Spectacular Lincoln Loud One Shots
Lincoln Loud in the Multiverse of Madness
Nota.—Esto se desarrolla entre los capítulos 15 y 16 de Espectacular Lincoln Loud, no es necesario leer para entender.
—¡Lo prometiste!—dijo Gwen refunfuñando.
—Tu tío necesita ayuda para la mudanza, es el único que aceptó la plaza de los doctores Connors.—explicó el capitán de policía a su hija cepillando sus dientes—Dile a Lincoln que será otro día.
—Llevamos meses planeándolo.—dijo Gwen frustrada.
El oficial de policía se detuvo frente a la puerta. Los ojos de su pequeña hija de trece años reflejaban suplica que solamente usaba como chantaje cuando este no cumplía con los caprichos de su hija.
—Está bien, ve al concierto, pero quiero que estés en casa antes de las diez.—dijo decididamente.
—Once.
—Nueve y media, no insistas más.—dijo el hombre con seriedad—Diviértete.
La puerta de la casa fue cerrada al mismo tiempo que la chica sonreía maliciosamente, esa mirada nunca fallaba con su papá. Subió a la parte superior para arreglarse. Sin darse cuenta de que su acompañante al concierto descendía entre edificios maltratados por la batalla contra uno de los supervillanos más ridículos que le había tocado pelear.
—Déjame entender, ¿Después de El Lagarto se le acabaron las ideas al departamento de villanos y decidieron llamarte Polka Dot Man?—preguntó mientras esquivaba un portal que arrastraba agua de alcantarillas.
—¡Es la Mancha niño insolente!—gritó la figura en medio de una calle destrozada.
Este era un villano que estaba lleno de puntos negros por todo su cuerpo de color blanco, no pálido sino complemente blanco como la nieve con puntos negros. Lo peor para Lincoln era que ni siquiera se acercaba a lo más extraño que había visto como héroe, de acuerdo la parte donde generaba portales que se teletransportaban de uno a otro lado era algo relativamente nuevo. La Gata usó la teletransportación antes.
—¿Manchas? ¡Así íbamos a llamar a mi perro!—dijo esquivando un nuevo portal que transportaba un tentáculo.
Lincoln le lanzó un par de telarañas para cegarlo mientras se acercaba a gran velocidad.
—¡¿Por qué no mueres?!—gritó desesperado el villano creando un portal en su rostro que desvió las telarañas a otro portal creado en medio de la calle.
—Y el golpe de gracia.—juntó ambas piernas para patearle el pecho.
La Mancha creó un portal en medio de su pecho, provocando que los pies de Lincoln fueran absorbidos en el color negro, pero aprovechando el momento le dio un derechazo al mentón antes de atravesar el portal. La Mancha salió disparado y rodó en el piso hasta detenerse junto a un hidrante. Su cuerpo fue llenado por telarañas lo suficientemente grandes para que sus portales no le dejasen escapar.
—Buen chico, si te portas bien podrás protagonizar 101 dálmatas en un futuro.
La policía finalmente iba llegando a la zona apuntando contra el niño araña, pero cambiaron de dirección al ver al sujeto blanco como una hoja de papel tirado entre telarañas.
—De nada.—dijo SpiderKid fingiendo que tenía un vestido y haciendo una reverencia elegante a los policías—Bueno, esa es mi señal de retirada, tengo un compromiso.
Los oficiales fueron incapaces de detenerlo mientras este lanzaba una telaraña y se impulsaba entre los edificios, por encima de todo el tráfico causado por su pelea y de varias cabezas que volteaban a verlo. Él era SpiderKid después de todo, ¿Era un ave? ¿Un avión? ¿Superman? No, solo el amigable vecino araña. O al menos eso le gustaba pensar a Lincoln, realmente la gente si volteaba a verlo solo le sonreían y quienes le apuntaban era para juzgarlo.
Eso daba igual él tenía que darse prisa para bañarse y llegar a tiempo a la casa de Gwen, tenía que llevarla a un concierto de Imagine Dragons que habían reservado las entradas desde hace tanto.
A Lincoln le sentaba mal que fueran al concierto después de lo que pasó con Ronnie en el hospital, pero era eso o continuar en su casa intentando calmar a sus hermanas, cumpliendo con sus tareas, en el hospital esperando que Ronnie se cure o en las calles combatiendo el crimen. Su vida era ajetreada.
—Nota personal, conseguir una agenda…
Lincoln se detuvo en los gimnasios de la secundaria, no tenía tiempo para ir hasta su casa y volver a la de Gwen, no al menos como araña y definitivamente no podía ir por ahí saltando con su chaqueta naranja y cabellera blanca sin destacar. pensándolo bien debía buscar algo que lo hiciera destacar menos, pero el naranja era simplemente irresistible, el único motivo por el cual no lo ponía a su traje era que el naranja en spandex era extremadamente caro por un motivo que no entendía.
Finalmente llegó a las duchas y entró con presteza, tenía poco tiempo para ir por Gwen. Lo que Lincoln desconocía era que en la patrulla de policía donde iba la Mancha un simple error iba a cambiar los planes de su noche, y posiblemente los del multiverso.
—Tu inhibidor de poderes mutante inmundo.—dijo un policía con superioridad mientras le forzaba un collarín eléctrico.
—¿Mutante?—dijo la Mancha expresando confusión—Lo lamento, creo que se equivoca.
—Sé reconocer la basura cuando la tengo frente a mí.—dijo el oficial.
—Holiday basta.—habló un hombre rechoncho afroamericano—Señor Mancha tiene derecho a guardar silencio…
—Que aburrido eres McBride.—dijo el oficial Holiday abriendo la puerta trasera.
Pero la Mancha no estaba escuchando, lo único que pensaba era lo ilusos que eran esos policías. Aunque en aquel momento estaba rodeado de esos inadaptados por lo que decidió subirse al carro. Mientras lo llevaban en la parte trasera pudo ver como el tráfico de la ciudad que nunca duerme crecía en intensidad mientras más cerca se encontraban del departamento de policía, pasaron junto a una mansión abandonada en medio de la ciudad cuando la Mancha decidió que era hora.
—Caballeros, por más que les agradezco este paseo, debo retirarme.—dijo al mismo tiempo que generaba un portal en el pecho del oficial McBride y atravesaba su mano blanca haciendo girar el volante de manera descontrolada.
