Una historia de cerditos gordos

Realmente no sé por dónde empezar ya que todo pareciera sacado de una película de terror y de acción, todo empezó normal y después pareciera que hubiera viajado a un mundo extraño

Diría que todo comenzó con una tragedia. Era un día normal mientras estaba en el parque con mi hija pequeña y mientras ella jugaba en un arenero me levante para comprar unas bebidas, no era cosa de más de un par de minutos pero aun así cuando regrese a sentarme mi hija se había esfumado, tire las bebidas y comencé a buscarla

Recorrí rápidamente los alrededores mirando a todos, pregunte rápido a las personas pero nadie había oído o visto algo, sin pensarlo fui corriendo hasta la estación de policía cercana a reportar la desaparición, no obstante, tenía que esperar y yo sin paciencia volví al parque mirando con más detenimiento

Mi hija tenía apenas ocho años y era imposible que desapareciera tan rápido. Entre mis observaciones note algunas cámaras de seguridad pero siendo civil me sería complicado acceder a las imágenes, sin dejar de nada se interpusiera fui directo a los locales con cámaras y hable con las personas insistiéndoles, algunos se negaron y otro al ver mi desesperación accedieron y con ello pude ver lo sucedido

Las cámaras no tenían buena imagen pero logre ver cómo sucedió todo

Una pareja que había visto al otro lado del pequeño parque había sido la culpable y por la velocidad y lo organizado que había sido todo sabía que ya habían hecho esto antes. Cuando me levante por las bebidas ellos se levantaron rápidamente mientras el hombre llamó la chica fue con mi hija a quien tomó en brazos cubriéndole la boca, la fuerza que debía tener era bastante y sin perder el tiempo corrieron hacia la avenida cercana donde llegó un auto en cuestión de segundos y sin más desaparecieron, por culpa de la resolución no pude ver la placa pero sabía qué modelo era. Siendo sincero tampoco podía creer que la mayoría de gente a la que le había preguntado sobre mi hija había mentido

Después de revisar las cámaras agradecí a los dueños y partí a mi casa donde con lo que sabía llame a un amigo, ya que la policía era lenta yo me haría cargo de encontrarla, mi amigo había pertenecido al mismo batallón de infantería que yo así que lo conocía bastante bien para saber que tenía unos cuantos contactos

– Que hay – salude por teléfono mientras preparaba un mapa de la ciudad

– qué onda ¿pasa algo? – pregunto

– Necesito tu ayuda, han raptado a mi hija y quiero saber si hay algún tipo de banda que se dedique al rapto – conteste

– oh vaya, en lo que pueda te ayudare…¿sabes cómo son? o ¿tienes alguna pista? – dijo, le describí a la pareja y el modelo del auto

– bien, dame una media hora y en cuanto tenga algo te llamaré…..reporta a la policía la desaparición – dijo

– Según debo esperar y en lo que espero la perderé para siempre – replique

– Entiendo, déjame hacer mi trabajo y te mandaré la información – sin más colgó y yo me centre en recordar

La pareja en cuestión eran de la misma edad, ambos latinos y tenían buena ropa, pero si algo recuerdo de cuando los vi sentados al otro lado eran unos pequeños tatuajes en forma de corazón en sus manos lo que cualquiera podría confundir por uno hecho de manera romántica, si bien sabía era que el crimen organizado había creado un lenguaje de reconocimiento entre su gente la cual podía ser una forma de vestimenta, algún apodo, incluso ya habían creado sus propios olores, en ese lenguajes de reconocimiento también entraban los tatuajes que podían significar muchas cosas pero entre ellos solo con mostrarlo era suficiente, no obstante, eran meticulosos y si el tatuaje tenía algún error aun por mas mínimo solo significaba que estabas muertos por que ellos tenían un tatuador autorizado que nunca se equivocaba y sabía el lugar exacto para hacerlo

En mi espera también estuve preparándome una mochila por el viaje que haría, aun así no podía dejar de pensar en lo estaría haciendo mi esposa, ella había muerto unos tres años atrás a causa de una enfermedad del corazón y a pesar de eso era muy animada y por ello cuando se preocupaba aún por pequeñas cosas hacia todo lo que pudiera para solucionarlo, siendo sincero me alegraba que no estuviera por que no soportaría una situación así y menos yo verla preocupada. Entre mis cosas preparadas tenía una foto de mi hija y también dinero en caso que tuviera que sobornar a alguien

