Una nueva aplicación
Ella estaba como siempre en su estudio, el lugar más preciado que tenía en casa, una habitación gigante que usaba más que cualquier otro espacio de su vivienda, tenía tantos libros escritos por brillantes autores como también unos propios, algunos publicados otros a medias y los más especiales para ella, investigaciones personales que jamás publicaría.
No escuchó los pasos que se acercaban tras suyo, estaba muy concentrada en su nueva lectura, un reciente descubrimiento del lugar que habitaba, Magnolia, algo que pasó hace más de mil años, algo que por mucho tiempo había sido tomado como una leyenda, pero detrás de estas había encontrado las más asombrosas verdades.
¿Pasaría esto de nuevo?
– Gremios mágicos de Fiore ¿Qué es eso? – Preguntó seguidamente de leer el título del libro que la peli escarlata sostenía
– ¡Mira! – Exclamó tomándose del pecho – Me asustaste – Emitió más tranquila
– Dijiste que vendrías a almorzar y no lo has hecho – Se cruzó de brazos
– Te dije que iría en una hora – Rebatió
– Han pasado exactamente una hora con cuarenta y cinco minutos, Erza Scarlet – La reprendió
La peli escarlata sintió su cuerpo tensarse, sabía que a su amiga la enojaban sus hábitos alimenticios y más cuando ella hacía la comida.
– Perdón, pero me quedé muy entretenida leyendo y…
– Sí, sí, sí – Le restó importancia a lo que decía con la mano – Siempre te quedas como hipnotizada cuando investigas, mejor vamos a comer – Se dio la vuelta saliendo de la habitación
Erza decidió levantarse y seguir a la albina, no recordaba cuando había sido su última comida, cosa que también prefería omitir mientras Mira estaba en casa.
No la culpo al respecto.
Llegaron al comedor y cada quien ocupó su lugar empezando a degustar el delicioso guiso que había hecho la albina.
– ¿Se puede saber que investigas ahora? – Preguntó Mira antes de llevarse un bocado
– Hay una leyenda antigua sobre unos Grandes Juegos Mágicos que se realizaban hace más o menos mil trescientos años atrás – Explicó después de tomar un sorbo de agua – Quienes participaban eran gremios de magos, descubrí que aún existen algunos edificios de estos en todo Fiore, así que empecé a recopilar más datos y… – Bostezó del cansancio llevándose la comida a la boca seguidamente, pues también tenía hambre – Encontré otros gremios, algunos eran oscuros, ilegales, otros eran de cazadores de tesoros; voy por la letra f… – Apoyó su rostro en una mano – Estoy leyendo sobre el gremio Fairy Tail, es del que más información hay, no es que haya mucha, pero a comparación de los demás, sí está más completa, se supone que ayudaron en la guerra contra el reino de Alvarez
– ¿Dices que la guerra se ganó con magia? – Alzó una ceja totalmente incrédula
– Después de todos estos años, sé que detrás de cada leyenda hay algo de verdad – Se encogió de hombros
– ¿Y resolvían todo con el poder de la amistad? – Rio negando – Suena demasiado ficticio para mí
– Abrirán una exposición del gremio en el museo central de Magnolia en unos meses, por lo que he decidido conseguir trabajo ahí – Asintió convencida
– ¿Por qué no solo usar tus influencias como historiadora estrella en vez de trabajar? – Cuestionó con el ceño fruncido – Perderías tiempo en el trabajo, sin poder avanzar tu investigación
– Porque quiero hacer algo más que solo investigar para mí – Decía con un cierto brillo en los ojos – Hace demasiado tiempo que no publico nada y aunque haga ponencias, ya no siento que sea lo mismo que antes, quiero algo nuevo, si consigo el trabajo de historiadora en el museo podré tener una diferente perspectiva, investigar sobre otras cuestiones, poder expandir más mis horizontes, aprender en primer lugar cómo funciona un museo, poder hablar del mismo tema de diferentes perspectivas para que la imagen sea más fresca, tal vez cambiar la idea de que los museos son aburridos y que ves lo mismo mil veces, al ir a mi entrevista llevaré un nuevo proyecto en el que estoy trabajando desde que se me ocurrió esta idea – Habló entusiasmada, Mira se alegró de verla así, hace mucho que no hablaba de algo con tanto interés
– Entonces me emociona que consigas este empleo – Emitió con sinceridad – ¿Cuando vas a ir por el trabajo o irás a tu entrevista o cómo? – Preguntó con curiosidad
– En tres días – Contestó con una sonrisa – Veré a la directora del museo
– Vas a ver que lo lograrás, siempre consigues lo que te propones – Le sonrió de vuelta
– Gracias, Mira. Espero que sí
– Por cierto – Soltó después de un breve silencio – Te tengo un obsequio – Sonrió de lado
– ¿Qué cosa? – Preguntó con cautela entrecerrando la vista no confiando en la sorpresa de su amiga
– Me tomé la libertad de instalarte una nueva aplicación en el celular – Contestó sin darle importancia
Erza negó con una risa – No me imagino de que sea – Dijo irónicamente
