-Adelante- el Lord tarareo observando a sus súbditos entrar de uno en uno llevaba en esto desde que amaneció, estaba exhausto pero no dispuesto a detenerse.
Casa uno de ellos estaba siendo interrogado con vitaserum ninguno hasta el momento había sido positivo, las ideas se le estaban agotando y deseaba dormir para volver a ver a su familia.
Tenía todo, tenía la gran Bretaña bajo su dominio, tenía muchos súbditos, tenía el Ministerio, acabo con el gran Albus Dumbledore, obtuvo a Hogwarts sin embargo se sentía tan vacío. Necesitaba a su hija , a su Harry.
Se río de la ironía ignorando a Narcissa en el suelo esperándolo, un día juro nunca, nunca inmiscuirse con alguien a fondo, úsalo. Disfrutalo. Nunca te lo quedes y el rompió esa regla, se enamoró.
Al fin de cuentas el viejo tenía razón el amor es el arma más poderosa en el mundo.
-Mi señor.
-Toma tres gotas mujer- ordeno ella acató la orden esperando -¿Nombre completo?
-Narcissa Rose Malfoy
-¿Dime narcissa sabes donde se encuentra Harry Potter?
-No mi señor- responde
-¿Algun secreto que deba saber dímelo? - pide
-Estoy embarazada de cuatro meses, señor no hay muchos secretos que pueda revelarte en estos momentos mi señor- susurra aterrada.
-Retirate y dile a Bellatrix que pase.
Ella suspira de alivio y sale llamando a su hermana.
Bellatrix entra pisando fuerte haciendo una reverencia profunda
-Toma tres gotas bella.
Repitiendo la acción pregunta su nombre luego si sabe dónde está Potter ella no lo sabe.
-¿Algun secreto que deba saber Bellatrix?
-Ninguno mi señor.
-Sal y dile al siguiente que entre.
Llegó el anochecer para Harry suponía otro día mas espero a que Tom apareciera pero nada. Las rata dejaron de entrar al medio día. Incluso comenzo a hacer maldito frío
Eso quiere decir que Tom estaba cerca y quien sea que lo tuviera estaba empezando a actuar. Matarlos.
Despertó de nuevo la espalda lo estaba matando , ayer no comió durante toda la tarde y noche tenía hambre el frío de la habitación aumentó hasta el punto de hacerlo tiritear, uso hechizos calecfactores pero no estaban funcionado su hija parecía más afectada y Harry estaba en pánico.
Luchó durante todo el día con los mareos y la sed de sangre, luchó usando sus brazos tratando de calentar a su hija fría y dormida.
–No mueras– susurra cerrando los ojos rezando a una deidad que los dejara salir de su prisión. –No mueras– repite
De repente la habitación se calienta a varios grados eso no es bueno. Mira a todos lados su instinto le dice que algo pasará toma su varita dejando a su hija en una esquina acurrucada.
–¡Expelliarmus! – la figura delante de el bloquea y se queda cerca de la pared como carajo apareció. –¿Quien eres y que quieres? – su corazón late acelerado.
Todo el hombre esta cubierto apenas puede ver sus dedos blancos antes de volver a preguntar lanza la maldición asesina
En menos de un segundo solo puede pensar en un protego máximo que es inútil le da de lleno y luego todo es oscuridad.
Lord Voldemort lo sintió, como fuego calentando su piel la súbita sensación de quemazón, carne quemada ce de rodillas sosteniéndose el pecho mientras trata de ignorar a su gente hablándole
Es esto ¿es todo? Alguien acaba de matar a su pareja, sabe que el seguirá. Pero no ha cerrado los ojos quizas... Quizas .
Voldemort se desmayo.
–¡Que hiciste! – narcissa arrebató del rostro la máscara negra revelando a su pequeño hijo. –¡Draco! – ella lo sintió en lo profundo de su ser, siguió a su hijo hoy decidida a saber en que estaba metido sin embargo nada la preparó para esta visión de la realidad.
Draco por su lado palidece al verla tartamudeando
–¿Q-que haces aquí? – Draco toma su brazo para sacarla
–No, no– ella se pone rígida
–¿Por que Draco, lo tienes todo, ganamos, que más deseas? – solloza, la madre sabe que su hijo va morir.
–Padrino me lo pidió lo tenía que hacer– Draco rueda los ojos –Han pasado meses madre, nadie lo sabe y no puedes decirlo a nadie juramelo– gruñe
–No hijo mio- ella ahueca sus mejillas –Te amo tanto, has cometido error tras error tienes que ser castigado no solo tienes aquí a Potter si no una bebé inocente Draco, una bebé– repite
–Potter aquí, Potter haya– sisea alejándose de su toque –Solo cumplo una promesa a mi padrino es todo vete, lárgate y nunca me veras de nuevo– ruge
Narcissa se limpia las lágrimas
–Draco dejame hablar por ti, quizas pueda convencer a nuestro señor, la niña vive.
