Capítulo XIII: Mundo de Zombies.

Advertencia: Escenas que incluyen violencia.

Kara detrás de los árboles veía a Mike con los ojos grandes al no creer que estuviera haciendo lo que estaba haciendo y peor, lo que iba a hacer.

Mike les hizo un gesto, Kara no lo entendió, pero Alex sí que asintió en respuesta.

Las seis personas se pusieron en círculo, Mike se acercó, uno de ellos tenía a Lena en brazos – pásamela, por favor, me gustaría romperle yo el cuello – pidió y el hombre desconfiado lo miró un largo rato antes de hacerlo.

Kara estaba a punto de saltarle los huesos y destrozarlo – aguanta Kar, aguanta, si no confíes en él, confía en mí – le rogó su hermana y ella lo hizo.

El hombre demoró un poco, pero le pasó a Lena, Mike le recibió con el brazo que no tenía el cabestrillo, por más que se lo había quitado, la abrazó y gritó – ahora ¡ - antes de caer al suelo con Lena, impactando él su espalda con el suelo para luego rodar y cubrir a Lena con su cuerpo.

Lo siguiente que se escuchó fueron los disparos precisos de las dos chicas y el de Kara dándole en la pierna a un hombre, que no pudo ser rematado porque se acabaron las balas, sólo él quedó vivo.

- Quieto ahí ¡ - gritó Alex apuntándole con su arma por más que estaba descargada, pero eso no sabía el hombre.

- Dame una razón para no matarte – le dijo Kara dándole una gran patada en el estómago.

- ¿Perra? - gritó él y Mike se puso de pie para luego caerle a golpes con su brazo bueno.

- Ya paren, no se vayan a lastimar – añadió Maguie en lo que ella le apuntó al chico mientras las Danvers ayudaban a Lena a volver.

Alex miró a su alrededor, habían velas, alcohol, flores, una olla con sangre y Lena estaba recostada sobre un pentagrama, Kara cogió el alcohol por indicaciones de su hermana, era una botella de whiskey, el mismo que usaron para traer a Lena, poniéndole el mismo a la cara y debajo de su nariz.

Ella empezó a gemir y con ello Alex le dejó en manos de Kara para luego ayudar a Mike que había caído al piso golpeándose y a su hombro, poniéndole ella el cabestrillo.

- Hey, hola, arriba bonita – susurró Kara a corta distancia suya, Lena abrió los ojos y le miró orientándose de a poco dónde estaba, Kara le regaló un dulce beso sobre sus labios.

- Creo que soy una cabeza dura – soltó gimiendo en lo que Kara le ayudó lentamente a sentarse.

- Eres una idiota, eso es lo que eres, más eres mi idiota – añadió Kara sentándose también y apoyando a Lena en su pecho, para después con una mano masajear dónde le dolía, Lena gimiendo por el dolor, Kara repartió pequeños besos para aplacarlo y Lena se dejó mimar, ambas abrazadas envueltas en una calidez muy bella, como si de una burbuja se tratara, ambas mirando lo que ocurría delante de ellas.

- ¿Quién coño eres tú y qué hacían? – le interrogó Maguie, el chico no se movió del piso, más que para sentarse dado que Maguie le apuntaba, él no sabía que no tenía balas y aunque quisiera huir, pues no, eran 5 contra él.

Alex le cuestionó el porqué de sus acciones y él les dijo sobre su grupo, los rituales satanistas que hacían, cómo su "Creador" había provocado todo esto para producir un mar de sangre y muerte.

Todo un sin sentido, con coherencia sólo para su mente retorcida.

- ¿Dónde se ocultan? Dímelo o morirás ¡ - le gritó Maguie, él no se los dijo pensando que igual iba a morir, por lo que después de un interrogatorio de cerca de un cuarto de hora, Mike lo mató dándole de pisotones en la manzana de adán.

- Su casa debe estar cerca.

- ¿Quieres ir a su casa? – por parte de Kara.

