Y OBITONTO COMIÓ DE ESA FRUTA... 4

4- A mi me daban dos...

–¿OBITO ESTA EMBARAZADO? ¡Pero si es hombre!

Ese grito la asustó, pero al menos significaba que el Hatake lo había "asimilado" y había vuelto al mundo de la consciencia, por fin. Cerró el libro que estaba leyendo mientras los había estado esperando. Y lo que vio le hizo caer una gota por la sien. El peligris estaba palpando al Uchiha... Por dentro de los pantalones.

–Si, es hombre, tiene polla. –Afirmó, para luego pasar a tocar sus pectorales –Y aquí no hay pechos.

–Claro que es hombre, Kakashi...– Dioses si se lo había follado como para ahora dudar del sexo de su pareja.– No se como narices ha sucedido pero todo y ser un hombre, como tu, ahora tiene un útero que está gestando bebés.

–¡¿BEBÉS?! ¿En plural?

–Si, ¡Pero no te vuelvas a desmayar!– Le dijo al verle que volvía a quedarse algo trastornado.– Son dos puntitos los que he detectado con mi chakra.

–Dos... Dos bebés... Un hombre embarazado... –Una idea empezando a aflorar en su mente, ahora que la kunoichi le había detenido de ese nuevo "yuyu" que le iba a dar tras esa noticia. Su cerebro parecía volver a funcionar correctamente.– Dos bebés y se comió dos frutas... ¿De cuanto está?

–De unas 7-8 semanas.– Hizo cálculos según su apreciación y su basta experiencia en el tema.– Inicio del 3r mes. Está aun en el 1r trimestre de embarazo, pero ya no se les considera embriones sino fetos.

Le vio parpadear perdido y empezar a balbucear. ¡Hombres!... Suspiró. Mira que le había dicho que no flipara de nuevo. Ahora le tocaría esperar otras dos o tres horas... O quizás el Uchiha despertaría por fin. Escuchó un ronquido del azabache... No, no despertaría aun. Obito había pasado del desmayo a echarse una buena siesta, ahí mismo donde había caído, en el suelo.

–Entonces eso es lo que tuvo que pasar... Estoy seguro que fue por eso, porque ocurrió hará casi unos 3 meses. Específicamente el 10 de setiembre.
Asombrada de la capacidad analítica del hombre, que había confundido con estupor. Le instó a seguir.

Hatake Kakashi le había contado sobre lo ocurrido cuando volvían de cumplir la misión, intuyendo que omitió ciertos detalles, sobretodo en lo referente a la nochecita que pasaron con su pareja. Sino el pelinegro no estaría en ese estado... Un estado que un hombre no tendría que sufrir, por lógica anatómica.

Tal como terminó el Hatake el relato, llamó a un equipo y les dio la misión de recoger pruebas del asombroso árbol, advirtiéndoles que si por casualidad aun quedaban frutos se los llevaran, pero no se atrevieran a comerlos. Estaban en diciembre y los frutales ya no tenían ni frutos, ni hojas, aunque al ser un árbol con esas propiedades, que no eran nada corrientes, no sabían si esa magia también le haría ser asombroso en otras cosas, como que aun tuviera frutos. El equipo partió de inmediato en misión urgente.

–Me resulta imposible de creer–Viendo el ceño de la mujer –No se ofenda Tsunade-san, es que es tan... Irreal. Un fruto ha causado que mi pareja entrara en una especie de frenesí sexual y ahora... Tiene útero, está preñado y de dos bebés. No... No puedo asimilarlo.

Se levantó y agarrando al dormido como un tronco Uchiha, le cargó hasta una camilla.

– Déjame mostrártelo.

Sus manos brillaron en verde y las puso encima del estómago fuerte y musculado del Uchiha. El hombre estaba muy trabajado se había de reconocer. Pronto sintió esas nuevas vidas latiendo en el interior del futuro padre... ¿O tendría que ser la madre? Estaba confusa la verdad, eso rompía todas las leyes lógicas habidas y por haber que regían su mundo; el suyo y el de todos... Un hombre, un macho, alguien del sexo masculino, alguien con pene y testículos, tenía un jodido embarazo de gemelos. Un útero funcional estaba allí... Un útero que antes el Uchiha no tenía, porque tenía su historial médico y eso no estaba allí antes. Y todo, (según Hatake Kakashi) ¿Era culpa de comer unas malditas frutas? Y según lo que le había dado a entender el peligris... Obito había comido dos frutas... ¡DOS! ¡Y ahora cargaba DOS bebés! ¿Qué significaba eso? ¿A mayor número de frutas, mayor número de críos? ¿Si se hubiera comido una fruta estaría preñado de un feto? ¿Y si se hubiera comido cinco? Tsk... Deseaba tener ya esas frutas para empezar a estudiar sus propiedades. Tenía tantas preguntas...

