Esta es mi primera historia. Espero sea de su agrado.
Disclaimer: Zootopia no me pertenece, hago esta historia solo por diversión y sin fines de lucro
*Nota 24-07-2021
En poco más de dos meses se cumple un año desde que empecé a escribir esta historia. Ha sido un largo trayecto. Si han estado conmigo durante este año, verán como fue tomando poco a poco forma.
Como fue mi primera historia, hay muchos errores de ortografía y sintaxis, por lo que decidí empezar a editar los capítulos. Si leyeron la primer versión, espero las leves diferencias sean de su agrado. Gracias por tanto
"¡Nick!"
El vulpino saltó asustado en su silla. Al voltear hacia atrás, vio la cara irritada de la primer coneja policía de Zootopia, Judy Hopps.
"Zanahorias, no tienes que gritar así..."
"Te hablé antes, tres ocasiones, y no volteaste en ninguna. ¿Qué te pasa?"
"Oh, siento la distracción, solo estaba ordenando estos papeles". El zorro, de brillante pelaje naranja-rojizo, volteó nuevamente hacia su escritorio y se puso a acomodar las hojas desordenadas debido a su salto. "¿Qué necesitas, Zanahorias?"
La coneja ladeó la cabeza, intrigada. Ninguna broma, no respuesta sarcástica. Toda la semana el zorro había actuado un poco extraño, estaba demasiado tranquilo. Nick ya tenía poco más de un año en la ZPD, y era conocido por todos por sus bromas, y jugarretas. Muchas veces había pasado por la oficina del jefe Bogo, para recibir regaños, pero como nunca había evidencia para incriminarlo, no lo podían castigar.
Pero este Nick, serio y tranquilo, era algo nuevo para Judy. Si bien, le alegraba que se tomara su trabajo en serio, algo no se sentía en su lugar.
"¿Tienes planes para hoy, después de que acabe el turno?"
Judy se percató de los sutiles cambios en el cuerpo del zorro. Las orejas se irguieron y su cola se tensó,para después empezar un suave vaivén. Nick terminó de juntar los papeles, y los puso dentro de una carpeta. Se volteó para ver a Judy a los ojos, y ahí estaba su mirada astuta y su media sonrisa. Ella sabía que esa era su máscara, y que algo quería esconder, lo cuál se le hizo extraño.
"Zanahorias, ¿me quieres invitar a una cita?" Preguntó el zorro, con fingida incredulidad.
El corazón de la coneja empezó a latir con fuerza, y se sonrojó furiosamente.
"¿QUE? No, yo…"
Nick empezó a reír entre dientes.
"¡Debiste ver tu cara! Solo estaba bromeando. Además, Sé que no eres del tipo de hembra que le pediría una cita a otro mamífero, teniendo novio. Por cierto, ¿cómo va todo entre ustedes? ¿Problemas en el paraíso, que tienes que venir y preguntar por mis planes?"
"En primer lugar, Kyle no es mi novio, solo fuimos a una cita...", lo corrigió la coneja.
"Una muy buena cita", la interrumpió el zorro. "La contabas a quien se te pasara por enfrente. Ya estoy planeando que regalarte para la boda."
"¿Bo-boda? Nick, ¿estás loco? ¡No hay manera en que pueda casarme con alguien que acabo de conocer! Y en segundo lugar, ¿el tener citas es un impedimento para salir con mi mejor amigo?
"Aaaaaaw, que tierno de tu parte…" Dijo Nick, poniendo una pata sobre su corazón.
"No me llames "tierna", Wilde", le advirtió la coneja
" No te dije tierna, dije que tu actitud era tierna, es sutilmente diferente. Y respondiendo a tu pregunta: No, no tengo planes hoy. ¿Por qué?"
"Acaban de abrir una nueva pizzería cerca de casa. Tenía la intención de probarlas. ¿Qué te parece viernes de películas y pizza , hoy en mi departamento? Mañana es nuestro descanso, así que no habrá problema si terminamos tarde".
El zorro se rascó la barbilla, pensativo. Después, sus ojos verdes miraron directamente a Judy.
"A Ken no le molestaría eso?" Le preguntó el zorro
"Se llama Kyle...", lo corrigió la coneja.
"Como sea", respondió el zorro, haciendo un gesto con la mano, indicando lo poco que le importaba el nombre de la cita de Judy
"Kyle y yo no somos novios. Además, tú y yo sólo somos amigos. ¿Por qué tendría que molestarse?"
Nick la miró fijamente, y Judy sintió por un momento que algo se le escapaba, pero no tenía idea de qué. El zorro volvió a girar en su silla.
"Claro, nuestro turno termina en 10 minutos. Me cambio y te veo en el atrio. ¿De acuerdo?"
"Muy bien". Le respondió Judy, con una sonrisa. La coneja fue a sentarse al otro extremo del escritorio que compartía con el zorro. Solo restaba esperar que el turno terminara.
