La ira y el dolor invadían su cuerpo llegando a tal punto donde se detestaba a ella misma, culpable de lo que acababa de ver, como si de verdad fuese su error. Más culpable por creerle "Si para siempre" "Juntos eternamente" y millones de las mentiras que Draco pronunció con encanto para tenerla a sus pies como una idiota, idolatrandolo, tratando de salvarlo antes que a ella misma. Los segundos pasando eternamente mientras se hundía en la miseria de sus propios recuerdos.
Deseando que sufriera lo mismo que ella, claro que no podría sufrirlo si todo había sido mentira, sería un alivio para Olive de todas maneras. Anhelante de romper todo a su paso, romper en llanto hasta quedarse sin voz. Sin embargo no era un sedante a los sentimientos que permitió salir cuando Harry la abrazó. Caminando sin mirar, pensando en como acabar con la ira y el dolor, solo divagando en los métodos alternos que nunca le habían fallado al intentar ocultar sus sentimientos.
Ni siquiera podía confiar en ella misma si se trataba de amor, enamorarse no le sirvió de nada más que sentirse miserable y derrotado, por esa misma razón la palabra capricho volvió a amanear sus pensamientos.
Capricho, si eso había sido. Nada de amor ni necesidad, el capricho de tenerlo a su lado era lo que la ponía de esa manera, perder algo que no era suyo, que nunca lo había sido, pero gracias a ese capricho y esa estúpida perdida había aprendido.
¿Entonces por que seguía sintiéndose así? Una nueva ola de lágrimas amenazó con salir al recordar todo a lo que había renunciado por Draco, trago su sufrimiento recuperando un poco la compostura cuando algo en su mente se activo, llorar no arreglaría nada pero podía darse una idea de lo que la aliviaría.
Aula abandonada de encantamientos.
Olive se apresuró a ir ahí antes de que Filch comenzará a monitorear los pasillos, antes de que fuese el tiempo límite para llegar a la Sala Común, pero lo necesitaba. Era la única manera que conocía con lidiar con sus problemas, más que afrontarlos o pedir consuelo como le sugería Harry. No, necesitaba con desesperación deshacerse de esos pensamientos y solo sentir lo que la haría sentir mejor.
—Olive ¿Todo bien? —pregunto Nick cerrando su libro al verla, lo rosado desde su nariz a sus mejillas y sus ojos cristalizados delataban que había llorado.
—Callate —exclamo Olive, impidiendo que Nick se levantará de su asiento, sentándose sobre su regazo y besándolo desesperadamente, el alivio se extendió bajo su piel, sentir los labios de Nick responder con ganas al beso, sus manos encontrando su nuca, su brazo arqueando su espalda para tenerla más cerca.
—Así que cambiaste de opinión —ronroneo Nickholas en el odio de Olive mientras disfrutaba los besos en su cuello.
—Creo que es obvio —Olive lo acuno su rostro, observando sus penetrantes ojos negros bajo sus risos del mismo color, si, era encantador y atractivo, y si viajaba hasta su quinto año recordaría lo bueno que era—. Olvide lo bien que se sentía.
—Te sentirás más que bien —Nick encajo los dedos en su cabello a través de su nuca, impulsándola para besarla profundamente.
Sus piernas chocando con cada estocada, su cuello y brazos recibiendo mordidas por Nickholas que jadeaba cada segundo, incrustando los dedos bajo su piel, moviéndose debajo de ella las veces que fueran necesarias para sentir ese maravilloso éxtasis para deleitarse, pero ya se deleitaba con cada gemido y suspiro que lanzaba Olive al aire hasta que llegó la ansiada liberación.
Sus piernas se encontraban mojadas mientras trataba de recuperar la respiración a la par de Olive quien escondía la cara en sus hombros desnudos, sus caderas se movieron nuevamente después de unos minutos, instaurando el calor nuevamente bajo sus cuerpos.Trato de controlar las arcadas, definitivamente sentía que no quedaba nada más en su estómago que pudiese regresar, estaba cansada. Más de lo que alguna vez se encontró, con ese subidón de adrenalina que le proporciono Nickholas dejando sus piernas temblantes y doloridas, no era de mucha ayuda.
