Notas iniciales:

Jajaja siento que me fumé con la descripción de la historia. No vayan a confundirse, de cierta forma esto va a estar bien angustioso y bien pinche oscuro. El nombre ya debió darles un indicio :D

Mis notas están muy largas, pero por favor léanlas para evitar malentendidos.

Esta historia es WangXiXian [Lan Wangji & Lan Xichen x Wei Wuxian], no hay Lancest (no me siento cómoda incluyéndolo). Ya saben, si no le van a esta shipp o a cualquier cosa que esté especificando en las notas, denle pa'fuera y sigamos con nuestras vidas \(^ヮ^)/

Les advierto, conforme esto avance nos vamos a ir adentrando en aguas más profundas. Coloqué la etiqueta Dark, pero ninguno de los personajes principales tendrá una idea retorcida… algo así, no lo suficiente. Aunque si trataremos temas sensibles.

Vamos a tener un lenguaje un poco sucio y vulgar ¿Creen que Mr. Wattpad me baje la cuenta? Por si acaso, recuerden que publico con el mismo título en AO3 y FF.

Los omegaverse nunca los he pensado como algo "bonito", no obstante, intenté hacerlo con "Golpéame en el corazón", id allá si necesitáis ternura hermanos míos. Terminando Dos Cielos planeo liberar un WangXiXian con el mismo grado de dulzura. Por lo mientras, les diré que he estado estudiando más acerca de este universo y voy a usar algunas cosillas que he encontrado por ahí.

A ver, breve tutorial (si estoy mal, corríjanme), rutina para alfas, calor para omegas, celo es de ambos y vámonos recio.

¿Cuándo se actualizará? Esa es una gran pregunta. Intentaré hacerlo mensual. Serán capítulos largos así que ténganme paciencia, si ya han leído otros trabajos míos saben que a veces el trabajo me come viva 。゚(TヮT)゚。

¿Campaña para derribar al sol? No, gracias. Wen Rouhan encontró mayor placer en tomar refrigerios mientras las demás sectas entran en pánico con sus propios asuntos.


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Lan Zhan siempre se ha sentido inferior. Sus orejas de tigre blanco tienen pelaje suave y los anillos negros en su larga cola están perfectamente definidos, es un buen ejemplar, un digno hijo de su padre. Debería ser tratado igual de bien que su medio hermano, incluso si es el hijo de la segunda esposa, pero no, nunca será un igual porque su madre fue una beta común y corriente que tuvo la suerte o desdicha de parecerse mucho a la difunta primera esposa omega de QingHeng-Jun.

Su gran parecido y la poca resistencia al alcohol de QingHeng-Jun fueron dos grandes desgracias que se combinaron en una misma tarde.

Las violaciones dentro del clan no deben existir, así que Lan Zhan nació dentro del matrimonio. Un matrimonio que tampoco debió existir.

«Si la perra hubiera sido un omega» dijo el segundo anciano de la secta.

«Las mujeres betas sólo saben parir más betas. Que desperdicio de semilla» dijo el tercer anciano.

Lan Zhan se esforzó en destacar, ser tomado en cuenta. Era raro que naciera alguien con características de sus antepasados bestias, incluso si era un beta, tenía sangre de tigre blanco, eso tendría que bastar para asegurar su lugar dentro de la secta, aunque fuera lejos del clan principal.

Fue en su noveno cumpleaños que conoció al que sería su prometido, un conejito, un bastardo del líder de la secta de Yunmeng Jiang.

¡Por supuesto que emparejarían al hijo de una beta cualquiera con el bastardo salido de una puta, de un calentador de cama! No desperdiciarían ni tiempo ni recursos en darle algo mejor que un estúpido conejo de orejas negras del cuál ni siquiera sabían su segundo género.

¿Qué pasaba si ambos eran alfas, betas u omegas? ¿Qué orgullo y honor tendría de un matrimonio así? Podrían al menos esperar a que alguno de los dos se presentara. Podrían darle a elegir vivir en celibato a enfrentar la humillación de tener a ese conejito de pareja.