- Deben tener agua o armas, hay que buscarlas – de su hermana con lo que todos se dispusieron a seguir, Maguie y Kara ayudando a Lena a ponerse de pie.

- Woahhh que estoy un poco mareada todavía – soltó apoyándose en Kara y ella poniendo su brazo en su cintura.

Mike les miró en todo momento, pensando que había mucha complicidad en ellas, incluso en las más mínimas de las interacciones por lo que creyó que talvez y solo talvez, que, si Kara le había dejado, era por descuidar sus pequeñas atenciones, por no valorarle más – mierda – gimió él.

Todos siguieron caminando por cerca de 10 minutos hasta que vieron una cabaña todo de negro con símbolos raros por fuera – esa debe ser – dijo Kara y Lena asintió para luego arrepentirse, por el dolor de cabeza que le provocó.

- Quédense ahí – pidió Alex y Kara asintió recostando la espalda de Lena en un roble, Mike, Alex y Maguie entraron.

Una inspección de cinco minutos después – pasen ¡ - gritó Mike.

- Holy cow ¡ – adorablemente Kara exclamó y Lena le sonrió a lo idiota para luego besar su mejilla y apoyar su frente en su cien. Kara todavía con su brazo alrededor de su cintura.

Dentro de la cabaña todo era más perverso si cabe, en las paredes cabezas de múltiples animales disecados, sobre la chimenea cabezas humanas diminutas, reducidas, candelabros, luces rojas, símbolos, artefactos como guillotinas, sangre en el suelo y los implementos.

- Hasta me da miedo sentarme ahí – replicó Lena mirando el sofá.

- Apurémonos, no me quiero quedar tampoco – Mike mirando todo como si fuera a salir un espectro de alguna pared y matarles.

Alex abrió el refrigerador – mierda ¡ - gritaron todos, dentro más sangre junto a cabezas decapitadas, ninguno sabía si tantas eran por todo lo del zombie o si ya estaban antes.

- Kara quiero irme – pidió Lena adorablemente poniendo un puchero tan lindo, que Kara besó, Mike bufó, Alex buscó agua en la refri.

- No, no hay agua, sólo una botella chica, el resto es sangre, pareciera que hubieran abierto un cuerpo en canal y desangrarlo o varios.

- Me quiero ir, voy a vomitar – dijo Kara para irse junto a Lena al exterior sintiendo que hasta el aire se sentía más denso, más cargado de lo que fuera hubiera ahí.

Mike y las chicas cogieron herramientas tales como un machete, espadas, un hacha de mano, cero armas, salvo una que tenía un cargador con 15 balas.

- Parece que esa gente era sádica, le gustaba no solo matar sino torturar a las personas. Vaya a saber cuántas personas mataron aquí.

- Muchos rituales oscuros involucran tortura, parece que además de sangre le ofrecen el sufrimiento de la gente – de parte de Mike.

Todos tomaron lo que necesitaban antes de salir de ahí, Kara de la mano de Lena, ya no de su cintura al ella recuperarse más, al pasar los minutos.

Todos caminaron en silencio para nada incómodo, sólo entre Mike y Lena que cada tanto se miraban y sentían algo parecido a "WTF" o el típico "Te entregué para que te mataran y luego cuando pude matarte, te salve" o "Te quité a tu novia, así que estamos a mano" una vibra muy rara entre ambos.

Cerca de las 10am, todos tenían hambre, habían caminado demasiado y parecían seguir en el bosque - ¿Te sigue doliendo la cabeza Lee? – preguntó Kara y Lena murmuró a la par de su estómago por hambre, por lo cual se sonrojó, Kara le arrulló y luego le besó, lo que hizo sonreír muy bello a ambas.

- Si ya no fuera gay, bueno, lo dejo ahí – Maguie les dijo guiñándole un ojo, Mike lo ignoró añadiendo – hambre ¡

- Hambre ¡ - añadió Lena y Kara le volvió a arrullar y sin dejar de coger su mano le besó su sien.

Todos caminaron cinco minutos más en silencio, o no, no había tal, sino el sonido del estómago de varios.

