Epílogo
Cada año flores y chocolates rellenos de frambuesa aparecían en la tumba de Fred. No sólo en su aniversario de muerte aprecian regalos. También en el día de su cumpleaños iban acompañados de una postal. En Navidad aparecía una foto de alguna casita de piedras. En San Valentín aparecia acompañado de una pequeña nota que decía 'idiota' con algún dibujo obseno. George sabía que era Él, quien le había regalado a Fred felicidad en vida. Quería agradecerle aún amar y recordar a su hermano.
Draco nunca dejó de pensar en su primer amor. Había aprendido a ser fuerte, a dar todo por tu familia. A dar todo por amor. Le estaba agradecido por ello. Cada año enviaba flores en distintas ocasiones. Por esa razón cuando se volvió a enamorar se sintió culpable.
Había amado tanto a Fred que creyó nunca más amaría a alguien. Pero al toparse con ese hombre algo dentro de él se removió. Creyó que era el recuerdo de Fred. Pero no.
- Papá ¿estás bien? Estás llorando
- Scorp, estoy bien. Solo estaba recordando. ¿Alguna vez te conté como aprendí a hacer el hechizo del cemento para construir nuestras casitas?
- No. Nunca.
- Ven, vamos al jardín.
- ¿Haremos una casita aquí también?
- Claro. También te contaré la historia, además podremos descansar un poco de la remodelación de la mansión.
