YOH! Aquí de nuevo Kenjexsaurus con un nuevo capítulo de esta mini serie de Lemon ambientada en cross Naru x DxD, espero que les guste tanto a ustedes como a sus gansos, que creo que les faltará el óxigeno... creo. En fin, disclaimer: Ni Naruto ni High School DxD me pertenecen, son propiedad de Masashi Kishimoto y Hiro Mashima. Ahora sí soldados, tengan preparados los gansos que se viene lo bueno... XXXxxxXXXxxxXXXxxxXXXxxxXXX Venelana Gremory no era una mujer que se impresionara fácilmente, de hecho, era todo lo contrario. Pues era muy difícil que fuese sorprendida. Quizás fue por el entrenamiento en control de sus sentimientos y expresiones que tuvo cuando formó parte del clan Bael antes de casarse con Zeoticus y pasar a ser del clan Gremory, pero ahora mientras miraba la escena que se llevaba a cabo frente a ella, Venelana no pudo evitar la mueca de sorpresa que apareció en su rostro. Ella, incluso tuvo que apoyarse en contra de la pared del baño al ver como, la mujer que antiguamente fue la esposa de su hijo mayor y la mujer que fue incapaz de darle un nieto, por aparentemente una poca comunicación sexual con su hijo mayor, se encontraba tirada en el suelo del baño con sus largas piernas extendidas y la cabeza echada hacias mientras su hijo menor se la comía fue... Sorprendente. Y, aunque si bien Venelana no odiaba a la mujer peliplata por no darle un hijo a su hijo para que llevara en un futuro las riendas del trono Lucifer, verla ahora con una mirada perdida en el placer mientras la saliva resbalaba de sus entre abiertos labios, Venelana no encontró más que frustración creciendo en ella. ¿Qué se creía esta anciana tentando a su niño? A su dulce, dulce y querido niño. Venelana solo apretó los labios y, silenciosamente salió del baño con una mirada irritada en sus bellas facciones. ... Naruto en este momento se encontraba caminando en la dirección de la habitación de su madre con una expresión nerviosa. Mentiría si dijera que no le temía a su madre, quién desde que él tenía memoria lo había obligado a entrenar y estudiar hasta el desfallecimiento. Pero aún así, Naruto también mentiría si dijera que no amaba a su madre, pues a pesar de lo dura que era con él, siempre habu algunos momentos en que compartían tiempo entre madre e hijo. Era bien sabido para ambos que ambos disfrutaban sentarse en un banco en el jardín que su madre personalmente había cuidado mientras Naruto tenía su cabeza recostada en el regazo de su madre mientras ella, con ternura le acariciaba sus largas trenzas de carmín. Pero si algo que sabía él (Al igual que su hermaba y hermano mayor), era que su madre nunca hacía algo que fuese innecesario, y nunca en su vida lo había llevado a él, ni a Rias y ni siquiera al propio Sirzechs a sus aposentos, pues su madre desde niños les había inculcado que, a menos que fuese un tema tan serio que solo necesitara ser tratado por ella misma (Su padre no tenía el derecho de llevarlos allí ni aungue fuese serio), nunca los dejaría entrar a sus aposentos. Por eso, era la razón que, con un montón de nerviosismo a penas controlado, Naruto tocó suavemente la puerta de madera oscura que, desde niño había querido cruzar y no solo echar miradas fugases. — Pasa, Naruto — El serio tono de su madre le hizo tragar suavemente y, con la mayor delicadeza que pudo reunir, Naruto empujó la puerta, dejando a la vista la habitación de sus padres. Inconscientemente, en una de la parte más profundas de su ser, Naruto se desilusionó al ver una habitación común y corriente, pues él esperaba algo... No sé, más increíble. — ¿Me mandó a llamar, querida madre? — Con un tono suave y dócil, Naruto le preguntó a la mujer que se encontraba parada frente a