Esta historia fue inspirada en "Their Boss" , una de las mejores historias que he leído.

Nada de Katekyo Himan Reborn me pertenece, solo la historia y uno que otro agregado que aparecerán más adelante en la historia.


Family of the Past

Capítulo 1

¿Se encuentran bien…?

Nadie pudo abrir su boca para decir nada, y aún menos para darle una respuesta a aquella voz fría y monótona, totalmente carente de emoción… y la persona que la poseía no escapaba de ese tono tan frío y sin vida, su traje blanco lleno de sangre fresca al igual que sus manos enguantadas y su rostro sin sentimientos no ayudaba en nada a disipar el miedo que sentían, querían correr de ese monstruo, de ese asesino, de ese ser que no parecía importarle nada en absoluto, que parecía no ver la sangre en sus manos a pesar de que las estaba examinando minuciosamente y tan poco al cuerpo caído y ensangrentado que estaba en frente de él… sus ojos fríos, cansados y sin vida, no parecían ver otra cosa que el aire en sí mismo, e incluso si sus palabras tenían un indicio de preocupación, no podían registrarlo al ver tal escena… era verdaderamente terrorífico…

Ante la falta de respuesta, Tsuna miro a su Familia, solo para verlos totalmente petrificados y pálidos de miedo, miró nuevamente a sus manos y luego al cuerpo del que acaba de matar… suspiro levemente, debió de haberse visto horrible al cometer tal atrocidad, pero… era lo mejor… sino… no quería ni pensarlo, además, todo era enteramente su culpa, así todas las consecuencias debían de caer en él, ellos no tenían ni arte ni parte por todo lo que había y estaba pasando, pero… por su culpa, estaban pagando el precio de algo que no hicieron, presenciando algo tan asqueroso y horrible desde su punto de vista… quizás no era la mejor decisión ni acto, pero… era lo mejor para ellos…

- Yo… voy a llamar al equipo médico… ya regreso…

Murmuró lo suficientemente alto para ser oído sin problemas, pero no necesitaba ver para saber que ninguna de sus palabras habían sido escuchadas, incluso a sabiendas de todo esto, no podía evitar sentir un gran golpe en el corazón... después de todo, era su familia, y ellos no eran los únicos afectados ni los únicos heridos. Y para más tristeza, ellos ya habían manchado sus manos de sangre antes, por lo que esa reacción, a su parecer, era algo tonta e ilusa, y al mismo tiempo le indicaba que nada de esto sería olvidado... y probablemente nunca sería perdonado tan poco...

Habían pasado dos largos años desde ese día, dos años solo en este lugar… todo había cambiado desde ese día tan horrible, pero aun así no se arrepentía de nada, era lo mejor de todos modos, y… vale la pena cada segundo de esta tormentosa agonía, en verdad valió y vale la pena este sufrimiento… todos estaban bien gracias eso, era lo que importaba, solamente estaba siendo muy egoísta al pedir más de lo que tenía y lo sabía, pero aun así no podía evitar querer estar con su Familia y ser bienvenido de nuevo, pero… eso nunca iba a pasar, él era un monstruo ahora y merecía esta soledad que lo estaba matando… lenta pero eficazmente, como un veneno mortal que paralizaba primero a la presa para luego matarlo poco a poco…

Quería morir, eso era lo que más quería, pero se negaba rotundamente a satisfacer su deseo aún, ya sea por la pequeña esperanza que aún se aferraba duramente a su corazón rasgado, o por no querer dejar a su Familia a su suerte totalmente sin poder ayudarlos, por no hablar de que aún no había logrado encontrar a un heredero que pudiera hacerse cargo de Vongola, esta no podía caer en manos de cualquiera… por eso necesitaba apurarse y dejar a alguien mucho mejor que el como el Décimo Vongola, sabía que él no era digno ni si quiera para pronunciar esas palabras, pero no importaba que hiciera… el anillo siempre volvía a él, rechazaba a todos los demás candidatos, era realmente terco, y por alguna razón sentía que el anillo estaba molesto con él por querer renunciar a este puesto… pero no entendía porque, él ya había hecho todo lo posible para proteger a su Familia, pero todo ha sido en vano… había fallado, y a lo grande, no merecía llamarse Décimo, y mucho menos Neo Primo... no quería ni pensar como los anteriores jefes estaban tomando esto, ya estaba delirando lo suficientemente con este silencio casi inquebrantable como para pensar en eso o preguntarle el aire... ellos bien podrían ignorarlo o bien podrían contestar, y él era un cobarde en no querer saber la respuesta.