Ambos policías fueron sorprendidos por aquella velocidad, apenas y estaban consientes, solo Holiday sacó su pistola.
—Ay, ¿Cómo decías? ¿Reconocerías un mutante donde lo vieras? Qué pena que yo no soy un mutante, solo ciencia.—dijo la Mancha tomando la pistola de un inconsciente Holiday con otro portal—Bien, concéntrate John.
Un portal apareció en su espalda y el otro en el jardín de la mansión cercana, gracias al choque la ventana estaba abierta por lo que pudo mandar su portal, provocando que la Mancha cayera de espaldas al césped mal podado. No estaba lo suficientemente joven como para seguir haciendo esa clase de transportes.
Después de limpiar el polvo pudo ver que a su alrededor se encontraba la mansión construida de ladrillo y cristaleras por todos lados que de manera paradójica no permitían ver al interior, a pesar de no ser cristales polarizados. Creyó recordar que aquel lugar lo había visto en la televisión tiempo atrás, sobre todo por un tragaluz en el tejado con forma circular que tenía una semejanza a un ojo.
Se hubiera quedado quieto apreciando el lugar, pero comenzó a escuchar los disparos de las otras patrullas que acompañaban a la que hizo chocar. Se refugió abriendo un portal en sus pies y el otro cruzando la puerta.
Le tomó unos segundos recuperarse, llevándose las manos a todo el cuerpo para verificar que no fue dañado por las balas, para su fortuna estaba ahora dentro de la mansión extraña. Y no tardó en sentirse abrumado por la cantidad de objetos que colgaban en cajas de cristal por todo el lugar, un jarrón gigante al lado de unas ostentosas escaleras con alfombra claramente importada. Un tapiz exhibido como si fuera un pergamino en otro lado y un cetro con energía azul en un extremo flotando en medio de otro exhibidor, hasta incluso un guante dorado del tamaño de su cabeza que tenía un extraño brillo a su alrededor. Para un ladrón como él aquello era como navidad.
—Oh, que desconsiderado de mi parte sería irme de aquí sin un recuerdo.—susurró al mismo tiempo que tomaba un anillo con un diamante morado—No es mi estilo, pero si es de oro podría ganar unas…
Fue detenido en sus pensamientos porque sintió algo golpeándolo en el hombro, tirándolo al suelo. Al ver a su alrededor no notó nada excepto una capa anticuada flotando a mitad de la habitación.
—¿Tu para qué quieres esto?—dijo la Mancha protegiendo el anillo al ponerlo en su dedo—Eres solo un objeto inanimado.
—Ese objeto inanimado tiene nombre.—dijo una voz masculina a su espalda.
La Mancha dio media vuelta lentamente, encontrándose con unos ojos penetrantes y antiguos que estaban fijos en él. Notó como sus rodillas temblaban y por su cuerpo recorría un frío sudor.
—Se llama Capa de Levitación y protege el Sanctum Sanctorum de quienes intenten apoderarse de objetos que no pueden comprender.—dijo aquel sujeto al mismo tiempo que comenzaba a levitar en el aire.
La capa de levitación corrió hacia su dueño y dejo ver a la figura completa de aquel guardián de la mansión en medio de Nueva York, ahora Mancha recordaba porque había visto antes esa casa, era la del Doctor Strange… El hechicero más poderoso de la Tierra.
La Mancha vio al anillo atascado en su dedo anular y luego al mago, nuevamente al anillo y una última vez al mago que ahora se acercaba con apacibilidad a su encuentro.
—¡No!—gritó la Mancha protegiendo su rostro con ambas manos.
—No te haré nada si me devuelves la piedra angular.—dijo el Doctor Strange—Incluso dejaré que escapes de la policía… Okey, eso no, pero a veces funciona.
—¿Piedra angular? ¿De qué?—dijo el ladrón intentando con todas sus fuerzas quitarse el anillo.
—De las realidades, hay una por cada universo.—dijo Strange como si fuera lo más natural—Para tu suerte es inofensiva sin el uso de magia, pero si no te importa esto está tomando demasiado tiempo.
Con un movimiento de su mano la capa de levitación se abalanzó contra el intruso dejando solo su mano con el anillo libre, además de su cabeza. La Mancha veía sus oportunidades de escapar siendo reducidas a cenizas, hasta que decidió que si ese mago de pacotilla iba a detenerlo al menos tendría que batallar.
Hizo un gesto con su meñique, provocando que un portal se generara bajo suya y la Capa, la piedra brillo en morado antes de que tanto villano como capa salieran disparados a un abismo oscuro.
Durante unos segundos el Doctor Strange dudó sobre qué hacer, pero al ver que su Capa escapó de la oscuridad intentó asomarse, solo que era demasiado tarde, el portal oscuro había sido cerrado con un brillo morado, un pequeño terremoto se generó en la mansión.
—Siempre inmoviliza todos los dedos Stephen, si no lo aprendiste con Thanos, ¿Cuándo?—se dio un golpe en la cabeza con un libro que tomó de una mesita—Bien, no hay tiempo que perder.
Sin saber lo que estaba pasando Lincoln salió de la ducha y se vistió con prisa, aún estaba en el metro cuando llamó a Gwen:
—Ya voy llegando en la línea siete.
—Oye, casi marcas tarde.—dijo la chica sorprendida—¿Qué mosca te pico?
—Una araña.—dijo el chico no muy sutil—Solo espera dentro de tu casa, estoy a menos de cinco minutos.
Estaba a diez minutos, y eso si no tenía retrasos.
—Creo en ti Lincoln, pero date prisa.—dijo Gwen ansiosa.
Lincoln podía imaginarse a la chica dando saltitos de alegría mientras sus lentes saltaban a destiempo debido a la inercia… Detuvo ese tren de pensamiento, tanto balancearse y aprender conceptos físicos le estaba haciendo daño a sus pensamientos.
El chico se bajó en la siguiente estación y buscó el primer callejón que encontró para comenzar a trepar por la pared, en telaraña solo eran dos minutos así que dio un salto, sin saber que en el subterráneo se formó un portal morado del cual salió disparado la Mancha. Todos se quedaron viéndolo con interés, pensando que todo era parte de un truco de magia.
—Nunca había llegado tan lejos al transportarme.—dijo la Mancha viendo el anillo en su dedo—Oh, ¿Así que también querías escapar?
