Había esperado pacientemente el final de las vacaciones, sin embargo su disfrute no era el mismo que al inicio, aún con Draco intentando distraerla no podía sacarse de la mente la conversación de Narcisa y su madre "Irónico que me preocupe por ella cuando ni siquiera es mi hija" esa frase resonaba en su cabeza, no era la primera vez que las escuchaba de la boca de su madre, eso era una de las formas que tenía Mirelle Hawk de demostrarle su despreció y Olive creyó por años que solo era una estupidez de su madre. ¿Por que decirle eso a Narcisa entonces? ¿Por que mencionarlo si no era verdad?
Así que cuando las vacaciones dieron su fin, siguió esperando con paciencia antes de poder abordar al Profesor Snape cuando todos los alumnos de Slytherin hubiesen regresado a Hogwarts aquel día, Draco y Olive fueron los últimos en regresar a través de la Red Flu.
—Señorita Hawk, señor Malfoy—dijo lentamente sin despegar la vista del pergamino donde anotaba sus nombres—. Vayan directamente a la sala común.
—De hecho Profesor—Olive se sentó frente a él, su mirada estaba imperturbable—. Me gustaría hablar con usted a solas.
Draco salió del despacho, dándoles a ambos la privacidad que Olive pedía.
—¿De que deseas hablar, Olive?—pregunto el Profesor alejando el pergamino por el escritorio
—Vera, profesor—empezó Olive con calma—. Mi madre se presento en la Mansión Malfoy diciendo algo encantador a Narcisa Malfoy, como si fuera un secreto, ella dijo que no era mi madre —hizo una pausa antes de continuar—. Al principio creí que sería uno más de sus insultos, y luego me cuestiono el resto de la semana ¿Por que decírselo a Narcisa como si fuese algo que debía esconder? Después lo menciono a usted, tendría sentido que supiera la verdad. Es amigo de la familia desde siempre ¿no? Deduzco que sabe a lo que se refería mi madre.
—No se...
—No mienta—exclamo Olive incorporándose tan rápido que la silla cayó tras ella—. Va a decirme la verdad o pasare mi vida buscando respuesta, si es necesario un poco de Veritaserum lo usare.
—Sabía que esto llegaría algún día—Snape suspiro, había jurado a si mismo no decir la verdad a nadie para protegerla de cosas que ella no entendía—. Siéntate, Olive. Esto llevará un buen rato.
Olive levantó la silla, se acomodo en ella, su mirada aun se encontraba sobre Snape quien lucía afligido y arrepentido.
—Tienes razón—explicó el sin poder mirarla a la cara—. Los Hawk no son tus padres.
—¿Entonces...
Snape la detuvo con la mano, para poder continuar. Sin poder decir aquellas palabras ¿Cómo lo explicaría?
—Hay una razón por la cual siempre he buscado tu bienestar, Olive—Olive lo miraba sin comprender, aquello no respondía su pregunta—. Ser amigo de los Hawk siempre fue beneficioso y cuando naciste fue complicado perderte.
—¿Eso que significa?—pregunto la chica, tragando saliva, adivinando la respuesta. Sus sentimientos se transformaban entre ira, aflicción, tristeza. Ni siquiera sabía cual de ellos predominaba—. Usted—dijo en un susurro obteniendo un asentimiento de su parte—. ¿Quién es mi madre?
—Te di esa respuesta hace un año, en Navidad.
Olive se limpió una lágrima recordando el regaló de Snape, había sido un Lirio de oro, una de sus más queridas posesiones, pero eso no le daba la respuesta, ¿Qué significaba aquel Lirio? Un Lirio, una flor perteneciente a los Lilium. Su mente se detuvo al verse con la respuesta.
—¿Lily Potter?—preguntó en otro susurro, de nuevo Snape asintió. Olive se quedó congelada en su asiento, sin poder creerlo. No iba a creerlo, debía ser una estúpida broma bien jugada por parte de su madre, sentía su pecho detenerse mientras todo le comenzaba a hacer sentido, la sobreprotección de Snape, los despechos de sus padres, la repentina preocupación de Harry, en ese momento entendía las actitudes extrañas de Potter, el lo sabía, había querido decírselo. No era posible, se repitió a si misma una y otra vez que su mente le jugaba una mala pasada—. ¿Cómo es eso posible?
—Sucedió antes de que Lily y Potter se casaran—explicó Snape, despechado—. De hecho, fuiste la razón por la que ellos se casaron, Potter creyó que eras su hija. Lily y yo sabíamos la verdad—hizo una pausa, recordando aquello—. Cuando naciste, un medimago dijo que habías muerto por complicaciones, fue cuando decidí convertirme en mortifago y conocí a Eldrick Hawk, el hablaba constantemente de lo hermosa que era su hija, de como su primogénita pondría el orgullo de la casa Hawk en alto. Congenie con el ante sus ideales y me ofreció ser tu padrino ante el hecho de que podría guiarte bien, no te conocía pero acepte.
» Cuando te vi por primera vez supe de inmediato quien eras, tus ojos eran calcados a los de tu madre a excepción del color verde que fue sustituido por el gris, y tus pequeñas facciones eran las mismas que las de mi madre. La hija que creí muerta no lo estaba, tenía una familia que parecía quererla, una familia podría darte cosas que yo no podía.