En verdad, para ser totalmente consigo mismo, solo le quedaba darles la grata sorpresa de un nuevo y mejor jefe, y, seguidamente su muerte… era lo mejor que podía darles: su muerte, ya no tendrían a un estorbo, un inútil, un asesino y un monstruo que los interrumpiera y molestará… sabía muy bien que desde ese día ya no… era aceptado, había roto las normas al cometer un acto tan cruel, incluso si era para un buen propósito, un asesinato es un asesinato, nadie puede cambiar eso… ya no lo querían, incluso si todo había sido un acto desde el comienzo, dolía mucho la verdad… no le importaba si todo había sido planeado desde antes de conocer a Reborn o no, e incluso si así fuera y nada de lo que conocía fuera real, aun haría lo que fuera para ellos, para su bienestar… para su felicidad, sin importarle nada más que eso, los amaba mucho como para importarle otra cosa que no fuera su felicidad y su bienestar… eso era lo que hacía que valiera la pena todo este sufrimiento que lo carcomía por dentro…

Suspiro audiblemente al terminar el ultimo papel de la pila, y el de la semana… apenas era lunes, por lo que ya no tenía nada para entretenerse y escapar de la realidad que tanto lo atormentaba, tan solo le quedaba ver a Dino-san y podría ir a su habitación hasta la próxima semana, sin nada que hacer y en la triste realidad bajo la cual vivía, cuando comenzaría de nuevo la rutina laboral: el papeleo, lo que antes era su infierno personal y lo que ahora era su sistema salvavidas…

Pequeñas gotas cayeron en los papeles que estaba firmando, casi de inmediato poso sus manos sobre sus mejillas en un reflejo natural para limpiar las lágrimas, no quería mojar el papel en el que estaba trabajando, no podía darse el lujo de mojarlos con lágrimas, o cualquier otra cosa para el caso… palmeo su rostro dolorosamente, no podía llorar, por lo menos no ahora, tenía una reunión con Dino-san en poco tiempo, de hecho, ya debería de haber llegado… suspiró profundamente y cerró los ojos, necesitaba serenarse y concentrarse en lo que tenía que hacer, no podía llorar… no ahora al menos, no tenía ni el tiempo ni el lujo de hacerlo.

No mucho después había dejado de llorar, tuvo que borrar la evidencia rápidamente, no quería que Dino-san ni nadie supiera de su dolor y desdicha, era su carga y solamente suya, asimismo no quería la piedad o la lástima de nadie… era mejor de este modo... se lo merecía de todos modos, había ocasionado todo esto desde que tomó el anillo como parte de si y aceptó, en consecuencia, este trabajo… todo era su culpa, sabía muy bien que desde el principio solo traería desgracia a donde quiera que fuera, pero no pudo evitar cegarse en la esperanza de que todo saldría bien… en verdad era un estúpido y soñador…

- Décimo… Cardevolle h-ha lle-egado…

Oyó decir a una voz suave y femenina, la cual oyó perfectamente debido a tanto tiempo en el silencio, cualquier ruido era como un gritó en esas condiciones, en una situación normal, muy seguramente no hubiera sido oída en lo absoluto, lo cual no era cierto. No con solo él ruido de las hojas al ser movidas de un sitio a otro, de una pila a otra, de la escritura del bolígrafo al firmar o escribir algo y el de una silenciosa respiración... pues eso llevaba horas antes de la aparición de la voz.

