Aún con todos los cambios que había sufrido en tan poco tiempo podía considerarse feliz y afortunada. Había logrado aparecerse en las clases junto con otros pocos, los entrenamientos de Quidditch y los partidos no eran otra cosa mas que un deleite. A pesar de que su relación fuese un completo secreto, Draco sacaba tiempo de su misión para pasar con lo suficiente para mantenerse estables, era una fantasía simplemente tenerse el uno al otro, sin contar el hecho que su propuesta en San Valentín la hacía imaginar todos los escenarios posibles donde lograban escapar de sus misiones y deberes.

Sin saber de donde sacaba tiempo para tanto, las clases, entrenamiento de Quidditch, clases de apariciones, ayudar a Draco con el armario y de la misma manera salir secretamente con él, sin mencionar que su relación con Harry se había afianzado lo suficiente para verse por las noches con una simple plática, compartiendo historias . Por su parte Olive también mantenía aquello en secreto, inclusive de Draco. Harry no dudo en confiarselo a sus dos mejores amigos que con cierta duda aceptaron la verdad, aunque a ellos aun les costaba trabajo verse a si mismos como hermanos, después de tanto tiempo ¿Quien lo hubiese imaginado?aunque Harry aún era un poco receloso, no tenía del todo su confianza.

Otro mes fue consumido por el paso del tiempo, ese enemigo mortal que reducía cualquier esperanza de salvarse, tanto para Olive como para Draco. Marzo abría sus puertas, quizá a nuevas oportunidades, quizá un verdadero rayo de esperanza se cerniera sobre ellos mostrando otro camino, otra alternativa y una verdadera salvación.

Como cualquier otro sábado en la mañana, Olive subía las escaleras para encontrarse con Draco en la sala de Menesteres, aligerar su carga era algo que había decidido aún si su propia misión estaba comprometida, dar su vida para que Draco viviese. Drástico, sin embargo sentía que Draco era un alma que valía la pena salvar.

Su camino se vería detenido esa mañana por Harry que arrastraba a Ron por las escaleras mientras el pelirrojo balbuceaba tonterías sobre Romilda Vane.

—¿El está bien? —preguntó Olive, acercándose a ambos, Ron intentaba zafarse de Harry.

—Ella no es Romilda —dijo Ron con impaciencia.

—Oh, ella es amiga de Romilda —respondió Harry mientras sin decir una palabra articulo con sus labios "Amortentia"

—Claro —Olive intento calmar a Ron, tomándole un brazo—. Justo iba a verla, ella esta...

—En el despacho de Slughorn —interrumpió Harry—. Ya te había dicho.

—Ciertamente, te llevaremos con ella —Harry agradeció su ayuda.

Ron comenzaba a caminar apresurado en dirección al despacho del profesor que para suerte respondió apenas Harry tocó la puerta a la primera vez y vestía un traje de terciopelo verde que combinaba con el gorro de dormir y lucía algo turbio.

—Harry —gruño el Profesor—. Es bastante temprano para una visita, usualmente duermo hasta tarde los sábados...

—Profesor, realmente lamento molestarlo —dijo Harry lo más calla que pudo, mientras Ron se paraba de puntillas, tratando de ver lo que ocurría en el Despacho de Slughorn y Olive lo retenía por los hombros—. Pero mi amigo Ron ingirió algo de poción de amor por error. ¿Usted le podría hacer un antídoto? Lo llevaría a donde Madame Pomfrey, pero se supone que no podemos tener nada de la tienda "Sortilegios Weasley" y usted sabe...preguntas incómodas.

—¿No podrías haberle preparado un remedio Harry, un experto en Pociones como tu?

—Em —contesto Harry, distraído ya que Ron le estaba pegando en las costillas para intentar hacerlo entrar a la habitación.

—Basta, Ron —musito Olive tratando de detener al chico con dificultad.

—Bueno, es que nunca antes he mezclado un antídoto para una poción de amor, señor, y para cuando la termine, Ron podría estar en algo serio —Harry se encontraba agradecido de que Ron escogiera ese momento para lamentarse.

—No la puedo ver, Harry. ¿El Profesor la está escondiendo?

—¿Estaba esta poción dentro de la fecha? —preguntó Slughorn, mirando a Ron con interés profesional—. Se pueden fortalecer si se dejan más tiempo del que deberían.

