Con todo mi amor

Los personajes no me pertenecen, son de la gran Rumiko Takahashi esto es sin fines de lucro solo diversión por y para los fans.

Nota del autor: con motivo de que hoy 8 de mayo celebramos en varios países el día más preciado, sí, a nuestras madres he escrito este pequeño shot. Historia de universo alterno, utilizando a mi pareja favorita.

¡Disfruten la lectura!

O—

Cualquiera diría que es un día normal, pero no, no lo es. Es domingo por la mañana y aunque el sol asoma la brisa en fresca, mientras preparo el desayuno para mi familia decido hacer una receta que mi amada madre hacía en esta fecha; Naoko y su cuaderno lleno de escritos en donde me dejaba los pasos para realizar unos platillos deliciosos. Escucho a Ranma bajar por las escaleras y asoma en el marco de la puerta de la cocina con su cabello humedecido y la toalla alrededor de su cuello, me sonríe y me saluda…

—¡Buenos días! —Dice acercándose para besar mis labios, luego me abraza suavemente y agrega —¿Cómo te sientes hoy? — lo miro enamorada y complacida de su preocupación.

—Mejor, más tranquila —respondí.

—No te esfuerces, si necesitas algo ya sabes que solo debes decírmelo y además están tus hermanas y mi madre —recalca tomando mi rostro entre sus grandes manos.

—Lo sé, solo estoy un poco nerviosa —repliqué.

—Yo también pero para que esto concluya, todos y principalmente tú debes estar bien.

Entonces se puso detrás de mí abrazándome y acariciando mi insipiente panza, tenía apenas tres meses de embarazo, el primero; con Ranma llevábamos tres años de casados y apenas supimos que seríamos padres nuestro mundo cambió. Ha sido un esposo amoroso y está muy ilusionado, la familia espera con ansias a este heredero y yo… pues lo amé desde el momento en que la prueba de embarazo decía positivo; lamentablemente hace tan solo dos semanas atrás un leve sangrado nos puso en alertas, el médico me envió a casa con reposo absoluto, alimentación saludable, nada de estrés y recién hoy me levanté porque hoy es un día especial.

—Akane —me llamó mi esposo —solo el desayuno ¿sí? —Pidió casi suplicante —recuerda que al medio día llegarán tus hermanas y mi madre, ¡hoy celebramos! Pero tú descansarás —aseguró mientras ponía cubiertos en la mesa.

—Sí —respondí y continué cocinando los vegetales en la sartén que Kasumi me regaló.

El buen aroma de la comida comenzaba a despertar mis sentidos, lamí mi labio inferior y me dieron muchos deseos de probar lo que llevaba cocinado, me sonreí y acaricié mi vientre. Tomé un par de palillos y probé un trozo de carne guisada, mis sentidos se alborozaron de puro gusto, mi mente me transportó a aquellos días y pude ver nítidamente a mi madre parada frente a la estufa, tarareando alguna canción revolviendo y agregando especias, para luego servirnos un desayuno lleno de nutrientes y mucho amor. Recuerdo su caricia en mi melena, su hermosa sonrisa mientras yo comía gustosa su preparación. Pronto aparecía papá con un ramo hermoso de rosas para celebrarla a ella, en su día.

De pronto la voz de Ranma me trajo de regreso…

—Akane ¿qué pasa? —Preguntó preocupado, lo miré confundida —¿Por qué lloras, te duele? —Me veía de pies a cabeza.

—Solo me acordaba de mi mamá —respondí y él suspiró aliviado secando las lágrimas que corrían por mis mejillas.

—Seguramente está acompañándonos ahora mismo —comentó Ranma.

—¿Tú crees?

—Por supuesto, ahora mismo con esta deliciosa comida que has preparado.

—Es verdad —sonreí y comencé a servir, llevé los platos a la mesa y comenzamos a comer.