- Déjalo entrar…

Contestó sin titubear, ni siquiera pestañas, ya estaba acostumbrado a estar solo y a ser dirigido con temor, tal como la voz había tartamudeado en inseguridad y miedo, no necesitaba ver para saber que su poseedor estaba temblando y mirando a cualquier lugar menos a él, y de que solo estaba allí porque se había visto obligada por los demás miembros, ya que a nadie le gustaba venir a este lugar...

- S-si-i.

Suspiro suavemente al oír el cierre de la puerta, un crujido algo forzoso debido a la falta de uso. No es como si pudiera culparla por ese simple acto de presencia y el tartamudeo característico de una persona muy nerviosa, estaba en frente de un monstruo, era más que obvio que temía por si vida… cualquiera estaría así en su lugar, era comprensible, pero aun así le dolía… aunque, era algo tonto en su opinión, él no había hecho nada a nadie en este lugar por años, ¿tal vez estaba omitiendo algo?...

No obstante, no entendía porque le dolía tanto cuando esto había ocurrido con toda su Familia y por tanto tiempo, había esperado desde un principio que ese dolor aminorara, pero este solo se ha hecho cada vez más profundo y desgarrador, cada vez más agravante, como si por cada lagrima derramada un cuchillo largo y afilado atravesara su corazón y lo removieran dentro… pero esa comparación no era nada en comparación con la realidad, no había un cuchillo en su corazón ni había nadie que lo revolviera con fervor con claras intenciones de herirlo y hacerle daño, con tal de causarle el mayor dolor posible antes de acabarlo… pero desearía que así fuera, pues solo sería un poco de dolor comparado con este, además de que estaría condenado a la muerte con el primero… el segundo no tenía indicios de un final cercano por su parte…

- ¡Hey! ¿Cómo estas, hermanito?

Se sobresaltó ligeramente al oír a Dino, ¿de dónde había salido?, no oyó absolutamente nada, ni siquiera el sonido de sus pasos, el cual debió de ser audible en este silencio, más no fue así para él. No obstante, se recompuso rápidamente, no podía arruinar las cosas aún más de lo que estaban, por lo menos no a Dino-san… no cuando se veía tan feliz y alegre, no cuando estaba bien y su Familia también, no era justo arruinar su felicidad con algún problema innecesario ni con preocupaciones tontas, además… él era uno de los pocos que aún se molestaba si quiera en saber de él y venía a ver todo rara vez, de hecho, si no mal recordaba, esta es la primera vez que lo ve en persona desde que estaba solo… pero realmente no sabría decir, pues si eso era cierto, entonces dicha suposición supondría que eso sucedió hace casi tres años, y no era para exagerar ni nada, pero era el primero en venir a visitarlo (si se podía llamar así) en un tiempo muy largo, probablemente para ver cómo estaban las cosas y como estaba llevando a Vongola, seguramente la información de ser una peligrosa amenaza andante se estaba difundiendo y había llegado a sus oídos… si era así, vaya que había tomado su tiempo dulce en esparcirse, o tal vez había algo más allí que no estaba viendo o no sabía, en cualquier caso dudaba que hubiera otra razón para su visita errática y rápida.

- Estoy muy bien, muchas gracias por preguntar… ¿Cómo va todo por allá Dino-san?

Respondió y preguntó por mera cortesía, no tenía deseos de hablar y mucho menos hacer una conversación de cualquier tipo, pero no tenía mucha opción, ¿verdad?, solo esperaba que esto fuera corto... por más que le alegrará verlo, no se sentía cómodo hablar con él y no confiaba mucho en su voz... después de todo, no recordaba cuando fue la última vez que habló más de tres frases enteras, podría haber sido días o incluso años por lo que sabía...

- Estamos de maravilla, y ya deja caer el "-san", somos hermanos, así que no debe haber un "-san" en medio.