Pasando la media hora exacta mi teléfono sonó y yo respondí de inmediato

– Bien, tengo una buena pista – dijo

– ¿y qué es? – pregunte

– pues el tatuaje es de una banda que se dedica a la trata de blanca y los dos que describiste ya habían sido arrestados pero fueron liberados por alguna razón en México, la banda en cuestión en cuestión tiene una casa segura por la zona de residencias o eso han dicho los soplones, te mandaré la dirección y todo en un momento, la cosa es que debes llegar antes de que termine el día porque si no le perderás la pista – dijo

– ¿y qué más? – dije

– debes estar alerta porque también tienen protección de los traficantes de drogas, evita llamar mucho la atención y no confíes en nadie – dijo

Asentí colocándome la mochila

– excelente ¿es segura la información? – pregunte

– Los soplones siempre deben decir la verdad en caso contrario ya hubieran sido delatados como topos – sonreí

– En caso que todo salga mal ya sabrás de mí –

Colgué y de inmediato partí hacia la dirección que me llegó al teléfono

Viaje en auto hasta una zona de residencias por así decirlo ya que la mayoría eran casas ya viejas y abandonadas, olía mucho a tierra el aire y siguiendo el GPS llegue a la manzana correcta, estacione a unas casas de la dirección y desde la distancia y sin tener que esforzarme podía ver a los guardias armados que cuidaban la entrada. De mi mochila saqué una pistola y me la guarde en la cintura mientras planeaba que hacer, no tenía muchos puntos para refugiarme y los que habían serían perforados rápidamente por las balas, y a base de eso arme algo similar a un plan donde dispararía tanto como pudiera sin ser herido, puede que tal vez la desesperación me hacía estar pensando muy poco

Baje del auto con mi arma oculta en mi espalda mirando a los cuatro de la entrada y dos en el porche de la casa, camine directo a ellos y ellos notaron mi presencia ya que deslizaron sus dedos hasta el gatillo de sus fusiles, me miraron todos, pero ahí fue cuando todo empezó realmente, en mi caminata tome mi arma y estaba por sacarla para disparar cuando de la nada apareció una camioneta, simplemente apareció por que no la escuche ni la vi antes y de la misma forma en la que apareció arrolló a los cuatro de la entrada, y más que arrollar los aplasto y sin más los dos del porche iniciaron a disparar, yo estaba sorprendido y solo salte al suelo detrás de una barda de madera cubriéndome y escuchando los disparos chocar contra la camioneta, no sabía cómo reaccionar a todo eso

De la camioneta escuche como se abrió la puerta y en segundos el sonido de los disparos fue cambiado por el sonidos de gritos salidos del infierno por el dolor, cuando el silencio volvió me levante lentamente con mi pistola lista para disparar y volví a quedar frío al ver una escena sacada de una película de asesinos, la describiría como una lluvia de sangre solo en los muros de la entrada y dos cuerpos sin cabeza, y no solo eso, camine hacia la entrada apuntando

La camioneta estaba llena de hoyos y con los cuatro sujetos abajo los cuales estaban muertos, los dos que había estado en el porche no tenía cabeza y, esto sería lo más horrible que haya visto, pareciera que sus cabezas hubiesen sido arrancas, no fueron cortadas sino arrancadas de su cuerpo, la piel en lo que se podía ver del cuerpo estaba estirada y llena de heridas, y no solo fue la cabeza ya que la columna también o parte de ella, no puedo describirlo sin sentir asco y miedo ya que eso había sucedido en solo segundos y estaba seguro que lo que llegó en la camioneta no era humano, mire a los alrededores pero no había rastro de las cabezas y mi mano temblaba por el miedo tanto que tuve que sujetarla

Por un momento casi perdí la razón pero recordé a mi hija y sin más opción entre a la casa

En silencio camine por el interior buscando a alguna persona pero en los dos pisos que transite estaban vacíos, y como último lugar baje hasta el sótano o más bien solo hasta la puerta ya que me quede parado ahí escuchando ruido, me prepare para disparar y con la pistola lista deslice la mano hasta el pomo con la intención de girarlo y abrir pero alguien abrió y quedé paralizado mirándolo un momento hasta que vi que era un civil

– Hola – dijo

Era un sujeto escuálido con el cabello aplastado repleto de gel

– ¿quién eres? – pregunte apuntándole aun

– yo, vine a buscar a mi hija – contestó

Estaba muy tenso y no podía pensar demasiado

– ¿es tu camioneta? – pregunte

– Yo no tengo auto – contestó

Parecía alguien que realmente no sabía lo que sucedió afuera pero no era importante e iba a bajar pasando de largo, pise el primer escalón y el tipo escuálido interrumpió

