Esta historia es el preludio de DE ESA FRUTA NO COMERÁS. Esa historia la escribí primero y se explica una parte de lo que sucederá en esta. Es mejor haber leído esa historia antes.

Y OBITONTO COMIÓ DE ESA FRUTA…

1- Los inicios

A Kakashi aun le dolía haber perdido a su compañero Obito. Nunca lo había reconocido pero el Uchiha le gustaba, no de algo de caerle bien que también, aunque hiciera ver que no le toleraba, sino gustarle de resultarle atractivo y de quererle… Ni siquiera comprendió porque sentía tal cosa por un compañero tan torpe, despistado, inepto, desorganizado, falto de respeto a las normas y los horarios… Pero todo y esos numerosos defectos que le había encontrado de siempre al Uchiha, le gustaba ese tonto azabache. Aunque ese parecía enamorado de su compañera de equipo Rin, nada que le preocupara a Kakashi… O no le hubiera preocupado pensando que todo les iría bien, que nada les sucedería o le sucedería a Obito y que tendría tiempo de demostrarle que él era de quien tenía que enamorarse. Que equivocado estaba… Ahora le había perdido y su único consuelo era ese sharingan en su cuenca ocular izquierda. Las lágrimas cayeron por la misma y no quiso detenerlas. Era su manera de expresar el dolor y si le decían algo, siempre podía culpar al ojo. El sharingan era un ojo que copia, un ojo que tenía "memoria" y Obito había sido un ninja muy sentimental y emocional, entonces él podía decir que esa humedad que escapaba mejilla para abajo era culpa de su propietario original. Pero podía engañar a otros, pero no a si mismo… Y la muerte de Obito sin haber podido confesarse o hacer que el Uchiha se diera cuenta de que era importante para él le dolía tanto. El muy torpe se había intercambiado por él… ¡Era él el que tendría que haber muerto en esa jodida cueva!

Pasaron largos meses y su corazón seguía sangrando por su compañero, pero la vida seguía en la aldea y la guerra también. Él era necesario en el frente y tenía unas órdenes que cumplir… Así que ahí estaba, yendo a donde le enviaran. Mejorando, creciendo como shinobi y ganando una gran reputación todo y su juventud. Cumpliendo misiones cada vez más peligrosas y duras. Y fue durante una de sus misiones que al volver le informaron de algo terrible…

¡Rin había sido raptada!

Él le había jurado a Obito Uchiha que la cuidaría… Y la habían raptado, de nuevo, y él no había estado para evitarlo. Así que sin descansar y sin agarrar nada, fue a rastrearla para poder salvarla, su olfato le sería de gran ayuda.

Y vaya si la encontró… A ella y a alguien a quien no esperaban. Pero vayamos por pasos.

Rin había sido raptada, él los rastreó y atrapó e iba a empezar la pelea para liberar a su compañera de equipo… Joder les iba a matar para que no volvieran a intentarlo si escapaban. Y va y Rin se mete en medio de su ataque raikiri. Iba a matarla sin poder detenerse cuando fue detenido por… ¿Qué narices era esa cosa que olía a madera con algo más que ahora no conseguía catalogar?

Miró ese ente que ahora sujetaba a su compañera desmayada y, un poco herida, por culpa de su técnica rayo y la dejaba con suavidad en el suelo, fuera de peligro, antes de girarse a pelear contra los ninjas que la habían secuestrado. Parecía más que molesto con esos enemigos.

No se lo pensó mucho y se dispuso a ayudar a ese "aliado" no esperado. Terminaron con esos cabrones con bastante facilidad y se encaró con su chokutou en alto a ese extraño ser de madera o lo que narices fuera.

–¡Eres un idiota, Bakakashi! Te digo: Cuida a Rin y me prometes que lo harás y… ¡Mira!– Señalando a la desmayada chica– Y luego vas de shinobi superior, miradme y admirarme inútiles… Pavoneándote por aquí y por allá con tu chulería y tú, soy el más guay y no estáis a mi altura… ¡Bakakashi!– Volvió a repetir como si fuera el insulto supremo y más ofensivo mientras pateaba el suelo cabreado.