Y no había sido lo único que en su cuerpo encontraba dolor, miraba en el espejo todos los hematomas y mordidas que cubrían desde sus hombros hasta el inicio de sus pechos y gran parte de sus brazos, dedos marcados, manchas rojas deformes y el dolor que la invadía.
—Voy a matarlo —exclamo Daphne al verla tras el espejo—. ¿Que demonios le pasa a Draco? ¿Cómo se le ocurre dejarte así?
Olive coloco su dedo índice en su boca, una clara señal de que deseaba silencio mientas corría a la puerta para cerrarla, murmurando un hechizo.
—No fue Malfoy —explico Olive cubriéndose con una bata—. Fue Nick.
—Rowle —susurró Daphne sin mirar a Olive—. Entonces sabes lo de Draco.
—Los vi —suspiro Olive, acostándose en la cama, Daphne se acostó a su lado, sintiéndose culpable.
—Astoria me lo acaba de decir, venía a contártelo —explico, tomando su mano—. Es un imbécil, si el te hubiera hecho esos moretones estaría muerto ahora mismo.
—Si, es un imbécil —dijo Olive, queriendo desviar la conversación, no deseaba hablar de ello. Sólo quería bajar a la sala común y jalar a Theo hacía su cama toda la noche, como le era costumbre no era buena lidiando con las decepciones.
—¿Terminaste con el?
—A menos que sea completamente estúpido, y lo es —suspiro—. Debe saber que Astoria me lo dijo, que asuma que pasaría después. No quiero verlo ni hablar con él, así que hemos terminado.
—Olive —Daphne comenzó a sobar su brazo cariñosamente—. ¿Necesitas algo?
—Un vaso de agua, y a Theo.
—Me refería si necesitas hablar —susurro—. No me gustaría que guardes tus sentimientos de nuevo.
Olive se concentró en la lampara del techo, guardar sus sentimientos era algo que siempre hacía. Minimizarlos, esconderlos. Trasegar su dolor para que nadie la viese débil una vez más. Tenía que hacerlo esa vez o correría a decirle a Draco cuanto la había arruinado, como siempre lo hacía y destruía a quienes lo amaban.
Aunque esa idea no le molestaba, quería que el sintiera lo mismo, que sus palabras lo destrozaran hasta que solo pidiera perdón, sus acciones también podrían quebrantarlo. Negación al verlo, podría haber sido solo una broma de Pansy, cualquier excusa le servía pero no era verdad.
Ira en ese momento con impotencia y frustración, deseos de venganza, un perdón que nunca llegaría y si acaso lo hacía lo rechazaría rotundamente, porque nada podría hacer que Olive perdonase a Draco, no cuando lo fue todo para ella, cuando el sabía que era su lugar seguro. El sabía tantas cosas y se había burlado de ella, las usó en su contra. Confiando sus secretos que sin duda contaría al mundo ¿Cuando comenzarían a molestarla por no ser una Hawk? Ese era el objetivo de su relación después de todo.
Sin entender ciertas cosas, los secretos que Draco había confiado a ella, la impotencia de no poder con su misión, Tal vez solo fueron cosas que hizo para tener su total confianza.
Sintió el anillo en sus dedos, el relicario en su pecho y la lagrima de Fénix de su cumpleaños. Todo mentira.
—Sólo dame un vaso de agua —dijo finalmente mientras se quitaba todo aquello que Draco le prometió alguna vez.—No me obligues, por favor —Olive alejaba por segunda vez el desayuno que Daphne le ponía enfrente—. No puedo comer nada
—Si que lo harás —rogó Daphne—. Al menos un poco, hazlo y prometo que no molestare el resto del día.
—Hazle caso de una maldita vez —bufó Draco sentándose frente a ellas—. ¿Por qué tu habitación ha estado cerrada desde anoche?
Ambas se miraron entre si, confundidas por el cinismo de Draco. Para ellas era obvio el porque, Draco no parecía saberlo y si era consciente entonces no le importaba. Como plantearon la noche anterior, era un imbécil que seguiría actuando como si nada pasara, tal vez creía que Pansy finalmente convenció a Astoria y que Olive ignoraba su juego de burlas. Suponía que al no reclamar nada entonces Olive estaría igual que siempre, rendida a sus pies.