La piedra brilló nuevamente de morado, los ojos de la Mancha previamente blanquecinos se tornaron morados al mismo tiempo que lanzaba un nuevo portal en frente del metro y poniendo la salida contra una pared. Todo fue tan rápido que cuando el vagón del conductor intentó detener todo ya estaban el resto de los vagones chocando unos contra otros, el fuego rodeaba la estación de metro y consumía a los inocentes. Cosa que normalmente hubiera afectado a John, pero no ahora que tenía ese resplandor en su mirada, incluso lanzó una sonrisa de satisfacción antes de generar un portal a sus pies y desaparecer.
Lincoln finalmente estaba a nada de llegar a la casa de Gwen, y todavía dentro de tiempo se lanzó en picada para caer en medio de unos matorrales, aquello era increíble, hasta los villanos se habían tomado el descanso de una noche para que él pudiese… De repente hubo un brillo naranja a su alrededor y aterrizó en fría madera.
Viendo hacia arriba tenía un nuevo portal, pero este no era negro como el de la Mancha, sino anaranjado y transparente, del otro lado veía el techo donde se había tirado.
—¿Qué?—se preguntó el chico.
—Ponte esto SpiderKid.—dijo un hombre con los ojos cerrados ofreciéndole una bolsa de papel—Estamos en momentos de necesidad, pero respeto las identidades secretas.
El portal se cerró al mismo tiempo que Lincoln se ponía la bolsa como máscara, ahora ese señor críptico sabía su identidad, realmente no era algo que necesitaba.
—¿Ya está?—preguntó el señor raro con túnica.
—Sí, Dumbledore.—dijo peyorativamente Lincoln al mismo tiempo que ojeaba por los agujeros de la bolsa para ver la vestimenta del tipo—¿Qué es lo que quieres?
—Insolente, justo como lo describen los periódicos.—dijo el hombre abriendo los ojos y Lincoln notó que si bien era joven en apariencia física en los ojos aquel tipo ocultaba años de experiencia de cosas demasiado fuertes como para comprender.
—¿Quién lee el periódico?—intentó calmar las aguas el chico.
—Lamento interrumpirte en tu noche de civil.—dijo el hombre—Soy el doctor Stephen Strange, Hechicero Supremo de América.—recitó como si fuera de memoria—Salvo tu realidad y demás.—dijo ahora con sarcasmo.
—Cuanta humildad.—dijo Lincoln rodando los ojos—Si no es mucha molestia tengo una cita con una hermosa chica, así que…
Se detuvo a media oración porque el lugar comenzó a temblar de manera violenta. Todo en la casa que se encontraba parecía viejo y casi como si estuviera en un museo lleno de vitrinas, algunas de estas se rompieron por el temblor.
—Necesito toda la información que tengas de un villano que crea portales oscuros.—fue directo al grano el Doctor Strange.
—¿Manchas? ¿Por qué o qué? No entiendo.—dijo Lincoln confuso.
—Tu amigo Manchas acaba de robar la piedra angular de mi sanctorum.—dijo el doctor Strange con prisa—Necesito encontrarlo inmediatamente, en manos equivocadas esa piedra puede provocar un evento nexus que fusione universos.—dijo el hombre como si fuera lo más natural.
—¿El para qué cosa de qué?—dijo Lincoln sin entender.
—La policía fuera de mi casa dijo que tú fuiste el que lo detuvo antes, así que debes tener una idea de cómo vencerlo ahora.—dijo el doctor Strange como si fuera lo más natural.
—¿Quieres que te diga dónde encontrar a Manchas?—dijo Lincoln antes de echarse a reír—¿Es enserio? Ese tipo a duras penas dañaba una mosca, lo derroté fácil y mira que me han pateado duro varias veces.
—Escúchame bien, si no encontramos a ese villano de pacotilla la realidad misma podría derrumbarse.—le dijo el Doctor Strange.
—¿Cómo?—dijo Lincoln incrédulo antes de sentir otro terremoto—¿En qué lugar vives para que tiemble tanto?
—Greenwich Village, Nueva York.—respondió el Doctor Strange acercándose a una ventana—Cada que ese loco utilice los poderes de la piedra habrá terremotos más y más fuertes.
Al ver por la ventana Lincoln se topó con varios coches de policías en medio de un choque múltiple, nuevamente tembló la mansión y en los jardines comenzó a abrirse un agujero del suelo de color morado donde salió un murciélago gigante.
—¿Qué es ese truco de magia?—preguntó Lincoln intentando quitarse la bolsa, pero recordó que el doctor técnicamente no conocía su identidad secreta.
—Está comenzando, dentro de poco toda Nueva York quedará infectada con portales multiversales, rápido, debes tener al menos una idea.—dijo el doctor haciendo una posición que provocó que sus manos brillaran de naranja—Eres el único que puede tener una pista de dónde encontrarlo.
—Solo tuve como tres diálogos y la mayoría fueron chistes, de alta calidad si se me permite añadir.—dijo Lincoln llevándose ambas manos a la cabeza—¡Espera! ¿Dijiste que está usando el poder de la piedra?
—Sí.—dijo con naturalidad Stephen.
—El tipo se teletransporta un par de metros, si se escapó de ti eso significa que la piedra debe estarle dando la capacidad de teletransportarse grandes distancias…
—Básicamente.—dijo Stephen comenzando a entender que probablemente el niño no era el más brillante.
—Es un criminal de bajo rango con algo de poder extra…—dijo meditando Lincoln—Intentará ir a un lugar con mucho dinero como la bóveda de un banco.
—Necesitarías ser más especifico.—dijo el Doctor Strange molesto.
—Sus poderes son grandes, así que no querrá algo simple, va a dar un golpe grande, para compensar sus patéticas derrotas del pasado y coronarse como el más rudo o alguna tontería así—dijo haciendo memoria—Un lugar con mucho dinero en Nueva York donde el tipo pueda usar sus poderes para… Oh… ¡La reserva federal de Nueva York!
—Sabía que no era mala idea traerte.—dijo el doctor Strange girando sus manos y generando un portal al techo de un edificio—Andando.
—Momento, ¿Cómo me encontraste? ¿Y por qué si pudiste rastrearme a mí, no a él?—dijo Lincoln ofendido.