–¿Tsunade?– Estaba que no se lo creía, habían creado vida con su pareja, le miró... Una gota recorrió su sien al verle dormir con un poquito de baba cayendo de su boca. Y el muy idiota se lo iba a perder...

–Ah, si perdón.– Seguía con las manos encima de los marcados abdominales de Uchiha Obito, se concentró.

Esa técnica se basaba en hacer un especie de escaneado que quedaba registrado en su memoria de chakra, luego lo reproducía.

Levantó las palmas y esta vez las junto para luego separarlas, dejando un espacio de unos 25 cm entre ellas, volvieron a brillar en verde y mostraron las dos formas. Primero al tamaño real que poseían en ese momento (apenas entr centímetros) para agrandarlas un poco más, mostrando que poseían ya forma humanoide. Sonrió enternecida, algo que le ocurría siempre cuando trataba a mujeres en estado y notaba la vida creciendo en sus vientres. Era algo mágico para ella, algo emotivo, lleno de una fragilidad y, a la vez, fuerza que la abrumaba. Miró a Kakashi y observó como su ojo oscuro no perdía detalle, este parecía brillar más que nunca. Enseguida le vio llevar la mano hacia el protector en su frente y destapar el sharingan, con el que detalló cada minúscula característica de los dos fetos.
Kakashi observó alucinado y maravillado, para que iba a negarlo, lo que estaba contemplando.

–Estos son...– La kunoichi asintió.

–Así que era cierto...– Musitó Obito que había abierto su ojo y miraba ese espacio brillando en verde entre las manos de la rubia. Tragó saliva y sus cejas se fruncieron un poco, creando una arruga entre ellas. Estaba viendo esos puntos con forma humana entre las manos de la kunoichi.

–Obito...– Musitó Kakashi acariciando su cabeza.– Yo... Pienso que fueron esas frutas las que han causado esto.

No sabía como se lo tomaría el Uchiha. Parecía algo apesadumbrado, quizás molesto.

–¿Por qué hay dos puntos?– Preguntó el Uchiha que seguía mirando con las cejas algo fruncidas esas imágenes.

–Porque tienes dos vidas formándose en tu interior, muchacho.– No parecía que el azabache se estuviera tomando muy bien la noticia. No deseaba que le pidiera que se los quitara... Era un descubrimiento médico demasiado impactante, era un milagro o magia o... Pero era algo increíble.

–Es... Sobrecogedor. Estos son nuestros hijos... Son...–"Perfectos".

–Es aterrador...– Musitó el Uchiha. Él se sentía un fenómeno por estar embarazado siendo hombre.

–No digas eso Obito.– Miró con una sonrisa a su pareja, buscando transmitirle la misma felicidad y paz que sentía él ahora mismo.

Kakashi que no había pensado en tener hijos nunca, y al empezar a salir con Obito aun menos pensó en esa posibilidad, ambos hombres con trabajos peligrosos... Para nada iban a tener nunca hijos. Ahora veía que estaban ahí delante, que los veía con sus propios ojos, que veía moverse esas diminutas piernecitas como si quisieran patear un enemigo imaginario, que les veía llevarse esas manitas a la cara en clara señal de querer cubrirse o chuparse un dedito... Ahora su corazón latía con una emoción que no sabía que poseyera. Esos eran sus pequeños, suyos y de Obito. Ellos dos habían creado a dos criaturitas... No había emociones para describir todo lo que sentía ahora mismo.

–No los conozco y...

–¿Y ya les amas con locura? –Vio al peliblanco asentir –Es algo natural sentir eso. Vas a ser padre de unos pequeños que has creado con tu persona amada.

Asintió con una sonrisa bajo su máscara y miró a su pareja, alargó la mano y acarició su mejilla.

–¿Por qué yo no me siento así entonces?– Veía la ilusión en la cara de Kakashi y escuchaba la dicha en su voz, pero él... Él no se sentía para nada así.