—Iré con Nick, no regreso mi daga —dijo Olive como si nada, tomando un pastel de calabaza—. Con esto sera suficiente.
—Espera —exclamó Draco sin obtener ni una mirada más de Olive—. ¿Que carajos le pasa?
—Tu deberías saberlo —Daphne también tomó sus cosas, alejándose de Draco para hablar con su hermana.
Con la semana continuando, Draco buscaba hablar con Olive. Por su parte ella solo buscaba evasivas, desviaba su camino, daba respuestas cortas y se alejaba de él ¿Cómo esperaba seguir normal cuando ya lo sabía todo? Con deseos de sobra de gritarle que la dejase en paz, que no quería saber nada de él. Que arreglase solo sus problemas y no volviera a buscarla o intentar hablar. Pero algo en ella seguía negándose ¿Tal vez de verdad no fue Draco? Claro que lo era, lo había visto, lo escucho y de alguna manera todo hacía sentido.
Por so fuera poco se sentía enferma al verlo, no solo era eso, estaba enferma de verdad. A medida que pasaban los días su salud empeoraba, pero Olive llegaba a ser necia con algunas cosas y su salud era una de ellas. No iria a la enfermería hasta sentirse verdaderamente en peligro de muerte, Ella misma se había preparado varias pociones que podrían ayudarla con sus síntomas hasta encontrar una que pudo quitarle las nauseas al comer, aunque solo había sido psicosomático ya que al volver a tomarla dos veces más solo incremento las nauseas y por ende terminó vomitando toda la comida de aquel día.
A veces cuando Draco lograba interceptarla en el Gran Comedor se aseguraba que comiese alguna cosa, enojándose si no lo hacía. A esas alturas, Olive invitaba a sentarse con ella a cualquiera o inclusive pasaba esos momentos en la mesa de Gryffindor entre Neville y Harry quien discretamente pellizcaba sus brazos hasta que Olive le diese una mordida a cuaquier pedazo de comida frente a ella. Con eso esperaba que Draco entendiera que lo sabía, que ya no eran nada, que dejase de buscarla.
No fue hasta el Viernes de la siguiente semana que dejo de intentar, luego de la clase de Astronomía del día anterior en la cual Olive recibió una nota doblada delicadamente en un pedazo de pergamino con la inconfundible letra de Draco donde se leía:
"Encontre a Vega"
Olive arrugo la nota dándole la espalda, la dejo caer al piso como si no importase y continuó charlando con Theo sobre sus mapas estelares.
Por si fuera poco Olive había llegado tarde ese día a Transformaciones, acalorada junto a Nickholas y Theodore, uno de ellos acomodaba su corbata al entrar y el otro abotonaba su camisa, fue todo lo que necesito Draco para entender el comportamiento de Olive, sin embargo el tampoco quería creerlo. Tal vez solo fue un malentendido o una coincidencia que los tres llegasen tarde a clase con una expresión de libido y desenfreno en sus rostros.
Si tenía que acercarse una ultima vez a Olive para confirmarlo, entonces podría hacerlo. O rogarle para que aceptaran un acuerdo donde ambos estuviesen juntos sin estarlo, lo intentaría si Olive decidía estar con otras personas, con cualquier otra maldita persona hubiese cumplido sus caprichos pero no con Potter.
Ni siquiera podía verlos en ese momento donde él la mantenía en sus brazos cariñosamente. Había sido engañado, con la furia saliendo sin pensar, quería acabar con Potter por meterse con su novia, ni siquiera podría deducir una fecha exacta para adivinar desde cuando se veían. Pero gracias a eso entendía muchas cosas; Olive guardaba secretos, era buena haciéndolo, Potter la acosaba desde Diciembre, la mirada furtiva que le lanzó al inicio de clases, su abrupta presencia cuando Olive fue envenenada y su reciente comportamiento errático.
Potter estaba más que muerto.
Y como lo deseaba no lo dudo cuando lo tomó por la túnica de una manera salvaje para poder partirle el rostro hasta que suplicara por piedad, no se detuvo a pensar al dar el primer golpe, continuo con Harry dándole pelea, defendiéndose de los puñetazos. No caviló en sacar la varita, ni mucho menos se dio cuenta cuando Olive intento detenerlo y la empujó bruscamente.