—Un hechizo básico de rastreo en base a fotografías, Manchas no tiene fotografías o registro alguno, es un villano nuevo; date prisa, tenemos que detener a nuestro amigo Polka Dot Man.—dijo el doctor Strange cruzando el portal naranja.
—¡Ese es mi chiste!—dijo Lincoln saliendo por un momento de la vista del portal para quitarse la bolsa de papel y ponerse su máscara.
En ese momento vio por la ventana como un nuevo terremoto azotaba la mansión y ahora un tiranosaurio escapaba de los abismos. Si no se daba prisa todo Nueva York estaría lleno de esas cosas, pensó durante varios segundos sobre si marcar o no a Gwen, pero decidió que aquello sería poco beneficioso, era mejor quedar mal a meterla a ella en toda esta locura.
Lo que no sabía era que en aquel momento Gwen caminaba de un lado a otro en su casa, esperando al tonto de Lincoln nuevamente retrasado, el concierto había empezado diez minutos atrás y ella se encontraba ahí, esperando al tonto de Lincoln, ¿Por qué si quiera se molestaba? ¡Nunca llegaba a nada!
—¡Ahhhh!—gritó ella tomando el control de la televisión y lanzándolo al sillón de su casa, provocando que la televisión se encendiera.
Como su padre fue el último en ver la TV esta se encontraba en el canal de noticias, normalmente no le hubiera prestado atención de no ser porque estaban mostrando una línea de metro destrozada. Sintió algo pesado cayendo en su estómago, había muchas líneas de metro, las posibilidades de que fuera la siete eran una en…
—La línea siete de metro ha sufrido un horrible accidente motriz que costó la vida hasta el momento de treinta y cuatro personas.—confirmó la televisión.
—¡Oh por Dios!—dijo ella llevándose ambas manos a la boca.
El maquillaje comenzó a recorrer por su rostro gracias a las lágrimas, pero ella no pensaba con claridad abrió la puerta de su casa y la cerró a cómo pudo para ir corriendo directamente al sitio del accidente mientras intentaba marcarle una y otra vez a Lincoln, pero no había respuesta alguna fuera de los constantes pitidos.
En el distrito financiero el caos finalmente estaba comenzando a manifestarse, sobre la puerta principal del 33th Liberty Street se materializó un portal negro con morado del cual saltó un hombre completamente blanco con unos ojos morados y puntos negros que recorrían por su cuerpo. Dos guardias parados frente a una puerta de roble gigante no dudaron ni un segundo antes de apuntar con sus armas:
—¡Alto ahí o abrimos fuego!—gritaron ambos.
—Por favor caballeros, no hace falta que desperdicien aliento.—dijo la Mancha antes de generar dos portales de los cuales comenzaron a salir brazos putrefactos de zombis que arrastraron a ambos guardias a otra dimensión—Puedo acostumbrarme a esto.
Lleno de orgullo vio hacia arriba el alto edificio, ahí había colgada la bandera de los Estados Unidos junto a la del Orgullo LGBT, dos de sus banderas menos favoritas, una por ser un sueño frustrado que nunca se iba cumplir y la otra por las constantes decepciones que le había entregado a lo largo de su vida, ¿Cuál era cuál? A veces hasta él mismo las confundía.
Ahora nadie iba a volver a cuestionarlo ni reírse de él, todo ese tiempo trabajando desde las sombras en su proyecto para generar agujeros de gusano, ignorado por su universidad se tuvo que buscar una excusa de trabajo con el Rey de las calles, pero todo su conocimiento desperdiciado en crear armas cada vez más "eficientes".
Pero eso se quedaba en el pasado, justo ayer había tenido el mejor peor día de su vida, después de haberse quedado dormido en una de sus extenuantes sesiones para conseguir una nueva arma con la cual el Rey pudiera poner en jaque a la Comadreja. Era un arma desestabilizadora atómica, que estaba pensada para desintegrar objetos grandes en cuestión de segundos, lo que no esperaba John era que el seguro del arma tuviera una presión tan grande que cuando la dejo sin enfriar por más de dos horas tuvo en su interior una fisión nuclear que irradió de energía todo su cuerpo, salpicándolo de aquella sustancia tóxica y oscura. Sustancia que estaba enlazado a él cuánticamente.
Pero ¿Qué más daba? Ya no era un peón de Kingpin, tampoco le importaba la misteriosa Comadreja o el estúpido de SpiderKid, ni siquiera a toda su familia que dejó atrás, lo único que realmente importaba era ese delicioso y apetecible oro que estaba oculto tras la cámara acorazada. Solo tenía que tomar todo lo que pudiese cargar y teletransportarse a un paraíso fiscal, donde movería una nueva cuenta que abriría un préstamo en una segunda cuenta que sirva como respaldo de una tercera… Y así hasta volverse indetectable para la CIA, era un plan sin fisuras.
La piedra volvió a brillar de morado y se teletransportó dentro del lugar, no sabiendo que desde la parte de arriba era visto por dos figuras.
—Ahí está nuestro amigo.—dijo SpiderKid ya vestido como araña mientras checaba las telarañas de sus muñequeras—Te lo dije estos criminales son tan predecibles.
—Pero tiene la llave al multiverso, con capacidad de ir a distintas realidades y riquezas otrora impensables y lo desperdicia en oro, ¿Enserio?—dijo Doctor Strange extrañado—En fin, no importa realmente, andando.
Ambos bajaron, uno con su telaraña y el otro flotando, a mitad de la bajada un nuevo portal de Strange fue abierto y aparecieron dentro del lobby del edificio. Para sorpresa de SpiderKid el lugar era mayor a lo que esperaba por las vistas externas, el techo era demasiado alto, las decoraciones interiores casi perfectas, el piso de madera de la mejor calidad… Si tan solo no estuviera el lugar lleno de manchas oscuras que parecían estar absorbiendo la materia a su alrededor con una energía morada. Una de estas brilló y del portal salió una persona hecha al completo de agua, pero que caminaba con toda naturalidad dejando sus pisadas húmedas en el suelo. De otro portal salió una masa de carne y dientes que se movía en base a tentáculos que se aferraban a las columnas mientras arrastraba sangre.
—¿Qué es esto?—preguntó el chico sin entender.
—Es el inicio de la ruptura del multiverso, si no nos damos prisa varias realidades colisionaran.—dijo el Doctor Strange antes de ver como uno de los portales brillaba de morado y se volvía una ventana.