la gran ventana que daba vista al jardín mientras le daba la espalda. — Lo hice, Naruto — Venelana asintió con suavidad mientras se daba lentamente la vuelta para ver a su hijo menor con una suave sonrisa. Sonrisa que Naruto notó, contenía más de una emoción oculta, eso le hizo sospechar e, inconscientemente dar un paso hacia atrás. — ¿Ojojo? Pareces asustado, Naruto. ¿Por qué será? — Al haber notado la acción de su hijo, Venelana cuestionó con un tono duro. — Bu-bueno, querida madre. Desde niños, siempre nos dijiste que, a menos que fuese algo totalmente serio, nunca nos llamarías ni nos dejarías entrar a tu habitación, así que... este... yo solo quiero saber: ¿Qué sucede, querida madre? — Naruto le trató de explicar su nerviosismo viendo como su madre le miraba unos momentos, solo para perder esa sonrisa. — Será directa e iré al grano, ya que tú mismo lo pides. ¿Has estado cometiendo actos sexuales con tu reina y criada: Grayfia Lucifuge? — Con sus rasgos tornándose impasibles, Venelana le preguntó a su hijo menor, cuyos ojos se abrieron de sobre manera con sorpresa. — Ma-madre, yo... — — Es mejor que no digas nada, Naruto. Tú expresión te delata — Venelana suspiró y caminó hasta sentarse en el borde de esta y, haciendo una señal para que su hijo hiciera lo mismo, cosa que, con un poco de aturdimiento, Naruto hizo. — Solo dime una cosa, ¿Grayfia te forzó a hacerlo? — Venelana preguntó. — Bueno, no exactamente, querida madre — Con un tono nervioso, Naruto le dijo con un tono tan suave que, Venelana solo pudo escuchar por sus sentidos demoniacos mejorados. — Claro, al principio no quería hacerlo, pero luego... yo — — Ya veo, ¿Con cuántas más diablas lo has hecho? — Venelana fue directa y no dudo en preguntar, de hecho, sus rasgos no cambiaron. Pregunta que tomó al pelirrojo menor con sorpresa. — Se sincero, porque la mujer que tomó tu primera vez será tu esposa, Naruto — Venelana le dijo causando que los ojos del pelirrojo se abrieran de sobre manera. Si le dijera con quién fue su primera vez, él podría... ¡Él podría casarse con Rias! ?Con su querida y amada Rias! ... Pero, ¿Cuál era el costo de decir la verdad? ¿Su madre se enojaría? ¿Los castigaría a él y a Rias? O peor aún, ¿Los exiliaría del clan? ... ... ... — Fu-Fue con mi querida hermana Rias, querida madre — Bajando la cabeza haciendo que su flequillo cubriera su rostro para no ver la expresión que su madre tenía, Naruto decidió decir la verdad y dejarse llevar por la posibilidad de casarse con su amada Rias. — Ya veo — El susurro contemplativo de su madre le hizo alzar la mirada y mirarla con sorpresa y, en una parte muy profunda de él, esperanza. — Así que se rompió el pacto ¿Eh? — El suspiro aliviado de su madre más sus palabras, le hicieron alzar una de sus cejas. — ¿De qué estás hablando, querida madre? — Naruto preguntó viendo como su madre lo volteaba a ver con cálidos ojos que le hicieron estremecerse con nerviosismo. ¡Era muy poco usual que su madre lo viera así! Ni siquiera a Sirzechs o a Rias. — Tú querido padre, en un momento de estupidez y embriaguez, hizo un pacto con el clan Phoenex donde, tú hermana tendría que casarse con el tercer hijo de Lord y Lady Phoenex para así crear una nueva generación de demonios fuertes. Obviamente, lo único que los Phoenex querían era poder, pero, como dije, tu padre no estaba cien por ciento sobrio — Venelana le dijo causando que los ojos del pelirrojo menor se ampliaran con sorpresa. — Y a pesar de que, estoy un poco molesta de que, lo hayan ocultado de mi y de tu padre, en el pacto dice que Rias tiene que ser virgen, es un alivio saber que, tu hermana no tendrá que casarse con un bastardo como lo es Riser Phoenex — — Entonces, ¿Eso