Lan Zhan apretó sus pequeños puños y se forzó a hacer una reverencia frente al niño de cuatro años. Ese conejito tenía una mirada brillante, piernas y brazos rellenos y mejillas rosadas y rechonchas, se notaba que lo alimentaban correctamente, algo bastante inusual para un clan de panteras negras con poca o nula paciencia ¿No pensarían comérselo después?

El conejito alzó sus orejas y no lo reverenció, corrió a abrazarlo porque «Seremos papi y mami» dijo con balbuceos de bebé.

«Serás un imbécil» pensó él ¿Cómo esperaba algo de inteligencia de un común y apenas educado conejo? El canibalismo tampoco está permitido dentro del territorio del clan, mierda.

Las visitas comenzaron desde entonces.

—Wei Ying —regañó. El menor había subido a la mesa, agarrando todos los pastelillos que pudo.

—A-Zhan… —Sus ojos se humedecieron, devolvió el último pastelillo y bajó la mirada, temblando, más no llorando.

Lan Wangji recibió su nombre de cortesía no hace mucho, era hora de que su futuro esposo aprendiera a dirigirse correctamente hacia él. Su voz era áspera y dura cuando le hablaba —Es Lan Wangji.

Wei Ying se encogió y bajó de la mesa, se mantuvo sometido y Lan Wangji esperaría sentirse bien en sus avances de adiestrarlo, pero un malestar se asentó en su estómago. Tomó uno de los pastelillos, uno no muy adornado ni muy grande, y se lo ofreció —Come.

Como si la primavera hubiera florecido en los ojos del conejito, Wei Ying tomó el pastelillo e inmediatamente se lo llevó a la boca.

El malestar en el estómago de Lan Wangji desapareció.

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Una vez, Lan Wangji enfermó hasta quedar en cama y los ancianos, lejos de cancelar su reunión, decidieron olvidar que tenían un segundo heredero. A pedido de Lan Xichen algunos sirvientes lo cuidaron, Lan Xichen era la única familia real que tenía. Tuvo más hermanos, pero no se hablaba del tema, de cómo murieron, y su tío irradiaba un tipo de cariño diferente, supone que a su manera aún se podía considerar como cariño.

Los sirvientes se fueron en cuanto el conejito fue ingresado a empujones a la habitación. Fuera había guardias de Yunmeng Jiang para vigilar a su joven maestro.

El pequeño conejito analizó la escena y vio las cosas que los sirvientes dejaron sin hacer. Tuvo que acercar el pesado cuenco de agua con ambos brazos y la cabeza, poniéndose en una posición en cuatro patas y empujando hasta llegar al borde de la base de la cama. Una vez que lo logró se secó el recién formado sudor de la frente y sonrió alegremente.

¡Horrible! ¡Inmoral! ¡Maleducado! ¡Indignante!

¿Cómo la futura esposa de Lan Wangji osaba arrodillarse en el piso, el mismo piso que estaba siendo mojado por los movimientos burdos, y seguir sonriendo tan tontamente?

¡Los ancianos lo odiaban! ¡Lo odiaban porque le habían puesto un estúpido conejo como su futura pareja!

Wei Ying se arremangó sus pantalones y mangas, Lan Wangji estaba a punto de curarse de su dolor de garganta sólo para gritarle lo tonto y salvaje que se veía, gritarle que ni los sirvientes más bajos de Gusu Lan hacían esas atrocidades en su presencia.

Se quedó mudo. Había marcas de tablas de disciplina tras las piernas del conejito, cicatrices en sus brazos y, apenas lo notaba, ampollas en sus manos.

Abrió los ojos más allá de lo que alguna vez lo hubiera hecho. Una parte de él le gritaba que debería estar furioso porque no le dieron de prometido un bastardo de un líder muy respetado en el mundo del cultivo, ¡sino que le dieron un sirviente! Eso es lo que tenía que ser por semejantes marcas.

Si no fuera por su garganta, estaría riendo, por primera vez en su vida. No creían que mereciera algo mejor que un sirviente.

Pero… pero la otra parte de él estaba todavía más furiosa de que alguien se hubiera atrevido a tocar su propiedad.

