Caminando solo por los largos pasillos de Hogwarts, suspirando, aguantando. Su estado no era el mejor últimamente, casi un año, diez meses poniendo sus esfuerzos en ese estúpido armario. Bien era claro que comenzaba a dar frutos finalmente, todo el tiempo invertido, el tiempo que comenzaba a acabarse, el que siempre había visto como un enemigo y al mismo tiempo el único que lo salvaría finalmente, estaba decido a lograr su cometido, eso era claro, sin trabas en el camino como el amor no correspondido de Olive.
Dos meses sin respuesta, sin saber de ella, cartas escritas a diario y ninguna regresó ni con un simple "Deja de molestarme" pero había quedado claro para Draco, Olive lo había olvidado. Lo sabía de sobra cuando hacía una semana escucho a Potter hablar con sus amigos sobre ella y su nueva vida con los Weasley. Entonces no lo necesitaba más, pero si lo pensaba el tampoco la había necesitado. Pero eso solo se debía a si cobardía hablando, por supuesto que la necesitaba, finalmente si vida fue a parar a ella, experimentado la más hermosa sensación que podía tener y arruinandolo, rompiéndolo como todo lo que amaba.
Así que fue una sorpresa entrar a la sala común esa tarde, abarrotada como siempre, concentrándose en un punto en concretó; Olive con una sonrisa abrazando a todos en el lugar. Fue una simple mirada lo que lo obligó a retroceder sobre sus pasos, el sonrojo en sus mejillas cuando Olive lo miró a los ojos y le dedicó una sonrisa como a todos en el lugar, eso terminó con él. Porque era un cobarde, como lo venía planteando hacía unos instantes, evitar el contacto visual en ese momento, salir huyendo eran parte de su cobardía al no poder pedir perdón, no después de todo lo que había hecho, sabía hasta ese punto de su vida que no se merecía nada bueno en la vida.Había dejado su baúl en la entrada de su habitación, deseosa de cambiarse. La túnica del colegio cubriría completamente su embarazo, aunque tendría que sufrir por el calor que se cernía en el colegio gracias a los días de verano, diciendo a si misma que solo sería un mes. Para ese entonces tendría todo listo para huir cuando el expreso de Hogwarts la dejara en la estación 9, trazando un plan de escape a largo plazo sin preocuparse de mortifagos invadiendo el callejón Diagon en si búsqueda.
Se arrojó a la cama con desesperación, al menos no tendría clases hasta el Lunes, por lo que podía descansar el fin de semana, tendría que ponerse al corriente sobre todo lo que había perdido. Snape le había dado un rápido resumen de sus últimas clases junto con ciertas cuestiones sobre su estado, tal vez se hubiese quedado callado pero Olive noto como guardaba una sonrisa cuando le dijo que esperaba una niña, lo entendía por completo. Vega era un pilar de felicidad para todo aquel que sabía de su existencia, más aún para Olive que se maravillaba por el simple hecho de que era su hija.
Sin embargo aún necesitaba saludar a sus amigos en Gryffindor que estaban al tanto de su llegada, Neville la acogió en brazos en cuanto la vio, emocionado cuando Olive guío su mano sutilmente al lugar donde Vega dejaba rastros de patadas. Harry por su parte se abstuvo de abrazos por miedo a hacerle daño, Hermione se había pasado esos meses hablando sobre embarazos y maternidad que lo tenían agobiado. Y sin esperarlo Nick se había colado en la Sala Común de Slytherin al enterarse que Olive había regresado al castillo.
Si era sincera no se había perdido de mucho estando fuera, las noticias que leía en su habitación del Caldero chorreante eran las mismas que de leían en el Gran Comedor, pero había extrañado esa camadería con sus amigos, riendo entre clases, siendo solo ella y disfrutando lo que dejaría atrás en cuanto las clases terminarán, y nadie cuestionó como es que estaba tan feliz, de dónde había sacado fuerzas después de tanto.
La respuesta era ella misma, aunque claro con ayuda de su pequeña Vega, sin embargo Olive sabía que el cambio lo decidía ella.
Pasando por su duelo.