quiere decir? — Con esperanza, Naruto preguntó. — Primero habrá que hablarlo con tú querido padre y tu querida hermana, a ver que tal lo toman, querido hijo — Con una pequeña sonrisa viendo a su hijo, que poco a poco una sonrisa comenzaba tomar campo en su rostro. — Pero... — Su interrupción hizo que la Naruto se sorprendiera. — Serás castigado por no mantenerme al tanto de tus acciones, Naruto — Levantándose hasta hacer que su sombra cubriera a su hijo, que tragó saliva, Venelana dijo mientras, con un ligero sonrojo en sus mejillas, se quitaba los tirantes de su vestido blanco que dejó a relucir su delicioso y terso cuerpo blanco. — Qu-querida madre... ¿Q-qué hace? — ... — ¿Hmmm? — — ¿Qué pasa, Erza? — Con una mirada confundida al ver los constantes bufidos pensativos de la pelirroja, Ino le preguntó causando que la pelirroja la volteara a ver unos momentos, solo para negar con la cabeza y volver a ver hacia la nada. — Es solo que me preocupa el señor Naruto. La señora Venelana nunca lo ha llamado de tal manera y, desde niño le inculcó que, si a menos que ella lo llamaba, no podría entrar a la habitación de ella, eso se aplica al señor Sirzechs y a la señorita Rias — Erza suspiró con preocupación. — No se preocupe, joven Erza — Mientras colocaba una bandeja con tres tazas de humeante te, Grayfia consoló mientras le pasaba la taza a la pelirroja, que soltó un suave agradecimiento y bebió de la taza. — Debe de ser algo concierne al clan Gremory, pues como la señorita Rias está ausente y el señor Naruto se encarga de los asuntos de clan, debió de haber surgido algo que necesitase que el señor Naruto lo supiera para que no cometiera algun error — Grayfia le dijo mientras le pasaba una taza a Ino. — Aun así... Me preocupa — Erza suspiró. — Bueno, tiene sentido, aparte de la señorita Rias, eres quien ha estado más con el señor Naruto — Con una sonrisa comprensiva, aunque con cierto deje de celos, Ino comentó viendo como la pelirroja sonreía suavemente mientras cerraba los ojos. — Sí, he estado con el señor Naruto desde que teníamos diez años — Erza murmuró recordando el momento en que Naruto la había encontrado y le había ofrecido ser su caballero. Ese día su mundo dio giró de ciento ochenta grados. — Ya que mencionan el tema: ¿Cómo conociste al señor Naruto? — Con mueca curiosa mientras veía a la pelirroja, Grayfia preguntó viendo como ella abría los ojos. — Lo único que supe fue que te había encontrado herida mientras tenía un viaje a la capital con el señor Sirzechs — Grayfia comentó. — Bueno... Fue cuando vivía en las calles de Lillith buscando y robando comida para sobrevivir, ya que mi madre había muerto ya que, a pesar de ser una diablesa, su cuerpo era muy débil. Junte eso de que vendía su cuerpo para cuidarme, poco a poco fue debilitándose — Bajando la vista brevemente, Erza murmuró con cierta tristeza. — Pero, dejando eso de lado, siempre fui buena con el manejo de la espada, y usaba esa habilidad para sobrevivir, pero una vez, me metí con quienes no debía y... — Erza paró un momento mientras apretaba su puño y cerraba los ojos con fuerza. — Bueno, me derrotaron, y me dejaron en un callejón tirada con una herida en el estómago. Poco después, el señor Naruto, que pasaba, me vio y me ayudó: me llevó al hotel en que se estaban hospedando ya que estaba de visita con el señor Sirzechs, me curó, me ayudó a bañarme e incluso me compró ropa — Con una cálida sonrisa y un tierno sonrojo en sus mejillas, Erza recordó sintiendo las miradas amables que ambas diablas le daban. — Poco antes de que volvieran a casa, el señor Naruto me pidió ser su caballero ya que, me había visto entrenar y, bueno, ¿Quién sería tan tonta como para negar