Capítulo II: Hola otra vez.
- No es un vampiro, no va a salir de ahí, ¿Por qué lo compactan tanto? – siguió preguntando Lena entre sollozos, Kara al notar que no buscaba una respuesta, con el brazo sobre su hombro, con esa mano, le dio un apretón como consolándole.
Todo bajo la intensa llovizna que parecía no querer desparecer y más bien querer intensificar.
- Él no quería terminar en un hueco junto a 9 personas extrañas más, es decir, parece una fosa común.
- Él no siente nada.
- Eso lo sé, sólo que él era claustrofóbico, él no quería terminar enterrado ahí.
- No siente nada ya – soltó suavemente – lo siento, lo siento mucho en verdad, ya me callo – añadió al ver la mirada de muerte de la mujer.
- Woahhh que ojos, la puta madre, que parecen gemas, tan intensos, tan bonitos - se dijo internamente pensando que era muy guapa e impresionante tan de cerca.
- No debió terminar ahí, así – siguió repitiendo Lena llorando con impotencia de ver a las máquinas enterrarlo.
- ¿Cómo quería ser enterrado? – preguntó suavemente.
- En una cripta familiar, con sus padres, su esposa, sus seres queridos, en un mausoleo dónde estemos todos juntos.
- Suena bonito.
- Es bonito – dijo para luego romperse al notar que su abuelo no iba a terminar así. Kara le abrazó con ambas manos, cobijando a la extraña en su pecho intentando que tenga algo de calma, siendo su llanto un detonante para ella, perturbándole y poniéndole muy triste, sintiendo aquello tan intenso que le dio miedo, ya que no sabía el nombre de la mujer, ni quien era y de pronto lo sentía como sintió la muerte de Jeremiah, como si esa mujer fuera parte de su familia, eso le asustó de sobre manera.
Kara levantó la mirada y vió a lo lejos a Alex, que con señas le decía que vaya hacia ella y que deje a la mujer.
Kara negó con la cabeza, sin entenderlo aún, ella no podía dejarla sola, así, tan rota y hecha mierda.
Alex bufó acomodándose con una mano su cabello mojado, Kara tenía un corazón inmenso.
La misa se prolongó por una media hora más, tiempo en el cuál el ataúd fue cubierto en su totalidad, para luego el personal encargado, cubrir con gras la tierra para que esté a la par con todo el gras de alrededor,r a la par de limpiar un poco todo y dejándolo todo listo como debía de ser.
Alex le hizo una seña a su hermana que seguía con un brazo sobre el hombro de la mujer sollozante, que todos iban a tener una recepción en un ala sur reservada, a escasos 500 metros de ahí, para que vaya junto a ella, Kara asintió, más siguió al lado de la mujer.
Eso hasta que el personal le pidió a la mujer retirarse un momento para seguir trabajando en lo que Kara le pidió que vayan a los servicios higiénicos para limpiar un poco su rostro de todas sus lágrimas – no es que te veas mal, no te ves así en absoluto, sólo que sería mejor, ya está terminando la ceremonia y apuesto tienes que ir con otra gente y pues no querrás verte así de afligida, no que te veas mal – divagaba Kara mientras Lena le miraba sin escuchar mucho lo que decía, más concentrada en toda la calidez que ésta extraña le estaba mostrando a comparación de toda su familia.
Kara al ver que Lena no dijo ni una sola palabra, le tomó de la mano y le llevó hacia los servicios pensado que talvez ella estaba en shock.
Ambas caminaron tomadas de la mano en silencio, en lo que parecía ser una pareja cariñosa para todos los ajenos quienes les vieran.
- Auch ¡ - soltó un hombre al lado de su esposa sobándose su brazo, justo dónde le había caído el golpe.
- ¿Ves, las ves? ¡ - el hombre asintió a su muy enojada mujer – y tú ni siquiera me abres la puerta del auto ¡
- En mi defensa, ambos ya no somos niños – dijo el hombre de 50 años - y ni pesamos igual.
- ¿Me has dicho gorda?¡ - gritó su mujer.
- Ohhh – bufó el hombre antes de gritar ante otro ataque de su mujer y aunque el hombre usualmente no sabía porque era su culpa, en ese momento si supo el por qué – mi culpa, lo siento, mi culpa, soy un idiota – soltó el hombre su muy acostumbrado argumento para salir del asunto libre, reconociendo la culpa como siempre lo hacía, aunque no la tuviera para solucionar todo, aunque en ese momento si parecía tenerla ¿O no?