Lo siento mucho, Dino-san, pero tú sabes tan bien como yo que eso es una completa mentira que ni tu ni yo nos tragamos, además, no nos conocemos muy bien como para sentirme bien llanamente con solo tu nombre o un sufijo inferior a ese… sin embargo, solo te di una pequeña sonrisa como única respuesta, ante lo cual solo te confundiste para luego fruncir ligeramente el ceño, dándome por seguro de que entendiste mi respuesta a la perfección. Aun así, no hiciste comentarios ni preguntas al respecto... Francamente, no sé cómo todavía puedo hablar sin tener dificultades, después de todo, es raro que hable o diga algo… no debería poder hablar, sin al menos toser, tener una pronunciación rasposa o demasiado ronca y baja, por lo que sé al menos de todos modos, pues así no tendré otra preocupación que solo esconder mis manos, sabiendo que eso me delataría enseguida… y no quería ni tener una conversación ni dar explicaciones sobre eso y cualquier otra cosa relevante al mismo…

- Veo que has cambiado mucho, Tsuna-kun…

Oyó otra voz, una voz joven y curiosa, una que no había oído en lo que parecían años, lo cual tal vez era verdad, aunque no quería saber si lo era o no.

-… ¿Emma?, oh discúlpame, no te había visto…

Se disculpó por mera cortesía, levemente sorprendido, ¿dos personas habían venido a verlo?, era increíble en su opinión, anonadado sería la mejor palabra para describir como se sentía, más estaba lleno de sospecha... no sabía muy bien que pensar, esto no podía ser casualidad, debía de haber una razón detrás de esta visita que muy seguramente no quería saber...

- Oh lo sé, no te preocupes demasiado, y me encuentro muy bien gracias, eres muy amable.

En verdad no le gusta repetir las preguntas o eso pensó ante lo dicho, pero al menos las había contestado, pero… en verdad me sorprende verlo aquí, era muy raro que alguien viniera a mi oficina por su propia voluntad, sin mencionar en un estado tan alegre, lo cual de por si era muy insólito, pero nunca me imaginé que fueran dos personas, y aún menos de mi Familia… No obstante, fue totalmente tomado por sorpresa al ser abrazado por ambos, y despelucado en el proceso al mismo tiempo...

- ¿Cómo es que terminaron los dos juntos?

Se las arregló para preguntar cuando lo soltaron, tratando de calmarse y distraerse de cómo sus músculos dolían... y algo más que no quería reconocer en ese momento.

- Me colé/ se coló en la limusina, después de la reunión de mi familia con la suya.

No pude evitar negar con la cabeza en ligera diversión, típico, realmente típico, solo se pueden esperar sorpresas de esta familia... aunque no debió de haber sido fácil, escaparse de su propia familia... al igual que a mí en el pasado muy lejano, lo quieren mucho y por eso lo sobreprotegen demasiado, no es que los culpe, la vida en la mafia es realmente peligrosa, en un momento estás vivo y al siguiente puedes estar muerto… pero, eso solo me hacía preguntarme como sería el alboroto, si es que aún no había iniciado, lo cual es altamente dudoso, o si ya Emma los había calmado... y si no era así, de seguro hizo una muy buena planificación

- ¿Saben…?

Mejor salir de dudas, no me sorprendería si hay explosiones más tarde si no lo saben... además de llamadas telefónicas.

- Oh sí, no hay problema, Dino me llevara de vuelta.

- ¿Desde cuándo?

- Desde ahora.

En verdad eran divertido verlos hablar así, suspiro… era muy nostálgico…

- ¿Y tus Guardianes?

Se sobresaltó por un momento, pero rápidamente se calmó, eso fue de repente, pero debió de habérselo esperado, después de todo... en el pasado, siempre había uno de ellos con él, y ahora estaba totalmente solo... era normal preguntar, curiosidad, ¿cierto?, pero no podía decir la verdad... no quería problemas, ni para él ni para nadie más.

- Actualmente, ellos están en misiones…

Empezó a sudar frío, eso era la verdad, pero lo estaban mirando fijamente y eso lo ponía nervioso… apretó sus maños debajo de la mesa, no podía darse el lujo de temblar ahora…

- ¿Todos?

- E-h sí.

- ¿Por qué no dejaste a uno aquí?

- Ellos se asignan sus propias misiones.

