— Muy bien, Malfoy, puedes dejar de fingir.
Dijo Harry una vez llegaron al departamento de Draco.
Excelente, sería muy afortunado que Potter se creyera toda esa historia de la pérdida de memoria, pero Draco no podía permitir que el auror supiera que engañó a Roger durante los días anteriores. Así que puso una expresión de confusión.
— ¿Fingir? ¿A qué te refieres?
— No te hagas el listo conmigo, sabes muy bien a qué me refiero. —Ante la expresión confundida del rubio resopló—. ¿La pérdida de la memoria?
— ¡Oh! Te refieres a eso. Sé que parece increíble, pero de verdad hasta hace un momento no sabía mi nombre.
Harry lo miró con ojos entrecerrados por lago rato, Draco estaba nervioso y sentía que iba a vomitar.
— Está bien, te creo, así que como prometí, te haré recordar —dijo con una sonrisa condescendiente.
Draco le correspondió la sonrisa a regañadientes.
Y al día siguiente Potter comenzó a hablarle de todo lo que recordaba mientras desayunaban.
— Entonces... Yo vivo aquí, trabajo en la revista Corazón de Bruja y estoy a cargo de la sección de consejos amorosos. —Potter asintió—. Mi madre se llama Narcissa y mi padre Lucius y tengo varios amigos; sus nombres son Parkinson, Zabini, Nott, Bulstrode y Goyle.
— Es correcto. Y ahora vamos a ir a un par de lugares, espero que con eso puedas recuperar algunos recuerdos.
─ ¿No tienes que ir a trabajar? ─preguntó esperando que con eso Potter volviera a su fea casa en Grimmauld Place.
─ De hecho pedí permiso para ausentarme un par de días.
Draco bufó.
Y de esa manera, su primera parada fue en Hogwarts.
Vio a la profesora McGonagall y tuvo que fingir que no la conocía, luego se pasearon por todos los pasillos del colegio donde Potter le recordaba alguna situación vergonzosa de su vida.
Como cuando fueron a la cabaña de Hagrid, la cual ahora estaba reconstruida, pero no evitó que recordara lo que ocurrió allí o el lugar donde fue convertido en hurón por Barty Crouch Jr.
─ Y esta es…
─ Es suficiente, no puedo recordar nada.
─ De acuerdo, hay otro lugar, podría hacer la diferencia.
Veinte minutos después se encontraban en el Caldero Chorreante. Donde una horda de Slytherins los miraron al entrar.
─ Llamé a tus amigos Slytherin para que te hicieran recordar.
Draco quería matar a Potter en ese momento.
─ ¿Draco, es verdad que no recuerdas a tus amigos? ─Pansy corrió hacia él y lo miró fijamente. Obviamente no creía nada, pero no podía revelar la verdad así que asintió con expresión triste.
─ ¡Oh! Si que ha perdido la memoria ─mencionó a todos los presentes.
Draco resopló internamente.
─ Hay que sentarnos para que puedas hablar con tus amigos ─mencionó Potter sonriendo.
Tranquilo, Draco, tú solito te metiste en esto.
Respiró profundamente, buscando control y fue a sentarse al lado de Pansy, pero a los cinco minutos ya se encontraba más que frustrado.
Primero Gregory le preguntó si recordaba quién le debía dinero y cuál era la cantidad. Por supuesto que sabía que era el propio Gregory quien le debía dos mil cuatrocientos galeones, pero tuvo que fingir no recordarlo y después, cuando Marcus Flint aseguró que Draco lo acosaba durante los años que convivieron en Hogwarts quiso gritar de frustración, pero tuvo que conformarse con quedarse callado y apretar sus puños por debajo de la mesa.
Al día siguiente visitaron a sus padres. Narcissa lo miró fijamente mientras le preguntaba a Potter cómo era que había perdido la memoria, se comportaba como si el rubio no estuviera presente. Por su parte, su padre lo miró brevemente con una expresión neutral y después se fue. Draco no supo interpretar qué estaría pensando su padre, tal vez que estaba mintiendo o le daba igual, como sea, su madre le narró unas cuantas anécdotas de la niñez y a pesar de que reafirmó que no recordaba nada le sonrió a su madre y antes de despedirse le abrazó.
Al volver a su departamento nada había mejorado, incluso empeoraba; ahora su madre creía que en verdad había perdido la memoria, pero de pronto tuvo una idea, antes de que Potter volviera de ir a comprar víveres, se escabulló por la red flu.
─ Pansy, fingí que no recuerdo a nadie.
─ Si, lo sospechaba ─dijo la bruja sin inmutarse.
— Necesito tu ayuda.
Pansy arqueó una ceja y luego se puso en posición pensativa.
— Mmmm, no.
— ¿Qué? Ni siquiera te he dicho en qué necesito tu ayuda.
— Por eso mismo es no, cuando me lo digas no habrá vuelta atrás y tendré que involúcrame.
— ¡Por favor!
— Esa cara linda no funcionará por siempre.
— ¿Pero en este momento sí?
La bruja resopló, pero aceptó.
— De acuerdo, suéltalo.