- Eh, eh, para, para ¡ - gritó Lena cuando vió a un gran perro, a su juicio ir hacia Kara, hasta le cargó para que no le mordiera.

- Lena, bájame.

- No ¡ te va a morder.

- Es un cachorro Lena.

- No ¡ no te bajo ¡ - gritó tratando de alejar al perro que más se acercaba a ella al notar sus gestos pensado que ella estaba jugando con él, Mike no entendía la situación, la pareja le miraba divertida.

- Lena, no me va a morder, te lo prometo, bájame – le pidió dulcemente besado su mejilla repetidas veces para que Lena acepte, el perrito ladró en aprobación.

- Lena, bájale – le pidió Alex - ¿Acaso nunca has tenido mascotas?

- Pues no – dijo y todos le miraron raro, Lena bajó a Kara - ¿Qué? – era cierto, nunca había tenido una.

- ¿En serio, nunca has tenido ninguna? – preguntó Kara conmovida, el perro ladeó su cabeza, Lena negó con la cabeza – tu madre debe ser una hija de puta, perdón por la palabra.

- No te disculpes, que sí es una puta.

El cachorrito negro, chiquito, como de 40cm de alto, de raza mixta y con orejas caídas se acercó a ella y ¿Ella? Ella retrocedió cada vez que se le acercaba.

- Que no te va a hacer nada Lee – dictó Kara abrazándole desde atrás para que no se siga alejando.

- Eh, ese es mi perro, no puedes cogerlo ¡ - gritó un niño como de seis años gritándole con una piedra en la mano.

- No lo iba a coger – Lena le señaló y volteó para ver a Kara y lo siguiente que supo es que todos gritaron y cuando ella volteó todo se puso negro otra vez.

Lena se desmayó otra vez.

El muchacho no había tirado la piedra, su hermana de 20 años, una morocha preciosa de ojos azules, atlética, de talla promedio, preciosa, con una trenza francesa y ropa deportiva sí.

Ésta chica cogió a su hermano y lo empujó para ella ponerse delante, Mike le apuntó con su arma – cuánta clase debes tener para apuntarle a una mujer desarmada con un niño – Mike trató de decir algo, pero la chica siguió – además no tienes balas, los he seguido desde hace rato.

- ¿Era necesario, pegarle, a mi, a mi…? – Kara trató de descifrar que era Lena para ella, ¿Era su amiga? ¿Era su novia? ¿Era su enamorada? ¿Qué era? Era su Lena - ¿A mi Lena? – añadió Kara.

- Tranquilícense todos – pidió su hermana levantando ambas manos en paz entre los hermanos y Kara que estaba arrodillada al lado del cuerpo desmayado de Lena – Mike cárgale – le pidió y él lo hizo, que, si bien tenía el brazo lastimado, se la cargó al hombro, que fuerza sí tenía - ¿Extraña, tienes un nombre? Tenemos que ir a tu casa a curar a Lena.

Ella se le quedó un rato mirando – tenemos que ir – lw susurró su hermano tirando de su brazo – que quiero ir al baño.

- Pues ve a un árbol.

- Iughhh no Imra, tengo que ir – pidió su hermano halándole del polo.

- Ufff – bufó ella - No son unos desgraciados, ¿No?

- No – acotó Kara – además de que tengo un arma y ésta sí está cargada – le dijo apuntándole.

- Kara bájala, ya aceptó llevarnos – Alex le pidió al ver que el niño se asustó por el arma.

- Y está cargada – añadió Kara.

- ¿Me cargas a mí? – le pidió su hermano mirándole e Imra cedió, su hermano era adorable cuándo quería.

Todos caminaron entonces hacia su derecha, a por quince minutos más, saliendo del bosque, había una casa, en una granja, con maíz sembrado hacia todos los lados posibles.

- ¿Tienes padres Imra o a alguien? – preguntó Alex caminando a su lado.

- No, todos zombies – respondió su hermano.

- Lo siento mucho, pequeño hombre – soltó y él asintió, había sido una mierda tener que dispararles, pero para empezar ya estaban muertos, como le dijo su hermana quién fue la que disparó.