Negación.
Irá.
Depresión.
Aceptación.
Negar que Draco la había engañado, que su madre estaba muerta. Estar iracunda al enterarse. Depresiva y hasta un poco suicida al simplemente no aguantar tanto a la vez y finalmente lo aceptaba. Aceptaba que sus momentos con Draco habían sido lindos, no eran genuinos y aunque le dolió al saberlo podía aceptarlo. Lo mismo ocurría con la muerte de su madre, dolorosa pero aceptable. Bien era cierto que aún no olvidaba, de alguna manera no sentía rencor por ninguno.
Aún así no podía acercarse a Draco, amarlo u odiarlo, no había punto medio. Olive no podía ser su amiga, tal vez solo alguien que solía conocer, la persona que le contó sus miedos, la que lloró en sus brazos, la que susurraba al dormir. Actos que le daban eficacia a su mentira sobre quererla, y al mismo tiempo le era difícil de creer que lo hubiese hecho.
Suspiro mientras lo pensaba, camino a la cena desde la biblioteca, completamente sola. Utilizando esos momentos para divagar sobre ello, sobre Draco, como en tan solo unos meses se había deteriorado, anémico, su piel grisácea, ojeras bajo sus hombros mientras ella era todo lo contrario. Aunque esas habían sido sus desiciones, ¿no era así?
Justo en el instante que ponía sus pies en el rellano del primer piso, Harry cruzo corriendo a su lado, casi tirándola en el camino.
-Potter ten cuidado -exclamo Olive sin obtener respuesta, parecía que a dónde fuese que se dirigía si hermano era más importante que detenerse a disculparse, así que, con la curiosidad aflorando, lo siguió hasta el baño de hombres.
Y sabía que no debía entrar pero algo ocurría adentro, desde si posición lograba escuchar hechizos y los lloriqueos de Myrtle, abriendo la puerta sin pensar al instante que Harry exclamaba:
-Sectumpsempra -dándole a Draco justo en el pecho, el rubio cayó al instante. Su cuerpo y rostro parecían haber sido cortados por una espada.
Olive lanzó un grito desesperado, corriendo hacia Draco que se quejaba en el suelo, empujó a Harry para poder pasar, arrodillandose frente a Draco, de sus heridas manaban charcos de sangre que se mezclaban con el agua, tomo su mano con pánico, su pulso era débil. Draco gimoteaba casi imperceptible, apretando la mano de Olive con poca fuerza.
Adolorido.
Moribundo.
-ASESINATO, ASESINATO EN EL BAÑO DE HOMBRES -chillaba Myrtle.
-Yo no quería -dijo Harry sin poder moverse.
Olive comenzó a presionar una de las heridas de Draco con su túnica intentando controlar el flujo de sangre, demasiadas para intentar pararlo realmente.
-Vas a estar bien -susurraba la chica entre lágrimas, acariciando los pedazos de piel en su rostro cubierto de sangre, quitándose la túnica para limpiar sin resultado la sangre que de mezclaba con el agua.
Sus manos se invadían del líquido rojo, con una mano temblante tomo su varita, tratando de recordar cualquier hechizo. Era inútil, su mente había quedado en blanco, no escuchaba las disculpas de Harry ni los chillidos de Myrtle.
-Ve por ayuda, Harry -suplico Olive, negándose a separarse de Draco.
Justo en ese instante, Severus Snape entraba, apartando a Olive lentamente, recitando un contrahechizo que parecía un canto. La sangre pareció dejar de fluir. Snape limpió el rostro de Draco, repitiendo su hechizo. Parecía cómo si hubiera cosido las heridas.
Harry y Olive sólo observaban, horrorizados por lo que había pasado. Myrtle la llorona seguía sollozando y lamentándose sobre ellos. Cuando Snape pareció terminar su contrahechizo por tercera vez, ayudó a Draco a incorporarse, aunque no lo logró del todo.
-Necesitas ir a la enfermería. Te podrían quedar las cicatrices, pero si tomas dictamo inmediatamente podremos evitarla es. Vamos, Señorita Hawk venga con nosotros -sosteniendo a Draco, lo ayudó a cruzar el baño y al llegar a la puerta se
volvió y dijo, con una voz fría cargada de furia:
-Y tú, Potter... espérame aquí.