Del otro lado se encontraba un niño de cabello blancos con su capa de levitación y ropas extremadamente parecidas a las suyas, acompañado de lo que parecía ser un Spider-Man en condiciones en casi las exactas mismas posiciones que ambos estaban. Stephen y SpiderKid se miraron para luego ver a sus contrapartes y fuera de un saludo que hizo Lincoln decidieron hacer que eso no había pasado mientras corrían con prisa por el pasillo del banco.
Pero a pesar de ir en línea recta el pasillo estaba tan distorsionado por el tiempo y el espacio que sin siquiera despegar los pies del suelo ya estaban caminando en una de las paredes y repentinamente en el techo para luego caminar por la pared contraria, casi como si en lugar de estar yendo por un pasillo recto fueran por una espiral.
De otro de los portales se escuchó un "Avadakedrava" junto a un rayo verde que Stephen protegió a ambos cubriéndolos con un escudo de energía naranja, seguido a eso de otro portal escucharon un debilitado "Salva a Martha" que decidieron ignorar para continuar por su carrera en ese pasillo que desde tiempo atrás dejaba de tener sentido o espacio físico, graso error porque de ese portal salió una explosión que los impulsó hacia otro de los portales, corrían en una nada de infinitas posibilidades, escuchaban voces de distintas realidades colándose de uno a otro lado de sus orejas, casi como si fueran ametralladoras, Lincoln notó una puerta metálica en medio de todo ese caos, así que apuntó con su lanzatelaraña y tomó a Doctor Strange mientras penetraban el abismo, con frases de ventanas de múltiples dimensiones golpeando sus oídos:
"Yo soy tu padre." "Soy inevitable" "Ese fui yo Barry" "¡Señor presidente deténgase ahí mismo!" "Un gran poder, lleva una gran responsabilidad" "El sueño que persigues está dentro de ti" "La apoteosis ha llegado""¡No quiero morir Tom!" "El poder de la amistad" "¡El Doc está vivo!" "No de nuevo los japoneses" "No te verá si no nos movemos." "Sube al robot Shinji" "Ven conmigo si quieres vivir" "¡Emperador Xian vengo en son de paz!" "¡Nos encontramos de nuevo Nezha!" "La respuesta es doce" "¡Exterminar! ¡Exterminar!" "El número de contagios supera las expectativas de la curva" "¿Necesitas un perfora rosquillas?" "¡Es la octava maravilla del mundo, Jack!" "¡Valjean, nos vemos otra vez!" "Todos morirán aquí dentro".
Esa última frase, dicha por la voz fría de una niña era casi como un vaticinio a lo que ocurrió cuando finalmente cruzaron la puerta metálica del banco y salieron de la energía morada, encontrándose frente a un elevador protegido por rejillas metálicas destrozada por garras que no parecían humanas.
Descendieron directamente a la locura.
Una que solamente parecía extenderse en todo Nueva York, pero particularmente lo notaba Gwen quien estaba acercándose a la línea siete de metro, de donde varias personas salían gritando, entre estos periodistas y policías, ella miraba desde la distancia como toda esa gente que normalmente debería ayudar salían horrorizados. Antes de que un brillo morado se extendiera y viera que de una de las salidas del metro salía lo que claramente era un velocirraptor, moviéndose a una velocidad demasiado rápida para ser una persona en un traje. Otro brillo morado proveniente de la parte baja y de otra de las salidas del metro salió un caballero desaliñado, montando un caballo bastante malnutrido, seguido por un escudero rechoncho que iba en burro.
—¡Sancho, oh, querido compañero! ¡Estamos rodeados de gigantes! ¡El apocalipsis cierne sobre nosotros!—gritó el caballero mientras desenfundaba su espada y corría a un edificio para golpear la pared.
Ella dejó de ver aquello, tenía que centrarse si quería encontrar al chico en medio de todo el caos, sin saber que desde su espalda se acercaba a toda velocidad una creatura, lista para implantar un embrión dentro de ella.
—¡Lincoln!—gritó Gwen antes de sentir como era derrumbada por una fuerza extrema.
Gwen alcanzó a dar media vuelta, viendo la cara negruzca del xenomorfo mientras este se acercaba a ella, extendiendo una pequeña boca llena de dientes que abría y cerraba a voluntad. Aquel hubiera sido el fin para Gwen de no ser porque nuevamente brilló de morado, pero esta vez la luz se expandió hasta que la golpeó.
Durante un momento ella cerró los ojos, al momento de abrirlos notó que el xenomorfo estaba tirado a su lado por una lanza futurística que regresó a una figura invisible, pero aquello no era lo más extraño, sino que ella misma veía todo por medio de una máscara. Al ver abajo pudo notar que tenía puesto un traje de spandex blanco con tintes negros y rosados.
Sintió algo peligroso acercándose a su estómago por lo que rodó en el suelo, esquivando a duras penas la lanza tecnológica de ese segundo alienígena, el cual ella claramente sabía que era un Predator, de un salto se levantó y notó que estaba lista para luchar. Por acto reflejo extendió su brazo y presionó un botón en su muñequera que expulsó telarañas de sus manos.
—¿Qué?
Volvió a esquivar otro ataque antes de sentir como el suelo temblaba y comenzaba a resquebrajarse, por lo que ella decidió lanzar una telaraña a un edificio cercano e impulsarse con todas sus fuerzas.
—¡Oh por Dios! ¡Soy como SpiderKid! ¡SPIDERGIRL!—gritó llena de emoción mientras recorría los edificios que estaban siendo cubiertos por la energía morada—¡No! ¡No! ¡Mucho mejor! ¡Spider-Gwen!
Chocó con un poste de la luz y rodó hasta caer en el suelo donde sintió que su cabeza ardía debido a que aterrizó golpeándose en esta, no siendo consiente que la infección morada se acercaba nuevamente a ella.
—Okey, universo lo entiendo, SpiderGirl es mejor…
Fue lo último que dijo antes de ser consumida por un brillo morado, pero no solo ella, toda la ciudad se estaba desmoronando entre brillos morados. Tanto era así que en la estación espacial internacional el capitán John Jameson, hijo del jefe del Daily Buggle, pudo ver ese brillo desde el espacio.
—Houston tenemos un problema.—dijo John reconociendo la zona geográfica y esperando que su padre estuviera bien.