– No hay nadie abajo, parece que ya se las llevaron – dijo

– Voy a revisar – dije pisando el segundo escalón y en ese instante la temperatura bajo

– no hay nadie dije, pero sé a dónde van – dijo el tipo escuálido

Volví a paralizarme y sabía que abajo habría algo que no debía ver y que mi hija no estaría en ese sótano

– ¿y a donde la llevaron? – pregunte

– pues se de otro lugar pero está muy lejos de aquí – contestó

– bien ¿me puedes decir dónde? – pregunte

– sí, aunque sería mejor que fuera…tienes vehículo? – pregunto

Por alguna razón no podía mantener la vista hacia el

– Si – conteste

– que bien, yo no tengo así que podríamos unirnos para ir a ese lugar – dijo

– ambos tenemos el mismo problema así que deberíamos unir esfuerzos para encontrar a nuestras hijas – dijo

Nunca había mencionado a mi hija

– yo no lo sé – dije

En mi tiempo activo en el ejército desarrolle mi instinto y mi intuición y siempre me habían salvado de emboscadas y trampas solo que ahora ambas estaban contradiciéndome, una de ellas me decía que si seguía al tipo escuálido encontraría a mi hija y la otra que me arrepentiría de ver lo que iba a suceder, sin una decisión clara regrese a la puerta y ya que no tenía más opción que encontrar a mi hija lo mire a los ojos

– tengo un auto pero no sé si resistirá un enfrentamiento con los criminales – conteste

– pues estaremos con cuidado, enserio no te preocupes – dijo, el tipo tenía una cara muy adolecente y sus ojos eran grandes

– vale, entonces sígueme –

Asintió y salimos por la misma entrada, guarde mi arma mirando que todo había sido real

Nos alejamos hasta mi auto y quite el seguro

– quien sea del dueño de esa camioneta tendrá problemas con el seguro – comentó el tipo escuálido, parecía no estar afectado por los cuerpos tanto como que ya había visto desmembramientos en el campo de batalla y demás horrores pero nunca algo como visto recién

– ¿y a dónde iremos? – pregunte

– es un largo camino hasta México, si los encontramos antes no saldremos del país – respondió, no podía dudar de una pista

Entramos y nos alejamos de esa casa

Más adelante me detuve en una avenida

– ¿y a dónde? – pregunte

– cierto ¿tu GPS funciona? – pregunto

Asentí y lo acerque

– se de unos lugares, los pondré todos y veremos el más cercano….por qué puede que se hayan llevado a todos ahí por el momento – dijo

Parecía saber lo que decía y eran una docena repartidas por la parte de la ciudad y otra en el siguiente estado que conectaba con la frontera

– Vamos – arranque hacia el primer lugar

Fue una hora de viaje en la que estaba pensando por qué había aceptado su ayuda y también por que acepte que viajara conmigo, me había querido negar pero no podía, era imposible decir no

El tipo escuálido bestia el uniforme de un oficinista incluso olía a tinta de impresora, miraba siempre el frente teniendo sus manos en sus rodillas

– ¿y cómo sabes dónde están? – pregunte

– tengo mi fuente, mi hija desapareció en la mañana – contestó

– La mía fue robada en la tarde, supongo que fue la misma gente – dije

– Puede que sí, estaría genial que estuvieran juntas – el oficinista no parecía muy preocupado y estaba demasiado tranquilo

– ¿y cómo llegaste a la casa? – pregunte

– Pues mi fuente me dijo que ahí estaría mi hija y entre con cuidado pero no la encontré – replicó

– ¿no viste los cuerpos en la entrada? – pregunte, volteo a verme con una expresión de confusión

– ¿cuerpos? ¿De qué? – no podía comprender cómo no los había visto y sospeche que estaba ocultando algo

– ¿y tu esposa ya está enterada que la estás buscando? – pregunte

– No tengo esposa, solo a mi hija – asentí mientras miraba con más detenimiento la carretera

– También perdí a mi esposa, fue hace unos años – dije

– y mi hija es todo lo que tengo así que perderla seria lo peor de este mundo – añadí, volvió a verme

– No te preocupes, estará bien – dijo con una sonrisa cuadrada

El viaje terminó cuando llegamos al primer punto que era en unos almacenes del mercado de la ciudad, el ambiente era malo con mucha gente por todos lados y no podía distinguir a los vigilantes

– ¿y donde es? – pregunte

– Tendremos que entrar, no es algo tan malo como parece – respondió

habían unas cuantas horas de luz así que debíamos apresurarnos

– Bien, te sigo – bajamos del auto y fui al interior