─ Me encontré de nuevo con Roger Davies, no podía dejar que se fuera así que fingí haber perdido la memoria para conquistarlo, pero Potter apareció y arruinó todo, ahora quiero ver a Roger, pero no sé cómo ser casual y...
— ¡Alto! ¿QUÉ?
La bruja se levantó de su asiento y dio la vuelta a la mesa.
— Que me encontré...
— ¡Alto! Caramba, Draco, esta vez sí que te llevaste el premio mayor.
Y después se echó a reír.
─ No te rías.
─ Es que es muy divertido. De todas las tonterías que has hecho en tu vida esta es la más grande. Es genial, debería escribir una novela sobre eso.
─ Cierra la boca, ¿vas a ayudarme a encontrarme con Roger o qué?
La bruja bufó, pero aceptó.
─ Luna Lovegood. ─Ofreció el dato.
─ ¿Qué?
Pansy rodó los ojos.
─ Luna Lovegood, ¿qué no has revisado tu correo?
El rubio negó con la cabeza.
─ Hace unos días informó que necesitaba un corresponsal de quidditch para su periódico, casualmente mencioné que tú eres un excelente reportero y dijo que te enviaría una lechuza.
─ La cual nunca llegó, espera… ¿desde cuándo hablas con Lovegood?
─ Eso no importa, y recuerda que modificaste los hechizos para que todos los correos lleguen a tu departamento y no te persigan constantemente.
Draco asintió recordando que ella tenía razón. Lo había hecho desde que sus antifans decidieron enviarle insultos y cartas malditas todos los días.
─ Entonces ve y has un buen trabajo.
Tomó al rubio por los hombros y le dio la vuelta, luego lo empujó hasta la puerta.
─ Y ten cuidado, si Davies se entera de que estás mintiendo no estará feliz.
Draco lo sabía, estaba consciente de que Roger no debía enterarse de la verdad, pero tampoco estaba seguro de que mantendría la situación a raya, mucho menos con Potter rondando de aquí para allá.
─ Una cosa más, no le digas a los demás la verdad.
─ No hay problema.
Aseguró la bruja antes de echarlo de su oficina y cerrar la puerta.
Draco corrió de vuelta a su departamento para buscar la carta de Lovegood. Afortunadamente ella le había escrito y en cuanto se presentó a la entrevista fue contratado. Ahora era el corresponsal de quiddit del Quisquilloso, así que una entrevista a los jugadores del equipo que posiblemente se convertiría en el próximo campeón del torneo iba muy bien como pretexto para reencontrarse con Roger.
Por su parte, Roger se dio cuenta que extrañaba la presencia de Draco. El mago era tan atento y dedicado, además de que siempre escuchaba lo que tenía que decir, incluso escuchaba música muggle, era un chico esplendido y sentía que se estaba enamorando de él, si tan sólo pudiera verlo una vez más…
─ Oye, desde hace unos días pareces distante ─dijo Oliver al verlo distraído.
─ Tengo que hablarte de algo…
Y Roger le contó todo.
─ ¿Draco Malfoy? Lo recuerdo un poco, es menor que nosotros y jugaba como buscador en quidditch, si te soy honesto no te recomiendo que salgas con él.
─ ¿Por qué no?
─ ¿En serio no te acuerdas de él?
Roger negó.
Oliver frunció el ceño, estaba bastante desconcertado de que Roger no recordara a Malfoy, quien era toda una pesadilla en los partidos del colegio. Para él era imposible olvidar todo lo que le hizo a Harry durante esos años. Y sin mencionar su participación en la guerra.
─ Oye, no quiero parecer mal intencionado, pero debes saber que Malfoy…
─ El corresponsal de El Quisquilloso está aquí. ─Anunció otro de sus compañeros de equipo─. Apresúrense o el entrenador se molestará.
─ Te lo diré después ─dijo Oliver.
Y por supuesto, el corresponsal era Draco, Roger estaba encantado, Oliver no tanto, si Luna lo había contratado significaba que no era ese niño arrogante y mezquino que conoció en Hogwarts, pero eso no significaba que iba a confiar en él de inmediato. Y como había visto a su compañero tan entusiasmado decidió darle una oportunidad.
Y mientras Draco y Roger convivían, Harry se pasó por la mansión Malfoy. Por supuesto, Narcissa estaba preocupada, así que el auror aprovechó para pasar a saludarla y ofrecerle palabras de consuelo.
─ Si hay algo que yo pueda hacer para que recupere sus recuerdos, lo haré sin dudar.
Harry sonrió.
─ De hecho si hay algo.
Ella lo miró con atención.
─ Tendrá algunas fotos de viajes, reuniones o lo que sea, fotos donde aparezca Draco y sus conocidos, seguro que cuando las vea comenzará a recordar.
─ Si, tengo algunas fotos familiares. Y se me ocurre algo más. ─Harry asintió, atento a las palabras de la bruja─, podrías llevarte algunas cosas de su habitación, también podrían ayudar.
Harry estuvo de acuerdo. Y por instrucciones de Narcissa subió a la antigua habitación de Draco y buscó algunas cosas que pudieran ayudar. Y durante su búsqueda encontró algo que lo dejó atónito.
El recorte de la portada de Corazón de Bruja, donde anunciaban a Roger Davies como el hombre más guapo del año.
