─ ¿Y qué es lo que querías decirme? ─Roger preguntó.

Draco lo había citado para revelarle la verdad, pero ahora que estaba frente a él no estaba tan seguro de soportar que el hombre del que había estado enamorado por tantos años lo mirara con desprecio.

─ En realidad… ─titubeó─. Quiero disculparme.

─ ¿Por qué?

Draco se encogió de hombros.

─ Yo…

En ese momento llegó una lechuza con una nota para Roger.

─ Es del entrenador, necesita que me reporte de inmediato. ¿Qué te parece si te envío una lechuza más tarde?

Draco asintió, decepcionado de sí mismo por retrasar tanto la reunión que al final no pudo confesar la verdad. Y a aquello se sumó el hecho de que Potter le envió una carta más tarde, pidiéndole que se reuniera con él en el Caldero Chorreante.

Al principio tenía curiosidad, por eso aceptó, no podía intuir qué es lo que el auror quería, pero cuando Roger también se unió a ellos las alarmas en su cabeza le exigieron que huyera de allí o al menos hiciera callar a Potter, pero era demasiado tarde, el hombre ya estaba hablando:

─ Roger, te cité aquí con Draco porque quiero hablar de la verdad.

El rubio lo miró alarmado. ¿Acaso Potter sabía Draco había fingido la pérdida de memoria?

Si lo sabía era obvio que pretendía decírselo a Roger y Draco no tendría la valentía suficiente para mirarlo a la cara, este era el fin, tenía que hacer que Potter se callara y pronto, pero cómo.

─ Potter…

─ Quiero decirte la verdad, a ambos, de hecho. ─El auror continuó hablando ignorando al rubio por completo.

Draco tenía que hacer algo, iba a decirle a Roger, TODO, y no estaba preparado para enfrentar su reacción.

─ Debo ser honesto con ustedes.

─ Potter, no es necesario…

─ Calma, seré breve.

─ Pero…

─ Draco y yo no somos novios.

─ ¿Qué? ─preguntó el rubio sorprendido.

Harry asintió.

─ Lo siento, sé que está mal mentir. No debí hacerlo. Lamento haberme interpuesto entre ustedes y el comportarme como un inmaduro.

Harry se puso de pie, sonrió ligeramente y salió del restaurante.

Draco permaneció en silencio, preguntándose por qué sentía un vacío en el pecho. Eso es lo que quería, que Potter confesara la verdad, pero ahora que lo había hecho algo no se sentía bien.

─ ¡Wow! No puedo creer que en serio Harry Potter haya mentido. ─Escuchó a Roger decir.

Él simplemente se encogió de hombros.

─ Por cierto, los patrocinadores del equipo organizarán una fiesta, es algo que hacen regularmente para convivir y conversar con los jugadores y me preguntaba si te gustaría ir conmigo.

Draco lo miró fijamente por unos momentos, todavía pensando en Potter. Sacudiendo la cabeza mentalmente se obligó a sonreír.

─ Claro, me encantaría ─respondió menos animado de lo que debería.

─ ¿Ya se fueron? ─Aunque Harry aparentemente había salido del Caldero Chorreante, en realidad se había escabullido de regreso. Neville le había dado permiso de ocultarse en el almacén, mirándole con tristeza.

─ Se fueron hace cinco minutos ─respondió Hanna mientras tomaba varias botellas de whiskey.

Harry se relajó en ese momento.

─ Sabía que Draco mintió sobre perder la memoria, pero quería creerle, sin embargo, escucharlo de él, no sé si estuvo bien haber escuchado su conversación con Parkinson.

Neville permaneció en silencio, al no encontrar las palabras adecuadas para ofrecer.

─ ¿Cómo se me ocurrió inventar aquello? Soy tan idiota.

─ Eres un hombre enamorado y desesperado, eso no justifica nada, pero lo entiendo y no, no estuvo bien escuchar la conversación, pero fue un accidente. Ahora, decir la verdad, está bien, si él miente tiene sus motivos y que tú lo respetes es bastante impresionante, por otro lado, es bueno que lo dejes ir porque simplemente jamás podrá corresponder a tus sentimientos. Si ha estado enamorado de la misma persona por tantos años significa que ese amor es muy fuerte.

─ Lo sé, tienes razón, ¿por qué no me siento mejor?

─ Lo siento, no quise hacerte sentir mal ─dijo Neville apenado.

Harry sonrió y negó con la cabeza.

─ Está bien, estoy quejándome demasiado. Disculpa por molestarte con esto.