¿Quién lastima a su estúpido conejo negro? Ni siquiera él, con toda la vergüenza que esa tonta sonrisa le hace pasar, se ha atrevido a levantarle una mano.

Se encrespó cuando Wei Ying empezó a acercar un paño con agua.

El niño creyó comprender, era probable que pensaran que él no supiera cuidar de alguien —YingYing no tiene niñeras —dijo, sin interés, porque a nadie le interesa lo que un tonto conejo, hijo ilegítimo de un calienta camas, piense o diga.

Siguió divagando —No tienes que preocuparte, de todas formas, YingYing ha aprendido bien cuando A-Jie lo visita —pensó sus palabras y dejó caer el paño, su cara se deformó con la preocupación —¡No, digo, A-Jie nunca ha visitado a YingYing! ¡Por favor, YingYing no quiso decir eso!

¿Qué… rayos pasaba con el clan de las panteras? Tanto interés que profesaba el líder Jiang Fengmian en este niño y no parecía ser del todo bien atendido. Era la primera vez que lo veía tan asustado, este no era su conejito.

Lan Wangji tomó el paño que comenzó a humedecer sus sábanas. Lo aventó hacia la cara del niño e hizo un leve movimiento con el cuello mientras se acostaba. Ese tonto conejito no debería estar triste en su presencia, es lo mínimo que podría esperar de él.

Wei Ying dejó que el paño resbalara a sus manos y después de unos segundos su sonrisa volvió a emerger. Siguió cuidando de Lan Wangji hasta que su tiempo terminó.

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Lan Xichen tenía muchas obligaciones, la principal de todas era complacer cada una de las tontas e irreales expectativas que tenía el clan en él. No había día en que su vida no hubiera sido previamente decidida y él, como buen heredero, aceptaba todo sin siquiera demorarse o poner mala cara.

Entendía que su padre fue un desgraciado que no hizo más que colocarles un collarín a sus hijos para que la secta no los dejara ser como él. Tenía esperanza de que cuando tomara las riendas del clan pudiera al menos decidir qué comer; si no es que antes lograban separar su alma de su cuerpo y convertirlo en una marioneta sonriente.

Siguió adelante, era lo único que podía hacer. No quería que la gente se desquitara con su hermano menor por su culpa, piensan que no debería existir y no debería de manchar el camino de Lan Xichen.

«¡Es sólo un niño!» Quiere gritarles.

Ha tenido que aprender a elogiar y manipular a los ancianos para que le permitan cuidar de Lan Wangji, de otra forma estaría en las calles de Caiyi. Nunca le agradó decir «Como hermano puede serme útil» o «Debería educarse bajo mi mando, no quiero humillaciones frente a las demás sectas».

Ojalá Lan Wangji nunca lo odiara por eso. Los tigres blancos de Gusu Lan son bestias territoriales que aprecian el linaje puro por sobre los méritos o la familia misma.

—Xichen-ge —Detuvo su falsa lectura, hace dos horas terminó de leer el libro, pero vuelve a hojearlo como si intentara entender el trasfondo, en realidad necesitaba tiempo para respirar.

Respondió —¿Pequeño YingYing?

—¿Puede YingYing estar aquí? A-Zha-Lan Wangji caminó muy rápido y ya no lo encuentro… —El pequeño niño jugó con sus sucias ropas, seguramente había caído intentando alcanzarle el paso.

Lan Xichen suavizó los bordes de sus labios en una sonrisa cálida. Lan Wangji debería tener más consideración con su prometido, el conejito quería demostrar fuerza, pero estaba a punto de llorar porque no encontraba a su amigo, y Lan Xichen sabía que Wei Ying no tenía amigos más allá de ellos mismos.

—¿Quieres leer conmigo? —Dijo, porque no sabía qué más podía haber además de leer para pasar el rato.

Wei Ying movió su pie en círculos, sus orejas bajaron un poco —¿YingYing puede?

—En. Ven —Extendió una mano y el conejito corrió encantado de que nadie le gritara por querer leer o aprender. En el Embarcadero de Loto los encargados de la biblioteca fueron azotados con fuerza por haberle permitido la entrada y después de eso nadie quiso prestarle ni un solo libro.