–Asimilar dicha noticia ha sido un shock, Obito. Que alguien venga y te diga que pese a ser hombre estás gestando es... No me puedo imaginar como te sientes, pero creo que sois afortunados. Hay muchos que les gustaría estar en tu lugar, parejas de hombres que si quieren tener un niño tienen que adoptar y no les dejan hacerlo.

–Yo, supongo...– No quería estropear las ilusiones de su pareja, pero...– ¿Tengo que tenerlos o puedo escoger no hacerlo?

Kakashi abrió la boca y se tensó. ¿Cómo Obito podía pensar en eso? Le miró apesadumbrado de que dijera tal cosa.

–¡Obito!– Le reclamó sin creerse que Obito dijera tal cosa.

–¿Qué, Kakashi? Para ti parece fácil, pero... Yo... ¡Joder!– Viendo la decepción y el dolor en la mirada de su pareja decidió levantarse y marcharse. Mientras se recolocaba la ropa bien exigió una respuesta a la médico.– Responda, Tsunade-sama.

–Si, puedes decidir no tenerlos y te inyectaremos algo para que los abortes... Es tu decisión.

–Gracias.– Y se marchó para no seguir viendo la cara dolida de su pareja.

–¿Cómo se atreve a decir eso? De entre todos los que conozco, nunca me hubiera imaginado que mi pareja, que Obito, diría tales palabras. Yo... Yo creía que sería el más emocionado por esto.

–¿Seguro? Tu has tenido que asimilar que vas a ser padre y que tu compañero, hombre, va a ser la madre. Él tiene que aceptar que su cuerpo sufrirá cambios como los de una mujer al estar preñado... Que tendrá que dejar el trabajo para evitar riesgos para él mismo y para esos niños, que tendrá que tener una dieta especial sin poder comer lo que le gusta, que sufrirá malestares y dolores, que su cuerpo irá cambiando y... Realmente no sabemos como. Él no es mujer donde conocemos cada fase. También, que le verán sufriendo esos cambios y le miraran por ser un hombre embarazado, un fenómeno que nadie a contemplado nunca... Que le haremos una cesárea para sacar esos niños de su interior cuando sea el momento. Que esos niños tendrán dos padres y que uno de esos padres es quien les ha dado vida, cuando todos los demás niños tendrán madre y padre. También puede no sentirse preparado... Quizás siente que no será buen padre, quizás se siente inseguro o tiene miedo.

Y el Hatake no pudo evitar pensar que el Uchiha se había llevado la peor parte del proceso, sobretodo con su carácter y forma de ser. ¿Cómo no había pensado en todas esas cosas por las que pasaría el Uchiha? En como se podía estar sintiendo...

Tsunade vio cuando Kakashi por fin empezó a tener en cuenta todas esas circunstancias. El peligris era muy analítico y astuto, pero imaginaba que la emoción del momento no le había hecho valorar todas les vertientes del asunto y de los implicados, el joven sólo había aceptado su emoción por ver a los fetos, pero no había tenido en cuenta a de su compañero.

–Se va a poner insoportable...– Intento quitarle hierro al asunto.– A ver como consigo convencerle para que se tome las cosas con calma...

"Y para que no quiera abortarlos", pensó para si.

Tsunade estuvo de acuerdo, sabía que Kakashi había comprendido y eso había sido dicho para quitarse tensión. Sabía que Uchiha Obito era alguien impulsivo, activo, algo bravucón... Aunque de muy buen corazón, con lo cual no temía por los bebés, no temía porque realmente fuera a querer deshacerse de ellos, ni tampoco haría nada por dañarlos y que seguro que los amaría mucho... Ahora solo estaba en fase de negación y no aceptación; también tenía claro que por su forma de ser pondría las cosas difíciles al pobre peligris que era alguien más calmado.

–Vale... Lo reconozco, te ha tocado la peor parte. Este impulsivo no te dejara las cosas fáciles. – Le siguió el humor para que no se preocupara.

–Gracias, Tsunade-sama. –Suspiró al pensar en lo que le esperaba. Por mucho que ahora sintiera esa emoción y cariño hacía esos fetos que crecían en su pareja, no era tan crédulo como para no saber que toda esa situación seria estresante, y no sólo por como estaba Obito. Esos bebés y el embarazo, si conseguía convencer al azabache, traería problemas a su ya complicada vida, con lo que disfrutaba la calma y tranquilidad. Aunque eso se había terminado bastante al salir con el hiperactivo y ruidoso Uchiha.

