El chico de mis sueños
Se dicen tantas cosas sobre los sueños, alguna vez leí por ahí que las personas que aparecen en estos, son personas que vimos, aunque sea por el rabillo del ojo, que si soñamos con ellos es por que estamos despiertos en sus sueños, que son mensajes que deben llegar a nosotros de una forma u otra, o simplemente que son los deseos de nuestro inconsciente, manifestándose en imágenes, pero ¿Cómo logras diferenciar entre un sueño y la realidad? Hay un viejo truco tan popular y conocido por todos que resulta bastante eficiente, si te pellizcas y te duele estas despierto, de lo contrario es un sueño, ¿y si en mi sueño, estoy soñando que me duele?
Toda la vida tuve problemas para dormir, entre mi sonambulismo, mi insomnio, mis pastillas para dormir que después de tomarlas ni siquiera un tren logra despertarme, caigo en un coma que sería para preocupar a algunos, a quienes no me conocen, pero creo que últimamente sueño tan vívidamente que ya no logro diferenciar entre lo real y lo irreal.
Todo comenzó una mañana en la que escuchaba como alguien me llamaba por mi nombre, intentando despertarme de la manera más dulce, me hablaba con tanto amor, que yo sonreía, alzando la cabeza para escuchar mejor de donde venia aquella voz, ¿me daría un beso de buenos días?, al no recibir nada abrí los ojos, tal y como siempre, estaba yo sola en mi departamento, gire sobre mi cuerpo para llegar a la otra esquina de mi cama, aventando las sabanas, nada, no había nadie ahí, talle mis ojos para despertar bien y enfoque a la puerta de la habitación, abierta, como yo la había dejado y nada fuera de ella me indicaba que hubiera alguien conmigo, no había más ruido que el mío, ¿fue un sueño? Pero fue tan real, casi podía sentir el cálido aliento de aquel sujeto en mi oreja, estoy segura, me recosté de nuevo abrazándome, tratando de darle sentido a aquello, después de unos minutos volví a cerrar los ojos y sin darme cuenta me quedé dormida.
Maldición otra vez llegaba tarde, esta era la cuarta vez en el mes que me ocurría, seguramente ahora si me van a poner una falta administrativa por retardos, ¡carajo!, y es que para colmo cuando yo hago las cosas, para bien o para mal, las hago a lo grande, no llegaba diez minutos tarde, quince, no, yo estaba llegando cuarenta y cinco minutos tarde a mi trabajo, ¡mierda! La junta empezaría en quince minutos, debía llegar, si o si debía llegar en menos de diez.
Iba corriendo por la avenida, el transito estaba parado desde hace varias cuadras, me baje del taxi y solo empecé a correr, lo bueno es que soy una chica de mochila, mi mochila de la preparatoria sigue en perfecto estado y bueno, es lo que uso para venir a trabajar, ahí guardo mi Tablet, mi lap, mis celulares, mis notas, todo lo que ocupo en el día. Intento ignorar las miradas de los peatones que ven correr desesperada a una mujer en tacones, con falda tubo negra, camisa de seda color menta, un chongo que ya no está bien peinado, con mochila de preparatoriana en los hombros, si supieran que ni siquiera desayune, veo mi reloj de mano, tengo exactamente tres minutos para llegar a tiempo a la junta, de lo contrario mis compañeros, mi jefe y los clientes comenzaran a entrar a la sala de juntas y ya no tendré tiempo de pasar al baño a retocar mi aspecto, estoy tratando de calcular cada paso para no perder tiempo, no entrar después de todos y no llegar con esta finta, es entonces que escucho el claxon de una motocicleta, alguien me llama por mi nombre
¡Ryoga! – es Ryoga mi amigo, mi leal compañero, mi salvador de tantas y tantas veces, él estira el casco que suele prestarme y corro a él.- a la oficina
En seguida
Ryoga acelera la motocicleta, no suele ir entre carriles, él es muy respetuoso de las reglas de tránsito, pero por hacerme un favor siempre hace cosas que no suele hacer, así que pasa entre carriles, veloz, no faltaba mucho solo unas seis cuadras, pero aun así con ayuda de la moto reduje mi tiempo estimado de llegada por mucho, me quito el casco y se lo doy, no tengo tiempo de hablar con él, solo le grito "gracias", corro a los elevadores, toco el piso veintiuno, salgo y corro a los baños, limpio el sudor de mi frente, reviso mis axilas, nada, secas, bien, me echo aire con las tollas de papel, recojo mi cabello, pero aun quedan algunos mechones sueltos, vuelvo a poner labial en mi boca y salgo como si nada, soy la primera en entrar a la sala de conferencias.
Maldita sea Akane, no sé como lo logras, ni siquiera se dio cuenta de que llegaste una hora tarde- decía Ukio a la hora del almuerzo, justo después de haber terminado la junta en compañía de los clientes, al retirarse ellos el jefe hablo con todos los involucrados para repartir tareas y al terminar salieron a almorzar, ya pasaba de medio día.