En el epicentro de todo, justo en la reserva federal de oro de Nueva York, una de las más importantes del mundo, se encontraban bajando con la música del elevador tanto el Doctor Strange como SpiderKid.
—Así que… Manchas…—dijo Lincoln incomodo—No sabía que fuera tan poderoso.
—No lo es, es la piedra angular.—respondió Strange mientras las puertas eran finalmente abiertas—Prepárate, no sabemos a lo que nos podemos enfrentar, pase lo que pase despójalo de ese anillo.
—¿Y qué haremos con el anillo?—preguntó Lincoln sin entender.
—Usarlo para que todo vuelva a quedar restaurado, originalmente era una magia muy oscura, una reliquia que el propio Dormamu, demonio extra dimensional, temía; así que es muy fácil ser tentado por la maldad que esconde en su interior, no importa lo que el anillo susurre que puede hacer lo va a distorcionar, tienes que dármelo a mí para restaurar todo a la normalidad.
—De acuerdo.
Finalmente se encontraron entre los laberintos de piedra, llenos de montones de bóvedas abiertas, podían ver lingotes de oro regados por el suelo, pero en su mayoría las habitaciones se encontraban limpias. No fue sino hasta que encontraron una doble puerta derrumbada que finalmente lo vieron.
La Mancha se encontraba en medio de una habitación gigante llena de oro, con sus ojos brillando de morado y de la parte superior de su cabeza salía un remolino que chocaba contra el techo y formaba una tempestad en toda la habitación.
—¡Manchas!—gritó Lincoln trepando entre las columnas que resguardaba el oro.
Notó que Strange tomaba otra dirección.
—¡¿Qué?!—gritó el villano antes de ver hacia arriba—¡SpiderKid! ¡Debí haberte matado cuando tuve la oportunidad!
—Es lo que todos dicen, vamos, pensé que eras más original.—dijo de manera burlona cayendo del techo hasta aterrizar frente a la Mancha.
—¡ALEJATE!—dejó de hablar con su voz al mismo tiempo que generaba un portal en los pies de ambos.
Lingotes de oro caían en picada en un vacío mientras que SpiderKid y la Mancha giraban en el vacío. El niño intentó darle un golpe directamente en el rostro, pero la Mancha generó un portal en su rostro y otro en su pecho provocando que Lincoln se golpeara a sí mismo.
—¡Eso no es justo!—dijo llevándose ambas manos a su mandíbula adolorida.
Ambos terminaron atravesando un portal ahora de color naranja volviendo a la bóveda acorazada donde llovía a cantaros debido a la tormenta que salía de la Mancha y que intentaba atacar a Doctor Strange tirándole rayos electrificados, este se defendía con escudos mágicos de color naranja que generaba con sus manos.
La Mancha sonrió antes de generar un portal a la espalda de Strange, de este salió una sombra que rodeo al Doctor antes de finalmente materializarse a su espalda con la apariencia de Stephen Strange, pero con un aura morada rodeándolo. De las manos de la sombra se generaron escudos azules eléctricos que comenzó a lanzar al Doctor Strange cual Capitán América.
El verdadero Strange sintió uno de esos escudos antes de salir disparado debido al golpe y recibiendo uno de los rayos de la tormenta.
—¡Doctor!—gritó Lincoln preocupado lanzando una telaraña, pero nuevamente un portal oscuro se formó frente suya y su espalda, provocando que la telaraña le diera en la cabeza, derrumbándolo.
—Vaya, parece que el dúo dinámico no tiene oportunidad contra la gran y poderosa Mancha.—dijo John comenzando a reír descaradamente—¡¿Ahora quién es un perro humillado?!—gritó apuntando a SpiderKid—Ni siquiera quiero encargarme de ti, dejemos que otro tú lo haga.
Dicho esto, un nuevo portal fue abierto del cual salió un SpiderKid con traje oscuro, aunque a diferencia de la sombra de Strange, este espejismo tenía una bufanda roja muy parecida a la que él originalmente había tenido antes de la lucha contra SandMan. Los ojos blancos de la máscara brillaron de morado al mismo tiempo que este nuevo Lincoln se enfocaba en el original.
La Mancha comenzó a flotar con un aura morada mientras miraba complacido como la sombra se enfrentaba al Doctor lanzando escudos azules como si fueran balas, provocando que las defensas naranjas se resquebrajaran. Notó también como Strange hizo un baile y abrió un portal naranja justo cuando dos escudos azules se dirigieron a él, abriendo el otro portal a la espalda de la sombra, provocando que esta recibiera su propio golpe.
—¡Hey! ¡Ese es mi poder! ¡MI PODER!—gritó enfurecido la Mancha acercándose a toda velocidad.
Aquello lo detectó Stephen, al mismo tiempo que bloqueaba un nuevo rayo de la tormenta y un escudo azul, era ahora o nunca. Juntó su dedo índice con el pulgar y exhaló todo el aire de su pecho antes de pronunciar Caendum. La realidad se resquebrajo nuevamente, pero esta vez no con brillo morado o azul, sino naranja. El Stephen Strange previamente suspendido en la habitación comenzó a temblar mientras se dividía, primero había dos, luego cuatro y finalmente ocho. Todos esos doctores Strange copias del original voltearon a su alrededor y no solo bloquearon ataques con magia, sino que devolvieron el ataque tanto a la sombra como a la tormenta.
—¡Tramposo!—gritó la Mancha generando más portales negros del cual comenzaron a salir amenazas de todo tipo.
De uno se pudo ver a una mujer mitad serpiente, con ojos amarillentos que apareció frente a un Strange que al verla directamente a los ojos se transformó en piedra. De otro de los portales salió un robot cubierto con piel humana de medio rostro y una escopeta disparando de uno a otro lado. También de otro portal salió un hombre lagarto con olor a pescado que intentó ser devuelto por uno de los Stephen, pero sus garras brillaron de oscuro, rompiendo el escudo naranja y atravesando en dos al Doctor Strange mientras ese hombre pez gritaba alabanzas a Cthulhu. De otro de los portales salió un payaso bailarín que rápidamente transformó su cuerpo en el de una araña que tuvo que ser detenida por dos Strange, solo para que a su espalda fueran atacados, uno de ellos apuñalado por un machete proveniente de un tipo alto con una máscara de hockey, el otro cruzó su cabeza las garras de un sujeto con la piel quemada y un sombrero tétrico que ocultaba parte de su rostro, pero no su sonrisa, sobre todo cuando extrajo las garras de la cabeza de Strange y comenzó a saborear el líquido cerebral.