–Gracias Tsunade-sama.– Se levantó para irse, tenía un terco para convencer.

–¡Kakashi! Nada de sexo salvaje y bruto. Sed cuidadosos, pueden tener sexo pero no sean muy rudos.

–Uy... Esto a Obito no le va a gustar de escuchar...– Ahora si que se tendría que esforzar por convencer a su pareja.

–Bueno Kakashi, pues tendrá que ser así al menos unas semanas más. Tendrás que ser cuidadoso cuando le hagas el amor. No es que haya riesgo, pero puede estar sensible ahí dentro y sentirlo todo muy fuerte... Es raro que no te haya comentado nada de eso... –Quizás entre las misiones, que ese loco podría haberlos perdido en un mal golpe o caída, no habían tenido mucho tiempo de intimar.

Kakashi soltó un bufido de humor y negó divertido. Y ahí Tsunade lo entendió. Hatake Kakashi era el pasivo...

–Solo al tomarse los frutos actuó... –Recordó el relato del peligris. –¿Hasta ese momento habías sido tu el pasivo en la relación?

Kakashi levantó los hombros mientras asentía.

–Me gusta dejarle hacer y Obito es muy dominante y juguetón. –Obito era un grandioso amante y él disfrutaba de dejarse hacer en los juegos del Uchiha. Lo encontraba morboso y fascinante.

– Pues entonces no existe ningún riesgo... Podéis seguir como hasta ahora.– Esa información la encontraba muy morbosa, juntó las piernas al sentir ese calorcito recorrerla, aunque disimuló... Ante todo era una profesional... Que necesitaba ir al baño unos minutos...

...

Antes de ir a casa, Kakashi pasó por el mercado para comprar la comida que le había recomendado la mujer. También llegaron a un acuerdo sobre los dulces... Para contentar a Obito darle alguno de vez en cuando no le sentaría mal. Las misiones anbu y los entrenamientos extremos con esas peleas que tanto les gustaba hacer, seguían prohibidas.

Llegó a su hogar con todo lo comprado, los alimentos, las vitaminas esenciales, el diario para que apuntaran cualquier indicio pues era un embarazo tan atípico que la médico quería llevar un registro exacto.

–¡Obito! ¡Ya estoy en casa!

Pero nadie le respondió. Decidió guardar la comida comprada y darse un baño. Al terminar no había vuelto. Le preocupaba, pero a la vez sabía que su pareja necesitaba espacio para asimilar todo eso y, Obito seguía siendo Obito, era fuerte y sabía que nada le ocurriría, si hasta ahora había estado peleando con esa fuerza y poder que le caracterizaba sin problemas.

Se puso a leer su novela favorita para mantener una apariencia de calma, pues realmente se sentía inquieto. Iba a ser padre... Algo que nunca había imaginado y su amado, era la "madre". Sería de chiste y lo tomaría como un intento de engaño, sino les estuviera pasando a ellos.

–Bobito, ¿Dónde estás?– Su pierna derecha se movió inquieta golpeando el suelo, era lo único que le delataba como ansioso.

Cuando ya había anochecido y su pareja aun no llegaba, no aguantó más. Hacía horas que había hecho la cena y ahí estaba servida y enfriándose. Fue hacía la puerta y se empezó a calzar las sandalias. Y antes de agarrar el pomo para abrirla esta se abrió de improvisto y vio a Obito que le rehuía la mirada. Entró sin decirle nada y cerró, se descalzó y pasó por su lado cabizbajo.

–Obito...– Le llamó con suavidad.

–Me voy a dar una ducha y a dormir.

–Esta la cena, he preparado tu comida favorita.

–No tengo hambre.

Intentó agarrarle del brazo, no era bueno que se saltara comidas y ya se había saltado la del mediodía. Pero Obito simplemente usó su técnica para poder continuar su camino sin ser retenido. Y se encerró en el baño.

–Maldito terco Uchiha.– Él también era el afectado en eso. También necesitaba del otro y quería ser su soporte a la vez. Estaban juntos en eso, joder.

Fue a comer su parte, aunque estaba desganado y a las dos cucharadas lo dejó y mejor guardó las sobras en la nevera... Mañana sería otro día. Lavó los platos y ordenó la cocina antes de subir al cuarto que compartían. Obito ya estaba allí, dándole la espalda, tumbado en posición fetal.