–Por poco tiempo– se le congela la sangre al oir a su hijo hablar de esa manera ella sabe que Draco tuvo todo, todo incluso amor sin embargo parece ser que la maldición black le corre por las venas y ella ansia poder salvar la vida de su bebé.
–No puedes hablar en serio hijo mio, solo dejame arreglarlo todo
–Si no quieres ver, largate– la enfrenta se da cuenta de lo tan alto que es su hijo por poco le llegará a su padre, ella se pone rígida
–No lo permitire no te veré matar de nuevo y menos a alguien inocente– su varita ya esta fuera
–Confundus
–Expulso– lanza ella la mujer baila –Incarcerous.
–Impedimento, crucio
–Glacio, desmaius– se lanzan y lanzan hechizos uno al otro Draco sabe que su madre ha estado en suelo sin embargo Draco sabe unos cuantos trucos. Ella bloquea y trata de desmayarlo, eso no va suceder Draco gruñe imponiendo su fuerza en el hechizo –Bombarda maxima, incendio, depulso.
Tres, tres bloqueo narcissa escapa del primero, el segundo ella usa aguamenti para contrarrestar el fuego sin embargo depulso se la lleva contra la pared dejandola inconciente. Draco la mira unos segundo sabe que estará bien luego así que se gira a la bebé temblorosa sonriendo
–Probablemente obtengas hipotermia, y mueras– susurra el cuerpo de Potter yace a un lado inerte. la bebé apenas parpadea sus labios moraditos forman un suave puchero un indicio de llantos. –Avada kadav...
–¡No! – narcissa salta sobre su hijo a tiempo el rueda tomando su varita que se le había caído por la sorpresa –Detente.
–Alejate de mi– grita sacandola de encima suyo la blonda cae jadeando busca su varita lista para dar una vez más batalla.
Draco la ve, narcissa no tiene la marca oscura pero puede hacer otra cosa. Invoca el vínculo con su esposo llamandole, rogándole.
Draco parece saberlo la ataca de nuevo ella bloquea fácilmente.
–¡Mi señor! – Lucius corre su cabello despeinado por todos lados, su señor en la cama apenas abre los ojos
–¡Tenemos que movernos rápidos narcissa lo encontro vamos! – es todo Lord Voldemort se pone de pie
–Llevame
Aparecen en un bosque luchó sigue el vínculo, Voldemort tropieza pero continua siguiendo al Rubio pronto encuentran la cabaña y entran.
Dentro luce diferente, no elegante si no como un cubo, un cubo cuadrado
-Que es esto?
–Es solo ilusion– Voldemort observa el lugar –Todo se trata de la mente.
Lucius asiente en compresión y buscan la única puerta disponible esta no se abre.
–Se abre con sangre, usala– apresura el Lord, Lucius lo hace cortando su dedo empapa la manija con sangre y esta abre lentamente.
Narcissa los recibe volando hacia una pared, los ojos de Lucius enrojecen de ira, no, no, no podia ser.
–Draco– susurra abatido.
Draco enrojece de ira y temor sin embargo continua y ataca a ellos.
–Rictum– es un susurro Draco cae jadeando de dolor su piel enrojece completamente todavía hay furia en sus ojos –Sectumsempra– Lucius solloza mientras ataca a su pobre hijo.
Voldemort se arrodilla al cuerpo de su Harry acaricia su mejilla suavemente no hay pulso en sus venas. Toma en brazos a su pequeña ella esta ardiendo de fiebre a pesar de que esta frío su cuerpo. El aprieta su agarre .
Se gira para ver a Lucius el ha contenido a su propio hijo narcissa sigue respirando agitada y el recuerda
Invoca a unos cuantos no pasa mucho tiempo para tenerlos ahi
–Bellatrix lleva a tu hermana a un medimago y toma– le da su hija –Cuídala con tu vida.
–Si mi señor– ella desaparece con preciosas cargas.
Lucius murmura a su hijo regaños que no servirán.
–Draco Malfoy– Voldemort se acerca todo el se siente entumecido , vacío. Lucius se aparta de rodillas
–Mi señor le ruego por mi hijo – suplica
–Tu esposa esta embarazada Lucius– Lucius asiente mientras Draco hace una mueca de dolor. –Mi Harry tambien– agrega, Lucius cubre su rostro.
No hay vuelta atrás
Draco grita de dolor todas sus extremidades enloquecen al estiramiento rudo, hay un crujido de huesos que le hace delirar y ver puntos negros, suspira entrecortado la tortura continua, luego sabe que esta de espaldas la piel pálida de su parte trasera a la vista los latigazos comen su carne llora, grita pero no suplica.
Cuenta diez latigazos luego lo giran, al pecho expuesto se arquea con el siguiente latigazo
–¡Papá! – chilla
Lucius cubre sus oídos en un intento torpe le duele el alma sea lo que haya hecho, es su pequeño hijo.
–Basta– el látigo mágico queda en el aire y Tom se gira hacia la voz. –Basta.
Harry alza una mano débilmente y Tom camina en automático para tomarla entre las suyas llenas de sangre.
Fin
