

Los leo en los reviews, y de antemano gracias :)