— ¿Tengo un novio? ─preguntó Draco conmocionado.

Después de la entrevista, Roger lo invitó a cenar, lógicamente no iba a negarse, así que fueron a un distinguido restaurante y conversaron por horas. Luego el jugador se ofreció a acompañarlo a su casa, segunda invitación a la que no se pudo negar. El rubio estaba más que feliz… hasta que llegaron a su departamento y vieron a Harry Potter sentado en uno de los sofás esperando con el ceño fruncido.

Draco quería echarlo de allí, pero el auror aseguró que tenía algo importante qué decirle. Y cuando le preguntó de qué se trataba soltó la bomba, así nada más.

— Así es ─respondió Harry con una sonrisa resplandeciente.

Draco quería corresponder la sonrisa, pero sus labios permanecieron apretados y ni una pequeña mueca se formó en su boca.

— ¿Y mi novio es...? ─Al fin decidió preguntar.

— Yo, por supuesto.

Draco gritó y hechizó varias veces al auror, pero todo ocurrió en su mente, porque por fuera mantuvo su expresión sería.

— Tú...

— Si, yo soy tu novio, sé que suena increíble, pero lo es, Harry Potter es tu novio. No quise decirlo antes porque pensé que era demasiado apresurado, dado que has perdido la memoria, pero ahora considero que han pasado los suficientes días como para que vuelvas a acostumbrarte a mí.

Draco volteó a mirar a Roger, quien también miraba la escena con extrema seriedad.

─ No, Roger, eso no es… ─quiso aclarar en seguida que la afirmación de Potter era una completa mentira.

─ Será mejor que me vaya ─interrumpió el jugador.

Harry asintió con una sonrisa fingida.

─ ¡No! ─gritó Draco, pero Harry se interpuso en su camino.

─ Amor, ¿qué quieres que preparé para la cena?

Draco apretó fuerte los dientes mientras veía como Davies se iba por la chimenea.

─ Yo sé que no somos pareja ─dijo una vez su interés amoroso desapareció─. Y no me llames «Amor» estúpido Cara…

─ ¿Ya recuerdas todo? ─Harry ladeó la cabeza y le miró fijamente a los ojos.

El rubio desvió la mirada por unos segundos.

─ ¿Qué? ¡No! Pero yo sé que no lo somos, no hay nada aquí que indique que somos pareja. ─Y señaló alrededor del departamento para hacer mayor énfasis en su afirmación.

No obstante, Harry asintió.

─ Si, tienes razón, pero eso se debe a que no llevamos mucho tiempo juntos, aunque tú estás muy enamorado de mí, me lo confesaste el día que empezamos a ser novios.

Potter estaba mintiendo, pero no había manera de que Draco pudiera demostrarlo, así que únicamente podía confiar en que un extenso interrogatorio lo llevaría a confesar.

— ¿De verdad? Entonces ¿se puede saber cómo es que empezamos a ser pareja? ─siseó la pregunta con enfado.

Harry negó con la cabeza, desaprobando la pregunta del rubio.

─ Puedo perdonar que te hayas olvidado de mi nombre, pero no que hayas olvidado nuestro amor.

El rostro de Draco se contorsionó.

— Está bien, te lo diré. Estuviste enamorado de mí durante varios años. Yo no me di cuenta hasta hace poco y decidí darte una oportunidad; así que vine aquí, me detuve en el pasillo, yo estaba muy nervioso porque a pesar de saber que me quieres sé que no eres bueno demostrando tus sentimientos, cabía la posibilidad de que me rechazaras, pero me arriesgué y te canté…

─ ¿Me cantaste?

─ Si, canté: You'll never know how much I really love you; you'll never know how much I really care… y tú saliste, te entregué el ramo de flores que te compré y tú me besaste. Y esa es la historia.

Ahora sí, Draco iba a matarlo, si no es que él moría primero. Su rostro estaba rojo, y a esas alturas no sabía de tanta ira o la vergüenza que esa patética historia le provocó.

No, relájate Draco, respira profundamente.

— Ah, ¿sí? ─Habló una vez estuvo más tranquilo.

Harry asintió con una amplia sonrisa.

— Así que, amor mío, ¿Qué te apetece cenar esta noche? —Hizo una reverencia y fue directamente a la cocina.

El rubio cerró los ojos con furia.

— ¿Amor?

Maldito Potter, maldita su suerte. Refunfuñó en silencio. Relájate, Draco, no puedes dejar que Potter se entere de tu engaño, finge, sólo un par de días, sólo eso.

— ¡Ya cené, gracias! —respondió esperando que Potter se largara de una buena vez.

Aunque eso no ocurrió.

Y en general, la situación no mejoró. Sus mentiras eran un horrible enredo que no sabía cómo deshacer y lo peor de todo fue que tuvo que ir a buscar a Roger para decirle que no era verdad lo que la supuesta relación con Potter.

─ ¿Por qué Harry Potter mentiría sobre ser tu novio?