—Suéltenme, voy a matarlo —exclamó cuando Blaise y Theo lo apartaron, Ron por su parte sostuvo a Harry para evitar que la pelea continuase, observó a su alrededor al grupo de personas que se había aglomerado a su alrededor sin entender el motivo de la pelea, Nickholas ayudaba a Olive a levantarse mientras está apretaba los brazos en su estomagó con dolor.
—Creo que necesitamos hablar —susurró Olive, ignorando a todos, su propio dolor que se extendía fuertemente hacía su abdomen.
Alejándose solo con Draco que tenía el labio partido, los nudillos rojos y un hematoma en la mejilla que apenas afloraba. Y la siguió, con las manos aun hechas puños, enojado. Necesitaba explicaciones, ambos la necesitaban.
—Es obvio que esto nunca iba a funcionar —susurró Olive mientras caminaba hacía los jardines, sin mirarlo, sin saber como continuar sin desmoronar los sentimientos que había aguantado semana y media.
—Pudo haber funcionado, Olive —Draco la detuvo—. ¿Sólo dime por que tenías que empezar esto? ¿No era suficiente conmigo?
—Es que yo no inicie nada Draco —dijo confundida—. Fuiste tú quien lo arruinó en principio.
Draco se quedo congelado, pero no aceptaría la verdad.
—Si lo hice fue por tu culpa —Draco tragó saliva, sin mirarla a los ojos—. No hiciste nada al respecto, ¿Cómo se supone que reaccionaria? No fui yo, Olive.
—Qué así sea entonces.
—¿Esto terminó? —pregunto Draco, inmediatamente sintió que era la pregunta mas estúpida del mundo.
—¿Y dejar que me sigas mintiendo? —contesto Olive—. No sera un si para siempre porque nunca ha existido. Si aún no puede quedarte claro entonces pregúntale a Pansy.
Nuevamente negándose a continuar mirándolo, intentando tragar el nudo en su garganta, si decía una palabra más no soportaría el llanto guardado. La fortaleza que le había costado establecer, y no podía seguir nunca más.
Dolor.
Eso era.
Así se sentía.—Debiste decirme —comento Neville con decepción en su voz—. Creí que para eso éramos amigos.
—No lo se, fue algo que guarde solo para mí —explico Olive mientras caminaba a su lado aquella tarde, había pasado tan solo unas horas del altercado entre Harry y Draco. Extendiéndose inmediatamente rumores sobre lo sucedido y por supuesto, el rompimiento entre Olive y Draco—. Neville, eres sin duda mi mejor amigo, lamento no haberte dicho nada, si hay alguna manera de compensarte...
Sin embargo Olive quedó a media frase, un grupo de chicos de Hufflepuff pasaba en ese momento, uno de ellos había levantado la falda de Olive mientras los demás se reían de aquel acto.
—Disculpate —exclamo Neville, alejando a Olive de los chicos.
—¿Por qué lo haría? Es una zorra —pregunto el chico que había levantado su falda—. Siempre pide a gritos que alguien se la folle, no debería sentirse ofendida. Es un halago, ¿no Hawk?
—Tener una vida sexual no te da derecho a acosarme —Olive mantenía la varita en alto, apuntando al pecho del Hufflepuff.
—Ella no te está provocando de ninguna manera, disculpate o...
—¿O que, Longbottom? —interrumpió, ganándose un fuerte puñetazo entre la nariz y la boca. Olive aprovecho el momento para lanzar un hechizo punzante en su cara, sin embargo, Neville se había lanzado contra el, golpeándolo sin piedad en el suelo. Los amigos del chico habían huido en cuanto vieron las consecuencias.
—¿Que sucede aquí? —la voz fría y aguda de Snape aparecía al final del pasillo, Neville sostenía los puños ensangrentados en alto y Olive seguía apuntando con la varita—. Vaya Longbottom parece que su valentía de Gryffindor por fin sale a flote, es una lástima que la emplee mal. Veinte puntos menos a Gryffindor.
Olive tomo la mano de Neville, alejándolo del Hufflepuff que lloriqueaba por la humillación tendido en el suelo.
—No hay ninguna excusa para un comportamiento tan medieval —continuo Snape—. Señorita Hawk, expliquese.