- Eres un idiota – dictó su mujer bufando y negando con la cabeza, el hombre asintió y sonrió, la ira escondida, base fundamental de la mayoría de matrimonios, todo estaba solucionado.
Ambas mujeres caminaron hacia los servicios, Kara le apoyó en la mesada del lavado, cogió una toalla de papel, la humedeció y delicadamente empezó a limpiar sus lágrimas, aquellas que derramadas habían marcado su lindo rostro.
- Ahí, ¿Ves?, así estás más linda – susurró a diez centímetros de su rostro con una linda sonrisita intentando hacerle sonreír, pero Lena al verle, esa expresión de cariño, rompió a llorar – oh joder no, no llores cielo – añadió y Lena lloró más, por la palabra "cielo" por recordarle un montón a su abuelo, a cuánto le amaba y lo sola que le había dejado y a eso sumado el colmo, de morir tan "misteriosamente" en su cumpleaños, el día dónde ambos iban a la playa, a hacer castillos o al zoológico o al desierto, a algún lado, a cualquier lado, pero juntos, siempre juntos.
Kara le miró pensando que no sabía cómo consolar a una mujer tan bella como ella, a cualquiera en realidad, Kara para consolar a otra persona, era muy mala, terminaba diciendo cada estupidez, no porque así lo quisiera, sino porque se le salía.
- Ya no siente nada, ni la tierra sobre su rostro – soltó y apenas lo dijo al ver a ésta mujer con la mirada llena de lágrimas – oh mierda, lo siento, lo siento, te juro que lo siento, no fue a propósito, lo juro – añadió repetidamente, Lena incapaz de dejar de sentir lo que estaba sintiendo.
¿Qué estaba sintiendo?
¿Una tristeza inmensa, calidez, protección, ¿Amor? todo junto y entreverado?
¿Amor?
Ella quiso prolongar lo que sea que estuviese sintiendo ¿Tanta calidez que le sobrepasaba? Eso le estaba confundiendo en demasía, a la par que deseaba no sentir lo que estaba sintiendo ¿Estaba rota como la mierda? Y así, ella queriendo prolongar eso, la calidez, con ambas manos cogió su rostro y le besó.
- Hmmm – murmuró Kara incapaz de rechazar aquel beso, ya que estaba delicioso, aunque sabía salado, producto del sabor de sus lágrimas, oyendo apenas se separaba sollozos de parte de ella, Kara se separó lo suficiente para notar que la mujer estuviera de acuerdo, ella no se iba a aprovechar de nadie y mucho menos de una mujer en ese estado.
Lena le confirmó asintiendo, para luego besarle apasionadamente como intentando sentir más intensamente ese momento, tanto que borrara por un segundo toda esa tristeza y angustia que tenía por dentro.
Ambas se besaron por un largo momento, Kara limpiando sus lágrimas con ambas manos, cada tanto – eres preciosa – susurraba a ratos – me rompe el corazón verte así, tenerte así ante mí – añadió emocionándose, sin saber si asustarse ya que estaba sintiendo tanto y tan intenso por una mujer que ni conocía.
Ambas siguieron besándose y cuando sintieron a alguien venir, sus pasos, Lena se separó de Kara, se limpió el rostro como pudo y salió.
Era su hermana.
- Eh, ¿De qué coño vas? no te puedes desaparecer así, sin más Kar, joder ¡ - su hermana le reclamó - ¿Qué te pasa? – preguntó al ella no responder y es que Kara se había quedado fría con lo que le había ocurrido.
- Ya voy – añadió echándose agua al rostro, se arregló un poco antes de salir junto a su hermana.
- Tuve que inventar una excusa a todos, de tu actitud, carajo Kara – le reclamaba su hermana pidiéndole a la par que le siga al estacionamiento, ambas caminando juntas mientras Kara con la mirada buscaba a la mujer, que por ratos no le encontró, ya después al pasar los minutos vió como ya lloviendo, ella estaba hablando con un encargado al lado de la tumba de su abuelo, padre o tío, pensó que era, para llorar así, para estar así de triste, de todo, de un cúmulo de emociones así.
La mujer se quedó ahí.
- ¿Kara estás, dónde te has ido? – preguntó su hermana pidiéndole que se suba al auto.
- Esa mujer está hecha mierda – susurró.
- ¿Kar?
- Estaba tan destrozada Ale.
