Y Obitonto comió de esa fruta… 5
El desenlace…
Y ahí empezó su periplo, esa aventura que compartieron y disfrutaron y sufrieron mucho…
Obito paso por todas las etapas que sufrían las mujeres pero aumentadas las sensaciones, no sabían si era por culpa de llevar dos bebés o que el cuerpo de un hombre era menos resistente al dolor… si, así como suena.
Cuando Tsunade les dijo que el umbral del dolor de una mujer solía ser más alto y tenían mayor capacidad de sufrir, Obito se sintió ofendido. Era un golpe a su orgullo Uchiha y de hombretón fuerte. Y durante unos días intento resistir sin emitir ni un sonido de queja, pero le terminó resultando imposible. Así que si, Obito Uchiha sufrió malestares, vomitos, dolores de espalda, incontinencia a veces, estreñimiento, dolor de tobillos y pies, antojos extraños donde mezclaba comidas y que Kakashi no podía mirar porque le daba mucho asco ver esas mezclas… Y si, sufrió de un deseo insaciable… Multiplicado por 10 (eso según Kakashi que era quien lo sufría).
Y eso sin olvidar que como se aburría al no poder hacer misiones y ser una persona muy activa, había vuelto a sus hábitos de bromista y travieso. Y todos eran las dianas de sus bromas, por suerte para Kakashi, pues así se libraba de ser el único que las sufría. Y encima no podía enfadarse con él porque su pelinegro también sufrió de tener las emociones a flor de piel. Y si le decía algo que no fuera dicho con voz tranquila y suave… Ya se enfadaba o se ponía a llorar o montaba una rabieta en toda regla.
–Son las hormonas Kakashi… Un hombre no está acostumbrado a esa revolución hormonal que ocurre durante un embarazo. Ya a las mujeres les cuesta controlarse y eso que ya de por si tenemos que tolerar más variación hormonal según nuestros ciclos. El pobre está hecho un lío… Tienes que tener paciencia.– Le explicaba Tsunade las posibles dudas que le fuera a consultar y cuando iba a liberar tensiones con ella. A veces le costaba comprender porque su Obito hacía alguna cosa… Y cuando digo a veces, era siempre desde que se enteró de todo eso del embarazo y a medida que iban pasando los meses.– Él mismo debe estar hecho un lío y no debe comprender porque dice o hace ciertas cosas. Créeme es algo que le sale de dentro y no puede controlarse.
Y así estaba Kakashi, estresado. Primero porque él era amante de la calma y la tranquilidad, adoraba tumbarse a leer en sus días libres a la sombra de los árboles o estar con Obito metiéndose uno con el otro, entrenando o haciendo el amor… Vale, esas actividades no eran muy tranquilas, pero a él le proporcionaban paz y le hacían sentir feliz y amado. Y ahora en cambio ver a Obito tan mal, algunas veces, con esos cambios y esos achaques le ponían ansioso, le preocupaban y le estresaban mucho. A veces le decía algo al Uchiha para meterse con él, como en los viejos tiempos, esperando que el pelinegro le devolviera la pulla y en cambio su pareja se ponía a llorar desconsolado o estallaba en un verdadero enfado. Por lo tanto si, le preocupaba. Y aun se preocupaba más cuando le veía quejarse de que le dolía la espalda o los pies o la cadera o todo el maldito cuerpo. O de que le dolía la tripa porque le costaba defecar o cuando cada dos por tres tenía que miccionar, eso preocupaba al pobre Uchiha y claro, él igual se sentía mal por su pareja.
Otro problema con el que tuvo que lidiar el espantapájaros fue la terquedad de su pareja… Pues el muy cabezota quería seguir haciendo misiones. Una pequeña rabieta que tuvo después de que Tsunade les dijera que los hombres soportaban menos dolor que las mujeres. Como ya se ha dicho, Obito se sintió ofendido por esas palabras. Le había parecido que Tsunade insultaba su fuerza y su "hombría", aunque estando preñado era algo divertido hablar de "masculinidad". Así que, además de intentar guardarse para si los quejidos por el dolor y por las molestias, también quiso volver a hacer misiones… Él era Uchiha Obito y era un poderoso shinobi duro de pelar y como tal podía hacer misiones incluso estando en ese "anormal" estado. Menuda disputa tuvieron ese día… Y menuda rabieta pilló su azabache, luego pasó por el llanto desconsolado para seguidamente volver a gritarle mientras empaquetaba su material de anbu. Kakashi tuvo que usar todo su ingenio y astucia para quitarle esa idea de la cabeza; luego de comprobar que con los gritos y esa pelea no iba a conseguir nada más que el que su terca pareja continuara con su alocada idea. Al final lo consiguió, había ganado esa batalla.