– No es la misma que antes, te lo prometo – Alzó su mano izquierda – Es más… light – Buscó una palabra muy contraria a otra aplicación que le había instalado
– Tú y tus aplicaciones.. – Rodó los ojos hacia un lado – Pero ya te dije mil veces que no estoy interesada
– Yo ya la usé personalmente y es súper confiable – Asintió pasándole su celular
Erza con desconfianza tomó el aparato, aunque claramente no tenía intención de usarla – Tú deberías de dejar de usar estas apps de citas, si quieres a alguien búscalo en la vida real
– No es una app de citas – Aclaró – Es para conocer gente – Decía arrebatándole el celular y abriendo su nueva descarga – Solo la puedes usar con una verificación de tres fotos, alguna identificación y al menos tres redes diferentes con el mismo nombre de usuario – Explicó – Es imposible que te topes con alguien que no sea real y como te dije no es de citas – Le mostró la pantalla – ¿Ves? Hasta yo te salgo en sugerencias – Dijo la albina para después proceder a deslizar su foto a la derecha
– Lo de conocer gente significa ligar, algo a lo que yo no estoy dispuesta – Negó no queriendo ver su celular
– ¿Segura? – Mordió una porción de su labio inferior
– Ay, no ¿Qué hiciste? – Reconoció esa mirada suya
– Yo… la estuve usando un ratito por ti y – Intentó no soltar una risa – Adivina a quien encontré – Emitió con voz cantarina
– No quiero saber – Se cruzó de brazos viendo a otro lado
– ¿Ni aunque sea de cabello azul y su nombre empiece por J? – Preguntó con falsa inocencia
– Je-Jellal – Tartamudeó sintiendo sus mejillas rojas – ¿Él está en esa app?
– Veo que ahora sí tienes interés – Alzó las cejas con satisfacción
– ¡¿Le hablaste?! – Exclamó no creyendo lo que su amiga le decía
– No – El rostro de la peli escarlata se tornó en una leve decepción – Pero él sí a ti – Sonrió la albina viendo como su amiga se emocionaba de nuevo
– ¿Qué dijo? ¿Cómo fue? ¿Estás segura que es él? – Hablaba rápidamente
– Él fue quien deslizó tu foto primero – Empezó diciendo – Yo solo lo hice de vuelta y resultaron match, después recibí un mensaje de él que decía – Aclaró su garganta levantando el celular hacia sus ojos – Hola, Scarlet. Tanto tiempo sin vernos, no creía que usabas esta clase de aplicaciones
– ¿Hace cuanto lo envió?
– Como tres horas – Contestó la albina restándole importancia
– ¡¿Tres horas?! – Exclamó arrebatándole el celular a su amiga – ¡¿Lo dejaste en visto tanto tiempo?!
– Yo no, tú – Decía para hacer sufrir a su amiga un poquito más
– No, no, no, no, no, no, no – Negó repetidas veces – ¿Que va a pensar de mí?
– Que después de tantos años en los que babeaste por él no caes al primer mensaje que recibes
– ¡Mira! – Le reclamó sintiendo sus mejillas arder
– Pero si es la verdad – Se cruzó de brazos – ¿Por qué no mejor en vez de lucir pasmada le escribes de vuelta?
– No creo que, él no, y yo, es que es…
– Jellal siempre te ha gustado, háblale ahora que tienes la oportunidad – Intentó convencerla
– Pero yo a él no – Dijo convencida dejando el celular en la mesa – A lo largo de estos años creo que fui muy obvia – Hablaba jugando con la servilleta en sus piernas – Y la verdad no siento que él no se haya dado cuenta, solo que… nunca le gusté. Después por la universidad nos distanciamos y ahora, yo tengo mi vida, él la suya y ni siquiera sé si vive aquí – Se cruzó de brazos algo frustrada
– Lo poco que supe de Jellal es que era algo tímido, pero tal vez ahora las cosas son diferentes, digo… él te mandó el mensaje ¿No? ¿Por qué no solo le contestas y averiguas que pasa? – Insistió
Aquí les pregunto: ¿Qué hubieran hecho ustedes? ¿Confiar en Mira o seguir el instinto de Erza de no contestar?
La peli escarlata mordió su labio inferior releyendo el mensaje por milésima vez en ese momento – ¿Qué te parece si le escribo algo como...? Hola, Jellal. No me la instalé yo, fue Mira. Jajaja. Y sí, hace mucho no nos vemos, más o menos desde la secundaria ¿No? – Frunció el ceño como si mandar un mensaje de texto fuera lo más serio del mundo
– Eso está patético – Dijo su amiga con sinceridad
– ¡Mira! – Le reclamó
– Tiene que ser algo más espontáneo, algo así… – Tomó el celular borrando lo que quería mandar Erza – Hola, Jellal. Sí ha pasado mucho, ¿Te parece si salimos o tu novia se molesta? Jeje
– ¿Jeje? ¿En serio, Mira? – Alzó una ceja
– ¿Qué tiene? Suena tranquilo como si no te lo hubieras pensado mucho
– ¿Cómo que, qué tiene? – Le quitó el celular – Está muy directo – Negó – Yo no soy así, jamás le enviaría un salimos o tu novia se molesta, menos aún un jeje
– Así matas dos pájaros de un tiro, saber si quiere salir contigo así no pierdes tu tiempo y también saber si tiene a alguien
– Bueno sí – Inclinó la cabeza – ¡Pero no! – Exclamó borrando lo que había puesto la albina – Eso se pregunta después, de una manera más sutil, no así, Mirajane. Empecemos de nuevo… desde el principio – Empezó a teclear – Hola, Jellal….