una petición de alguien tan amable como él? — Erza cuestionó. — Creo que nadie — Las otras dos estuvieron de acuerdo. ... — No sabía que tenías tendencias masoquistas, Naru — Apretando su delicioso cuerpo curvilíneo en contra del cuerpo de su hijo mientras lamía el cuello de este, que jadeaba levemente, Venelana murmuró sintiendo a su hijo temblar de con un poco de placer. — Después de todo, este es tu castigo — Ella añadió mientras comenzaba a desabonotar la camisa negra de su hijo. — E-eso no es así, querida madre — Naruto negó con la cabeza sintiendo como su madre arrastraba sus uñas por su pecho luego de haberle quitado la camisa. Alzando la mirada, Naruto vió una mirada que nunca esperó ver en su querida madre: pues ella tenía una gran sonrisa con grandes corazones en sus brillantes ojos morados. — Fufufu. Entonces, ¿Cómo explicas eso? — Venelana cuestionó con una risita mientras, sobre sus pantalones, acariciaba la gran carpa que allí se encontraba, causando un jadeo excitado de su hijo. — E-eso es solo una reacción natural al ver tu belleza, querida madre — Entre jadeos al sentir como su madre seguía frotando su suave y suave mano por encima de su pene, Naruto murmuró viendo como ella, por un momento, parecía complacida. — Fufu, me alegra que todavía sea tan bella como para poner a cualquier joven así, Naru — Venelana se rió mientras comenzaba a desabotonar el pantalón de su hijo, que luego de ser descartado, dejó ver el boxer blanco con una mancha oscura en su punta. — Vaya, vaya, que deliciosa paleta tienes aquí, Naru. ¿Puedo comerla? — Inocentemente mientras se restregaba en la carpa, Venelana preguntó viendo a los ojos de su hijo. — Qu-querida madre — Quién simplemente jadeó sintiendo la suavidad del rostro de su madre por encima de su ropa. Era... Era... ¡Era increíble! Tanto, que apenas podía contenerse de saltar encima de su querida madre. Soltando una risa al ver como su echó la cabeza hacia atrás luego de que le quitara los boxer y comenzara a masturbar suavemente su virilidad, Venelana se cansó solo de masajear y comenzó a lamer tentativamente el miembro viríl de su hijo, que ahora se encontraba con la punta mojada obra del pre semen... —' ¡¡Que rico!! '— Echando los ojos hacia atrás cuando su sabor golpeó sus papilas gustativas, Venelana exclamó mentalmente mientras echaba el pene de su hijo dentro de su boca, comenzando a chuparlo con un poco de rudeza. — Ma-Madre, e-eso se siente tan bien — Naruto jadeó sintiendo la suavidad y mucosidad interior de la cálida boca de su querida madre. Tanto era su placer, que comenzó a hacer leves y suaves embestidas en la boca de su madre, para su deleite. — Ma-madre, yo-yo voy a ... — Pronto y naturalmente, sintió la increíble sensación de querer explotar llamado apunto de correrse. — Ah ha ah. Recuerda que esto es un castigo, Naru-kyun, así que, no puedes correrte — Con un tono cantarin mientras, rápidamente (Y aunque en contra de sí misma) se sacaba el pene de su boca, Venelana negó viendo expresión sorprendida de su hijo al ser privado de correrse. — Pero, estoy dispuesta a dejarte correr dentro mí, si pides perdón por no decirme nada de tus acciones con tu hermana y tu reina — Venelana comentó mientras se alzaba para abraza a su hijo del cuello y apretarlo en contra de su grande y caliente busto mientras molía su parte inferior contra la de su hijo, que tenía una mirada perdida sintiendo en calor que ella exudaba. — Yo... Yo... Yo... — Teniendo sentimientos cruzados al encontrarse en esta situación, Naruto murmuraba viendo los seductores ojos purpuras de su madre luego de haber alzada su mirada, pues por un lado se encontraban sus recientes sentimientos por su querida