Esto es un darkfic, quienes me conocen ya saben como escribo los darkfics y saben que tengo la mala costumbre de hacer que pasen por unas auténticas tragedias, llenas de violencia y drama, y quienes no me conocen estan advertidos. Sin más preámbulo, espero que disfruten este especial de desesperación y decadencia; donde no quedará titere con cabeza y el único que ríe al último es su cruel autor…
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- No quiero ofenderlo jefe, pero creo que esto es un verdadero despilfarro. Quiero decir, no estoy en contra de que apoyemos a la gente de nuestra ciudad de origen ni que hagamos caridades, sin embargo, creo que deberíamos administrar nuestro dinero con más cuidado. – susurró Machi a Chrollo en voz muy baja, casi inaudible, la cual se atenuaba aún más en medio del ruido que los rodeaba.
Hacía un par de meses que había concluido su periplo por el temible Continente Obscuro, y los resultados de esta habían sido más que satisfactorios. Llegaron cual conquistadores del nuevo mundo, cubiertos de oro, plata, plantas exóticas y finísimo arte nunca antes visto. Aquella expedición había sido un éxito, o al menos para los estándares de una expedición al Continente Obscuro. Obviamente ellos habían tenido el infortunio de toparse con Hisoka y el bastardo de las cadenas, quienes, sedientos de venganza, trataron de acabar con ellos, sin embargo, la mayoría lograron salir de aquel lío casi ilesos. Hisoka murió quemado vivo, frente a los ojos de Chrollo, mientras que bastardo de las cadenas, si bien, les había dado un buen escarmiento, en esos momentos era posible que se encontrara muy ocupado con su vida personal y su trabajo en la Asociación de Cazadores como para volver a perseguirlos. Por supuesto, su estadía en aquel horrible continente y su largo viaje en barco habían sido bastante calamitosas y no habían estado libres de pérdidas…
- Estamos en la cúspide de nuestra carrera. ¿Porqué tendíamos que preocuparnos por dejar ahorros? No es como si estuviéramos pensando en retirarnos… - dijo Chrollo sonriendo de oreja a oreja, mientras que arrojaba otro montón de monedas de oro a la multitud aglomerada en el Hospital Judas Apóstol de la Ciudad Meteoro.
El Hospital Judas Apóstol era el mejor (por no decir el único) hospital de aquella ciudad decadente, el cual había sido fundado enteramente con las riquezas obtenidas por la Araña en su expedición al temible Continente Obscuro. La fundación de ese nosocomio había hecho que los miembros de la Araña se volvieran unos tipos de santos locales, los cuales eran recibidos por el grueso de la población con ovaciones e incondicional apoyo.
- Jefe, se lo emocionado que usted se siente por lo que hemos alcanzado, pero creo que sería buena idea, ir un poco más lento en todo este asunto. – dijo Machi en voz baja. Chrollo puso discretamente la palma de su mano sobre la espalda baja de Mac, quien no pudo evitar temblar ante el contacto físico con su jefe.
- ¿Lento? ¿Por qué iríamos más lento? – preguntó Chrollo sin dejar de sonreír con la boca completamente abierta.
Mac se sentía nerviosa al verlo sonreír mostrando todos sus dientes, pues hasta hace poco aquella expresión de Chrollo había sido desconocida para ella. Chrollo rara vez mostraba tanto sus dientes al sonreír, en especial, dado a que el había perdido un par durante su estadía en York New y al ser alguien tan vanidoso, le producía demasiada inseguridad mostrar ese defecto al publico. Chrollo se veía anormalmente excitado, casi eufórico, como si súbitamente hubiera visto el rostro de Dios o llegado al Nirvana. Sin embargo, nada de su experiencia en el Continente Obscuro había sido parecido al Dios, el Nirvana o cualquier paraíso. Lo único sobrenatural y divino con lo que ella podía comparar sus experiencias era el infierno y los demonios. Para Machi aquella expresión era signo de que Chrollo estaba aún muy afectado por las perdidas ocurridas en el Continente Obscuro y el grueso de los traumáticos sucesos acontecidos en aquella salvaje travesía. Aquella macabra sonrisa no era más que un desesperado mecanismo de defensa, que buscaba a toda costa enterrar en un pozo todos esos meses de caos y crueldad absoluta.
- Necesitamos ir lento para poder sanar. Lo que nos pasó allá sigue siendo una herida fresca, necesita tiempo para cicatrizar. – dijo ella seriamente.
Por su parte Chrollo soltó una carcajada sonora, aventó a la gente otro montón de oro y piedras preciosas, tras lo cual se agachó hacia Machi y la besó en la boca salvajemente, ganándose una ovación del emocionado público.
- Machi, estamos en plena fiesta, el pastel esta servido y hay buena música. ¿No crees que deberíamos disfrutar mientas dure? – susurró Chrollo tras separar sus labios de los de Machi.
Machi, se sonrojó, sorprendida por el beso. Siendo otro tiempo y otra persona, eso hubiera dado pie a una discusión o hasta un homicidio, pero tratándose de Chrollo y en esas particulares circunstancias ella no pudo evitar devolverle el favor y regalarle otro beso. Chrollo sonrió triunfantemente tras despegar sus labios de Machi. Mientras el y los demás tuvieran cuidado a la hora de sus atracos todo estaría bien. Después de todo, si ellos habían sobrevivido al Contienete Obscuro podían sobrevivir a lo que fuera…
O al menos eso era lo que Chrollo quería creer.