Lan Xichen sentó al conejito en su regazo, y cambió de libro a uno más ligero, con dibujos, afortunadamente —¿Entiendes todas las palabras?

Wei Ying negó —A-Ji… Digo, no he podido estudiarlas todas —sus orejas bajaron aún más, avergonzado de no poder estar a la altura.

Lan Xichen entendió un poco. La actitud que podría considerarse como malcriada en Wei Ying no se debía a que fuera mimado, era todo lo contrario, el niño no estaba siendo educado y no tenía forma de saber qué estaba mal hasta que fuera regañado o azotado. Seguramente tampoco se detenían a explicarle que error había cometido, desde la perspectiva del niño, sólo recibía castigos al azar.

—Bien, haremos esto, voy a ir señalando con el dedo cada palabra y tú la repetirás ¿puedes hacerlo?

—¡YingYing puede! —volteó hacia el tigre blanco y le dedicó una radiante sonrisa —Gracias, Xichen-ge.

El tiempo pasó volando, Lan Xichen terminó recargando la barbilla en la cabeza del conejito, entre sus orejas, mientras continuaban con su ejercicio de lectura. Wei Ying resultó ser una esponja que absorbía rápidamente el nuevo conocimiento. Si Wei Ying tenía problemas, apretaba la suave cola del tigre; Lan Xichen soportó los ataques tiernos del niño, ni siquiera reparaba en que a veces se llevaba la cola del tigre blanco a la boca, mordiendo y babeando levemente.

Un sirviente tocó la puerta —Primer joven maestro Lan, los cuidadores del joven maestro Wei lo buscan, ¿sabe dónde está?

Wei Ying saltó en su lugar, intentó salir del regazo del tigre, temía que lo regañasen por enseñarle a leer y no quería que eso le pasara, pero Lan Xichen lo sentó de nuevo, lo sostuvo con fuerza, evitando algunas patadas al aire —Pase, está aquí, conmigo.

—¡Xichen-ge! —estaba horrorizado, no podría soportar ver que Lan Xichen fuera golpeado.

El sirviente entró y vio al conejito casi al borde del llanto, respirando rápidamente. Lan Xichen habló, suave y firme —Estaba enseñándole a leer. Yo mismo lo llevaré con sus cuidadores.

—Sí, lo comunicaré.

Lan Xichen añadió, con una inflexión fría en su voz —Yunmeng Jiang no debe enterarse de esto.

—Entiendo.

El sirviente salió y Lan Xichen acarició el cabello del niño —Wei Ying —dijo, con amabilidad —. Aquí yo te protejo, confía en mí —Después deberá inventar una excusa con los ancianos, su prioridad ahora era hacer que el niño no tuviera miedo en Gusu Lan. Gusu Lan algún día será su hogar y algún día dejará de ser atormentado por Madam Yu... y empezará a serlo por los ancianos y seguramente por Lan Wangji, al menos quería que a su lado se sintiera a salvo.

Las visitas del conejito para su hermano pronto se convirtieron también en visitas para él. Si Lan Wangji no estaba de humor, Wei Ying corría a su lado. El conejito odiaba estar solo, su especie era de manadas grandes por lo que era normal que siempre buscara compañía y cosas en que mantenerse ocupado.

Lan Qiren, para sorpresa del jade, no los regañó una vez que los encontró paseando cerca de los jardines de la casa de gencianas. Sólo les advirtió que Lan Wangji estaba a punto de terminar su meditación y sería bueno llevarle al conejito.

No supo si eran las esponjosas orejas del conejito, sus brillantes ojos o su atronadora risa, pero no le tomó mucho darse cuenta que sentía, por primera vez, envidia de su hermano. El conejito era de su hermano, sería su esposo y si las estrellas favorecían, resultaría en un omega digno para engendrar cachorros porque no había duda que Lan Wangji se presentaría como un alfa.

Sacudió su cabeza, no, no, esos eran pensamientos impropios. Y luego, esa tarde, presenció la indiferencia de Lan Wangji hacia el conejito. Wei Ying quizá no fuera a ser feliz con su hermano y su hermano tampoco lo sería con él.