Abrió la boca alucinado y parpadeó confuso. Ese insulto taaaaaan "original" era obra de Obito. Obito y sólo Obito era el que le decía esa palabra tan ridícula y se reía con exageración y pose de "héroe" como si hubiera obrado la gran gesta al crearlo.

–¿Esto es alguna broma de mal gusto? ¿Genma? ¿Gai? – No, era más alto que esos dos idiotas.

Tenía tamaño de adulto, pero no conocía ningún adulto que fuera a hacerse pasar por Obito Uchiha… Y menos sin un motivo de peso. Quizás era uno de sus futuros compañeros anbu que estaban celosos de que él, un adolescente, hubiera sido aceptado en ese escuadrón de élite, lo que demostraba que era más bueno que ellos unos adultos con años de experiencia a sus espaldas… Normal que le tuvieran envidia. Se cruzó de brazos y le miró con desdén.

El individuo extraño rechistó, resopló hastiado y pareció hacer una rabieta mientras hablaba con alguien. Miró alrededor y no había nadie más. Vale… Estaba claro que era alguien que estaba loco, aunque peleaba bien. De pronto esa cosa, porque no sabía como calificar ese ente antropomorfo sin rostro y que olía a árbol, se abrió…

¡Así como lo haría una florecita!

Y ahí parpadeo de nuevo, primero sin creerse lo que veía y luego de manera nerviosa. Usaba las maneras de hablar de Obito, ahora que estaba fuera de esa cosa tenía la voz de Obito, era el aroma de Obito, era el cuerpo de Obito… Era Obito Uchiha. Y…

"PUM"

Luego lo negaría rotundamente y diría, si le pinchaban, que había caído del agotamiento, pero la realidad es que colapsó de la impresión.

–¿En serio?– Se rascó la cabeza el Uchiha al ver a su amigo caer al suelo como peso muerto. Se lo hubiera esperado de, Rin quizás… Pero no del Hatake.

–Ese amigo tuyo es un poco nenaza, ¿No?– Se burló Guruguru. Mientras se reía a grandes carcajadas, que fueron acompañadas por el travieso Uchiha.

Si le preguntan, Obito diría que ese fue uno de los mejores días de su vida. El poder tumbar a Kakashi sin hacer ningún esfuerzo… Nada, sólo de la sorpresa. En un futuro lo conseguiría un par de veces más… Pero de nuevo nos estamos adelantando algunos años.

El equipo de apoyo desde Konoha llegó pocos minutos después. Encontraron a dos adolescentes desmayados y al desaparecido y dado por fallecido Obito Uchiha en una extraña carcasa. Levantaron las armas en un primer momento hasta que vieron que no era un genjutsu ni ninguna trampa de enemigo. Realmente ese de ahí era el Uchiha.

–¿Y estos dos porque están así?– Preguntó un ninja médico mientras se aproximaba a Kakashi y se aseguraba que estaba bien y no tenía heridas.

–Ese de ahí es una nenaza y se ha desmayado– Respondió Guruguru antes que el Uchiha, pues éste estaba riendo de nuevo– Menudo "gran" ninja, la impresión le ha hecho caer como tronquito.

Los demás miembros del equipo miraron al doctor y éste al confirmar que el Hatake estaba bien, rieron un poco.

–Rin a sido herida, un poco.– Calmó el Uchiha sus risas mientras se acercaba a la joven.– Se ha metido en medio del ataque rayo de Kakashi, no entiendo mucho el porque. Pero si veo una masa de chakra en su interior que antes no estaba.

Ahora con su sharingan más potente era capaz de apreciar estas cosas.

El doctor la examinó y se tensó mientras fruncía su entrecejo preocupado, le caía bien la Nohara, siempre buscando aprender de ellos nuevas técnicas para curar a sus compañeros.

– Tenemos que sellar este chakra. Le han metido un bijuu en su interior y se está desestabilizando, si sigue así saldrá y ella morirá.

Enseguida el equipo de salvamento se movilizó y Obito se apartó para dejarlos trabajar. Confiaba en ellos.