—Y sabe que resulto de eso—se burló Olive recordando lo infeliz que había sido toda su vida por culpa de sus padres—. Lo único que necesitaba era que alguien me amara, nunca me ha importado otra cosa, no me hubiera quejado de nada y aun así me dejaste ahí. Sabías con certeza todas las cosas con las que lidie en mi infancia, me exigí a mi misma ser la mejor en todo para obtener atención y ahora resulta que todo fue en vano... ¿Por qué me dejó con ellos?
—Tycho Dodonus.
—¿El de las predicciones?—pregunto Olive.
—Verás cuando el señor tenebroso cayó, Dumbledore era el único que sabía sobre ti—Snape suspiró una vez más—. Dijo que sería arriesgado si alguien se enteraba de quien eras, que eso te ponía en riesgo. Había una predicción de Dodonus que hablaba sobre ti: El Olivo nacido del príncipe y el lirio—comenzó a recitar ante la mirada temblante de Olive—. Robado por los halcones, criado entre heridas maquilladas de oro llamará la atención del Fénix, quien se posara sobre él regalándole el poder de la resurrección eterna.
—Es una tontería—exclamó Olive.
—No lo es—Snape se incorporó elevando la voz—. Todo en esa predicción tiene sentido y si los mortifagos mas allegados al señor tenebroso descubrían que eras tu te matarían para recuperar a su amo. Aún pueden hacerlo, todo este tiempo solo buscaba mantenerte con vida por que la verdad era arriesgada, aún así tu misma te pusiste en peligro al aceptar esto—Snape le tomo el brazo izquierdo para poder ver la inactiva marca tenebrosa—. ¿Cuál es tu misión?
—Ni siquiera puedo confiar en usted—Olive escupió las palabras alejándose de su profesor que resultaba ser su padre, deseaba haberse quedado con la duda. Toda su vida había sido una mentira, todos los años de maltrato por parte de los Hawk pudieron evitarse, hubiese crecido alejada de la soledad que la había llevado a aceptar la marca tenebrosa. Atribuía toda la culpa a Snape, por quedarse callado, a Dumbledore por hacerlo guardar secretos e inclusive a Harry por no decirle nada.
—Dime cual es tu misión Olive, te ayudaré a salir de esto.
—Usted me metió en esto—gritó Olive volviendo a tirar su silla—. Si hubiera tenido el coraje de decirme esto antes tal vez las cosas serían distintas, no piense que lo olvidare tan fácil, que me escondió esto toda mi vida—Olive comenzaba a lagrimear por el coraje acumulado—. Todo habría sido diferente peor decidió callar ¿Esperas que ahora te llame padre? Sólo eres un mentiroso cobarde.
—Entiende que todo fue por tu bien.
—No es tan fácil—susurro—. Agradezco su honestidad, Profesor, pero no creo poder perdonarlo. Y usted sabe cuanto aprecio le tenía, de verdad lo consideraba un padre—Olive se burlo de ella misma—. Resulta que lo era y como fue su estupidez la que me metió en esto va atener que sacarme, mi misión es impedir que Draco maté a Dumbledore. Mátelo usted y tal vez el señor tenebroso incluso perdone a Draco, y yo también estaré con vida.
—¿Sabes que planea Draco?—pregunto Snape desviando el tema
—Solo se que esta estresado, déjelo en paz y no vuelva a amenazarlo—Olive sonrió ante las lagrimas que invadían sus mejillas—. De hecho estoy saliendo con él y en estos momentos es el único que ha sido sincero conmigo, déjeme en paz a mi también.
Salió del despacho, sin esperar más nada, dolida y el llanto salió nuevamente mientras caminaba a la sala común, ni siquiera deseaba entrar, se deslizo por la pared tapando su boca con ambas manos para ahogar sus sollozos. No había peor sentimiento, traicionada por Snape que a pesar de todo tenía razón, si la predicción era real no había tenido opción, pero la rabia de Olive se confundía con su sensatez haciendo que odiara cada momento de su vida, soledad, vacío, frío, odio. Todo se combinaba en un remolino asfixiado por el llanto que no podía controlar, deseaba quitar su vida por su propia mano, maldecía a Harry por no dejarla morir en el lago, concentrándose solo en el dolor que se extendía como un mal por sus venas, contrayéndose en su estomago junto con grandes nauseas.
Tragó saliva para quitarse esa sensación, deseo poder trasegar sus sentimientos, imaginó otra vida, una donde las penas y el dolor no existieran. Una donde todo se rigiera por la sinceridad, fantaseando con el feliz más allá. Comenzaba a dificultarse su respiración ante la gran cantidad de llanto, su corazón bombeaba con intensidad. Pensando a través del odio sobre tirarse desde la torre de Astronomía, podía hacerlo, nada se lo impedía.
Pero había alguien que lo hacía, Draco Malfoy se sentó a su lado al verla, después de salir de la sala común, la sostuvo entre sus brazos sin hacer ninguna pregunta. Olive quitó las manos de su boca, escondiendo su rostro en el pecho de Draco y los sollozos dolientes encontraron salida y conforte mientras Draco le acariciaba el cabello, sin entender y a la vez entendiendo. Estaba él dispuesto a entregarle su propia vida a cambio de no verla llorara de nuevo, calmaría cada demonio, amándola como nadie la había amado antes. No había nada que Draco no haría por Olive, y en esos momentos si su novia solo necesitaba un abrazó y un soplo de esperanza el se la daría sin pedir nada a cambio.
Eso era lo único que Olive necesitaba.
