Su Pasado
-Ya no tengo nada más que enseñarte.
La princesa te espera, cumple tu destino y trae a Zelda de vuelta.
Recuerda, la espada no tiene poder si la mano que la sostiene no tiene coraje…
Adiós, y que las Diosas te acompañen siempre, hijo mío…
Esas fueron las últimas palabras que recordaba del espectro antes de que despertara el héroe, acostado en el piso a las puertas del Castillo de Hyrule. Podía sentir la fatiga que le causaban las lecciones de su maestro, sentía las manos entumidas de apretar la espada y el escudo con tanta fuerza, las piernas le ardían de saltar y la espalda le dolía de caer tantas veces. Era impresionante lo real que se sentían aquel entrenamiento. Fueron suficientes las ocasiones que sintió ese dolor y cansancio para decir que estaba casi acostumbrado, aun así, era un dolor al que siempre le daba la bienvenida, por que ese dolor significaba la victoria sobre otra prueba de su maestro, que, además, era el legendario Héroe del Tiempo.
Al iniciar su viaje nunca imagino que se toparía con uno de los míticos héroes del pasado que tanto resonaban en los mitos y leyendas del folclor y de la cultura hyliana, mucho menos pensó que el mismo se convertiría en uno de ellos. Su único objetivo al salir de Ordon fue traer de vuelta a los niños, Malo, Talo, Colin y Beth, y a su amiga de la infancia, Ilia. Pero desde el primer encuentro con la Sombra del Héroe, no pudo evitar sentir que era su responsabilidad y honor el poder ayudar al reino con respecto a la Invasión del Crepúsculo, incluso antes de saber del todo lo que realmente estaba pasando. A pesar de haber podido abandonar su aventura después de encontrar a sus amigos surgió en él la necesidad de ver a Hyrule y a todos sus habitantes libres, a salvo y en paz.
-Recuerda, hijo, ser un héroe no es sinónimo de blandir la espada y asesinar al enemigo, eso lo puede hacer incluso una bestia sin conciencia. La verdadera esencia de un héroe no radica en la violencia que comete, sino en su virtud y bondad al hacer incluso la más pequeña de las acciones, desde ayudar a un niño a encontrar a su mascota hasta dar la vida por sus seres amados… El amor, hijo mío, es la verdadera cualidad que define a un héroe, y por suerte, tu y Zelda están llenos de él…
Recordó Link esas palabras que su maestro le dijo cuando le pregunto si tenia lo necesario para ser el héroe que salvaría Hyrule después del sacrificio de la Princesa Zelda para salvar a Midna.
Después de ver tal acto de sacrificio, sintió que todas sus hazañas hasta ese momento palidecían ante la valentía y el gran amor que la Princesa Zelda sentía por su reino para dar su propia vida para proveérsela a aquellos que podían salvarlo. Sin mencionar la enorme confianza que les tenia a él y Midna para dejarles ese deber.
Realmente sintió mucho alivio cuando le informo que Zelda no estaba del todo muerta y que podían traerla de vuelta.
-Zelda viene de un poderoso y antiguo linaje, su espíritu es fuerte y su voluntad inquebrantable como para solo morir así. No te preocupes, en cuanto el Usurpador y su tiranía mueran, Zelda podrá volver. Solo te aconsejo que te apresures, no es sabio hacer esperar a una dama, yo mejor que nadie lo se. Mi esposa nunca me dejo de echar en cara el hacerla esperar durante dos años para volver con ella después de mi última aventura. Y empeoro después de que se enteró que la hice esperar 7 años en el otro Hyrule. ¡Pero eso no fue mi culpa! Fue la espada la que…
Rio un poco al recordar la manera tan extraña de ser del espectro a veces, solía ser muy formal y serio la mayor parte de tiempo, pero las pocas veces que se abrió un poco y hablaba de su familia, era como escuchar a cualquier esposo hablando de su mujer, o un padre contando las travesuras de sus hijos. Oírlo hablar así le recordaba Ordon, Ruls hablando de lo felices que estaban Uli y Colin con la próxima llegada del bebe, o los niños quejándose de lo mandona que era Ilia, o el alcalde-
- ¿Ya terminaste de soñar y reírte como tonto?
Brincó un poco de sorpresa al escuchar la voz de Midna, que llevaba un rato observando como el héroe estaba en aquel trance tan extraño.
- ¿Esta todo bien, lobito? ¿Acaso el dormir en el piso te lastimo, héroe?
Podía escuchar su característico tono de burla, pero detrás de eso pudo oír la genuina preocupación en su voz.
Sucedía siempre que se encontraban al lobo dorado. Link era tacleado por el lobo que desaparecía en cuanto lo tocara, dormía un poco y despertaba cansado como si hubiera peleado con algún enemigo, así que después de tantas veces de verlo, la princesa twili se había acostumbrado a solo cuidarlo y esperar hasta que terminara lo que sea que estuviera pasando dentro de su pequeña cabeza.
Sin embargo, está vez fue diferente.
Pudo notar cuando sus ojos se abrieron, incluso como su respiración se aceleró un poco al despertar, pero en vez de levantarse con más confianza y determinación como siempre lo hacía después de cada encuentro con el espectro, se quedó acostado con la vista perdida en el cielo, nostálgico.