En parte era verdad, no estaba mintiendo en lo absoluto, ellos tomaban sus propias misiones y desaparecían por un buen tiempo antes de completarlas y entregar su informe para inmediatamente buscar otra, repitiendo el ciclo con tal de no quedarse mucho tiempo cerca de él o en la mansión… de hecho, solían dejar sus informes en su oficina durante uno de sus descansos para no verlo ni nada… por otra parte, era su culpa por permitirles esa libertad, pero no se arrepentía de ello y quizás era lo mejor para todos… Vongola era su responsabilidad, ellos no tenían por qué tomar parte de su carga…

- Eso no lo creo, dudo mucho que ninguno este aquí, ellos son como los míos, nunca me dejan solo… sino peor…

- Además, es realmente raro y extraño no ver a Hayato aquí, el siempre está a tu lado…

- Hayato tiene una misión especial que cumplir, estará afuera durante un buen tiempo bajo mis órdenes.

Fue la mejor mentira parcial que se le pudo ocurrir en tan poco tiempo… cálmate, cálmate y serénate, debes estar tranquilo y calmado, no actuar como el cobarde y asustadizo niño que eres, al menos mientras ellos estén aquí…

- ¿No era que ellos mismos elegían sus propias misiones?

Oh no… en cierto modo tenían razón, eso fue contradictorio.

- Es así, pero esa misión es realmente importante y necesitaba que Hayato la hiciera… tan solo hubo la casualidad de que salieron casi al mismo tiempo…

Un momento de silencio, por las miradas que estaba recibiendo, no le creían ni una palabra, y eso lo hizo tragar levemente, nervioso, el solo deseaba que fuera una visita tranquila, rápida y sin ningún problema... pero, ¿qué podía decir para que fuera de ese modo?, no tenía idea, y ya había tratado con lo más cercano a la verdad y suave que se le había ocurrido, pero al parecer eso no era suficiente...

- Aquí hay gato encerrado, es imposible que eso pase y tú lo sabes, alguno hubiera cancelado su misión y se habría regresado para estar aquí.

Respira profundo, él tiene razón y tú lo sabes, pero no puedes perder la calma… ¡Deja de temblar!…

- ¿Que ha pasado? Hemos oídos rumores de que el Décimo Vongola ha sido abandonado por sus propios Guardianes… esta es la prueba.

Esto no debería estar pasando…

-… Ne-ecesit-to ir al ba-ño…

- Esper-

No obstante, no tuvieron tiempo para completar la frase, él se levantó y rápidamente salió de la habitación antes de que ellos fuesen capaces de tenerlo. En cualquier otra circunstancia probablemente lo habrían detenido, pero no en esta... no después de verlo en pie: estaba demasiado delgado... y sus manos resecas y algo huesudas... había mas, pero debido a su sorpresa y el poco tiempo que tuvieron, no fueron capaces de registrar más... En un principio, habían notado sus gestos cansados y su piel pálida, su pelo opaco y con poca vitalidad, sus ojos apagados y con un ligero brillo de sorpresa, así como su aspecto cansado, triste y degastado, incluso se notaba un poco más flaco que antes, pero habían supuesto que eso era debido al papeleo y a todo el trabajo que tiene que hacer, por no hablar de todo el ajetreo que sus amigos formaban a diario en donde él tenía que asegurarse de que no hubieran daños enormes, entre otras cosas derivadas de todo esto... Sin embargo, habían supuesto mal por su reacción.

