Argumento

Edward y Bella se casaron hace tres años, Ellos se conocían de toda la vida gracias a sus abuelos, él la deseaba cómo jamás deseaba a otra, ella lo amaba. él le prometo darle todo, excepto una cosa amor. Él jamás podría volver a amar a nadie. Ella con la ilusión de poderlo cambiar, creyendo que su amor sería suficiente aceptó. Ahora tres años después ya no es tan fácil contener todo el amor que siente por él.

Contexto

Edward tuvo una esposa antes que Isabella, casi nadie lo sabe pero ella murió de cáncer, lo peor de todo es que le ocultó su enfermedad a Edward , ella un día simplemente no despertó de siesta. Edward destrozado se juró que jamás volvería a amar a nadie, no le daría el poder a nadie de volver a destrozarlo. Tomó el control de todo, se volvió cruel, despiadado y sobre todo dominante.

Cuando la inocente y tierna Isabella, regresó de Londres, lo cautivó completamente, ella ya no era la chiquilla torpe que él conocía, ahora era una elegante mujer, con un cuerpo de sirena, que lo seducía con cada movimiento.

En un inicio la odio, por alterar su orden y por ser tan deseable, trato de alejarla lo más que pudo, pero se sentía atraído cómo un imán a ella, inevitablemente siempre terminaba cerca de ella. Cuando la vio con el joven Newton algo dentro de él explotó, no quería que nadie se le acercara, en un impulso le propuso matrimonio.

Sabía que Isabella lo amaba desde que eran niños, también sabía que al aceptar casarse con él, ella esperaba que la amara de la misma manera. No era justo casarse con ella pues él jamás podría amarla, sabía que era incorrecto lo que estaba haciendo, pero su egoísmo ganó se casó con ella sabiendo que nunca le podría dar aquello que ella anhelaba.

Durante el primer año de matrimonio, Isabella trabajó en una Editorial, por su cuenta, hasta que un día los celos de Edward pudieron más. La obligó a renunciar y cómo ella insistía en trabajar él la contrató cómo su asistente personal.

Él convirtió a Isabella en su esposa, en su asistente, en su amante y en su sumisa. Pero a pesar de contral hasta el mínimo detalle de su vida y de la de su esposa, no podía dejar de sentir que algo se le escapaba de las manos, él deseo irrefrenable qué sentía por Isabella crecía con él pasar de los años y su preocupación por ella, lo desconcertaba tanto cómo lo atraía.