Se quitó la ropa y se puso unos pantalones anchos de pijama y se tumbó en su lado de cama, miró a su pareja e intentó decirle algo, cualquier cosa. Desistió y solo suspiró y se tumbó dándole la espalda al pelinegro. Unos suaves sonidos por parte de su pareja le hicieron dar la vuelta, Obito estaba sorbiendo con suavidad, maldito cabezota que intentaba hacerse el fuerte… Se acurrucó contra él y le abrazó.

–Obito, si tanto te afecta esto del embarazo... Podemos concertar un aborto mañana mismo.– Le dolió decir eso, pero antes estaba la felicidad de su pareja. Si para Obito era tan malo estar embarazado y tenerlos, entonces prefería que... Que se deshiciera de esos dos pequeños que crecían en su vientre.– Ahora mismo vamos si no quieres tener que esperar a mañana.

Y Obito se giró para estar cara a cara y le abrazó con fuerza. Y así se quedaron por largos minutos, sin decir nada, solo abrazados compartiendo el amor que se tenían, consolándose como ambos habían necesitado tras tan asombrosa noticia.

–Si que me afecta... Es abrumador, Bakakashi, demasiado abrumador diría yo. Un hombre que tendrá bebés. Nuestros bebés.– El silencio volvió, pero Kakashi no iba a interrumpirle.– Muchas cosas van a cambiar y voy a tenerme que adaptar a ellas y aceptarlas y eso me aterra, porque no las entiendo y porque son novedosas.

Era hombre, ¿Su cuerpo estaría preparado para todo ese proceso? ¿Cómo le afectaría? ¿Estaría igual que las mujeres que gestaban?

–Tendré que aceptar e interiorizar esos cambios. Abandonar, por un buen tiempo actividades que adoro; me gusta hacer equipo contigo, ya se que pocas veces nos ponen juntos de misión, pero entrenar contigo me encanta y...

–Lo se y lo entiendo. Tendremos que cambiar nuestra forma de vida, no solo durante el embarazo sino cuando nazcan... ¿Estaremos preparados para ser padres? ¿Seremos buenos padres?– Pobres bebés... Obito era, Obito. Y él, él era despreocupado y algo flojo en según que momentos.– Y si, si decides seguir adelante durante unos meses no podrás ejercer de anbu... Pero en cuanto nazcan y te recuperes puedes volver a tus funciones.

Si hacía falta y Obito deseaba volver al trabajo en cuanto los pequeños nacieran, él estaba dispuesto a quedarse para cuidarlos en esos primeros meses que fueran recién nacidos y les necesitaran más. Luego ya los llevarían a guardería o contratarían a una niñera.

– La verdadera cuestión es ¿Qué deseas hacer Obito?– El Uchiha le miró. Le dio un beso.– Es tu decisión.

Miró al peligris, sabía que Kakashi le hacía ilusión los pequeños, él también estaba ilusionado... Es solo que también se había sentido superado y necesitaba asimilarlo bien. Esas horas fuera de casa, en solitario, había estado pensando y tocado su plano vientre con cariño, al estar en un lugar tranquilo y apartado, pudo pensar con tranquilidad y aceptar esa situación. Tendrían pequeños con su amado espantapájaros, algo que nunca imaginó. Si hasta había pensado en sus nombres y todo, y eso que el embarazo era reciente y aun podían salir mal las cosas... Sobretodo porque era hombre y su cuerpo, en teoría, no estaba preparado para afrontar ese estrés.

Si eran niñas, quería que se llamaran Rin, como su mejor amiga y Kaoru; si eran niños, Sakumo, como el padre de Kakashi al que consideraba un héroe al que admiraba, y Taishi, un personaje de un cuento que le leía su abuela.

–Vamos a afrontar esto juntos. Tendremos a estos bebés.– Una sonrisa adornando su rostro. Volvieron a besarse con el Hatake.– Pero que sepas que si yo sufro... Tu también lo harás. Me voy a encargar de ello.

Y rió de forma maquiavélica haciendo que al pobre peligris se le cayera una gotita por la sien y tuviera ganas de retroceder en el tiempo y castrarse antes de que sucediera todo eso.

"Que kami-sama me proteja.". Mientras veía la mirada traviesa y, a la vez, maliciosa de su pareja. "¿Dónde me he metido?". Tragó saliva con cierta dificultad.