Olive siguió detrás de ellos, sin percatarse que estaba cubierta de sangre y agua, la sangre de Draco, su estómago se revolvió al pensarlo, al rememorar la escena, al verlo tan débil y expuesto. Quería vomitar, golpearse por no actuar de manera rápida ante aquella situación donde si Snape no hubiese llegado Draco definitivamente estaría muerto. Y no quería pensar en eso, no podía imaginarlo muerto, amar u odiarlo, sin punto medio ¿Podría hacer una excepción?
Madame Pomfrey apresuró a darle esencia de dictamo y más pociones hasta que Draco quedó casi inconsciente, atontado por las heridas, la pérdida de sangre, y las pociones.
-Señorita Hawk -dijo finalmente después de unos minutos donde Olive estaba parada tras ella, esperando que terminará con Draco. Snape había abandonado la sala en cuanto los dejo en manos de la sanadora-. Necesita tomar esto para calmar sus nervios.
-Filtro de paz -recito Olive al reconocer la poción-. ¿Es segura?
-No le hará ningún daño si a eso se refiere -dijo sutilmente Madame Pomfrey, haciendo referencia a la bebé que se movía inquieta dentro de ella.
Olive suspiro, tratando de evitar mirar a Draco, tomando la poción, rápidamente todo dentro y fuera de ella se relajó. No quería pensar ni hacer nada más que descansar, pero no quería quedarse en la enfermería. Aferró su túnica manchada de sangre a su estómago para evitar miradas indiscretas mientras planeaba salir a la sala común.
-Olive -susurro Draco con debilidad, extendiendo su mano hacia ella, dándole a entender que se quedará con él, quería hacerlo pero no había intermedio.
Tragando saliva ignoro su llamado desesperado, dejando a Draco doliente, más que por las heridas, por el rechazó y ver cómo fuera de la enfermería Olive abrazaba a la persona que casi lo mataba. Fue así como Olive Hawk, sin tener conciencia de ello, terminó por destrozar a Draco Malfoy en mil pedazos. Y el dolor fue inimaginable.Draco se recuperó más rápido de lo esperado, con una actitud de arrogancia y odio renovada, lo que había dejado de lado desde ese primero de septiembre donde Olive había calmado sus demonios con un simple abrazo, a Draco le parecía estúpido, todo sobre ella había sido estúpido. Le había quitado tiempo que no debía perder pero lo hizo procrastinando a su lado ¿Que había ganado con eso? ¿Amor? No, rencor, dolor. De nada le servía el amor a esas alturas. Así que puso todo lo que le quedaba en esa misión y estaba a punto de lograrlo, afinando detalles de ese armario cuando alguien se adentro en la Sala de menesteres.
Dispuesta a atacar si era necesario hasta que Olive se paró frente a él, decidida.
-Draco necesitamos hablar -dijo rápidamente-. He tenido tiempo para pensarlo y mereces saber la verdad.
-Largate -bufó Draco, alejándose de ella como si su presencia le provocase asco.
-No -insistió Olive-. Vas a querer saber ésto.
-Cualquier cosa que tenga que ver contigo no me importa en absoluto -dijo bruscamente, levantando su varita contra ella-. Ahora lárgate si no quieres terminar en la enfermería.
-¿Crees que te tengo miedo?
-Deberías -exclamo con furia tomando de sus muñecas, arrastrándola hacía la salida-. Vete de aquí ahora o habrá consecuencias, Hawk.
-Draco...
-CALLATE, DEJA DE DECIR MI NOMBRE -grito de tal manera que pareció desgarrarse la garganta, soltandola bruscamente que casi cayó de espaldas.
Olive trago saliva, por primera vez le tenía miedo, y no lograba entender que le pasaba, porque actuaba así cuando hacía unas semanas le imploraba quedarse con el en la enfermería, solo por esa acción Olive considero sensato confesar si embarazo, aquello y la marchita margarita que encontró perdida entré sus cajones esa mañana, porque le habían indicado que Draco aún la quería o que al menos no todo había sido una mentira. Un gran error.