¿Y si planteaba romper su compromiso? ¿Con qué bases? Wei Ying era un simple bastardo y los ancianos jamás permitirían que lo tomara como esposo. Se debatió internamente. Quizá si les lavaba el cerebro a esos ancianos, si les aseguraba que Wei Ying era una gran adición por ser el hijo favorito de Jiang Fengmian.

Hundido en sus pensamientos, Lan Xichen tomó el cabello de Wei Ying y lo cepilló tranquilamente entre sus dedos, era suave y negro como la tinta. No importaba lo mucho que se quisiera negar, Wei Ying tenía sangre de alta calidad corriendo por sus venas, era una desgracia que hubiera salido conejo, como su madre, pero el pelaje de un profundo negro en sus orejas y esponjosa cola delataba que también pertenecía a las panteras de Yunmeng Jiang.

El niño era ágil, por naturaleza, sus ojos curiosos bailaban instintivamente hasta en lugares oscuros y… para su tristeza, descubrió que su piel era tan resistente como la de su familia paterna. Las marcas en su cuerpo debieron ser realmente dolorosas.

Lan Xichen se sorprendió con la abrupta cercanía de su hermano —Wangji.

Lan Wangji ni siquiera saludó —Wei Ying, vámonos.

Wei Ying alzó la vista hacia el tigre más grande —Xichen-ge ¿ya terminamos?

Lan Wangji tomó del brazo al conejito y lo comenzó a jalar en su dirección. A quien debería estarle preguntando si podía o no hacer algo era a él, no a su hermano ¿por qué la autoridad de su hermano tenía que valer más que la suya? Wei Ying sería suyo, le respondería a él.

Wei Ying apenas pudo voltear, todo el trabajo de Lan Xichen cepillando su cabello se estaba perdiendo, su cabello ondeaba con los movimientos de ser arrastrado —Ah, Lan Wangji… el listón de YingYing… Xichen-ge.

Lan Wangji gruñó —"Zhan"… —dijo —Es "Zhan", no "Wangji" —tiró más fuerte.

El conejito ladeó la cabeza mientras seguían avanzando —¿Ah? ¿Lan Zhan?

Lan Xichen se quedó sentado, sin la intención de siquiera estirar el brazo y devolver el listón del niño. Con el corazón roto entendió que su hermano ya no estaría dispuesto a romper su compromiso.

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—Voy a marcarte —Sentenció el joven Lan Wangji de 11 años.

El conejito de 6 años frente a él alzó la vista unos segundos, muchas veces los adultos decían cosas que él no entendía y se dio cuenta que, en realidad, no necesitaba entenderlas; de todas formas, ellos siempre hacían lo que querían, como colocar zanahorias en su plato, aunque a él no le gustaran. Sonrió amplia y alegremente —¡Bien! —Volvió a su ardua tarea de garabatear un monstruo acuático. Sus entrenamientos para ser un gran cultivador lo mantenían con la mente en las nubes.

Jiang Fengmian recientemente había logrado introducirlo a las clases junto con los demás niños.

Lan Wangji sabía que un niño tan pequeño no podría entender el peso de su desinteresada aprobación, pero no le importaba en esos momentos, más allá de su compromiso, él niño había aceptado y haría valer esa promesa. Su adorado Wei Ying algún día se presentaría. Lo ideal es que se presentara como omega y todo sería perfecto.

No importa cómo hubiera empezado su secreta obsesión con el pequeño de mejillas regordetas y ojos chispeantes, el sentimiento ya estaba ahí. Lan Wangji se había presentado como un alfa y no sintió orgullo por ser un alfa como todos esperaban, sintió satisfacción por tener la oportunidad de reclamar al conejito si éste fuera omega.

Omega, tendría que serlo, su alfa interno gruñía posesivamente cada que estaba cerca de él. Beta, también podría funcionar, dicen que un alfa no puede saciarse con simples betas, por Wei Ying lo haría. Pero… ¿y si fuera otro alfa? El niño era inteligente y valiente, había esperanzas de parte del Embarcadero de Loto porque el niño destacara.