—Eso lo explicaría todo, Harry —dijo Olive jadeando, mientras luchaba con Ron para evitar que éste derribara a Slughorn.

—Es su cumpleaños Profesor —la suplica en la vos de Harry era palpable

—Ah, está bien, pasen, pasen —dijo Slughorn relajándose—. Tengo lo necesario en mi maletín, no es un antídoto muy difícil...

Ron irrumpió al Salón apretado y acalorado de Slughorn y se tropezó con un banco adornado, se recuperó afianzándose al cuello de Harry y murmuró:

—Ella no vio eso, ¿verdad?

—Todavía no llega —dijo Olive—. Ven, vamos a sentarnos mientras te cuento todo lo que le gusta a Romilda.

—Si —exclamó Ron acalorado—. ¿Cómo me veo?

—Bastante guapo —dijo Slughorn con suavidad, pasándole a Ron una copa con líquido claro—. Ahora bébete esto, es un brebaje que calma los nervios, así te mantendrás calmado hasta que llegue ella.

—Perfecto —dijo Ron jovialmente y se tragó el antídoto ruidosamente. Por unos instantes, Ron sonrió a los presentes en la sala, mientras estos observaban como muy lentamente su rostro parecía encogerse en una mueca y luego se esfumó, para ser reemplazado por una expresión increíble de terror.

—¿Volviste a la normalidad? —pregunto Harry sonriendo de oreja a oreja.

Slughorn rió entre dientes, Olive también le regaló una sonrisa, preguntándose como se había metido en aquello y al mismo tiempo preocupada por hacer esperar a Draco.

—Muchas gracias, Profesor.

—Ni lo menciones, Harry, ni lo menciones —dijo Slughorn, cuando Ron se desplomó por completo en el sofá junto a Olive, lucía devastado—. Necesita que alguien lo levante, eso es lo que necesita —continúo Slughorn, desordenando una mesa con bebidas—. Tengo cerveza de mantequilla, vino, y una última botella de Hidromiel con especies...mmm...esperaba dársela a Dumbledore para Navidad...pero bueno... —se encogió de hombros—. No puede extrañar lo que nunca tuvo ¿Por qué no la abrimos de inmediato y celebramos el Cumpleaños del Señor Weasley? Nada como un poco de bebida para ahogar las penas de un amor no correspondido

—Harry, profesor —Olive se incorporo rápidamente—. Lo siento, pero tengo que irme, Feliz cumpleaños Ron.

—Vamos señorita Hawk —insistió Slughorn—. Sólo es una copa.

Olive miró a Harry con cierta incomodidad, terminó aceptando, sabía muy bien que Slughorn era insistente y si no accedía su tiempo se vería comprometido, haciendo esperar más a Draco, a esas alturas debía preguntarse donde estaba si es que no la buscaba ya.

—Aquí tienen —dijo Slughorn entregándoles a los tres una copa de Hidromiel antes de levantar la suya—. Bueno, un muy Feliz Cumpleaños, Ralph

—Ron —susurró Harry.

Olive se trasegó el líquido sin pensarlo, sin escuchar el brindis para poder retirarse del lugar. Ron también había llevado el hidromiel a sus labios, pero algo iba mal con él.

Ron dejó caer su Copa, estaba a la mitad de levantarse cuando decayó, sus extremidades tiritaban descontroladamente. Caía espuma de su boca y sus ojos se salían de órbita. Harry y Olive se apresuraron hacia él.

—Profesor —exclamó Harry—. Haga algo

Sin embargo Slughorn se había paralizado de la impresión. Ron se agitaba, ahogándose: su piel se estaba poniendo azul.

—Que... pero —balbuceó Slughorn.

—Un bezoar —dijo Olive, preocupada por el chico, sin pensar que si había veneno en el hidromiel se vería envuelta en la misma situación, pero ella no se había desvanecido.

Harry brincó sobre una mesa de abajo y corrió hacia el maletín de pociones todavía abierto, sacando bolsas y botellas mientras el terrible sonido de las gárgaras que hacía Ron llenaba la habitación. Luego lo encontró: la piedra que parecía riñón arrugado que había ocupado en Pociones y Slughorn se había llevado. Se lanzó de vuelta al lado de Ron, mientras Olive abría su garganta haciéndole un poco de daño y metió el bezoar en su boca. Ron se estremeció fuertemente, suspiró ruidosamente y se quedó débil y quieto.