Casi triste.
- ¿Que te pasa? ¿Está vez te golpeó tan fuerte que no te puedes levantar?
-Midna…- dijo un poco sorprendido mientras se levantaba y se sentaba en el piso.
De su sombra salió la pequeña silueta de la princesa del crepúsculo con las manos en la cadera y un poco de impaciencia en su rostro.
- ¡Vamos, levántate! ¡Aún no es hora de dormir ni contemplar el cielo mientras te pierdes en tus fantasías, tenemos trabajo que hacer!
Aún sorprendido, Link comenzó a ver a su alrededor. ¿Realmente había pasado tanto tiempo? ¿Cuánto tiempo estuvo inconsciente? Volteo a ver a Midna desorientado y algo confundido.
-Que...? ¿Dónde estamos…?
-ARRGGG! ¡No puedo creer que tu seas la esperanza de este mundo! - dijo la twili.
- ¡Mira! - exclamó mientras uso su cabello naranja para voltear la cabeza de Link hacia el Castillo- ¡Usé la Sombra Fundida, destruí la barrera, pasamos la puerta, viste al pulgoso dorado, te brincó encima y te desmayaste 1 hora completa, tonto!
Los recuerdos comenzaron a regresar al héroe poco a poco mientras se masajeaba la sien con la mano.
-Si…, la barrera cayó, abrimos la puerta para entrar al castillo y después apareció mi maestro… me dijo…
-La princesa te espera…
- ¡La princesa! - se incorporó de golpe al recordar ese nombre y las palabras del espectro.
- ¡AHH! - Se quejo de inmediato al sentir de nuevo el dolor en sus músculos por el repentino movimiento.
Pero sintió un dolor mucho más profundo al recordar la despedida de ese ser que, aun siendo tan duro, estricto y fuerte, le transmitía una gran confianza y un enorme sentimiento de familiaridad y cariño, como si se reencontrará con un pariente olvidado, o con sus padres fallecidos hace ya tanto… Pero no era el momento para pensar en el pasado.
- ¡Whooaaa, tranquilo! ¿Qué pasa con- fue interrumpida cuando el héroe la tomo de los hombros y la vio fijamente a los ojos con alegría y alivio?
-Creo que la princesa esta en el castillo, Midna. - dijo Link.
La Twili abrió los ojos como platos por la sorpresa ante el contacto con el héroe, pero aun mas por la noticia que le dio.
- ¿De verdad? ¿Com- como sabes?
- Bueno, eso me dijo mi maestro, y como el está… ya sabes… muerto, debe saber de lo que habla, ¿no? - dijo mientras la soltaba y se llevaba la mano a la nuca.
Midna asintió, la posibilidad de poder traer de vuelta a la princesa de la luz le lleno de alegría, después de todo, tenía una gran deuda con ella por haberle salvado la vida después del incidente con Zant en la fuente de Lanayru.
-Bien, no hay tiempo que perder, ¡lobito! Démonos prisa, si ese bastardo la capturó, lo más probable es que se encuentre en la sala del trono, y por lo que recuerdo está en la parte más alta del Castillo, así que será tardaremos unas 2 horas de camino. ¡Rápido! ¡Muévete!
- ¡Si, señora!
El héroe comenzó a correr por el pasillo que unía la puerta con los jardines y la entrada del Castillo, mientras Midna regresaba a su sombra.
-Oye, Link.
-¿Mmh? - Contesto el héroe sin dejar de correr.
- ¿Estas bien?
-Claro, ¿Por qué preguntas?
- Es que… me pareció extraño que tardaras tanto en levantarte. Y también…- Midna se puso un poco nerviosa, sentía que se estaba entrometiendo, pero no podía evitar preocuparse por su compañero- …te note algo cabizbajo en cuanto despertaste.
La expresión de Link decayó ligeramente, frunció un poco el ceño y sus apretó los labios.
Supongo que soy fácil de leer, o más bien hemos pasado mucho tiempo juntos…
-Pues…- comenzó Link después de un momento de silencio-… mi maestro se despidió, fue mi última lección. - dijo con la voz algo apagada y suprimiendo las ganas de llorar.
- ¿La última?
La Princesa del Crepúsculo del pasado probablemente le habría dicho algo sarcástico y cruel, pero la actual Midna sintió una punzada de dolor en el pecho al oír su tono de tristeza, sabía lo mucho que Link admiraba y estimaba a su maestro por la manera que se expresaba del siempre que hablaban de él. Era una figura paterna, un refugio de seguridad y sabiduría en medio de la travesía de Link, sobre todo después de enterarse de la amnesia de Ilia y de ver a la gente tan asustada por su forma de lobo. El camino de un héroe esta lleno de soledad, sobre todo cuando las personas que protege no saben quien es, ni lo que hizo y hace por ellos.
El espectro era un oasis de simpatía y fortaleza en un desierto de soledad.
Estaba a punto de decirle algunas palabras para consolarlo cuando hablo de nuevo.