Un alfa no puede marcar a otro alfa y siempre buscará un omega, él mismo podría contenerse ¿y Wei Ying? ¿podría serle fiel? ¿qué tal si se rendía a sus instintos y marcaba a un omega? En Gusu Lan no se permite la poligamia, pero en las demás sectas es común… ¿soportaría ver a Wei Ying tomar no una, sino varias parejas?

Jiang Fengmian lo había hecho, Yu Ziyuan era la esposa principal, elegida por alianza y no por atracción, sus hijos tendrían el apellido Jiang mientras que los hijos de sus demás compañeros heredarían el apellido materno, como Wei Ying.

La idea lo enfureció internamente. Se sentó detrás del niño que seguía garabateando en las hojas, la tinta olía fuerte porque estaba esparcida en las pequeñas y torpes manos del menor que intentó pintar un lago. Alzó un poco la coleta de su cabello y se acercó a un íntimo lugar en su cuello, aspiró suave y profundamente. Nada más allá del aroma normal a niño y tinta.

La risa atronadora del pequeño lo sacó de su tentativa por aspirar con más fuerza —¡Gege! ¡Haces cosquillas! —Se removió en su lugar. Su relación había mejorado, Wei Ying aprendió a leer entrelíneas en la actitud de Lan Wangji.

—No gritar —amonestó el mayor.

—No gritar —repitió el menor mientras se tapaba la boca con las manos.

Lan Wangji tomó un pañuelo oculto entre su fajilla, comenzó a llevarlo por el bien del niño, y limpió las manchas de tinta de su rostro. Los ojos plateados de Wei Ying sonreían, su suave piel resplandecía y su burbujeante risa llenaba cada rincón de la biblioteca.

Presentarse como alfa fue lo que necesitó para ganarse el reconocimiento como parte del clan. En alguna junta se le ofreció finalmente poder librarse de ese compromiso en caso de que así lo deseara, en caso de que el conejito pudiera ser reemplazado por algo más valioso, quizá alguna hermosa ave de los Jin, quizá cualquier hijo legítimo de cualquier clan. Los ancianos presentaban opciones que él no había solicitado. No, nadie más podía ser. Así resultara ser beta o alfa, ese conejito sería suyo.

—Voy a marcarte —Era su derecho como prometido, futuro esposo y compañero de cultivo. Y Wei Ying ya había aceptado, no sería un matrimonio como los que tuvo su padre. Lan Wangji pensaba que si los ancianos lo odiaban, el cielo lo adoraba por haberlo unido a ese niño.

Wei Ying siguió riendo —¡Bien!

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Los días en el Receso de las nubes siempre habían sido tranquilos y silenciosos. Todo fue diferente esa mañana.

Lan Wangji vio uno de los sirvientes generales pasar corriendo delante de sus narices, estuvo a punto de detenerlo y recordarle las reglas, pero tras de él seguían muchos sirvientes más. Todos lo pasaban de largo mientras corrían y gritaban «"¡Vayan por los sanadores!», «Traigan todo el oro que puedan tomar», «Cierren el paso al territorio».

¿Un ataque? No, no estaban sonando las alertas.

Esa mañana en particular se iba a despedir a las sectas invitadas al decimoséptimo cumpleaños de Lan Xichen. Por lo que mostrar tal falta de respeto era algo que lo estaba dejando aturdido. Reaccionó cuando Lan Qiren se colocó a su lado, su expresión era ilegible. Habló —Wangji, ve por las joyas de la madre de Lan Xichen. Los sirvientes del pabellón principal las recibirán.

¿Por qué las joyas de la difunta madre de su hermano? ¿Qué iban a hacer con el último recuerdo que le quedaba? No le correspondía preguntar. Asintió y así hizo.

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Llegó con un pequeño cofre, sus yemas acariciaban discretamente las finas grecas que lo adornaban.

De camino al lugar escuchó más de los sirvientes, esta vez susurraban «Los cielos nos bendicen», «El destinado del primer joven maestro», «¿Los destinados no eran un mito?», «Eso explicaría por qué el primer joven maestro nunca tomó a nadie para desahogar su alfa», «¡Que romántico!».