Ambos suspiraron agitados, el shock comenzaba a hacer acto de presencia, en el momento justo que Olive se incorporaba para salir a buscar ayuda, ella misma perdió el conocimiento.Podía sentir bajo su nariz el olor de la enfermería, voces susurrantes a lo lejos, la oscuridad cernirse sobre ella y solo unos pequeños puntos de colores que cobraban sentido al recuperar la consciencia. Sus amigos estaban sentados al rededor de ella, en la cama contigua se encontraba Ron dormido, al igual que Olive sus amigos estaban con él.

—¿Qué hago aquí? —pregunto, acostumbrándose a la luz sobre ella, odiando cada segundo que estaba postrada en esa cama.

—¿Acaso podrías dejar de intentar morir? —exclamó Daphne tomando su mano—. Es la tercera vez este año que casi mueres, dame un respiro, Olive.

—Theo ¿Qué ocurrió? —Olive dirigió la mirada al chico, ignorando a Daphne.

—Casi mueres —susurró Theo sin mirarla a los ojos—. De nuevo...

—Daphne tiene razón —esta vez Blaise habló.

—Primero casi mueres ahogada —seguía Daphne sin importarle hacer ruido—. Luego casi te rompes el cuello jugando Quidditch y ahora te envenenaron.

—¿Podrías dejar de gritar? —dijo Ginny Weasley quien estaba cerca de sus hermanos—. No son los únicos aquí.

—Lo siento —se disculpo Olive por Daphne—. No es como si yo buscara que me mataran.

—Pareciera que si —susurro Daphne, furiosa.

—¿Dónde esta Madame Pomfrey? —pregunto Olive, ignorando de nuevo a Daphne—. ¿Por que no esta para echarlos en estos momentos?

—Esta en la oficina de Dumbledore —explicó Theo, tomando de su manos con ternura—. Esta hablando con los padres de Weasley y tu madre...

—Mi madre esta aquí —Olive se tallo los ojos con los dedos, esperaba que Mirelle Hawk no decidiera pasar a verla mientras estaba despierta, ni siquiera era capaz de perdonarla después de tantas mentiras.

Las puertas de la enfermería se abrieron de golpe, Olive asomo la cabeza temiendo que fuese su madre, sin embargo, Draco se acercaba a su cama con decisión y ¿enojo? Definitivamente era enojo lo que se asomaba por sus grises orbes mientras exclamaba a Daphne, Theo y Blaise:

—Lárguense —empujo a los tres fuera de su vista, cerrando las cortinas de la cama de Olive para tener privacidad.

Pero no decía nada, se paseaba de un lado a otro con evidente furia, deteniéndose unas cuantas veces para poder articular alguna oración. Olive lo miraba angustiada hasta que por fin habló.

—¿Qué mierda hacías en ese maldito despacho? —mas que hablar estaba gritando—. ¿Comprendes que pudiste morir?

—¿Vas a culparme de buscar la muerte como ellos? —pregunto Olive, indignada.

—Tenías que estar conmigo —continuó Draco, ignorando a Olive—. ¿Por qué estabas ahí? ¿Acaso entiendes que lo pudiste evitar?

—¿Puedes calmarte?

—No —exclamo, derramando unas cuantas lagrimas, Olive no sabía si eran de rabia o culpa—. Si hubieras muerto —se detuvo, tragando saliva, el tono de su voz fue reduciéndose a un susurro—, sería mi culpa.

—¿A que te refieres? —pregunto Olive, sabiendo la respuesta, aquel avance en su misión que lo había puesto tan feliz en Navidad—. ¿Era tuya?

La cortina se abrió, robándoles privacidad, Harry estaba parado frente a ellos, con recelo. Sus amigos lo miraban por detrás confusos de lo que hacía.

—¿Te importa. Potter? —exclamó Draco, sacando su furia nuevamente—. Estoy intentando tener una conversación con mi novia.

Empujo a Harry con fuerza, volviendo a cerrar las cortinas.

—Entonces ya no es un secreto—susurró Olive, preocupada ya que le había dicho a Harry que odiaba a Draco de sobremanera.