Solo fueron cuarenta minutos- replico Akane introduciendo fideos pad thai a su boca
Para lo que le importa, con que llegues diez minutos tarde para él ya es una hora
Lo bueno que estaba preparada para la junta, creo que la propuesta que les dimos les gusto
Sí, dijeron que únicamente debían autorizarles el presupuesto y que con eso ya nos darían luz verde para empezar a hacer su publicidad- Ukio acompañaba su okonomiyaki con té verde.
Aquel mes fue bastante estresante para las chicas, eran las primeras en llegar y las ultimas en salir, manejar la publicidad de un centro comercial, era exhaustivo, no solo se trataba de una tienda, eran más de trecientos locales y cada uno debía tener su propia propaganda, aun con la ayuda de dos miembros más en su grupo y la de los dos pasantes que cada uno aportaba, el trabajo parecía no terminar nunca, aun así, ninguno lucia tan desvelado como Akane Tendo.
Tendo a mi oficina, ¡ya!
Akane que estaba cabeceando en su escritorio, salto por la impresión, recogió su taza vacía de café y fue directo a la oficina de su jefe.
Eres la imagen de esta empresa, eres mi as bajo la manga, todos los clientes confían en ti, no solo por tus buenas presentaciones e ideas, si no por tu imagen, das ese aire de confianza, de seriedad, elegancia, así que explícame por que mi mejor elemento se ve tan mal últimamente
Lo siento jefe es que el ultimo proyecto me mantuvo despierta casi todo el mes, no he dormido muy bien, solo estoy cansada
¿cansada? Tú no puedes estar cansada, debes estar fresca como lechuga, sana como manzana, vivaz como ….
….
¿lo ves? No me sigues el ritmo, antes me hubieras dicho algo que rimara con todas las tonterías que te estoy diciendo, ¿ya terminaron el proyecto?
La planeación ya se está llevando a cabo, los fotógrafos ya hicieron los suyo, los editores ya tienen los textos y las fotos, solo falta armar los posters, los flyers, las pancartas, pero toda el área de alimentos y bebidas ya está lista.
Bien si ya todo esta listo, deja a los pasantes terminar de armar el diseño y tomate tres días de puro descanso, ve al spa, a la playa, a dormir, lo que tengas que hacer para desaparecer esas bolsas en tus ojos y ese aspecto cansado
Pero jefe los pasantes no podrán con todo
La jefa de equipo, divide, dos cabezas se quedan a supervisar a los pasantes y dos se van a descansar, tenemos una semana para presentar y entregar todo el proyecto, tres días te vas a tomar para descansar y los pasantes harán lo que falta, tres días se tomaran los otros dos para descansar y tu supervisaras y darás el visto bueno a todo, acomodando cada paquete de cada local y al terminar la semana, vendrán los clientes entregaremos todo y asunto arreglado, te daré vacaciones, necesitó que atraigas más clientes, no que los asustes
Es usted muy generoso jefe, pero…
Pero nada Akane es una orden, reúnete con tu equipo y dividan tareas, es mi última palabra
Akane salió derrotada de la oficina, mando un mensaje a su grupo de trabajo de whats app, todos reunidos en dos minutos en la cafetería, fue la primera en llegar, pidió un americano sin azúcar, se sentó en una mesa cubierta hasta la mitad por la sombra y la otra iluminada con la luz del sol, se estiro en la silla, su rostro en la sombra y sus largas piernas en el sol, no era tan mala idea escapar a un spa por tres días, o podía ahorrarse ese dineral y solo ir a casa y descansar, dormir todo el día ponerse pepinos fríos en los ojos, tomar agua y seguir durmiendo. El único problema con eso, es que tenia miedo de volver a soñar y ya no distinguir entre el sueño y la realidad.
¿sabes como sé que estoy despierta?
¿Cómo?
Siento calor en las piernas, pero mi cara está fresca
¿y eso qué?
Pues es un hecho que, si puedes sentir estas consciente, por que puedes analizarlo, teniendo ideas claras y distintas, lo dijo Descartes
Pero él también dijo que puede uno creer estar despierto en sus sueños y sentir las cosas del mismo modo que la realidad, a todo esto, ¿Por qué hablamos de sueños?
Es que últimamente sueño mucho y me cuesta tanto trabajo despertar, que a veces cierro los ojos para despertar, no sé cuando estoy soñando y cuando estoy despierta, hasta que empieza mi día, pero a veces aun con un transcurso largo de día me doy cuenta de que todo fue un sueño y despierto, pero enseguida vuelvo a soñar y ya no sé
Akane, nena tranquila, ¿esta todo bien en casa?
Sí, no, bueno sí, es solo que no duermo bien
¿sigues tomando tus pastillas para dormir?
Sí y no, ya me bajaron la dosis
¿se lo has comentado al doctor?
No quiero asustarlo y que regresemos al inicio de la terapia, ya casi me siento normal
Mmm está bien, ya sé háblame a mi de tus sueños, de lo que te inquieta y con suerte eso te ayuda a relajarte y dejar de pensar en eso.