Solo quedaban la mitad de los Strange y a todos los enemigos se sumaba que la Mancha con la piedra angular se acercaba a toda velocidad a los Strange, listo para matar.
El Stephen original volvió a juntar sus dedos, provocando que ahora hubiera dieciséis doctores, el hombre sabía que no iba a salir vivo de ahí, pero usaría todos sus conocimientos para ganar el suficiente tiempo.
Del otro lado de la habitación Lincoln salía disparado debido a que el Lincoln Negativo le dio un golpe con una telaraña viscosa, como si todo su día no hubiera sido lo suficientemente extraño vio como la máscara de ese Lincoln era abierta cual si fuera líquido… O un animal vivo. Ahora podía verse directamente al rostro, claro si él fuera pálido, sus ojos brillaran de morado o una siniestra sonrisa lo invadiera.
—Así que eres una patética imitación mía, apuesto a que ni siquiera mataste a tus hermanas.—dijo ese Lincoln como si fuera lo más natural.
—¡¿Qué?!
—¡Lo sabía!—gritó el Lincoln levantando su brazo hasta deformarlo y volverlo una espada—¡Eres un debilucho! ¡Alimenta a Nega!
—¿Nega? Definitivamente somos diferentes, nunca se me ocurriría un nombre tan estúpido…—dijo Lincoln antes de apuntar con su telaraña a la cabeza de su contraparte.
—¡Fallaste miserablemente!—gritó Nega regodeándose mientras intentaba darle un golpe letal a su original.
—Ah ah ah, siempre espera a que la telaraña aterrice antes de decir que fallé.—dijo Lincoln deteniendo esa espada viscosa que se había transformado el brazo de su contraparte.
Al mismo tiempo estiró la telaraña y una de las estanterías con toneladas de oro cayó en dirección de ambos, amenazando con cubrirlos en pesados lingotes dorados.
—¡Dime si se puede bañar en oro!—gritó Lincoln dándole una patada en el estómago a Nega, lanzándolo directamente a la estantería y provocando que su contraparte fuera aplastada—Mhhh, no oigo respuesta alguna, descalificado.
Lincoln entonces se levantó y fue a ver en que podía ayudar al Doctor, viendo solamente una tormenta caótica entre personajes ficticios o reales que golpeaban clones del Doctor Strange.
—Yo solo quería ir a un concierto esta noche.—dijo el chico para sí mismo—¿Cómo es que siempre termino en cosas tan raras?
Pudo notar que estaba siendo virtualmente ignorado por todos esos demonios a los que Strange estaba enfrentando, por lo que buscó entre aquel caos a la Mancha y lo encontró, brillando prácticamente de morado lanzando rayos mientras su anillo parecía estar ardiendo en fuego.
Lincoln se balanceo entrando a ese reino de realidad fragmentada en naranja, se dijo a si mismo que si iba a morir al menos era con su color favorito, atravesó con dificultad entre las piernas de un robot, después se impulsó sobre la cabeza de un hombre pescado, esquivó en el aire el ataque de unas garras extensibles; rodó en el suelo evitando el agarre de la mujer serpiente. De un salto esquivó las balas lanzadas por un robot y al encontrarse con otra araña con cara de payaso que le impidió el paso lo que hizo fue cerrar los ojos y lanzar una telaraña a la tormenta eléctrica provocando que esta absorbiera todos los amperes y la otra parte la lanzó a la araña payaso provocando que comenzara a retorcerse.
Ya solo quedaban dos doctores Strange, y uno de ellos fue desintegrado por una luz morada proveniente de la Mancha, tanto Lincoln como Stephen intercambiaron una mirada, ahora o nunca. Strange separó sus dedos y salió impulsado hacia arriba acercándose a la Mancha, provocando que este lo atáquese con un rayo de energía morado.
El Doctor Strange generó un escudo que a duras penas pudo contener esa energía, mientras que su capa de levitación se desprendía del cuello y corría al rostro de la Mancha, envolviéndose para que fuera difícil sacarla.
El brillo morado de la piedra fue perdido mientras el sujeto intentaba quitarse la capa de encima, por lo que no se esperó que Lincoln le diera una patada que lo tirara al suelo. Todos los esbirros de la Mancha saltaron a defenderlo, aún con los ojos morados, pero Strange se puso al lado de SpiderKid y generó una burbuja escudo que cubría a duras penas a los tres sujetos. Lincoln sabiendo que esta era su única chance se salvar su universo golpeó la cabeza de la Mancha para que dejara de resistirse y le forzó a abrir la mano donde tenía el anillo. No sabía que el hombre tenía tanta fuerza, pero dedujo que era solo otro efecto de esa maldita piedra angular. Si no le arrebataba ese anillo no habría futuro para sus amigos, para sus padres y sobre todo para sus hermanas, Lincoln no había pensado en las consecuencias durante toda la noche, pero era ahora o nunca, todo el destino del universo dependía de que se diera prisa.
Logró quitarle el anillo a la Mancha provocando que sintiera una descarga oscura dentro de él, casi como si una voz maligna le susurrara todo lo que él quería frente a él.
—¡Doctor!—gritó Lincoln ignorando esas señales mostrándole el anillo.
Pero Stephen Strange estaba demasiado ocupado manteniendo todas esas fuerzas malignas fuera de su alcance.
—¡No podré! ¡Tendrás que hacerlo!—gritó el Doctor Strange.
—¡Yo no sé como hacerlo!—dijo Lincoln comenzando a hiperventilar.
—¡Sé que puedes! ¡Solo piensa en que lo que quieras corregir y chasquea los dedos! ¡Este tipo quería poder!
Se detuvo debido a que su escudo comenzó a quebrarse por todos lados, estaban a nada de finalmente perder.
—¡Ahora!
Lincoln tomó el anillo con la piedra angular, sintiendo como el tiempo se detenía, pudo ver en cámara lenta como el escudo de Strange se destrozaba gracias al ataque de todos esos villanos juntos. Pero Lincoln sabía que ellos no eran reales, por lo que la piedra brilló de morado y desaparecieron, quedando solo los tres en la bóveda llena de oro.