Rias, que fue a quien le prometio no hacer algo como esto con alguien que no fuera ella y luego Grayfia, pues aunque no pensaba follar por completo con su reina, no podía evitar sentir cierta opresión en su pecho por ambas diosas demoníacas. — Vamos, Naru. Tú recompensa espera — Bajando un poco sus caderas, hacia que su jugo de amor que resbalaba por sus muslos al encontrarse excitada, ahora se deslizara por el pene de su hijo al su punta encontrarse con su vagina, Venelana comentó con diversión viendo los erráticos ojos de su amado hijo. —' ¡¡Qué se valla todo a la mierda!! '— Naruto exclamó mentalmente y, usando la fuerza que había ganado gracias a los entrenamientos que esta mujer le había echo hacer desde niños, les dio la vuelta, ahora él quedando encima de su madr.e — ¡¡Kya!! — Quien había chillado luego de haber sentido las acciones de su hijo, que ahora la sujetaba por los muslos, alzando sus piernas y colocándolas encima de sus hombros mientras metía la punta de su virilidad dentro de su vagina, causando un jadeo de su madre. — ¿Ara? ¿Ya te crees lo suficientemente hombrecito como para estar en la cima luego de una pequeña mamada, Naru? — Con un tono ligeramente irritado al igual que excitado, Venelana comentó. — Lo siento, madre, pero es tú culpa — Naruto dijo entre dientes mientras deslizaba su pene dentro de la vagina de su madre. — ¡¡UNG!! — Quien encorvó la espalda hacia arriba al sentir como lentamente la virilidad de su hijo dentraba en su tarró de miel, causando que visión se volviera borrosa. Oh cuanto había ella imaginado con esto, con tener un largo pene dentro de su vagina, pues hacía años que no tenía uno. — Eso es, niño de mami, comienza a moverte de una puta vez — Venelana insultó. — Como desees, madre — Naruto dijo y, al sentirse ligeramente insultado por la altivez de su madre, comenzó con embestidas fuertes y lentas, causando deliciosos gemidos de su madre. — ¿Cómo es que estás tan jodidamente apretada? — Naruto se preguntó sintiendo la tención de la vagina de su madre. — Ah... culpa a... Ah... a tu padre — Entre gemidos, Venelana dijo sin mirarlo. — Desde que resulté embarazada de ti y Rias no me ha vuelto a tocar, pues prefiera pasársela con su harem — Con cierto resentimiento mezclado con lujuria, Venelana le dijo. — En ese caso, permíteme llevarte al cielo y de vuelta, querida madre — Habiendo bajado su cuerpo hasta quedar aplastando los pechos de su padre con su pecho y teniendo su cabeza al lado de la de su madre, Naruto ronroneó en su oido y comenzó a embestirla con fuerza. — ¡¡OH POR LOS MAO!! — Venelana gritó sintiendo como su hijo forzaba su pene a llegar donde nadie más, ni siquiera su estúpido esposo había llegado y golpear ese punto con la fuerza de un pistón. — ¡Eso es, bebé! ¡¡Sigue así y mami se correrá!! — Y pronto Venelana gritó mientras veía con ternura a su hijo, que se había alzado un poco y ahora la veía mientras jadeaba. — Yo-Yo también me correré pronto, que-querida madre — Naruto gimió por lo bajo sintiendo esa deliciosa sensación de querer estallar y cómo la vagina de su madre le apretaba cada vez más. — ¡No-No aguanto mas! — — ¡¡¡Hyaaaa!!! — El grito de Naruto y el gemido de Venelana fue lo que se escuchó allí cuando, con la fuerza de una estámpida de elefantes, el orgasmo los golpeó y se corrieron, con Naruto pintando el interior de su madre con su semilla y ella mojándole toda la cintura gracias a la explosión de sus jugos de amor. ... —' No sé porque, pero algo en mí me decía quee esta era la razón del porque Lady Gremory llamó al señor Naruto '— Grayfia pensó viendo la escensa frente a ella, pues se encontraban madre e hijo besándose sin importárles nada alrededor. Suerte