─ No te preocupes por eso, somos amigos y eso hacen los amigos, de hecho, debo confesar que me alegra que recurrieras a mí y no a Ron o a Hermione.

Harry empezó a reír.

─ Todavía no puedo creer que Davies te haya pedido que te alejaras ─dijo Neville.

─ «No sé qué ocurrió entre tú y él en el pasado, pero yo puedo hacerlo feliz en el futuro» es lo más estúpido que he escuchado en mi vida, ni siquiera los Dursley decían tantas tonterías en tan poco tiempo

─ Bueno, si estar con él lo hará feliz…

Harry se encogió de hombros.

─ En fin, gracias, Nev.

─ No tienes que agradecer. ─Luego se puso serio─. Entonces… ¿Vas a irte?

Harry asintió,

─ ¿Y vas a decirle?

─ No lo sé, ni siquiera creo que le importe.

Neville no dijo más.

oOo

Los días siguientes fueron un tormento. Trató de continuar con su vida, normal como hasta antes de ser despedido. Salió a beber hasta desmayarse y al siguiente día no hubo nadie allí para darle una poción contra la resaca. Hony continuaba preparando los desayunos, pero ahora también preparaba las cenas y descubrió que extrañaba mucho que Potter le preparara aquellos guisados de su propia creación. Tampoco hubo alguien allí para recordarle que era importante ir a tomar el té con su madre. No obstante, todo era mentira. Lo cierto es que extrañaba a Potter. Sus conversaciones, sus risas, sus atenciones. Cuando Harry dijo que no volvería a molestarlo jamás imaginó que se refería a que desaparecería totalmente de su vida. No era justo. El muy idiota había permanecido tanto tiempo a su alrededor y ahora simplemente desaparecía de su vida como si no fuera nada, pero no iba a ceder, ahora tenía todo lo que había añorado, un empleo como corresponsal de quidditich, y el hombre del que había estado enamorado durante los últimos diez años le correspondía. Vamos, en cualquier momento iba a pedirle salir formalmente, así que no iba a desperdiciar su tiempo y pensamientos en Potter.

Con aquello decidido, pero sin lograrlo realmente, fue a la fiesta con Roger.

Al principio todo iba bien. Fue presentado por Roger a otros jugadores y a los patrocinadores del equipo, todos le trataron con respeto e incluso le dirigieron varias sonrisas. Era perfecto… hasta que volvió de los sanitarios y escuchó a los compañeros de Roger hablar.

─ ¿En serio estás saliendo con Malfoy? ─Escuchó decir a uno.

─ ¡No! Roger jamás saldría con Malfoy, eso sería suicidio social ─dijo otro.

Draco esperó a que Roger dijera algo, no que lo defendiera, pero que al menos les pidiera que se callaran. Sin embargo, no lo hizo, fue Oliver Wood quien les pidió que tuvieran algo de respeto, lo que los hizo reír y comenzar a hablar de algunos rumores sobre la guerra. Por supuesto, el único aparte de Draco que había participado activamente era Wood, él sabía qué cosas eran ciertas y cuáles no, pero no aclaró nada y únicamente negó con la cabeza, desaprobando los comentarios. Por su parte, Roger estaba serio, parecía molesto o tal vez aturdido. Sea como sea, Draco decidió que había tenido suficiente y salió de allí.

Como no quiso humillarse más, fue directamente a su departamento y se quedó allí, solo, pensando en lo que hubiera respondido Harry si se encontrara en la misma situación de Roger. Sin duda le habría defendido, él era así, pero tampoco podía culpar a Roger, él no sabía nada de lo que Draco había hecho durante la guerra, si él estuviera en la misma situación tal vez tampoco habría dicho algo al respecto, es que cómo iba a defenderlo de algo que no conocía. Nuevamente se sintió culpable, por mentir y fingir ser alguien que no era para agradarle a Roger. Tenía que acaba con todo aquello, ya no podía seguir mintiendo, y no por los demás, sino por él mismo. Se estaba dañando a sí mismo con todo ese comportamiento irrazonable.

Claro, ni siquiera tuvo tiempo de planear que decir, pues al día siguiente Roger apareció en su departamento, claramente preocupado.

─ Draco, ayer desapareciste de repente, me pregunté dónde te habías metido, después una persona del servicio me dijo que te fuiste. ¿Qué pasó? ¿Te ocurrió algo?

Draco negó con la cabeza y sonrió con los labios apretados.

─ Estoy bien, todo está bien.

─ ¿Y por qué te fuiste tan repentinamente? Ni siquiera te despediste.

Draco suspiró profundamente antes de continuar.

─ He recordado, me he acordado de todo.