Lincoln estaba pensando en su vida… Pero… ¿Y si pudiera haber decidido cambiar algo? ¿Cómo nunca haber arrestado a su padre como el Buitre? ¿O haber salvado a la hija de Marcus? ¿Evitar la muerte de su abuelo, Bobby o el señor Parker? ¿La hospitalización de Ronnie? No entendía con qué motivo, pero era como si la piedra le dijese que sí que podía hacerlo, un mundo más feliz, uno donde no fuera perseguido como mutante…
Cerró sus ojos que por un momento brillaron de morado, el doctor Strange le había advertido de esos poderes de la piedra, debía mantenerse firme, no debía desear un mundo mejor, él debía crear un mundo mejor con acciones y no con deseos. Al abrir los ojos nuevamente estos brillaban en blanco, todo a su alrededor comenzó a brillar mientras el morado iba desapareciendo.
Lincoln chasqueó los dedos…
…
…
…
…
…
¡Mhnñi!
…
…
…
…
—De las realidades, hay una por cada universo.—dijo Strange como si fuera lo más natural del mundo antes de ver de un lado a otro—Para tu suerte es inofensiva sin el uso de magia, pero si no te importa esto está tomando demasiado… ¿Tiempo?
Con un movimiento de su mano la capa de levitación se abalanzó contra el intruso dejando solo su mano con el anillo libre, además de su cabeza. La Mancha veía sus oportunidades de escapar siendo reducidas a cenizas, hasta que decidió que si ese mago de pacotilla iba a detenerlo al menos tendría que batallar.
Hizo un gesto con su meñique, o al menos lo intentó antes de que Strange aplastara su mano con la suela de su zapato.
—Oh no, no de nuevo.—dijo el hechicero supremo sonriendo mientras formaba una magia naranja que encerraba a la Mancha por todos los ángulos.
La capa de levitación le retiró el anillo a la Mancha a la vez que el Doctor Strange lo devolvía a su lugar.
—Dejaré que las autoridades decidan que hacer contigo…—dijo materializando una burbuja de plástico alrededor de la Mancha, completamente sellada.
Abrió un portal naranja y teletransportó a la Mancha directamente a la estación de policía, ya ahí sabrían que hacer con él. Strange finalmente cerró ese portal y conjuró el de rastreo durante un momento. Un portal fue abierto frente a él, con un SpiderKid con mascara, pero chaqueta naranja, le devolvía un saludo.
—Lo lograste niño.—dijo con alegría Strange—Felicidades.
—No es nada, solo soy el amigable vecino araña porque nada de eso paso, guiño—se detuvo para comenzar a reír junto al Doctor—¿La gente recordara algo?—preguntó Lincoln.
—Como si fuera un sueño nada más.—dijo el Doctor Strange con naturalidad—Si necesitas cualquier cosa, el universo y yo estamos en deuda contigo.—dijo Stephen Strange al mismo tiempo que cerraba el portal.
Desde su lado Lincoln sintió alivió, si bien había sido derrotado varias veces por diferentes villanos, esta era la primera vez que salvaba el universo… Aunque claro, nadie fuera de él, Strange y probablemente la Mancha irían a recordar eso. ¿Qué más daba? Lo importante era que todos iban a estar bien, así que se quitó la máscara y dio un salto hasta el suelo, aceleró con un atajo y finalmente llegó frente a la casa de Gwen.
Tocó la puerta, indeciso, llegaba unos minutos tarde, pero si se daban prisa podían llegar a mitad del concierto y… Para su sorpresa al abrir la puerta Gwen corrió a abrazarlo mientras le daba golpes en el pecho.
—¿Todo bien chica?
—¡Pensé que habías muerto!—gritó ella enfurecida dándole una cachetada.
—Ok, tal vez los detalles de mi muerte fueron muy exagerados, ¿Pero cómo?—preguntó Lincoln incrédulo.
—Vi en las noticias que la línea del metro…Y un xenomorfo… Pero me salvó un Predator… Pero luego fui SpiderGirl y…—ella se detuvo totalmente mientras miraba incrédula a Lincoln y luego la televisión en el canal de las noticias—¿Me quedé dormida?
—Creo que sí.—dijo Lincoln burlonamente para luego abrazarla—La línea del metro está completamente segura.
En la pantalla de la televisión comenzaron a pasar noticias de que el concierto al que ambos querían ir estaba abarrotado de gente debido a que la banda no llegó al estadio puesto que estaban hospitalizados por una pelea de SpiderKid contra un villano que las televisoras llamaron "El Dálmata", afortunadamente nada letal.
—Oh, ahora no podremos entrar aunque vayamos.—dijo Gwen decepcionada—Al menos esta vez llegaste a tiempo.—dijo sonriendo para luego darle un beso en la mejilla—Gracias.
Lincoln había salvado al universo hace tan solo minutos atrás, pero por algún motivo su rostro estaba completamente colorado.
—Bueno, podemos ver una película.—dijo el chico al mismo tiempo que entraba a la casa.
—¡Todo que no tenga que ver con alienígenas!—dijo Gwen cerrando la puerta de su casa y comenzando a reír.
—¿Qué mosca te pico y que le hiciste a mi Gwendolyn?—dijo Lincoln llevando una mano al pecho.
—No mosca, araña.—dijo Gwen la misma respuesta que él le había dado mientras comenzaba a preparar unas palomitas.
Lincoln y Gwen comenzaron a reír al mismo tiempo por ese chiste al mismo tiempo que comenzaban a hablar animadamente. Aquella definitivamente iba a ser una buena noche, Lincoln necesitaría un poco de estas antes de siquiera enfrentar la Locura que estaba a punto de manifestarse en su vida.
Fin
Notas.—No sé ni que decir, literalmente desde hace tiempo quería hacer un montón de One Shots con historias independientes que no afectasen necesariamente a la historia original de Espectacular Lincoln Loud. Dudo que esto tenga muchas vistas, pero igual intentaré publicar otras ideas que no pudieron entrar a la historia, como un capítulo centrado en Carol y Matt Murdoc o Lincoln y Peter investigando sin poderes algo del Duende Verde, estas historias, repito, son parte del universo de Espectacular, PERO no son relevantes para la historia general (así es, el colapso del multiverso no es relevante jaja). No sé, comenten si les gustaría ver más de estas historias aparte.