Y mejor no les digo que pasó porque la decisión del mensaje fue muy larga, muchos disparates de la albina agregados a los sonrojos de la peli escarlata.
Dejémoslas ahí decidiendo.
…
Tenía una pila de papeles por ordenar, otra por firmar y una más solo para revisar, era demasiado trabajo, pero todo había quedado de lado desde que tomó su cuaderno de dibujos, uno que no había tenido en manos hace ya tanto tiempo, no recordaba lo que sentía al trazar líneas en el papel sin miedo a equivocarse, dejándose llevar por la idea que tenía en mente, era extraño, su cerebro no sabía a dónde sus manos querían llegar hasta que por fin vio el boceto finalizado, ese precioso rostro que no había olvidado después de tantos años.
– Erza Scarlet – Suspiró no creyendo a quien veía en el papel
Era increíble como la vida trabajaba y más aún cuando era apoyada por la tecnología, esa mañana como ninguna otra se tomó el tiempo de limpiar la memoria de su celular, pasar algunas fotos a su laptop, borrar otras, guardar archivos, borrar otros y lo más importante desechar las molestas aplicaciones que no usaba, pero ocupaban espacio de almacenamiento.
Y encontró esa aplicación que había descargado hace mucho, una que le parecía muy segura y divertida a la vez, la curiosidad lo invadió y revisó los nuevos detalles de la app pensando en si era correcto mantenerla, llegó a la sección que tenían las fotos de las personas cerca tuyo, empezó como jugando a deslizar, reía recordando su uso como cuando recién se la instaló se pasaba horas así, no sabía ni para qué pues no era exactamente alguien que contestaba los mensajes, tal vez solo la curiosidad de saber quién está en la siguiente foto y así llegó a ver ese rostro que fue su inspiración por el resto del día.
Esa mujer de cabello escarlata que no pudo borrar de su mente ni por un segundo, a la que en su adolescencia solo se había atrevido a tratarla como una amiga, pues no sentía que pudiera llegar a ser algo más, deslizó su foto y casi al instante recibió un match de ella, la emoción lo embargó, así que decidió escribirle un mensaje.
Algo simple y casual, se decepcionó un poco cuando notó que había visto su mensaje, pero no le contestaba, no quiso darle mucha importancia pues sabía que Erza era una mujer ocupada, así que mejor se decidió por empezar a dibujar, no creyendo que terminaría con un boceto del precioso rostro de ella, estaba algo triste de dejarle el cabello en tonos grises como el resto del dibujo, pues solo tenían lápices en esa oficina, aunque sentía que no le alcanzarían todos los tonos de rojo, carmín o mismo escarlata del mundo para poder siquiera alcanzar con sus trazos una milésima de la preciosidad de color que tenía su cabello.
Se reclinó en su silla dejando el dibujo en el escritorio pensando en que tal vez había sido una tontería mandarle un mensaje, más aún porque…
Escuchó como su celular vibraba tenía una pequeña esperanza de que sea Erza, pero no, solo uno de esos mensajes que te llegan de publicidad.
¿Cuántos más hemos sido víctima de esa clase de mensajes o llamadas?
Igualmente se dirigió a la app, sonrió instantáneamente cuando vio en el chat de ella que se encontraba escribiendo un mensaje de vuelta y escribiendo y escribiendo y escribiendo…
El peli azul estaba confundido, pensó que sería alguna falla de la aplicación, decidió reiniciar su teléfono cuando de pronto, le entró una llamada.
– Hola, Ultear – Habló decepcionado contestando el teléfono
– Si contestas así ya ni dan ganas de llamarte – Decía falsamente ofendida – ¿Pasó algo en el trabajo? – Tomó un tono más serio
– No, nada. Es solo que… no importa. Luego te cuento ¿Por qué llamabas?
– Solo quería saber si vas a llegar a la cena de hoy
– Claro que sí – Dijo seguro – Le dije a Mer que estaría y obviamente lo haré
– Bueno, nos vemos allá entonces.
– Está bien. ¿Compraste lo que te pedí?
– Claro que sí – Contestó ella muy animada – Todo está perfectamente en orden
– Muchas gracias, Ul. Eres la mejor
– Ya sé – Contestó dándose importancia como de costumbre
Unos nudillos que tocaron la puerta interrumpieron su conversación, el peli azul tapó la parte baja de su celular y habló – Pasa
Una mujer de cabello negro y enfundada en un kimono entró a su oficina, con una expresión nada feliz.
– Nos vemos en la cena, adiós – Se apuró a decir Jellal
– Adiós
Colgó el teléfono, su vista volvió a la última aplicación que había abierto, y efectivamente la peli escarlata aún seguía escribiendo, decidió reiniciar su aparato y ver a quien tenía enfrente.