- Mírame, mírame – le pidió y su hermana lo hizo, ambas sacándose el abrigo que llevaban ya que estaba todo mojado, Alex prendió la calefacción y siguió, pensado que su hermana estaba reviviendo la muerte de su padre y familia biológica con el estado de la mujer – ella estará mejor. Ella va a mejorar y será feliz otra vez.
- Lo sé.
- Fue un muy bonito gesto el que tuviste con ella.
- Lo sé – asintiendo repitió mirando hacia la mujer.
- ¿Sabes su nombre? – surgió su lado sobreprotector.
- Ohhh no le pregunté – pensativa dijo y Alex divertida negó con la cabeza, así era su hermanita, con un corazón inmenso, pero a veces todavía muy despistada – ¿Y los demás? – preguntó por el resto de la familia.
- Te excusé, todos ya se fueron a lo suyo, Laura, ¿Te acuerdas de ella que te conté? ¿Del hospital? – Kara asintió, Laura era su amiga, una rubia preciosa, a la que Maguie a veces le dedicaba miradas de muerte, eso divirtiéndole a Kara – pues ella me ha pedido que le ayude en un caso, que le dé mirada a un expediente, por más que hoy es mi día libre, será una cosa rápida, luego de ello, regresaremos al departamento.
- Bueno.
- ¿Y bien, de que hablaste con la mujer del campo santo?
- Sólo le consolé – dijo Kara perdiendo su mirada en el tráfico, Alex no le siguió preguntando pensando que estaba reviviendo lo de sus padres, ella decidió darle algo de espacio.
…
Pasado poco más de dos horas debido al intenso tránsito de regreso y lo que demoró en el hospital con su colega –bájate, dale el alcance a Maguie, creo que llegó hace mucho al depa.
- Uyyy que modales – con ironía replicó Kara sacándole la lengua a su hermana que repitió el gesto entre risas mientras se fue a estacionar dentro del complejo, haciendo maniobras al entrar, por un estúpido que había estacionado mal el auto, incapacitando al resto de poder estacionarse con facilidad.
Kara avanzó para alcanzar a su cuñada, ella salió del estacionamiento, subió los pocos escalones hacia la sala de recepción y entró al ascensor sin ver quién estaba dentro, ascensor que subía desde el sótano del piso 7, bajo el subsuelo, 9sótanos tenía y 50 pisos de alto.
Ella marcó el piso 45 – oh también vas ahí, genial – dijo sin mirar marcando el botón de todas maneras, para luego levantar la mirada y notar que quien iba junto a ella hacia ese piso era la misma mujer del cementerio, alta, atlética, todo de negro, con el abrigo elegante muy mojado, de tez clara, cabello oscuro, ojos verdes, esta vez no lloraba, sino que tenía un semblante de lo más serio y taciturno y sus ojos rojos del llanto.. – ohhh – añadió dándose un pequeño susto, espabiló un poco, se puso recta y tomó distancia de la mujer.
Las puertas del ascensor se cerraron, piso 1 marcó y subiendo.
- Estoy segura que no eres un ánima – susurró con ánimo como diciendo que, con aquel muy rico beso, era imposible que sea un alma, la mujer no estaba de humor, es más parecía estar con su atención muy lejos de todo.
Piso 2, marcó el ascensor - ¿Estás bien? – Kara preguntó, pero no obtuvo respuesta.
Piso 3, indicó la campana – soy Kara Danvers por cierto ¿Cuál es tu nombre? – preguntó y apenas Lena parpadeó muy enfocada en lo suyo.
Piso 4, Kara no dijo nada esperando la respuesta de la mujer.
Piso 5, Kara siguió esperando.
Piso 6, Kara se dio cuenta la mujer no decía nada.
Piso 7 – Que no es un fantasma, no te asustes – se dijo a sí misma.
Piso 8 - ¿Vives aquí también? Porque no te había visto antes y ya vivo aquí un par de años – dijo y Lena no le respondió.
Piso 9, esperó y nada.
Piso 10, siguió esperando hasta llegar al piso 15.
Piso 16 – No lo vayas a tomar mal, pero me estás asustando, puedes decir algo – pidió y nada.
Piso 17 – Sé que no estás de buen humor dado lo ocurrido, más dime algo por favor – pidió y Lena no respondió nada estando aún con la mirada perdida y enfocada en la nada.
Piso 18, 19 y 20 en silencio, silencio que perturbó mucho a Kara, de pronto la película de terror que había visto la noche anterior vino a su mente, película en la cual una chica rubia como ella era masacrada por una persona que ya estaba en el ascensor y otra que se unió pisos más arriba.