–Por el momento tendrá que aguantar con este sellado de emergencia. Yondaime Hokage ya se ocupará de realizar un buen sellado para que Rin Nohara esté a salvo.

Con todo ya listo y los dos inconscientes cargados por esos ninjas, se dispusieron a volver a la aldea.

–Obito Uchiha, esta cosa donde estás metido…

–¿Cosa? ¡Que falta de respeto! Me llamo Guruguru.– Interrumpió Zetsu espiral.

–Eh, si disculpa… –Reanudó no muy convencido de hacer caso a ese o eso. Pero fue cortado por el azabache está vez.

–Guruguru me está ayudando. Me herí de un brazo y necesito sanar, por eso estoy dentro suyo– Rió avergonzado pues esa explicación no quedaba muy bien con la imagen de héroe que quería dar en esos momentos. Sobretodo ese "dentro suyo" había sonado fatal.– En cuanto pueda, él se irá de nuevo a su casa.

–Entonces, ¿Ha sido él el que ha terminado con esos ninjas y salvado a tus antiguos compañeros?

–¡Si!

–¡No!– Obito se dio cuenta de las palabras de Zetsu espiral– Maldito, como puedes decir eso… ¡Baka!

Y ahí empezó una discusión entre esos dos de nuevo. Hasta que los de Konoha les interrumpieron porque parecían a punto de tirarse de los pelos o lo que fuera en el caso de esa "carcasa".

–Esta bien, no es cierto. Sólo he sido su armadura para que no se dañase. Pero las técnicas eran de Obito.– Reconoció al final. Y es que a Guruguru le gustaba molestar al joven Uchiha, eran tan divertido y expresivo… No como la momia de Madara.

Obito sonrió arrogante y se puso alto, o lo intentó, para darse aires de grandeza.

–Aunque esa nenaza de pelo gris también ha hecho mucha parte del trabajo. No ha peleado nada mal. Tengo que reconocer que es un buen shinobi cuando no está besando el suelo por impresionarse.

–¡Traidor!– Renegó el joven azabache porque tenía que compartir su hazaña con el Hatake.

Y así entre conversaciones, discusiones entre esa cosa de madera y Obito y risas, también entre ellos dos; llegaron a la aldea. Más de uno quedó impresionado de ver vivo al Uchiha y por verlo en esa cosa que hablaba. Realmente parecían una grotesca flor; Obito siendo el capullo y Guruguru abierto, los pétalos… Ya he dicho que de una forma muy grotesca y de mal gusto.

Mientras Rin y Kakashi, aun desmayado, fueron llevados al hospital para ser atendidos. Obito fue conducido a la oficina del Hokage.

–¿Obito?– Minato lo examinaba con ojos muy abiertos y sin poder creerlo, inluso se levantó a tocarle y luego lo abrazó. Zetsu se quejó por ser participe de forma involuntaria en ese brazo emotivo.– Nos dijeron que habías muerto y cuando fui para comprobarlo me fue imposible llegar a ti, la cueva cedió del todo. Aparté piedras, pero… Volvían a caer otras mayores en su lugar.– Le miró con cariño en su mirada.– Me alegro tanto de que estés vivo. ¿Y este es?

Señalando a Guruguru.

Obito le contó que se llamaba Zetsu espiral y que le había ayudado pues se destrozó el brazo al golpear la pared. Que en cuanto sanase la criatura de madera volvería a su lugar.

–¿Y cual es su lugar? Obito, ¿Cómo conseguiste sobrevivir?– Era increíble ver a su alumno ahí delante suyo en bastante buen estado, obviando su falta de ojo y esas cicatrices en su rostro, las acarició con suavidad.

–Un viejito enjuto y algo frío, aunque amable a su manera me salvó…– Comenta con una sonrisa despreocupada.

Guruguru empezó a reír.

– Madara amable… JAJAJAJAJAJAJA.

–¿Madara has dicho?– Se tensó mirando a esa cosa– ¿Madara Uchiha? Tendría que hacer años que está muerto.

–Pues no está muerto. Él encontró a Obito y le curó usando células de Hashirama Senju. Es por eso que éste de aquí– Señalando al joven– Está vivo. Las células del primer Hokage le ayudaron a crear la parte del cuerpo que quedó tan dañada.