que, cuando pasaba por el pasillo había escuchado los gemidos había entrado y cerrado con llave. Sintiéndose un poco celosa, Grayfia frunció el ceño y, con delicadeza, se quitó su traje de mucama, dejándolo caer al suelo causando un ruido que alteró a ambos ahora, amantes que, rápidamente se separaron para atacar. — Ahora, ahora. Señor Naruto, Lady Gremory, ¿Qué tal si me dejás unirme? — Con una lenceria negra que acentuaba sus caderas y alzaba sus pechos haciéndolos parecer más grandes de lo que ya eran, Grayfia preguntó mientras se les acercaba con un bamboleo de caderas que atrajo rápidamente la atención de Naruto. — ¿Ara? Se que has cometido actos con mi hijo, pero, ¿Por qué debería arruinar mi momento con él a solas dejándote unirte? — Colocando su antebrazo debajo de sus pechos, haciéndolos parecer más grandes, Venelana preguntó encarando a Grayfia, quien con una pequeña y seductora sonrisa, también la encaró quedando cara a cara con la matriarca del clan. — Porque si no fuera por mi, estoy segura de que, el Señor Gremory o alguien más podría descubrirlos, Señora Venelana~~ — Con un ronroneó mientras acercaba a su rostro a escasos centímetros de Venelana, quien no retrocedió. — Ya que, fui yo quien se acordó de poner una barrera antisonido — Grayfio dijo y con un simple empujó, besó a Venelana, quien le correspondió el beso con la misma rudeza con la que la reina empezó. Pronto, ambas diablezas se encontraban con las lenguas afuera, que se encontraban entrelazadas con fuerza mientras Venelana le quitaba el brazier de satén que era la parte superior de la lenceria de la maid mientras esta le estrujaba uno de sus pechos con su mano derecha y con la izquierda masturba con tres de sus dedo su húmeda caverna, causando sus dulces gemidos. Mientras tanto, Naruto se encontraba sorprendido y excitado viendo como ambas Diosas diabólicas se besaban y complacían con una mueca de incrédulidad mientras su virilidad palpitaba con fuerza. — ¿Ara? Mira Señora Venelana, alguien quiere unírsenos — Despejándose del beso y girando suavemente su mirada, Grayfia comentó viendo con ojos lujuriosos la larga varilla de Naruto, que pareció animarse aún más. — ¿Que tal si traemos a nuestro pequeño diablito? — Picaramente, Grayfia preguntó. — Ufufufu, claro~, Grayfia~ — Venelana la imitó y tomó de la mano a la peliplata y las condujo hasta que ambas estuvieron de rodilas frente al miembro viril del pelirrojo, que parecía que iba a explotar mientras sentía las suaves manos de ambas diableza masturbarlo. — Que-querida madre, Grayfia. Eso... ¡Eso se siente tan~~ bien! — Naruto jadeó con placer mientras sentía los besos que ambas colocaban a lo largo y los lados de su virilidad mientras miraban hacia arriba. — Fufufu, me alegra que le guste, señor Naruto. Después de todo, es mi deber como su maid personal complacerlo~~ — Con un ronroneó mientras se separaba y miraba como Venelana rápidamente engullía en su boca su mienbro, Grayfia comentó viendo como su amo y señor echaba la cabeza hacia atrás con un silencioso gemido. Balanceándose hacia arriba y abajo mientras miraba con grandes ojos divertidos y seductores como su hijo se encontraba con su boca separad. — ¡¡¿UNG?!! — Venelana no pudo evitar gemir cuando Grayfia se dejó caer hasta que acostada bajo ella y comenzó a comérsela. — Fufufu, me estaba poniendo celosa de que solo ustedes dos se sintieran bien, así que decidí jugar con usted, se~ño~ra Ve~ne~la~na~ — Separándose de los chorreantes labios inferiores de la madre del joven que ama, Grayfia ronroneó mientras un poco del jugo de amor de Venelana se deslizaba por sus labios y mejillas. — ¡¡ANG!! — Jadeando audiblemente al sentir las vibraciones que se embiaron