Los personajes de Ranma 1/2 no me pertenecen, son obra de la gran Rumiko Takahashi. Escribo sin fines de lucro, solamente con el fin de entretener.


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Inicia un nuevo día en Nerima, la muchacha Tendo despertó como cada mañana sobresaltada, desde hacía unos días una sensación de opresión en el pecho la carcomía, no sabía por qué, en realidad si lo sabía pero estaba haciendo lo mejor que le salía, enojarse y no demostrar nada, resguardarse tras esa máscara para no salir herida como sabía terminaría si continuaba enamorada del egocéntrico Ranma Saotome.

Desde hacía unos días él se encontraba con un comportamiento extraño, despertaba al alba y regresaba a casa bien entrada la noche, comiendo en soledad la cena recalentada de Kasumi. Cada vez que Akane preguntaba qué es lo que hacía todo el día, qué es lo que ocurría siempre obtenía la misma fría y vaga respuesta

— No es de tu incumbencia – repetía Ranma cada vez.

La situación la agobiaba, ese tonto, al que todos llamaban su prometido, seguramente se pasaba el día recibiendo atenciones de sus lindas prometidas y por eso no llegaba a tiempo a casa para impartir las clases, que ambos daban en el dojo desde que terminaron la escuela.

Decidió hacer caso omiso a esa angustia, hablaría con su padre y cancelaría el compromiso ese mismo día para darle libertad a Ranma, para que pudiera elegir él a su prometida y lograr ser feliz.

Se vistió con una falda blanca y un suéter color rosado, cepillo sus suaves cabellos y se dirigió hacia el comedor para desayunar con su familia. Al llegar notó que, como siempre, Ranma no se encontraba con ellos, esto no podía continuar.

— Buenos días Akane, te notas animada hoy — la amable Kasumi le pasó un cuenco con arroz.

— Buenos días hermana, es posible que haya tomado una decisión que cambiará mi vida — comentó Akane.

— Espero que esa decisión sea casarte con mi cuñadito y traer por fin un heredero – dijo Nabiki guiñándole un ojo.

Akane enrojeció ligeramente, su hermana era una desvergonzada por tratar esos temas con tanta liviandad durante el desayuno y nada más ni nada menos con su padre enfrente.

— Lamento decepcionarte Nabiki pero esa no es la decisión, por cierto papá ¿podemos hablar luego del desayuno?

— Claro hija — su padre que hasta ese momento había permanecido callado la miró con una sonrisa nostálgica aunque ella no comprendió el por qué.

Nabiki que no había quedado satisfecha con el interrogatorio decidió seguir molestando a su hermana

— Y tú sabes dónde está mi cuñadito ahora? Porque no se presentó a desayunar nuevamente.

— No lo se ni me interesa Nabiki — aclaró mientras golpeaba los palillos con fuerza sobre la mesa — te espero en el Dojo papá — hizo el intento de dirigirse hacia allí finalizando la conversación pero su padre la detuvo.

— El dojo está siendo reparado, mejor hablemos en mi habitación, hija — comento el patriarca.

— P-pero cómo? Si hasta ayer di clases a mis alumnos y estaba en perfecto estado.

— Algunos arreglos simplemente – contestó él sin darle demasiada importancia — bueno pasemos a la habitación Akane.

Caminaron hacia la misma, tras cruzar el umbral él tomó asiento sobre el tatami cerca del altar de su esposa.

— Dime Akane ¿qué es lo que querías comentarme?

— Papá, espero que no te fastidies conmigo pero quiero romper el compromiso con Ranma — dijo con firmeza.

— No, no será posible — el tono del patriarca fue igual de firme que el de su hija

— Pero papá, tu sabes que no nos queremos, fíjate Ranma ha estado desaparecido desde hace unos días ni quisiera imparte clases ni entrena conmigo no se qué es lo que está haciendo, no quiero contraer matrimonio de esa forma ni siquiera nos gustamos.

Su padre la observó, aunque quería demostrar que aquello no la afectaba sabía muy bien que era todo lo contrario, su pequeña, que estaba transformándose en una mujer, era fuerte y cabezota pero con un gran corazón, sabía lo enamorada que se encontraba de Saotome y aunque su intención era noble, notar que su hija sufría no era algo que le gustase pero ese mismo día acabaría con toda su angustia.

— He dicho que no Akane, no suspenderé su compromiso y no es sólo por el honor o por el legado del dojo hay otras cuestiones de por medio y tú lo sabes mejor que yo.

Unas pequeñas lágrimas corrieron por las mejillas de Akane y con la voz quebrada susurró — de acuerdo – y se marchó a su habitación.