El destinado de su hermano apareció y todos celebraban con suma alegría porque, aunque Lan Wangji haya ganado respeto debido a su buen cultivo y género alfa, Lan Xichen seguía siendo el único heredero que Gusu Lan aceptaba.

Ciertamente, los destinados son escasos, inexistentes, un cuento de hadas para alegrar a los niños risueños. Y ahora se estaba ofreciendo un dote por esa mítica unión, sin lugar a dudas, el clan Lan haría lo que fuera por mantener al compañero de su hermano en territorios de Gusu Lan. Por casarlo y "cazarlo" de cualquier forma posible. Una marca en el cuello del omega aseguraba buena fortuna.

¿Por qué? Así como existe la parte romántica de tener un destinado, está la parte tenebrosa. La gente se llena de celos y las tragedias los persiguen por ser únicos. La historia que no se les cuenta a los niños es que, a lo largo de las generaciones, algunos destinados son separados cruelmente de sus compañeros o son reclamados por alguien más para evitar su unión porque todo mundo sabe que un cachorro de un destinado significa poder.

Líderes que pasaron a la historia, hombres que hicieron oro de las cenizas, personas cuyo cultivo superaba el entendimiento. Todos, cachorros de una unión destinada.

¿Qué clan fue el afortunado? ¿Qué clan tendría la dicha de unirse a su hermano?

Como habían mencionado, su hermano era un alfa con un buen control, un tigre blanco de buena cuna. La poligamia no estaba permitida, sin embargo, un alfa no puede satisfacerse fácilmente por lo que se le permite tener calentadores de cama, betas, preferiblemente, hasta que encuentre a su omega y lo marque. Lan Xichen despidió a todos los prospectos que le eran enviados durante sus rutinas.

El omega con el que se estaría uniendo sería afortunado.

Justo cuando Lan Wangji entregó el cofre a un sirviente, los invitados al pabellón principal entraron y el corazón del jade se detuvo.

Túnicas moradas.

Jiang Fengmian y su tercer hijo de sangre, pero segundo en nivel familiar, Jiang Cheng.

Madam Yu y Jiang Yanli no asistieron a la celebración… ¿Y Wei Ying? ¿Su Wei Ying? Él había asistido, el favoritismo de Jiang Fengmian no era secreto para nadie y además era el futuro cuñado de Lan Xichen. Jiang Fengmian amaba a Wei Changze y si por él fuera con gusto le hubiera dado el apellido Jiang a Wei Ying y lo hubiera puesto dentro de la familia principal, para alivio de los ancianos de Yunmeng Jiang, Madam Yu nunca lo permitiría.

Ella soportaba la idea de que Jiang Fengmian tuviera varias parejas, que en sus estúpidos descuidos generaran cachorros fuera de su manada oficial, lo que no le agradó fue que Jiang Fengmian se deshiciera de su harem cuando encontró a Wei Changze y que, voluntariamente, decidiera tener un hijo con él. Wei Ying era una amenaza.

¿Dónde estaba su Wei Ying? Rezaba a los cielos porque estuviera escondido en el bosque, jugando y escabulléndose de los aburridos temas de los adultos.

Lan Qiren colocó una mano en su hombro —Wangji, entra. Ya eres mayor de edad y… este asunto también te corresponde.


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Notas finales:

Salimos de lo acaramelado de Goléame en el corazón y entramos a algo semi-amargo jeje (ง ื▿ ื)ว

Saben, tuve muchos conflictos con este fic. Primero quise que fuera sólo omegaverse, pero después me di cuenta que quería jugar con lo del género bestia y ya no tenía cómo cimentar la idea base… por lo que preferí darme el lujo de jugar con todo eso ¡Seamos positivos! ¡Denme ánimos! (ᗒᗣᗕ)՞

También pensé en Dragonji y FoxXian, pero ya era mucho enredarme con el tamaño, el número de colas, que los dragones tienen dos apéndices y eso significaba que WWX tendría que soportar 4 cosas… uhm… tentador, pero todavía no, eso lo podemos dejar para después. Entonces pensé en otros fanarts en donde toman a tigres blancos y otros donde hay conejos y ¡nos vemos el siguiente mes!