Y Draco debió interpretar sus pensamientos expresados en su rostro, terror y duda. Se llevó una mano a la cara con hastío y una rusa sarcástica.
-¿Enserio me haras explicar por qué te aborrezco? -pregunto Draco en un bufido-. ¿Tengo que contarte con detalles por qué enamorarme de ti fue una perdida de tiempo? Lo fue, lo peor que hice fue eso. Pero deseas saberlo ¿No? ¿Por dónde empiezo? Con la vez que te acostaste con Potter quizá.
»Aún así me humille ante ti y estaba dispuesto a perdonarte, podía hacerlo era algo soportable, pero entonces fue Potter, Rowle, Nott, Longbottom, joder incluso las asquerosas comadrejas. Sin embargo te necesitaba Hawk, si no estar atada a una relación era lo que querías entonces no me importaba si dejabas de ser mía mientras fueras feliz, aún si solo volvía a ser uno de tus encuentros nocturnos. Te tendría una noche entre mis brazos incluso si te compartía con todos, tenías que hacerlo difícil.
»Luego te fuiste y estaba bien por mí, me ignorabas constantemente y lo aguanté, tu madre había muerto ¿Qué otra cosa podía hacer? Así que te escribí, escribí una carta cada maldito día que no estabas, preguntándote si estabas bien, si algún día te vería de nuevo. No importaba que no me hablaras, asumí que estabas demasiado triste para hacer algo, pero escuchaba Hawk, porque nadie me lo diría si preguntaba ¿Oigan como está Olive? A fin de cuentas a las únicas personas que escribías era a los Gryffindor o Daphne, nunca a mí. Seguí esperando, quizá aún no estabas lista para tomar una pluma y escribir mi nombre en un pergamino pero seguía escuchando "Olive está bien" "Olive fue al médico" "Fred dice que pintaran el cuarto de rosa"
Parecía que habías formalizado algo con Weasley, luego regresaste y continúe esperando.
»Potter fue más rápido e intento matarme, solo así te volviste a tomar mi mano hasta que Potter tomo la tuya y lo escogiste sobre mí. Termine de quebrarme ¿Por qué valdrías la pena si solo me sentía miserable? Cada que te veía era una tortura aún lo es. Recuerdo que una vez dije que preferiría morir que amarte y por Merlin que así es, no lo soporto. No soporto tu sonrisa, ni tú voz, ni tú cara. Hay días en los que quisiera morir solo para evitar verte, y desearía que tú estuvieras muerta para evitar verte...
»Si, enamorarme fue una pedida de tiempo, pude ocuparme en más cosas que preocuparme por ti, porque no vales la pena, no vales nada Hawk y gracias a ti yo tampoco valgo nada. Me hiciste débil e inestable, gracias a ti odio verme al espejo porque solo veo a una persona rota que busco repararse en miles de cuchillos ardientes. Eres el monstruo en mis pesadillas, la razón la que odio los sentimientos. Deberías estar agradecida conmigo por haberme enamorado de ti, porque claro fue solo un favor hacerlo. Y deberías pedirme perdón por joderme como tú quisiste. Pero ya sufrí bastante, toda mi vida lo he hecho y me niego rotundamente a hacerlo por ti.
-Draco...
-Callate, no tienes derecho a decir mi nombre -repitió-. ¿Por qué regresaste Hawk? Mi vida comenzaba a ser más fácil sin ti, podía aguantar el dolor y el vacío. Tenías que regresar para que doliera aún más. Por Merlin, lárgate, no puedo verte sin sentir asco, sin esperar verte muerta.
Olive trago saliva, abrazando su vientre fuertemente con sus manos, ni el aleteo feroz dentro de ella podía calmarla o transmitirle algo de fuerza. Dio la vuelta, era débil, siempre lo había sido.
-Hawk -la detuvo Draco, escupiendo las palabras-. Tenías razón, destinados a odiarnos porque amarnos fue una tortura, aunque no te ame de verdad.
Fue todo.