El Namikaze miró con asombró al joven y le pidió si podía salir de Zetsu. Eso tenía que verlo por si mismo. Guruguru le dejó salir sin problemas. El chico ya estaba de nuevo sanado, era lo bueno de su "nuevo" cuerpo, la capacidad de sanar.

Y el Hokage palpó ese lado derecho del cuerpo de su alumno. Era increíble. Su piel en ese lado era más pálida, pero había unos músculos fuertes y una piel firme cubriéndolos.

–¿Obito puedes ir al hospital para que te examinen? Luego ya puedes irte con tu clan para ponerte y ponerlos al día y descansar.– Llamó a un anbu de confianza para que acompañaran al joven azabache.– Yo iré a investigar lo que me habéis contado. ¿Guruguru, te llamas? ¿Puedes mostrarme el camino?

Y así fue como Obito volvió a la aldea, tras unas pruebas para asegurarse de que estaba sano y era capaz fue admitido de nuevo en el registro de ninjas, volvió a su clan donde fue recibido con sorpresa y luego alegría (o toda la alegría que eran capaces de demostrar el prototipo de "tipical Uchiha"), superado el estado inicial estupefacto claro. Aunque su abuela había muerto mientras él estuvo "desaparecido"… Ese fue un duro golpe para el joven. Aunque no estuvo solo por mucho tiempo...

Kakashi salió del hospital tras despertar. Les dijo a todos que lo suyo no fue un desmayo, que estaba agotado y se golpeo en la cabeza. Luego se fue del centro como si las cosas no fueran con él. Sin mirar a nadie, porque hacía ver que no existían para él y manos en los bolsillos, la realidad es que estaba algo avergonzado por haber reaccionado así por ver a Obito vivo. Esa misma noche fue a visitar al azabache y aunque se hizo el duro, los dos sabían que estaba feliz de que estuviera vivo. También sabía que no quería perder más el tiempo respecto a sus sentimientos, porque en cualquier momento podía ocurrir una catástrofe. Es sólo que no sabía como proceder… Era Kakashi Hatake, tenía que trazar un plan infalible para que el Uchiha cayera rendido a sus pies.

A Rin se le aplicó un sello del clan Uzumaki permitiendo que viviera en paz en la aldea, sin temor a dañar a alguien si el Sanbi (el bijuu que le habían encerrado en su interior) se quería poner rebelde. Después de esas medidas de seguridad y de que le juraran que no dañaría a nadie, Rin fue a su hogar con su familia. No quiso ser una kunoichi en activo, prefirió aprender ninjutsu médico.

Minato y un pequeño contingente de anbus fue a investigar si esa momia de esa oscura cueva era Madara Uchiha… Si lo era. El viejo decrepito maldijo su suerte por ser descubierto e interrogado. No dijo nada, prefirió desconectarse de Gedou Mazo y morir, pues él nunca iba a permitir que esos seres inferiores le capturaran, y la verdad es que no estaba para pelear a su edad… No vaya a ser que se le fuera a descoyuntar la cadera teniendo una reputación que mantener. Y extrañamente, en el momento que se desconectó de Gedou Mazo y, esa estatua o lo que fuera, fue sellada los Zetsu que había creado se convirtieron en árbol. Ahí todo había terminado sin mayores problemas.

Cabe decir que Minato Namikaze, como forma de respeto, enterró a Madara con todos los honores al lado de su hermano Izuna, en el antiguo asentamiento Uchiha. De todos era conocido lo que ese hombre había llegado a querer a su hermano. Eso si, selló sus ojos dejándolos inservibles, antes de enterrarlo para que nadie fuera a usarlos.

Otra de las cosas que sucedió es que Kushina Uzumaki y el Yondaime fueron los felices padres de un bebé rubio muy adorable según dos de sus alumnos, un poco llorón y escandaloso según el tercero de sus alumnos. Es fácil imaginar quien pensó cada cosa… Los tres coincidieron en que esa cosa pequeña era un gran productor de caca.