Una vez terminamos Ranma fue hasta la sala principal y trajo consigo un pequeño obsequio, me lo entregó algo ansioso y lo recibí emocionada.

—¡Feliz día de la madre! —exclamó.

—Pero todavía no nace —susurré.

—Ya lo eres, está justo aquí y crece saludable gracias a tus cuidados. No es coincidencia que este bebé te haya elegido a ti como su mamá, sé que soy muy torpe pero te prometo que haré todo lo que esté a mi alcance para ser un buen padre —aseguró emocionándome.

Tomé la bolsa entre mis manos y la abrí bajo su atenta mirada, eran unas hermosas calcetas de algodón en color amarillo patito para recién nacido. No había querido comprar nada, sobre todo después de que el médico me dijese que el embarazo era de riesgo y que había altas probabilidades de que no llegase a término, no pude evitar llorar, estoy demasiado sensible. Sin embargo cuando alcé la vista y vi los ojos de mi marido el llanto menguó, Ranma anhelaba a este hijo con todas sus fuerzas.

—¡Es hermoso!

—¿Lo es verdad? ¡Habían tantas cosas, Akane las tiendas para bebés son enormes! Tuve que contenerme para no comprar más, porque en realidad no quería atosigarte con esas cosas yo solo quería verte feliz — agregó.

—Bueno, me encanta pero esperemos un poco más —sostuve.

—Está bien, pero no me hago cargo de lo que tus hermanas y mi madre puedan traer hoy —alzó las manos como si nada.

—¿Qué sabes?

—Nada… ya es hora de que te recuestes.

—Estuve toda la noche acostada —dije haciendo un mohín.

—No abuses Tendo —dijo serio, siempre me llamaba por mi apellido de soltera cuando no bromeaba.

—Ok, ok, ya me voy —señalé dejando los platos en el fregadero, caminé hasta la terraza y me acomodé en la silla mecedora que papá trajo en cuanto supo que estaba embarazada.

El sol comenzaba a entibiar, alcé las pequeñas calcetas al cielo e intenté imaginarlas sobre los pies de un bebé, de mi bebé. Poco a poco fui cerrando los ojos y no sé si fue la buena comida o quizás el calor pero el sueño me ganó y pronto me quedé dormida…

Desperté sobre el tatami, en casa de mi padre y esta olía a galletas de miel recién horneadas. Me levanté y busqué a mis hermanas pero no las hallaba, tampoco papá, el silencio comenzaba a estremecerme pero un canto melodioso proveniente desde el jardín apaciguo mis ansias, caminé hasta allí y muy cerca de la fuente estaba mi madre, de pie ahí cantando y dándole de comer a los peces. Mi asombro fue tal que las piernas no se movían ni un solo centímetro…

—Akane ven aquí —musitó claramente y solo entonces mi cerebro reaccionó —¿Cómo estás mi pequeña? —preguntó girando hacia mí.

—¡Te he extrañado tanto! —exclamé abalanzándome sobre ella.

Pude sentir sus manos alrededor de mi cuerpo dándome pequeñas y suaves palmadas, su respirar lento y pausado cerca de mi oído, su calor particular y ese aroma a vainilla que tanto la caracterizaba. Mi corazón palpitaba agitado, no podía creer que ella estuviese abrazándome con tanto amor.

—Lo sé hijita, lo sé… —susurraba mientras mis ojos no paraban de sollozar.

Entonces ella se alejó un poco me vio a los ojos con ternura, tal y como siempre lo hacía, secó mis lágrimas con el dorso de su mano y acarició mi melena.

—Estás tan hermosa Akane, los amo con todo mi corazón nunca lo olvides —mencionó posando su mano sobre mi vientre.

Y entonces desperté, escuchaba a mis sobrinos corretear por el patio y soltar carcajadas alegres. Llevé una de mis manos a mi corazón y todavía latía emocionado, noté que Ranma había puesto una frazada sobre mis piernas, de pronto aparecían mis dos hermanas y saludaron con un abrazo cada una.