– ¿Se te ofrece algo? – Preguntó el peli azul con seriedad
– Solo venía a verificar cuán avanzado estabas – Contestó ella cruzada de brazos con una mirada vacía
– Lo último que terminé se lo envié a Juvia para que te lo llevara directo a tu oficina
– Aún así veo que te falta demasiado – Observó las pilas de documentos en su escritorio
– Todo esto son cosas que debo adelantar, pero no son urgentes – Le restó importancia
– Deberías considerar ser dueño de tu tiempo y no esclavo de la premura, Jellal – Soltó con voz fría
– Créeme que sí lo soy
– ¿Interrumpí tu conversación? – Preguntó la pelinegra
– No – Negó con la cabeza dirigiéndole una rápida mirada a su celular – Solo era Ultear
– Ah – Por un segundo pareció que su mirada vacía cobró vida – Y… ¿Cómo está ella?
– Podrías llamarle y preguntarle tú misma ¿No crees? – Intentó no decirlo con burla, el silencio de ella fue su respuesta – Está bien, también me pregunta por ti
– Me alegra que se encuentre bien – Asintió dándose la vuelta hacia la puerta ignorando lo último que Jellal le dijo
– Seilah, ya deberían de hablar ¿No crees?
La pelinegra se volteó y vio hacia el ventanal detrás del peli azul – ¿Quién es ella? – Preguntó bajando la mirada al dibujo que había hecho Jellal
– E-ella, pues ella es… un dibujo, nada más – Tomó el cuaderno cerrándolo con torpeza y rapidez – La pelinegra soltó una muy breve risa
– ¿Quieres hablar al respecto? – Alzó una ceja
– No – Contestó posando la mano en la tapa
– Ahí tienes mi respuesta también – Se encogió de hombros – Por cierto – Se acercó al escritorio del peli azul – Ten – Dejó una pequeña caja enfrente suyo – Es para Meredy
– Lo recordaste – Sonrió viendo el presente con un pequeño moño azul
– Digamos que la memoria es lo único que no me falla – Suspiró – Deséale un muy feliz cumpleaños y que ojalá venga pronto – Decía sincera
– Se lo haré presente – Asintió con seriedad – A menos que quieras ir a la cena por su cumpleaños
– Debo trabajar – Negó y aunque era cierto, no era el principal motivo
– De acuerdo – Aceptó
– Juvia ordenará comida ¿Gustas o irás a almorzar con...?
– Lo que traiga Juvia me parece fantástico – Se apresuró a decir
– Ya le digo, nos vemos
– Adiós
Su jefa salió de su oficina cerrando la puerta con su usual calma y sutileza, el peli azul volvió a tomar su celular y le alegró ver por fin una respuesta.
" Hola, Jellal. ¿Cómo estás? " Leyó y una sonrisa se extendió en su rostro, decidió contestar y empezar a trabajar con esa alegría que lo había invadido al completo.
…
Habían hablado animadamente por chat todos estos últimos días, y por fin iban a encontrarse esa tarde, el peli azul le había dicho que podían verse en un restaurante llamado 8-Island, para cenar, Erza no cabía en la emoción que sentía, ese día iba a ser simplemente perfecto.
Esa mañana tendría su entrevista de trabajo, se había cambiado cinco veces de atuendo, hasta que quedó con un vestido azul y un blazer negro junto a tacones del mismo color, llevaba un maquillaje suave, guerdó en su bolso la carpeta en la que estaba su propuesta, nada podía fallar.
Después de despedirse de Mirajane condujo hasta el Museo Central de Magnolia repasaba lo que diría una y otra vez en su mente, había escuchado que la directora era demasiado estricta, intentaba convencerse de que ella era la mejor opción para el trabajo.
Por fin llegó, parqueó su auto en uno de los sitios en la entrada, decidió comprar un café en el carrito de afuera, subió las escaleras hacia las puertas del lugar y se dirigió por donde un guardia le había indicado, de repente su celular vibró en su bolsillo, lo sacó y leyó el mensaje que había recibido:
" Buenos días, señorita Scarlet. ¿Cómo amaneció usted hoy? "
" Un poco tarde su mensaje de buenos días ¿No cree? " Texteó con una sonrisa.
" Entre mis muchas responsabilidades recién pude mandarte un mensaje, lamento el retraso en tal caso "
" No lamentes nada. Buenos días, Jellal. ¿Cómo estás? "
" Bien, acabo de llegar al trabajo. ¿Tú? "
" También estoy bien y… ¿Recuerdas eso importante que tenía que hacer hoy? "
" ¿Eso tan importante y súper secreto que no me has querido decir? Creo recordar algo así "
" Ja ja ja que gracioso "
" ¿Ya me dirás que es? "
" Bueno, digamos que… Fue lo único que alcanzó a escribir, pues andaba tan distraída que había derramado su café en alguien más.