—Da igual si se enteran—exclamó Draco sentándose al borde de la cama—. Lo que importa ahora es que estas bien, y si te pido que estés conmigo tienes que estarlo en lugar de ayudar a esos estúpidos Gryffindors, no ganaste nada con eso.

—¿Sigue siendo mi culpa?—esta vez Olive grito ante la desesperación—. ¿Cómo iba a saber que el maldito Hidromiel estaba envenenado?—luego bajo la voz para que nadie aparte de Draco pudiera escucharla—. Si tan solo me hubieses dicho tus planes ni siquiera me hubiera metido en esto.

—Lo se—dijo Draco, calmándose—. Debí decírtelo, no es tu culpa, pero es más fácil que aceptar que pude haberte matado y esto es mi culpa.

—No es culpa de ninguno...—susurró finalmente Olive.

Las cortinas fueron abiertas una segunda vez, Mirelle Hawk lucía alterada y extrañamente sobria detrás de ella se encontraba Snape y Dumbledore. Mirelle observaba a su hija postrada en la cama y sus manos entrelazadas con las de Draco.

—¿Qué hace un Malfoy aquí?—pregunto la madre de Olive—. Quita tus asquerosas manos de mi hija ahora.

—Mirelle—Snape tomó de los hombros a la madre de Olive—. No hagas ningún alboroto.

—Suéltame, Severus—Mirelle se acercó a Olive empujando a Draco al suelo—. No vuelvas a acercarte a mi hija, y tú Olive Mirelle Hawk ¿Cómo se te ocurre ingerir veneno?

—No lo se madre, simplemente me desperté con las ganas y dije ¿Por qué no?—exclamó Olive con sarcasmo, harta de la situación, ver a su madre, a Snape y a Dumbledore ahí no le ayudaba en nada a calmar su estrés—. No sabía que el Hidromiel estaba envenenado ¿Cuántas veces tengo que repetirlo?

—Quiero saber que paso exactamente—exigió Mirelle—, ahora.

—A mi también me gustaría saber—dijo Draco incorporándose.

—¿Por qué sigues aquí?—Mirelle regreso su mirada a Draco—. Dije que te largaras.

—No le hagas caso, Draco—Olive le tendió una mano para que la tomará—. Lo que paso fue que ayude a Potter a llevar a su amigo con el profesor Slughorn, le dio una poción y luego ofreció brindar, quería irme de ahí pero el insistió. Weasley cayó al suelo inmediatamente después de tomar la bebida y sugerí un bezoar como Potter había dicho en clase, pero solo había uno...

—¿Qué paso después?—preguntó Mirelle.

—No lo se, me desmayé y desperté aquí...

—Harry y Horace buscaron ayuda—explicó el profesor Dumbledore—. Hay algo que me gustaría hablar contigo y con tu madre a solas. Draco ¿podría retirarse a su sala común?

Draco asintió, tragando un nudo en su garganta ante el nerviosismo. Le dio un beso con dulzura a Olive en la frente, inmediatamente después dejo la enfermería.

—¿Quién se cree...

—Es mi novio, madre—interrumpió Olive.

—¿Por qué no me lo dijiste?

—No parece que te importe mi vida—terció Olive, queriendo zanjar el asunto—. Además, guardar secretos parece ser la especialidad de los Hawk, ¿No? "Madre"—dijo, haciendo énfasis en la ultima palabra—. Profesor Dumbledore, puede decirme que es eso tan importante de lo que quiere hablar.

—Olive, algo inusual ocurrió con el veneno cuando lo ingeriste—explicó Dumbledore—. Parece que tu cuerpo busco una manera de deshacerse de el, actuando como un antídoto.

—¿Qué tiene eso de extraño?—preguntó Mirelle.

—El tipo de veneno usado es uno de los mas fuertes—esta vez Snape tomó la palabra—. Debió matarla en segundos, o debilitarla como al Señor Weasley.

—Y sin embargo el veneno no actuó si no hasta después de salvar al señor Weasley—Dumbledore actuaba serenó—. Olive, la señorita Greengrass ha insistido que es la tercera vez que casi muere, sin embargo se ha salvado en cada ocasión.

—Sigo sin entender—bufó Mirelle.

—Significa—Olive suspiró, dirigiendo su mirada a Snape—. Que Dodonus tenía razón.