—Aquí estás dormilona —chilló Nabiki.

—No le digas eso, es normal que desee dormir —señalaba Kasumi.

—¿Cómo te sientes Akane? —preguntó mi hermana del medio.

—Hoy, mucho mejor —respondí.

—Se nota, te ves radiante —dijo Kasumi.

—Soñé con mamá —musité alegre, mis dos hermanas se miraron con ternura.

—¿Y qué tal? ¿Cómo estaba ella? —preguntaba Nabiki.

—Se veía hermosa, se veía tranquila y feliz —dije con entusiasmo.

—Con razón te ves tan bonita hoy día, mamá siempre viene en el momento preciso —dijo más para sí Nabiki.

—¿Por qué dices eso? —pregunté curiosa.

—Porque nosotras también soñamos con ella en nuestros embarazos —comentó Kasumi y no tenía idea, abrí los ojos sorprendida —pareciera que mamá sabe exactamente cuándo aparecer y darnos consuelo —agregó y no pude evitar soltar otra lágrima.

—Nada de llantos Akane, hoy es nuestro día especial y al parecer los hombres tienen problemas de logística en la cocina… —de la nada salía Tofú y mi suegro corriendo de adentro de la casa y con una nube de humo detrás.

—¡Por Kami, tendré que ir ayudar! —chilló Kasumi muy ofuscada.

—Nada de eso, llamaré a mi amigo del restaurant que traiga de todo para que almorcemos algo decente —insistía Nabiki.

—¡Por ningún motivo! —Exclamó Nodoka quien aparecía por un costado — Yo cocinaré para todos y no quiero peros que valgan.

Mis hermanas se adelantaron a la casa, y Nodoka ayudó a ponerme de pie y juntas íbamos del brazo de la otra.

—Sé que es difícil estar quieta, pero piensa que no será por mucho y que tu tranquilidad ayuda a que ese bebé se afirme y crezca sanamente. No solo se trata de él sino de ti cariño, tu bien estar es el de tu hijo ¿comprendes? —Asentí sonriendo, Nodoka siempre había sido tan paciente y amorosa.

Había algo que no le confesé a nadie incluso a mi esposo; tenía miedo, mucho temor no solo por lo que se venía, sino porque no sabía si mi cuerpo ayudaría a que mi hijo llegase a nacer. Sin embargo tenía una familia muy preocupada comenzando por mi amado Ranma, mis hermanas y por su puesto mi querida Nodoka, quien me adoptó a mis dieciséis como la hija que nunca tuvo.

Ese breve sueño me ayudó a comprender muchas cosas, que debía dejar de lado mis resquemores y confiar en cada uno de los integrantes de esta familia, contaba con el amor de todos e incluso con el de mi mamá.

No sabía con exactitud mi futuro, pero sí mi presente, disfrutaría esta dulce espera acompañada de mi esposo y mi familia con todo mi amor; miré al cielo y entre nubes pomposas pude ver una estrella y sin dudarlo en mi mente le dije Feliz día mamá.

Fin

Nota del autor

Estimado lector, con mucho cariño escribí este emotivo shot para el día de las madres. Dedicado con especial admiración a quien me dio la vida, a mi buena amiga Benani y a todas quienes llevamos la capa de súper mamás; la tarea más difícil y admirable de esta vida. A todas quienes llevan una crianza compartida y a quienes solas luchan día a día para que esos pequeños seres no les falte nada, también a nuestras abuelas, tías, hermanas, y por supuesto a aquellos hombres que por distintas circunstancias también son madres y no quiero dejar de lado a esas mujeres que por decisión personal no son madres, sin embargo cuidan con amor y respeto a sus padres envejecidos.

Gracias a todos por apoyar mi historia y si dejas un review seré feliz de leerlo.

Pd: no he olvidado mis historias, pronto me pondré al corriente.

Desde Chile una fanática más de Ranma.

Sweeetsimphony._