-Me dijo "hijo mío" otra vez… Voy a extrañar mucho eso. - dijo Link soltando finalmente unas lágrimas.
Con un nudo en la garganta, Midna salió de la sombra de Link.
-Lo siento mucho, Link- dijo Midna con la voz ligeramente quebrada- se que era muy importante para ti.
Link negó con la cabeza algo baja.
-Me siento feliz por el, por fin puede descansar y ver a su esposa y sus hijos de nuevo. Por lo poco que me contó parece que los extrañaba mucho, entiendo cómo se siente estar lejos de tus seres queridos.
-Link…
-A pesar de ser un héroe legendario, debió sentirse muy solo todo este tiempo…- suspiro con pena- Es una lastima que tuviera que esperar tanto, pero aun así nunca se quejó de su destino, solo lo cumplió como el gran hombre y héroe que fue.
Pequeñas lágrimas se formaron de nuevo en sus ojos, pero las limpio con su antebrazo antes de que salieran.
-Gracias al he llegado hasta aquí, y no puedo permitirme que la tristeza me frene, mucho menos estando tan cerca de cumplir la promesa que le hice. ¡Mi deber como su sucesor es estar a su altura!
Volvió su vista hacia enfrente con determinación.
-Lo voy a extrañar, pero mientras sus deseos y su voluntad vivan en mí, siempre estará conmigo.
Midna se quedo sin aliento al observar los ojos de Link, llenos de confianza y coraje.
-Felicidades, Diosas de Hyrule. - pensó mientras se dibujaba una sonrisa en su rostro.
-Eligieron muy bien.
-Ja! ¡Así se habla, lobito!
-Tengo una gran deuda con el, lo menos que puedo hacer es salvar el reino que el tanto amo y protegió con su vida.
Midna asintió.
Link se detuvo una vez llegó a la fuente que estaba en los jardines centrales.
-Vaya, sabia que el castillo era grande, pero desde cerca se ve aún más inmenso. - pensó Link mientras miraba los jardines y el palacio.
-Oye, Link- dijo Midna al recordar las palabras de Link. - ¿Le hiciste una promesa a tu maestro?
Link asintió.
-Si. ¿No te lo había contado?
-Si lo hubieras hecho no te estaría preguntando, bobo.
-Supongo que tienes razón, jejeje. -dijo Link mientras se rascaba la nuca.
-Y, ¿entonces?,¿Qué te pidió?
Cuando volví a ver a mi maestro en el desierto, después de que la princesa te curo, lo note más serio y duro que de costumbre, le pregunte y me conto sobre su familia, me dijo que se caso con la Reina Zelda de aquel entonces, así que la princesa es su descendiente directa. Se sentía culpable de no poder intervenir para ayudar a su "querida hija" más allá de enseñarme sus técnicas. Así que le prometí que traería a Zelda de vuelta a la primera oportunidad.
-Vaya, quien diría que la Zelda tan refinada que conocí viniera de un perro pulgoso y tuerto. ¡Jijiji!
- ¡Oye! Estás hablando de mi maestro.
-Está bien, está bien, no me voy a reír más.
Midna se llevó el dedo índice a la barbilla en gesto de concentración mientras Link subía las escaleras hacia la puerta principal del Castillo.
-Vaya… con razón la familia real se ha mantenido tanto tiempo en el poder, con una figura como el Héroe del Tiempo como rey nadie dudaría su autoridad y derecho de gobernar, esa Reina Zelda era realmente inteligente. Me pregunto si la princesa pensara en algo similar con Link cuando esto acabe, incluso yo podría- Espera, ¿Rey?
- ¡¿Tu maestro era un rey?!- grito Midna sorprendida, ¿Cómo era posible que un rey terminara siendo un espectro errante?
El héroe casi tropezó del salto que dio por el grito de Midna.
- ¡Me asustaste, Midna, no grites así de repente por favor! - dijo Link con reproche. Pero la twili solo lo observaba expectante de su repuesta.
-No, no fue rey. - dijo subiendo los últimos escalones y llegando a la puerta.
-Pero me dijiste que-
- Es…- colocó las manos en la puerta y comenzó a empujar- …complicado. - dijo pujando.
-Simplifícalo.
Link suspiro retirándose de la puerta.
-Tal vez después, la puerta está cerrada y tenemos que encontrar la llave. Tal vez esté en los otros jardines.
- ¡Oohhh vamos! ¡Cuéntame!
Link volteo a verla con una sonrisa.
-Cuando esto acabe y la princesa este a salvo tendremos mucho tiempo para contar historias, no seas impaciente, ¿sí?
Midna lo vio con molestia y le saco la lengua.
-Muy bien entonces apresúrate, sabes que no me gusta esperar.
- ¡Jajaja!, eso me dijo mi maestro, "nunca hagas esperar a una dama".
Midna también soltó unas risitas.
-Bueno, es una lástima que no fuera rey, ciertamente tenía la sabiduría de uno.
Link asintió con una gran sonrisa.
-Vamos, démonos prisa. Estoy seguro de que a la Princesa Zelda también le gustaría escuchar sobre sus antepasados.
- ¡Si!
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-Link… yo… nos vemos…
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