No estaban seguros si querían saber que se escondía debajo de su ropa o lo que se escondía detrás de sus ojos, pero estaban seguros de que querían saber lo que había producido esto… se reprendieron mentalmente en no venir antes, ¿en qué demonios estaban pensando en dejar pasar casi tres años para verlo?… pudieron haber hecho algo… Suspiraron con pesar, sabiendo muy bien que él no les diría nada, o ya lo habría hecho y forzarlo los llevaría a nada, y de que probablemente el resto no les diría nada tan poco, a juzgar por el aspecto de las sirvientas… Nadie dijo nada al oír los leves indicios de un sollozo, tomaron una hoja y escribieron sus despedías y disculpas antes de salir… a juzgar por su aspecto, Tsuna no saldría de allí hasta que estuviera solo o se calmara lo suficiente como para dejar de llorar, lo cual seguramente tardaría un buen rato, por no decir que seguramente no querría continuar la conversación… ¿Que lío habrá hecho Vongola entera al miembro más importante de todos?, ¿al jefe de todas las personas?, fuera lo que fuera, lo lamentarían hasta el fin de sus días si Tsuna decidía acabar con su vida, con o sin su intervención, ya sea por la tristeza que traería o por la furia de todas o la mayor parte de las familias aliadas... quienes podrían simplemente aliarse y destruirlos o dejarlos a su suerte, no culpaban a nadie en cualquiera de los casos, ninguno de ellos sabía que harían... pero no atacarán a nadie, Tsuna no querría eso… Si acaso ellos decidían reparar lo que sea que paso y pensaban ayudarlo a ser quien era antes de todo esto: un chico feliz y alegre… no sería fácil, no después de que había llegado a un punto tan elevado…

Mientras tanto, Tsuna dejó caer su fachada apenas cerrando la puerta del baño, sus temblorosas piernas cedieron ante él y lo único que pudo hacer antes de sucumbir en lágrimas fue esconder su cara detrás de sus manos y atraer sus rodillas hacia así mismo… ante lo cual no podía dejar de pensar en lo vergonzoso que debe de estar en esas condiciones y en qué dirían al respecto una vez que saliera… estaba seguro de que solo un milagro podría evitar que lo oyeran llorando, no importaba que tan silencioso fuera ni que tan bien lo escondiera, le era imposible pasar desapercibido en un sitio tan cercano y silencioso… era un idiota… no podía hacer nada bien… ¿Cómo es que aun Vongola seguía, literalmente, intacta?, ¿y cómo es que aún estaba vivo y coleando? Teniendo en cuenta que era un inútil y un monstro, sin mencionar lo demás, debería ser algo imposible…

- Ahhh… me quede dormido…

Murmuro para sí unas horas después y suspiro miserablemente antes de mirarse en el espejo y volver a suspirar… era un desastre… omitiendo el dolor de su cuerpo se arregló y volvió a trabajar, apenas eran las tres de la tarde… extrañamente, en su opinión, lo único que encontró al entrar a la habitación fue una nota en su escritorio, sabiendo de quienes era ante solo pudo suspirar antes de guardarla, no quería saber que era lo que le habían escrito… obviamente tenía algo que ver con ser un anfitrión horrible e irse en medio de la reunión, pero él estaba lo suficientemente acostumbrado a esos comentarios como para sorprenderse en verdad, pero no lo hacía sentir mejor…

- Así que, Sawada Tsunayoshi… ¿para qué nos has llamado?

Esa manera de hablar y la forma en como fue llamado, le atravesaba el corazón como una gran lanza caliente… pero no dolía tanto como lo hacía todo lo demás… Ninguno miraba a la persona que antes consideraban su mejor amigo, por lo que no se dieron cuenta de su aspecto decaído y cansado, degastado, de sus ojos opacos y sin el brillo de la vida que antes chispeaba y resplandecía de amor, pero ya no era el caso, había amor, sí, pero combinado con dolor y tristeza… ni siquiera quienes miraban la mesa con gran interés pudieron darse cuenta de sus manos huesudas y resecas… era una vista muy lamentable…

-… ¿Por qué huyen?

Pregunto suavemente, lo más tranquilo y amable que pudo, no era mentira, eso era perfectamente lo que estaban haciendo: huyendo, lo evitaban pero no se iban de Vongola... muy parecido a esa frase de "tan cerca, pero tan lejos", y no le gustaba. Solo silencio se hizo cargo a partir de ese momento, ninguno de los cuestionados se atrevía responder…

-... Por favor, respondan-

Fue cortado rápidamente por:

- ¡Es porque te tenemos miedo!… ¡eres un monstruo!