– ¡Perdón! – Negó la peli escarlata dejando sus cosas a un lado sacando unas toallas desmaquillantes que tenía en el bolso – Lo siento mucho, no era mi intención – Decía limpiando el café del pobre chico que había sido víctima de su despiste
– Debería fijarse mejor por donde camina – Esa inconfundible voz la hizo levantar la cabeza, no creía a quien veía – Al menos su café no estaba hirviendo si no, no solo sería mi camisa la afectada – Continuaba diciendo con una sonrisa
– Jellal – Susurró no creyendo a quién tenía enfrente – ¿Qué haces aquí? – Preguntó desorientada
– Trabajo aquí – Contestó viendo el lugar – A menos que me haya equivocado de lugar o la placa de la oficina de la que acabo de salir esté errónea también – Decía pensativamente
Ella rio negando – Perdón por lo del café – Continuaba limpiando su camisa
– Está bien, déjalo así. De todas formas iba a cambiármela para la noche – Sonrió viendo los ojos de ella
Erza se quedó hipnotizada por su mirada mientras su mano seguía intentando quitar la mancha de café, tanto tiempo sin haberse visto, pero parecía igual de mágico que la primera vez, Erza no podía creer que él trabajara justo ahí y menos que se encontrarían antes en su lugar de trabajo que en el restaurante.
– ¡Oye! – Escucharon ambos sintiendo como su burbuja explotaba – ¡¿Por qué estás tallando a mi esposo?! – Se acercó una mujer de larga cabellera blanca
La peli escarlata la vio con gran confusión no creyendo lo que escuchaba – ¿Tú esposo? – Preguntó con decepción
– Sorano, baja la voz – La reprendió Jellal
– Y-yo yo le derramé café sin querer – Negó alejándose del peli azul – Lo siento, señor – Fingió no conocerlo
– Espera… – Habló queriendo ir detrás de la peli escarlata, pero sintió una mano que lo detenía
– No te atrevas ni a dar un paso más – Escuchó esa voz que no podía soportar ni un minuto más
– ¿Qué haces aquí? – Preguntó con fastidio
– ¿Tú crees que me mandas un mensaje diciendo: Tenemos que hablar, nos vemos al almuerzo y me voy a quedar tan tranquila esperándote? – Se cruzó de brazos
– Hazme el favor de bajar la voz y hablar con tranquilidad – Advirtió – Si no quieres esperar a la tarde, perfecto – Intentaba no perder la paciencia – Vamos a mi oficina, entonces – Estiró la mano para que pase antes que él
…
Erza estaba confundida, decepcionada, no quería admitir que algo dolida, pero no sabía porque, Jellal nunca había insinuado algo más en todos sus mensajes, la cita que ella se había imaginado no era una cita, al parecer solo una salida de amigos, se sentía conflictuada, aún no podía entender lo que había pasado y lo más importante es que él tenía esposa.
– ¿Gusta algo para tomar, Erza-san? – Preguntó con educación la secretaria de la directiva
– Un vaso de agua, por favor Juvia – Suspiró la peli escarlata contestando en automático y botando el vaso que antes contenía café a la basura
– Aquí está – Dijo la peli celeste dándole lo que había solicitado – A Juvia le alegra que haya aceptado venir a la entrevista para historiadora del museo
Erza sonrió levemente, no quería ser descortés, pero la verdad no tenía ánimos de hablar.
– La señorita Ryogets no tardará en atenderle – Agregó Juvia no entendiendo la reciente actitud de la peli escarlata, el día anterior que la había llamado sonaba muy feliz por la entrevista
La historiadora esperó pacientemente, decidió enfocarse en su entrevista de ahora, sacó la carpeta de su bolso y revisó su propuesta, trató de concentrarse lo máximo posible, no quería fallar y no iba a hacerlo.
– Erza-san – La llamó después de unos minutos la peli celeste – La señorita Ryogets la está esperando en su oficina – Señaló la puerta de enfrente
– Gracias, Juvia – Sonrió con cortesía y caminó hacia allá
La peli escarlata respiró profundamente y se encaminó a la última puerta del largo pasillo, tomó la perilla abriendo con cuidado y vio a la que si salía todo bien sería su futura jefa, una mujer de largo cabello negro envuelta por un kimono que tenía una mirada vacía y un semblante de seriedad casi de aburrimiento, Erza no sabía que le esperaba con esa entrevista.
– Buenas tardes, señorita Scarlet – Decía con la mirada en unos papeles que estaba revisando y ordenando – Pase, por favor. Tome asiento
– Gracias – Intentó lucir serena – Buenas tardes – Se sentó enfrente del escritorio
La entrevista de trabajo empezó como cualquier otra, preguntas sobre su carrera, logros, títulos, otros empleos, que expectativas tenía y más cuestiones similares.
– ¿Y cuál es su interés en adquirir específicamente este trabajo? – Preguntó la directora del museo con ambas manos entrelazadas encima de su escritorio ya despejado
– La verdad empecé una investigación sobre los gremios de magos que se supone hubieron en Fiore hace más de mil años y estoy interesada en la reciente exposición que se hará sobre Fairy Tail – Respondió con más calma, la verdad la pelinegra solo lucía imponente, pero cuando empezaron a hablar sobre sus trabajos y descubrió que era una de sus lectoras se sintió más en una conversación que en una entrevista
– ¿En serio? – Entrecerró los ojos expectante – ¿Ya tiene algún adelanto de esa investigación?