─ Todos sobrevaloran a Potter, pero no es ese chico inocente que siempre finge ser, siento que es una especie de mentiroso patológico o algo así, lo he notado estos días que he convivido con él, yo que tú tendría cuidado.

─ Mató a… ya sabes.

─ Y eso qué, tal vez es un mago oscuro y por eso logró hacerlo. Como sea, no quiero hablar más de Potter.

El jugador de quidditch no estaba muy convencido, pero aun así le sonrió y le invitó a comer. Y mientras comían este le confesó que odiaba a las personas mentirosas, que jamás saldría con alguien así porque ya lo había hecho una vez y la relación resultó ser una completa decepción.

Draco, por su parte, únicamente se limitó a sonreír y asentir, mientras que por dentro se estaba golpeando la cabeza contra la pared.

─ ¿Sucede algo malo? Pareces distante.

Draco regresó a la realidad.

─ No, es decir, a veces me duele la cabeza un poco, nada de qué preocuparse.

─ Bien… ─respondió dudoso el castaño─. Será mejor que te acompañe a tu casa.

─ ¡No! ─Draco no quería negarse, pero sabía que Potter estaría allí, acechando como siempre─. Es decir, tengo que pasar a visitar a una amiga, no es que recuerde que es mi amiga, Har… Potter me dijo que es mi amiga y quisiera recuperar mis recuerdos con ella.

Roger asintió de acuerdo.

Otra mentira, pero más inocente que el resto de las que ya había dicho. De todos modos, no se arrepintió de rechazar a Roger, pues tal como lo sospechaba, Potter estaba en su departamento y ya había cocinado la cena, una apetitosa cena, así que simplemente saludó a Potter de modo desganado y se sentó a la mesa.

─ ¿Cómo te fue hoy? ─preguntó Harry.

─ Bien.

─ Me da gusto. Al fin se cumplió tu sueño. Te lo dije muchas veces, en El Profeta no supieron valorar tu intelecto, pero Luna es diferente, conoce el potencial que tienes.

Al fin, el auror logró captar la atención de Draco, quién se había dado cuenta que las palabras de Potter eran muy ciertas. Él siempre quiso ser corresponsal de Quidditch y postuló muchas veces para un puesto en El Profeta, por supuesto, en todas las ocasiones lo rechazaron, fue así que tomó un puesto en Corazón de Bruja, a pesar de que eso no lo satisfacía. Y ahora, tenía lo que quería, pero había estado tan concentrado en Roger y todas sus mentiras que no se detuvo a pensar en aquello. Y ya que pensaba en ello…

─ ¿Y cómo es que sabes que ser corresponsal de quidditch era mi sueño?

Harry se encogió de hombros.

─ Todo el tiempo lo dices.

─ No, no es verdad. ─No lo era, contadas son las ocasiones en que Draco ha hecho mención.

─ Es cierto, estoy exagerando, pero lo has dicho.

Draco no podía creer que Potter le hubiera escuchado, ni siquiera Pansy o Blaise le pusieron atención cuando lo llegó a mencionar. Creían que para él ser reportero era más que suficiente.

─ Bueno, supongo que tienes razón ─respondió a falta de una mejor respuesta.

─ ¡Oh!, por cierto, mañana desayunaremos juntos como lo hacemos todos los domingos. ─Mentira, pero Draco prestó atención a Potter, era lo mínimo que merecía después de mostrar que él sí le prestaba atención cuando hablaba─. Y después iremos con los Weasley, tal como hacemos todos los fines de mes. ─Segunda mentira. Draco casi escupió lo que estaba masticando.

─ ¿Los qué…?

─ Los Weasley, ah… es verdad, tampoco los recuerdas.

En realidad, los recordaba, y muy bien, pero se había sorprendido bastante, tanto que sirvió para hacer más sólida su mentira.

─ Te hablaré sobre ellos. Y no te preocupes por lo demás, ya les he hablado de tu pérdida de memoria.

─ Claro. ─Medio sonrió. Bien podría negarse, no obstante, la visita era oportuna, porque así podría preguntarles a los Weasley frente a Potter si tenían una relación y ellos lo negarían al instante. Así, podría librarse de Potter.

Por eso, en cuanto llamaron a la puerta y Ronald Weasley apareció y frunció el ceño al verlo de inmediato preguntó:

─ ¿Es cierto que yo y Potter somos pareja?

El pelirrojo ladeó la cabeza y miró entre Harry y Draco, después sonrió y dijo con gran seguridad.

─ Estás aquí, eso significa que sí.

El rubio abrió la boca para responder, pero no sabía exactamente qué,

─ Ahora entren, mamá estaba esperando a que llegaran para empezar a servir.

Mientras cruzaban el umbral alcanzó a ver la mirada que se dirigieron Weasley y Potter, pero no tuvo tiempo de decir algo pues una horda de pelirrojos lo estaban esperando. En ese momento se dio cuenta que Potter le había puesto una trampa y él había caído.