Pasó todo el día encerrada, angustiada y llorando de a ratos al no saber nada de Ranma desde hace un tiempo, pensando por qué su padre no quiso disolver el compromiso, al no aceptar que todo lo referido a Ranma la estaba lastimando.

No tuvo fuerzas para almorzar con ellos ni tampoco acepto el té que su hermana había llevado hasta su habitación pero por la tarde decidió volver a afrontar la realidad para demostrar esa fortaleza que la caracterizaba.

Se asomó a la cocina y casualmente su hermana se preparaba para ir de compras

— Oh Akane justo iba a pasar por tu cuarto, me quieres acompañar al mercado?

— Claro hermana.

Caminaron en silencio, Akane tan metida en sus pensamientos que no notó cuando su hermana se detuvo en el puesto de verduras, lo mismo ocurrió en el almacén de carnes.

Retomando el camino a casa fue Akane la que decidió iniciar la conversación.

— Kasumi, tu crees que deba romper mi compromiso con Ranma?

— Creo que debes hacer lo que dice tu corazón – Kasumi siempre fue más que su hermana, la consideraba como una segunda madre, siempre con la palabra justa — aunque si me permites aconsejarte, no te adelantes hermana, buenas cosas esperan por ti – sonrió de manera enigmática y atravesó el portón de la casa.

Akane se encontraba confundida ahora, no entendía por qué su familia insistía en mantener el compromiso, suspiró e ingresó tras su hermana.

Subió a su habitación para recostarse hasta la hora de la cena esperando que el sueño la venciera pero unos golpes en la ventana lo impidieron, quiso omitirlos pero sabía muy bien quién era el único que gustaba de ingresar por la ventana.

— Oye Akane estás ahí? – preguntó Ranma insistiendo con los golpecitos.

Ella abrió la ventana y se encontró con Ranma, como hacía unos días que no se veían quedó muda de la impresión, le pareció que había crecido unos centímetros, esos ojos azules la perforaron hasta lo profundo de su alma, esos labios que solamente los utilizaba para molestarla o a veces insultarla parecían invitarla a probarlos hasta el cansancio, vestido con su peculiar traje chino estaba que quitaba el aliento.

— Creí que estabas dormida — habló él sacándola de sus pensamientos.

— ¿Qué es lo que quieres? – respondió ella de forma brusca.

— Hola Akane creo que deberías comenzar a tratarme mejor – indicó.

— No me interesa hacerlo, dime qué es lo que quieres o márchate – intentó cerrar la ventana en su cara pero una mano se lo impidió.

— No se qué fue lo que hice esta vez pero quería decirte que quiero hablar contigo, a solas.

El corazón de Akane dio un vuelco, sintió que el músculo que llevaba bajo su tórax se desgarraba fibra a fibra, dolía y mucho y ese imbécil parecía no notarlo, tenía que terminar con esto rápido, cortar el problema de raíz para que dentro de un tiempo ya no doliera tanto.

— De acuerdo.

Ranma avisó que la estaría esperando en el dojo en cinco minutos y saltó hacia el patio desapareciendo.

Akane que había quedado sola emitió un sollozo ahogado, sabía que el fin estaba cerca, lo presentía, tomó aire para evitar que se acumularan nuevas lágrimas, apretó los puños y como una guerrera Tendo decidió hacerle frente a pesar que saldría con el corazón roto.


Caminó titubeante por el sendero que unía su casa con el dojo, miles de imágenes y conversaciones imaginarias con Ranma pasaban por su cabeza. Se paró y deslizó la puerta corrediza.

Ser hija de un artista marcial y ser la heredera de su escuela la había preparado para enfrentarse a situaciones de todo tipo a lo largo de sus diecinueve años, pero para lo que tenía frente a sus ojos jamás.

Todo el dojo estaba decorado con pequeñas luces blancas que colgaban desde el techo que asemejaban una noche estrellada, el suelo estaba completamente cubierto de flores de color blanco y violetas y sobre ellas un mantel blanco con una mesita baja y almohadones sobre ella, por encima de la misma una gustosa cena.

Estaba impresionada, el decorado era hermoso pero no sabía lo que podía significar, por el rabillo del ojo notó un movimiento en su costado y lo vio venir, a él, a su prometido.

— Bienvenida a nuestra cita Akane – Ranma le entregó un hermoso ramo de lirios rojos.

Ella estaba estupefacta, no podía articular palabra — Ranma qué es todo esto? – preguntó torpemente.

— Te lo mencioné recién, esta es nuestra cita – repitió.

— Pero, yo pensé que… – no quería terminar la frase.