Fueron pasando los meses para nuestro ex equipo. A Rin, como favor a Minato Namikaze, se la envió con Tsunade Senju y su otra alumna, Shizune. La joven quería sanar a las personas, ayudarlas y no pelear para herirlas. Antes de irse, habían estado hablando con Obito y le había dejado en claro al azabache que no sentía por él nada más que amistad. También había dejado de lado el enamoramiento infantil hacía Kakashi, realmente lo que había tenido hacía el peligris era una gran admiración y se había dejado deslumbrar por su "encanto"; según Obito falta de él, aunque Rin le golpeó al oírle y se rió, para luego añadirle:

–Eso dímelo de aquí un tiempo...– Le había guiñado un ojo de manera enigmática.

Levantó una ceja sin entenderla, y ella se rió con suavidad de su expresión. Luego le había añadido que ella no era la adecuada para él, que abriera los ojos y se daría cuenta. Y aunque el Uchiha no le había entendido si que parecía que ese amor que le tenía de más jóvenes ya no era tal cosa, eso le alegro a la castaña.

También se despidió de Kakashi y le deseó que fuera feliz, pero que no tardara mucho en buscar esa felicidad pues era un poco despistado y algo lento captando ciertas cosas. El Hatake había resoplado y le había deseado buen viaje.

Esa tarde Rin Nohara partió con Tsunade Senju y Shizune, con algunas pertenencias y una gran sonrisa de felicidad en su rostro.

Kakashi se quedó al lado del Obito viendo como caían lágrimas de su único ojo.

–¿También vas a decir que te ha entrado algo en el ojo?

–No tengo porque esconderme. Y si quieres puedes burlarte de mi, Bakakashi.– Le encaró con el labio inferior adelantado en una mueca terca y retadora. Como se burlara de él le atizaría... Ya no era el mismo débil de antes.

–No me estoy burlando, Obi-ton-to.– Y le miró con burla. Oh, si que lo estaba haciendo...

Obito reaccionó tal como era él, alguien que se dejaba dominar por las emociones, muy expresivo… Tal como le gustaba. Le señaló ofendido.

–¡Si que te burlas! ¡Maldito!

–Es fácil burlarme de un tonto como tu.–Siguió apretando para enfadar al azabache.

–Te voy a machacar, te vas a comer tus palabras…

–¿Tu y cuántos más?– Se cruzó de brazos y le miró desdeñoso.

Y Obito como siempre cayendo en sus provocaciones y es que el chico era de mecha corta. Y ya lo tuvo plantado cara a cara mientras le agarraba de la pechera de su camiseta y se acercaba a su rostro mientras gruñía.

"Justo donde te quería"

Y es que Kakashi había visto que Obito era muy torpe, era terriblemente despistado y con insinuaciones no estaba dando resultado su plan. El muy idiota del Uchiha ni enterado estaba de que se le estaba declarando cada día casi, y ahí entendió que estaba siendo muy sutil con ese cabeza hueca. Tendría que emplear una técnica más directa. Así que cuando el Uchiha le agarró, él le devolvió el agarre y, bajándose la máscara… Le besó.

Un beso fue depositado en los labios del azabache. Un beso del cual no dejó que se apartara al sujetarlo con firmeza. Fuera del momento de sorpresa inicial, Obito se terminó dejando llevar. Le mordisqueó el labio y el Uchiha abrió la boca permitiéndole paso a su lengua y profundizar el beso.

"Crack"

El Uchiha le separó al oír esa rama quebrarse y le miró con ojos muy abiertos antes de tocarse los labios y…

–Obi…– Desapareció. Si, Obito desapareció en un torbellino dejándolo asombrado de que fuera capaz de hacer una técnica así.– ¡Mierda!

Se subió la máscara y se giró hacía el causante de que se hubiera roto la magia del instante.

–Lo siento rival… Te estaba buscando para proponerte un reto.– Estaba realmente arrepentido.– La pasión estaba floreciendo entre vosotros como una bella tormenta de primavera y yo… Daré veinte vueltas por la aldea sobre mis manos como castigo por haber estropeado tu magnifica confesión de amor. Y sino lo consigo haré doscientas flexiones con los pulgares y…

Pero Kakashi sólo negó y se dio la vuelta metiendo las manos en los bolsillos. Obito había huido de él… Esa suponía que había sido su respuesta.