En ese momento llegaron Ryu y Shampoo, eran buenos colegas, podían entenderse sin necesidad de dar tantas explicaciones, en algún curso de integración, los mandaron a los 4 al campo, por todo un fin de semana, la temática fue encontrar pistas y resolver el "crimen" de la cabaña, lo terminaron el mismo día en que llegaron y pudieron disfrutar de las atracciones del lugar los siguientes días, Ryu y Akane compartían un secreto, aquel fin de semana intentaron sobrepasar su integración, o al menos él lo intento, pero ella no estaba del todo segura de querer involucrarse con alguien del trabajo, por lo que solo quedo en pequeños coqueteos fuera de la oficina, pero nada más.
Akane programo la agenda de aquella semana, los tres primeros días, tanto ella como Ukio estarían fuera de línea, sus compañeros con ayuda de los ocho pasantes debían terminar ciertos trabajos, de principio a fin, para el cuarto día Akane y Ukio regresarían, revisarían el desempeño de las labores de sus colegas si deban su visto bueno, se empaquetaría y mandaría a almacén, únicamente dispondrían de la mañana para terminar de revisar todo, para que después del almuerzo pudieran trabajar en los pocos pendientes que quedaran, para el sábado por la tarde todo el proyecto del centro comercial tenía que estar terminado, sí o sí. El lunes presentarían, todo debía ser perfecto.
Los cuatro convinieron que no habría ningún problema, todos sabían que hacer, aquella tarde Ukio acompaño a su amiga a casa, ella estaba quedándose dormida en todos lados, apenas lograba permanecer despierta, ella no decía nada que pudiera alterar a Akane, sabía que era un tanto aprensiva, todo lo que dijera Akane lo sobre analizaría, si tenía suerte quedaría en eso, pero por su experiencia, hasta el más inocente comentario podía ocasionar noches enteras de insomnio, falta de apetito o tremendos atracones en ella, incluso algo peor, hacia un tiempo que había resulto ser solidaria con ella, escucharla y acompañarla, nada más, sin juzgarla o dar consejos que no pedía.
Ella también había visto en su amiga señales de alarma ese ultimo mes, el trabajo estuvo especialmente cargado para ella, pero al fin tenían oportunidad de bajar el ritmo y hablar, necesitaba que Akane pudiera expresarse, para liberar un poco su cabeza y lograr que se relajara.
En cuanto llegaron le dijo que se diera un baño, tan largo como quisiera, ella iría a comparar algo para cocinar, tal vez un buen vino y prepararía la cena, después de comer Akane le confesaría que era lo que la tenía así, tal y como supuso el refrigerador de su amiga únicamente tenía medio pepino, agua, paquetes de comida rápida a medio comer, fue al supermercado más cercano a comparar ingredientes para la cena.
Akane por primera vez en el mes se permitió bañarse con agua caliente, lavar su cabello, tomarse su tiempo en la tina, estar tranquila, su amiga cocinaba delicioso, no tenía que preocuparse por ir a ayudarla, es más creía que en secreto Ukio prefería que ella no ayudara. Al salir paso directo a su recamara, se puso una playera polo tan vieja que ya estaba agujerada, su color blanco ya era más bien algo como amarillo viejo, sus shorts de la preparatoria, cullo resorte ya no tenía nada de resistencia, pero eran increíblemente cómodos y más para estar en su departamento tranquila.
Se encamino a la cocina, Ukio ya la esperaba con una copa de vino y la mesa puesta. Durante la cena hablaron de cosas triviales del trabajo, como que el café del carrito de afuera del edificio sabia mejor que el de la cafetería y temas por el estilo, entre las dos lavaron los trastes, hablaron de su respectivas familias, terminaron de limpiar y volvieron a servir sus copas, Ukio fue a la sala, se sentó en la orilla de sillón de dos plazas e indico a Akane que la acompañara.
Muy bien ahora si dime ¿qué te esta pasando?
Nada, es que de verdad no es nada, es una ridiculez
¿te estas drogando?
¿Qué? ¿Cómo se te ocurre?
Debía preguntar, uno nunca sabe- dio un sorbo a su vino, miro fijamente a Akane- dime que es, algo te perturba, se te ve, te prometo que no diré nada a nadie, puedes confiar en mi
Yo sé
¿entonces? Habla ya, que no te dejare ir a dormir hasta que me digas y se supone que te dieron estos días precisamente para eso, para que duermas
Es estúpido
Mientras te tenga luciendo así, no debe ser tan estúpido
Está bien te diré, pero no te rías, ni me juzgues- dijo Akane señalando a su amiga, Ukio "sello" sus labios con un candado.
Akane se acomodo en su sillón, tomo un sorbo de vino para valentonarse y hablar, necesito otro, realmente se sentía estúpida, le daba pena pensar que diría su amiga después de su confesión, pero se sentía cómoda hablando con ella, que podía confiar y ser honesta.