a lo largo de su virilidad cuando su madre gimió al Grayfia volver a comerla con pasión y rudeza, Naruto, con la mirada nublada por la lagrimas de placer que se acumularon en sus ojos, sintió como estallaba en la boca de su madre. Quien había ampliado sus ojos al no esperar la espesa carga que fue inyectada en su garganta y comenzó a tragar todo lo que pudo. Y, aunque hizo un buen trabajo, un poco se deslizó por sus labios y cayó en la frente de Grayfia, quien también se encontraba tragando todo lo que podía cuando, la sensación de ahorcamiento que tanto amaba Venelana la hizo correrse haciendo trabajar aun más a la reina y maid. Saliendo de la boca de su madre mientras jadeaba un poco, Naruto vio como Venelana caía a un lado con una mirada perdida en el placer mientras convulcionaba levemente gracias a los espasmos producidos por su orgasmo. — Veo que disfrutó del cariño de su madre, señor Naruto — Con tranquilidad mientras se ponía de pie, limpiando vagamente su cara de los jugos dejados por su señora mientras ignoraba su cabello mojado por estos, Grayfia comentó secamente, causando que Naruto apartara la mirada mientras lo cubría un breve sonrojo. Eso sonó como si le dijeran niño: ¡Él no era un niño! — Pero, ahora, ¿Qué tal si me das tu cariño, Señor Naruto? — Bajando su tanga de saten negro dejando a Naruto apreciar la vagina que ya se ha comido varías veces, Grayfia ronroneó mientras se acercaba hasta apregarse por completo a su amo y señor. — Bueno, por supuesto — Tomando de la cintura a la diableza, Naruto exclamó mientras la arrojaba a la cama, causando la risa de la mujer peliplata que, con delicadeza extendió sus bellas y esbeltas piernas sintiendo como Naruto se posicionaba para penetrarla. — No te contengas, Señor Naruto. Puedes ser rudo desde el inicio — Con un brillo lujurioso en sus ojos, Grayfia dijo y ofreció viendo la sonrisa que Naruto le dio. — ¡Off! — Quien prontó la dejó sin aire cuando envió su virilidad hasta lo más profundo de ella, causando que Grayfia echara la cabeza hacia atrás mientras sus ojos también se iban hacia lo oscuro. — En serio, ¿Qué pasa con ustedes las diablas? ¡Están super apretadas! — Naruto se rió sintiendo como, a pesar de que lograba entrar por completo, aun había cierta difícultad para llegar al fondo gracias a lo estrecha que estaba la peliplateada. — Culpa a tu hermano. Nunca tuvo el valor de tocarme pero, porque lo amaba, ahuanté todo tipo de difamación hacía mi. ¿Y que gané? A los años me enterarme que era porque se enamoró de la hermana menor del señor Ajuka — Entre jadeos, Grayfia escupió. — Vaya, no sabía eso — Acercándose sigilosamente hasta apegarse a la espalda de Naruto, quien se movía hacia dentro y hacia afuera de la vagina de Grayfia con fuerza, Venelana murmuró para sí misma. — ¿Por qué nunca lo hablaste con alguno de nosotros, Grayfia? — Venelana preguntó. — Porque ninguno me habría creído. Es más, me enteré porque el cliente que me había contratado había cancelado el contrato y, cuando volvía a la ofica del señor Lucifer los ví — Grayfia bufó sintiendo como Naruto paraba para dejarla explicarse. — Y no pude tomar evidencia porque, en mi molestia, me fui al motel más cercano y lo hice con al menos treinta demonios, algo que seguí haciendo con frencuencia hasta que me comencé a enamorar del Señor Naruto — Grayfia admitió. — Me siento honrado — Naruto sonrió con maldad y comenzó moverse con mayor fuerza. — Pero, déjemos la cháchara para otro momento — Dijo atrayendo a Venelana hacia él y la besó con fuerza. — Jujuju, tan impaciente — Entre beso y saliva, Venelana se rio sintiendo como su hijo la besaba de tal manera tan lasciva. — Pero, ¡Me gusta~~! — Pero exclamó