Roger le miró impactado.

─ ¿De verdad? ¿Cómo ocurrió? ─Claramente estaba sorprendido, pero aun así sonrió, sintiéndose realmente feliz de que el rubio al fin tuviera sus recuerdos de regreso.

─ No sé, de repente ocurrió. Estaba en los sanitarios y pasó, fue muy repentino.

─ ¿Fuiste a San Mungo? ¿Te hicieron una revisión?

Draco negó y resopló.

─ No, nada de eso, estoy bien, todo está bien ─dijo con brusquedad.

─ Draco, te estás comportando muy raro.

─ Si, porque he recordado y este es quien soy. Soy arrogante, mezquino y odio el trabajo doméstico. Un elfo doméstico llamado Hony viene todos los días y hace la limpieza, me prepara el desayuno y lava mi ropa. Mis padres son Lucius y Narcissa Malfoy, al igual que yo Lucius apoyó a Voldemort durante la guerra y sí, vivió en la gran mansión que mi padre me heredará. Ese es quien soy.

─ Draco…

Roger pareció pensar en lo que el rubio acababa de decir, tal vez luchando consigo mismo, la razón y sus sentimientos por Draco buscando ganar.

─ No sé qué decir. ─Al fin respondió.

─ No necesitas decir algo.

─ Pero quiero hacerlo. Draco, sé que me gustas y yo ya sabía lo de tus padres, incluso lo de tu participación en la guerra, sin embargo, al mismo tiempo, siento que no te conozco.

Draco resopló.

─ No te esfuerces más, Roger. No es necesario, ya que he recordado algo más.

─ ¿Qué es? ─preguntó mirándole con atención.

─ Recordé que amo a Harry.

Roger le miró aturdido.

─ Pero él dijo que no son pareja.

─ Debió decirlo porque pensó que me había perdido. Porque él respeta mis sentimientos y siempre está considerando lo que es mejor para mí. Él me ama por quien soy, no importando todo mi pasado ni me presente y siempre cuida de mí. Antes que sus sentimientos, priorizó los míos, pero yo también lo amo y me odio por haberlo alejado, por tenerlo presente hasta ahora.

Y entonces se dio cuenta de que estaba llorando.

Roger se fue. Y Draco permaneció toda la mañana pensando. Analizando qué hacer, hasta que tuvo la respuesta.

Ya que era día domingo, sabía que Potter estaría en La Madriguera, así que se apareció en el lugar y caminó colina arriba ignorando las gallinas o cualquier cosa que en otro momento pudiera haberle molestado y llamó desesperado, esperando que fuera Harry quien le abriera, pero no fue él, fue Ginevra Weasley. Quien le miró con una ceja arqueada y con expresión de disgusto.

─ ¡Oh, Malfoy nos honras con tu presencia! ¿Qué mierda quieres? ─dijo con una voz tranquila y seria.

Antes, en aquella ocasión en que asistió con Harry, ella se había comportado muy amable, pero ahora parecía que quería hechizarle las pelotas y echarlo de allí. Aún así se tragó su orgullo y respondió:

─ Quiero ver a Harry, necesito ver a Harry ─corrigió.

─ Harry no está ─respondió con desgano.

─ Weasley, por favor, necesito verlo, es importante.

Ella resopló, ahora pareciendo más calmada.

─ Aunque quiera, que obvio no quiero, no puedes verlo, él se fue, hace una semana.

─ ¿Cómo que se fue? ─preguntó desconcertado.

─ Se fue a Estados Unidos, en América. ─Draco sabía dónde estaba ese país, no necesitaba que le especificaran, pero aun así se mantuvo en silencio, esperando más explicaciones─. Lo siento, Malfoy, si quieres verlo tendrás que comprar un traslador, aunque no sabemos dónde se encuentra exactamente.

─ Ginny, ¿quién es? ─Escuchó la voz de Granger, era hora de salir de allí.

─ Es…

─ Por favor, no le digas ─susurró.

─ Nadie, alguien que se ha perdido, pero ya se va.

Draco asintió y gesticuló un "gracias" antes de caminar de vuelta, colina abajo y desaparecer.

Algún tiempo después…

Draco estaba triste. Ya no iba a negar frente a nadie que extrañaba a Potter. Lo extrañaba mucho y lo amaba y era tan idiota que se había dado cuenta demasiado tarde. y ahora debía continuar con su vida, pero no sabía cómo hacerlo.

─ Draco, ¿estás bien? ─preguntó Luna colocando una de sus pequeñas manos en su hombro.