– Solo lecturas, pero nada a lo que pueda concluir por mí misma – Contestó extrañada ante su interés por lo que investigaba
– ¿Va a averiguar sobre todos los tipos de gremios de las leyendas o solo los mágicos?
– Creo que empezaré por esos, pues son de los que más información existe, pero también me interesan los otros, al final todos están relacionados de algún modo
– Ciertamente – Asintió como si pensara en algo en específico volteando a la computadora que se encontraba a su derecha – Bueno señorita Scarlet, no hay más que decir, está usted contratada, felicidades es la nueva historiadora del museo central de Magnolia – Volteó a verla y estirarle la mano derecha
Erza la estrechó emocionada, estaba en serio contenta por lo que lograría para su investigación – Muchas gracias, de hecho… – Soltó la mano de su jefa y quiso abrir la carpeta – Tengo un proyecto para..
– Justamente a eso iba – La interrumpió – Usted discutirá sus labores y proyectos con el co-director del museo, cualquier otro día sería yo misma quien atienda todo lo que concierne al museo, pero estos días por la nueva exposición debo delegar labores – Torció el gesto poniendo las palmas hacia arriba como si se rindiera al respecto volviendo su atención a la pantalla de su computadora
– No se preocupe, muchas gracias igualmente – Se levantó de la silla tomando sus cosas para dirigirse hacia la puerta
– Scarlet – La llamó sin dirigirle la mirada antes de que saliera
– ¿Sí? – Volteó Erza
– En su investigación… – Hizo un puño con la mano izquierda enderezándose para verla – ¿Podría mantenerme informada de lo que encuentres sobre el gremio Tártaros?
– Está bien – Asintió la peli escarlata no entendiendo el motivo y reservándose el preguntar – Le aviso cualquier cosa
– Gracias – Emitió sincera – Y deja de tratarme de usted, vamos a trabajar juntas después de todo – Lo dijo con amabilidad
– De acuerdo – Sonrió – Adiós, Seilah
– Nos vemos, Erza – Vio como la peli escarlata salió de su oficina
Cuando la puerta estuvo cerrada se dispuso a tomar uno de los tantos libros que su familia le había heredado desde hacía varias generaciones, pasó los dedos sobre la cubierta, sabía lo hábil que era la mujer que acababa de salir de ahí, ella misma también quería saber cosas, pero sentía que habían algunas que no debían saberse, secretos que debían quedar callados y ocultos en el tiempo, el que Erza amenace ese estatus la ponía algo nerviosa.
…
Estaba enojado, no creía que tendría la misma conversación con la misma persona después de tantos años, estaba realmente harto, había llegado a un límite.
– ¿Cuántas veces te he dicho que no vengas a mi oficina sin avisar? – Preguntó serio viendo a la mujer de cabello blanco a los ojos
– ¿Por qué haría eso? – Alzó una ceja cruzándose de brazos – Ah, ya sé. Para dejar que te ligues a cualquiera que cruce tu camino como la chica del café hoy, por ejemplo – Decía ofendida
– Tú y yo estamos divorciándonos, no tienes motivo alguno para vigilar que hago o dejo de hacer y mucho menos para hacerme estas escenas de celos mientras estoy en la oficina – Alzó un poco el tono de voz
– Nosotros estamos casados mientras yo no firme el convenio de divorcio, así que aunque te fastidie y me odies con cada célula de tu cuerpo yo soy tu esposa
– ¡Llevamos más de cuatro años en esto, Sorano! – Exclamó exhausto y perdiendo la paciencia – Solo firma el convenio, hazlo por la tranquilidad de ambos. Ni siquiera vivimos en la misma casa, no somos hace mucho una pareja, para de torturarme y firma el divorcio
– Cuando no te conviene no somos una pareja – Parecía hablar dolida – Pero para eventos y demás, como el cumpleaños de tu hermana por ejemplo si tenemos que ir y comportarnos como el matrimonio perfecto ¡¿Quien te entiende, Jellal?!
– Que estemos por divorciarnos no quiere decir que no podamos llevar una vida civilizada, porque aunque no queramos y nuestro divorcio se lleve a cabo, no vamos a poder estar realmente lejos el uno del otro
– Lo lamento mucho por ti, Jellal. – Emitió con falsa lástima – Pero ya te dije que si quieres un divorcio vas a tener que demandarme, porque así me presentes un convenio que te deja en total ruina, yo no voy a firmar nada
– Estás mal, Sorano – Negó – Llevamos años con la misma cantaleta, sabes muy bien que no voy a demandarte, yo no soy esa clase de persona
– Entonces deja de seguir insistiendo con el divorcio y… vuelve a casa – Pidió
– No – Fue determinante – No voy a volver, yo estoy bien viviendo con Mer y…
– Tú ya sabes lo que quiero para darte el divorcio, así que no hay más razón para seguir dando vueltas en lo mismo – Lo interrumpió con rapidez
– Y sabes perfectamente que jamás te lo daría, porque solo es una forma de seguir manipulándome como lo fue desde un principio
– Míralo como quieras – Le restó importancia con la voz – Pero no me voy a separar de ti y como ya discutimos esto no tenemos porque vernos en la tarde, así que adiós – Se volteó en dirección a la puerta
La frustración de nada más ver a esa mujer era mucha, a pesar de todo no la odiaba, no sentía que debía, algún día llegaría el momento en que Sorano recapacitara y le diera el divorcio por las buenas.