Todos entraron a la casa, una casa blanca, grande, el pequeño subió corriendo las escaleras para ir al baño – siéntense ahí – pidió la mujer y Mike puso a Lena en el sofá, Kara le ayudó a seguir sentada – tranquila, que sé cómo ayudarle, hay comida en la isla de la cocina, tomen lo que necesiten, no hay mucho de todos modos.

- ¿Cómo sabes curar heridas? – Alex curiosa.

- Estaba estudiando medicina, estoy en mi primer año, al menos lo básico lo sé.

- Ah bueno.

Imra fue a por un botiquín muy completo y empezó a limpiar su herida, el rastro de sangre que había dejado con peróxido para después limpiar el corte con más pericia – ughhh – gimió Lena.

- No te muevas – replicó Imra a centímetros de su rostro.

- Woahhh – soltó Lena al abrir los ojos y ver el azul de sus ojos, Kara hizo un ruidito de desaprobación a su lado.

Imra se concentró en lo suyo y le puso una mariposa ahí justo en el corte como para unir los dos pedazos de piel – no serán necesarios puntos.

- Ok, gracias – le agradeció, ella se puso de pie y se fue a guardar el botiquín – hey – hacia Kara, ella se veía enojada - ¿Qué pasó?

- ¿Woahhh, en serio?

- ¿Eh? – Kara se levantó y se fue a otro lado, mientras Lena le miraba muy confusa

Kara se sentó al lado de Mike, ambos en el porche de la entrada.

- ¿Cómo te sientes? – preguntó Mike

- Púdrete – enojada le dijo.

Kara estaba celosa.

- Así me sentí yo cuando me botaste, después de cinco años.

- Oh Mike, vamos.

- Pues vamos, claro que vamos – replicó para después ambos ponerse a discutir.

Lena iba ir a buscarlos, pero Imra no le dejó – no sé qué pasa, pero no te metas ahí.

- Pero Kara se enojó conmigo – preocupada Lena.

- Ahí hay historia, mi consejo ¿Lena?

- Lena.

- Mi consejo Lena – siguió la mujer – no te metas ahí.

- Bueno – replicó ella después de un buen tiempo decidiendo ir mejor al patio trasero siguiendo los sonidos del perrito, mismo que era un cachorro de un año de edad, de raza pequeña, el niño estaba jugando con él ahí con la pelota, con vista perfecta ambos hacia el campo de modo que nada pueda acercarse a ellos sin notarlo.

Lena se sentó en una banca - ¿De verdad nunca has tenido un perrito? – preguntó el nene que se presentó como Josh.

- No – le respondió Lena.

- No puedo entender eso – replicó el nene y Lena levantó los hombros, ella tampoco podía entenderlo.

- Supongo que es la forma en que fui criada.

- ¿Cómo así?

- Pues que supón que yo tuviera un elefante…

- ¿Tienes uno? – preguntó emocionado.

- No, sólo supón que tengo uno.

- Vale – un poco desilusionado, él quería ver un elefante.

- Pues eso – continuó Lena – si tuviera un elefante y una familia, un hijo, él al crecer con el elefante creería que eso es normal y al ver a otra familia, otro niño que no tiene un elefante, le parecía raro, ¿Ves? – el nene asintió – entonces a eso me refería con crianza y cómo define tus paradigmas en una sociedad falo céntrica.

- ¿Eh? – confuso el niño.

- Vale, vale, que eso no lo tiene que aprender todavía – replicó Imra sentándose a su lado.

- ¿Pero quiero saber? – curioso Josh.

- Nada hermanito, que antes era una sociedad patriarcal, dónde el hombre primaba, como un mundo de hombres.

- ¿Y ahora es un mundo de zombies?

- Exacto - Imra le sonrió a su hermano, él asintió sonriendo y siguió jugando, Lena se giró a mirarle pensando que ella era muy bonita y su hermano chévere, el perrito un travieso, en fin, una imagen bonita, la cual deseaba ella, amor y una familia.