Los antojos era otra cosa que le resultaba curioso y asqueroso… Primero porque a veces tenía que salir a cumplírselos, porque sino el Uchiha empleaba el kamui para ir él mismo a buscar lo que deseaba… Y eso era peligroso en su estado. Así que además de hacer misiones anbu, tenía que salir en plena noche a comprar cosas para su pareja en estado. ¡Que falta de sueño llevaba encima! Y segundo, porque las mezclas de sabores y texturas que hacía su pareja era realmente repugnantes. Aunque según Tsunade eso también era normal en un embarazo, así que no tenía de que preocuparse, que mientras fueran cosas comestibles, Obito podía comerlas sin problema.
Por suerte nadie hizo comentarios el ver como al Uchiha le empezaba a crecer una barriga… Sobretodo porque el primero que le hizo una broma cuando se le empezó a notar, le tuvieron que llevar al hospital pues un hormonal, y muy iracundo, azabache le rompió la crisma por atreverse a hacer un comentario sobre su aspecto. Esa "anécdota" corrió como la pólvora y nadie más se atrevió a decir ni "pío".
Y lo que terminó de matar al pobre Hatake, no literalmente claro y, no porque no disfrutara de ESO… Pero ese es otro punto. Como iba diciendo, lo que terminó de dejar KO al pobre peligris fue el deseo sexual inagotable de un hormonal Obito. Cada vez que podía atacaba al pobre Hatake para tener relaciones y para el peligris era imposible escaquearse, el Uchiha parecía sabueso y siempre le hallaba, además que se ponía a llorar o se cabreaba si se intentaba negar. Y Kakashi intentaba de todas las maneras contener al insaciable azabache de otras maneras donde su trasero pudiera tener un descanso; hacerle pajas, orales… Pero eso seguía dejando con ganas de más a su embarazada pareja, y quien pagaba las consecuencias era su pobrecito ano.
Le dolía tanto el trasero que ya ni podía sentarse de forma normal, causando que fuera el hazmerreír de su unidad, aunque eran inteligentes y no se burlaban en su cara.
¡Y no estaba exagerando! Para que os hagáis una idea, una noche Obito le atrapó entre su cuerpo y el colchón y se lo folló toda la noche… 20 veces le penetró, le embistió con cierta dureza y llegaron al orgasmo. Terminó que se le salía el alma por la boca y el azabache aun no había terminado con su cuerpo. Si, lo disfrutó… Pero ni él, ni su culito podían seguirle el vertiginoso ritmo.
–No puedo más… Tengo el ano tan irritado, Obitonto. Tienes que dejarme descansar, un par de días para que sane y me recupere.
–¡No puedo Bakakashi! Estoy en llamas… Además te dije que si yo lo sufría, tu igual.
– Pero es que incluso me sale un poquito de sangre
–¡Bah, eso no es nada!– Mientras le sonreía lujurioso.
Pero Kakashi se tapó el trasero tenazmente y le negó.
–¡Tsk! – Le hizo un puchero frustrado. Realmente sentía el cuerpo en llamas y su pene estaba erecto. Eso de las hormonas le tenía completamente fuera de si.– ¿Y si intercambiamos posiciones para que así tu sensible culo pueda descansar?
No es que al Uchiha le gustara demasiado, pero sino había más remedio… Tampoco estaba tan mal ser el pasivo, pero solo a veces.
Y de esta forma llegaron a un nuevo acuerdo que satisfizo a los dos. Kakashi pudo descansar sus pobres nalgas de la intensidad del Uchiha, y Obito obtuvo el placer para calmar su alborotado cuerpo. Aunque luego el peligris se resintió de su pobre pene...