Todos los presentes en esa sala miraron a Lambo, nunca se esperaron que respondiera, y menos de tal modo… Tsuna tragó levemente, pero se las arregló para quedarse tranquilo... vaya, nunca creyó que su pequeño hermano diría algo así en frente de él... Oyó un suspiro profundo varios segundos después, y luego oyó:

- Décimo… yo siempre quise ser tu mano derecha, pero ahora…

No necesitaba que terminara la frase, entendía y sabía las palabras no dichas...

-… Tsunayoshi, no puedo considerarte como un amigo, no después de lo que has hecho…

- Eres extremadamente aterrador asesinando como si fuera lo más normal del mundo… si no eres un monstro, no te falta mucho al extremo…

- Kufufufu… y yo que pensaba que eras más que un simplemente mafioso, que no sería igual a los demás… has roto tu promesa, Décimo Vongola...

-… Eres un asesino, un monstruo… te gustó, ¿no es así?

¿Gustarme?, debes de estar bromeando... ¿cómo podría gustarme quitarle la vida a quién sea?, hice esto... hice eso por todos ustedes... ¿y creen que lo hice porque placer?...

- Te has convertido en un hombre de temer, Sawada Tsunayoshi.

Incluso si lo sabía, la respuesta que le salieron aun dolió, dolió aun peor que si lo hubiera tomado por sorpresa, pero ese no era el problema, lo sabía muy bien… él era un monstruo que no servía para otra cosa que matar al parecer, y por ello, estaba y estaría solo… realmente lo sentía, nunca quiso asustarlos o herirlos, solo quiso su felicidad y su bienestar, por eso hizo lo que hizo… tenía que hacerlo, debía hacerlo, no tenía elección, además de dejarlos morir… Matar, una palabra tan horrible como la acción en sí misma, pero a la vez, tan inevitable y necesaria…

- ¿Eso es lo que querías saber?

-… Despedidos.

Inmediatamente todos abandonaron el lugar, dejando a Tsuna a su propia suerte… si se hubieran quedado un poco más, o al menos se hubieran quedado en el pasillo o detrás la puerta en vez de irse de la mansión como alma que lleva el diablo, hubieran escuchado algo que los habría casi seguramente hecho reflexionar sobre lo que estaban haciendo: llanto, uno lleno de profunda tristeza y de agobiante dolor, como si estuviera llorando por alguien que no está… lo cual era cierto, al menos por una parte, ellos ya no estaban, al menos… para el…

- No tengo tiempo para contemplar el pasado...

Se dijo así mismo, tratando de olvidar lo que acababa de recordar, no quería recordar ni eso ni nada relacionado al mismo, estaba cansado y no necesitaba ningún recordatorio de porqué estaba como estaba... había sido todo su culpa, y en parte, elección suya también... debido a que gracias a lo ocurrido en ese recuerdo, más exactamente gracias a lo que fue dicho, había decidido dejarlos en paz, en total libertad por así decirlo, que hicieran lo que quisieran, incluso llego tan lejos para ponerles un lugar en donde pudieran dejar sus informes sin tener que verlo e ir a su oficina… lo había planeado todo para que su presencia no los molestara ni los perturbara, lo cual hacia todo mucho mejor, incluso para los empleados, ya que ordeno que nadie limpiara su oficina, con lo cual ya no tendrían que ver nada que tuviera que ver con él, y si acaso necesitaban decirle algo, solo tenían que usar el sistema de intercomunicación… ciertamente perfecto, si le preguntaban a alguien más… si antes del incidente no era casi visto, luego de esa reunión en verdad era una sombra de su propia casa… la gran mayoría llegaba a olvidarse de él la mayor parte del tiempo... ¡Clank!

Tsuna pestañeo lentamente, confundido, pero sin detenerse en lo que hacía, le faltaba poco para terminar el papeleo y ya estaba acostumbrado a ello, ¿que había sido ese sonido?, no sería extraño a estas alturas que haya sido su propia imaginación... tan poco seria la primera vez, y en cualquier caso, no había nada que pudiera hacer realmente, no parecía haber sido peligroso, tal vez solo un accidente, o probablemente nada, solo su imaginación como antes lo había pensado... Pestañeo lentamente de nuevo al oír la puerta abrirse por tercera vez ese día, algo bastante raro sin que lo hiciera el mismo, pero esta vez no fue su imaginación. Era una sirvienta, una joven de pelo negro corto y piel blanca, jadeando levemente como si hubiera corrido para llegar allí.