Preguntas, anécdotas nada agradables (como cuando un tonto hipogrifo lo atacó), consejos y más. Eso es lo que estuvo escuchando toda la tarde, aunque no fue demasiado molesto como hubiera esperado, pues todos se comportaron muy gentilmente. Pero nada de aquello lo sorprendió. Al menos no tanto como lo fue la despedida y no por parte de la manada roja.

Granger y Weasley salieron junto a ellos de La Madriguera y se aparecieron en conjunto a las afueras de Londres.

— Entonces, aquí nos despedimos ─dijo Potter a sus amigos.

Primero se despidieron de Harry, por supuesto, y después de las risas y breves bromas dirigieron su tención al rubio. Quien observó atento, esperando por lo que sea que fueran a decir.

No lo esperó.

El que Hermione Granger le diera un abrazo y un beso en la mejilla y le ofreciera su apoyo incondicional siempre que lo necesitara.

Luego vino Ronald Weasley, quien le dio una palmada en el hombro y dijo.

─ No sé, ahora que lo pienso creo que realmente no son una pareja.

Draco vio la expresión aturdida en el moreno y como Hermione abría la boca, aunque no dijo nada.

─ Si fueran una pareja se besarían, ya sabes, y no los vi hacerlo en toda la tarde.

─ A Draco no le gustan las muestras de afecto en público. ─Mencionó Harry algo nervioso.

Y esta era la oportunidad de tomarlo, de encarar a Potter.

─ ¿Qué tal si se besan ahora?

─ ¿Qué? ─Escuchó a Hermione y Harry exclamar al mismo tiempo.

— ¿Un beso? ─preguntó él.

Harry lo miró expectante, tal vez no esperaba que Weasley hiciera aquella propuesta, sin embargo, parecía que esperara una respuesta afirmativa. Por su parte, Ron miró a ambos involucrados de manera expectante.

— Pero... —comenzó Draco.

— Ah, es que eres un poco tímido ─agregó el pelirrojo. Draco vio de reojo como Hermione lo reprendía articulando con la boca y moviendo las manos.

— ¡No soy tímido! —Se avergonzó el rubio. Maldito Potter, pronto se las iba a pagar todas, pero mientras tanto tenía que fingir que no recordaba que Potter NO era su novio.

— ¡Ron! Yo… ─Harry iba a decir algo, pero Draco fue directo a sus labios, ¿qué si era tímido? No, claro que no e iba a demostrárselo a Weasley.

Al inicio sólo sus labios chocaron contra los del auror, pero un momento después el moreno lo sostuvo de los hombros para fijar su posición. Abrió la boca y lamió sus labios, Draco correspondió. ¿Por qué correspondió? En ese momento no importaba, lo único que importaba era disfrutar de ese maravilloso beso. Abrió también la boca, permitiendo que el beso se convirtiera en uno ardiente. Y se aferró al cuerpo de Potter rodeándolo suavemente con sus brazos, mientras que sentía como los dedos del hombre se enredaban en su cabellera rubia.

Después de aquello no recordaba exactamente cómo huyó del lugar.

─ ¡No puedo creer que Potter me haya besado! ─exclamó durante su reunión de emergencia con Pansy─. Y lo peor de todo es que llevo tanto tiempo sin besar a una persona que me gustó.

─ Ya que fue en contra de tu voluntad, estás en lo correcto al estar tan enfadado. ─La bruja le dio la razón─. Aunque si se disculpa no veo por qué no darle una oportunidad.

─ ¿Estás loca? ─exclamó sorprendido por lo que su amiga dijo.

─ Cariño, considero que, entre tú y yo, yo soy la más cuerda en este momento. Y lo digo en serio, Potter es guapo, se preocupa por ti, siempre que te embriagas Blaise o Theo le envían una lechuza y sin falta va a tu departamento a despertarte, te prepara la cena, se preocupa por tu madre y qué me dices de hablar en el juicio para que no los enviaran a Azkaban, mira que incluso salvó a Lucius de una sentencia severa. Lo digo en serio, creo que te ama. Y te ha gustado el beso.

─ No digas tonterías, ya te pareces a Theo y Blaise insistiendo con eso.

─ Supongo. ─Y se encogió de hombros.

─ Y tienes razón, me ha apoyado, pero eso no significa que lo ame, sé que es guapo y todo, pero tenemos una historia, una que no se puede borrar.

─ Por supuesto que no se puede borrar, pero sí se puede aprender de ella.

─ ¿Y recuerdas los espantosos calcetines que me envió en navidad?

─ Sólo es un tipo de pésimos gustos.

─ ¿Estás diciendo que soy pésimo?

─ ¿Estás aceptando que le gustas a Potter?

Draco bufó.

─ No trates de cambiar el tema, además, antes de preocuparme por Potter debería pensar en Roger. Tengo que decirle la verdad.

─ O podrías simplemente fingir que te ha vuelto la memoria, es más fácil y menos arriesgado.

─ Te lo dije, odia a la gente mentirosa.

Pansy suspiró.

─ Entonces díselo y una vez se aleje de ti, piensa seriamente en lo de Potter.