Y así los meses fueron pasando y, Kakashi estaba cada vez más cansado y agotado, que se le sumaba a que dormía poco por las misiones, por consentir a su pareja y por satisfacerle; y en cambio Obito, seguía teniendo la misma energía de siempre. ¿Es que ni el embarazo de gemelos derrotaría al enérgico Uchiha? El Hatake estaba empezando a sospechar que el azabache le chupaba la energía mediante el sexo… Si, si a lo súcubo. Porque sino no se lo explicaba.
A medio embarazo cayeron en la cuenta de que el pequeño apartamento de Kakashi Hatake donde llevaban viviendo desde que se hicieron pareja casi… Parecería una lata de sardinas cuando llegaran los dos nuevos miembros de la familia. Porque Rin y Sakumo, los nombres le habían parecido perfectos al peligris, merecían tener una habitación para cada uno y en el apartamento de Kakashi no había ni cuarto para medio niño, así que imposible poner dos. Y tomaron la decisión más adecuada de todas… Se trasladaron a vivir a la casa de la infancia de Obito, en el barrio Uchiha. Además de que todo el clan ya estaba enterado de que Obito Uchiha, uno de los suyos y hombre, estaba embarazado de mellizos. Y también se enteraron, gracias a Itachi, que todo había sido culpa de comer los frutos de un árbol.
–Ves porque siempre te decimos que no comas nada que no conozcas su procedencia exacta, Sasuke.– Ya de paso Mikoto aprovecho para aleccionar a su pequeño hijo Sasuke.
–Y menos te dejes dar por detrás, hijo.
–Padre…
–¡Fugaku! No le digas esas cosas… Sasuke es muy pequeño.
–Es igual, mujer. Mejor ser claros ahora y que no le ocurra como al tonto de Obito.– Masculló el patriarca.– Tendría que ser Kakashi el que estuviera preñado. Un Uchiha es un macho y punto.
– ¿Entonces puedo darle las frutas a otro y que él tenga bebés?
–Exacto, hijo. Así me harás sentir orgulloso.
–Pero aun no, Sasuke. Antes tienes que crecer mucho, mucho.– Apoyó Mikoto, pues había visto como su hijo pequeño se juntaba mucho con el hijo de su amiga Kushina.
–El primo Shisui siempre le dice a Itachi que el día que se coma esas frutas no va a detenerse de hacerle hijos.
Itachi enrojeció y tosió atragantándose.
Fugaku hizo una mueca molesta… No le molestaba que sus hijos tuvieran una orientación homosexual, lo que le molestaba es que fueran ellos los que adoptaran el rol pasivo. Con su hijo mayor ya no había solución… Sabía que su Itachi era el que se sometía a Shisui, por suerte el otro Uchiha era realmente fuerte y muy bien considerado, con lo cual no era un mal prospecto de pareja para su hijo mayor. Mejor que no le preguntaran como lo sabía… Aun estaba deseando borrarse esa imagen de su cabeza. Menudo trauma fue pillar a su hijo con Shisui haciéndole todas esas cosas. Pero con Sasuke no pensaba aceptarlo, educaría a su vástago menor para que fuera todo un macho perforador.
–No tomes como mal ejemplo a tu hermano… Tu puedes lograr grandes cosas.– Como ligarse al hijo del Hokage. Eso sería digno de orgullo, estar emparentados mediante sus hijos con el Yondaime.
–Voy a ayudar al primo Obito y al capitán Hatake con la mudanza.– Tantas veces repitió Obito que eran primos que ahora ya lo nombraba de esa forma cuando no estaba en "modo shinobi". Además ayudando a la pareja podrían estar más rato con Shisui pues su novio vivía al lado de la casa de Obito.
….
Y así fue como Uchiha Obito y Hatake Kakashi terminaron siendo vecinos de Shisui Uchiha. Que por cierto aprovechó las ventajas que le supuso eso… Pues realmente los más mayores eran muy apasionados y Shisui, que su cuarto quedaba ventana con ventana con el de la pareja, aprendió un montón de cositas jugosas de los más mayores.