—El le levanto la falda —dijo Neville con rapidez y enojo—. Luego la llamo zorra.
Snape enarco las cejas en dirección a Olive que asintió apretando con más fuerza la mano de Neville.
—Asi que señor Smith —hablo entrecortadamente, tratando de que el disgusto en su voz se disipara—. ¿Disfruta acosando a sus compañeras? Cincuenta puntos menos a Hufflepuff y estará castigado dos meses, lo veo en mi despacho cuando regrese de la enfermería.
Zacharias Smith asintió, no pensó ningún segundo antes de correr lejos del lugar, sosteniendo su nariz para evitar que la sangre manara. Snape miro una última vez a Olive antes de dar la vuelta.
—¿No le dará puntos a Neville? —pregunto la chica, deteniendo a Snape antes de avanzar—. El me defendió, creo que merece puntos.
—Nada justifica una pelea, señorita Hawk —dijo Snape, Neville apretó más los dedos de Olive, dándole a entender que no le importaban los puntos—. Sin embargo supongo que las acciones de Longbottom fueron afables, cinco puntos a Gryffindor.
—Es mejor que nada —susurro Olive, dándole una sonrisa ladeada a Snape. La primera que le daba en meses, alejándose de él por completo, llevando a Neville con ella donde se sentaron en una de las miles escaleras del colegio—. Gracias por eso.
—Eres mi amiga —dijo Neville con una sonrisa—. Había dejado claro antes que no eres un objeto, nadie tiene derecho a tratarte así.
—Lo se —Olive tomo su varita, apuntando a los nudillos abiertos de Neville que cerró rápidamente con un simple y pequeño golpe—. Estoy acostumbrada a los apelativos groseros, pero nadie antes me había tocado sin mi consentimiento —la voz de Olive se volvió pequeña mientras hablaba, temblante de coraje porque Zacharias se había ido solo con un castigo.
—Nadie lo volverá a hacer —Neville apretó sus hombros con ternura—. Eres increíble defendiéndote, solo un imbécil te pondría un dedo encima. Y si eso no es suficiente cuentas conmigo, con Daphne o Theodore para apoyarte.
—Tengo suerte de que seas mi amigo —Olive le dio un casto beso en los labios, enseguida se incorporó—. Te veré en la biblioteca.
—¿No iras a golpearlo?
—Tengo bastantes ganas —confesó olive con una sonrisa—. Aún tengo nauseas por la comida, estaré en la biblioteca en cinco minutos, prometo que no iré tras Smith.
—Confío en que así sea —Neville tomó la mochila de Olive, encaminándose a la biblioteca.
Por su parte Olive dejo escapar el aire que retenía, el dolor agudo que comenzaba en su estomago y terminaba en su abdomen no había parado desde hacía horas. Aún tenía nauseas, sin embargo sin nada en el estomago que pudiese trasbocar le había servido como excusa. Coloco sus manos nuevamente sobre su abdomen, lo atribuía a cólicos del ciclo ¿Pero por que llegaban a ser tan fuertes e insoportables aquella vez? La ultima vez que sus dolores llegaron a ser un problema había sido en Navidad, lo que sentía en ese momento no tenía comparación. Solo así considero dejar su orgullo, un viaje rápido a la enfermería no le haría nada más que curarla.
Gracias a merlín Zacharias Smith no estaba ahí, la enfermería solitaria, solo Madame Pomfrey acomodando pociones en una bandeja que seguramente llevaría a su despacho. Olive entró tratando de caminar con normalidad, aún apretando su estomago ante las contracciones intensas que tenía. Explicando a la sanadora todos los síntomas que tenía hacía semanas.
—Recuéstese —dijo Madame Pomfrey en un tono poco severó, lanzando un hechizo sobre ella, murmurando mientras lanzaba más y más hechizos—. Señorita Hawk, ¿Cuando fue su ultimo periodo menstrual?
—N-no lo sé —contesto Olive, intentando no hiperventilar ante la obvia respuesta que no había querido ver—. No puedo...
—Señorita Hawk —interrumpió Madame Pomfrey—. A menos que me equivoque y le aseguró que no es así, usted esta embarazada, a punto de terminar su primer trimestre.
Y de repente el mundo se le vino encima.