Draco apartó la mirada de su borrador, el cual ni siquiera estaba revisando, para mirar a la rubia.

─ Si, estoy bien.

─ Tu aura me dice que no es así, pero está bien. ¿Qué te parecería ir a una reunión conmigo?

Draco comenzó a negar con la cabeza, era obvio que sería una reunión con los Gryffindors y no tenía ánimo de ver a ninguno de ellos, pero la bruja continuó sonriendo e insistiendo.

─ Vamos, sabes que necesitas distraerte. Además, puedes aprovechar para saludar a Harry.

─ ¿Qué? ─Esta vez sí que se interesó─. ¿Has dicho Harry?

Luna asintió.

─ Si, después de tanto tiempo de no verlo, al fin nos reuniremos con él. Ya quiero que nos platique de todo lo que vio en ese país, que clase de criaturas pudo haber conocido. Seguramente los nargles en América son muy diferentes a los que existen en Europa ¿o serán iguales?

Y continuó divagando sobre aquel tema, pero Draco sólo podía pensar en Harry y en que el muy idiota había regresado.

Y a pesar de la posibilidad de parecer un desesperado se apareció en la gran reunión para darle la bienvenida a Potter. Y desde que vio a Harry y este le sonrió como si nada supo que no podía esperar a que acabara la dichosa reunión para hablar con él, así que lo arrastró lejos.

─ Draco, es un gusto verte ─dijo el auror cuando ya estaban apartados del grupo de amigos.

─ ¿Me puedes decir qué mierda haces aquí?

Harry frunció el ceño.

─ ¿Estoy conviviendo con mis amigos?

─ No me refiero a eso, me refiero a qué haces aquí, en Londres, ¿no te fuiste a Estados Unidos?

Harry asintió.

─ Si, pero ya volví.

─ ¿Qué? Ginevra Weasley dijo que te fuiste.

─ Si, me fui.

─ Yo pensé que para siempre.

Harry permaneció pensativo y después se echó a reír.

─ ¿Por qué haría algo como eso? Mi vida completa se encuentra aquí.

─ Pero tú desapareciste y yo pensé que me odiabas y entonces te fuiste y creí que…

─ ¿Qué me fui para siempre? Pero no es así, había un caso de nivel internacional y me asignaron para la misión, así que tuve que irme por un mes, pero ya estoy aquí.

Draco bufó.

─ Esto es ridículo. Ya me voy.

─ ¿Por qué? Acabas de llegar. ─Harry tomó su brazo suavemente para impedir que se fuera.

─ Potter, acabo de hacer el ridículo. ¿Debo explicar más?

Harry sonrió.

─ ¿Por qué estás sonriendo?

─ Me extrañaste.

─ ¿Qué? Por supuesto que no. ─Draco intentó parecer honesto, pero era tarde, Harry lo conocía más de lo que ambos pretendían.

─ Sé que me extrañaste y quiero decir que yo también te extrañé, mucho.

Terminó de hablar con una gran sonrisa.

─ Te odio, lo sabes, ¿verdad?

Harry asintió.

─ Mentira, te amo, perder la memoria me sirvió para enamorarme de ti.

El auror quedó en shock, sorprendido por aquella confesión. Claro, no esperó que Draco le dijera algo así. Tal vez que se había dado cuenta que lo estimaba como su amigo o que ya no lo odiaba tanto, cualquier cosa, pero esto, era más de lo que había soñado.

─ ¿Acaso pretendes rechazarme? ─cuestionó el rubio al ver que Harry continuaba callado.

─ ¡NO! Lo lamento, es que esto es mucho para procesar. ¿En serio me quieres?

Draco asintió con una sonrisa.

─ Te quiero, Potter. Y no me hagas volver a decirlo o te hechizaré las bolas.

─ Si así lo quieres, pero toma en cuenta que si dañas severamente mis bolas posiblemente después no podremos hacer…

─ ¡Cierra la boca, Potter y bésame! No pienso esperar toda la noche.

Harry sonrió y lo hizo, le besó, suavemente.

Este no era el final que Draco esperaba para su historia de amor, pero era perfecta.

oOo

Roger continuó jugando para Puddlemere United, algunos meses después de ver por ultima vez a Draco se reencontró con su gran amor del colegio, Cho Chang. Más hermosa y linda que nunca. Salieron y algún tiempo después comenzaron una relación. Claro, Roger, nunca se enteró que Draco había fingido su pérdida de memoria.

Fin


Gracias por haber leído, espero que les haya gustado. Sus comentarios fueron geniales, de verdad me da gusto que hayan dejado sus impresiones durante estas cinco escenas.