¿Verdad?
El peli azul se quitó el saco y empezó a desajustar su corbata para poder retirarse la camisa que tenía una mancha de café, estaba enojado, ese día su suponía iba a ser tan diferente a como estaba empezando, desabrochó su camisa mientras pensaba en que no podía haber resultado de la peor forma su reencuentro con la peli escarlata, no dejaba de pensar en el rostro de decepción de ella cuando escuchó a Sorano decir que era su esposa, tal vez debió haber iniciado por contarle que tenía esposa, aunque su situación era más complicada que eso, a parte que esa noche tendrían una cena de amigos, cosa que dados los recientes acontecimientos posiblemente ya no pasaría, le doy la razón a él en cierta parte, pues tampoco puedes iniciar una conversación por chat contándole la miseria principal de tu vida, no, eso se decía personalmente, no sabía si iba a hacerlo esa noche, pero de que se lo diría pues sí, ya que sus intenciones no eran justamente de amistad con Erza.
Pero ahora lo había perdido todo, era casi imposible que le vuelva a responder por chat.
– Disculpe señor – Era la voz de Juvia por el intercomunicador – Seilah-san acaba de enviar a la nueva historiadora del museo a su oficina
– Sí, gracias. Que pase – Contestó presionando el botón
Jellal se fue rápido a la parte de atrás de su oficina donde guardaba otro cambio de ropa, no porque siempre sucedan accidentes así, si no que a veces tenía diferentes almuerzos o cenas correspondientes al trabajo y a Seilah le parecía que debía elevar un poco más su atuendo, que al que siempre llevaba para trabajar, se quitó la camisa y tomó la que guardaba en ese perchero, se la puso y empezó por abotonarse las mangas.
– Buenos días – Él sonrió no creyendo quién era la persona que acababa de entrar – Soy Erza Scarlet y la directora me dijo que debía hablar con usted sobre mis labores en el museo
Jellal se volteó en dirección a la peli escarlata, la sonrisa que apareció en su rostro fue inevitable suprimir, sabía que estaba en falta y que era un poco egoísta de su parte querer verla, pero al menos no era coacción suya.
– Buenos días – Emitió el peli azul volteando a verla rápidamente
Erza negó viéndolo enfrente suyo – Tú no… – Dio un paso hacia atrás chocando con la puerta cerrada – No puede ser que tú seas el co-director – Emitió nerviosa
– De hecho antes era el sub-director, pero Seilah creía que merecía algo mejor así que cambió mi título y aumentó mi paga, aunque la verdad sigo haciendo todo lo que ella no puede abarcar
Erza tomó todo de sí y respiró profundamente intentando calmarse, no podía ponerse nerviosa ante su amor de adolescencia solo porque ya tenía esposa, pues ellos no eran nada, estaba muy ilusionada con su nuevo trabajo no podía dejar que él lo arruine.
Bueno, que la idea de ella sobre él, o de ella sobre ambos, lo arruine.
Ustedes entienden…
– ¿Me podría dar mis labores? – Volteó el rostro a la derecha, era mejor si no lo veía
– De acuerdo – Contestó dándose cuenta de que había sido un tonto por querer bromear con ella – Todas la mañana Juvia te dará una lista de lo que se necesite específicamente ser cambiado o refrescado o investigado, por ejemplo tenemos una sala entera de artefactos del siglo XVII, entre espadas, cascos y esas cosas, a los lados hay carteles o también están los discursos de las guías para los visitantes, Seilah cambia todo eso mensualmente y si hay nuevos descubrimientos pide que los añadas, y si nada cambia no parafrasees la historia, ella odia que hagan eso. Siempre que hay nuevas exposiciones debes de asegurarte de contar la historia detrás, pero de una perspectiva única, no puedes copiar nada de otro historiador y siempre que quieras agregar o quitar algo, tienes que hacer un informe por escrito, pasármelo a mí, yo después se lo doy a Seilah y ella ve si se puede cambiar o no, va lo mismo para los proyectos que tengas y… – Revisó en su mente si faltaba algo más por decir – Eso es todo
Erza guió la mirada hacia él algo extrañada por las instrucciones, iba a acotar algo, pero el sonrojo de sus mejillas no la dejó ni siquiera abrir la boca, decidió voltear la cara hacia un lado nuevamente y tratar de relajarse.
– ¿Sucede algo? – Preguntó el peli azul extrañado
– Tienes la camisa medio abierta – Intentó decir mientras respiraba profundamente e intentaba olvidar lo que acaba de ver, aunque ese abdomen perfectamente trabajado era realmente difícil de borrar de sus pensamientos
– ¡L-lo siento! – Exclamó dándole la espalda con rapidez – Estaba cambiándome antes de que llegues, no creí que no llegué a abotonármela al completo ¡Lo siento, en serio!