- Señor, debe salir de aquí, están atacando-

- ¿Donde?

Ante la pregunta cortante, no tenía ánimos para hacer una charla justo ahora, o escuchar el resto de la frase, e incluso si quisiera, era cuestión de segundos antes de que se acobardara y tratara de ir... Tal vez era un monstruo, un asesino, como deseen llamarlo, le daba igual ahora, pero no iba a hacer nada solo por ver o hacer una simple conversación... al parecer, la gente pensaba que sí, que mataría a primera vista o algo así, no lo entendía ni lo quería entender...

-… e-n… e-l pa-ti-io, S-eño-or…

Tartamudeo nerviosa y el color de su rostro se terminó de ir al ver a su jefe salir corriendo al terminar la oración en sentido totalmente opuesto al indicado… se asustó aún más al oír cosas caer… pesadas, muy pesadas… tragó en seco intuyendo muy bien que eran esas cosas pesadas...

1, 2, 3, 4… 7, y 14… solo quedaba uno, lo estaban subestimando de nuevo, suspiro antes de esquivar más balas… tomó por el cuello al último antes de que huyera, estaba temblando de miedo, y quizás la vista de ver a todos sus compañeros inconscientes o muertos, ya no le importaba saber ya que ninguno saldría con vida de la mansión de todos modos, junto a sus armas aniquiladas por una razón u otra no ayudaba en lo más mínimo, pero no le importaba… estaba cansado, y aburrido, esto no era divertido ni era feliz haciendo esto... si sabían que iban a morir, esta era la tercera vez que los veía y como dicen: la tercera es la vencida, ¿por qué vinieron?

-… por f-avo-or, ¡n-no me ma-tes-s!

Muy tarde para decir eso, muy tarde... primero: tratas de infiltrarte, segundo: tratas de matarme, y tercero: está es la tercera y última vez... si con las otras dos no aprendieron, otra oportunidad no hará ninguna diferencia, ¿verdad?, ya lo había advertido... no es mi problema si no escucharon.

- ¿Qué haces aquí?, te dije que no volvieras de nuevo…

Apreté más su cuello para probar mi punto, su lucha era bastante débil... ¿tal vez debido al cansancio o los golpes que recibió de mi parte y por accidente?, no lo sé, pero ciertamente lo hace más fácil...

- Aghr… Per.… don…

Lo mismo dijeron y dijiste las últimas dos veces, pero esta vez solo quedas tu aún vivo...

-… no doy terceras oportunidades…

Si con dos no aprenden, si con dos no entienden la suerte que tienen de no haber sido asesinados o llevados a la sala de tortura... una tercera vez no hará ninguna diferencia en lo absoluto, ¿no es así?... quiero un café después de esto, junto con una ducha...

- ¡Espera!… por fa-vor… no lo… volveré… a… hacer…

Solo un poco más y rompería la tráquea…

- ¡Espera!

Esa voz… no, no puede ser, me lo habré imaginado… negué con la cabeza y reafirme mi agarre, cortando totalmente su flujo de aire… su imaginación estaba jugando con él de nuevo...

- ¡Detente!, ¡Tsuna!

Un cuerpo cayó al suelo casi de inmediato…

-… ma-s-aka…

Ellos… imposible… debo de estar soñando o alucinando... sí, eso es lo más seguro... agrrrr...

¡Blam! ¡Blam!

Otro cuerpo cayó al piso con un gran golpe, al mismo tiempo que una risa cobraba vida al ver su logro… una risa bastante loca y despiadada, les erizaba los pelos a los presentes que estaban conscientes.

-¡El Décimo Vongola al fin está muerto!, jajaja-

- Tu… ¡hijo de-

Yo… tan solo deseo… estar con ustedes… una vez más... sin que... me odien… lo siento mucho… no… pude… cumplir… sus… ex-xpec… ta-t-tivas… lo…

-… siento…