— Se muy bien lo que pensaste, te conozco Akane, podemos hablarlo sin interrupciones degustando una cena que Kasumi nos dejó preparada – Ranma se atrevió a tomarla de la mano y llevarla hacia el centro del dojo donde se encontraba la pequeña mesa.

— No entiendo nada – tomó asiento junto a él y colocó a su lado su hermoso ramo.

El la miró embelesado, era la mujer más bonita que había conocido, y qué suerte tenía que sea su prometida y futura esposa, la amaba con locura y a pesar que no era muy bueno con las palabras, decidió que era el momento de expresarse y ser claro con ella, ya no quería que hubiesen malos entendidos entre ellos, ni nadie que se interpusiera a lo suyo, realmente quería amarla como ella merecía y ser felices juntos. Tomó sus manos para lograr llenarse de confianza y con un gran suspiro, comenzó a hablar

— Escúchame bien Akane por favor y no interrumpas, sabes que no es fácil para mí expresarme, estoy bastante nervioso pero quiero hacerlo. Eres lo más bonito de mi existencia, eres la mujer que quiero tener a mi lado por siempre, eres todo lo que quiero. Preparé todo esto en el dojo, porque este lugar además de ser un sitio importante para lo que somos y seremos como artistas marciales representa el inicio de nuestro amor, donde tuvimos nuestro primer combate y en ese momento comprendí que no eras una chica como cualquier otra, sino una excepcional, terca, cabezota y enojona pero con un corazón tan enorme para aceptarme con toda mi terquedad.

Ella estaba conmovida, el nunca declaró palabras tan bonitas hacia su persona y se sintió tonta al haber pensado tan mal de él.

— Y-yo lo siento Ranma, pensé cosas horribles de ti – pero el rápidamente la interrumpió.

— Lo se Akane, seguro pensaste que estuve con las autoproclamadas prometidas pero necesito que sepas que no fue así. Estuve trabajando tiempo extra en un gimnasio del centro que ofrecía buena paga, con eso mismo pude viajar a China, romper la maldición y regresar aquí para prepararte todo esto – tomó un paquete oculto entre sus ropas y se lo entregó – esto es un regalo para ti.

— Tú solo preparaste todo esto?

— Claro que no, tuve ayuda de Kasumi y de tu padre, incluso Nabiki se ofreció a ayudar bueno con un buen incentivo de dinero de por medio.

Akane estaba abrumada toda su familia conocía este plan, aún así lo mantuvieron bien oculto. Tomó la caja y al abrirla, frente a ella se podía apreciar un hermoso colgante con un pequeño brillante en forma de corazón de color rosado.

Una gran sonrisa adornó su rostro y con un movimiento rápido se abalanzó sobre Ranma cruzando sus brazos por el cuello abrazándolo, por su parte el reaccionó tomándola de la cintura

— Gracias Ranma, por todo, por la decoración del dojo, por tus hermosas palabras, por todo tu esfuerzo y por este colgante, todo es precioso.

— Esto no es nada, todo lo hago por ti mi preciosa Akane, y ahora dime, aceptarás ser mi esposa en algún tiempo? – preguntó el mientras acercaba de manera peligrosa su boca a la de ella.

— Claro que acepto ser la señora Saotome – ella selló la promesa de ambos con un ligero roce de labios que luego se convirtió en un verdadero beso, buscando demostrarse que siempre estuvieron hechos el uno para el otro.

— Te quiero mi preciosa Akane.

— También te quiero Ranma. Y ahora cuéntame cómo es que te libraste de tu maldición.

Así pasaron la noche charlando sobre todas las aventuras de Ranma para liberarse de aquella pelirroja que atravesó el umbral en esa tarde de lluvia y logró poner el mundo de cabeza de Akane Tendo, próximamente Saotome.

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FIN.


¡Hola a todos! Bueno llegó el Rankane day y el fic que estuve preparando, uf estuvo durísimo de escribir, tenía tres historias en borrador desde marzo (antes de publicar corazón delator) inicié las tres y terminé dos. La idea inicial del fic para este día no me terminó de convencer, siento que fluye mejor para un fic lemon y justamente era lo que no quería para esta fecha, sumado a eso estuve con trámites para operar a mi abuelo y eso ocupó tiempo.

En fin, este es el definitivo para este día, siempre me gusta la idea de Ranma confesando sus sentimientos tan abiertamente solamente con Akane.

Es un humilde aporte para celebrar este día para homenajear a nuestra pareja favorita.

Gracias por leer y si es que dejan un rw también gracias! Espero sea de su agrado. Gracias como siempre a Fanfics y Fanarts de Ranma Latino por haber sido quienes impulsaron mis ganas de escribir con su reto de #sextember.

¡Les mando mil besos! y seguro nos leemos pronto con algún lemon ;)