–Realmente Obito es muy juguetón e intrépido en la cama... Todo y esa barriga que cada día se le abulta más.
Pues si, sin quererlo ni beberlo los más mayores se habían convertido en maestros de la parejita Uchiha, formada por Shisui e Itachi. El primero no perdía detalle de lo que veía a través de su ventana para luego ponerlo en practica con el de la coleta… Y vaya si su Itachi disfrutaba de esos nuevos juegos que había aprendido su novio. Su vida sexual había mejorado muchísimo más desde que Shisui tuvo nuevos vecinos. No, no es que su vida sexual fuera mala. Es solo que los dos eran demasiado vergonzosos como para ir a una librería y adquirir manuales sexuales para poner en practica nuevas posturas y jugueteos sabrosos.
–No me esperaba que Kakashi-taichou gritara tanto…– Decía Itachi apoyado en el pecho de su novio luego de haber compartido intimidad.
–Si, es muy expresivo en la cama. Siempre gime mucho ante lo que le hace el primo Obito.– A diferencia de ellos Obito había iniciado un nuevo asalto a su pareja y ahora les estaban oyendo. Algo que les parecía también increíble... No había quien cansara al azabache más mayor.
….
Cuando Obito cumplió ocho meses y medio de embarazo, aproximadamente. Porque si, él contaba en meses porque sino no se aclaraba con eso de las semanitas. Fue que se puso de parto o mejor dicho, rompió aguas, que eso si lo sufrió. Y los primeros dolores de las contracciones también los sufrió. Que para su mala suerte, Tsunade le volvió a recordar que las mujeres toleraban mejor el dolor pues él iba gritando que se estaba muriendo y que los bebés saldrían rajándole el abdomen como en la película de Alien. Tsunade estaba con una gota en la cabeza mientras le anestesiaba para poder practicarle la cesárea y así sacar a los dos bebés.
Y así fue como Rin y Sakumo vinieron al mundo. Una bebé de pelo blanco y ojos negros y un bebé de pelo negro y ojos también negros. La pareja no había visto nada más bonito en su vida.
–Son perfectos, ¿No crees?
–Mucho, Kakashi. Pero es normal después de todo… Yo los he fabricado y yo soy genial.
–Claro, claro… Porque yo no hice nada.
– Bah, divertirte aportando tu semen. Así que no te lo tengas tan creído.
–Pues espero que por ahora Kakashi no aporte más su semen en tu interior… O no sin globito…– La pareja la observó extrañada.– Sigues conservando la capacidad de concebir.
–¿Cómo?– No podía ser posible… ¿Aun?
–Sigues teniendo un útero en tu interior Obito. Y unas trompas que siguen fértiles y fabricando óvulos.
–¡Puto árbol! Aunque no es problema para mi. Me gusta ser el activo.
Kakashi asintió, él disfrutaba de lo que le hacía Obito. Aunque le hubiera gustado poder seguir siendo versátiles en algún momento.
…
Y los años fueron pasando y para su mala suerte Rin y Sakumo eran igual de traviesos e hiperactivos que su madre. Aunque mejor no llamar a Obito mamá pues se cabreaba, él era un hombre… Aunque hubiera gestado a los mellizos.
Y siempre se estaban metiendo en líos y problemas y causando alboroto allá donde iban, aunque por suerte sus hijos eran más listos que su "madre" a esa edad y también sabían salir airosos de todas esas situaciones. Vamos que encima pocas veces eran pillados.
Menudo tormento, le iban a salir canas verdes aguantando a su amada pareja y a sus retoños. Eso si… No los cambiaria por nada del mundo. Y su vida, aunque tenía falta de sueño y estaba algo cansado, era muy divertida, apasionante y entretenida. No se iba a aburrir, no. Jamás iba a perder la emoción al lado de Obito, Rin y Sakumo. Eso si… No pensaba arriesgarse a cambiar posiciones y que Obito volviera a quedarse preñado, capaz y esa vez consigue matarle de agotamiento, por culpa de las hormonas o del susto, de saber que esperaba gemelos de nuevo… Con Sakumo y Rin tenían como si realmente fueran diez hijos, y si sumaba a Obito en la ecuación, valían por veinte.