Piso 21 – Mierda – juró en alto. Su mente jugándole a mal esa noche, siendo las 7pm, apenas empezada la noche.
Piso 22-30, un silencio sepulcral, Kara con el silencio cada vez más incómodo y la expresión fuera de sí de la mujer, empezó a pensar que todo lo ocurrido en el cementerio podía ser una forma de centrarla, de preparar una trampa, para al final emboscarla en el ascensor y apenas salga o quiera entrar a su departamento, dar el golpe final degollándola o acribillándole, de pronto Kara entró en paranoia, todo el maratón de pelis de terror el día anterior no había hecho más que darle muchos más escenarios dónde pensaba iba a morir.
Kara marcó el celular de su hermana, ella no atendió – talvez aún está en el estacionamiento, ahí no hay señal – pensó internamente. Por lo que llamó a su cuñada, sorprendiéndose cuando escuchó una pelea atravez del celular, dos voces, la de ella y la de un chico.
El viaje atravez de los pisos que faltaban para llegar a su piso, 20 niveles, además de un silencio muy incómodo por parte de Lena, la divagación de Kara sacó lo peor de ella.
- Ok, no dices ni una mierda, ¿Cuánto te pagó Alex? ¿Estoy en una cámara escondida? – pidió con los brazos en jarra, a cada lado de su cintura.
- Ok, no la conoces – se respondió sola pasándose con una mano su rostro – que sepas que tengo a mi cuñada en línea, ella es detective en jefe de su unidad, para que te enteres.
- Ok, no ¿Nada? ¿Acaso no sientes nada? – preguntó más asustada de lo usual. Lena callada y en ese aire taciturno podía pasar hasta por jefa de un grupo de sicarios. Imponía mucho miedo.
- Si me vas a matar tienes que decírmelo – pidió ya aterrada señalándole con una mano – no quiero que me entierres en un lugar random, eso me daría mucho miedo – dijo y con ello sucedieron tres cosas.
La primera: Lena empezó a llorar dada la imagen de su abuelo.
La segunda: las puertas del ascensor se abrieron.
La tercera: Maguie estaba discutiendo con un hombre en medio del pasadizo.
Ambas mujeres prestaron atención a la discusión.
En ese piso eran tres departamentos, uno a la derecha, el departamento del hombre joven, él en sus 20 años aproximadamente, al final del pasadizo estaba en el departamento dónde vivía las Danvers y Maguie y a su izquierda el tercer departamento.
La discusión radicaba según prestó atención Kara, que el hombre no podía abrir su departamento dado que dejó las llaves dentro y al no poder abrirlo pensó en forzar la entrada como sea, en ese momento usaba dos alambres, razón por la cual Maguie al darse cuenta pensó que él era un ladrón, al no conocer al hombre que vivía ahí, o que no se habían cruzado antes.
- Tengo éste departamento por dos años, dos putos años ¡ - sostenía el hombre.
- Dame tu nombre ahora ¡ - ordenaba Maguie.
- No tengo por qué hacerlo, es mi hogar, estoy en mi hogar, no estoy haciendo nada ilegal.
- Te puedo llevar preso por resistencia de autoridad, necesito tu documento de identidad ahora ¡
- Primero identifícate tú, ¿Quién coño eres?
- ¿Quién coño eres tú? – preguntó ella mostrándole su placa y su arma.
- Ohhh.
- Lucaaaaaa – pidió Lena descendiendo del ascensor llorando ya ni sin importarle una mierda como le vieran esas personas extrañas.
- Oh mi amor – soltó el hombre abriendo sus brazos para cobijarle en un dulce abrazo, Maguie miró a Kara como pidiendo explicaciones, Kara levantó sus hombros en respuesta.
Lena sacó de su bolsillo unas llaves que le había dado Luca meses atrás por si quería visitarle – ves, es mi casa, estoy en mi casa ¡ - gritó el hombre a Maguie abriendo su departamento y ambos entrando en ella – increíble un caso de brutalidad policiaca – soltó el hombre antes de cerrar la puerta del mismo.
- Maldito idiota – en respuesta Maguie acotó - ¿Qué te pasó pequeña Danvers? – le preguntó al ver su expresión.
- Por dónde empiezo – soltó antes de caminar hacia Maguie y ambas entrar a su departamento, no sin antes Maguie usar su celular para pedir información sobre su vecino a su casero, ya que para dos años y no conocerlo de nada, ni un solo cruce con él, eso ya era raro.