–Déjalo Gai… No tiene importancia. No podía ser…–Habló desanimado yéndose hacia su hogar. Cenaría, se pondría a leer el libro ese que le regaló Jiraiya y… Iría a dormir. Pensó deprimido.

Maito Gai se quedó ahí haciendo sus autoimpuestos ejercicios por haberle arruinado la cita o lo que fuera lo que estaba compartiendo con Obito (a su vista parecía un beso bien apasionado), a su gran rival Kakashi.

Kakashi llegó a casa, aunque no lo suficientemente rápido como para no mojarse con la gran tormenta que empezó a caer por Konoha. Suspiró y siguió cabizbajo hacia su hogar. El tiempo parecía hacerle compañía a su estado de ánimo. Entró en su casa y se quitó los zapatos… No tenía ánimo ni para darse una ducha caliente, pero sabía que sino lo hacía podría enfermar. Entró al baño y tras una ducha rápida y un cambio de ropa fue a la cocina a calentar agua para un té. Mientras el agua se calentaba se tocó los labios… Aun le parecía sentir el tacto de los cálidos y suaves labios del azabache.

–¿Por qué nada me sale bien?– Musitó sacando la tetera del fuego. Por mucho que quisiera ser feliz, este sentimiento parecía que se le escapaba de las manos.

"Toc Toc Toc"

Alguien llamaba a la puerta. Por unos segundos pensó en ignorarlo… Pero ese alguien era malditamente insistente pues siguió llamando sin detenerse.

Y al abrir…

–Obito…– No podía creerlo. Se mordió el labio debajo de la máscara para saber que no estaba soñando. El dolor que sintió le decía que estaba bien despierto.

El Uchiha estaba empapado delante de su puerta. Tiritando y sus dientes castañeaban con mucha fuerza. Se abrazaba a si mismo buscando su propio calor que se le escapaba. Kakashi reaccionó al verle en ese estado.

–¡Estás tonto! ¿Es que acaso querías enfermarte? Sabes lo preocupado que estaría si te pusieras malo.

Le abroncaba mientras tiraba de él hacía el baño. Una vez allí y viendo que el Uchiha no podía ni atinar a moverse, le desnudó intentando no mirarle mucho y con la cara súper roja. Luego le hizo entrar en la bañera de agua caliente que había llenado para si mismo.

–Por kami-sama Obito… Me haces preocupar.– Mientras le tiraba agua caliente por la cabeza.

–Lo… siento– Su cuerpo cada vez entrando más en calor y dejando de castañearle los dientes y temblar.– No quería preocuparte, Kakashi.

Obito había desviado la mirada también rojo de vergüenza. Y para el Hatake no pasó desapercibido como esa vez no le había insultado y ese tono suave que había empleado para hablar. Le acarició la cabeza, perdiendo sus dedos entre esas hebras tan oscuras. Obito llevaba ahora el pelo algo más largo que antes… Le gustaba. Que narices, le gustaba de cualquier forma.

Obito le devolvió la mirada por fin y lentamente estiró el brazo hacia su mascara lo dejó ahí como pidiendo permiso y él se lo dio acercando su rostro un poco más. Poco a poco fue retirándole la tela de la cara, analizándole con su oscura mirada de un solo ojo. Se quedaron sus miradas trabadas y poco a poco ambos acercaron su rostro para volver a unir sus labios.

Esa fue la primera vez que hicieron el amor. Una noche de tormenta fría y recia. Una noche donde se abrazaron con fuerza debajo de las mantas, donde se besaron, donde se tocaron, donde descubrieron los puntos que a su compañero le provocaba más placer, una noche donde se declararon dulces palabras de cariño llenas de ternura y pasión… Una noche donde Obito Uchiha le demostró todo el fuego que era capaz de tener en su interior, una noche donde se entregó al azabache. Ese fue el inicio de su historia de amor y de pareja. Desde ese día nunca más volvió a dormir solo, ni a vivir en soledad… Ninguno de los dos lo hizo.