– No te preocupes – Negó intentando sonar relajada – Es en parte mi culpa que eso pasara – Llevó una mano atrás cruzando su índice con su dedo medio – Yo siento mucho que esto pasara también, no quería derrarmarte el café
– No importa, Erza – Jellal le restó importancia, cuando ya estaban todos los botones en sus respectivos ojales fue hacia su escritorio para ponerse la corbata – ¿Tienes alguna duda sobre lo que acabo de decir?
– No, entendí todo – Tomó la carpeta con ambas manos – Solo que me parece un poco raro que tu siendo mi jefe directo tengas que consultar con Seilah todo lo que haga – Inclinó la cabeza hacia un lado
– Ella es un poco… controladora – Soltó la palabra que pensó aunque tenía toda la intención de no expresarse así de su jefa – Le gusta que todo sea cuando ella quiera como ella quiera y a mí me gusta mi trabajo, así que debo cumplir con lo que dice – Se puso el sacó y procedió a sentarse en su silla – ¿Juvia ya te mostró tu oficina?
– No, aún
– Desearía hacerlo yo mismo, pero ahora tengo que hacer una llamada importante – Se disculpó con un gesto de cabeza tomando el teléfono de su oficina
– No importa – Negó levemente – Yo mejor me retiro, permiso – Apretó los labios dando una vuelta hacia la entrada
– Erza – La llamó antes de empezar a marcar los números
– ¿Sí? – Lo vio de reojo
– ¿Podemos hablar de lo de esta mañana?
– A tu esposa no le gustó vernos juntos como desconocidos, no creo que le guste saber que sí nos conocemos, mucho menos si trabajamos juntos, dejémoslo todo atrás, solo eres mi jefe y quisiera retirarme a trabajar ¿Puedo? – Insistió con la mirada algo apagada
– Está bien – Contestó resignado
– Jellal – Lo llamó antes de salir de su oficina
– ¿Sí? – Preguntó con cierta esperanza en la voz
– Tengo un nuevo proyecto que quería presentarlo en mi entrevista – Le alcanzó la carpeta, el peli azul con algo de decepción y seriedad la tomó
– ¿Está la propuesta escrita aquí o tú quisieras exponerla? – Preguntó abriéndola empezando a revisar por encima los folios
– Está todo ahí, pero si tienes alguna duda o quieres saber algo más, me lo haces saber antes de que se la presentes a Seilah, por favor
– Está bien – Asintió no queriendo verla a los ojos
– Me retiro entonces – Acomodó su bolso encima del hombro y salió de ahí
Jellal se recostó hacia atrás en su silla seriamente conflictuado, no sabía como solucionarlo o si iba a hacerlo, por parte de Erza parecía que no quería saber nada de él en lo personal, entonces…
"¿Qué haré ahora?" Pensó soltando un largo suspiro llevándose ambas manos al rostro.
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Hola! Cómo están? Espero que muy bien y que les haya encantado este primer capítulo y estén ansiosos por lo que se viene.
Siendo totalmente sincera, tenía un fic con el mismo título que había escrito hace muchos años, pero no prosperó, la historia no era para nada similar a lo que estoy escribiendo ahora, solo tiene unas leves pinceladas del pasado, y uno que otro detalle que decidí mantener "igual", por más que la historia original sea completamente diferente.
La narración del anterior fic es como la que estoy usando aquí y en mi fic de La Boda (publicidad a parte :v), decidí dejarla así como uno de los detalles que les digo.
Btw tuve un gran conflicto con los géneros, porque siento que son tres principales, pero FF solo acepta dos, así que como etiquetas principales decidí poner los clásicos: Humor y Romance; pero siento que tendrá un poco de misterio, no se basará todo en eso, pero es en lo que mayormente los personajes ocuparán su tiempo a parte del amor ahre y según yo, el humor porque soy graciosísima xd
Bye…
Psdt/spoiler: Esperen muchos mal entendidos
Aclaraciones:
La aplicación por la que se reencuentran Erza y Jellal es una combinación de tinder y facebook; y obviamente que le agregué lo de la verificación que dice Mira porque Erza no usaría algo así tan a la ligera y su amiga lo sabe.
Si has leído algún otro de mis fics, en mi multiverso (AHRE) yo uso Ryogets para el apellido de Seilah, porque… (si quieres saberlo lee mi fic La directora de cine) jajaja perdón, pero en tiempo de escasez de reviews, hay que valerse de todo xd
En este fic Erza investiga sobre los gremios de magos en Fiore, en el debut del anime es el año X784, nunca nos dan una era explícitamente, pero sabemos que hay curas, catedrales y celebran la Navidad, por lo que me parece que sí es el año 784 de nuestra era, era cristiana, ya saben; el fic está ambientado en este año, ahre. (dato curioso: siempre mis fics están ambientados en el año que es) así que son gremios de hace más de mil años porque estamos en el año 2021.
El que Erza no haya notado que Jellal estaba con la camisa abierta es un guiño al especial de Navidad en el que él no se da cuenta que ella va desnuda porque siempre la ve al rostro 7u7.