sintiendo como Naruto exploraba su boca mientras follaba a la ida Grayfia, que solo podía soltar gemidos sintiendo como el pelirrojo llegaba hasta lo más profundo de ella. — ¡Eso es, Señor Naruto! ¡Sigue así y, me correré! — Sacando del baso a madre e hijo, que se rieron cuando de manera tonta Grayfia gritó, Naruto comenzó a ir mucho más rápido y fuerte, causando que el sonido de carne chocando contra la carne aumentaran de volumen. — ¡¡HYAAN~~! — ... — Parece pensativa, Presidenta. ¿Pasa algo? — Con una sonrisa preocupada mientras veía a Rias, Akeno Himejima preguntó viendo como la pelirroja la miraba durante unos segundos y negaba con la cabeza. — Sabes acerca de que estoy pensando, Akeno. No te hagas la inocente — Rias suspiró causando una risita de la pelinegra. — Quiero contarle a mi padre acerca de mi relación con Naru y destrozar de una vez por todas ese maldito contrato con Rizer — Con el ceño fruncido profundamente, Rias dijo cerrando sus ojos. — Aun es sorprendente ¿Sabes? Que tú y el joven señor Naruto tengan esa... relación — Con una sonrisa confusa mientras se sujetaba la mejilla con una de sus manos, Akeno comentó causando una risita de la pelirroja. — Pero ¿Sabes que? Incluso yo tomaría al joven señor Naruto si fuera mi hermano. ¡Está muy caliente! — Akeno añadió con una risita. — Bueno, no hay nada que te detenga. Confio en Naruto y lo moldeé para yo ser siempre la primera en su corazón, por lo que no me importa mucho que tenga otras... concubinas — Poniendo una sonrisa cariñosa mientras dirigía su mirada hacia su reina, Rias comentó causando que la pelinegra parpadeara sorprendida. ¿No que su rey aborrecía los Harem? Aun así, Akeno no pudo evitar sonreír y reirse un poco. — Ya lo probaré y lo decidiré, Ri~as~ — Akeno ronroneó y se acercó a su rey pelirroja hasta ponerse tras ella y comenzar a amarzar sus grandes pechos. — Ahora, quedaste en ayudarme con cierto... problema entre las piernas, pre~si~den~ta — Lo siguiente que pasó, se resume en una frase: ... — Si no le importa que pregunte: ¿Donde estuvo todo el día, Señor Naruto? — Con una mueca de confusión mientras miraba a su sonriente rey sentado en su trono mientras ojeaba algunos papeles, Erza preguntó viendo como este alzaba la mirada y le daba una sonrisa. — Haciendo ejercicio, Erza-chan. Una buena y agradable... tarde de ejercicio — Recordando como había dejado a su madre y a su reina tiradas en la gran cama con miradas tontas y corazones en sus ojos mientras su semilla se filtraba de sus vaginas en grandes cantidades, Naruto le respondió a la pelirroja. — ¿Eh~? Ya veo — Poniendo una mirada pensativa mientras se cruzaba de brazos, Erza tarareó mientras cerraba los ojos. — ¿Qué tal si la próxima vez me dejas unirme, Señor Naruto? Se oye increíble — Erza preguntó. — Eh jejeje, claro, Erza-chan. Claro que puedes — Naruto se rio viendo a la pelirroja con una sonrisa cariñosa que fue devuelta por Erza, pero antes de que alguno de los dos pudiera decir algo más. — ¿Alguien sabe donde está Grayfia? Desde la mañana que no la veo — Ino preguntó con una mirada confusa. — ¿Oh? ¿Grayfia? Le dí el resto del día libre ya que se... ¡Se notaba cansada! Sí, cansada. Así que, bueno, decidí que era mejor que descansara para que... ¡Para que me ayudara más tarde! Sí. Para que me ayudara más tarde — ... Yyyy~~~, bueno hasta aquí el tercer capítulo de esta serie de lemons, espero que les haya gustado y, si es así, comenta y deja tu estrellita que me motivan a continuar. Y sí no te gustó algo, déjalo en los comentarios y trataré de solucionarlo para el siguiente capítulo. Capítulo de: 5280 Palabras. Ahora, sin más por decir, me despido y, nos vemos en el siguiente capítulo. ¡¡JA NE!!
